Apuesta Pérdida

Disclaimer: Los personajes aquí planteados son propiedad del sensei Inoue. Yo sólo los manejo.

Advertencia: Este fic contiene shonen ai en algunas de sus partes. No se recomienda para homo fóbicos. Gracias nn


Capitulo VI

Furia

Un nuevo día había llegado… los tenues rayos de sol se colaban por la abertura de las cortinas, que cubrían la ventana…

Sobra la cama se veía un estilizado cuerpo, descansando tranquilamente… sus cabellos negros contrastaban portentosamente con la pulcra almohada que sostenía su cabeza.

Su respiración era tranquila, pausada… mientras que su pecho se inflaba y desinflaba.

Un leve ruidillo lleno la habitación… era el sonido de la puerta al abrirse, entonces se vio, asomarse por ella, una mota pelirroja… una cabeza…

Aquella mota roja, Hanamichi, se había colado a la habitación con sumo cuidado, evitando así despertar a su hermoso niño. Se acerco con cuidado hasta donde estaba, y se le quedo observando un momento…

- Me gustas mucho… - dijo en un susurro, más para sí que para el joven que tenía enfrente.

Acerco su mano a su rostro, con las yemas de sus dedos acarició lentamente toda la extensión de su lechosa, y a la vez, suave piel que tanto ansiaba saborear. Le aparto algunos mechones de cabello de su frente, mientras lanzaba un suspiro al vacío. Sus dedos pasearon por todo su rostro: sus mejillas, su mentón, sólo le faltaban los labios… sus labios…

Aquellos sonrosados labios que tanto había visto en sus sueños, besándolo. Tenía tantas ganas de borrar de ellos el rastro del beso de su odiado "rival": Sakae.

Con lentitud, se fue acercando a ellos. Ya casi podía rozarlos con los suyos… sentía que en cualquier momento se juntarían en un pequeño y especial beso…

Y así lo hizo.

Le robó un pequeño beso.

Un beso que deseo hubiera sido correspondido.

Se alejo de él tan lento como se había acercado y se sentó en la orilla de la cama, viendo el suelo de la habitación.

- ¿Do'aho? – una vocecita, casi un murmullo de oyó tras de él.

Bruscamente se volteo, quedando frente de un adormilado Kaede, se frotaba los ojos, como si así el sueño se le cayera de encima.

- Ki… ki… ¡Kitsune!- exclamó Hanamichi asustado, poniéndose sumamente rojo, despertando en Kaede la preocupación.

- ¿Qué haces aquí?... ¿Por qué estas tan rojo¿Tienes fiebre?

- N-no… ¡No! Estoy bien – y forzó una sonrisa.

- Mmphhh… - se quedó serio un rato -… tuve un sueño muy raro…

- ¿El qué?

- Soñé que alguien me besaba… no se quien… pero se sintió tan real… - acerco sus delgados dedos a sus labios y los acaricio – También, que me decía que le gustaba mucho… - en sus mejillas se noto un leve rubor.

Hanamichi se quedo paralizado al saber que, a pesar de estar dormido, había escuchado su voz, diciendo que le gustaba. No se esperaba aquello.

- ¿Qué pasa?– pregunto Kaede de repente-

- Nada – contesto de inmediato. Hizo una pausa -. Oye¿te gustaría que saliéramos a comer algo?

- ¿Me estas invitando a salir¿Una cita? – pregunto, mientras encarnaba la ceja.

- ¡No!– dijo mientras agitaba las manos frente a él – Es sólo que no hay nada en el refrigerador y pues…

- Está bien, está bien… no tienes que explicarme nada… - se fue incorporando lentamente, hasta estar sentado en la orilla de la cama junto a Hanamichi.- ¿Qué me invitarás a comer ahora¿Pizza?

Cuando escucho lo último, casi lanza un grito, pero lo único que hizo fue contraer los puños contra sus piernas, lastimándolas. Recordó a Sakae.

- No –dijo secamente.

- ¿Qué te pasa, Sakuragi?

- Nada

Hubo un largo silencio después de eso. Muy incómodo para Kaede, por cierto, ya que se sintió mal, de repente.

- Lo… lo siento… - se disculpo Kaede, con la mirada baja.

- ¿Eh?– cuando se dio cuenta de que hablaba, se sintió verdaderamente mal - ¡Oh! No te disculpes – coloco una mano tras su cabeza y con una sonrisa tonta siguió hablando – Gomen

Kaede no le dijo nada, solamente sudo gotita.

- Apúrate, para irnos a comer algo – Hana intento romper el silencio que se había generado de pronto – Tengo ganas de tacos (n/a: XDD perdoooooon XDD).

- E-esta bien… nada más deja me baño… - se levanto de la cama y se dirigió al cuarto de baño, para darse una refrescante ducha. - ¿Qué le habrá pasado al do'aho? Esta muy extraño hoy…

Une vez que salió del baño, se vistió un tanto rápido… cuando por fin lo hizo, salió de la habitación y se dirigió a la sala, sólo para ver a Hanamichi tirando baba en el sofá…

- Do'aho... – murmuró mientras una vena palpitaba en su sien. – Despierta… vamos… - le llamó mientras le zarandeaba -…

- …Me gustas… - dijo Hanamichi entre sueños.

- ¿Qué? – dijo, sorprendido. Una gran curiosidad le entró por saber a quién le confesaba esas palabras… - ¡Hey¡Despierta! – le grito en el oído

¡AHHHHHHHH!

Un Hanamichi más rojo que su cabello y jadeante estaba de pie junto a un Kaede, sorprendido y tirado en el suelo.

- ¡Rukawa!– exclamó el pelirrojo, aliviado - ¿Qué haces en el suelo? – le tendió una mano para que se levantará.

- Nada… quería saludarlo, hace mucho que no lo visito… - dijo con ironía. – Mira que agradable recibimiento me dio…

- ¡Oh! Lo siento…

Cuando por fin estuvo de pie, salieron de la casa y se dirigieron a caminar por la calle.

- ¿A dónde iremos?

- A un restauran… ¿Qué te parecería comida italiana?

- Mmmnn… estaría bien…

Hanamichi sonrió, y después comenzaron el trayecto hacía el restauran…el estaba un tanto alejado de donde estaban… en el camino, sólo hubo silencio…

Un silencio un tanto incómodo…

- Oye… Kitsune… - le llamó el pelirrojo de pronto.

- ¿eh?

- Te quería preguntar…

- ¿Qué?

- Bueno, pues… si… - hizo una pausa - … no… olvídalo – le regalo una sonrisa – no es algo que importe…

Kaede sólo se quedo extrañado… y le había entrado la curiosidad…

Después de unos minutos, por fin llegaron al dichoso restauran… el mesero los guió a una mesa para dos…

- Vaya do'aho, no pensé que vinieras a lugares como este…- comentó burlonamente, mientras apoyaba sus codos en la mesa para verle mejor.

- Teme kitsune¿Qué te crees?- se quejó enojado el pelirrojo.

Kaede se tapó la boca para evitar reírse. Hanamichi, sorprendido por esto, sintió su corazón palpitar tan rápidamente que pensó que se le saldría del pecho en cualquier momento.

El mesero que les guió, rápidamente se volvió a acercar para tomar sus órdenes, disculpándose por su retraso (cosa que por cierto, ni uno de los dos). Una vez que ordenaron y el mesero se fue…

- ¿Desde cuando hablas italiano?

El joven se sonrojo rápidamente… y con una risita nerviosa le dijo:- Mis papás me habían metido a clases de italiano y francés cuando era niño junto con mi hermanita…

- ¿Tienes hermana?- pregunto, atónito.

- Tenía – dijo, de pronto, con un dejo de tristeza.

- ¡Oh! Lo siento – y bajó la mirada apenado.

Se hizo un profundo silencio entre ellos, sólo se oía su respiración, el sonido de los cubiertos chocar contra la porcelana, y las conversaciones de los demás comensales… en eso llegó el mesero trayendo sus ordenes…

El mesero le sonrió a Kaede, para después irse. Hana vio con recelo como aquél hombre coqueteaba con su amado… ¡y enfrente de é!

- ¿Estás bien, do'aho?- pregunto de repente el ojiazul, que ya había comenzado a comer.

- Teme – dijo, enojado.

- ¡Uy¡Que carácter!– se burló – Ni quien te quiera así de gruñón

Aunque esas últimas palabras fueron dichas en broma, Hanamichi se sintió caer en un abismo, y enojado, soltó:- ¡Mira quien habla¡El Sr. Cubito de hielo!

- ¡Hey!- se indigno. – Maldito mono idiota – farfulló enojado.

Por suerte, por lo enojado que estaba Hanamichi, no oyó estas últimas palabras…

Continuaron comiendo con tranquilidad, ni un solo teme o do'aho… simplemente silencio…

- Abre ya, do'aho

- Espérate, que no se donde puse las llaves…

- Idiota

- ¡Teme kitsune¿A quién le dices do'aho?

- A ti… ¿acaso ves otro do'aho por aquí?

- Grrrrrr…… teme…

- Apúrate¿quieres?

- ¡Ya voy! – después de unos instantes, por fin encontró sus llaves. Cuando abrió por fin, el primero en entrar fue Kaede, para disgusto del pelirrojo.

- Me voy a dormir… - avisó, mientras subía las escaleras.

- …

Después de que el ojiazul desapareciera por las escaleras, Hanamichi se acomodó en el sillón al tiempo que prendía el televisor, pero no veía nada, sólo pasaba los canales uno por uno…

De repente, se oyó el timbre de la puerta… con gesto de fastidio, se levanto de donde estaba y se dirigió a la entrada… al abrir la puerta se vio frente a la persona menos deseada…

Sakae…

Era ese maldito repartidor de pizzas que había robado el corazón de su amado Kaede…

- ¿Qué quieres?- pregunto tajantemente.

- Buenas tardes, ya… - saludó el chico, ignorando el tono usado por el pelirrojo - … ¿Se encuentra Kaede-san?

- No… ¿para que lo querías? – pregunto en el mismo tono.

Sakae se sonrojo al recordar la razón por la que había ido… era una pequeña y simple razón: quería preguntarle a Kaede si…

- si sólo vienes a molestar a las personas, más te vale que te vayas – escupió.

- Pero yo… -

- No te vuelvas a pasear por aquí¿entiendes?

Sakae desvió su mirada de la del pelirrojo, ya que le intimidaba mucho… con dificultad tragó saliva y asintió levemente.

- Cuando regrese Kaede- san¿podría decirle que vine? – Hanamichi alzó una ceja ante su petición, que por obvias razones no iba a conceder – C-con su permiso

El pelirrojo cerró la puerta en la nariz del pobre chico…

- Adiós Sakae – pensó. Estaba feliz porque había alejado a ese mocoso de su Kaede…

- Sakuragi… - oyó una voz atrás de él. Un escalofrío recorrió su espalda. Al voltear, vio el rostro furioso de Kaede.

- ¿Kitsune?

- ¿Por qué demonios hiciste eso!

- ¿Qué?- pregunto, confundido.

- ¡Ah! No me salgas con que no recuerdas… ¿Por qué corriste a Sakae-kun?

- Yo… yo…

- Yo, yo – arremedó Kaede, molesto mientras se cruzaba de brazos. Después de un incomodísimo silencio entre ambos muchacho - ¡OH¡Ya veo!

- ¿Eh?

- Ya veo… ¡eres un maldito homofóbico!

- ¿Qué¿¡De que hablas!

- ¡Eres un maldito homofóbico¡¿verdad!

- ¡CLARO QUE NO!

- ¡COMO DE QUE NO¡¡CORRISTE A LA PERSONA QUE YO AMABA!

- ¿Qué?

- ¡Oh! Ahora eres sordo…

- Es que no entiendes…

- ¡Claro que entiendo¡No te gusta ver felices a las personas¡NO QUIERES QUE YO SEA FELIZ A LADO DE LA PERSONA QUE YO AMO!

Con toda la furia que tenía, salió de la casa, pero antes de que su voz ya no se oyera dentro de a casa y de que cerrara la puerta, grito:- ¡OJALA TA PUDRAS EN EL INFIERNO, BASTARDO!

Y dicho esto, azoto la puerta finalmente.

En medio de la sala, estaba parado Hanamichi, viendo por donde había desaparecido Kaede… una solitaria lágrima se asomo por sus ojos…

- Pero yo…


¡GOMENN¡¡Perdón por el retraso! No me maten TT

Bueno, aquí tienen la continuación, que espero que les guste (cosa que dudo YY)

Déjenme reviews con sus quejas, amenazas de muerte (creo que estas son de las que habra al por mayor nnU), o lo que quieran nn, con mucho gusto las leeré.

E insisto con mi ¡GOMEN! No era mi intención tardarme tanto haciendo este fic (y eso, quedo corto --) pero bueno uu

¡PrÓxImO cApItUlO: Hanamichi esta desesperado… no sabe donde esta Kaede… pero… alguien más lo encontrará…¿¡QUIEN!

Besos… sayo…