Autora: Soley de Lioncourt
Capítulo 6: A priori
-podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.
¡Todo sucederá¡ Podrá la muerte
cubrirme con su fúnebre crespón;
pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor...
-Excelente¡ joven Lizert...unos versos muy profundos...tiene un 10-la voz de la maestra resonó entre el barullo de los alumnos en la clase de literatura del 4to semestre de la preparatoria Shikigate, Era martes, y en el horario diurno que comenzó a las 3:00 de la tarde, el sol aún estaba a todo su esplendor unas horas antes del atardecer, Lizert trató de no mirar hacia la ventana, odiaba el sol, lo había aprendido a odiar por no poder admirarlo, ya que él era un no muy agraciado vampiro. El chico tomó asiento, no sin antes observar que el asiento adelante del suyo estaba vacío, la chica que comúnmente lo ocupaba había faltado a clases, y era Sakura Kinomoto.
La primera clase acababa de comenzar, él había sido el primero en recitar el poema que tenían como tarea desde la semana pasada, en realidad no estaba en sus planes de ese día asistir a clases, aún su aspecto era terrible pero menos notorio que la noche anterior, pero la decisión de asistir fue tomada con la esperanza de poder encontrar la suficiente cantidad de alimento que necesitaba para fortalecerse...
A su izquierda se encontraba el banco de Eriol, y detrás de él el de Lí Shaoran, los dos estaban vacíos, apenas había mirado a estos dos la noche anterior e incluso había tenido un encuentro no muy agradable con el chico Hiragizawa.
-oye...¡Qué bonitos versos recitaste¡ ¿Los escribiste tú?-una mano en su hombro le indicó la presencia de una joven de su grupo a su lado, que le sonreía justo después de terminar con su elogio, estaba muy cerca, tanto que pudo distinguir lo tersa que se veía su piel, alrededor de unos enormes y bellos ojos violetas, sus labios estaban de un color vino, que los hacían ver mas carnosos y deseables.
-eh, gracias... pero en realidad los escribió Bécquer... un escritor del otro continente... -contestó muy amablemente Lizert, fingiendo una sonrisa tierna. Miró con detenimiento, el cuello de la chica estaba descubierto, sintió deseos... se contuvo... ella tenía el cabello negro hasta las caderas y era muy atractiva...-... por que la verdad no soy muy buen poeta...señorita Daidouji...
La chica solo sonrió, él quiso tener algo más que decirle...
-..disculpa...por..¿por qué no ha venido hoy la jovencita Sakura?
De pronto la mirada de la chica pareció contraerse, y sus ojos se escondieron bajo su flequillo...
-sucede algo?-agregó Lizert, viendo la expresión de Tomoyo...
-... bueno...ella, ella está un poco enferma, y es por eso que tuve que venir, ya que ella insistió tanto en que la dejara sola...y creo que estuvo bien...últimamente ha estado muy rara...
-¿rara?
-sí, y yo no sé que mas hacer por ella...
-¿pero en que aspecto lo dices?
Fueron interrumpidos por la profesora, quien después de mucho esfuerzo pudo calmar a los jovenzuelos de aquel grupo, había hecho resonar su voz a tal grado que todos se callaron, y la mayoría de ellos tenía su vista fija hacia la puerta del salón...
-¿Y bien?....¿A que se debe ese retraso... jóvenes...?
De pié frente a la puerta estaban dos chicos, Lizert y Tomoyo los identificaron rápidamente, ambos traían el uniforme escolar un poco arrugado, pero ellos perecían impecables, incluso se veían aún mas atractivos...
-jóvenes Hiragizawa... y... Li, debo informarles que se han ganado un exquisito reporte de impuntualidad... vayan a sentarse¡-dijo la profesora un poco molesta...mientras ellos caminaban hacia sus lugares ,la profesora no les quitó los ojos severos de encima, segundos después se acentuó su interés en uno de los dos impuntuales....
-ahora, usted joven... Hiragizawa, va a recitar el poema que dejé de tarea el viernes pasado ¿Hizo la tarea no es así?
Eriol se había ya sentado en su banco, parecía no haber escuchado a la profesora, por que sus ojos estaban mirando a Lizert de una forma muy acosadora, Eriol se había dado cuenta de que su banca había sido movida de su sitio, y ahora estaba justo junto al joven del cabello aguamarina, la idea lo pareció disgustar...
-no lo hice... profesora-le quitó a Lizert los ojos de encima, después de dedicarle un último gesto de frivolidad.-no tuve tiempo.
La maestra frunció en cejo más de lo que ya estaba, y ahora miró al joven Shaoran...
-¿Y usted cumplió con el trabajo? o tampoco tuvo tiempo de sobra...
-no lo hice -Shaoran tenía una expresión muy seria y retadora, cosa que molestó aún más a la profesora, y gracias a esto terminó dejándoles un arduo encargo de deberes para el viernes de esa semana (ya que esta clase solo la tenían dos veces ala semana)
Al final de esa clase, se les dio la noticia a los alumnos de ese grupo que no llegaría el profesor de la clase siguiente y por lo tanto tendrían 50 minutos libres, cosa que alegró a la mayoría de ellos.
-y bien ¿Ahora me van a contar que han hecho estos días?-preguntó Tomoyo, poniéndose frente a Eriol y Shaoran pidiendo respuesta...
Eriol la miró acompañando su expresión con una sonrisa, como la que casi siempre mostraba a todo humano con el que convivía...
-hola... y este pues...
-ó ¿Acaso creen que me creí su cuento del viaje a Osaka?¡¡-agregó sonriente Tomoyo-
-¿En donde esta Sakura?-dijo Shaoran, casi cambiando el tema inmediatamente...
-vaya... ¿Desde cuando te entró el interés por ella?-preguntó con algo de enfado Tomoyo
Shaoran captó la indirecta, era obvio que Tomoyo decía eso en el tono en que lo dijo pues él no había tomado interés por su novia los últimos días de ausencia... ¿Pero como no?... por supuesto que tomó interés en su novia, apenas anoche había estado con ella... sonrió para sí mismo al recordar poco a poco escenas de lo ocurrido la gloriosa noche anterior...
-¿Qué sucede?¿Por qué no contestas?-preguntó Tomoyo al chico del cabello castaño, Eriol tenía el cejo un poco fruncido, y detrás de su espalda retorcía salvajemente una pobre hoja de papel.-y... y...¿desde cuando usas anteojos?...
Shaoran traía puestos unos lentes, por sugerencia de Eriol y necesidad, apenas al medio día la vista pareció nublársele cuando salía de su casa le ardieron los ojos tanto que no supo como el instinto lo había hecho llegar hasta la puerta del apartamento de Eriol, para cuando lo hizo ya tenía los ojos muy rojos y lloraban sangre, gracias a que los múltiples pares de lentes de Eriol no tenían graduaciones( pues un vampiro tiene una vista superior a la de cualquier criatura, especialmente en la oscuridad) pudo colocárselos.
en otro lugar en esos instantes...
-No podéis resistir a los señores de la noche
Ellos no tienen piedad de vuestro sufrimiento
Encuentran placer en vuestro miedo
Pero os tomaremos con amor
Os desgarraremos con pasión
Y os liberaremos con la muerte
Nadie podrá decir
Que no estaba advertido
...Hijos de las tinieblas
Enfrentad a los hijos de la luz
Hijos del hombre
Combatid a los hijos de la noche
Esta es la era de la inocencia
De la autentica inocencia
Todos tus demonios son visibles
Todos tus demonios son materiales
Llámales dolor
Llámales hambre
Llámales guerra
Ya no necesitas al diablo imaginario
Expulsa a los vampiros y demonios
Con los dioses que ya no adoras
Recuerda: el hombre de los colmillos lleva capa.
Lo que pasa por encanto es un encantamiento
¡entiende bien lo que ves cuando me ves¡
Matadnos hermanos y hermanas, la guerra continua
Entiende bien lo que ve cuando me ves....
La música terminó de sonar en el radio, Kinomoto estaba escuchando uno de los éxitos mas locos y nuevos que jamás pudo escuchar, era la canción interpretada por un grupo de rock que antes no conocía, a decir verdad, le encantó ese mensaje no tan mensaje en la melodía... ese grupo de llamaba "La noche libre de Satán"... no tenía nada de raro que un grupo de locos intentaran traer vida nueva a la ya casi acabada de los nuevos adolescentes... talvez...
Recordó que esa noche había tenido sueños extraños y confusos, pero de todas formas, odiaba tener sueños de realidad... odiaba tener que verse obligada a no hacerles caso...
Desde que Toya murió...
De pronto los ojos de la chica se vieron inundados de sombra, como un cristal a medo pulir... seguía desparramada sobre la tibia cama, con la sábana encima, tratando de cubrirse. Hacia ya más de una hora que Tomoyo se había ido, dejándola a petición en la cama aún, sin insistirle que fuese a clases, y es que la cosa era, Sakura estaba más pálida que una concha de mar... además de tener unas ojeras como si no hubiese dormido nada... casi era así...las pesadillas la inundaron toda la noche, incluso hubo una que pareció tan real...
Se ruborizó un poco, miró hacia su mesita de noche, ahí estaba como siempre, la impecable fotografía de su novio Li Shaoran, él lucia perfecto, tan atractivo como siempre, con una camisa verde aguamarina, y los cabellos alborotados, su sonrisa a flor de piel, y un matizado rubor en las mejillas... algo le vino a la mente, cerró los ojos, los abrió como desechando la idea que se le produjo, decidió que ya era hora de levantarse...
Al incorporarse lentamente, su mano se topó con algo duro bajo las sábanas, lo tomó, y lo miró, ...¿un cuchillo de cocina?... y lo mas curioso era que estaba muy limpio... comenzó a buscar mas cosas bajo sus sábanas pero ya no había nada... también se dio cuenta de que estaba desnuda de pies a cabeza, y las sábanas que usaba como base estaban totalmente manchadas... se levantó rápidamente... aquello no era bueno... le dio un mareo de asco...y en la alfombra había más partículas de sangre...
Talvez me llegó la visita del mes durante la noche....pero...¿Por qué estoy desnuda?...
La cabeza le dio una punzada terrible, no recordaba haberse quitado la ropa...no recordaba absolutamente nada antes de acostarse la noche anterior... y de sus sueños solo recordaba escenas confusas y borrosas... sin cubrirse con nada abrió la ventana de su habitación, miró por unos momentos hacia abajo, donde el estacionamiento le quedaba a unos cinco metros desde su ventana, se apartó de la ventana, fue a quitar todas las sábanas de su cama, y se dirigió a la lavadora en al parte de la terraza, que estaba junto a la cocina, dónde las arrojó y la puso en marcha, acto seguido, ya en el baño, dejó entibiarse el agua de la regadera...mientras esperaba un poco, fue a mirarse al espejo que estaba sobre el lavabo, no tenía un buen aspecto, recorrió cada centímetro de su cuerpo con sus manos, en su cuello pudo distinguir unas cicatrices extrañas, había otras más en su pierna y otra más en su pecho izquierdo, en sus muñecazas había más cicatrices largas, al igual que en sus piernas, parecían frescas, ya que la cicatriz apenas empezaba a ser costra, se asustó un poco...no entendía como pudo suceder aquello...¿o sí?...
Como torbellino en su mente algunas escenas comenzaron a ser claras y precisas... recordó un poco...así era, se había levantado a media noche de su cama, y regresó con una cuchillo de mesa...un corte...dos cortes...cuatro cortes....sangre obscura... su rostro volvió a ensombrecerse...ahora lo entendía todo...recordó con placer una penetración aquella noche... y entre sueños otras más...
Sin saber por qué, la sonrisa iluminó su rostro...
Corrió hacia la regadera y se dejó invadir por las caricias del agua que caía sobre ella, roseándola con la calidez de su construcción...
-¿Por qué te empeñas en retarme, si al final te acobardas?...-dijo una voz, detrás de la puerta de uno de los cubículos de escusados, en los baños de varones de la preparatoria Shikigate-creí que no te vería aquí hoy...creí que estabas "malito"...-se mofó la misma voz, aún sin dar la cara...
-...no se que hablas...-contestó el joven de cabello aguamarina, que pareció estremecerse un poco al escuchar esa voz tan repentina, pero aun conservando postura seria. La puerta de los baños estaba atrancada con un enorme bote de fierro. De pronto en un parpadeo, ya se encontraba contra la pared, apresado por unos fuertes brazos, y frente a él un rostro de belleza indescriptible, adornado con cabellos azul oscuro, el chico se quitó las gafas y las guardó en su bolsillo frontal de la camisa; ahora unos ojos que eran de ese color azulado, lo miraban firmemente.
-¿a, no?...mi mártir... vamos a robarte la amnesia... -El joven del cabello aguamarina palideció un poco, un poco mas de lo que ya estaba antes, sintió una gota de sudor resbalar por el lateral de su rostro. Sintió como los dientes de su opresor penetraban en su cuello muy profundamente, ser mordido así por otro vampiro le provocó una excitación que se concentraba en su entrepierna, tan inmediata que no se podría describir con palabras, mas fácilmente era como estar de pronto en el paraje de Babilonia. Los tragos de sangre invadían su audición, su opresor parecía también extasiado bebiendo de él. Lizerg se preguntaba por que no ponía resistencia, por que permitía aquel contacto tan profundo... pero fue llenado por el éxtasis y sin meditarse mas comenzó a gemir tras varios segundos. Las manos del opresor prensaron ahora sus muñecas y las tenía firmes contra la pared, levantándolas mas alto cada segundo. Al estar muertos no podía escucharse ya aquel impreciso latido de sus corazones, el único ritmo que se escuchaba era el de sus jadeos. Cuando el ritmo era tal desmedido la presión dejo de sentirse, el opresor dejó libre a la presa. La presa salió del trance ensoñador el cual fue sustituido por un dolor insoportable en el cuerpo.
- otro poco... mas... -el opresor estaba sudando, aun jadeaba como lo hacía Lizerg-..y te mato... debí haber hecho eso ayer, pero no me dejaste terminar...mi mártir...
-¿por qué...me...llamas..mártir?...¿por qué... no terminas... tu trabajo?... no me opondré...Hiragi...zawa...-dijo con un poco de firmeza, mientras se apretaba el cuello, los músculos del cuerpo no le respondían, sentía como si hubiera salido de pronto de los excesos de alguna droga. La mordida de Eriol había sido mas que una droga para él. Droga que deseaba probar nuevamente, sin importar que la muerte fuese el resultado. De pronto se estremeció, y rechazó de su cabeza estos pensamientos.
-No seas imbésil, estamos en un lugar público, además no creas que esto será siempre así, a pesar de lo excitante que aya sido para ti-hizo una pausa- solo me cobraba lo que me robaste ayer, y debo aceptar que... la sangre de esa mujerzuela ha sabido mas deliciosa en estos momentos... mi querido mártir... -se mofó Eriol Hiragizawa, pasándose los dedos por los labios que aún tenían pequeñas gotas de sangre, haciéndolo muy seductoramente, cosa que enfermó mas a Lizerg.
-¡¡deja de llamarme así¡¡-Lizerg aun seguía jadeando de cansancio, Eriol había tomado la suficiente cantidad de él en esos momentos como para dejarle nuevamente enfermo y débil... Lizerg se dejó caer en el suelo sobre sus rodillas, se veía bastante demacrado en tan pocos segundos.-eres un bastardo...-Eriol siguió riéndose muy cínicamente, de pronto su vista se posó en el espejo del aula, podía ver perfectamente su reflejo, el reflejo de un vampiro hecho, con las mejillas rosadas y su rostro rebosante de juventud, su sonrisa dejo paso a una seriedad muy incontenible, había seguido a Lizerg a los baños solo para desquitar su coraje...¿coraje?...¿cuál coraje?...
Shaoran...y de nuevo Shaoran... un Shaoran que no parecía tener el mínimo interés por él, un Shaoran que le menospreciaba...¿Se había equivocado a caso al pretender retener a Shaoran solo haciéndolo vampiro?...y...¿e que tenía que ver Lizerg ahí?...
Antes de que alguno de los dos pudiera hacer o decir algo más, la puerta del aula crujió...
-hey...abran la puerta...¿hay alguien ahí?¡¡... tock,tock¡¡ -era la voz de algún estudiante, a Lizerg le brillaron los ojos...-por favor abran, necesito urgentemente un baño¡¡
Eriol no miró de nuevo al joven Deizel, se dirigió a la puerta y pateó el bote que la atrancaba, la abrió y se encontró cara a cara con un bello estudiante de 1er semestre, tenía ojos verdes y un delicado y fino rostro, estaba muy chapeado, y parecía algo angustiado.
-gracias...-iba terminar el chico, cuando Eriol, con una tremenda fuerza lo tomó del cuello de la camisa y lo empujó dentro, cerrando nuevamente la puerta cuando salió de ahí.
Ya adentro, el chico miró a Lizerg quien estaba aún en el suelo, con algo de desconcierto...
-¿estas bien?...-acercose lentamente a Lizerg, tendiendo su mano...-aquel tío raro... ¿Te ha hecho algo?...
El rostro de Lizerg se contorsionó gracias a la sed de sangre, llegando a una mueca tan desagradable que asustó al chico en cuestión, El vampiro del cabello aguamarina puso a prueba su poder vampírico, forzando al joven fresco a acercarse inconscientemente por medio de su mente, en cuestión de instantes, ya apretaba contra sus labios aquel tierno palpitar armonioso de vida... el cual no opuso resistencia. Cuando un vampiro está sediento, no hay barreras que lo detengan para cazar, y en esta ocasión, la única barrera no podía ser menos congradecida con el chico vampiro de la sensual mirada, los cabellos obscuros, de la droga exhaustiva, que dejaba y daba al mismo tiempo implante a los deseos humanos , a los deseos oscuros.
alas menos cuatro horas, en el amanecer del vampiro
Nada podía ser mas cálido que aquel intenso sentir, el vampiro hecho y satisfecho, yacía bajo las sábanas ahora manchadas de sangre, que juego tal no podía haber sido mejor, que el de la noche anterior, el cual terminó casi de madrugada, jamás había experimentado tal sensación, tal lucidez de sensualidad, en sus brazos reposaba una presa, no muy distinta a las anteriores, la única diferencia radicaba en la edad... la nueva visión de la sensualidad, en la infancia desfavorida.
El niño, cuyos cabellos aún estaban perfumados, y su piel irradiaba con el brillo de toda aquella sal de la presa nocturna, de piel apiñonada y tersa, aún estremecía al vampiro con la misma intensidad que en su principio; yacía también bajo las sábanas, las heridas múltiples aun sangraban, no solo en su cuello, si no también mas allá, en todas sus extremidades, parecía un ángel mordido sobre el pesebre. El vampiro pasó unos momentos mas acariciando cada parte del cuerpo desnudo del hermoso chiquillo, el cuál aún tenía las lágrimas a chorros marcadas en las mejillas producto del llanto causado en horas anteriores, el vampiro Len Tao, había encontrado un nuevo hoobie, su "Shotacon"...
Había dormido ya bastante, quería salir sin importar que hora fuese, ya no soportaba estar en esa cama... y él no era muy adicto que digamos a dormir en ataúdes, a su alrededor, todo eran tinieblas, pues toda cortina gruesa estaba corrida de manera que ni un rayo del sol pudiera colarse... el vampiro miró su reloj, faltaba una hora para la puesta de sol, solo era cuestión de esperar un poco mas, muy a su pesar.
El pequeño cuerpo bajo las sábanas se movió, el vampiro solo hizo un gesto de impaciencia, el rostro angelical surgió de las sábanas cual volcán en medio del océano.
-...mm...ña...-pasó sus pequeños dedos por sus párpados, se frotó un poco y abrió los ojos- ¿dónde esta mamá?...quiero a mama..a..-el pequeño abrió como platos los ojos cuando en su mente se aclararon las ideas, mirando con un pavor muy intenso los ojos de aquel ser que se encontraba frente a él, aún mirándolo con acechamiento y una sonrisa tan diabólica que lo asustaba desmedidamente-...bi...biaaa...-una lágrima tras otra comenzaron a surgir de sus tristes y ensoñadores ojos grises, al recordar toda aquella vivencia, su sufrir su pena, aunque el vampiro se había tomado la molestia de no utilizar la violencia contra aquel ser indefenso en horas anteriores. El vampiro le posó un dedo en los labios, le apartó las lágrimas de las mejillas...
-¿ que has estado soñando pequeño?...-el niño no dejaba de mirar al vampiro a los espectrales ojos, que centelleaban un poco, el vampiro lo estaba manipulando por medio de su extravagancia mental-..dime...-tomó su rostro por la barbilla muy delicadamente, el pequeño guardó silencio, el vampiro se acercó a él hasta que tocó sus delicados labios con los suyos y le obsequió su beso mortal, mientras lo hacía sumergía bajo las sábanas sus manos, tan heladas como el mismo hielo, sintiendo nuevamente la piel tan tersa que antes ya había poseído, el niño parecía estremecerse un grado mas cada vez que las manos de aquella criatura se posaban en algún lugar prohibido, en aquel lugar helaba...
-tengo frío... - las palabras salieron de su boca, la voz del niño era como una melodía en los altares de la catedral.
¡OH es que era tal la melodía, tal el hechizo¡ tal lo poseído que estaba el vampiro por el pequeño, que provocaba toda sensación prohibida, tal deseo...
Pero debía dar freno, aún recordaba como le había arrebatado de los brazos de su madre, aquella maldita puta en el bar... la cual vendía los favores sexuales de su pequeño, a costa de cualquier precio, cualquier pago, para una botella mas de alcohol... la mujer aún vivía, y su hijo, su pequeño ahora yacía en los brazos de un demonio ensoñador.
-ya no tendrás mas frío...-el apuesto y desnudo vampiro se colocó sobre el pequeño, apartó las sábanas blancas y miró toda aquella debilidad, estrechó fuertemente al pequeño con sus brazos, sintiendo cada parte de él, y nuevamente inhalando el desenfreno que le provocaba, ¡OH, era tan hermoso¡¡tan deseable que ni un serafín se le podría comparar¡...pero esa era el punto clave, en que el río se desbordaría, recordaría siempre aquellas horas con él, el sudor que le había hecho surgir, el cansancio que le había brindado, y el placer de toda su sangre... ahora era el punto clave...
Así que acercose su boca al pequeño miembro del niño, quien solo pudo gemir de dolor, de terrible dolor, cuando se convirtió en un grito, justo al tiempo en que le era extraído el ultimo aliento de vida, la ultima gota de toda su aventura.
Ahí había acabado todo, y se había quedado parte de su pasión en el cadáver de la hermosa figura infantil, pero el vampiro fue fuerte, se levantó de la cama al terminar su ritual, se fue a la regadera, aquel cuarto de hotel comenzaba a templarse al igual que la piel de Len Tao.
Una nueva aventura buscaba para aquella ocasión, y su yacer en Tokio, renacería de nuevo...
-¡¡mamacita, ¿quieres que le ponga salsa a tus chicharrones?¡¡(jeje esto fue idiota pero solo se me ocurrió,¡gomen¡)
-idiota- murmuró la joven, ella caminaba por la calle, había salido de su departamento, en realidad no se había percatado de su poca atención en cuanto al atuendo que llevaba puesto, por lo que los hombres que pasaban a su lado, o estaban a su alrededor no dejaban pasar oportunidad para sus expresiones vulgares...
En realidad ella no sabía lo que quería o lo que buscaba, su instinto la había traído caminando por varias cuadras, buscando; vestía una falda tan corta que se veía a desnivel con la playera larga que portaba, la cual en sí tenía plasmado un letrero en letras rosas: "¡nice piece!", unas calcetas colegiales muy desgastadas y que resbalaban por sus delgadas y bien formadas piernas, y unas zapatillas sport de color negro, no faltaba mucho para que comenzara a ponerse el sol, tampoco extrañaba estar en la escuela, quería descansar de la rutina...
Sin detenerse en su camino, de pronto sus sentidos le hicieron sentir que alguien venía detrás de ella, casi al mismo paso, sintió un repentino estremecimiento, miró hacia atrás, no había nadie, la calle estaba muy vacía, solo veía automóviles, santo cielo, ¡ni siquiera sabía donde demonios estaba¡... podía ver no muy lejos la apantallista y carmín Torre de Tokio, se veía imponente, le atrajo memorias de tiempos antaños, cuando era la Card captor, frente a la torre de Tokio el juicio que le impuso el juez del libro Clow... se preguntó si hubiese la posibilidad de que todo fuese solo un sueño... algunas cosas, algunos detalles no los recordaba ya con la misma claridad, ya no tenía pruebas, no había mas pruebas, todo Estaba ahora tan vacío; falta de aquella radical armonía, de aquella antigua felicidad... Las preguntas rondaron nuevamente por su mente...
¿Dónde estaría ahora la bestia del sello, Kerberus?...¿Adónde se fue toda la magia de aquellas eras?...¿dónde estaba la Sakura de hace seis años?...
...silencio...
¿Adónde se había ido Yue?...¿Su hermano?...¿Su padre?...
Todo era cuestión, exceptuando el hecho, de que lo aceptara o no, Toya y Yukito, ahora estaban muertos... y su padre, a una indefinida pero gran distancia... sin importarle, sin siquiera importarle su única hija...
¿Adónde se había ido el amor?...
Aquel amor, aquella amistad...¿Por qué todo era ahora tan diferente?...
¿Qué era de Shaoran?...
amaba a Shaoran... realmente lo amaba... había soñado con él las ultimas noches, incluso...
Sakura detuvo sus pensamientos, detuvo sus pasos, sus meditaciones, se encontraba de pié frente a un enorme edificio que no conocía, puso las manos en su pecho, algo había ahí que le atraía como imán... el edificio era gris, la entrada eran unas puertas oxidadas, parecía muy viejo u antiguo, todas las posibles ventanas estaban tras enormes barrotes oxidados por igual... tocó la puerta... no se escuchaba nada dentro, así que probó la chapa, la cual giró tras sus impulsos, mostrando abiertamente el interior de la construcción.
Dentro era oscuridad, y sombras parecía un antiguo edificio que servía de despacho tal vez contenía algo así como oficinas, pero era casi obvio que ya no estaba en funcionamiento...
A pesar del tétrico y abandonado que le resultaba el lugar no contuvo sus deseos de ingresar, cuando lo hizo a cada paso resonaba el eco aterrante, un aire sombrío y de podredumbre llenaba al ambiente, la puerta que antes había abierto se cerró de pronto, cosa que la hizo temblar.
Pronto llegó a unas escaleras, la poca luz se colaba por los rincones, comenzó a subir, tropezó algunas veces, quería llegar lo antes posible...¿lo antes posible?...¿A dónde?...
La llamaban... algo la llamaba... algo la llamaba...una voz lejana y llorona, tan lúgubre como el canto del ave maría en la catedral... (¿¿¿Cuál catedral???mmm...)
La puerta de la habitación se abrió...
-¡buenas tardes¡... ¿he venido a saber como...-el joven que acababa de entrar dejó su abrigo en la silla vacía que estaba junto a la puerta, interrumpiendo sus palabras, mirando fijamente a los seres que estaban en frente...
-¡hola, Manta¡...-saludó uno de los chicos que estaban ahí, llamado Yho Asakura, el otro chico de un largo cabello azul cielo y despeinado seguía aún serio, sin hacer algún gesto u expresión, sin dedicarle una mirada al chico que acababa de entrar...
Manta Oyamada, era el joven alto, de cabello castaño y largo, peinado hacia atrás, con un rostro bien parecido, que vestía una camisa de color gris y unos elegantes vaqueros negros, el cual acababa de llegar.
-hola de nuevo Yho...-le dedicó una sonrisa, la cual se acentuó en su rostro de una manera muy arrolladora, lo cual hizo pensar por instantes al joven Yho que bien podría pasar como una chica si se pusiera una peluca y se pintara los labios; Manta se acercó lentamente hasta el otro joven, que estaba sentado junto a Yho, con la mirada perdida y angustiada, posada en la cama que estaba frente a él, en donde consiguientemente yacía una persona.
Aun estaban en el hospital, aunque los cambiaron a una habitación individual. El doctor había tenido una seria conversación con el chico del cabello azul cielo, llamado Horo-Horo, acerca del estado en que se encontraba su querida hermana. Yho ya estaba también enterado del estado de Pylyca, la joven que se encontraba aún en la cama de aquélla habitación, sin despertar...
-ha tenido una especie de shock emocional... pudo deberse a alguna especie de susto, de preocupación en alto grado; y es posible que la chica esté esquizofrénica... si no es que a eso se haya debido el espasmo...-las palabras del médico aún resonaban en la cabeza de Horo-Horo-...es muy extraña la extrema pérdida de sangre que tuvo, ya que no hay señal de heridas o lesiones graves, lo único que pudimos encontrar en ella, son unas pequeñas marcas en el pecho izquierdo...
-¿y que significa todo esto?...¡¡¿qué quiere decirme?¡¡ ¿va a estar bien?...¡¿¡¡dígame que estará bien¡¡-sacudió al médico, Yho tuvo que intervenir para que se calmara...
-escuche joven, ella está muy grave... seguimos buscando alguna causa para lo ocurrido, pero el estado emocional de su hermana, y en especial el suyo, deberá ser controlada médicamente...
-¿Va a reponerse?¡¡-Horo-Horo volvió a tirar del médico, tenía los ojos muy enrojecidos...
-se lo encargo por favor...-se dirigió el hombre de bata blanca a Yho...
-¿Va a reponerse?...¡¡¡¡contésteme¡¡¡¡...¡¡maldito negligente contésteme¡¡...ahhhhhhhh¡¡-Horo-Horo comenzó a sacudirse en su cama, se levantó, arrancándose la delicada manguera de transfusión sanguínea, las gotas de sangre comenzaron a empapar las sábanas, Horo-Horo siguió al médico por la sala, en donde las demás personas y pacientes lo miraban desconcertados; llegó hasta el hombre de bata y antes de que pudiera dirigirle su puñetazo en la nuca, Yho tomó a Horo-Horo por debajo de los brazos, rodeándolo de manera que este quedó inmovilizado...
-¡¡¡¡tranquilo¡¡¡, ya cálmate Horo-Horo¡¡¡- el joven pacífico del cabello castaño que recogía en una coleta de cascada, ahora parecía seriamente molesto, era seguro que aquello podría acarrearles mas problemas...
-horo-horo-dijo Manta suavemente, posando su mano en las mejillas mojadas de Horo-Horo...-todo va a estar bien...ya verás que sí...
Horo-Horo se veía demasiado angustiado y sus ojos reflejaban mucha tristeza, dentro muchas preguntas rondaban, de las cuales la mayoría el médico no tenía ni idea...
¿Qué le había sucedido exactamente a su hermana?...¿Cómo rayos había terminado dónde ahora estaba?... ¿Por qué Manta estaba ahí?...¿Cuánto mas le quedaba para seguir ahí?...
Horo-Horo sintió el cálido contacto del joven de pequeños ojos negros que lo miraban fijamente, sin articular palabra alguna estrechó a aquel joven contra su cuerpo, lo abrazó tan fuerte que Manta se quedó ensimismado por la acción, Yho sonrió tiernamente al ver la escena...
-gracias-susurró Horo-Horo al oído de Manta, y Manta que sintió humedad en su hombro, mientras apapachaba a su antiguo amigo Horo-Horo, éste derramaba inconteniblemente lágrimas de opresión y angustia... Manta lo comprendía, Manta podía comprender su dolor, podía sentirlo... ante algo que no tenía causa lógica para la naturaleza humana... en medio de la oscuridad, ya que él había vivido algo parecido no hace mucho tiempo.
Sobre la barda mas alta en el edificio Shikigate...
Habían acontecido muchas cosas que cambiaban su vida anterior de una manera muy radical y prepotente, la toma del destino había hecho una pausa muy grande, a penas y podía creer la verdad sobre su nueva naturaleza, no dudar que era real, que era de verdad, que era insólita y única, que ahora se encontraba ahí de nuevo, muy diferente. El joven de cabellos castaños y alborotados se encontraba sentado cobre las varillas de metal que formaban un barandal, en la azotea de la preparatoria Shikigate, solitario, o al menos eso parecía, sus ojos centellearon cuando al fin se quitó las gafas del rostro, y las guardo en el bolsillo de su camisa, entrecerró los hermosos ojos de miel, y miró hacia abajo, donde yacía un lejano y solitario patio colegial, con sus postes de dos metros en que se alzaban las canastas para el básquet, miró mas allá de la puerta del colegio, la ciudad se vislumbraba, a todo su esplendor, las luces comenzaban a encenderse, el sol ya se ocultaba en el horizonte, la torre de Tokio no parecía tan lejana, los edificios de gobierno tampoco... todo era inmenso y al mismo tiempo vacío, una masa terrestre, con relleno a carne humana, a palpitares jugosos...
...se le hizo agua la boca....
Se pasó un dedo por los labios, le sangraban, no le provocaba ardor alguno, no dudó mas y pasó su lengua, saboreado aquellas gotas rojizas, ser un vampiro hasta ahora le comenzaba a parecer divertido...
Se preguntaba donde podría estar su novia...se preguntaba como se encontraría...se preguntaba por ella...su nombre rondaba bajo el muelle de su cráneo (juego de palabras...Je Je )...
Pronto sintió una leve presencia cerca, pero no presto demasiada atención...
-Iré a verte esta noche... no solo esta noche...todas las noches...todas las eternidades...-dijo el joven para sí mismo, mientras miraba a la nada que se alzaba frente a sus ojos en lo alto...
Unas manos surgieron por detrás, y le rodearon las caderas, pero no le tomó atención, sus pensamientos seguían concentrándose en lo mismo...
Aquellos fuertes brazos le jalaron hacia atrás suavemente, bajándolo de aquel barandal y posándolo en tierra firme, fue entonces cuando Shaoran surgió de nuevo a la realidad...
- al fin lo has decidido... Shaoran...-El ser que hace instantes lo había bajado del barandal le dijo, comenzando a acariciar los sedosos cabellos del joven chino- ¿qué estabas pensando?- se acercó a él, le abrazó, Shaoran no dijo nada todavía, mas bien parecía ser una mueca no del todo agradable lo que le apremiaba.
Eriol parecía estar debatiéndose con su deseo de apoderarse de su Shaoran Lí, y su deseo de apretarle el cuello hasta dejarle sin vida, en pago a todos aquellos acongojes de la noche anterior... de su sufrimiento interno...de su desprecio hacia lo que robaba su tesoro, así que, aún esperando la respuesta del joven chino se dedicó a exhalar los aromas de la piel del cuello de Shaoran... cuando fue interrumpido...
-en esto...- El joven Shaoran tomó entre sus manos el hermoso y sorprendido rostro de Eriol, se lo acercó tanto hasta que su boca se vio apegada a la de él, mientras Eriol no sabía si soñaba, aquellos instantes pudiesen ser los frutos que el siempre había esperado, los labios de Shaoran eran tan suaves y húmedos, tenían un ligero sabor sangre, nada mejor para aquel acompañamiento, su muerto corazón comenzaba a revivir con cada segundo que pasaba, el pecho le reventaba cada envestida, ahora sus lenguas jugaban dentro de aquellas cavidades salivales, era una mortífago disfrute de realidades.
Habían pasado varios minutos, la primera estrella centelleó en el cielo cuando sus bocas se separaron, la mueca de Eriol en el rostro era indefinida, la de Shaoran era algo despreocupada, antes del nuevo ataque Shaoran pudo percibir en los ojos de Eriol, bajo su flequillo oscuro, una centella dorada; esto, justo antes de ser derribado al suelo por el fuerte puñetazo en la cara.
Y se vio ahora, a los pies de Eriol, frotándose la mejilla, mirando con desconcierto a su atacante, sin reconocer motivo alguno para aquel atrevimiento... Eriol aún tenía el puño levantado, casi le torcía el cuello a Shaoran al contacto hace unos momentos.
-¡¡¡¿pero que rayos...te pasa ?¡¡¡-dijo Shaoran-maldito...-se levantó del suelo, con cierta pulsación en la mejilla, y arremetió contra Eriol, regresándole aquel golpe...
-¿qué intentas Shaoran?... ¡¿acaso crees que soy imbésil?¡...-dijo Eriol, aún sus ojos estaban escondiéndose bajo sus mechones de cabello en la frente.-¿crees que puedes usarme?...
-... yo...de que...no..-Shaoran parecía confundido.
-estabas besando mi boca... estas y... estabas pensando en ¡¡ella¡¡... -ahora pudo ver uno de aquellos ojos de matiz azul, como una llamarada encendida.
-...¿de que hablas?...-Shaoran puso una expresión retadora...- yo creí que eso era lo que tu querías...lo supe...lo vi en tu mente...solo cumplí tu deseo...-dijo con cierto cinismo.
Eriol tomó a Shaoran por los cabellos y lo acercó a su rostro nuevamente pero no para besarlo
-aquí... aquí en tu pecho... aquí en tu mente... en tus ojos... en tus acciones... en tu mirada... esa maldita esta ahí... ¡está ahí¡...incluso en tu boca...¡en tu boca está ella¡...-dijo Eriol, miraba a la presa con las pupilas muy dilatadas, pero aun sin perder la postura-...en tu...en tu...sangre...-dijese lo ultimo mientras apretaba suavemente su cuello.
-...
-y sabes...
-...
-...yo...- tras las ultima palabras que solo Shaoran pudo escuchar; una ultima sonrisa se dibujo en la faz de Hiragizawa, estaba casi tocando la locura en aquellos instantes... y una decisión le imponía su alter-ego al mismo instante en que abandonaba la estancia y a Shaoran, perplejo sobre el suelo de la azotea... en el Campus Shikigate.
Bajo los suelos subterráneos, en los antiguos muros de piedra sobre los que reposaba aquel santuario los ecos resonaban, chocaban y regresaban cono flechas disparadas, unas tras otras, reuniendo esperanzas, esperanzas débiles de que todo aquel sufrimiento pudiese cesar en cualquier momento, lo antes posible.
-¡¡¡¡ya deja de llorar¡¡¡¡... idiota¡¡-otro duro golpe en la mejilla de aquel frágil muchacho, del que no hace mucho dejamos de saber. Sus cabellos rubios y rizados ya no destilaban el mismo brillo, gracias a la tierra que los opacaba y las manchas de sangre le acompañaban. Sus ojos estaban rojizos, su rostro manchado, paleado, e muy pálido, tenía tantas marcas como moretones por todo el cuerpo. Las muñecas de sus manos yacían apresadas y unidas a unas largas cadenas, su cuello sufría lo mismo, también a igual que la superior a sus talones. Estaba temblando, ya casi no tenía ropa, solo quedaba que el pedazo de tela roído que cubría su entre pierna le fuese arrebatado para quedarse descubierto.
Había pasado varios días de tormento, parecía que su alma no descansaba, eran tantos aquellos golpes que su cabeza había tenido contra las paredes, las cadenas y algunos puños que creía sentirse fuera de toda realidad, sin siquiera creer que pudiese recordar su propio nombre, su propio ser.
-vamos... ¡bebe¡-escuchó surgir de la boca de un hombre frente a él, apenas recordaba seguir dentro de aquel infernal cuarto frío y amurallado, sus ojos se vieron esclavizados ante una enorme rata que le ponían enfrente.-¿a... vas a seguir sin beber?... acaso ¿quieres morirte?...
¿morirme...morirme...? si ese tiene que ser mi destino...justo después de seguir sufriendo mas...mejor que así sea... ahora en este momento..... El chico encadenado pareció sonreírse un poco un segundo antes de ser derribado nuevamente por otra nueva embestida. Esta vez cayó hacia atrás, la cadena que apresaba su cuello estaba tan firme que antes que pudiera tocar el suelo sintió como casi se asfixiaba...
-¡Basta Riu¡-se escuchó una voz, proveniente de la entrada, frente a la puerta de fiero estaba un hombre observando la escena, aquel quien con su palabra hizo detener un nuevo golpe que aquél hombre vampiro llamado Riu preparaba nuevamente para el chico que estaba encadenado.
Los pasos de aquel que acababa de llegar resonaron por aquel lugar que mas bien parecía una especie de calabozo, mientras se acercaba a ellos. El vampiro Riu se quedó atónito, mirando aproximarse aquel ser imponente y al parecer poderoso.
-largo de aquí¡... -agregó el hombre, ya frente a ellos, Riu solo lo miró fervientemente...
-no puedo irme señor... tengo ordenes de Masaki... debo cuidar del chico...
-¿cuidarlo?....¿de que no escape?...-El hombre tomó a Riu por el cuello de su traje y lo acercó bruscamente a su rostro.-dime... ¿cómo carajo va a intentar escaparse si no puede ni sostenerse en pié?...mira ya como lo han dejado... ¿no te parece suficiente?...
-pero... joven Lerath... él es un... es un...
-al carajo... en este instante tu saldrás por esa puerta, mientras yo hablo con este infeliz... cuando me veas salir querrá decir que puedes regresar... entonces...podrás seguir torturándolo si así lo deseas...¿esta bien?...-agregó en tono de voz alto y grave, que hizo temblar un poco al vampiro larguchon Riu.
-...-comenzó a alejarse Riu, con una mueca muy desagradable de disgusto, ¡como odiaba a ese tal Lerath¡... y lo peor de todo es que no podía contradecirle u oponérsele...¡como deseaba matarle, estrangularle¡...de no ser por que Masaki le quemaría vivo si hiciese algo así....por que ese tal Lerath...desde que llegó...había sido siempre el punto débil del superior Masaki, a quien todos aquellos desquiciados vampiros respetaban, adulaban, servían...solo...cuando no estaba Courht... Pero Courht había desaparecido, si no es que ya estaba muerto.¿Acaso nadie sería lo suficientemente inteligente como para pensar como él lo hacía?...¿cómo para también detestar a Masaki... u a su querido Lerath?... pero... desgraciadamente como toda ley de la naturaleza... si no puedes con el enemigo únetele... y podría interpretarlo como el simple hecho de que si llegaba a dar su punto de vista sobre Masaki, la asamblea entera se le echaría encima como voraces perros rabiosos.
Cuando la puerta de fierro rechinó y se cerró, Lerathdum, alto, guapo y de cabellos obscuros y cortos, quedó mirando unos momentos el estado de aquel jovencito rubio y encadenado, que al igual que él era un vampiro. Hace unos pocos días que sabía sobre la llegada de este ser, no había tenido la oportunidad de mirarle, Masaki le había descrito su apariencia, y con solo imaginarlo no pudo resistir la tentación de conocerle, Lerathdum había regresado de Isumo apenas hace unas noches, había tenido encuentros que aun lo tenían marcado y anonadado, pero cumpliendo sus ordenes aquello no interferiría nunca más. Lerath, a pesar del estado en que se encontraba el chico, pudo percibir aquella belleza tanto física como interior, así como también aquellas agonías, aquellos sufrimientos y tormentos que ahogaban el no-alma de aquel ser
Estiró su brazo y alcanzó la barbilla frágil del muchacho, y lo jalo suavemente hasta que pudo reincorporarle. El chico tenía al parecer la mirada perdida, ya que no había brillo alguno en aquellos ojos. Pero a pesar de eso sabía que podía escucharle.
-Así que eres tú...Lían Kami...
-...
-se que puedes escucharme... puedo sentirlo en tus pensamientos...-agregó Lerath, suavemente-...y no... no voy a hacerte daño...al menos no mas del que ya te han hecho...jeje... -rió un poco Lerath, sin perder su postura seria, ahora tomó con sus manos las muñecas apresadas por aquellas cadenas, las cuales le habían dejado ya unas llagas que parecían escocerle, Lerath casi sintió el dolor que le inspiraba el solo verle así.
Lerath torció de manera ágil en camino que trazaban aquellas cadenas, poco a poco hasta que liberó las muñecas y el cuello del joven Kami. El cuerpo del joven se tambaleó antes de dejarse caer con flacidez sobre el suelo, parecía una especie de saco de huesos sin alma, sin sentidos, como una especie de muñequita frágil. Estaba tan pálido, delgado y débil que Lerath sintió deseos de patearle hasta que se rompiera. Pero eso... era solo lo que un ser carente de sentido común o interés haría... Lerath no era ese tipo de vampiro. No tenía nada parecido a aquel idiota de Riu.
-puedes agradecérmelo... ya no te van a estorbar esas cadenas... jeje... -Lerath tomó de nuevo a Kami, esta vez por los hombros, el chico parecía estremecerse ante aquel contacto, aún seguía temblando, mas bien eran una especie de contracciones.-... parece que tienes hambre...-Lerath se desabrochó la camisa, ahora tomó la cabeza de Kami por los cabellos rubios y despeinados, la acercó a él, hasta que sintió aquella nariz hacer contacto con su pecho descubierto.-vamos...tómala...yo se que la deseas Kami...
Tras varios segundos, Lerath al fin pudo sentir el roce de los labios y el penetrar débil de aquellos dientes, su pecho se contraccionaba a medida que los tragos que Kami tomaba de él se agrandaban, comenzó a experimentar aquella sensación... aquella sensación que no había sentido desde la ultima vez que Masaki le mordió, un sudor comenzó a correr por su rostro, sus sentidos estaban esclavizados bajo la posesión de Kami, quien había aprisionado su cadera como si no quisiera soltarle o siquiera separarse.
Paso un poco mas de un minuto, hasta que por fin Lerath dio fin al ritual. Separó suavemente a Kami, y levantó su rostro por la barbilla, hasta que pudo ver bajo aquellos ya no tan bellos rizos rubios los hermosos ojos azul cielo, que lo miraban de una forma muy vacía e inexpresiva, seguían algo enrojecidos, con sus pulgares dispersó aquella tierra y aquellas lágrimas saladas que le marcaban en el rostro. Y le abrazó, le estrechó contra su pecho como a un pequeño bebé vampiro, fuera mas de toda aquella lástima que le inspiraba. Pudo odiar a Masaki hasta el extremo, por haber permitido aquellos asaltos en contra de una criatura como aquella... pero... había una nueva cuestión que se formulaba ¿Por qué Masaki tendría a este chico prisionero bajo la asamblea de los vampiros... que tendría de importante para él...que tipo de beneficios le traería?... ni siquiera el mismo entendía ¿por que se encontraba abrazando aquel sucio y débil cuerpo, por que sentía ese especie de sentimiento de lástima... por que aquella expresión en aquel rostro, aquel parecido inexplicable... le recordaba a alguien?... Lerath cerró sus ojos y frunció un poco el cejo, cuando a su mente vino el recuerdo de aquella persona... de aquélla persona de nuevo, la inexpresividad la euforia cuando le había dicho que se alejara, que le mataría si volviese a acercarse...
-acaso me has olvidado...Toya??-el recuerdo de aquellas palabras con las que se había dirigido a él...la misma persona a la que había amado con todo su ser... si...."amado"... ¿Acaso Lerath ya no era dueño de su corazón, de su sentir?... ¿Acaso había cambiado tanto?... Azofred...Azofred...y ahí estaba él en el recuerdo vivo...el mismo...el de siempre... Yukito.
En algún lugar
-¿Quién es usted?...-dijo la aguda voz de la chica, en medio de las penumbras...-o mejor dicho...¿qué es usted?...
-soy lo que tu quieres que yo sea...
-¿qué?
-¿qué acaso no escuchas niña?
-yo no soy una niña... y no me gustan las adivinanzas
-esta bien, esta bien... –la sombra que antes rondaba por los alrededores de las penumbras, quedó frente a la chica, dejando que los rayos de luna que ase colaban por los rincones se posaran en ella.-veo que eres muy diferente a lo que imaginaba...
La chica pudo vislumbrar gracias a aquellos rayos de luz, parte de la faz de aquella criatura, unos enormes ojos negros, obscuros que parecían un vacío, y unos cabellos largos, despeinados y muy claros, talvez eran rubios, la criatura tenía una especia de gorra puesta, y una enorme pero roída bufanda, su saco era blanco, tenía el pecho descubierto, al parecer la mitad de su tórax hacia abajo era ¿metálico?... sus pantalones eran obscuros y adornados con unas largas botas también obscuras... al principio ella creyó que se trataba de una mujer, pero pronto supo que la realidad era otra, aquel sujeto era el mas extraño que pudo ver jamás...
-era...¿era usted quien me llamaba?...
-sip-el sujeto sonrió...-tu debes ser...Sakura Kinomoto...-preguntó amablemente el sujeto...
-¿quién lo pregunta?-dijo la chica, el hecho de haber sido llamada inconscientemente por algo como aquello le parecía incoherente...¿Cómo era posible que estuviera ahí?... en aquel edificio abandonado y oscuro, con un extraño sujeto??...
-oh... mi nombre es... Fausto...mucho gusto...-le estiró el brazo, sin borrar aquella amable sonrisa del rostro. Sakura, no entendía que sucedía ahí... necesitaba saberlo y salir de ahí lo antes posible, aquello no dejaba de darle mala espina, incluso tembló un poco cuando vio al sujeto tenderle la mano.
-no tengas miedo... no pienso en hacerte nada... al menos no hoy-el sujeto comenzó a reir estridentemente como si aquello hubiese sido un gran chiste, incluso parecía tener sajado un tornillo...
-este hombre parece que esta demente... -pensaba Sakura
-ehh.jej...-intento Sakura articular palabras, pero lentamente comenzó a dar pasos hacia atrás sin darse cuenta...Fue entonces cuando –Fausto pareció darse cuenta de aquellas intenciones, y sin pedir permiso la tomó de la muñeca, con lo cual ella terminó estremeciéndose más...
-¡no me toques¡....aghhhgggggggggggg¡¡-comenzaron a jalonearse, Sakura intentando huir y Fusto tratando de retenerla...
-tranquila... ¿a dónde quieres ir?...
-¡¡suéltame¡¡¡auxilio¡¡¡ayudaaaaaaaaa¡¡-Sakura estaba muy roja, se sentía desesperada, se sentía como una idiota por haber llegado ahí.-¡kiaaaaaaaaaaaaaaa¡
-Cálmate niña¡¡¡-Fausto arremetió con más fuerza hasta que pudo abrazarla, la rodeó fuertemente con sus dos brazos, tapándole la boca con su mano izquierda, susurrándole al oído que se calmara...-..jeje...aunque de todas formas...aquí nadie podrá escucharte...
-...¡quién rayos eres...y que quieres de mí?¡¡-pudo decir al fin, cuando Fausto le destapó la boca...
-ya te dije que mi nombre es Fausto... y tu niña no eres tan educada como esperaba...
-¿qué te importa?¡¡... ya suéltame¡ y dime que quieres..-agregó Sakura...-no me gusta que gente como usted me trate así...
-si quieres saber que quiero de ti...
-¿Cómo es que sabia mi nombre?...
-debes estar mas tranquila...para que pueda responder a tus preguntas...
-ya estoy tranquila... ya estoy tranquila...¿Qué tiene que ver todo esto?...-Sakura no podía calmarse. Por mas que lo intentara... por mas que lo intentara.
-voy a darte algo...para que te sientas mejor...
end of "A priori"
Notas de la autora: Hola. Perdón por la espera.je, es que no tenía conexión pero ya voy por el nueve....jejejeje
-Mari:perdon de veras perdón por la espera pero pues aquí está espero sea de tu agrado deja mas reviews.
Sigue mi fic porfa¡¡¡¡ no me abandones que me tardo poco pero aquí esta.
Rene-kun:hey gracias por tu review, aquí esta el otro capitulo.je escríbeme mas ¿o.k?. espero yo tu fic.
los demas reviewer perdon por la espera¡¡¡¡¡¡
