Casi me tarde un tiempo… bueno pero me alegran los rW! Así que espero este capi este bien escrito y se entienda…
Inuyasha: Kagome oye deberías entender que está pasando si quieres seguir con e…s.- pero Kagome ya había empezado a acariciar con sus dedos la oreja izquierda de Inuyasha. Lo que parecía que a él le encantaba. Así que Kagome siguió con ese juego ahora acariciaba las dos ala vez…tal vez si las lamía un poco a él también le gustaría… ¿Sería un nuevo punto erógeno para él?
La verdad es que Kagome no entendía que pasaba con Inuyasha, pero ese cambio le hacia ver mas atractivo y eso era sumamente mejor…pero cuando se acercaba a esas orejitas para saber que sabor tenían, Inuyasha le apartó las manos haciéndole a entender a Kagome que tenía que explicarle lo que pasaba.
Kagome¿qué pasa? – era una pregunta inocente sin malicia, como si creyera que era lo más normal lo que ocurría; pero Inuyasha estaba mucho más asustada que ella.
Inuyasha: oye Kagome antes de seguir quizás te gustaría saber por que coño he cambiado de…bueno he cambiado.- Kagome tan solo le miro y le sonrió, para que entendiera que en cierta manera a ella…le era igual.
Kagome: bueno, no se supongo que si quiero saberlo.- Kagome se quedó unos segundos anonada mirándole esos ojos dorados tan claros…tan profundos, se estaba perdiendo en ellos. Nunca había estado tan cerca de él y ahora lo estaban tanto que incluso podía perderse en esas obres dorados. Inuyasha tan solo se daba cuenta como el aroma de Kagome seguía aumentando su excitación y ahora su instinto de poseerla parecía crecer por momentos. Ella volvía acercarse con tranquilidad, quería volver a besarle, él enseguida se dio cuenta y sin ni siquiera pensar en lo que hacía terminó de aproximarse por los pocos cm. que faltaban para volver a hacer contacto. Fue corto, solo un contacto, un roce para que Inuyasha se armara de valor y le explicará a Kagome que pasaba. Ellos volvieron a separarse, ahora estaban sentados en el espacio que quedaba de la pared a la cama de ella. Inuyasha se acomodo y Kagome volvió a sentarse encima de él como cuando estaban delante de la puerta.
Kagome¿Puedo abrazarte?...digo mientras me lo cuentas…
Inuyasha asintió y ella se abrazó a su cuello de una manera posesiva, él enseguida le correspondió el abrazo, le dio algunos besos en el cuello y luego volvió a separarse. Ella parecía encantada en esa posición, era como tener a Inuyasha para ella sola. Solo suyo.
Inuyasha: pues… -suspiro y dio rienda suelta a la historia- mi familia es descendiente de unos youkais perros muy poderosos. Pero se dice que un día uno se enamoró de una humana, una sacerdotisa. De esta manera el poder total del demonio no pudo pasarlo en su totalidad a la siguiente generación. Se dice que el primer hijo consigue todo el poder de la familia youkai, que puede controlarlo a su antojo, y luego esta el segundo hijo…yo… - Inuyasha abrazó más fuerte a Kagome. Ella respondió al acto y giró su cabeza hacía el lado de la cara de Inuyasha para poder verle lo mejor posible desde esa posición, él tenía la mirada perdida en el frente.- tiene por decirlo de una manera la mitad del poder original, o sea que soy como un medio demonio. Que además no puede controlar cuando se transforma y cuando no. A veces me transformó cuando estoy muy cabreado, o muy celoso. Y en algunos casos, por lo menos de momento en todos, cuando estoy…- él se ruborizó de repente y Kagome contesto por él, apartándose de él para volver a mirarle directamente a los ojos.
Kagome¿excitado?...- Inuyasha asintió, seguramente Kagome ahora se reiría de él. Además de ser virgen era un maldito medio-demonio. Ella volvió a abrazarse a su cuello, e Inuyasha aspiraba el aroma de ella. Y así todos los pensamientos negativos se fueron al volver a sentir la boca de esa chica lamiendo su cuello. Ella sabía que seguramente estaría asustado, o intrigado y era su manera de decirle que se tranquilizará.- pero aunque estés así puedes hacerlo¿no?
Simplemente no podía creerlo, aun seguía con esa idea. Y mientras el la volvía a presionar contra su cuerpo, ella seguía besando su cuello. Quería la respuesta a esa pregunta y la quería ya, le importaba poco como estuviera él transformado, le seguía deseando y amando más que nunca. Sentía los brazos de él alrededor de su cintura, besaba con pasión su cuello mientras las bocanadas de él le erizaban el pelo del cuello cuando el aire pasaba por ahí, y de manera inconsciente se movía contra él para que la erección evidentemente notoria de él les rozara a los dos y seguir con ese ardor en el ambiente. Y por fin la esperada respuesta llegó:
Inuyasha: es la única manera para que vuelva a ser humano.- Inuyasha suspiró mientras Kagome seguía con sus caricias, e intentó dar una risa tonta, pero solo le salían más que gemidos.-Eso, o utilizar mis manos.
Kagome¡ah, no¡Eso si que no! A partir de ahora yo solucionare todos esos tipos de problemas.-Justo después de apartarse y mirarle directamente a los ojos para decirle ese arrebato de sinceridad, tuvo que volver a esconderse en el pelo plateado de él a causa de sus mejillas totalmente rojas.
Inuyasha¿entonces por que te escondes?- Creía que ella después de las guarradas que hubiera dicho o hecho parecía casi raro que se ruborizará por algo así. Y entonces se le ocurrió algo, si Kôga era un demonio lobo como él sabía¿por qué no había marcado a Kagome como su hembra? Eso era algo imposible. Delicadamente subió sus manos hacía el cuello de ella y en ninguna lado encontró ningún tipo de marca de mordedura.
Kagome se dio cuenta de lo que Inuyasha hacía y se apartó para mirarle, los ojos de él tenían sentimientos, muchos. A través de él sentía felicidad, duda, asombro, incredulidad…
Kagome: si Kôga no me marco fue por que yo le evite.- tenía que ser directa, seguramente Inuyasha sentía el olor de Kôga en ella, de una manera sutil pero estaba ahí.
Inuyasha: entonces tú sabías que él…- tenía que asegurarse. Si en verdad ella no había sido marcada aun podía hacerla suya.
Kagome¿que Kôga era un demonio?- Inu asintió.- Claro! Bueno en realidad no me lo dijo ni nada de eso, pero un día mi abuelo lo vio y ya sabes que es sacerdote y me lo contó, al principio no quise creérmelo pero al final Kôga me lo afirmó. Después me dijo que a partir de ahora yo sería su hembra por qué él me había escogido como tal.- Kagome tuvo que parar cuando Inuyasha dio un golpe fuerte al suelo, y gruño cabreado.- ¡Tranquilo perrito!- Inuyasha le miró sorprendido y una pequeña venita le apareció en la cabeza le había llamado "perrito"!
Inuyasha¡ No me llames así perra!- Kagome que hasta ahora sonreía, también se enojó. E Inuyasha lo olió enseguida, ahora seguro que ella le despreciaría por lo que le había dicho.- emm…bueno quise decir…que ¡no me llames así maldita sea!
Kagome: si quieres que sea tu PERRA chucho¡antes vas a tener que marcarme no crees!- vale esta chica era jodidamente muy rara. Primero que si lo hicieran, luego que le era igual su transformación en este mundo, y ahora…ser su perra. Él no pudo hacer nada más que reír. Kagome lo miró ofendida…- ¿porqué te ríes de mía hora, eh?
Inuyasha: nada…solo que me hace gracia. No me rió de ti.- al ver como Kagome aún se cabreaba más decidió aclarar sus risas.- no es para reírse además. Estás encima de mi, yo sin camisa y con eso más grande que en toda mi vida…- y otra vez pudo ver a Kagome triple mente roja de la vergüenza…
Kagome: lo…lo siento.
La cabeza de ella volvió a esconderse en el cuello del ahora hanyou, ella podía aspirar su olor un olor que siempre había deseado que fuera solo suyo e Inuyasha se sentía enloquecido por el aroma a excitación que emanaba de ella. Aún no podía creerlo, ese olor parecía como si solo fuera para él, como si tuviera el derecho de pertenecerle, hasta que se dio cuenta que aún quedaba algo del "hedor" de ese lobo sarnoso tenía que taparlo con el suyo y marcarla o los celos lo matarían.
Kagome: Inuyasha…- esa palabra le hizo volver a la realidad a volver a darse cuenta que tenía a su futura perra entre sus brazos y que ya sería suya.
Inuyasha: …¿Qué? – de seguro que ella se daría cuenta que eso era dicho con picardía por que a contestación de esa pregunta ella se contoneo hacía él. Escaparon algunos suspiros de parte de él y deseo que sus ropas estuvieran en el suelo en cualquier sitio menos donde estaban ahora, impidiéndole a Inu apropiarse de su Kagome.
Kagome: eso era lo que le decía a Kôga para que no me marcará.
Los ojos de Inuyasha se abrieron como platos y su sonrisa de picardía pasó a una de satisfacción total. Ahora entendía como era que a veces el lobo venía a la escuela cabreado sin ninguno motivo, podía incluso imaginársela a ella bajo las manos del lobo creyéndose que todos los besos y caricias eran de él, y como la cara del lobo se llenaba de odio al darse cuenta que Kagome le deseaba solo a él y no a un lobo.
Kagome: y no solo se lo decía a Kôga a veces sin querer me salía con otros chicos, y luego se enfadaban conmigo y contigo, seguramente te has dado cuenta que hay algunos que te miran muy mal, que te odian sin que sepas la razón, eso es por que…ejem…se me escapó.
Inuyasha: y yo que creía que la chica de la que me estaba enamorando se estaba tirando a todos solo por diversión y que seguramente ni se había dado cuenta que yo existía.
Entre sus brazos sintió como ella se tensaba y como el olor de asombro se desprendía de ella.
Inuyasha: que…qué pasa?
¿Eso era lo que ella también sentía verdad¿era lo que le estaba insinuando que también lo amaba¿Qué por fin había encontrado una persona que lo amaba fuera cual fueran sus raíces?
Pero no tuvo tiempo de seguir pensando puesto que unos labios se aprisionaron con los suyos dejando escapar un sutil baka de parte de ellos. No había escuchado lo que más deseaba pero no le importaba, por que él ya lo sabía y tenerla encima de él besándose de una forma tan desesperada era lo único con lo que había soñado desde hacía semanas
No podía imaginarse ya un día sin ella, sin poder abrazarla sin poder saborear esos labios que a partir de ahora nadie más tendría el derecho puesto que ahora solo él podía hacerlo…
Kagome: yo…también te amo…mmmm…Inuyasha…- hablar no era muy correcto hacerlo puesto que hacía separarlos y causarles algo de conjoga temiendo para los dos ser solo una ilusión.
Las manos de él volvieron acariciar esa cintura estrecha y suave, sus manos hacían unos movimientos lentos y pausados arriba y abajo. Las manos de ella habían subido abrazando el cuello de él puesto que la camisa ya no la traía, empezó a tocar el pecho de él con algunos movimientos circulares, volviendo al cuello de él y sentir el tacto que siempre anhelo apreciar.
En unos minutos, para ellos pocos, para el reloj bastantes, tuvieron que separase a causa de la falta del aire, Inu aprovechó ese momento con una rapidez inaudita para quitarle le top y el sujetador de un tirón rompiéndolos. En segundos sus bocas volvieron a hacer contacto, en un beso lleno de pasión. A veces ni siquiera era un beso, estaban tan emocionados que dejaban de sentir con los labios y tan solo saborearse uno al otro con la lengua.
Ahora además Inuyasha masajeaba con toda la calma que podía los pechos de Kagome, era una piel tan fina y suave que parecía seda pura. Al centrar el masaje en los montículos rosados Inu se dio cuenta como estos se erizaban y como el olor a excitación aún aumentaba más de lo posible, y eso hizo que su deseo por poseerla le hiciera abrazarla de repente poniendo sus manos dentro de la falda de la pelinegra en la parte trasera llevándolo con empujoncitos hacía delante para así poder sentir como los dos disfrutan de lo que para el hanyou era nuevo. Inu había vuelto a besar a los labios a la pelinegra pero dejó de besarla para lamer sus labios al separase y bajar hacía su mentón, recorriendo su mejilla y llegar a la oreja de ella. Su respirar era pausado, lento… ella solo podía intentar recuperar el aire…
Inuyasha: hueles… y tu piel… sabe genial…
En ese momento nada de lo que dijeran o pensarán tendría algún tipo de sentido a no ser que fuera de amor o pasión. La pelinegra empezó a desabrochar los pantalones, a él le pareció una experta, cosa que no sabía si agradarle esa idea o no, pero no tuvo tiempo de seguir pensando puesto que ella empezó a estimularlo un poco desde la posición que estaba, la mano de ella subía y bajaba a veces con movimientos más rápidos y otros más lentos apretando la hombría de él.
Inu le pareció una postura mucho más fácil que cualquier otra en las que su mente pervertida había divagado y supuso que para Kagome también ya que ella no hacía ningún tipo de intención para llevarlo a la cama.
Kagome: nunca…he probado…esta situación…
La mayoría de posiciones en las que Kagome estaba acostumbrada era con el chico encima de ella en una cama, un sofá, atrás de un coche e incluso sentada en una mesa o de pie pero nunca siendo ella la que manaba. Y para su gusto era muy placentera por qué mientras podía sentir la erección de Inu en la mano el podía besarla por todo su pecho, justo como hacía ahora, y acariciar cualquier parte de ella sin tener que separarse mucho.
Inuyasha: no puedo quietarte…las braguitas…- como odiaba tener que pedir eso, pero había estado mucho tiempo pensando como hacerlo y no se le ocurría nada, así que para no desaprovechar el tiempo había estado palpando el trasero de la pelinegra, uno muy suave y perfecto pensó…
Kagome: rómpelas…- a que pervertido sonó eso para los dos, Kagome por qué estaba más excitada a no poder, ya que el ojidorado había hecho muchas cosas mientras pensaba en algo, como por ejemplo, no paraba de masajear su trasero…eso no sabía por qué, la había estimulado muchísimo…
Con la mano que había acariciado hasta hartarse la retaguardia de Kagome, Inu rompió las braguitas por un lado, dejó de besar uno de los pechos con el cual se había estado entretenido en los últimos minutos… que ya estaban sumamente húmedos para dejar otro camino entre los pechos de la chica y volver hacía sus labios besándolos con una pasión desenfrenada, apartó delicadamente hacía un lado la ropa interior de ella causándole un pequeño cosquilleo en su intimidad. Él ni siquiera tuvo que comprobar hasta que punto estaba húmedo puesto que con solo el movimiento que hizo para quitarle la prenda interior sintió como la humedad se pegaba en su mano y el olor de la excitación le estaba llenando los pulmones enloqueciéndole sin parar.
La mano de ella se apartó de la masculinidad de Inu para terminar de bajarlos, él se levanto un poco el trasero mientras Kagome llevaba los pantalones y calzoncillos hacía abajo, dejando libre la prolongación ya bien erguida de él. Cuando Inuyasha volvió a sentarse, Kagome fue quien se levantó levemente, el hanyou la miró expectante y bajó la vista hacía el lugar donde tenían que unirse, cogiendo su longitud y colocarlo delante de la feminidad de Kagome ella sintió como la erección entraba en ella y sus paredes húmedas se aferraban al intruso para hacerle sentir una oleada de puro placer en todo su cuerpo, al estar ya la punta de la virilidad de Inuyasha dentro de ella, Kagome se relajó y se dejó caer encima de Inuyasha haciendo su unión mucho más profunda, y volvió a subir para bajar otra vez y repetirlo sin cansarse.
El hanyou miró expectante como sus cuerpos ahora eran uno y oyó los gemidos de satisfacción de Kagome, sus pechos se movían rítmicamente con los movimientos que hacía su Kagome, y él tuvo que apoyar su cabeza atrás cerrando los ojos mientras los jadeos le salían de la boca sin poder evitarlo…"ka..go…me..aah!..."
Ella respondió a su nombre, intentado decir el nombre de él con los mismos resultados, un nombre separado por gemidos a causa del placer que sentían.
Las manos de Inuyasha volvieron al trasero de su amante, subiendo la falda y tocar la fina piel de ahí, y Kagome seguía montándolo aunque cada vez sus movimientos eran más rápidos y sus sentidos se perdían mas en el goce que les embargaba… de cada fibra de su ser Inuyasha sentía como Kagome le amaba de una manera que nunca hubiera pensado, la sensación de llegar al cielo, de quemarte vivo si tu amante no sigue moviéndose y las ganas de amarla hasta el cansancio, le hacían perderse en la chica que tenía delante y olvidar cualquier otra cosa que no fuera en el gozo que ahora le estaba poseyendo.
Sentía como cada vez le costaba más estar sereno y como Kagome gemía más fuerte. Las subidas y bajadas eran mucho más rápidos que antes e Inu dejó de apoyarse en la pared para abrazarse a Kagome y ayudarla con sus contoneaos sujetándola fuertemente de la cintura con sus manos subiéndola y apretándola hacía abajo para que no le fuera tan difícil a ella. Las manos de Kagome se perdieron en el cuello de su amado Inuyasha, mientras él la acompasaba a un ritmo aun mucho más rápido, ella supuso que al ser un hanyou su resistencia sería mucho mejor.
El hanyou no pudo evitarlo más y empezó a besar con desesperación el cuello de Kagome para marcarla.
Los dos seguían gimiendo algunos "más…" o sus nombres, y en el punto de éxtasis total Inuyasha rompió la delicada de piel de Kagome marcándolo como su gran tesoro…como:
"mía…" al setir como Inuyasha se corría dentro de ella Kagome también llegó al orgasmo gimiendo el nombre del hanyou que le había hecho llegar hasta el momento a su mejor orgasmo…puesto que hacerlo con la persona que más amas es cuando la satisfacción te hace llegar hasta un éxtasis inimaginable…susurrando al unísono unas pocas palabras para hacer el encuentro de un ambiente a sexo a amor puro…
"te… amo Inuyasha"…"y yo…a ti…Kagome"
Sus respiraciones poco a poco iban siendo normales comparadas en lo que había pasado apenas un par de minutos. Kagome seguía sentada encima de Inuyasha con su miembro ahora más "tranquilo" de ella, le encantaba sentir que de vez en cuanto latía dentro de ella junto a su paredes mismas creándole algún que otro suspiro. No pensaban con lucidez, aún, y tampoco les hacia mucho falta. Ella estaba con la cara pegada a su cuello y sus manos revolviendo el pelo de él ahora ya negro otra vez, Inuyasha parecía haber cogido algún tipo de fijación oculta por el trasero de la pelinegra, y la boca de él se apoyaba en el hombro donde estaban las dos marcas que había hecho Inuyasha, estuvo rato besando la poca sangre que salía de ahí y ahora tan solo lo besaba a intervalos.
"Kagome…" tenía que hacerlo habían aún algunas preguntas que debían ser contestadas con mucha prisa y aún así ninguno de los dos parecía querer hablar. "No hemos…usado nada para… bueno para evitar que te quedes…"
No tuvo tiempo de seguir la frase, no tenía valor para decir la palabra… Kagome se dio cuenta de ello "tranquilo, desde que emprendí con la misión de "entrenarme" empecé a tomar las pastillas anty-babies…puesto que no confiaba mucho en los chicos…"
Inuyasha se sintió eludido y apartó la cabeza para apoyarla otra vez a la pared y con el cejo entrecerrado se quedó mirando a Kagome ahora que estaban uno delante del otro. La pequeña risa de Kagome invadió la habitación.
"no lo decía por ti, pe-rri-to" se acercó y volvieron a besarse, con lentitud, ahora tranquilos de ya haberse sentido unidos y no tener que desesperarse por volver a empezar, aunque claro…las ganas siempre están latentes y tal como pensaba Kagome…un hanyou es mucho más resistente para tener toda una noche de amor bestial…
'Que raro…' pensó Kagome' parece que haya otra vez colmillos' Kagome se apartó de él y volvió a ver delante de ella unos ojos ambarinos que le miraban con picardía para volver a empezar el juego.
'''うんちょう かぬ
