listo aqui la segunda entrega, como ya ta terminada se actualiza apenas tenga tiempo de revisarlo bien, solo pequeños ajustes


Cap. 2 : Los objetivos de la vida

A la mañana siguiente, tal y como prometió el director, me mando a llamar con el profesor Snape. De hecho él estaba muy extrañado por el suceso, pero no me pidió explicaciones, así que me guió a la oficina de Dumbledore. Una vez dentro, este le pidió al profesor que esperara afuera; yo creo que no le gustó la idea, porque le vi muy molesto, pero a mi no me importo. Seguramente trataríamos algo muy secreto y quería que participáramos los menos posibles. No recuerdo muy bien como era el despacho; si bien era interesante, no me atraía en ese momento ponerme a observar. Me urgía una explicación y al parecer mi aprensión era notoria, por que no me hizo esperar demasiado.

- Tal como le prometí Sr. Malfoy, he solicitado su presencia para explicarle lo que ocurrió la noche anterior; pero antes, si es posible, me gustaría escuchar su versión de la historia- me dijo con una voz suave y serena; por un momento me recordó a mi abuelo.

Le comente que yo hacía mi ronda nocturna, ya que el jefe de mi casa así lo había solicitado. Le dije que sin saber bien por qué algo me guió a la torre, y si bien sentí algo extraño al tocar la puerta, me arme de valor y entré. Que ahí vi sentado a Potter en el suelo, y que había algo en el aire, como una sensación de soledad y tristeza que inundaban el lugar. Que de pronto me vi a mi mismo llorando; no era que me apenara, pero hacía tiempo no lo hacía, y que cuando pensé que enloquecería, él me observo un momento, y el dolor y sufrimiento que había experimentado se incremento exponencialmente; y así como se incrementó, en un segundo desapareció. Que casi podía jurar que vi como el ambiente mismo de la habitación entraba en Harry Potter. También le dije que después parecía que el chico no me conocía, y que de hecho, me pregunto hasta su nombre. Y lo raro fue que aunque no supiera quien era, sabía mucho de magia.

El director, luego de escuchar mi versión, medito un rato; me ofreció un dulce, y yo, que soy una persona muy educada, se que no debes despreciar un dulce. Menos aún cuando no has desayunado y el que te lo da es el director del colegio. Por cierto que estaba delicioso. En fin, después de mucho meditarlo hablo de nuevo, con una voz fuerte pero suave, tranquila y serena, haciendo las debidas pausas para dar énfasis a lo que decía.

- Bien... mucho me temo que usted estuvo expuesto al efecto Potter, como hemos decidido llamarlo. No se si usted este enterado, pero un ser muy querido del Sr. Potter falleció hace muy poco tiempo; me parece que estaba emparentado lejanamente con su familia, Sr. Malfoy.
Se muy bien que son muy pocos los que están al tanto de la vida del Sr. Potter, pero me tomaré la libertad de hablarle un poco al respecto, para que entienda lo que ha pasado. Después de perder a sus padres, el Sr. Black iba a estar a su cuidado como su padrino legal, pero desafortunadamente fue acusado injustamente de un crimen que no cometió; por lo mismo, no pudo hacerse cargo del cuidado del Sr. Potter.
Él contaba con su padrino para pronto salir del hogar al cual le forzamos a vivir, y si bien su actual familia no le entendía o le quería, le mantenía vivo, y por eso es que estaba con ellos; pero pienso que después de perder la esperanza de una vida mejor, el conocer a alguien que le demostró afecto por ser quien el era y perderlo, le afecto de manera terrible. Esto es comprensible, pues quizás estaba resignado a la soledad; pero cuando Sirius apareció en su vida y le dio esperanza de una mejor vida, todo cambió.
Sin embargo, cuando el Sr. Black desapareció, el volverse a quedar solo fue aún peor, por que ya había experimentado la esperanza de algo nuevo. Eso fue un fuerte golpe para él; solo puedo imaginar el sufrimiento que sintió, y aun así creo que me falta imaginación.
Aun no sabemos en que momento sucedió, pero parece que se hechizo a si mismo para nunca volver a tener emociones tales como el amor y la esperanza, para nunca volver a sufrir o llorar; pero lo que en principio pareciera un hechizo simple, poco a poco se convirtió en una maldición, y la prueba es que no puede expresar enojo o alegría plena. Si le ve sonreír es algo fingido y nada le molesta, pero aunque no lo sienta de manera conciente, su magia lo resiente; y de alguna manera debe liberar esas emociones. Por eso, cuando le ocurre algún suceso que normalmente le heriría emocionalmente, sube hasta la torre de astronomía y despliega su magia; eso no lo hace de manera conciente, y por eso es que no le recordó ni se recordó a si mismo.
Pero lo mas interesante de este asunto es el que usted pudiera llegar al ojo del huracán; nosotros no podemos acercarnos a menos de 10 metros de la puerta, por que su magia nos afecta de la misma manera que a usted le afecto; pero por mas que hemos intentado, nunca pudimos acercarnos. Solo hasta que su magia se debilita como para poder aturdirlo.

Cuando mencionó que lo aturdían realmente me moleste. ¿Como podían hacerle eso, si sabían que estaba sufriendo¿Como se atrevían a lastimarlo físicamente? Estuve a punto de insultarlo. En ese entonces no sabía por que me molesto tanto escuchar eso, pero creo que se dio cuenta de mi molestia. Aún así, continúo con su explicación.

- Le aturdimos, por que de seguir desplegando su magia de esa manera, atenta contra su propia vida; esa manifestación de poder es muy desgastante y devastadora. Su cuerpo no resistiría por mucho tiempo.

No sabia ya que pensar. Por un lado, le herían para que no siguiera haciendo daño; por otro lado, según explicó, fui el único que pudo acercarse mas a él antes de que se debilitara y le pudieran aturdir. Ahora me explicaba por que se había desmayado cuando estaba saliendo de la torre.
Después de estar un momento sumergido en mis pensamientos el director volvió a hablar.

-Sr. Malfoy... discúlpeme si le ofendo de alguna manera, pero quisiera pedirle si es posible, que nos ayudara a controlar al Sr. Potter. De alguna manera parece que usted esta mejor preparado para enfrentarse al problema y poderle ayudar; usted logro que entrara en un estado consciente dentro de su inconciencia. Se que es mucho pedirle, pero estamos hablando de la vida de un ser humano; también se que le afecto el contacto con él. Pero usted es muy especial, y no es por adularlo; como bien sabe, yo no soy de esas personas. Puede preguntarle a su padre. Pero se reconocer cuando alguien es especial, y el hecho de resistir y mantener su cordura y conciencia habla mucho de usted; mas aun, el que pudo percibir el momento en que la magia regresaba a su propietario. Esa es una habilidad muy difícil de poseer.
También comprenderé si decide no ayudar; yo mismo me he enfrentado al efecto Potter y es muy desgastante; nunca he salido tan airoso como usted lo hizo. Prometo mantener toda la discreción necesaria para que no se vea implicado de manera directa. Mi intención no es sobornarle, pero podríamos ayudarle de manera directa en sus estudios; además, todo lo que trate en la Torre será única y exclusivamente privado, y usted decidirá si desea compartirlo. Lo único que le pido es que descubra si hay una manera de romper el hechizo. Nosotros haremos el resto. Eso es todo lo que le pido.

Cuando terminó de hablar, me di cuenta que el director estaba realmente preocupado por la situación; el hecho que me ofreciera esta información, así como las generosas ofertas, me tentaron sobre manera. Si me ayudaría con mi calificación y todo lo que tratáramos sería privado y no se me involucraría, no veía ningún inconveniente. Además, en aquel entonces era una persona muy curiosa. Realmente no lo pensé mucho. Tendría el apoyo incondicional del director, y eso era algo que difícilmente uno puede resistir.

Antes de darle mi respuesta le observe durante unos instantes; en verdad se veía muy anciano, con su ojos cansados y preocupados. Aunque sonreía, podía sentir su incertidumbre. Ciertamente se me estaba delegando prácticamente la vida de un ser humano, y sin importar el apellido, era un ser humano. Así que lo decidí.

- Sr. Director, no se preocupe. Me haré cargo hasta donde mis facultades me lo permitan; pero aparte de lo que me ha ofrecido, tengo también solicitudes. No se alarme, no soy codicioso. Solo pido, por así decirlo, su... apoyo, para lo que se avecina en mi futuro.

Desde hacía tiempo tenía la idea de poder alejarme de mi padre, de huir y desaparecer de su vista. Ya no soportaba mas el hecho que siempre estuviera comparándome y humillándome, y esta situación beneficiaría de sobremanera mis planes.

El director lo medito un momento. Ciertamente, dar su apoyo a alguien que no conocía muy bien era difícil, pero también estaba el hecho que me arriesgaba mucho. Terminó por aceptar, y me pidió que le avisara al profesor Snape que podía entrar; me pidió que me retirara, y me dijo que me avisaría luego cual sería el plan de acción.

Realice todo lo que solicitó y deje al profesor con el director. No tengo ni idea de lo que hablaron, pero pude intuir que al profesor no le pareció la idea y, aunque no me dijo nada, su actitud lo delataba.
Ese día hice lo posible por no encontrarme con Potter; aun no sabía como actuar, aunque era un alivio el saber que no recordaba nada de lo que sucedió. No obstante, dicen que lo menos deseas es lo que mas tienes. Salía del comedor cuando le vi entrar; yo seguí mi camino como si no le hubiese visto. No tenía ganas ni de pelear ni de hablar, solo quería pensar; y justo cuando pase a su lado, me tomo del brazo y me dijo:

- Dime¿es necesaria la varita después de todo?

No podía creerlo. Me habían asegurado que no recordaba nada de lo que hacía cuando entraba en trance, y ahora hacía plena referencia de lo que platicamos la noche anterior. ¿Que demonios pasaba? No se me estaba informando bien de las cosas. Eso no estaba nada bien, tenía que estar bien informado de los hechos para poder actuar. Así que de momento solo me limité a responder como si estuviera hablando de algo que yo no sabía.

- ¿De que demonios hablas, Potter? No molestes, no estoy de humor.

Quite mi brazo de manera brusca y seguí mi camino; si en un principio quería ir a mi habitación, los planes habían cambiado, y me dirigí de nuevo al despacho del director a clamar por respuestas. Siempre me pareció sorprendente la habilidad de Dumbledore para saciar mis dudas, pues antes de llegar a su oficina, este iba bajando de ella. Me comento que justamente me estaba buscando, y le explique lo que acaba de acontecer.
A el también le sorprendió, me di cuenta por la expresión de su semblante; y me juro que me había dado toda la información de lo ocurrido, que posiblemente al haber interactuado con él, algo había cambiado en el patrón de conducta. Aunque no me satisfizo la respuesta, no pude hacer mas, puesto que en verdad se veía que no sabia nada mas. Después de unos minutos me dijo que eso era bueno, que el hecho de que recordara ayudaría a su recuperación, y que debía interactuar mas con él. Me dio una bonita cadena de plata con un dije en forma de dragón, y me indico que con él me avisarían cuando Harry Potter subiera a la torre y tuviera que acudier a su encuentro.

Esa precisa noche, como a las doce, un calor en el pecho me indicaba que Harry (si, ya le llamaba Harry. Me daba flojera decir su apellido o su nombre completo) había subido a la torre. Con mucho cansancio me vestí nuevamente, y cuando estaba por salir, el profesor Snape toco a mi puerta. Me dijo que el me acompañaría; durante el trayecto no hablamos de nada. Todo fue silencio, y cuando estábamos como a 15 metros de la puerta de la torre, se detuvo en seco.
Me di cuenta que su semblante estaba muy desmejorado, que estaba luchando y reprimiendo las lagrimas; se apretaba muy fuerte las manos, y los labios casi desaparecían de lo apretados que los tenía. Haciendo un verdadero esfuerzo y con la voz ronca y afectada, me dijo que no podía avanzar mas, que hasta ahí podía llegar. Si no fuera por que en verdad se le veía sufrimiento me hubiese reído de su expresión; si bien no me sentía tan afectado sí sentía algo de dolor, pero aun podía avanzar. Así que proseguí mi camino y tal como la vez anterior, cuando toque la puerta, una corriente invadió mi ser; de nueva cuenta me arme de valor, aunque otra vez me vi tentado a dar media vuelta.
Cuando entré, él se encontraba en la misma posición que la noche anterior. Logre avanzar hasta donde estaba, pero ya no pude avanzar. El mismo nudo se formo en mi estomago; me tuve que postrar y nuevamente se me escapo un gemido. Él, al escucharme, nuevamente se volvió a mirarme, pero esta vez fue diferente a la vez anterior. La vez pasada en su mirada no había emoción, pero en esta ocasión si había algo, si bien no pude distinguir que era. Pero intuía algo parecido al reproche, o al menos a mi me lo pareció así en ese momento.

Sin dejar de mirarme se levanto y me ofreció su mano para que yo pudiera levantarme. Aun sentía ese ambiente lleno de tristeza, y cuando mi mano tomo la suya, un escalofrió recorrió mi cuerpo, una sensación vasta y plena. No supe bien que era eso, pero me influyo mucho valor. Me levante y dirigí mi mirada a la suya; lo que vi aun lo atesoro en mi memoria: sus ojos verdes tan brillantes y tan serenos, tan dulces y lejanos, inspiraban un sentimiento de protección irrefrenables. Se veían tan vulnerables y a la vez tan poderosos, que era sumamente fácil perderse en ese océano verde. El mismo escalofrió que recorría mi cuerpo parecía que había decido instalarse en mi. Aun ahora, cada vez que recuerdo esos ojos, mi cuerpo vibra con la misma intensidad.

Tan solo fueron pocos segundos en los que nuestras miradas se encontraron, pero a mi se me hicieron una dulce eternidad. Cuando el contacto visual se rompió, de nueva cuenta contemplé como la magia llena de sufrimiento entraba en aquel joven de cabellos revueltos, tan negros como la noche. Nuevamente hablo, pero a diferencia de la vez anterior, su voz ya no era tan parca y seca; era suave y dulce, ligeramente impregnada de emoción. Eso me motivo sobre manera.

- Hola extraño... de nuevo nos volvemos a ver- me dijo, y sonrió.

Bueno, aunque no recordaba mi nombre, al menos si me recordó a mi; así que de nueva cuenta me volví a presentar. Pero cuando le iba a decir quien era, él se me adelantó.

- Mucho gusto Draco. Yo soy Harry Potter, pero puedes llamarme Harry.

Le pregunte que hacía en la torre justo a la media noche, a lo que él me contesto:

- Hace mucho tiempo, cuando era mas joven, solía contemplar el cielo, rogando que algo especial sucediera; que alguien bajara de las estrellas y me llevara lejos, muy lejos, a un lugar donde no hubiera que sufrir o penar. Un lugar donde pudiera estar sin temor a ser abandonado. Y algo similar ocurrió, pero no como yo lo deseaba; pienso que tal vez, solo tal vez, no lo desee con todas mis fuerzas.
Por eso es que estoy aquí, para pedir de nueva cuenta que eso maravilloso suceda, que en verdad suceda y no sea una falsa realidad como la que estoy viviendo. Pero hace poco descubrí que el solo desear algo no es suficiente; si con solo desear sucedieran las cosas que realmente importan, nunca podríamos distinguir o valorarlas por lo que son, y aun que posea magia eso no es sufiente para ser feliz. Al contrario. Debo esforzarme mas; pero creo que estoy en mi limite... tan solo quisiera encontrar alguien que me comprenda, que me entienda, y que comparta conmigo esta confusión que llamamos vida.

Pienso que todos en algún momento de nuestra vida hemos deseado algo similar, que algo especial ocurriera y cambiara nuestra vida; pero como dijo Dumbledore, es peor cuando una vez probado algo que anhelas lo pierdes. Y el saber que nunca lo volverás a probar, hará que siempre añores ese sentimiento.

Ese pensamiento o sentimiento ya lo había experimentado antes; de igual manera, yo secretamente había anhelado algo parecido. Mi vida era sometimiento y comportamiento. En esa edad difícilmente había encontrado mi verdadera identidad, y estaba perdido en un mar de confusiones; por un lado, mi padre y sus continuos hostigamientos, su afán por que yo fuera alguien que no era y no quería ser. Por otro lado, estaban las hormonas. Yo ya desde hacia tiempo sabía que no era como los demás chicos; mis gustos en lo referente al sexo eran muy diferentes a los de mis conocidos, quienes siempre alardeaban de su buen gusto por las chicas. A mi, por otro lado, no me atraían, o al menos no tanto. Pero eso era malo; el solo pensarlo me hacían sentir sucio e indigno, y no había nadie que me comprendiera o me aceptara. Y creo que mi padre no lo hubiera aceptado de tan buena manera; quizás mi madre lo sospechara, pero no decía nada, y no sabía que hacer.
No sabía quien era yo mismo y eso me desesperaba; creo que a esa edad siempre necesitamos a alguien que nos guié. Tal vez para Harry esa persona ya no estaba en este mundo¿pero para mi? Quizás como a él, mi guía ya no estaba en este mundo, o tenía que buscarlo.

Después de pensar un poco en sus palabras y entenderlas, me arme de valor y le pregunte el por que me contaba esas cosas. Precisamente a mi, a su enemigo, si no el primero, sí el mas cercano. Pero su respuesta me desarmo completamente.

- Por que tu estas aquí; no hay nadie mas que sienta parecido a lo que yo experimento, y se que estas pasando por algo similar. Tal vez no lo sepas, pero cuando pasaste por esa puerta por primera vez, identifique ese sentimiento que tanto traté de olvidar. Tú de alguna forma pasas por lo mismo, pero eres mas fuerte que yo; puedes soportarlo mejor, y quiero saber el porque. Quiero saber que te da el valor para seguir adelante. Tú al igual que yo buscas a alguien que te apoye, y yo busco algo parecido; tal vez no sea de gran ayuda, pero me gustaría que pensaras en mi como apoyo. Después de verte ayer algo cambio en mi. Tú despertaste algo que enterré en mi corazón y quiero saber que es. Necesito que me ayudes a encontrar eso que perdí.

Por un instante dude en que pensar; sabía que sufría, pero lo que me había dicho era cierto. Siempre había deseado encontrar a alguien que me ofreciera su apoyo sin importar que, y si decía que yo que estaba pasando por algo parecido, era algo que había que pensar.
Le pregunte si sabía lo que se había hecho así mismo, si entendía el alcance de sus acciones. Me miró durante unos instantes, y se sentó de nueva cuenta; me pido que le acompañara y así lo hice. Me senté en el frío suelo de la torre y él se acerco a mi; apoyó su cabeza en mis piernas y comenzó a hablar.

- Se lo que me hice, o mas bien lo que el otro Harry hizo. Estaba desesperado, buscando una forma de huir de una realidad que amenazaba con despedazarse y arrebatarle la cordura. Así que decidió deshacerse de mi, de sus sentimientos; todo iba bien hasta que tu apareciste en esta torre. Yo había aceptado la decisión de Harry y estaba resignado a hundirme en el fondo de su alma y corazón; pero el hacer contacto con nuestra magia, el sentir tu dolor oculto tan parecido al mío, me obligo a salir a flote.
Sabes que dejar de respirar mata, dejar de comer mata; de igual manera, dejar de sentir te mata lentamente, y aun cuando lo desees, no puedes dejar de hacerlo, pues es algo natural. Aun cuando Harry no era consciente, y ni yo mismo estaba consciente, la magia me sacaba lentamente de su corazón. Esta amenazaba con destruirme, pero cuando tu apareciste y lloraste por mi, cuando tus sollozos llegaron a mi, desperté y tome el control del cuerpo. Nací como un yo consciente, un ser aparte del Harry de día, y solo cuando estoy contigo tomo el control del cuerpo de Harry. Por eso esta mañana, en cuanto te vi te reconocí y quise hablar contigo; pero la forma en que me contestaste me confundió. No sabía si me odiabas o solo fue una casualidad el que te recordara, pero verte de nuevo aquí alivió mis dudas. Estaba pensando que tú también me estabas abandonando, tal como lo hizo el Harry de día.

Nunca supe en que momento comencé a acariciar el cabello de Harry; era tan rebelde y tan suave a la vez. Su calor hacia que el frío que alguna vez llegue a sentir en esa noche se esfumara, y fue al fin que supe el por que de su comportamiento en la mañana. Estaba con la manifestación de los sentimientos de Harry, con el autentico Harry, con miedos y dudas, con un ser que inspiraba a la protección. Alguien que entendía mi corazón. Una parte del misterio se estaba resolviendo, pero ahora que ya sabía que Harry sí tenía sentimientos, la cuestión era averiguar la forma en que se volvieran un solo ente de nuevo. Y ahí si no sabia como ayudarle.
Me pidió que fuera su amigo nocturno, que estuviera con él en las noches para que no desapareciera; él quería volver a ser parte de Harry, y le pregunte si había alguna manera de que volvieran a unir.

- Hay una forma que seamos uno de nuevo, y esa es que el Harry de día desee volver a sentir, que desee recordar que la vida no es solo sufrir. Y que recuerde que aunque se sufre, también se es feliz; que encuentre a alguien por quien quiera sentir. Solo así volveremos a ser uno.

Le dije que le ayudaría en lo posible y que no se preocupara, pues yo volvería cada noche a visitarle. Después de prometerle eso, se durmió en mis piernas; no sabía que hacer, como lo llevaría a su cuarto, y no sabía ni como entrar a su sala común ni cual era su habitación. Así que lo lleve a mi habitación en la casa de Slytherin; con un hechizo de levitación lo transporte y lo acosté en mi cama. Se veía tan tierno y desvalido... yo estaba cansado al igual que él, pero me imaginaba que era mas desgastante para él dividirse. Lo abrigue bien; la ventaja era que mi cama era grande, así que sin malicia me acosté a su lado, y me quedé dormido aun vestido.

continuara...


espero sea de su agrado y nos leemos mas pronto de lo que imaginan