Tokio Vampire Apocalipse
II temporada
Capitulo 7: "Deseo"
Por: Soley de Lioncourt
Ciudad de Tokio. Ocho de la mañana. Una Semana después
Dentro de aquel departamento se escucha el ruido sordo de algo que se rompe al contacto con el suelo...
El chico de cabellos largos azul cielo entró en la cocina algo de prisa...
-¡Pylyca¡ ¿Estas bien?...-exclamo con algo de preocupación el joven, se acercó a su hermana y la levantó del suelo, sus ropas estaban manchadas con un polvo blanco, no hubo respuesta alguna por parte de ella, su cuerpo era frágil y totalmente movible.-¿Qué intentabas hacer?... que bueno que solo fue el frasco de la harina...
-¿qué sucede aquí?-preguntó otro chico que acababa de aparecer en la puerta de la cocina. Tenía sobre los hombros una toalla, sus cabellos estaban mojados pero eran de un color castaño claro y bastante largo; traía una camisa blanca mal fajada y unos jeans grises...
-buenos días Yho-dijo el otro chico, aún sosteniendo a su hermana, que al igual de él tenía un hermoso cabello azul cielo pero mas largo, ella no tenía ninguna expresión en el rostro, mas bien parecía triste.-...Pylyca tiró el frasco de la harina... creo que el temblor en su mano derecha no ha cesado aún...
-¿sigue sin decir nada?...HoroHoro-preguntó el chico que acababa de llegar, llamado Yho.
Horohoro solo asintió con la cabeza, de una forma muy seria, como si le diera dolor aceptarlo.
Pylyca no había dicho ninguna palabra desde que despertó en el hospital hace seis días, en ninguna de las visitas durante su recuperación dijo nada, ni mucho menos ahora que habían regresado a su vida normal en el departamento de Tokio. Yho estaba viviendo con ellos en el departamento, se turnaba los quehaceres con Horo-Horo y los dos asistían ala preparatoria por la tarde. Justamente la preparatoria Shikigate, mientras que Pylyca no había salido de la casa en días y se negaba siquiera a asomarse por la ventana, la mayor parte del tiempo la pasaba leyendo libros en silencio, mirando la T.V., y justamente aquello ponía de depresión a Horo-Horo, en realidad ya no existía la misma alegría de antes, cuando ella sonreía, gritaba, bromeaba, ya ni siquiera saltaba sobre él sorpresivamente gritando "¡hermano¡"...
Horo-Horo llevo a Pylyca hasta el sofá en la sala de estar, Yho quedo pensativo mirando la escena...
-Horo-Horo... Pylyca, ¿qué desean para desayuno?...
-déjalo Yho... por favor.
-no, de verdad quiero hacer algo...-Yho se adentró en la cocina sigilosamente, Horo Horo le siguió.
A los pocos minutos Yho ya se encontraba batiendo el huevo...
-supongo que Pylyca tenia ganas de hotcakes...- rió Horo-Horo.
-de verdad lo siento...
-¿de que hablas Yho?
-de todo...siento todo esto...-Yho tenía una mueca seria y decidida en el rostro.
-el doctor dijo que era cuestión de paciencia para que ella volviese a hablar...
-pero... yo quisiera saber... ¿qué fue lo que en realidad sucedió esa noche?
-...no pude encontrar al sujeto que la había invitado a bailar... a decir verdad yo no hice nada... de verdad sin Manta y tu... yo no habría hecho nada... y lo que haya sucedido... seria mejor si no tuviera que saberlo... con verla así me basta.
-...¿había indicios de algo mas?...
-un moretón en el brazo... el doctor supone que el agresor la tomo por la fuerza del brazo... pero lo extraño es que no fue una violación o algo así...
-entonces...
-también tenía una cicatriz en el pecho... pero eso esta medio extraño ya que talvez pudo haberse dañado con algo... así que no nos dice nada... mejor no hablemos de esto quieres-agregó Horo-Horo, mientras limpiaba el batidillo que había caído en el suelo.
Revisa su cuello...¿no tiene alguna especie de marca?...-las palabras de Manta resonaban en la cabeza de Yho como recuerdo de aquella noche, ¿que habría querido decir con eso?.
-esta bien-Yho le dedicó una sonrisa-por cierto... recuerda que Manta vendrá a cenar a las 10.
-entonces tendremos que regresar de la Prepa lo antes posible... recuerda que nos dejaron en horario de la tarde...
-si... ah, por cierto también ¿lo viste?
-¿a quien?
-ayer en nuestro primer día, mientras me instalaba en el nuevo salón me di cuenta de que un amigo también asiste a esa preparatoria...
-¿cuál amigo?¿lo conozco?
-recuerdas a Lizerg Diethel...
-...espera... ¿el chico ingles del cabello verde hace tres años?
-exacto... creo que era él...
-pero ¿que no había regresado a Inglaterra?
-eso parece... pero lo mas curioso es que me ignoró... y yo que me tomé la molestia de saludarle..¡te juro que era él¡
-¿te ignoró?¡pues el tío se ha de haber vuelto un mamila¡
-talvez... o es que quizás no me reconoció...
-¿cómo no habría de reconocerte?... después de todo lo que vivimos con él y con los demás...
-aun lo recuerdas...
-si... fíjate que me gustaría saber que fue de los demás: Len Tao el incomprensible, Fausto VIII, que decir del negrito americano... de Ryu y su espada de madera, La linda gente de América, las cinco tipas raras...
-¿cinco tipas raras?...
-si...
-ahhh... si recuerdo-Yho soltó una risita tonta.
-... también recuerdo a una linda chica de cabello Rosado que casi siempre acompañaba a doña Ana.
-oh...te refieres a Tamao...
-si ella
-sigue viviendo en el templo vecino a los Asakuras... la vi hace poco... incluso tuve que disculparme con ella por no poder irla a visitar como habíamos quedado...-Yho puso su puño cerrado en la cabeza y lloró pasmodicamente.
- lo que pasa es que eres un tragón... ya que ella solo quería darte una digna cena...-le dijo Horo Horo pegándole en la espalada-es probable que siga enamorada de ti...
-¿ah?...pero que cosas dices...-Yho se sonrojó un poco.
-mira que si sigue soltera, no se te iría la oportunidad de invitarla a salir... picarón...-le comento bromistamente Horo-Horo dándole palmaditas en el hombro.
-...no...no lo creo...
-¿por qué no?
-...Por que no...-Yho había tomado sin querer una postura seria...
-recuerda que ya no tienes ningún compromiso.
Yho le dirigió su mirada a Horo-Horo... ¿cómo era posible que dijera aquello?...no...era verdad... él ya no tenía ningún compromiso...
-...-hubo un pequeño silencio...
-Yho...
-que pasa?
-...puedo hacerte una pregunta?-dijo Horo-Horo, ahora su tono era serio y formal.
-claro-Yho colocaba en la sartén la formula del Hotcake.
-...tu...¿Amabas a Ana?...
-...-Yho abrió los ojos con esa pregunta, se quedó inmóvil unos momentos, en realidad era la primera vez que aquella pregunta le cuestionaban... ni siquiera el mismo había pensado en aquello durante esos años...la palabra amor no recorría su cabeza como definición a lo que sentía por Ana.-...-no había una respuesta...o quizá ni siquiera había sido meditada...El silencio invadió el lugar como una brisa mortal...mientras los hotcakes se quemaban en la sartén.
# flash back #
El sol de la mañana era abrumador, la mañana de ese día, en que había comenzado todo, la mañana del ultimo día en que el vería a ana por ultima vez; aquellas pesadas bolsas del mandado estaban comenzando a rajarse lentamente, pero al fin pudo llegar a su destino... Ana saldría aquella dentro de una hora, y cuando regresase él tendría que tener lista la cena que habían acordado...
-espero que Ana no se enfade por haber traído la única marca de tallarín que encontré...-Yho puso las bolsas en el recibidor de la entrada, abrió la puerta por que parecía que nadie acudiría a abrir, adentro todo era normal, calmado y silencioso. Perecía que no hubiera nadie. Extrañaba la presencia de aquellos espíritus, pero recordó que Ana los había exorcizado a todos, incluyendo a Amidamaru.
Ahora todo era diferente, era normal. El ya no era mas un Shaman y era hora de acostumbrarse. Ni siquiera contaba con Manta, por que él ahora yacía a muchos kilómetros de Tokio en una Universidad por su alto grado de méritos.
-Ana... ya estoy aquí...-no hubo respuesta... todavía faltaban 50 minutos para que Ana saliera a su compromiso, y aún debía estar en casa... pero...
-¿Ana?-el silencio no inmuto.-¿Estas?...-un leve y lejano sollozo. Yho se dejó llevar por ese sollozo. Cruzó la cocina, abrió la puerta que daba al jardín, no muy lleno de flores. Ahí bajo el apenas seco cerezo yacía una silueta sobre el pasto, la cabellera rubia y brillante le indicó que era Ana, Ana sentada en el suelo, de espaldas... ¿llorando?... ¿Ana estaba llorando?...
Los sigilosos pasos del joven de cabello castaño lo guiaron hasta ella, un sentimiento extraño, una reacción pesada, ante la causa de un llanto en ella que jamás había visto, nunca había imaginado que existiera esa sensibilidad en ella, jamás la había imaginado llorando gracias a aquella frialdad... sus manos temblaron ante el hecho de no saber que hacer... quizá ana se enfadaría si él le tocase... quizá se enfadaría si él le viese llorar...
...pero Ana llora... Ana llora...¿Qué se debe hacer cuando Ana llora?...
No meditó mas aquello, el instinto le dio la sorpresa de haber posado su mano en aquel delicado hombro de mujer en ese preciso instante, en el preciso instante en que sobre la de él, ahora Ana había puesto su mano...
...seguro estaba enfadada...seguro estaba muy enojada...
Pero ana no había siquiera mirado su rostro, no se había vuelto hacia él, aún mantenía suavemente su mano sobre la de él, por momentos un calambre extraño recorrió la espalada del chico.
Una ave se posó en la rama del cerezo, su sonido chirriante rompía débilmente aquel silencio en sollozos. Ana había dejado de sollozar, y comenzó a apretar la mano de Yho de una manera muy distinta, no parecía que fuese a ser un golpe.
Silencio, el viento hizo mover la rama, el ave salió volando... El hermoso rostro de una chica rubia frente a él... unos ojos profundos y obscuros que tiraban sus lágrimas de sal le miraban...
Yho espero el primer grito del día que diera rienda suelta a un nuevo castigo... o talvez una bofetada por haberse atrevido a tocarla...
Pasaron varios segundos,los ojos de ana eran muy hermosos, como le gustaría verla sonreír tan siquiera una vez... una sonrisa sincera...cálida... no esta vez una ana fría......era un pensamiento imposible...era hora del golpe...
Un golpe que nunca llegó...
La cabeza de Ana descansando sobre su pecho, la calidez de su cuerpo ahora entre sus brazos, su dulce aroma entumeciendo sus sentidos... ¿qué significaba todo aquello?... ¿qué sucedía?... ¿Era acaso un sueño?... ahora quizá lo entendía... quiso decir algo... pero simplemente estaba demasiado sorprendido como para que de su boca saliese alguna palabra... o siquiera preguntarse cuál era la causa de aquel llanto...
...Deseo, sin entender por qué, que aquel momento durara para siempre... ahora Ana rodeaba con sus brazos a Yho, tan fuerte que parecía querer retenerlo así como él... ella también estaba muy sorprendida...pero quizá tenía su motivo... algún motivo escondido en su alma...
# Fin del flash back #
-¡¡¡¡¡¡Yho cuidado¡¡¡¡¡¡¡ qué se te quema el cake.-el sartén humeaba cuando Horohoro entraba de nuevo en la cocina, Yho estaba al parecer con la mirada perdida pues se sorprendió mucho cuando vio el desayuno pegado en el sartén humeante. Pronto terminó lavando el trasto mientras HoroHoro terminaba con la misión.
-lo siento...-dijo Yho un tanto apenado.
-no Problem¡-dijo HoroHoro levantando su pulgar.-...sabia que aquella pregunta te dejaría pensativo...
-...
Una mirada soberbia, rápidamente se cambió el tema.
-voy a poner lo indispensable en la mesa...-Yho salió de la cocina, con aun muchas cuestiones en al mente.
En el apartamento de Daidouji/ Kinomoto
-¿fresas o cerezas?
-lo que se te antoje...
-pero Sakura... hablo de ese paseo de la preparatoria...
-ahhh... si...eso... no me acuerdo...-la chica tenía un pié metido en un pequeño balde de agua-...estúpido vidrio...-se lo amentaba mirando aquel pié rosado y desnudo bajo un poco de agua hirviendo.
-..¿recuerdas que en la primaria fuimos a una recolección de fresas?...-preguntó sonriente Daidouji a su amiga convaleciente sobre el sillón.
-no...-contestó mirándola con el entrecejo fruncido.
-¿Qué sucede Sakura?-Daidouji aparento que ante esa actitud algo andaba mal...
-él te dijo que llamaría... no lo a hecho... es un mentiroso...-dijo bajando la mirada.
-¿de...de que hablas?-cuestionó la chica de los ojos violetas y al tierna mirada.
-de "ese" hombre" que me engendró...
-...pero...¿por qué te expresas así de tu padre?...
-Te dijo que llamaría mas tarde... ya pasaron días...
-..OH...Sakura... recuerda que no es fácil la comunicación de un continente a otro, mas si esta en alguna excavación trabajando...
-...no creo que siga en México...
Tomoyo se acercó a Sakura, extendió su brazo hasta que su mano tocó la mejilla de Sakura, ella la rechazó...
-no me toques ¿quieres?... tus manos están frías...-contestó Sakura, enredando un mechón de su castaño cabello en el dedo.
Tomoyo apretó fuertemente su puño, su rostro reflejaba una mueca de preocupación, deseaba con toda su alma no tener que preguntar aquello, pero su instinto no se lo permitió cumplir. Sakura había estado muy rara últimamente, más que de costumbre...
-¿hoy no vas a salir?-pregunto con algo de inseguridad
-de que hablas Tomoyo...
-has estado saliendo todos los días, ayer no llegaste a clases.
-no me reproches...- le dijo sin mirarla y con un toque de voz grave.
-¿y que son esas cicatrices?-le preguntó Tomoyo, con insistiendo, señalando sus brazos y piernas.
-¿cuáles cicatrices?-preguntó en forma de idónea contestación.
-¡Sakura por favor¡... ¡creí que confiabas en mí¡
-Yo también creí que lo hacía...-rió Sakura con su entrecejo aún fruncido, sacó el pié del balde.-...pero ya no se puede confiar en nadie...
-¡¿de que hablas?¡-Tomoyo ya había cambiado a una postura muy seria.-¿qué te ha pasado últimamente?... ¡ya no me hablas¡¡me ignoras¡¡no me cuentas nada¡¡ya no sonríes¡...-Sakura la miraba fijamente con una extraña expresión-¡¿¿a dónde te vas todas las noches?¡¡
-oh... ahí esta el pelo de la sopa... no pensé que te dieras cuenta...-Sakura se levantó del sillón.-el universo está lleno de preguntas, ¿perdería su encanto si se respondieran a todas?...eso pienso yo-se colocó el calcetín después de secarlo con la toalla.-... y tu eres un mar de preguntas...-Sakura se acercó hasta el oído de Tomoyo-..y eres un tanto molesta...-le susurró, la reacción de Tomoyo fue instantánea, pero aun así no pudo decir nada más.
Con unos jeans deslavados y una playerita ajustada al cuerpo, Sakura terminó de ponerse unos tenis, y se dirigió a paso lento hacia la puerta, la abrió y salió del apartamento, sin o con rumbo fijo, Tomoyo no dijo u objetó nada, pero algo dentro la hacía temer a tener que perder a su amiga mas especial...algo no andaba bien en todo esto.
en el apartamento de Hiragizawa
Nada podría haber sido mejor que pasar unas dos noches enteras dentro aquel pesado y acogedor ataúd negro que le esperaba en su habitación, casi no se había alimentado bien últimamente, ¿por qué Shaoran siempre estaba interfiriendo en sus pensamientos cuando se disponía a cazar?...¿Por qué tenía que soportar aquellas escenas en los pasillos de Shikigate?...
# flash back #
Sakura...-un beso empapelado y jugosos que comparten dos cuerpos cuyas partes se encuentran a a casi nada de distancia.-...no he dejado de pensar en ti...
-yo tampoco-contesta tímidamente la joven en los brazos del ojimiel. Ella parecía una indefensa gatita cuando estaba con él.
-¿de verdad?-una discreta mirada al ser que desde el rincón los ha mirado con asco desde que se reencontraron...-solo esperaba el momento para tenerte de nuevo en mis brazos...
-¿dónde has estado?-el roce de una caricia en la mejilla de su joven novio El cambio de actitud melosa en él le tenía un tanto confundida..
-la pregunta es ¿dónde has estado tu?-le dedicó una sonrisa para luego volverla a besar en los labios. El ser del rincón había desaparecido, congelando sus pensamientos, buscado una explicación, una solución...
#fin del Flash back#
¿Qué podía hacer él ante una situación así?... Shaoran amaba a Sakura, no a él...¿Por qué tenía que marlo?¿por qué tenía que desearlo?...¿por qué tenía que volver a besarlo sabiendo que Shaoran solo pensaba en ella?'...¿Acaso no podía arrancarse el corazón?...¿Acaso su propia sangre, la cual llevaba Shaoran con la suya en su cuerpo no era suficiente para ligarlo a él?...
Y nuevamente silencio...
Echado nuevamente sobre el sillón sin nada mas que pensar, las gruesas cortinas corridas, tras la tibia luz que se colaba por los espacios abiertos; el ruido lejano de los automóviles, la música a volumen alto de sus vecinos en el edificio...
Todo era molesto...insoportable...
¿Qué seguía haciendo en Tokio?... ¿Por qué no huía de aquel molesto dolor?...
Nuevamente silencio...
Y la respuesta era ¡No¡
Shaoran en su cabeza, dándole migraña, arrancándose salvajemente los cabellos de la cabeza intentando sacárselo...
¡¿qué podía hacer?¡...¿qué podía hacer?... si tan solo pudiera deshacerse de Sakura...
.Silencio... la vaga idea en sus pensamientos tan ardiente como la flama...
¿deshacerse...de...ella?.... tomarla...destruirla...matarla?
Aquello sería un bajo gesto de locura e impotencialidad, seguro Shaoran le odiaría...
Pero le odiaría sin ningún estorbo y al final tendría que ir a él de nuevo...
Eriol se gachó a tomar la copa de agua del suelo junto al sofá, cuando apoyó su mano en la rodilla un intenso dolor en la nuca le devolvió a su posición original....
-aghhhh¡¡...-presionando su cabeza, no entendía como era posible aquello... de pronto y sin mas, la vista se le nubló, su cabeza le daba vueltas y mareaba... la habitación se puso obscura...
Un hombre con una enorme capa negra caminaba en sentido contrario a él, le cruzó, no tenía rostro, se perdió al final del túnel donde la luz era intensa, y cegadora, se vio en un pedestal, contemplando la lluvia mojándole, las nubes eran grises y las gotas de agua eran rojas...rojas como la sangre...
El hombre ya no tenía capa y de nuevo bajo el cielo, parecía escuchar voces que nadie mas podía, él respondió en plegaria, la nube negra pareció responderle...
-estás maldito...
Una voz llena de magnificencia comenzó a recitar una especia de versos, el libro frente a él era tan grueso y pesado como una especie de Biblia.
Los versos estaban hablados en un idioma desconocido para él, le parecía tan difícil de pronunciar, parecía una lengua muy antigua... Shaoran estaba frente a él ahora, sus ojos eran de un rojo muy brillante, y lloraban sangre, lloraban sangre que con solo mirarla le causaba repugnancia...
-ellos... no beberán mas sangre...-dijo Shaoran, pasándose las manos sensualmente por el pecho, sobre aquel desnudo cuerpo que solo causó que Eriol le deseara más...Pero sabía que no podía tocarle, no debía tocarle, por que una gran calamidad arrasaría con el y con su alrededor... él no sabía porque...pero era un sueño y en le sueño lo tenía presente como si fuera un sueño de realidad.
Una especie de luz cegadora pasa sobre ellos, desapareciéndolo todo, inclusive al mismo Eriol, posándolo nuevamente sobre su sillón tapizado, de nuevo en su apartamento sin otra cosa mejor que hacer que solo seguir ahí sin poder hacer nada, sin entender nada.
Aquello no tenía sentido... aun después de volver a la realidad... Eriol sorbió un poco de esa agua... se detuvo... escupió.
El agua le daba asco...todo le causaba ya repugnancia... repugnancia si no tenía a Shaoran...su obsesión. El vampiro de los cabellos negriazules, caminó hasta la puerta de su estancia, la abrió, se preguntaba por que había tanto ruido afuera. Cerró la puerta, todo era mejor que estar en aquel lugar solo, comenzó a sentir deseos de algo mas que la sangre, algo que había estado deseando desde hace ya varios días sin conseguirlo, un deseo desenfrenado y pasional, con cuya comparación, la sangre era del sobretodo exquisito. Bajó las escaleras habiéndose colocado las gafas intra solares, a no mas de veinte escalones abajo, sus ojos se encontraron con los de un joven de cabello castaño, el cual le sonrió amistosamente, y Eriol correspondió la sonrisa; dando un paso adelante, cuando miró que aquel también comenzaba a bajar las escaleras del edificio, se adelantó un poco, cuando de pronto escuchó un ruido sordo.
El joven del cabello castaña comenzó a rodar escaleras abajo, haciendo unos terribles ruidos, el rechinar de aquélla hebillas de sus zapatos en la superficie le causó a Eriol dolor de oídos. Un movimiento tan rápido que en menos de un segundo, aquel chico yacía sobre sus brazos fuertes de vampiro, casi un piso por debajo de 12 escalones, tenía una herida en la frente y estaba sangrando un poco, seguramente se había golpeado con aquel barandal de hierro. Pero no era momento de elogiar las causas, -o me alimento de él ó simplemente lo dejo aquí y me largo como tenía planeado-pensó eriol para si mismo mientras miraba el rostro de aquél que yacía inconsciente..Aquel sujeto despedía un aura extraña que comenzó a sentir ligeramente, una especie de magnetismo cosmológico que parecía repeler su presencia. No pesaba mucho, adecir verdad, se sentía mucho mas ligero que Lizerg, pero su sangre no sabía tan deliciosa como la de Shaoran; llegando a la conclusión cuando hubo lamido con la punta de la lengua la pequeña herida de la frente de aquél joven.
Cayó en la cuenta entonces de que no tenía apetito de esa sangre, estaba demasiado salada y rara como para que él siquiera la probase, además aquella aura no le gustaba mucho, le hacía unas cosquillas dolorosas en la frente cada vez que se acercaba. Algo en un nivel mas extraño como cuando cierra uno los ojos y de acerca lentamente el índice al centro de la frente.
-¡¡¡Yho¡¡¡-exclamó un chico desde el piso de arriba, mirando con desconcierto total aquella escena, donde su amigo se encontraba en los brazos de un extraño, con la frente sangrando.-¡Disculpe¡¿Qué le ha sucedido?-preguntó con azoro mientras bajaba los escalones.-Por que simplemente no lo dejé aquí tirado y me largué...- se dijo a si mismo el vampiro Eriol, escondiendo su desagrado total tras aquella falsa sonrisa descarada de niño bueno .
-Ha caído escaleras abajo, creo que esta inconsciente-dijo Eriol, colocando en los brazos de aquel otro sujeto el cuerpo del joven de cabello castaño.
-¿Usted lo ha atrapado?...muchas gracias...-dijo el sujeto, con una especie de ademán con la cabeza.-no entiendo que sucedió...
-ya le dije que de repente comenzó a caer, venía detrás de mi, solo he visto eso.- dijo Eriol, aun con esa extraña sonrisa, la mente de aquel chico que tenía el cabello azul cielo le parecía muy difícil de penetrar.-yo...me tengo que ir, espero que el joven se reponga pronto.-agregó y se alejó de aquellas presencias extrañas que parecían repelerle, el cosquilleo en la frente aun no cesaba. Pero no deseaba preguntarse nada, quería olvidarse de todo, deseaba salir a vagabundear, deseaba que Shaoran pudiese salir de su cabeza por tan solo un segundo, poder clamarse aquella rabia que le atormentaba y aquellos deseos de...
matar...-se dijo en su cabeza sin entender muy bien aquella palabra...y al salir del edificio se internó en las abrumadoras calles de aquella longeva ciudad de Tokio.
En algún lugar de aquella conocida ciudad
Los cabellos ondeaban al compás de aquella calurosa brisa que azotaba el casi medio día, tanto el sol como aquélla abrumadora brisa eran factores molestos para ellos. Los vampiros que sin mayor precio pasaban desapercibidos en aquella masa poblacional de mortales, seres cuyo único pecado era su belleza y aquellas armas tentadoras capaces de arrancar vidas si así lo deseasen.
En la estación de Shibuya, en aquel enorme distrito, sobre aquel pedestal de madera podía observar perfectamente cada uno de los mortales que sin detenerse a nada más, iban de un lado para otro, ajetreados, incorporados en el estrés de sus vidas, vidas que median en años, en días, en horas... y se acortaban con el paso de aquello a lo que llaman tiempo. ¿De que les sirve a los humanos medirse bajo aquellos sistemas?...¿Qué sentido extra especial les traería?-se preguntaba él, desabrochando el primer botón de su gabardina, para después acomodarse aquellas gafas obscuras. Tanto tiempo a ras del sol le estaba costando unas marcas violetas en la piel, su piel era lo suficientemente sensible a aquellos rayos de sol que no podía situarse en un lugar mas de 8 minutos, sin añadir que la contaminación que causaban los humanos había causado estragos en aquella capa a la que llaman compuesto de ozono. El sabía algo de eso, sabía algo de aquello, sabía de muchas cosas, sin embargo el saberlo le daba igual, lo mismo que el hecho de ya no estar vivo, de ya no poder mirar al sol para intentar quedarse ciego y mucho menos de andar a si como así por la calle. Ahora todo era diferente, su enfermedad le habría arrebatado la vida humana que tenía, de no ser por aquel ofrecimiento por parte de ese demonio que lo hizo lo que ahora era.
Su sed de experimentar con la vida y la muerte, su sed de saber y sentir lo que siempre había deseado lo llevaron a tomar aquella decisión que había cambiado el curso de su destino, llamar aquel vampiro fue lo mejor que pudo hacer en su momento, porque con la muerte divina, su senda ya no le permitiría seguir con lo que deseaba, sus amados experimentos con la muerte, maldita muerte etérea a a la que todo mortal desistiría alguna vez, quizá...ver que hay mas allá de la paz eterna. Y el resultado era él, simplemente él, siguiendo con su rutina solitaria de siempre, ahora sin mas acompañante que el espíritu vagante de su amada Elisa, y él mismo, con aquel episodio de vida mortal pagándose poco apoco dentro de él. Pero el amor hacía Elisa jamás cambiaría, a pesar de no haber vendido su alma a la muerte para acompañarla en el mas allá, ella seguía fiel, ahí, apoyándolo en cada momento, con el único precio de no poder tocarlo.
-Hoy hace un hermoso día... ¿No lo crees Elisa?-preguntó a la nada con sus ojos tiernos detrás de sus gafas, pareció mirar a un lado, a su derecha, donde una presencia aguardaba sus palabras. Por entre la masa republicana, cruzando aquellas avenidas, dejando la estación. Si no había mas retrasos, dentro de unos minutos debería verse con aquella mujer joven, debía cumplir su cometido, tenía una enorme deuda y debía pagarla. El secreto eterno de su existencia deshilachaba las ocasiones en que podía volver a ser él mismo u lo que era antes, mucho antes de convertirse en lo que nunca había sido y comenzaba a parecer. Su situación era clara, su deuda también lo era, tan clara como no era el elixir de degustaba por las noches.
Y mas radiante no era el reflejo sobre el vidrio de la ventana cerrada en aquella habitación que no era más lúgubre y fría por que mas no podía parecer. El encuentro se situaba ahí como todas las noches, a excepción de que en esta ocasión había sido de día...
-no sabía que vendrías hoy- una voz de mujer, en medio de las sombras, sentada en el rincón, con los brazos y piernas cruzadas, y una mueca como de sorpresa.
-¿en serio?...-rió Fausto VIII, quitándose aquellas gafas obscuras y comenzando a desabrocharse aquella pesada gabardina clara y roída.-...pero si tu me llamaste...-agregó, sin dejar de esbozar aquella sonrisa que lo hacía ver mas espectral y hermoso.
-yo no...-iba a decir la mujer, cuando Fausto le tapó la boca con los dedos. Y ella no replicó nada solo lo miró con atención.
-...tu lo sabes... sabes que es la verdad...-intervino él, acariciando aquella oreja de la joven con sus labios fríos. El solo contacto con aquella sensible parte humana y expuesta le incitaban a algo libertino.-... flor marchita de cerezo...
-¿Pero cóm..-el volvió a presionar su boca con los dedos insinuándole silencio, la tomó con sus manos heladas por la barbilla, proporcionándole un abrumador calambre a causa de aquel hielo contacto y se acercó mas a ella hasta que sus narices se tocaron y entonces el aspiró lentamente el aliento de ella, quien pareció querer alejarse con vano resultado.
-¿Por qué me tocas tanto?-preguntó ella con grata incógnita, y una expresión de recelo. Fausto solo sonrió.
-¿Porqué te has venido a refugiar aquí tan temprano?-le preguntó él a ella. Separándose tan rápidamente que en un parpadeo termino de decir la frase desde el otro lado de la habitación.
-no que lo sabes todo...-le contestó ella... con expresión retadora.
-no lo que no me involucra...-le contestó el gesticulando una mueca seria. La chica pareció molestarse.
-...no lo sé... no sé porqué vine aquí... quería estar sola...
-no es verdad Sakura... sabes que mientes...-Ella frunció el cejo...
-¡¿entonces por que me preguntas si es que ya sabes la verdad de lo que te digo?¡-exclamó con enfado Sakura.
-no sé la verdad, solo te digo lo que veo en tu memoria...-sonrió él, ella frunció aun mas el cejo.-tienes un lado en sombras, un lado en sombras que poco a poco te esta tragando el lado que queda bajo la luz... algo que te guardas...
-¡no tengo ninguno¡¡no sé de que hablas¡
-Te digo lo que estoy viendo...
-¿Acaso eres una especie de visionario?-preguntó ella, en tono de burla.
-No, tu sabes lo que soy incluso sin que yo te lo dijese, sabes tantas cosas que no te has dado cuenta que sabes, escondes un cosmos en tus memorias que no sabes que escondes..
-¡¿por qué me dices esto?...¿Qué pretendes de mi?...¡¿Acaso quieres tomarme el pelo?¡-dijo ella en tono alto, levantándose del suelo.
-Es lo que miro dentro de ti...es todo... lo has estado mostrando cuando sales de tus cinco sentidos... debes tener cuidado contigo misma...
-¡¡¿Pero de que demonios me estas hablando?¡¡-preguntó aun en su volumen alto, las palabras aquellas la comenzaban a confundir.
-Pero si tu has venido a que te dijese esto...-dijo él, en tono de calma mientras rápidamente ya estaba junto a ella y le aprisionaba los brazos. Fausto levantó su dedo índice y lo colocó en la frente de la joven Sakura, cuando una luz brillante comenzó a surgir de aquella presión que ejercía...
-tu cuerpo contiene un alto grado de poder especial...-dijo él, mientras su dedo índice ejercía mas presión en la frente de ella, quién comenzó a gemir. Ahora los ojos de ella se bañaban de extrañas lágrimas rojas.-que se concentra cada vez más, llegando muy cercano el momento en que querrá expandirse, esto se acabará si yo te acabo- dijo él, con llamaradas de fuego en los ojos.-¿es eso lo que deseas?...
-Aghhtt... dices locuras...
-Sé que no... pero incluso si supieras lo que eres... lo mejor que podría ser sería acabarte-dijo Fausto, abriendo la boca, mientras sus colmillos se expandían y las blancas perlas parecían hacerse a un lado para dar paso a las afroditas de la muerte. Sakura pudo ver por primera vez que cuando Fausto decía que no era normal era verdad.
-AAAAAAAgh¡¡¡¡¡-exclamó ella- ¡Suéltame¡-agregó, mientras el vampiro lujurioso se acercaba mas a su yugular. No sabía que pensar, pero no sentía que estuviese asustada, el aura de fausto le nublaba los sentidos lentamente. Se sintió un poco adormecida a causa de una extraña razón. Qué no sabía cual era. Y sus párpados comenzaron a pesarle mucho, justo antes de desvanecerse pudo alcanzar a escuchar el ruido de una puerta azotarse, sintió el golpe en su cabeza cuando cayo de los brazos de fausto y no pudo ver nada más, cuando la oscuridad le cubrió con su manto asfixiante.
en un lugar desconocido
Comenzaron a llover pedazos de vidrio, causa de aquellas vibraciones agresivas del exterior de la tierra, el aula era extraña, una sensación mas allá del cosmos le atraía nuevamente aquel lugar, aquellos pedazos de vidrio caían pasándola, atravesándola sin lastimarla, parecía una especie de ilusión.
Levanto su largo y débil brazo de piel clara, un pedazo de aquel vidrio se posó en la palma de su mano y le mostró, como si de pantalla se tratara, la imagen de un rostro, un rostro que por un momento deseo olvidar, pero que algo en su interior no le permitía.
-¿cuánto tiempo he estado aquí?
Y dejo caer aquel pedazo de vidrio, el cual rebotó en el suelo que era de nada, solo impecablemente plano, y se desvanecía poco a poco, como cuando el sol absorbe las gotas de lluvia sobre las redadas al amanecer. El ambiente era el mismo, pero...
-¿Qué me ha sucedido?
La existencia en un plano de ilusión, en aquel imán de fantasía sin fundamento, era como navegar en la nada, y ahí no transcurría el tiempo. Frente a su ser se extendió una especie de camino de agua, que no iba a ningún lado, piso aquella superficie, no se hundió, estaba cálido, siguió dando pasos hasta que sus pies se acostumbraron al movimiento... poco a poco comenzó a acelerar sus pasos, y el camino de cristal reflejaba cada instante de su vida pasada, cada momento vivido que era especial, pero ella no sabía que era especial, porque su mente era ahora un disco en blanco.
-¿Qué soy?...¿Dónde estoy ahora?...¿a Dónde voy?
Se sintió en una especie de búsqueda...
Sintió tan pronto un terrible cansancio, y los latidos que escuchaba provenientes del interior de su pecho tenían un volumen muy alto y llevaban un compás desmedido, comenzó a dolerle el pecho, y resbaló sobre aquel camino de cristal, que ahora era rojo, comenzó a hundirse en las aguas enrojecidas, que como llamas parecían quemarle.
Desesperación...
Una enorme mano sagrada se tendió ante ella, quien la tomó fuertemente y se dejó llevar, mientras era rescatada de aquel hundimiento interior...
estarás bien...-dijo la voz y la sacó cuidadosamente, mientras ella se refugiaba en unos brazos desconocidos.
-porque ya no sientes nada-agregó la voz y ella pareció sonreír...
Salieron por una especie de espuma...
En la realidad, aquella figurita triste que vagada en la ilusión sin fundamento, abrió los ojos.
Dos enormes piedras obscuras que no tenían ninguna especie de brillo...
-Ya ha despertado...-dijo una voz.
-eso parece... pero ha tardado demasiado... su organismo se encontraba en estado vegetativo por alguna razón...
-quizá ese tiempo de sueño le sirvió para pensar-agregó la otra voz
-comprende que las cosas pasaron demasiado rápido para ella... y le duele que la realidad...-contestó otra de las voces.
-yo no creo que sea así... -dijo una nueva voz, surgiendo de las tinieblas. Era alguien sin rostro visible. Y se acercó la silueta extraña.-ella es demasiado indiferente a cualquier especie de sentimiento... siempre lo ha sido... ella no nació para amar ni odiar a nadie-agregó la persona sin rostro, con decisión, mientras tocaba con su mano el rostro aquel que yacía en plena resurrección.-... fue criada para no hacerlo... para cumplir su deber... mas sin embargo...
-el destino no esta preordenado...-replicó una de las voces anteriores, con reto en la palabra.
-lo está... Ella ha recorrido el sendero... para volver a nosotros...-dijo la persona sin rostro, recorriendo ahora con su dedo índice, desde el cuello al vientre de aquella persona que comenzaba a despertar.
Y la persona abrió los ojos, se encontraba confundida y desnuda, pero sin embargo recordaba por que estaba ahí...
Sus cabellos rubios estaban mojados y goteaban dulces gotas que sabían a una especie de aguamiel... a su alrededor estaban aquellos cuatro sujetos, que habían estado resguardándola, desde entonces...
-Bienvenida...-dijo aquella silueta de antes, la cual no tenía rostro, y resurgía de las sombras...
Ella pareció recobrar el conocimiento, parecía volver a la realidad devastadora en la que estaba, dándose cuenta de que alguien le hablaba miró a su derecha. La silueta ahora tenía un nuevo rostro, un rostro idéntico al de ella como si de un reflejo se tratara.
Mas no era un reflejo... y ella estaba viva...
-Cuanto tiempo...-dijo la que era idéntica a ella.
Y Ella miró a su géminis con una especie de temor en la mirada. ¿Dé donde había salido?...¿Quién era?...¿Por qué la imitaba?...
-he muerto por ti... y así me lo agradeces... –agregó el géminis.-...me pagas no hablando... pero no te preocupes-el géminis tomó cuidadosamente la barbilla de ella, los sujetos que las rodeaban dieron algunos pasos hacia atrás.-... de un momento a otro tus llagas internas dejaran de consumirte...
-sa...
-tu puedes hablar... sé que me escuchas y me sientes...-el géminis sonrió de una forma muy macabra.
-sap...
-ya ha llegado el momento, de que salgamos al exterior nuevamente... hermana...
�n otro lugar
Aquellas campanadas eran lo suficientemente lejanas como para que un ser humano pudiera escucharlas con claridad, en cambio, para él eran tan hermosas y vivas como el ambiente, en el que lo único muerto eran ahora las personas de la infortunada Tokio de babel. Y ahora esaba ahí nuevamente tranquilo, bajo el centelleo disparejo de aquellas luces que margan las siluetas desvanentes; esperando, esperando la nada, mas bien el "algo" en lo que solo podía imaginarse. No había llegado a esta ciudad para civilizarse, no, era lo suficientemente astuto e indiferente para con la civilización que su único amor ahora eran las tinieblas, las benditas tinieblas que le otorgaban aquella paz que tanto amaba.
Visualizo a su nueva presa, era muy hermosa, sus cabellos como el oro ladeaba disparejo con el viento a cada paso que daba, y sus ojos eran de una llamarada azul fulminante. Le amaba, sí, le amaba desde aquel solo momento. Era hermosa, realmente hermosa, aquella mujer, de no mas de trece años, con su uniforme de colegial, caminando a paso constante por la avenida.
Le deseo.
Ya no había duda, y tras ella siguiole en las sombras de aquellos edificios y ni unha perdida de vista, era la distancia suficiente ara crear un lazo.
Danielle...
Era el nombre mas bendito entre los demás, y ella también lo era. Su sangre debería ser lo suficientemente majestuosa para recibir a un ser oscuro, para despertar al diablo.
La joven dio la vuelta en un callejón estrecho, seguro era el camino mas corto de ida. Pero el vampiro vio su mas bendita oportunidad. Sí, estaba vacío, ¡Qué magnifica era la suerte¡ porque él nunca creyó en la suerte, simple coincidencia, quizá.
Cuando él dio la vuelta por el mismo retorno, vislumbró a la joven, en los brazos de otro ser, era solo uno, rodeando con aquellos robustos brazos la cintura de la diosa, quien forcejeó a débil grado, con un gesto de advección mas sin embargo aquel hombre le regaló un beso forzado, el cual a los pocos segundos ella ya recibí a labio abierto.
-¡Naruto¡ espérate... no seas tan brusco conmigo...-dijo aquella cálida voz surgente de los labios de la diosa.
-Pero si ayer no ponías resistencia... creí que te gustaba...-dijo la grave voz de él.
-te equivocas-contestó ella con un sonrojo a flor de piel.
El vampiro indagó en la mente de aquel intruso desconocido e insolente, pudo sentir cada vibración de éxtasis que en este surgía cada vez que tocaba a "su diosa", el sentimiento de lujuria cuando se imaginó entre las piernas de la diosa, él la deseaba suciamente, el vampiro podía haber seguido indagando en aquellos pensamientos, de no ser por aquella repulsión hacia ese "intruso"; el, solo vampiro, no la deseaba de aquella manera, pudo comparar cuantos significados puede llegar a tener la palabra "deseo".
No solo éxtasis, no solo el placer, no solo la aventura carnal, no solo el pecado. Era el cosmos sagrado, el significado de su palabra.
Deseo...el deseo que nos llama, e invita. Vuestras palabras malditas.
La diosa dejó caer la bolsa que llevaba al brazo, cuando el sujeto la cargó en brazos y la beso nuevamente, introduciendo en aquella boca, la lengua sucia, mientras imaginaba un orgasmo divino.
El vampiro se lamentó por dentro, su halcón interno aleteaba intentando escapar de aquel deseo, no renunciaría al deseo, ella era su diosa, no importando ninguna piedra como obstáculo, para él no había barreras. Y si las había, debía borrarlas de su camino.
Y el vampiro dio media vuelta, intentando concebir su esperanza. Aquel saco color claro ondeo volviéndose a ajustar a su figura. Sacó un cigarro de su bolsillo, lo prendió y lo puso en su boca, mientras a través de sus gafas obscuras centelleaba aquella chispa dorada.
No renunciaría a su deseo.
Y sus cabellos azul obscurecido se alborotaron con aquel ventarrón ligero.
-vampiro Tao Ren, bajo el hechizo...
Rió para si mismo mientras se alejaba en la distancia.
Tras haber caminado varias calles, con su diosa perturbándole el pensamiento, una leve presencia le aguardo cerca, y aquella presencia se movía como lo hacía él. Y no estaba lejos. En aquellas garras estaba ese poder buscado...
-ni siquiera lo intentes...-dijo el vampiro dentro de su mente, dirigiéndose a aquella presencia de cerca.
-¿intentar qué?-contestó la presencia, que como sombra le seguía.
-acercarte a mi... por supuesto...a menos que me dijeses que quieres de mi...-dijo el vampiro Tao Ren, sospesando engaño.
-¿Por qué querría acercarme a usted?...-preguntó la presencia con voz pasiva.
-entonces...aléjate...-insistió Ren Tao.
-la calle es libre-le contestó la presencia, con un tono amable, pero muy engañoso.
Tao Ren dio la vuelta en la primer avenida a la que llegó, la presencia siguió sus mismos pasos.
-¿Estas retándome?-volvió a preguntar Tao a la voz.
-¿Por qué habría de retar a un viejo amigo?-contestó forma de cuestionamiento la presencia, a lo que Tao Ren se detuvo.
-Yo no tengo amistades..-contestó Tao Ren. La presencia también detuvo sus pasos.
-¿estas seguro?...
- ¡dim...-el vampiro Ren había girado hacia a tras para mirar de quien se trataba. Se quedó en silencio, y pasmodicamente abrió los ojos, con sorpresa inevitable, y su mueca no era del todo agradable.
-¿Ya me has recordado?... querido Ren...-dijo la presencia, que no era otra cosa que la imponente visión de otro vampiro, alguien de sangre fuerte, de sangre que también corría por las venas de Tao Ren. Y aquella sangre en las venas de tao comenzó a sentirse caliente, como hirviendo, de aquel sentimiento...
-...-una larga mirada, tras aquellas gafas de sol.
-sigues estando hermoso... aja -soltó una risita aquel vampiro, mirando a tao de una manera muy lujuriosa-...¿Cómo no habrías de estarlo?...¿verdad?...¡si por eso te elegí¡..-y volvió a soltar una risita, Tao tenía un increíblemente vistoso sonrojo en las mejillas, sus cejas estaban fruncidas, y muy desagradablemente mirando a aquel vampiro.
-...
-¿No vas a saludarme?...¿No vas a decir nada?...¿no te da gusto verme después de todo este tiempo en que has estado en Hong Kong?-insistió aquel vampiro, conservando aquella cínica sonrisa que sin necesidad de nada, seguía derritiendo internamente a tao Ren, a pesar de aquellos esfuerzos por evitarlo, su deseo era demasiado visble.
-...
-sigues siendo un dulce... Ren... un adorable y tierno caramelo tímido...-agregó el vampiro, y soltó un suspiro, Ren pareció disgustarse más.
-...No vuelvas a decir eso...-dijo por fin, Tao Ren, apretando su puño, se sentía como un estúpido, no entendía porque aquellas fuerzas interiores se le desvanecían con la sola presencia de aquel frente a él... -...Nunca más...
-Uy...jeje...¿Vas a tratarme a sí?...¿después de todo lo que an...
¡Yo nunca..
-¿Estas seguro?-interrumpió el vampiro, usando ahora su voz exterior, mientras tomaba de la barbilla a Tao Ren, muy violentamente, a lo que este se estremeció de una manera extraña.-sabes que no Ren, sabes que no es verdad... y a mi no puedes mentirme Ren, porque te conozco mejor que nadie.
-¡No me toques¡-exclamó Tao separándose rápida y bruscamente de aquel que lo había apresado. Y mirándolo con rabia y una extraña fijación en los ojos.
-y de nuevo me mientes... ¿Por quien me tomas Ren-san?...-Ren dio un paso atrás, deseo huir, pero en definitivo sus pies no querrían responderle.-...esa mirada tuya, sigue siendo la de antes, cuando me miras no puedes evitar lo que sientes...
-me estoy cansando de ti... -dijo Tao, con brusquedad. El vampiro comenzó a acercarse a él lentamente y nuevamente, con una mirada acosadora y una sonrisa delicada, que seguía produciendo en Tao una especie de algo que le pareció ya haber olvidado y que ahora volvía mas intensamente que nunca.
-e insistes en contradecirte tu mismo... -dijo el vampiro, y tocó la mejilla de Ren tao, quien se estremeció inevitablemente-... no puedes evitar sentir este deseo tuyo de que yo te toque, de que te diga aquellas palabras de antes, de que te acoja entre mis brazos... -el vampiro rodeo la cintura de Ren con sus brazos... -...de que nuevamente te haga mío...-agregó en voz baja, mientras su mano rozaba ya la parte baja de la espalda de Ren; en un susurro delicado y sensual para el oído del vampiro, quien ahora se mantenía quieto, estremeciéndose mas a cada contacto, a cada palabra que surgía de aquellos labios.
Era una proposición alentadora, nada comparable con la primera vez, hace tanto tiempo, sin embargo Tao Ren no dejaba de sentir aquello, que creía olvidado....¿Por qué ese maldito imán?... ¿Ese maldito lazo que le ataba al pasado?... al encontrarse de nuevo... con él...
-no te ilusiones... -dijo al fin Tao, la mueca del vampiro cambió drásticamente, mientras Tao le separaba de él, ya no con brusquedad, si no con una fiereza diferente. Y Tao alejó todo pensamiento negativo en solo una sonrisa, tan fría como aquella mirada con la que ahora acosaba a el vampiro...- Courht...
Desde las alturas
¿Deseo?
...¿cuál es su significado?...
Y aquellos ojos aguamarina que centelleaban tras aquellas gafas obscuras, cabellos del mismo tono con aroma a menta, y aquella piel clara, suave y deliciosa como lo que atravesaba cada centímetro de su cuerpo dentro de sus venas, algo que bombeaba un corazón muerto con una intensidad desmedida, y él seguía en su vida, aquella vida eterna que surgía ya después de la muerte, sin la muerte no sería nada.
Sus manos le pedían algo, estaban tan frías como de un hielo se tratara, y en las alturas aquel frío era todavía mas exquisito en el cuerpo.
Vestía aquel pantalón oscuro que se ajustaba a aquellos muslos bien proporcionados, y aquella polera blanca, con la manga larga, entreabierta, y con el viento bailando, y dejando al descubierto en secuencia la imagen de aquella cicatriz en su pecho, aquella cicatriz que no se había borrado aún, y que seguía fija, y algunas veces palpitante, como si esperara...
Y era una marca extraña, una especie de "U" con tres picos surgiendo de cada punta, una especie de arco que aun estaba enrojecido. Aquello le parecía todavía mas extraño, cuanta cicatriz había tenido, desaparecía en poco tiempo, dependiendo de aquellas fuerzas de recuperación y energías que contuviera su organismo, pero esta vez era diferente, y la marca seguía allí, palpitante y aguardando. Últimamente le vino a la mente nuevamente el recuerdo de aquel llamado Lían Kami, de sus encuentro con aquellos vampiros de la asamblea de vampiros, de su martirio en aquella fortaleza... no sabía si debía sentirse culpable, no sabía si sentirse mal por aquella desgraciada noche... después de todo, él había sido quien llevó a Lían Kami a aquélla asamblea como su acompañante...
Había llevado a Kami como señuelo...
Y se confeso a si mismo, ¿De que otra forma hubiese importado que llevara a aquel muchacho a la asamblea?... Lizerg sonrió de una extraña manera. Y se llevó muy sensualmente el dedo índice a los labios...
-¿estará muerto ahora?-se preguntó a si mismo... pero...¿Y si no lo estaba?... ¿si logró escapar y pensaría matarle en venganza?...
Se asombró de aquella maldad que se transmitía a si mismo cuando a analizado aquella situación...
ERA IMPOSIBLE... porque él ya estaba muerto, viviendo en la muerte...
Y Lizerg volvió a sonreír de aquella manera extraña, los mechones de su cabellera le tapaban la mirada, una inexpresividad total... y ahora miró al firmamento.
Ahora, desde la cima de aquél alto edificio, que se alzaba sobre la ciudad babilónica de Tokio, él contemplaba la nada, en medio de aquellas brisas, y caricias que el viento le otorgaba, y él no deseaba pensar mas en cosas insignificantes... por ahora no tenía sed, en realidad estaba aburrido... si no pensaba en eso... ¿En que mas podría pensar?...
Tranquilo sobre aquella azotea, de pronto hizo un gesto, y con su húmeda lengua lamió su labio inferior, el cual sangraba gotas descoloridas pero que tenían un sabor exquisito... mientras aquel gusto invadía su paladar, una imagen le vino a la mente de pronto, tan fugaz e imponente que sus ojos perdieron expresión.
Se llevó la mano al cuello, y de nuevo aquella imagen que deseaba olvidar, pero no entendía porque no podía hacerlo...
...Aquel sabor ha estado en labios de alguien más... y esos labios se habían visto tan deseables... tan seductores, recorriendo su desnudo pecho, provocándole un frenesí que había tenido que detener... y en su cuello...
...aquel deseo...
-¿deseo?...-se preguntó a si mismo...¿Qué era lo que sentía?...¿Qué significado tenía aquella palabra para él...?
Sintió un estremecimiento dentro de sí, aquellas ansias las había soportado durante largos días, incluso noches... noches deseando, implorando un poco de él...
Aquellas palabras provocativas aun recorrían su memoria, volviéndose hiel a su paladar.
...¿él?...-se preguntó-...¿Por qué él?...-se llevó una mano a la cabeza, y sintió aquella pulsación de antes, quizá entendía aquel sentimiento tan desenfrenado, pero no deseaba que fuese real...
Lo que aquella sola mordida le hacía sentir, era cien veces mas glorioso que la mas alta sobredosis de alucinógenos. Y aquella droga, era su desenfreno...
Pero el poseedor de aquella droga, era la persona que mas le molestaba que fuera, no podía evitarlo, cada muestra de rencor la amaba... y aquel ser de verdad que le detestaba, le odiaba desde el primer momento en que se cruzó en su camino... Lizerg había hecho cosas que despertaban aquel aborrecimiento de él...
-...mi deseo...-dijo al fin Lizerg, para si mismo, y sonrió nuevamente, lo había entendido, había entendido la razón de aquellos sentimientos, y con la imagen fija de él en su mente, se llevó la mano al pecho, y se acarició suavemente, dándose cuenta de que ninguna caricia, por mortífaga que sea, podría compararse a la de aquellos labios... nada podría revivirlos...
Pero el sentimiento seguía siendo inestable... faltaban tan solo unas horas para el atardecer, cuando aquella especie de niebla, dejaba su rastro en pequeños hilos sobre los tejados de aquella ciudad, una nube gris se apoderaba del infinito espacio que no tiene principio ni final, y los sentidos se encerraron tras desaparecer de entre las alturas.
En las sombras
-¡¡¿Donde está?¡¡
-¿quién?...su señoría.
-El chico...el vampiro ese... ¡Ryu está muerto¡ ¡El vampiro no está¡¡no está¡
-...
-Nadie piensa explicarme lo que ha sucedido aquí?¡¡¡¡
-...
-¿qué ha sucedido?-pregunto paciente una voz, surgiendo a la vista de los presentes.
-¡Señor Lerath¡-exclamó la voz principal, al que acababa de entrar.-¡Ese chico¡
-¿Cuál chico?
-el...¡el sucesor de Courht, el que teníamos en las mazmorras¡¡no está¡
-quizá de tanto golpe se murió...-rió Lerath, con estrépito.-o me irás a negar que en este lugar era tratado con el mas vil salvajismo... ¿Quisiera saber porqué?-preguntó Lerath, tomando del cuello al ser con el que discutía.
-...no...nnno se de que habla...
-¡A que si lo sabes¡-le dijo Lerath, con un tono pasivo en la voz y una sonrisa extraña y amenazante.-¿apostamos tu cuello?
-¡...se...señor...Masaki¡¡-exclamó aquella criatura fea, a la cual Leratyh le apretaba el cuello.
-tu señor Masaki no está, y si quiero matarte lo haré, por eso mejor ni te esfuerces.-dijo Lerath, él sabia que aquellas criaturas eran lo suficientemente tontas como para darse cuenta de lo que eran, ya que nunca habían conocido la muerte, estaban locas y desquiciadas. Lerath solo podía hacer una cosa: o matarlas u obligarles a hablar.-Ahora mismo me vas a decir ¿por qué ese chico era tratado como era tratado?¿Quién permitió esto?¿Masaki lo sabe?-y apretó mas el cuello de la criatura, la cual se enrojeció bastante y parecía que sus ojos se le iban a salir por las cuencas.
-...Señor Masaki... dijo que moriría... que no importaba, que no era nadie... no era nadie señor-dijo ya casi chillando la criatura de la oscuridad, la cual ahora intentaba safarse de la mano fuerte del vampiro Lerath. Lerath lo jaló hacia él.
-¿Estas diciendo la verdad? ¿Masaki hizo esto?-preguntó para asegurar, mientras la criatura intentaba zafarse de él con los ojos enrojecidos.
-...si...si señor si...-dijo la criatura con un estrepitoso chillido que ya no más parecía voz.
Lerath sonrió de una manera extraña y parecida a la ultima vez, sus suposiciones eran las correctas, Masaki tenía algo entre manos, algo que desde hace tanto el se venía sospechando por el simple comportamiento que había tenido últimamente, en especial cuando supo que Courht no regresaría; dejo ir a la criatura repulsiva, correr por el largo y ensombrecido pasillo subterráneo. Algo era un hecho, Lían Kami no estaba muerto. Y a pesar de que aun no entendía los motivos de Masaki, de Courht u siquiera de aquellos engañosos vampiros que vivían en las tinieblas de Tokio, de una cosa estaba seguro: Algo estaba sucediendo, alguna importancia tendría ese sucesor de Courht, y la extraña desaparición de aquel asambleísta... solo era cuestión de tiempo.
Por que el infeliz de Ryu estaba muerto por su culpa.
Y aquel sucesor hecho a la fuga.
Lerath se acomodó el saco, dispuesto a contraponer sus acciones de manera discreta, aquellos asuntos quizá no eran de su incumbencia, había ganado la confianza de Masaki, y aquello era una opción mas para intentar descifrar aquellos enigmas. Salió por la puerta de aquella mansión que disfrazaba la colonia de los vampiros, acomodose las gafas cuando el sol le hizo un pequeño rasguño en la piel, y camino como solo sabía hacer él, a través de esa espesa masa de robles y casquetes herbales, de aquella tierra que le gustaba pisar. Cada paso, su saco ondeaba, gustaba vestirse siempre a sí, aunque casi siempre lo hacía por vanidad.
lejos de ahí
-descuide ahora, que Gerry estará mejor a partir de ahora-dijo el hombre con bata blanca, regalándole a aquella mujer una sonrisa mientras depositaba el pequeño cachorro en sus brazos con delicadeza.
-muchas gracias, es usted muy amable.-contestó la joven a aquel veterinario, acariciando la oreja de su cachorro con mucha dulzura.-vamonos Gerry...
La joven se alejó y el veterinario se acomodó el cuello de la camisa, se sentía un poco sofocado. Y lentamente se acomodó en su silla, se quitó las gafas y se talló los ojos con suavidad.
-esto es... hostigante...-dijo al fin el veterinario, y acomodó unos cuantos papeles dentro de un fólder amarillo. Volvió a colocarse las gafas, y miró hacia la ventana que estaba a su derecha. Afuera había un sol muy abrumador, además estaba demasiado enrojecido. Se preguntaba si de ese color eran las llamas del infierno.
Tack tack...
-entre por favor.-dijo el veterinario , recobrando una postura adecuada y cruzando los brazos. Asomando su cabeza por la puerta estaba aquel hombre, aquel que era su compañero de trabajo, otro veterinario como él y le sonreía tímidamente.
-hey Tsukishiro-san ¿Qué hay?-dijo aquel hombre, cuyos cabellos eran rojos y ojos de un castaño muy hermoso. Vestía una camisa a cuadros de colores obscuros, un pantalón beige y sobre estos una bata blanca, sin abotonar.
-Kaworu... buenastardes-dijo sonriendo el veterinario Tsukishiro. Y Kaworu tomó asiento frente a su escritorio.
-¿Cómo va el trabajo?
-hasta ahora bien, han venido 12 personas en lo que va del día.
-eso me parece que esta bien, últimamente estas demasiado solicitado.
-solo un poco.
-y que estés solicitado es una enorme barrera que me impide acaparar tu atención por lo menos una noche.
-...¿eh?
-si, hace dos semanas prometiste que aceptarías mi invitación a cenar, pero como siempre, cuando intento localizarte tu línea esta ocupada. A veces creo que me evitas.
-no, no es eso...ya sabes que yo...-dijo Tsukishiro, un poco nerviosos pero sin dejar de sonreír. Cuando menos lo pensó, Kaworu ya estaba frente a su silla a menos de 30 cm de distancia, con su mano sobre su hombro.
-Y ahora que al fin pude contactarte, no voy a aceptar un no como respuesta. Esta noche a las ocho...Yuki...
-¿..pe..pero por que quieres que yo vaya?...deberías invitar a Riku, sabes que ella daría lo que fuese por que la invitases a cenar...-dijo Tsukishiro, inclinándose hacia a tras, Kaworu no tenía una mueca muy agradable en el rostro.
-pero resulta, que Riku no es la persona que me interesa...-dijo Kaworu mientras pasaba su mano por la barbilla de Tsukishiro.-¿Estas de acuerdo?...
-...a...no...bueno...yo...
-¿aceptarás?... o quieres que me quede aquí parado hasta que decidas.?-preguntó Kaworu, pegándose mas al rostro de Tsukishiro, este frunció un poco el ceño.
-la persona que te interesa ¿soy yo?-preguntó Tsukishiro con un tono de disgusto.
-claro que no... -rió Kaworu, dando cuatro pasos atrás, y poniendo cara de sorprendido-lo único que quiero es que me acompañes por que eres mi amigo, además tengo unos asuntos que discutir contigo.-Tsukishiro rió aliviado y se levantó de la silla, mientras Kaworu se soltaba a carcajadas.
-eso no fue gracioso...-dijo Tsukishiro-pero, claro que iré contigo, Kawo-san.-y sonrió a su amigo.
-por cierto, vine a buscarte para decirte que hay una joven allá afuera que pide informes sobre el empleo de ayudante general.
-oh, veo que ese anuncio que puso Killer surtió efecto.
-pero killer no está, por eso creo que tu deberías entrevistarla.
-pero yo no puedo tomar decisiones por Killer, lo sabes, él es el dueño de esta veterinaria.
-no creo que a killer se moleste, al fin y al cabo el necesitado es él, además es chica esta... hecha un cuero.
-nunca cambiarás... -Tsukishiro le miró con acusación y luego le saco la lengua de manera bromista-... puede que este bonita y no tenga nada en el cerebro.
Y los veterinarios abandonaron la habitación, la puerta rechinó un poco, seguramente el calor había comenzado a dilatar su materia...
To be continued...
La ri ho ¡¡
Notas de Soley °°:
Antes que nada siento de verdad la tardanza de este episodio; lo que pasa es que con el regreso a clases, los exámenes, las tareas, la presión de la prepa, uno a veces no puede tomarse la libertad de inspirarse, pero, supongo que a partir de ahora no demoraré mucho, aunque no prometo nada. Y no, no os preocupéis, que no abandonaré el fic, ya que pienso terminarlo, eso es un hecho.
Respecto al Fanfic, como podéis ver, han salido al aire algunas cuestiones que creanme, hasta a mi me tienen intrigada (lo digo en serio)... pero sin duda el capitulo que viene será una muy buena maraña de trapos. Jajaja.
Ah, si, solo añado un pequeño detalle: Hace tiempo tenía algunas dudas sobre la manera correcta de escribir el nombre de Ren Tao, ya que en la TV me sonaba a Len, pero luego de tanto investigar me encontré con la manera correcta de escribir el nombre, así que de igual manera son las mismas, Len Tao, a Ren Tao.
Así como el apellido de Lizerg: Estoy en duda si Diethel ó Daizel.
Gracias por la espera... jeje
Próximo Capítulo 8 (muy pronto)
Y ahora los reviews:
antes k nada ¡muchas gracias a los nuevos reviewers por dejarle un review a Soley (TT Soley llora de felicidad¡¡)
anne zazel:Muchas gracias por tus reviews, y k bueno k te va gustando el fic, procuraré jamas decepcionarle y menos después de este apoyo¡¡¡ espero lo sigas leyendo.
Isis Tsurumi: gracias por tu review, y por k te haya interesado el fic, espero lo sigas leyendo, a mi tambien me gustan mucho estas series, y los vampiros sobretodo.gracias de nuevo. Deja otro review n.n.
Mari: Si, ahora tu te has tardado con tu review TT(soley llora)...pero ya vez, que pa compensar tu fiel espera ya actualicé dos capitulos...mmmm...asi k no me abandones Xd.
Gracias de nuevo a todos ustedes k me apoyan con sus reviews.
Por cierto, a los k gusten del Yaoi, shonene ai o quiera conocer este genial género entren a mi
Y para las fans de los bishounenes de clamp y sobre todo de Kamui Shirou no olviden visitar esta
Unanse¡¡
Chau XD.
