Hola a todos lamento en gran retraso es que he estado medio ocupada jejeje! Aquí tienen el esperado capítulo 9! Mucha tensión amorosa entre nuestra pareja!

White Plum


Origen Desconocido

Capítulo 9: El error

"InuYasha!" una voz conocida resonó en mi cabeza, despertándome, podía sentir como mi cuerpo era pesado y como mis brazos, piernas y cabeza dolían.

"INUYASHA!" se volvió a oír el grito a mi alrededor, ahora podía sentir unas manos acariciar mi pecho y empujarme. 'Kagome…' pensé oliendo su aroma. 'Kagome…' imploré sintiendo sus lágrimas en mi cara. 'Kagome…' respiré feliz de que había vuelto conmigo, de que me había elegido a mi y no a Sesshoumaru.

"Kagome…"susurré mientras abría los ojos lentamente, pero nada… las lágrimas se habían secado, el olor se había esfumado y ya el calor de sus manos que alguna vez acariciaban mi cuerpo se perdió en el frío de la lluvia que caía. Me senté con la espalda contra el gran árbol contra el cual me había quedado dormido. Suspiré. "Era solo un sueño…" me susurré a mi mismo con desilusión. "Solo un sueño…" repetí bajando mi cabeza al suelo y mirando las raíces del árbol a mis pies, una lágrima me escapó. Cerré mis ojos y mis puños con enojo, estaba furioso: furioso de que Sesshoumaru la tuviese cautiva, furioso porque me impidió seguirla, furioso… por no permitirme olvidar los sueños y las visiones… furioso conmigo mismo por no haber valorado lo que tenía, y por haber permitido que todo eso se esfumara ante mis ojos.

Levanté mis ojos cuando un olor conocido me alertó. Un remolino de viento se dirigió hacia el árbol, el viento cesó su movimiento revelando al lobo que tanto odiaba, mi "rival" en el amor.

"Solo eres tú bestia?" preguntó vulgarmente mientras miraba alrededor tratando de detectar el olor de Kagome.

"Si estas buscando a Kagome pierdes tu tiempo no está aquí." le respondí levantándome y ajustando a Tetsusaiga en mi cintura. El lobo me miró con rabia, seguramente habrá pensado que era una broma, pero con la mirada que le di creo que entendió mi punto.

"La volviste a enojar bestia! Dime donde está para consolarla y tratar de remediar tu falta de tacto!" ese fue un comentario bastante irónico viniendo de un youkai que proclama a Kagome como su mujer. Lo miré simplemente, no le respondí, no estaba en humor para discutir.

"Te hice una pregunta pulgoso!" gritó de nuevo, esta vez le respondí "No está conmigo, ya te lo dije Kagome se fue y no regresará." El lobo gruñó "Seguramente fuiste un verdadero patán Inu-koro, no se que ve Kagome en ti. Como puede confiar en alguien que la trata como un simple detector de fragmentos! A veces no entiendo a las mujeres…" señaló pasando su mano por su cabello. Que quería decir eso? Acaso la había tratado tan mal? Era cierto que nunca expresé claramente mis sentimientos hacia ella pero… había llegado tan lejos como para menospreciarla?

Lleve mis manos a mi cara, como pude haber echo eso? Como pude haberla echo huir? Era mi culpa… caí con las rodillas en la tierra murmurando su nombre "Kagome… lo lamento…por favor…" Kouga quedó atónito.

"Que… sucedió? Donde está Kagome!" preguntó desesperado, algo andaba mal y él podía sentirlo. Se abalanzó sobre mi y me volvió a verlo sus ojos azules brillaban con preocupación, lo miré y avergonzado bajé de nuevo mi mirada.

"InuYasha… que le sucedió a Kagome?" preguntó en un susurro.

"Sesshoumaru se la llevó." El lobo se enfureció y me golpeó en la cara con irritación, caí con la cara en el suelo y esta vez lentamente volví a levantarme 'Creo que me merezco eso…' pensé tristemente. Vi la sombra de Kouga acercarse hacia mi "Que te pasa InuYasha, no eres tú mismo… Como pudiste dejar que ese desgraciado se la llevara!" dijo el lobo rabioso.

"…"

"Respóndeme InuYasha!" gritó Kouga exasperado por la actitud del hanyou.

"…"

"Maldito hanyou!" exclamó golpeándome fuertemente en la cara, claro no bloqueé ni traté de evitar el puño. Adolorido tomé mi mejilla en mi mano y de repente era evidente, no podía huir de la culpa.

"Es…. es mi culpa…." susurré delicadamente, Kouga se detuvo "es… mi culpa!" grité golpeando el piso

"Si no la hubiese tratado tan mal!" una.

"Si tan solo le hubiese demostrado cuanto la quiero!" y otra.

"…cuanto la necesito!" y otra vez hasta que mis nudillos comenzaron a sangrar. Kouga se quedó en el mismo lugar, podía sentir su lástima y podía sentir su ira por mi cobardía.

"No entiendo que fue lo que sucedió contigo Inuyasha…" susurró Kouga "Hace tiempo estabas dispuesto a degollarme si llegaba siquiera a acercarme a Kagome. Pero me dices que tu propio hermano, al que odias más de lo que me odias a mi, se la llevó y mírate! Eres patético, no haces nada estas ahí lamentándote! Que espera! Que estas esperando! Vamos a buscarla tú y yo, salvémosla de Sesshoumaru!" dijo valientemente tendiéndome una mano, la miré detenidamente. Estaba por tomarla cuando visiones inundaron mi mente.


Dos personas estaban sentadas en una colina, mirando al sol ocultarse y a la luna resplandecer en el oscuro cielo de otoño. La mujer miró hacia lo lejos y suspiró.

"Eikan?" preguntó suavemente la mujer mirando al cielo. El hombre a su lado no movió su mirada de los últimos rayos del sol ocultándose.

"Dime."

"Recuerdas ese día en que fuimos al campo a batallar? El día en que… casi muero?" suspiró tristemente la mujer ahora bajando su mirada del cielo y hacia sus pies.

"….." Eikan no dijo nada pero finalmente encontró el valor para asentar "Si… recuerdo ese día."

"Me cuesta recordar algunas cosas…" admitió la muchacha mientras jugaba con los bordes de su kimono, el hombre llamado Eikan la miró detenidamente, cada uno de sus gestos parecía más delicado que el otro.

"Recuerdo… a Kyujo peleando, luego recuerdo que te estaba observando atentamente…" se detuvo dándose cuenta de su atrevimiento, ocultó sus mejillas rojizas en sus rodillas y quedó en silencio hasta que Eikan intervino.

"Continua Kaiya."

Kaiya lo miró un poco antes de continuar "Después de eso recuerdo que algo me golpeó, que caí al suelo y que todo se oscureció. Pero hay algo que nunca voy a olvidar, algo que sé que sucedió sé que no lo imaginé…" lo miró a los ojos, sus ojos azules tiernos y dulces pedían que la escuchara y así lo hizo "…recuerdo haber escuchado tu voz, Eikan…" susurró manteniendo sus ojos sobre los suyos.

En ese momento un sentimiento de inseguridad e incertidumbre se apoderó de Eikan: sus ojos se bajaron al suelo mientras suspiraba su nombre "Kaiya… yo…" en ese momento Kaiya entendió que lo había puesto incómodo y se retracto de lo que había dicho "Discúlpame, por favor olvida lo que te acabo de decir, fue estúpido de mi parte decir eso… lo siento…" con eso se levantó y se dirigió a la cabaña en donde se hospedaban. Eikan la miró partir y suspiró, volviendo su mirada a los últimos rayos del sol.


"No puedo. Kouga no puedo ir tras Kagome." confesó InuYasha mirando la mano del lobo. El lobo lo tomó de la muñeca y lo haló para levantarlo "Que estupideces dices! Claro que si podemos ir, yo mismo te acom-…" pero un puño enojado lo hizo callar y caer al suelo. "Que te pasa bestia!" gritó enfurecido Kouga.

"No lo… entiendes!" vociferó InuYasha con sus ojos dorados brillando de tristeza, rabia y desesperación.

"ES EL DESTINO! PERDI MI OPORTUNIDAD HACE SIGLOS AHORA NO PUEDO HACER NADA PARA RECUPERARLA! ENTIENDES! NADA!" el lobo quedó atónito mientras escuchaba el lamento del hanyou con disgusto.

"InuYasha!" se oyó la voz de Shippou mientras descendía con Kirara. Kouga miró al cielo "Es el enano." declaró, InuYasha miró a Shippou bajar de la gran Kirara y le preguntó "Que quieres mocoso que no ves que estoy dando un paseo?" preguntó guardando la rabia antes expuesta.

"InuYasha tenemos que ir a buscar a Kagome!" animó Shippou mientras se acercaba al lobo "Tú también puedes venir Kouga, nos vendría bien tu ayuda!" Kouga miró al pequeño kitsune. "Este…InuYasha?" preguntó seguro de que el hanyou tenía algo que decir acerca de esto. Para la sorpresa de ambos InuYasha caminó hacia Shippou lo levantó y lo miró a los ojos "Kaiya elige a Kyujo, Shippou, tú sabes lo que eso significa?" el kitsune entristecido lo miró.

"Si, sé lo que significa InuYasha… pero es acaso por eso que no vas a ayudarla? No piensas volver a verla de nuevo? Estoy segura que aunque Kagome esté lejos piensa en ti, en todos nosotros… por favor InuYasha te necesitamos… ella te necesita." imploró el adorable chiquito en los brazos de InuYasha.

"Inu-koro, detesto trabajar contigo pero sabes muy bien que el único que puede darle batalla a ese desgraciado de Sesshoumaru eres tú." declaró Kouga, levantándose.

"InuYasha… por favor…" empezó a llorar Shippou. InuYasha finalmente aceptó y los tres se dirigieron de vuelta a donde Sango y Miroku los esperaban.


Estuve un momento ahí parada en el gran corredor, mirando esta gran puerta en frente mío, sabiendo lo que detrás de ella me aguardaba. Era horrible, cada vez que trataba de tocar las manijas de hierro, mi mano se detenía a meros milímetros y mi inseguridad volvía, preguntas en mi cabeza, su voz y sus palabras se repetían una y otra vez en mi mente. Decidí sentarme con la espalda contra la puerta, él estaba adentro, y yo sabía que nadie estaba despierto. Podía sentir todavía su mirada, sus ojos dorados mirándome intensamente halagándome de la manera más silenciosa y profunda. Recuerdos de la calidez de su mano en mi cuerpo… espera un momento… en realidad no fue su mano sobre tu cuerpo sino más bien sobre Colmillo de Luz! Bueno no importaba el echo era que algo extraño estaba ocurriendo… y se sentía como si un gran vacío en mi corazón estaba siendo poco a poco llenado de nuevo.

'Está aquí… detrás de esta puerta Kagome…' me dije a mi misma en mi mente.

'Como te puede costar tan solo tocar a la puerta?' me pregunté avergonzada de mi cobardía 'Pero que le voy a decir? Que necesito hablar con él? Que quiero a Colmillo de Luz de vuelta? Que necesito que me libere para ver a mi familia de nuevo?' cualquier excusa parecía buena, después de todo ahora sabía que tenía una buena razón para mantenerme en su palacio: Naraku.

"Sesshoumaru…" suspiré suavemente. Nada parecía tener sentido. Él. Yo. Mis amigos. Mi misión. Cual era mi misión? Porque seguía aquí, porque no simplemente huir al bosque? Porque esa daga era tan importante para mi? Tanto así que controlaba mis acciones. Que tenía de intrigante todo esto? Porque mi corazón latía fuertemente mientras recordaba sus ojos fríos y calculadores? Que tenía él… que me encantaba tanto?

"Porque él?" pregunté en voz alta "Y ahora mírenme… parezco una niña de 12 años que tuvo una pesadilla y quiere dormir con sus padres pero no se atreve a abrir la puerta del dormitorio… Soy capaz de quedarme aquí toda la noche pensando en lo que pienso hacer…" suspiré "y claro no hacer nada al final…"

Una de las puertas detrás de mi se abrió mientras una voz calmada decía "O puedes simplemente abrir la puerta y pensar en las consecuencias después." Sesshoumaru, la había estado escuchando y para su sorpresa estaba burlándose de ella, estaba BROMEANDO.

Un gran silencio se instaló entre los dos, Kagome se levantó, lista para caminar para su habitación.

"A que haz venido?" preguntó perdiendo el tono bromista de hace un momento.

"Yo…" empecé a decir, pero bajé la mirada hacia mis pies y pensé en la mejor excusa del momento. "He venido por…"

"Colmillo de Luz? Sabes perfectamente que no te la entregaré onna." declaró el taiyoukai con una mirada de desafío, lo miré a los ojos: por supuesto que sabía que no me la iba a devolver tan fácilmente.

Comencé mi reclamo "Sabes que no puedo escapar de este palacio sin esa daga." Él solo me miró con sus ojos dorados, proseguí "Y estás consciente de que mantenerme aquí como tu única sirvienta humana hará conmoción entre las familias de las tierras." sorprendido por mi comentario, levantó una ceja, le sonreí complacida por la reacción "Y también…" comencé pero su gesto me detuvo, abrió con su única mano la puerta y me gestionó con la cabeza a entrar. Aunque dudé un poco al comienzo finalmente entré en la gran y oscura habitación estilo occidental con grandes ventanales y sillas. La única luz iluminando la sala era el fuego de la chimenea, en los muros pinturas de paisajes adornaban y más allá otra puerta que parecía llevar hacia la sala de dormir del taiyoukai.

En el instante en que pasé la puerta Sesshoumaru la cerró detrás de él y susurró mientras pasaba detrás de mi "Siéntate." No viendo porque no, me senté en un pequeño sofá vino tinto a unos metros de la chimenea, sentí instantáneamente alivio al calentar mi cara por las llamas. Sesshoumaru se sentó en el gran sillón a unos pocos metros de mi un silencio creció entre ambos solo el chasquido de las serpentinas de fuego en la chimenea llenaban el silencio de ultratumba. Finalmente di el primer paso sabiendo que este diálogo sería interminable.

"Mis amigos ya deben estar en camino. Vienen por mi pero no pienso irme hasta recuperar a Colmillo de Luz." insistí dejando mi mirada caer sobre mi objeto de interés.

"Si se llega a ese caso," comenzó el taiyoukai "no dudaré en proteger lo que me pertenece." sonrió malvadamente notando la furia en mis ojos.

"Si, entiendo que esa sea tu reacción si ese fuese el caso. Pero desafortunadamente no lo es puesto que esa daga me pertenece." respondí sagazmente mientras me inclinaba hacia delante y agregaba "Se lo que representa para ti esta clase de poder sobre mi. Te divierte. Pero no es la hora ni el momento para tus juegos sádicos…" fui interrumpida cuando él aprieto la daga en su cintura y me miró fríamente.

"Sería como triturar un mondadientes." dijo cruelmente mientras apretaba más "Podría romper todos tus huesos en un instante." Cerré mis ojos tratando de contener las lágrimas de dolor, ya se me hacía difícil respirar.

"Si…" dije tratando de retomar mi aliento "Sería tan… sencillo." Él solo se ocupó a mirarme sus ojos brillando con las llamas de la chimenea, de repente sentí como podía volver a respirar, aún su mano me impedía libertad pero por lo menos ahora podía respirar.

"Porque? Me tienes a tu merced… y aún así no eres capaz de matarme. Quien sabría que me mataste? InuYasha vendría de todas maneras al igual que Naraku, la daga sería tuya sin obstáculos. Porque no me matas?" pregunté con algunas lágrimas de dolor en mis mejillas. 'Me tienes a tu merced' esas palabras de desesperación y dolor resonaban en mi mente como un eco: yo ya no era dueña de mis acciones, mi cuerpo no me pertenecía más solo mi mente se mantenía mía. Lo vi levantándose y caminando hacia una ventana.

"Kagome…" lo escuché susurrando mi nombre y sentí como mi corazón se aceleró precipitadamente "No volveré a cometer el mismo error." Admitió el taiyoukai, finalmente entendía Sesshoumaru estaba teniendo una visión de su vida pasada.

"Sesshoumaru…" lo llamé y él instantáneamente se volteó "Estas teniendo visiones?" él solo me miró y se volteó de nuevo a la ventana.

"Esos son los espíritus de los Colmillos, por eso… por eso necesito a Kaiya!" insistí y sentí que no había más presiones, me levante precipitadamente y le dije "Tú eras Kyujo. Y yo Kaiya."

"Kaiya…" susurró.

"Si así es. Por eso no puedo deshacerme de Colmillo de Luz, por eso necesito la daga. Ella me llama. Al igual que Colmillo Sagrado y Kyujo te llaman." expliqué con fe de que entendería y me regresara la daga. Pero entonces sentí su mano en la daga de nuevo, nada de presión solo la calidez de su mano, sentí como me llamaba hacia él y como mis pies no respondían y se dirigían hacia él. Mis ojos se cerraron lentamente dejándome llevar por la sensación, de repente todo se detuvo, no había más control y abrí mis ojos para ser devorada por la mirada del taiyoukai.

Sus manos heladas primero acariciaron mis mejillas calientes, su cola se acercó a mi cuerpo y lo rodeó como una manta cálida y suave. De mis mejillas sus manos hicieron un viaje a mi cabello, incrustándose en él como en una masa descontrolada, y cerrando fuerte pero delicadamente en puños haciendo que volviera a cerrar mis ojos mientras me levantaba la cara hacia la suya. Algo andaba mal. Tanta ternura, tanta pasión. De donde provenía? Podía sentir su aliento caliente bajando desde mi frente hasta mi oído y finalmente mi cuello, nunca se atrevió a tocar mi piel. Con mis manos toqué sus brazos queriéndolos dirigir a mi cintura y así fue, ahora sus manos acariciaban mi espalda tiernamente. Pero en el momento en que sentí su aliento sobre mis labios volteé la cara y me alejé de él rompiendo cualquier contacto que habían establecido. Me había dado cuenta de algo.

Caminé hacia la puerta. Él nunca se movió no usó a Colmillo de Luz para detenerme ni reclamó. Finalmente abrí la puerta y antes de salir por esta me volteé y sonreí tristemente.

"Buenas noches, Kyujo."