Gracias Shadir por apoyarme! Espero que esto sea de tu agrado!
I parte dos
Un hombre joven de largos cabellos malva se encontraba de pie en la terraza de la biblioteca de la orden, refugiándose en el silencio y la soledad del lugar.
Sumido en sus pensamientos de reflexión, miraba un punto fijo en la lejanía del cielo azul que después de las primeras horas de la mañana aparecía hermoso y dulce. La niebla había sido despejada por los rayos del gran astro rey, y se podía divisar perfectamente los establos, el lago cristalino y los jardines que tanto le gustaba visitar con Saga...
Se recargó en el frío barandal y cerró los ojos. Suspiró cansado. Estaba ya harto de escuchar conversaciones en los pasillos que evidenciaban la falta de confianza en el concejo, y muy cansado también, de observar con sus verdes orbes como la orden dorada se desmoronaba y dividía...
Eran tiempos difíciles en los cuales nadie quería ceder, y centraban las preocupaciones y gritos en algo que no era el problema en sí. "¿Pelear o no pelear?" esa, definitivamente no era la cuestión de mayor peso en el presente, sino "¿Cómo podemos ayudar?" o al menos esa era la forma en la que el joven ya descrito y que llamaremos Mu, veía las cosas.
Se pasó una mano por su cabello, acomodándose el flequillo que le había caído en la cara y volvió a suspirar.
Escuchó pasos a sus espaldas, pero estaba tan absorto y feliz de poder ver el horizonte de la nada que no quiso voltear, temiendo que los pasos traerían palabras de problemas tediosos ya familiares y que francamente no quería volver a escuchar.
- Mu... - la voz de Shaka lo llamó, y el aludido al escuchar el tono gris y triste del rubio decidió abandonar la cobarde idea de darle la espalda a la realidad.
Y le bastó con ver los ojos celestes antes brillantes de su compañero que ahora se divisaban opacos y rojizos para comprender que algo estaba muy mal... Esos ojos al mirarlo y rehuirlo a la vez, le dijeron casi todo...
Podía leer pena y sufrimiento en ese rostro coronado por largos cabellos rubios. ¿Qué estaba pasando, por qué era mirado de esa forma por Shaka? Los labios del caballero de virgo temblaban y se le veía tan triste que Mu pensó que una desgracia había ocurrido.
- ¿Qué ha pasado! - preguntó temeroso, permaneciendo fijo en el piso que le sostenía, sintiendo que pronto le caería un yunque encima...
La respuesta que obtuvo fue la fijación de los ojos celestes en un pedazo de papel que el mismo rubio estrujaba entre sus dedos. Mu miró la hoja, para después centrarse en Shaka, mientras su cerebro comenzaba a trabajar y a procesar la importancia de ese papel... pero no quería comprender... y se negó a hacerlo.
El caballero de Aries, el protagonista de cabellos malva de este momento, fijó su mirada en el suelo y retrocedió un paso, sintiendo en su espalda el contacto con el frío metal del barandal. No quería que lo que estaba imaginando fuera verdad...
Mientras absorbía cada detalle del mosaico café que pisaba, el rubio alzó su brazo derecho y en silencio le ofreció el pedazo de papel ya mencionado...
Mu elevó un poco su mirada y alcanzó a leer un poco, "tres de septiembre". Sólo conocía a una persona que llevaba un diario... ¿Qué.. qué significaba esto?
Miró al rubio nuevamente tratando de encontrar una explicación que le asegurara que todo estaba normal, pero encontró una mirada perdida en soledad que le hizo sentir un vuelco nada agradable en el corazón. ¿Acaso Saga...
Porque esa caligrafía tan especial, y tan... familiar... no podía ser de nadie más. Esos trazos delgados y alargados, finos, los conocía demasiado bien y aunque sólo leyera una pequeña frase los podía reconocer al instante...
Pasó saliva y suspiró por tercera ocasión. Algo asustado cerró los ojos, se concentró y... nada...
"¿Por qué¿Por qué?" se preguntaba en su mente una y otra vez. Desesperado, abrió los ojos nuevamente y giró su cuello buscando alguna mancha en el horizonte y de nuevo... nada...
Había tratado de localizar a Saga y... no lo sintió... no estaba ahí... ¿Por qué no podía encontrar a Saga en los terrenos, por qué Shaka lo miraba de esa forma y por qué le ofrecía esa hoja?
- Kanon también se ha ido... Saga me dejó esto para ti. Dijo... que comprenderías... - susurró el rubio que todavía tenía su brazo alzado.
Mu dio tres pasos, ocultando un temblor que le recorría todo el cuerpo; con mirada aparentemente serena tomó la carta con delicadeza, miró al horizonte una vez más y después de asentir con la cabeza en señal de agradecimiento al virgo, desapareció, sabiendo que lo que averiguaría en esa hoja producto del puño y letra de Saga, le dolería demasiado...
A paso corto y lento, Camus de Acuario caminaba por los pasillos buscando a la única persona que lo podría comprender, con la que podría hablar libremente sin miedo a ser juzgado por decir exactamente lo que sentía...
Tocaba y abría todas las puertas de fina madera que encontraba, buscándolo, y para su frustración, el susodicho no aparecía por ningún lado.
Es curioso cómo las personas manifiestan de distintas formas y maneras lo que están viviendo... lo que están sintiendo...
Normalmente, un hombre con un rumbo similar de ánimo caminaría desesperado hasta encontrar a la persona que busca y explotaría finalmente...
Y muy al contrario, nuestro pelirrojo caminaba lo más serenamente que podía y trataba de normalizar el ritmo de su corazón que latía desbocado. Sabía que había llegado a un estado de mínima tolerancia y que cualquier estupidez que se le postrara en el camino, por muy pequeña que fuera, le sacaría de sus cabales... y eso le molestaba.
El dominio de sus emociones era parte de su encanto y parte de su ser... Odiaba que sus ojos delataran su sentir a desconocidos o personas que nunca tenían vela en el entierro... Detestaba que le cuestionaran su manera de proceder... Y sabía que si no se controlaba pronto, explotaría con la persona equivocada y que terminaría todavía más frustrado...
Cerró una última puerta, y se marchaba en dirección a la Biblioteca cuando el sonido de voces en el otro pasillo le llamó la atención. No malinterpreten; a nuestro acuario poco le importaban las conversaciones que no salieran de la boca de su círculo de amigos, pero lo escuchado eran murmuraciones y...
A esas alturas de la vida, siendo los miembros de la orden quienes eran... ¿Quién tenía que recurrir a murmullos en una conversación?
La respuesta clara y obvia es: alguien que no desea ser escuchado...
Se fue acercando lentamente sin intención de ocultar su presencia, pero bien sabía él, que su caminar no emitía ruido alguno y que su respiración, al igual que todo él, podía pasar desapercibida...
- El concejo dice que si vamos sin saber que es lo que en verdad ocurre en el sur, todos podríamos morir... – escuchó de un joven aprendiz de largos cabellos negros.
- El concejo está equivocado... – decía enfadado un muchacho rubio. "Vaya, uno que piensa..." fue lo que pasó por la cabeza de Camus en el momento.
- ¡TU eres el que está equivocado Hyoga! El concejo tiene sus razones... Además esa gente del sur, es sólo eso, "gente del sur"... han vivido todas sus vidas sin salir de esas tierras congeladas que no deberían ser llamados ciudadanos de Medín... – interrumpía un joven de ojos claros y cabello café, que le daba la espalda a acuario.
La pequeña estupidez que el pelirrojo sabía que le descontrolaría había llegado...
El comentario del castaño le escoció el alma, le irritó como nada le podía irritar y dejó de lado su aparente serenidad para dirigirse a paso veloz hacia los tres aprendices... para partirle la cara al castaño y poner MUY en claro las cosas con los otros dos, cuando una silueta MUY familiar le impidió el paso...
Inhalo profundamente y trató de pasar por el espacio que aquel hombre no ocupaba, fijando su vista en el tórax de éste para así no tener que mirarle a los ojos; pero para su poca paciencia, ese hombre que portaba una túnica de entrenamiento blanca volvió a meterse en su camino.
Fingiendo indiferencia Camus volvió a tratar de pasar por el otro lado, pero nuevamente aquel hombre le cerró el paso. El pelirrojo se detuvo frustrado.
- Muévete Milo. – dijo seria y rápidamente acuario.
Hizo otro intento por pasar, para darle su merecido a aquel bocón, pero el cuerpo del escorpión se postraba como obstáculo en su camino.
- No. – dijo este de forma tierna y seria también.
Los tres discípulos que hubieran sufrido las consecuencias del mal genio de acuario notaron por fin la situación (léase, Camus mirándolos de forma violenta y amenazando con ir tras de ellos...) y algo asustados, se dispersaron y alejaron en distintas direcciones.
El pelirrojo viendo como sus "presas" escapaban de su furia, miró al fin los turquesas que le miraban con vergüenza y algo de pena... Pero frustrado como se sentía no se dejaría amedrentar por una mirada tan dulce...
- ¡Muévete! - ahora la voz de Camus era mucho más fuerte y enérgica.
Notó la resolución en esas orbes turquesas que poco a poco le desarmaban... Pero no quería... no quería que Milo lo detuviera y furioso todavía más porque alguien pudiera tener la capacidad de "controlarle" y frenarle, fue y se estampó contra él...
La intención de Camus era pasar, pese a todo y pese a Milo, nunca fue... tumbarlo al suelo.
Se dio cuenta muy tarde de su estupidez... que había golpeado fuertemente con su hombro la figura nada preparada de Milo y aunque pudo pasar se volteó horrorizado cuando escuchó el sonido del cuerpo del escorpión caer...
Ahora si que la había liado, y lo peor de todo era que no había querido hacerlo... nunca con él... nunca a él...
Se hincó preocupadamente al ver que Milo se frotaba su hombro, y trató de mirarle a la cara pero el escorpión le rehuía la mirada, ocultando sus ojos tras su mata de cabellos rubios.
- Perdóname Milo... no quise... de verdad que no fue mi intención... yo sólo quería... sólo quería...
- Desquitarte con esos pobres muchachos que nada tenían que ver con tu mal humor. – contestó molesto el escorpión.
El pelirrojo se puso de pie retomando su enojo... Se había disculpado, a pesar de que él nunca se disculpaba y lo había hecho de verdad. Además Milo sabía muy bien que NUNCA había sido su intención el tumbarlo... fue un accidente, algo que pasa cuando pierdes la cabeza...
Ya se iba, sabiendo que lo último que deseaba era pelearse verbalmente con Milo, cuando una mano se aferró a su brazo, le detuvo y le hizo girarse.
Como Mu en el cuadro anterior, Camus fue presa de un vuelco en el corazón... Pero un vuelco MUY diferente...
Uno que le daba al tiempo la cualidad de detenerse sólo para que él se dedicará a disfrutar las sensaciones que ese pequeño toque le producía a su alma y le recorría el cuerpo...
Su enojo se disipó en vapores que fueron a dar a un lugar que no conocemos y que no nos importa conocer, para ser remplazado por una dulzura infinita reflejada en sus zafiros ahora llenos de brillo y en sus labios delgados entre abiertos y ansiosos por el rostro que quedaba tan cerca del suyo...
Estaba prendido de esa mirada tierna que sólo Milo podía tener, esa sonrisa que nunca desaparecía a pesar de su propia frialdad... esa sonrisa que acompañaba a esos labios rojos que tanto deseaba probar y sentir sobre los suyos... y esos hermosos turquesas que tanto le amenazaban con conocerle demasiado bien...
Pero... de pronto recordó que sólo, sólo le estaba tomando del brazo... era sólo eso... un contacto que para Milo no significaba nada. El contacto de un amigo que quiere detener a otro amigo para evitar que se vaya enfadado...
El tiempo volvió a correr... Los ojos de Camus parpadearon, perdiendo en el momento la dulzura y el amor reflejadas en sus orbes... La fantasía y el sueño habían terminado...
Se quedó triste al recordar que no podía aspirar nunca a algo más con Milo... sólo a soñar...
- ... tranquilizarte. No vayas a hacer una tontería. Estás tomándote esto demasiado...
El pelirrojo terminó finalmente de despertar del sueño. - ¿Personal? Esto es personal Milo, y me digan lo que me digan, no dejará de serlo. ¿Quieres dejarme pasar? - preguntó molesto.
- ¡Esto NO es personal Camus, entiéndelo de una vez! Si no lo haces...
- ... "Esto" cómo tu lo llamas, puede que no sea personal para ti pero para MÍ lo es, así que muévete de mi camino que deseo pasar.
- ¿No ibas para el otro lado? - comentó burlón el escorpión.
¿Por qué nunca podía ser serio¿Por qué siempre se empeñaba en hacerle reír¿Por qué aun cuando peleaban no podía perder su sentido del humor? Lo resentía tanto... le ardía en su orgullo que a Milo le diera igual pelearse con él...
- Olvídalo Milo, sólo olvídalo... - dijo con un tono raro en su voz, uno que sólo Milo podía provocar: uno triste y derrotado.
Comenzó a caminar dándole la espalada a su imposible, demasiado triste para pelearse con él. Pero para su sorpresa, una muy agradable sorpresa Milo iba a su lado imitando su rostro frustrado en un puchero demasiado gracioso cómo para no reír...
Y riendo ambos, siguieron caminando... o en el caso de Camus, flotando en un sueño...
Aioria salió de su celda después de que sus amigos se fueran. Estaba harto de pensar en la posibilidad de una guerra, pero se sentía peor al "hartarse" cuando el tema, la muerte de personas, seguía en el aire...
Caminó sin rumbo fijo, y llegó a la Biblioteca. No deseaba leer, sólo sumergirse en la soledad y en el silencio del ambiente.
Había entrado ya, cuando divisó en un rincón la figura de aquel que le robaba más de un suspiro en las noches, aunque no lo quisiera admitir. Se detuvo a contemplarle en silencio y en el anonimato.
Era demasiado orgulloso cómo para perderse en un amor que no era correspondido. "Él" lo era todo y era nada a la vez. En el Aioria físico real existía, como un compañero más. Y en el Aioria "REAL" existía en cada momento y en cada suspiro, como un fantasma que robaba noche a noche un pedazo de su corazón.
Nunca había luchado por "él", y nunca lo haría. Sabía que la batalla la tenía perdida desde el comienzo, y aunque le dolía aceptarlo, más le dolería ser rechazado completamente. Su corazón tenía fisuras, pero estaba completo. No resistiría que se le partiera en mil pedazos y que fuera "él" quien lo partiera.
Su "amor" se veía feliz con Kanon. Desconocía cual era la relación de ambos, amigos, novios... Pero al final no importaba porque podía leer en esas hermosas orbes celestes algo más que amistad y algo que tristemente nunca sería para él...
No soportaría nunca la idea de estar tan perdido por ese bello rubio que tan sólo al haberle mirado una vez lo había dejado prendado, y que éste a su vez, al mirarle no lo hubiera amado, ni correspondido...
El amor a primera vista es hermoso, pero terrible y cruel si sólo se logra despertar en uno de dos...
Una lágrima caía del rostro de Shaka y Aioria se sintió morir. Su rubio estaba sentado, en posición de meditación pero no sólo era una sino varias las gotas que caían y bendecían el suelo.
Había dado un paso ya en su dirección para abrazarle, acariciarle su largo cabello y susurrarle palabras tiernas mientras sus dedos se dedicarían a robarle las lágrimas al suelo y sobre todo a mirarle y perderse en su presencia..
Pero recordó que sólo eran amigos, y no muy cercanos.
Maldijo la barrera que él mismo había construido entre los dos, y que ahora le impedía brindarle el consuelo que tanto parecía necesitar. Sin saber que hacer se quedó de pie y esperó...
Oír esos pequeños sollozos le estaba partiendo el alma, y estuvo a punto más de una vez de comenzar a llorar también el. Aunque fuera en el llanto, si de esa forma podía acompañar a su ángel lo haría...
Pero ruidos que provenían de fuera le hicieron dirigir sus pasos hacia aquella dirección. Unos tontos aprendices estaban a punto de entrar al terreno que Shaka había marcado sagrado con sus lágrimas. Nadie más lo podía pisar. Así, los corrió de una forma que pareció grosera, pero que en realidad era natural del león enamorado que Aioria era...
Así se decidió a custodiar las puertas de la Biblioteca, para evitar que interrumpieran a su rubio en el pequeño momento de debilidad y descargue que estaba teniendo. Se sentó afuera como su guardián, para tampoco llegar a molestarle con su presencia y esperó ahí, pidiendo a Dios () que nunca más le tocara ver llorar al virgo...
CONTINUARA
() así es, Saori no es nuestra diosa aquí... (no me peguen!)
Bueno espero que haya sido de su agrado y, no se preocupen, Saga y Kanon serán los protagonistas indiscutibles del próximo capítulo pero tmb aparecerán los demás...
Sus impresiones de las parejas se agradecen nn
Besos!
