WP: Hola! Tanto tiempo! Capitulo muy bueno! Me encantó escribirlo aunque no hay mucho Sess/Kag… bueno disfrutenlo!


Origen Desconocido

Capítulo 10: El fin de la espera

Esa misma noche Kagome regresó a su habitación cerrando lentamente la puerta corrediza suspiró desilusionada: todo el cariño y deseo que había experimentado hacía unos minutos solo fueron provocados por una visión del espíritu de Kyujo. No tenía nada que ver con ella, ni sobre todo con Sesshoumaru, solo fue un impulso, él no se había controlado y por ende no había querido hacer aquello que hizo con ella… sobre todo con ella. Suspiró de nuevo alejándose de la puerta y comenzó a desdoblar el futon en el suelo, alistándose para dormir, aunque ella sabía que en el fondo que no iba a poder cerrar los ojos y dejarse llevar por el sueño.

Se acostó y se arropó hasta el cuello. Su mirada fijada en el techo de su habitación. La única luz era la de la vela a su lado, la llama danzaba con la suave brisa que escapaba el bosque detrás de su habitación y se infiltraba silenciosamente dentro. El brillo de la llama formaba sombras en su cabeza, formas que pronto por el deseo y anhelo y gracias a la imaginación tomaron forma: una alta figura oscura, su cabello largo parecía una capa. Se movía con cada movimiento de la llama.

'Sesshoumaru…' pensó enfurecida con su imaginación por jugar tan cruelmente con sus deseos más profundos. Aléjate. Ordenaba a la sombra, pero ella se mantuvo ahí, hasta que un toque en la puerta de papel de arroz la hizo sobresaltar, miró rápidamente la sombra y la siguió: no era su imaginación jugando era realidad la sombra era real.

No respondió al toque, solo se mantuvo perpleja mirando la figura moverse y manteniendo quieta su respiración. De pronto desgarrando el silencio su voz lo hizo todo real.

"Kagome…" se oyó por detrás del fino muro. Kagome sobresaltó de nuevo revelando su presencia. "Voy a entrar." Anunció de nuevo la voz mientras deslizaba suavemente la puerta y entraba el taiyoukai, su presencia hizo que Kagome instantáneamente tomara la cobija y se arropara defensivamente con ella. El solo miró alrededor y se sentó a por lo menos 3 metros de ella, cruzando sus piernas y brazos y mirando la vela al lado de la cama.

Ahí se quedaron durante un momento, Kagome no se atrevía a mirarlo. Se sentía traicionada: traicionada por él, por el espíritu de Kaiya y sobre todo por ella misma, por sentirse de esta manera cada vez que estaba cerca de él. Pero más que nada porque no quería dejar de sentirse así, tampoco quería negarlo, pero saber que sería rechazada la obligaba a ocultar aquellos sentimientos.

"Detrás de esa puerta," comenzó Sesshoumaru clamadamente a hablar, Kagome levantó la mirada hacia él sus ojos brillando a la luz de la vela, "está tu libertad, lo único que tienes que hacer es dar un paso afuera de mis limites y serás libre."

"Me… estas liberando?" preguntó la joven asombrada, el taiyoukai no respondió así que ella continuó "Pero que hay de tu deseo de destruir a Naraku?" en vez de responder Sesshoumaru desenredó a Colmillo de Luz de su cintura y con una mano lo extendió hacia ella, Kagome tomó la daga en sus manos y miró confundida a Sesshoumaru.

"No necesito la daga," explicó el youkai mirándola a los ojos "tampoco te necesito para destruir a Naraku." se comenzó a levantar y Kagome lo siguió.

"Entonces me la devuelves y me dices que me marche?" le preguntó rogando en su cabeza que retomara la daga y la hiciera quedarse con él. Sesshoumaru la miró y puso una mano sobre el hombro de la muchacha apretándola suavemente. Kagome lo miró: sus ojos se habían puesto tristes de la manera más sutil. De alguna manera Kagome entendió que esto le estaba costando mucho a él, y que de alguna manera extraña no deseaba alejarse de ella.

'Porque estás haciendo esto Sesshoumaru?' se preguntó la miko en su cabeza. 'Porque? Que sucedió contigo?'

Kagome sabía que era una decisión definitiva. Que era libre y que debía irse, esa misma noche, su mente le gritaba que agarrase todo lo que pudiese y fuese corriendo a las afueras del territorio del Oeste, lejos de él, y que retomara su misión original en búsqueda del Shikkon no Tama. Tenía que volver con su familia. Tenía que volver con sus amigos. Pero su corazón se desgarraba con el pensamiento de estar lejos de él. Tomando finalmente su decisión y un poco de valor, apretó a Colmillo de Luz en su mano. Al ver esto Sesshoumaru recogió la mano que había dejado reposando en el hombro de la miko y se dirigió hacia la puerta.

"Sesshoumaru." llamó Kagome. Este se detuvo y se volteó para verla una última vez, pero fue sorprendido cuando la vio desplazarse hacia él y besarlo tiernamente en su mejilla izquierda, él no la detuvo. Por un segundo cerró sus ojos captando cada detalle del beso: su aroma ligeramente dulce, el calor de su respiración, el sonido de su corazón latiendo rápidamente y la suavidad de sus labios contra su piel helada. Tanto o más rápido de lo que había pasado, ella se alejó de él, tomó la daga y abrió la puerta hacia el bosque, la fría brisa soplando la vela y ahora solo la luna iluminaba sus cuerpos.

Al salir Kagome solo miró una vez hacia atrás, y solo para decir "Regresaré." Y con eso se perdió su olor, su calidez y su sombra en la oscuridad del bosque.


"Rápido Houshi-sama no podemos perder más tiempo!" apresuró al monje que estaba pidiendo direcciones, InuYasha cayó de un salto a su lado.

"Todo bien InuYasha?" preguntó la taiji mirándolo un poco preocupada por lo que había pasado anteriormente.

"Todo bien," respondió el hanyou "Estoy comenzando a percibir un ligero aroma, creo que es de Sesshoumaru." Un remolino se formó a su lado y se disipó.

"Oi," saludó Kouga oliendo el viento "Ya oliste?" InuYasha solo asintió "No debe estar muy lejos de aquí," mirando a la taiji a los ojos le ordenó "Apresura a tu marido, mujer." Y con eso se volvió un tornado y comenzó a desaparecer con InuYasha hacia delante.

'Marido?' se preguntó Sango mirando con el rostro enrojecido al monje seduciendo a una jovencita, cerró su mano en un puño de frustración y lanzó su boomerang que pegó justamente a Miroku en la cabeza 'Que clase de marido le haría algo así a su esposa!' se preguntó mentalmente mientras arrastraba al monje inconsciente hacia Kirara y Shippou.


Kagome caminó nunca mirando hacia atrás, el sol ya estaba saliendo por las montañas, los primeros rayos de luz iluminando la copa de los árboles y formando formas desconocidas en su cara. Sus ojos se sentían pesados, la falta de sueño la hacía sentir ganas de recostarse contra un árbol y dejarse llevar por el cansancio, pero su razón sabía que podía congelarse si se permitía tan solo ceder al sueño. Debía encontrar una cabaña, una cueva o algún lugar que la mantuviera al abrigo del frío inminente del invierno. De repente sintió un calor muy similar, algo se acercaba algo familiar "Un fragmento de Shikkon…" susurró mientras corría débilmente hacia la sensación.

"Solo un poco más…" se alentó mientras atravesaba ramas. Podía sentir ya como el calor de la luz del sol la calentaba ligeramente.

De la nada un movimiento de algo rápido. Algo que por causa del cansancio Kagome no pudo distinguir correctamente, algo rojo que de alguna manera parecía familiar.

"InuYasha…" gimió llevando su mano temblorosa a aquello que ahora estaba en frente de ella.

"Kagome!" gritó la voz ensordecedora del hanyou mientras se abalanzaba hacia la muchacha que inmediatamente cerró los ojos al sentir que algo o alguien la sostenía. "Kagome…" susurró InuYasha tocando la cara de la joven en sus brazos no podía creer que ella había vuelto, había atravesado todo el bosque llevando puesto un kimono y unas sandalias. La sacudió un momento y fue recompensado con una mirada a sus ojos profundos y llenos de cariño.

"Kagome… hola." fue lo único que InuYasha pudo decir, al parecer no estaba herida, solo un tanto fría. Dejándola reposar unos segundos en el piso, el tiempo suficiente para arroparla en su haori y comenzó a frotarla para calentarla.

"Gracias." solo sonrió la chica aliviada por haber encontrado a alguien conocido "Hola." le sonrió felizmente, el hanyou finalmente no pudo aguantar las ganas de abrazarla desesperadamente y eso hizo. Acariciaba sus cabellos rebeldes y cuello, sintiendo su calor pero algo no andaba bien. Se detuvo un momento antes de comentar "Tu aroma… es diferente." Al no encontrar respuesta solo exclamó alejándola un poco para verla a los ojos, celos invadiendo sus venas como un veneno.

"Tienes el olor de Sesshoumaru. Hueles a él. Porque?" Kagome le lanzó una mirada enojada. Que estaba insinuando! InuYasha siguió inspeccionándola lenta y cuidadosamente y oliéndola de todos lados pero no parecía muy contento. "Es increíble casi no queda rastro de tu aroma!" Kagome se sonrojó pero no de pena sino de furia, él en verdad pensaba que ella y Sesshoumaru…

"Uy! Déjame! Osuwari!" gritó la muchacha encontrando su energía y levantándose de un golpe. InuYasha cayó pecho a tierra.

"Como te atreves a pensar que yo! Uy! Osuwari! Osuwari! Osuwari! Osuwari! Eso es lo primero que tienes que decir! Después de haber sido capturada por ya tres semanas lo único que me preguntas es ESO! OSUWARI!" Ya por supuesto había captado la atención de los demás acompañantes que había estado siguiendo a InuYasha.

Sango llegó primero con Shippou y Kirara "Kagome!" gritó saltando del neko-youkai y abrazando felizmente a su amiga "Kagome, estábamos tan preocupados, como estas? No te hizo nada espero?" Al instante Shippou saltó sobre el hombro de la muchacha sollozando "Ay Kagoooomeeee!"

"Hola Shippou, ya, ya no llores todo esta bien." pero Kagome estaba pensando en algo más 'Es verdad… le prometí que regresaría… debo decirles.' Miroku caminó hacia ella con una sonrisa en su rostro "Bienvenida Kagome-sama. Oh veo que recuperó su daga." Kagome miró la daga con tristeza, ahora no podía usarla como excusa puesto que ya la tenía.

"Kagome que te pasa?" preguntó Shippou curiosamente su amiga parecía estar en otro mundo, un mundo lejos de ellos. "No bueno es que, supongo que estoy un poco cansada no dormí en toda la noche." Miroku la miró detenidamente y dijo "Pues estábamos por hacer el desayuno espero nos acompañe." Kagome lo miró y rió "Si no es mucha molestia." Y todos exclamaron con felicidad "Para nada!"

"Gracias por la comida Sango-chan."

"No quieres más?" la taiji la miró preocupada de lo poco que había hablado durante la cena, normalmente hubiese contado cada detalle de su estadía en la mansión del taiyoukai, pero esta vez solo se limitó a explicar básicamente lo que hacía en la mansión nunca realmente revelando algún detalle personal.

"No, gracias… creo que daré un paseo antes de ir a dormir. Gracias por mantener mis cosas limpias." con eso dicho Kagome se levantó y se dirigió hacia el bosque. Sango la miró desaparecer por los árboles y le dijo solemnemente al monje: "Algo le sucedió a Kagome-chan, Houshi-sama lo ha notado?"

"Es difícil no notar la falta de emoción en una persona tan emotiva como Kagome-sama." respondió Miroku mirando las flamas de la fogata. Algo andaba mal, estaba seguro de aquello pero no parecía haber señales de algún problema: no parecía estar bajo el control de Sesshoumaru y al parecer había conseguido recuperar a Colmillo de Luz.


Kagome caminó hasta las aguas oscuras del lago al cual había llegado atravesando el bosque. Sorprendentemente no se había sentido asustada ni temerosa de pasar por las potenciales guaridas de los youkais, ni una vez miró detrás de ella para ver si algo o alguien la perseguían. Acaso estaba muy distraída? O acaso era el cansancio del la aventura para salir del territorio del taiyoukai? 'Que preguntas me hago para tratar de olvidarme de él.' Se regañó internamente mientras se sentaba sobre una roca a la orilla del agua, el reflejo de la luna distrayéndola un segundo de lo que había reflexionado. Durante ya varias horas había buscado la manera más sencilla de explicarles a sus amigos como todo había cambiado. Como su vida había dado un giro de 360º y como eso la hacía sentir más feliz y completa que nunca.

A parte del hecho de decirles a sus amigos Kagome también debía reflexionar sobre su futuro.

Acaso iba a dejar sus estudios de un lado para quedarse con el nuevo dueño de su corazón?

'No por supuesto que no! He trabajado demasiado tiempo, ya este año me voy a graduar y nada ni nadie me va a impedir eso. Así que escapar de mi vida normal para perseguir esta fantasía es inaceptable.' Decidió de alguna manera deseando que su lado soñador y romántico surgiera de sus profundidades, pero nada podía destruir la lógica de esas palabras, ni tampoco hacerle olvidar lo mucho que había trabajado para llegar a este punto.

Acaso iba a dejar a su familia por estos nuevos sentimientos?

'Ni siquiera sé lo que él siente por mi… Arriesgarme a lanzar mi corazón por un precipicio que a primera vista no tiene fondo es suicidio… o por lo menos suicidio emocional.'

Que sucedería con InuYasha?

"InuYasha…" susurró mientras pensaba. Esa iba a ser la decisión más difícil que debía tomar. Lo peor de todo es que mientras más tiempo permanecía pensando en ello más deseaba estar con Sesshoumaru, algo acerca de él la hacía sentir feliz, completa y segura… 'Segura.' Algo que InuYasha tras varias persecuciones de Kikyou había perdido. Ahora InuYasha no la hacía sentir segura, su corazón nunca sería suyo y sabiendo todo esto había decidido seguir con él. Ahora era momento de seguir adelante, de buscar algo allá afuera.

Miró la luna plateada recordándole de algo que había dejado atrás y que extrañaba profundamente. 'En la mañana… me iré a Tokio, debo hacer algunas cosas antes de regresar…' comenzó a planificar en su mente pero fue interrumpida por el sonido de pasos aproximándose. Al voltearse un poco notó el haori rojo de InuYasha. Lo miró caminar hacia ella y sentarse al lado de su piedra en su usual postura.

"No puedes dormir?" preguntó sin quitar la vista de la luna encima de ellos. Ella simplemente negó con un pequeño sonido pero no dijo nada más, esto incitó a InuYasha.

"Que te sucede Kagome. Algo anda mal y lo puedo presentir." Comentó tratando de sonar lo menos interesado posible, pero el hecho de que estuviese viéndola de vez en cuando lo delató totalmente.

"InuYasha, que sentiste cuando me fui?" preguntó la muchacha olvidando por completo la pregunta anterior del hanyou.

"Que… quieres decir? Que como me sentí?" dudó InuYasha mirando el piso, recordando su sufrimiento por todo lo que había pasado.

"Si, como te sentiste?" se volteó completamente hacia él y le tomó la mano, sus sentimientos por el seguían en conflicto con lo nuevo que su corazón sentía por Sesshoumaru, y esta era la única manera de saber si un futuro entre ellos dos era posible. "Te sentiste triste? Enojado? Acaso sentiste algo en lo más mínimo?" insistió Kagome cuando vio que InuYasha no respondía.

"De que rayos estas hablando Kagome!" le arrebató sus manos volteando su mirada "Todos estábamos preocupados. Supongo que en algún momento sentí que me habías traicionado. Kagome no vuelves a hacer tal estupidez."

'Eso es todo.' se declaró Kagome guardando sus manos en su kimono y mirando la luna brillar en el cielo. Concentrando todo su valor levantó la mirada hacia el cielo y dijo en voz alta "Voy a regresar con él InuYasha." InuYasha no pudo evitar el gritó de sorpresa que salió de su boca.

"DE QUE DIANTRE ESTAS HABLANDO MUJER! COMO QUE VOLVER CON EL!" le gritó el hanyou levantándose de su lugar y cerrando su puño con rabia.

Kagome se levantó de un golpe y le gritó respondiendo "Y QUE ESPERAS QUE HAGA? QUE ME QUEDE AQUÍ ESPERANDO POR TI? ESPERANDO QUE TOMES TU DECISION? SABER SI VAS EN LA BUSQUEDA DE KIKYOU!"

"QUE TIENE QUE VER KIKYOU CON SESSHOUMARU! SESSHOUMARU HA TRATADO DE MATARNOS A TODOS!"

"PUES KIKYOU TAMBIEN LO HA INTENTADO INUYASHA! Kikyou también lo ha intentado. Y cada vez que lo hace yo debo callar mis sentimientos y sufrir, esperando que dentro de ti algo decida que soy la que amas InuYasha!" ya lágrimas de rabia y tristeza caían de sus mejillas enrojecidas

"Lamento mucho no poder hacer nada al respecto! Lamento no poder hacer que me ames! Lamento que no soy inmortal como Kikyou y que no pueda vivir tantos años como tú InuYasha… pero…. Soy humana InuYasha, ya han pasado 4 años desde que todo esto empezó…" se tapó la boca con sus manos temblorosas.

"Kagome… yo…" susurró InuYasha tratando de tocarla.

"Aléjate," advirtió la muchacha dando un paso hacia atrás "He descubierto algo que no había sentido desde la primera vez que te tomé de la mano InuYasha. Es por eso que quiero volver…"

"Con EL! Estas decidiendo ir a su palacio de nuevo?"

"Si, con él."

"Enloqueciste. Estas bajo un encantamiento. Kagome no puedes…"

"Decidir? Oh no InuYasha, yo si puedo decidir. El único que no ha podido decidir en todos estos años ha sido tú! Durante años me haz dejado esperando por una respuesta que nunca tendré, porque mientras tú no decidas continuar con tu vida y olvidar tu pasado no llegarás a amarme!" se levantó lista para caminar hacia el campamento.

"Que haces Kagome? No hagas esto!" exclamó InuYasha tomándola de la muñeca y deteniéndola.

"Estoy haciendo lo que tú no puedes InuYasha. Tu miedo de ser herido de nuevo te impide ver hacia delante, y al mismo tiempo hieres a las personas que te aman. Me hieres. Me heriste, durante demasiado tiempo InuYasha…" el agarre de InuYasha sobre la muñeca de Kagome se debilitó lo suficiente como para que ella retomara control sobre su mano.

"No te haré sufrir en este triangulo amoroso. Ya tomé mi decisión." se acercó hacia él y le besó la mejilla tiernamente "Hasta pronto, mi primer amor."

Y con eso desapareció en el bosque oscuro, sus planes adelantados, decidió tomar sus pertenencias y dirigirse hacia el pozo del tiempo en donde tomó un respiro profundo y se dejó caer, en lo más profundo del pozo.