N/A: Hola a todos ayer fue mi cumpleaños y a parte de recibir regalos les quería dar el capitulo 8 como uno a ustedes por ser tan leales lectores (gracias a conytao por desearme feliz cumpleaños jaja) y bueno le echaré un extra de Sess/Kag así que saboréenlo ok?
WP
Origen Desconocido
Capítulo 8: El jinete solitario
Oscuro…
'No veo nada…' pensé 'Abre los ojos…' ordené, pero nada sucedía, de repente un sonido. Mi cabeza que estaba recostada contra el suelo se movió pero no por mi voluntad. Había perdido la voluntad. Los ojos se abrieron y la luz era muy opaca, no distinguía el cielo del suelo, todo era muy oscuro.
Un murmullo, un murmullo débil y silencioso captó mi atención. Sentí unas manos cálidas sobre mis mejillas, al abrir mi boca pude probar el sabor de mi sangre, y en mi frente sentí como pequeñas y cálidas gotas caían.
"Kyujo…" el murmullo tomó forma. 'Kaiya…'
"Onegai!..." la oí llorar, su cabello sobre mi cuello, sus lagrimas en mi boca y sus ojos firmemente cerrados mientras se apretaba contra mi.
"Shin dehaikenai(No tienes que morir)! Onegai! Iki teiru(Tienes que estar vivo)!" gritó y mis oídos se retorcieron por lo firme de su voz. Pude tocar su cabello, pero no sentirlo: mis manos estaban frías. "Suma nakerebanaranai (Tienes que vivir)!" gritaba y suplicaba, la tomé con mi mano y se detuvo me miró a los ojos con su cara empapada en lágrimas. Le sonreí y susurré.
"…tsugino seimei (en la próxima vida)… Kaiya…"
Se despertó prácticamente saltando en la cama, puso su mano contra su boca tratando de atrapar ese último respiro que había tenido… en su sueño. 'Yume…' pensó tranquilizándose. Un toque en su puerta lo alertó y rápidamente retomó su compostura. "Adelante." dijo con una voz frívola y monótona, al instante una sirvienta entró y con una reverencia llevó las ropas de su señor a la mesa en donde se iba a cambiar, otra reverencia fue presenciada antes de que las palabras de la sirvienta llamaran su atención "Kagome-san desea hablar con usted cuanto antes mi señor." El señor de las tierras del Oeste levantó una ceja perfecta, la sirvienta simplemente lo dejó en paz y se marchó por los pasillos.
Anteriormente esa mañana…
"Kagome! Despierta!" una escandalosa voz me sacudía. "Cinco… minutos…mama…." Murmuré mientras volvía a mi delicioso sueño. "Vamos!" mis cobijas se escaparon volando antes de poder atraparlas, el frío de la mañana me dio escalofríos mientras abría mis ojos "Momoko?" pude hacer la asociación entre los ojos achinados y el pelaje marrón de la youkai. La simpática despertadora me sonrió feliz de la vida "Al fin te despiertas vamos que se nos esta haciendo tarde!" De repente algo despertó mi curiosidad: que acaso… no era de noche? "Anou… Momoko… todavía es de noche!" exclamé mirando las ventanas oscuras del cuarto que compartía con Mizuki, que estaba dormida profundamente aún si Momoko había gritado como una desquiciada para levantarme.
"No sabes cuanto me costó despertarte! Tu y Mizuki son las que más pesado duermen es increíble…!" continuó la adorable youkai obviando mi pregunta, por supuesto no me gusta que no respondan a mis preguntas: "Momoko, que hora es?" Momoko miró hacia fuera "Ay es cierto Haruka nos está esperando, rápido vístete!" la youkai salió corriendo, de nuevo sin responder a mi pregunta. Me levanté todavía con sueño pero logre ponerme mi ropa de trabajo y corrí hacia la cocina en donde estaba la entrada más cercana a los jardines, ahí aguardaban la kitsune con sonrisa traviesa y la despertadora que ahora consideraba como la persona más odiosa del mundo. Claro dentro de algunas horas habré olvidado y perdonado el incidente pero tengo derecho a odiarla aunque sea un poquito.
"Al fin llegas Kagome!" saludó Haruka, me detuve y le sonreí de alguna extraña manera me sentía muy a gusto junto a ella.
"Lo siento si estamos tarde Haruka-chan… se que dijiste a las 3:30 pero no pensé que Kagome fuese tan difícil de despertar…"comenzó a disculparse Momoko con una mirada de 'Ten-compasión.'
"Eh? 3:30?" pregunté mirando al cielo oscuro que, según yo había estimado, era el mismo que el de la noche pasada. Ambas me miraron un tanto extrañadas antes de afirmar mi duda "Si a esa hora estamos en los jardines preparando el material, como llegaron un poco tarde me tomé la libertad de preparar el equipo por ustedes." explicó Haruka sonriendo de nuevo. Momoko notó mi cara de pánico "No estas acostumbrada verdad?" yo solo la miré, en realidad no podía odiarla, era su trabajo y después de todo ella trabajaba para el despiadado Sesshoumaru, así que definitivamente no podía odiarla. La miré y reí un poco para aligerar el ambiente "Es que ayer me acosté un poco tarde!" ambas rieron de alguna manera podía sentir como un sentimiento de paternalismo y de entendimiento se formaba entre las tres.
"Bueno suficiente parloteo!" exclamó Haruka tomando una pala y poniéndola sobre su hombro "Es hora de trabajar!"
La mañana había sido muy dura para Kagome. Especialmente por el hecho de que llevaba desde las 4 de la mañana en los jardines, ya eran las 10 y Haruka y Momoko decidieron que sería buena idea tomar un descanso hasta la tarde, Kagome al fin podía relajarse.
Caminando por los pasillos se encontró con Yuri, una de las tres mellizas encargadas de la limpieza, distinguió la ropa de Sesshoumaru.
"Yuri vas a llevarle eso a Sesshoumaru?" preguntó tocando la tela tan suave como la seda, Yuri frunció un seño al notar que Kagome no llamaba al señor Sesshoumaru-sama, pero aún así le respondió "Así es." Kagome la miró fijamente a los ojos.
"Oye y vas a poder verlo?"
"Pues… si sigue en sus recamaras es lo más probable… Porque preguntas?"
"Es que necesito hablar con él urgentemente."
"Ya veo… Bueno si por casualidad lo llego a ver le diré que necesitas una plática." Kagome le sonrió "Domo arigatou Yuri-san!" Yuri le sonrió "Por favor Yuri-chan está bien! Después de todo soy la más joven después de ti Kagome-chan!" Con eso ambas regresaron a sus destinos, Kagome a buscar algo que desayunar y Yuri a atender las necesidades del señor.
"A ver, a ver, a ver!" cantaba Kagome mientras buscaba algún onigiri o algo de comer en alguna parte. "Ohayou!" se oyó alguien gritar por detrás de la muchacha que saltó y casi se cae hacia atrás del susto. Kagome miró y era nada más y nada menos que Rin, la pequeña Rin mirándola con su sonrisa de niñita inocente. "Ohayou Kagome-chan!" repitió acercándose a la muchacha "Ohayou Rin-chan!" respondió la muchacha acariciando la cabeza de la niña.
"Que haces?"
"Buscando algo que desayunar." respondió sonriendo, la niña la miró durante unos instantes antes de que sus pequeños ojos marrones brillaran como dos luceros. "Yo se donde hay comida! Sígueme!" la chiquita la tomó por la mano y empezó a caminar y a "arrastrar" a Kagome con ella. Cruzaron varias veces, tantas que Kagome podía imaginarse mareada de tantas vueltas que habían dado, finalmente Rin se detuvo en una habitación. Retomando su aliento Kagome se deslumbró, era una mesa de desayuno de por lo menos 6 platos distintos. Rin corrió precipitadamente y se sentó en uno de los extremos exclamando "Podemos compartirlo! Sesshoumaru-sama todavía no se ha despertado!" Le sonríe felizmente y se sienta a su lado disfrutando del banquete.
Así pasó la mañana, Kagome tomó un bien merecido baño y durante la tarde ayudó a Mizuki a recolectar algunas flores para la decoración del palacio.
Yo seguía en los jardines, de alguna manera pensaba como poder sobrevivir en ellos si en algún momento pensaba escapar de Sesshoumaru, claro antes tenía que recuperar a Colmillo de Luz. No sabía muy bien porque necesitaba tener esa daga cerca. Recuerdo un día mientras estaba dando vueltas por las habitaciones me había topado con los baños principales del señor de las tierras del Oeste, supe que estaban ocupados porque las ropas del dicho señor junto a Colmillo de Luz estaban dobladas en un mueble cerca de la entrada. Había tratado de controlar mi deseo por tomar la daga y huir, no podía actuar impulsivamente, además lo más probable era que Sesshoumaru ya había sentido mi presencia. Si llegase a tomar la daga me vería en peligro. Por eso había decidido que todavía no era el momento.
Me senté en el césped, con mi espalda contra un gran árbol que de alguna manera me parecía familiar. Miré hacia lo más alto, destellos de luz se movían de lado a lado por el viento, el sonido de las hojas y el murmullo del viento me recordaron aquella vez en que, en un árbol como este, había despertado a InuYasha.
InuYasha… Que había sido de el? Acaso estaba buscándola o se había rendido? La duda. Odio la duda. Es por eso que he decido alejarme de él aunque se que no será nada difícil… pero no puedo seguir viviendo en duda, preguntándome todos los días si piensa en mi o en Kikyou… si me quiere a mi por ser yo misma o porque ve a Kikyou en mis ojos… no puedo seguir mortificándome por eso, ya siento como si toda la alegría que alguna vez tuve con InuYasha se ha esfumado.
Ya no importaba si InuYasha me quería o no. Ya no quería seguir en ese triángulo amoroso, porque de alguna manera sabía muy bien que no había manera alguna en que InuYasha fuese mió. Una lágrima brotó de mis ojos.
"Que patética soy… llorando por un muchacho que nunca me quiso. " susurré silenciosamente, a veces hablarme a mi misma ayuda en estas situaciones. Reí amargamente ante mi situación: lejos de mis amigos, sin poder ver a mi familia y ahora prácticamente abandonada por la única persona que me hacía sentir segura en esta época…
"Que más puede pasarme?" me pregunté rindiéndome. 'Soy reputada por mi optimismo… también por mi determinación pero ahora no me queda más energía… Quizás lo mejor será quedarme aquí… quizás este es mi destino después de todo, estoy segura que Sango y Miroku podrán reunir el resto del Shikkon no Tama sin mi, y bueno InuYasha seguro estará más feliz junto a Kikyou…'
"No es justo…." Hice un puño agarrando el césped en mis manos y arrancándolo lentamente. De repente un temblor, un grito agudo y antes de que pudiese voltear a ver lo que pasaba algo rebotó en mi estómago, sentí como unas manos se aferraban a mi kimono, abrí los ojos tratando ver a través la nube de polvo. Era la niña, la niña del palacio estaba asustada, temblando y llorando aterrada sobre mi kimono. Con una mano la empuje hacia mi.
'Youkai.' pensé sintiendo la energía maligna emanado en frente mío. Y también una energía familiar "Shikkon no Kakera!" grité levantando mi mirada, un monstruo que parecía un árbol con tentáculos se abalanzó sobre nosotras, la tomé en mis brazos y corrí lo más rápido que pude, tan lejos como pude.
Corrí. Un monstruo me perseguía. 'Sesshoumaru-sama ayúdeme!' grité mientras trataba de alejarme, fui hacia los arbustos tratando perderlo, ahí estaba la muchacha 'Kagome-chan!' pensé lanzándome sobre ella. Cerré mis ojos pero podía sentir como ella me cargaba y corría.
'Ese youkai está usando un fragmento de Shikkon!' pensó Kagome mientras corría, tenía que encontrar alguna manera de destruirlo y retirarle el fragmento. De la nada un tentáculo se aferró al tobillo de Kagome haciéndola caer con Rin en los brazos. Al tratar de levantarse Kagome miró atentamente a Rin, viendo si tenía alguna herida.
"Rin-chan… Rin-chan estas bien?" preguntó exhausta. La pequeña la miró con horror y lágrimas en los ojos. Kagome no tuvo tiempo de pensarlo dos veces, empujó a Rin y le ordenó huir.
"Huye! Corre!" le gritó mirando detrás de ella como el youkai se acercaba. La pequeña no se movía.
"Que haces! HUYE! AHORA!" gritó Kagome desesperada.
Mi vida será un desastre. No tendré amigos para ayudarme, ni un amor en el cual confiar… no tendré a mi familia para apoyarme…. Demo….
"No dejaré…." Kagome se puso se pie el tentáculo seguía jalándola. Un aura púrpura se formó a su alrededor, protegiéndola a ella y a Rin. El youkai se acercó sus dientes listos para su festín.
"No dejaré…. Que le hagas daño!" Kagome puso sus manos juntas y las extendió hacia el youkai, almas y energía se acumularon en la palma de sus manos. En una explosión de brillo una llama púrpura se abalanzó sobre el monstruo destruyéndolo casi instantáneamente. Kagome se tambaleó un poco antes de caer sobre sus rodillas respirando pesadamente.
"Rin!" se oyó desde los arbustos antes de que Sesshoumaru seguido por un escandaloso Yaken aparecieran. Los ojos de Rin se agradaron de felicidad al ver a su cuidador.
"Rin." dijo con una voz monótona, la pequeña corrió hacia él y se echó a llorar en su ropa.
Yaken miró alrededor y notó las cenizas humeantes de algo quemándose, luego miró hacia la muchacha exhausta, caminó hacia ella con su gran bastón en la mano "Hubo rumores de que un youkai se había infiltrado en las tierras del amo." dijo esperando sacarle un poco de información a la nueva sirvienta.
Kagome se levantó y caminó hacia las cenizas, buscando el fragmento.
"Así es, este monstruo poseía un fragmento de la perla de Shikkon." murmuró la joven, Yaken se acercó a ella de nuevo alterado "Ese fragmento le pertenece al amo Sesshoumaru dámelo!" Kagome lo miró enojada.
"Yaken. Deja que se quede con esa joya inservible." ordenó Sesshoumaru volteándose para marcharse.
"Pero amo Sesshoumaru, esos fragmentos son los que busca el monstruo Naraku, si nos apoderamos de él no solo atraeremos a ese desgraciado sino que también se volverá más fuerte!" exclamó el sapo soplón. Kagome se aferró al fragmento, de ninguna manera Sesshoumaru podía obtenerlo, de ser así no le costaría trabajo derrotar a InuYasha… y eso no es parte del plan.
"No necesito esa joya para derrotar a Naraku. Además esta humana también es uno de los blancos de ese miserable. Con ese fragmento y esta mujer tenemos dos razones por las cuales Naraku vendrá." explicó inteligentemente el señor mientras caminaba lentamente al palacio.
"Espera un momento!" gritó Kagome valerosamente. El señor se paró y Rin se volvió hacia la sirvienta "Si tu objetivo es destruir a Naraku entonces deberías buscar más bien a Kikyou!" 'Como lo hace InuYasha, vayan ambos en búsqueda de Kikyou.'
"Es lógico que busque a Kikyou, puesto que Naraku cree que su debilidad hacia esa mujer proviene del corazón humano de Onigumo. Naraku cree que con destruir a esa mujer logrará su objetivo final. Pero no cuenta con el poder de su reencarnación." Kagome quedó sin habla unos momentos.
"Yo? Que tengo yo que puede ayudar a destruir a Naraku!"
"Cuando ese monstruo se de cuenta de su error vendrá en búsqueda de ti." se volteó a verla a los ojos. "Será en ese momento que podré destruir a Naraku."
"Pero si no me dejas ir, Naraku recolectará todos los fragmentos y se volverá cada vez más fuerte!" reclamó Kagome sintiendo que todos corrían gran peligro: sus amigos, InuYasha y ahora todas las personas del palacio.
"Yo destruiré a Naraku." terminó desapareciendo en el bosque junto con Rin y Yaken.
Kagome permaneció ahí pensando que de alguna manera, de alguna extraña manera, sabía que él lo lograría y lo peor de todo es que sentía que a su lado todo estaría bien.
