Apuesta Pérdida
Disclaimer: Los personajes aquí planteados son propiedad del sensei Inoue.
Advertencia: Este fic contiene shonen aí y yaoi fuerte en algunas de sus partes. No se recomienda para homo fóbicos.
Capitulo II
Apuesta
Era jueves. Acababa de salir de la preparatoria, e iba en camino a su departamento a descansar tranquilamente… tenía mucho sueño…
Iba montado en su bicicleta, cuando de pronto, ve frente a él a un hombre que reconocía como un antiguo maestro… Masakata Yota, era un hombre joven, de unos 23 años quizás, de buena presencia, pero había sido despedido de Shohoku por problemas, al parecer…
Lo iba a pasar de largo, cuando notó que en sus manos traía una revista deportiva que hablaba de basketball… no puedo evitar detenerse y quedársele viendo, cosa que aquel hombre notó…
- ¿Te interesa? – le preguntó con una molesta sonrisa, y le tendió la revista.
Asintió levemente. Bajó una pierna para evitar que la bicicleta se ladeara y tomo la revista entre sus manos…
Se especula que Michael Jordán abandone el basketball para dedicarse a jugar en las ligas mayores de beisball….
- Esto debe de ser una broma – no evitó exclamar molesto.
- No, es cierto… dicen que es decisión del propio Jordán… - dijo aquel hombre a su lado.
- No va a creer en esta basura ¿verdad? – preguntó, aún molesto.
- Es lo que dicen…
- ¡Hey! – oyó una voz conocida atrás de ellos.
Al voltear se halló con Ryota y Ayako…
- ¿Qué sucede, Rukawa? – pregunto Ayako, mientras que Ryota leía el encabezado.
- ¡Ah! Yo ya había escuchado de eso…
- Es mentira – dijo Rukawa encarando al que tenía enfrente.
- Como saberlo – dijo en un tono burlón – ya se… ¿Qué tal una apuesta?
- Vale – dio secamente.
- Si lo que dice este articulo, termina siendo un vil rumor, te daré mil yenes…
- Y si es verdad, cosa que dudo…
- Me darás lo que pida…
- Rukawa… no aceptes… no conviene – intento de disuadirlo Ayako.
- Cierto, Rukawa… no te arriesgues – respaldó Ryota.
- Hecho – dijo Rukawa, sin oír razones, mientras estrechaba la mano de Masakata, quién en su rostro tenía pintada una gran sonrisa maliciosa.
- Bien – dijo – estos muchachos serán testigos de que tu aceptaste… mañana sabremos que sucede… - y comenzó a alejarse de allí. De repente se detuvo, y sin voltear a verlo – nos vemos en el parque… - y volvió en sus pasos.
- ¡Que estupidez has hecho, Rukawa! – grito Ryota.
- No ha sido una estupidez…
- Por favor – bufó.
- Rukawa – comenzó a hablar Ayako, más calmada de Ryota – ¿Qué tal si pierdes esa tonta apuesta? Puedes perder mucho…
- No me importa… se que no perderé…
- ¿Es que solo haces esto por el dinero?
Rukawa los miró – No me interesa el dinero…
-… Aún así, te cerraste por completo, Rukawa – dijo Ayako, mientras se rascaba la cabeza – Sólo esperemos que tengas razón y no pierdas… quién sabe que será capaz de pedirte…
Ambos muchachos se alejaron, dejando atrás a Rukawa. Subió a su bicicleta y pedaleó con dirección a su casa…
Una vez que llegó, dejó la bicicleta en el pequeño jardín que había y corrió escaleras arriba. Abrió la puerta del departamento, y entro casi arrastrando los pies.
Aventó la mochila en el sofá, y después se sentó a un lado de ella, se quedó un momento viendo el techo y después de un rato, cogió el control remoto que estaba sobre un pequeño estante y prendió la televisión… estuvo cambiando de canales hasta que encontró uno en el que hablaban acerca del articulo que había leído hacer rato…
-- Ahora, transmitiremos en vivo desde el lugar donde se esta llevando acabo la rueda de prensa convocada por el entrenador del jugador de la NBA: Michael Jordán…
De pronto, se vio una gran sala con varios reporteros, camarógrafos y fotógrafos, donde había, también una mesa donde estaban sentados el entrenador de Michael Jordán y el susodicho…
-- Fue una decisión difícil… pero por fin pude decidir… - comenzó a hablar Jordán -… saldré de la NBA para poder iniciar una carrera como bateador… puesto que ocupaba mi padre cuando… - y siguió hablando.
Kaede se derrumbó sobre el sofá… era una pesadilla… eso no podía estar pasando… no…
Se veía sumamente cansado… no sabía por que se había levantado aquella mañana…
Para su suerte, las clases pasaron como agua… cogió su bicicleta del atracadero y se montó a ella…
- Por un día que falte a los entrenamientos no pasará nada – se dijo mientras comenzaba a pedalear con dirección a su casa.
En su cabeza, rondaban las palabras que Ayako le había dicho ayer…
"- … Puedes perder mucho… quien sabe que será capaz de pedirte…"
Llegó a su departamento, y cuando entró tiro su mochila en el sofá y después se dirigió a su cuarto…
Comenzó a quitarse el uniforme, pieza por pieza, cada una cayendo al suelo… hasta quedar solo con sus boxeas…
Se acercó al closet y cuando lo abrió cogió una camiseta azul… se la puso con lentitud, dando un notorio bostezo…
- ¡Que sueño!- y se talló los ojos.
Después se pasó los pantalones por sus piernas, lo abrochó y sujeto con un cinturón…
Una vez que hubo estado vestido nuevamente, miró la carátula de su reloj despertador… las 3 y media… era temprano aún, así que se acostó en la cama y se quedó profundamente dormido a los pocos segundos…………
- …… ¿Eh?...
Sus parpados se alzaron al oír el sonido del claxon de un coche que pasaba por el edificio… se talló los ojos y trato de enfocar la mirada en el reloj…
- Las… las… ¿las siete y media?...
Se levantó de la cama, dando un profundo bostezo, y con el sueño aún pegado a su ser…
Salió del departamento, tomó su bicicleta, se montó en ella y comenzó a pedalear con dirección al parque… ese Masakata estará esperando, pensó Kaede mientras evitaba atropellar a algún transeúnte despistado…
- Hola Kaede – saludó Masakata, con una sonrisa en su rostro, cuando Kaede entró al parque.
-……
- ¿No me saludas?
- Sólo vine para cumplir mi parte de la apuesta…
- Es cierto… - dijo, abriendo los ojos con sorpresa -… perdiste la apuesta…
A Kaede le saltó una pequeña vena en su frente…
- Sólo dígame que es lo que quiere y ya – exclamó molesto, que ni se dio cuenta cuando el mayor se le había acercado.
- Te quiero a ti – le dijo mientras su brazo rodeaba la cintura de Kaede.
- ¿Qué demo…!
Entonces sintió una mano aferrarse a sus glúteos y unos agresivos labios aprisionar los suyos.
Aquellos labios hacían presión contra los suyos, intentando abrirlos, pero el los cerraba con fuerza evitando su entrada… colocó sus manos sobre su pecho e intento aventarlo, pero fue en vano ya que el mayor era más fuerte que él…
Se estaba comenzando a hartar, entonces, le apretó un poco más sus glúteos, haciendo que Kaede abriera los labios para dejar escapar un gemido… Yota aprovechó y metió su lengua para saborear todo su interior…
Cuando rompió el beso, Yota se le quedó viendo a los ojos, mientras que Kaede intentaba halar aire puesto que aquél beso le había quitado todo el que tenía…
El mayor no dijo nada, solo se le quedó viendo de pies a cabeza… estaba examinándolo detenidamente… de repente, lo sujeto de ambos brazos, con fuerza, y lo guió lentamente por las calles… en todo el camino, intentó safarse de su agarre, pero no lo lograba, cada vez que lo hacía, lo sujetaba más fuerte, provocándole dolor…
Estaban enfrente de un edificio departamental, cuando Kaede logró zafar su brazo derecho…
- ¡Suéltame idiota! – exclamó Kaede intentando zafar ahora su brazo izquierdo.
A pesar de que Kaede se había soltado, no se preocupo, aún podía manipularle… le siguió halando, hasta meterlo a un departamento, que al parecer era el suyo…
Yota sonrió para sus adentros, mientras que, con un hábil movimiento, vuelve a sujetar ambos brazos con firmeza, al tiempo que acerca su cuerpo al suyo, abrazándolo por la espalda…
- Más te vale que no te resistas a mí – le susurró sensualmente al oído, haciendo que un escalofrío le recorriera el cuerpo.
Soltó al kitsune, y rodeo su cintura con sus brazos, mientras que sus labios recorrían su cuello…
Sus manos comenzaron a actuar rápidamente… ágiles, se encaminaron hacía el botón del pantalón y lo desabrocharon… dejó su mano derecha sobre su vientre desnudo, mientras que otra mano subía por su pecho… sus mejillas comenzaban a tornarse de color rojo, mientras sus labios se entreabrían al sentirlo…
Lentamente lo fue desnudando, tirando cada prenda por el camino que seguían hasta llegar a la cama…
Cuando Kaede se dio cuenta de que estaba en su habitación, reaccionó e intentó separarse de aquél hombre… pero este lo sujetaba con tanta fuerza, que prefirió evitar moverse…
- ¡Oh vamos!– le dice – Colabora un poco conmigo – sonrió maliciosamente, al tiempo que lamía su oreja…
- No… - gimió.
Lo acostó en la cama, una vez que hubo estado totalmente desnudo… se le quedó viendo, mientras se lamía su labio superior, con ansias…
- Yamete kudasai – pidió, al ver como se quitaba su camiseta y los pantalones, tirándolos al suelo junto a su ropa.
Pero el mayor hizo caso omiso… sólo acomodó sobre el cuerpo de Kaede, sintiendo el confortante calor que emanaba de su pequeño cuerpo (n/a: si tomamos en cuenta que Yota tiene 20 y Kaede, 16… ya se imaginaran la diferencia de cuerpos Ô.Ô)…
Su lengua comenzó a pasearse por su amplio y blanquecino pecho, hasta llegar a uno de sus pezones el cual torturó, exprimió, succionó y mordió… mientras que con su mano, torturaba al otro…
Kaede gemía, y eso excitaba más a Yota… pero el kitsune no gemía de placer, sino de dolor… dolor por las rudas caricias que le proporcionaban…
Sin poder suprimir más sus propios deseos, tomó su miembro y comenzó a masturbarlo con algo de rudeza, haciendo que las manos del chico de cabellos azabaches, se aferraran a la almohada que tenía bajo su cabeza…
Un grito afloró de su garganta, desgarrando el ambiente que se estaba creando, pero Yota hacía oídos sordos y continuaba con su actividad…
Su lengua siguió jugando con sus rosados pezones, mientras su mano derecha rodeaba su cintura en un abrazo, juntando, así, más y más sus cuerpos…
- … o… Onegai – volvió a pedirle, en sus ojos aparecieron cientos de gotitas cristalinas.
Yota levanto el rostro y le vio a la cara… sus manos sobre sus ojos, intentando detener aquellas lágrimas saladas, sus mejillas teñidas de un tono rojo carmín, sus labios entreabiertos delineando mudas palabras como: no… basta… por favor…
No pudo evitar excitarse más por esa visión que tenía enfrente, así que acercó su rostro al suyo, y le dio un apasionado beso mientras que sus manos abrían aquellas lechosas y torneadas piernas…
Kaede se estremeció al sentir unos dedos invadir su entrada bruscamente, y lanzó otro grito, con sus labios aún atrapados en los otros…
Aquellos dedos se frotaban entre si, el miembro de Yota estaba totalmente erecto así que cuando saco sus dedos de su interior, inmediatamente fueron reemplazados por su erguido miembro… un grito aún más desgarrador escapo de sus labios… sin darle un descanso, comenzó a embestirlo con fuerza… Yota acomodó las piernas de Kaede alrededor de su cintura, y con sus brazos aun rodeando su cuerpo lo pegó a su cuerpo aún más, si se podía…
Kaede inconscientemente, se aferró de sus hombros, encajando sus uñas, provocando que sangrara su piel… pero eso no le importo a Yota…
De pronto, sintió algo cálido vaciarse en su abdomen, salió del interior de Kaede, quién sólo dio un profundo suspiro, y notó que este se había corrido…
- Mmpphh… - bufó, después con una mirada pícara y una sonrisa en sus labios prosiguió - … correrte antes que yo… que poco autocontrol tienes ¿eh, Kaede?
Entonces lo puso bocabajo, tomó su miembro con una mano, mientras que con la otra acercaba el suyo propio a su entrada… de golpe lo penetro, Kaede se aferró a las sabanas y colocó su rostro contra la almohada para después lanzar otro grito, el cual fue acompañado por miles de lágrimas que recorrían su rostro hasta caer pesadamente en la blanca almohada…
- Mmnn… es muy estrecho…mmnn… y caliente… - gimió Yota.
Sus embestidas comenzaron a tomar velocidad, y comenzó a meter su miembro más profundamente dentro de Kaede…
- Ahhhggg… nooo – lloró el kitsune en cada embestida…
- Ah… ah… ah…ahhh… ahhmmnnn…
En ese mismo instante, Yota explotó dentro de Kaede, llenándolo de su esencia cálida… al mismo tiempo, el chico de cabellos azabaches también se vació en la mano del mayor, quién sólo la lamió gustoso, probando el sabor del chico…
- Sabes muy rico – le dijo, aún sin salir de él.
Yota lo abrazó, y lo pegó a su cuerpo, al tiempo que le daba suaves besos en la nuca, lentamente fue saliendo de él, arrancándole un ultimo gemido a Kaede… una vez fuera de él, lo recostó en la cama de lado, mientras que él se acomodaba detrás de él… lo abrazó nuevamente, extendiendo sus manos en su vientre…
- Quiero… - jadeo Kaede, con las mejillas rojas y los ojos cristalinos -… quiero irme… a mi casa…
- No – respondió Yota besando ligeramente su cuello – ahora eres mío…
- …………… me duele……… - murmuró Kaede muy quedamente, pero aún así, el mayor pudo oírlo.
- ¿Te duele? – Kaede asintió.
Soltó a Kaede, se sentó en el colchón y cogió de la mesita de noche que estaba a lado de la cama unos medicamentos… tomó una pastilla del empaque y después volvió a dejarlo donde estaba…
- Ten… déjame ir por un vaso con agua – le tendió la pastilla al tiempo que se paraba.
Kaede se le quedo viendo a pastilla… examinándola… era amarilla y pequeña…
- Desgraciado… después de todo lo que me hizo, ahora se preocupa por mí… - pensó lleno de frustración, con sus ojos amenazantes con llorar de nuevo.
- Aquí esta el agua – la imponente voz de Yota lo sacó de sus pensamientos, levantó la mirada y vio la sonriente cara de aquel desgraciado.
Se sentó lentamente en la cama. Metió la pastilla en su boca y se la tragó, después le quitó el vaso de la mano, tomó un poco de agua y se pasó la pastilla.
El efecto de la pastilla no tardó en llegar… el cuerpo de Kaede cayó flácido en el colchón…
- ¿Qué… demonios…?
- Te di un fuerte sedante… ya no sentirás dolor… duerme tranquilo… - se inclinó y le dio un pequeño beso en los labios.
- Des… desgraciado… - fue lo único que logró articular antes de cerrar los ojos…
Después de eso, Kaede ya no oía absolutamente nada… estaba profundamente dormido…
¿Cómo esta doctor?
Perdió mucha sangre… tiene un cuadro agudo de anemia…
¿Anemia?
Si… puede que se deba a la mala alimentación que presenta… o, por la misma perdida de sangre…
¡Oh no!
Se le estuvieron haciendo unos análisis, y vimos que en su cuerpo hay una gran concentración de éter…
¿Eso es malo doctor?
Absolutamente – dijo con gesto grave – es posible que parte de su sistema motriz quede atrofiado… necesitaría guardar gran reposo, después de darle de alta, pero por el momento, me temo que tendrá que quedarse unos días en el hospital.
Cómo Ud. diga doctor……
Lentamente, sus parpados se fueron alzando hasta dejar a la vista unas hermosas profundidades azules… observó el lugar en el que estaba… olía a medicamentos y se escuchaba un molesto sonido constante, volteó su cabeza y se encontró con unos aparatos que estaban conectados a él… iba a levantarse cuando una profunda y conocida voz lo detuvo…
Veo que ya despertaste, kitsune
¿Do'ahou?
¿A quién le llamas do'ahou, teme kitsune!
A ti… ¿Dónde estoy? – preguntó con cierto temor.
En el hospital.
¿En el hospital? ¿Qué hago aquí?
¿Cómo que qué haces aquí?– pregunto, encarnando una ceja – Te trajimos aquí el lunes…
¿El lunes¿Pues que día es hoy?- interrumpió.
Estamos a miércoles… - contesto tranquilamente mientras se sentaba en una silla que estaba a lado de la cama -… el martes te cuido Mitsui, y hoy me tocó a mí… - y se señaló creídamente.
Aja… - hizo una pausa -… ¿Qué hago aquí? – pregunto verdaderamente incómodo.
Te desmayaste durante los entrenamientos… el doctor dijo que habías perdido mucha sangre y que más aparte no comes bien – esto último lo dijo en un tono serio mientras se cruzaba de brazos.
Kaede se sonrojo un poco y desvió la mirada hacía el piso.
La enfermera trajo un caldo de pollo para que te lo comieras… - tomó el tazón de sopa de la mesa -… y habrá ningún pero… te lo comerás todo… - tomó la cuchara y se la metió a la boca.
Kaede parpadeo sorprendido al tiempo que se tragaba la sopa. Hanamichi sonrió complacido.
Esta rica ¿verdad? – una mirada asesina fue su respuesta.
Siguió dándole de comer hasta que se acabó todo el contenido del tazón. Dejó el tazón vacío de nuevo en la mesa.
Ya mañana te dan de alta… ayer te hicieron unos análisis, dijeron que estabas bien…
Que bueno… porque ya me quiero ir…
Por favor… si apenas te acabas de despertar…
Mmhhpp… - y se recostó en la cama nuevamente – quiero dormir…
¿Qué¿No te cansas? – otra mirada asesina fue su respuesta.
En eso, la puerta se abrió, Hanamichi se volteo a ver al que entraba… por alguna razón, Kaede sintió un escalofrío recorrerlo, cuando oyó como la puerta se cerraba…
¿Quién es Ud? – pregunto el pelirrojo.
Solo un amigo de Kaede – respondió aquel hombre, y se acercó a la cama del aludido.
Kaede se estremeció al oír aquella voz… era él…
¿Kaede? – pensó Hanamichi un poco sorprendido. – Quizás es sólo un familiar.
Cuando supe que te habían traído al hospital vine inmediatamente – Yota se inclinó un poco y le dio un beso en la mejilla, mientras le quitaba unos cabellos de la frente.
Hanamichi se sorprendió al ver como el recién llegado trataba al kitsune… ese no era un familiar, dedujo el joven.
Me preocupe mucho… - le dijo suavemente, al tiempo que paseaba sus labios por su mejilla intentando posesionarse de sus labios, pero Kaede sólo giró su cabeza, evitándole el tocarlos -… ¿Por qué te haces el difícil, Kaede? – preguntó mientras se separaba, Kaede volvió a colocar su cabeza en la posición que tenía.
No obtuvo respuesta.
Yota volvió a intentar besar sus labios pero Kaede volvió a negárselo, Hanamichi sólo se quedo alucinado, viendo los intentos de aquel hombre por besarlo. Pero volvió a tocar tierra firme, cuando notó que de los ojos del kitsune rodaban gruesas lágrimas cristalinas…
¡Oiga¡Ya basta! – dijo mientras se ponía de pie. Pero Yota hizo caso omiso de sus palabras.
Yota lamió las lágrimas de Kaede y después le dijo con suavidad:- Regálame tus lágrimas... como aquella noche…
Kaede lloró lleno de frustración, mientras que Yota las lamía con delicadeza. Mientras que sus palabras desencajaron a Hanamichi.
Aún sigues siendo mío… - le susurró al oído, para que él sólo oyera.
¡Basta¡Ya déjelo! – reaccionó Hanamichi, molesto.
Yota se volvió a erguir, acaricio el rostro de Kaede, quién aún seguía llorando, y con voz suave pero fuerte le dijo:- Mañana te vendré a ver a primera hora – le sonrió y después salió del cuarto, cerrando la puerta tras de si.
Hanamichi se quedó un rato sin moverse, sólo viendo por donde había desaparecido aquel hombre, hasta que unos sollozos lo sacaron de su ensimismamiento.
¿Qué demonios? ¡Kitsune¿Estás bien?
Kaede seguía llorando, y eso desencajó aún más al pelirrojo, quien se sentó en la orilla de la cama, junto a él.
No llores…
Maldito… - gimió con desesperación.
Sin saber que hacer, lo único que se le ocurrió para intentar calmar al kitsune fue acariciarle el cabello… se dio cuenta que era sedoso, suave…
Anda… calmate… - murmuró.
Las blanquecinas manos de Kaede estrujaron las mantas, mientras que inconscientemente, posó su cabeza sobre su brazo. Se quedaron un momento más así, en silencio, sin cruzar palabra alguna…
El sonido de una puerta al abrirse los asustó, Hanamichi, al darse cuenta de cómo estaban, se sentó en la silla nuevamente, mientras el kitsune reacomodaba la cabeza en la almohada.
¿Qué hacía ese hombre aquí? – preguntó Ayako, preocupada, mientras entraba.
Sólo… - comenzó a hablar el pelirrojo, después volteó a ver a Rukawa, pero este había volteado la cara -… sólo vino a ver como estaba… - y forzó una sonrisa.
Eso no tranquilizó mucho a la muchacha…
¿Qué fue lo que te pidió el viernes? – preguntó Ryota, Ayako le dio una codazo por su impertinencia.
… ¿Qué me pidió?... – preguntó medio nervioso.
Si… ¿Qué quería?
Me… me quería a mí… - respondió casi con un hilo de voz.
¿Eh? – preguntaron los tres chicos que lo acompañaban en la habitación.
Estoy cansado… - dijo, mientras se giraba y cerraba sus parpados.
Ayako meneó la cabeza en negativa mientras que Ryota se rascaba la cabeza.
Sólo veníamos a ver como estabas, Rukawa… - dijo Ayako, imaginándose que el chico se estaba haciendo el dormido. Pero esté no le respondió.
Ya nos vamos Sakuragi – comenzó a decir Ryota, mientras se cercaba a la puerta.
Bien… nos vemos mañana…
Si… - dijo - … Adiós – se despidieron ambos jóvenes mientras salían de la habitación.
Una vez que estuvieron nuevamente solos, Hanamichi no evitó preguntarse de que estaban hablando…
- Me… me quería a mí…
¿Qué quiso decir con eso? – se preguntó para sus adentros.
Sakuragi… - una pequeña vocecita lo saco de sus pensamientos.
¿Eh? – reaccionó… entonces se dio cuenta de que quién hablaba era Rukawa - ¿Sucede algo? – le pregunto, consternado por el hecho de que le dijera así y aún más con ese tono de voz…
No… - hizo una breve pausa -… no quiero regresar a mi casa…
¿Qué¿Por qué? – Hanamichi no comprendía a posición del kitsune.
Él sabe donde vivó… estará ahí cuando regrese… - su voz se quebró.
¡Rukawa? – exclamó con suavidad, recordando que estaba en un hospital.
No quiero… no quiero que este cerca de mí…
Una mano acariciaba su cabello, tranquilizadoramente, lo cuál lo hizo callar inmediatamente… entonces una suave voz lo calló y después de estar en silencio un momento le dijo:- Te prometo que no se acercará……
Kaede lo volteo a ver, Hanamichi estaba sentado a su lado, acariciando su cabello, como a un niño, mientras lo observaba con una mirada llena de calidez…
Cuéntame… ¿Qué pasó? – siguió hablando con el mismo tono de voz que había usado antes.
El kitsune dudó un momento, pero después decidió desahogarse de todo lo que sentía…
Él… él abusó de mí…
¿Qué? – Hanamichi se perturbó - ¿Cómo permitiste que hiciera eso?
Kaede apartó su mirada del pelirrojo, y le respondió:- Hicimos una tonta apuesta… la cuál perdí…
¿y que¿Te dijo que si perdías te follaría? – Hanamichi se había alterado, que no notó que estaba hablando en un tono algo agresivo. Lo único que provocó fue que Kaede derramará amargas y gruesas lágrimas cristalinas… - Yo… lo siento… no debí haber dicho eso… - se disculpó, verdaderamente arrepentido.
Hubo un largo momento de silencio, ninguno de los dos hablaba… Hanamichi continuaba acariciando el cabello del kitsune mientras que esté, había acomodado en su pierna izquierda, su cabeza.
Me lastimó mucho en toda la estancia que estuve en su casa – dijo por fin Kaede.
¿Toda tu estancia¿Pues cuanto tiempo estuviste con él?
Todo el fin de semana…
Y en ese lapso de tiempo…… ¿te……? pues… tu me entiendes… - estaba verdaderamente incomodó con el tema, Kaede asintió levemente – Por eso perdió tanta sangre Será mejor que descanses… duerme…
Gracias…
¿Eh? ¿Desde cuando el kitsune agradece algo?
Gracias por escucharme escuchado… - en sus labios se formó una diminuta sonrisa -… por haberme consolado como nunca nadie lo ha hecho…
Hanamichi no evitó sorprenderse por las palabras del kitsune, pero su sonrisa… se veía tan sincera… sus mejillas se sonrojaron levemente, pero casi no se notó por su bronceado.
No tienes que agradecer nada… - le respondió el gesto - … yo soy él que debería de agradecer la confianza que me diste…
Kaede giró su cabeza para evitar que el do'ahou viera su rostro, y con un poco de inseguridad le dijo:- Lo hice por que no te considero un do'ahou o un enemigo… - sus palabras sorprendieron mucho más de lo que ya estaba al pelirrojo, quién sólo sonrió complacido, con un leve rubor en su mejilla… - Gracias – murmuró, pero Kaede no lo oyó.
Creó que me tengo que ir ya… - dijo. Apenas iba a acomodar la cabeza de Kaede sobre la almohada, este posó una mano sobre la suya.
Quédate conmigo… por favor… no quiero estar solo… - le pidió suavemente.
¿Eh? – abrió enormemente los ojos.
Por favor… te lo pido…
Está bien – le sonrió.
¡Segundo Capitulo terminado! Perdon por el retraso de la actualización, pero aquí esta el segundo cap. Este capitulo quedo más decente que el anterior n.n espero que les haya gustado... advierto que el próximo cap. va a tardar... me disculpo de ante mano...GOMEN
Dejen sus reviews con sus comentarios, quejas, sugerencias… es agradable leer los reviews de las personas que se toman una parte de su tiempo en leer mis fics nn... si no hay reviews no hay continuación ¿eh?
Bueno... Besos… sayo… hasta la próxima…
