Regrese ¿Me extrañaron? Yo espero que si ñ.ñ porque si no mi autoestima lo va a resentir XD
"..." diálogos
'...' pensamientos
(...) cuando me meta para decir alguna cosa
McMcMcMcMc cambio de escena
Ahora los datos del fic:
Titulo: Not gonna get us.
Genero: Shonen-ai, yaoi...
Parejas: KaixRei y algo de YuriyxBryan
Disclaimer: Beyblade le pertenece a Aoki Takao como siempre, ya saben que no es mío por lo tanto no me demanden y blah, blah, blah...
Capitulo V: Nosotros, ellos...
Y la hora había llegado, ahí de pie hablando de una manera un tanto apresurada, las cuatro personas presentes comenzaban ya con las formalidades que la partida de dos de ellos por normas de cortesía exigían. Todo estaba completamente listo y puesto en orden.
"Les deseo que tengan un buen viaje, fue un gusto verlos" -sonrió con sinceridad el chino, entrecerrando sus doradas orbes mientras que de buena gana se despedía de las dos personas que de una manera muy especial consideraba como amigos-.
"A nosotros también nos dio gusto Rei, me alegra saber que estas bien Kai... la próxima vez podrías avisar donde estas" -replico en un claro reproche Yuriy, mientras parados en aquel aeropuerto los dos rusos que el anterior día habían llegado ahora se marchaban, para alivio de Kai-.
"¡Yuriy apresúrate!" -se escucho el claro grito por parte de Bryan, que a su parecer ya había terminado con las típicas despedidas y comenzado a caminar-.
El pelilavanda ya esperaba impaciente para poder abordar el avión que los regresaría a su fría Rusia. No es que les disgustase estar en Taiwán pero no había mejor lugar que el hogar, por lo cual marcharse y luego de tener que soportar a Hiwatari, ahora se le hacia lo mejor y lo mas sensato. Las cosas que llevaban consigo, que en su mayoría eran objetos que Yuriy había comprado a montón solo porque le habían gustado, ya estaban donde el equipaje, el que también ya se encontraba donde debería ir. Definitivamente habían parecido un par de turistas comprando por aquí y por allá sin medirse, solamente porque los artículos habían capturado su atención de una u otra manera. Al fin el pelirrojo termino de despedirse de sus "amigos" y fue al lado del pelilavanda, para después sin problemas comenzar a caminar hacia el avión en una rutina que ya conocían pues habían viajado bastante y a muy variadas partes del mundo.
Una vez adentro ya de la nave aerodinámica dispuesta y creada para surcar los cielos a pesar de su volumen cuantioso, Yuriy se acomodo junto a una ventanilla que durante el vuelo seguramente tendría un hermoso y azul paisaje pasando fuera de ella, a su lado había quedado Bryan, cómodo y sin replicar del asiento que le había tocado pues estaba satisfecho. Permanecieron unos instantes en silencio mientras se preparaban para el viaje, hasta que Ivannov lo corto.
"¿No te da gusto por Kai?" -pregunto suavemente volteando hacia el chico que venia a su lado, para enfocar sus azules ojos en el-.
"¿Por qué habría de darme gusto?" -refuto Bryan arqueando una ceja, porque la verdad era que Hiwatari podría ser su amigo... pero tampoco era para que se pasase la vida velando para saber si el otro estaba bien o no, con que no estuviese ni enfermo ni muerto a el le bastaba y le sobraba-.
"Porque es feliz" -respondió con simpleza como si el hecho fuese obvio, y claro que lo era mas aparentemente para Bryan parecía ser un descubrimiento nuevo-.
"Oh si claro, el único motivo en mi vida era buscar la felicidad de Hiwatari ¡Puedo morir en paz!" -expreso sarcásticamente, dejando notar lo burlesco de sus palabras-.
"Contigo no se puede" -reprocho, mientras dejaba caer su cabeza en el hombro del otro haciendo que sus cabellos rojizos acariciasen las pálidas mejillas del pelilavanda-.
"Tampoco contigo" -y aunque pareciese raro, su tono había sonado muy suave y tranquilizador para el otro-.
Bryan se hizo a un lado haciendo que el ojiazul abandonase su cómoda posición, mas no se quejo porque sintió los labios del ojilavanda posarse sobre los suyos regalándole un suave y tranquilo beso que se apresuro a corresponder aquel calido contacto, profundizándolo sin titubear y pronto ambos exploraban con tranquilidad la boca del otro. Quizás no habían podido demostrar tan abiertamente sus sentimientos mientras se encontraban con el pelinegro y el ojiescarlata por no estar acostumbrados a ellos, mas se habían reservado los detalles y la ternura para cuando estuviesen solos, justo como en aquel momento se encontraban, ese era otro buen motivo para abandonar Taiwán... para poder disfrutar mas abiertamente del otro. Se separaron después sonriendo mientras que se miraban fijamente a los ojos diciéndose tantas cosas sin necesidad de las palabras, Bryan llego la palma de su mano hasta la mejilla del pelirrojo para acariciarla, sintiendo lo tersa que era aquella piel y la tibieza que de ella emanaba de manera maravillosa. Yuriy sonrió encantado por el tierno gesto, y muchos otros parecidos a esos ya había comenzando a extrañar, mas ahora no podía quejarse, Bryan siempre solía ser tan dulce cuando se lo proponia... ¿Para que negarlo? Kai no era el único que ahora era feliz...
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Por su parte el bicolor y Rei ya habían llegado a aquel hotel que la BBA tan generosamente y cuando lo necesitaron les había ofrecido... mas ahora ya solo estaban en ese lugar con el único afán de intentar descansar un poco de la vida diaria y que a veces se volvía tan rutinaria (díganme a mi, quiero perderme una semana en Paris con todos los gastos pagados u.ú). Gustosamente Rei termino de guardar las cosas que se había encargado de comprar, era una debilidad bien conocida el adquirir cosas nuevas y llamativas solo por el gusto de hacerlo, claramente el chino no se había salvado de caer en aquella tentación, pero encontraría que hacer con ellas. Con cuidado dejo la única cosa que no había guardado, la estatuilla del fénix quedo junto a la del tigre sobre aquel velador que estaba junto a la cama que originalmente se supone solo pertenecería a Kai, pero que habían estado compartiendo desde el primer día.
Claro que también llevaban consigo una estatuilla de Dragón que al final el chino había comprado, y por si poco hubiese sido habían pasado gran tiempo buscando una efigie que tuviese la forma de una tortuga ¿Para que? El chino hubiese sido incapaz de dejar a sus amigos fuera de las compras aunque ellos no estuviesen. Pero había dejado las otras dos figuras de alfarería afuera tan solo por el gusto de observarlas.
La mirada embelesada del ojiescarlata había estado al pendiente de cada uno de sus sutiles movimientos del oriental sintiendo que se maravillaba mas por la presencia de tan maravilloso ser, y a aun le costaba trabajo entender como era posible que alguien como el chino le correspondiese de aquella forma. Sin mas se levanto de la cama avanzando con sigilo hacia el otro y cuando lo tuvo suficientemente cerca lo atrapo entre sus brazos haciendo que el cuerpo del chino se tensase ligeramente por lo imprevisto de la acción para después relajarse por completo, el ojidorado se giro entre sus brazos para encararlo manteniendo en los labios una de sus tan encantadoras sonrisas, mientras que sus orbes ambarinas miraban pacíficamente aquellos ojos rojizos tan profundos.
Kai no se resistió mas y con sus labios busco los del chino que pronto le recibieron en un beso calido y húmedo, prontamente sus lenguas también se encontraron. El ojiescarlata solo necesito aplicar un poco de fuerza para hacer que el chino cayese en la cama y tuvo el cuidado suficiente de no incomodarlo de ninguna manera con su peso pues había quedado prácticamente sobre el, mientras que aquel beso continuaba. Despacio fue separando sus labios rompiendo poco a poco aquel contacto que el mismo había iniciado, cortando al fin con el y buscando con la mirada las ámbares orbes del chino. Una sonrisa se poso entonces en sus labios al observar al minino (sigo con eso? XD) sonrojado bajo el.
"No sabes como te amo" -le dijo con un tono tan dulce, muy poco usual en el mas hizo que el chino sonriese con amplitud-.
"Kai" -murmuro quedamente perdiéndose en aquella mirada que le observaba con el mismo amor y la misma admiración que el-.
Rei no espero mas y de nuevo inicio otro beso, tan arrebatador como el ultimo poniendo atención en la delicadeza de los labios del ruso, cualquiera que conociese a Kai se sorprendería de saber que sus besos eran tan delicados y calidos, quizás ni el mismo hubiese podido adivinar tal dulzura por parte del ruso si no la hubiese sentido ya. El bicolor guiado por un innegable deseo que de la nada se le había impuesto y que ahora exigía ser cumplido, paseo sus manos de manera casi descarada por el cuerpo bajo el, deleitándose por la firmeza del mismo y los suspiros que escapan de los labios del chino en respuesta a sus caricias. Ahora solo tenia una cosa en mente, y sobre todo pensaba llevarla a cabo... necesitaba sentir al ojidorado completamente suyo, conocer y acariciar a la perfección aquella acanelada piel... y eso era precisamente lo que iba a hacer. Y sin reservas, sin miedos, sin penas ambos se entregaron en la que seguramente era la primera noche de muchas similares que les esperaban juntos, el amor era demasiado e intentar contenerlo no funcionaria en nada. (esperaban un lemon ¿verdad? Se los debo para la otra XD).
El sábado transcurrió sin mas, entre visitas a edificios y mercados nocturnos. Al fin la mañana del domingo hizo presencia, anunciando el último día que ambos permanecerían en aquel lugar, no podían quejarse porque realmente todo aquello había valido la pena. El bicolor despertó con suavidad acostumbrando sus rojizas orbes a la claridad del día, mas no tardo en sentir la calidez de la piel pegada junto a la suya y de golpe todos los recuerdos de lo que había pasado la noche anterior llegaron a su mente, cerro los ojos con una sonrisa enorme en los labios y las mejillas teñidas de un suave carmín, no podía imaginarse mas feliz de vivir y mas dichoso que en aquel momento. Paso unos cuantos instantes disfrutando aquel momento todo lo que pudiese mas al abrir los ojos de nuevo se topo con dos orbes doradas que le miraban con infinita devoción, segundos después ya besaba aquellos labios de nuevo. Se separaron mirándose a los ojos, sin decir nada, sin palabras, porque se entendían perfectamente de aquella manera al fin habían logrado hablar sin la necesidad de los vocablos.
Se separaron aun sonriéndose cortadamente, definitivamente estaban mas que felices de estar juntos en aquel instante.
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"¡Vamos Kai!" -la voz alegre del chino capturo su atención por completo- "¿No me digas que ya te cansaste?" -expreso divertido, mirando la expresión en el rostro de su amado-.
"No digas tonterías" -frunció ligeramente el seño y continúo subiendo escalones-.
"Anímate, ya casi llegamos" -anuncio el ojidorado, yendo mas adelantado solo por unos cuantos escalones-.
El ultimo día, una ultima visita y después sin problemas se marcharían. Rei había escogido con cuidado el último lugar que verían en la urbanizada ciudad de Taiwán. Y lo había hecho más que bien, ya que el lugar que había seleccionado se trataba del Templo Longshan caracterizado por su fina estructura, su arquitectura detallada y los jardines que bellamente a su alrededor se extendían. Así que como ultimo lugar, aquel templo seria el recuerdo más fresco que se llevasen. Habían decidido su recorrido justo por la temprana mañana, cuando habían despertado en compañía del otro, rememorando los hechos de la noche anterior y la anterior a esa, sellando al fin con palabras y caricias una promesa que no iría a romperse jamás, se amaban demasiado como para siquiera pensar en lastimar al otro.
Así que luego de hacer un pequeño itinerario que cumplieron perfectamente su último destino era aquel. Habían tenido tiempo de visitar el famoso monumento de Chiang Kai-shek (sin parentesco alguno con nuestro Kai XD) e incluso también ver el maravilloso monumento de Sun Yat-sen. No había duda de que esas personas sabían honrar de manera honorífica a las personas que habían resultado ser destacadas e importantes de alguna u otra manera para su nación.
La mente del bicolor, perdida en un mar de pensamientos. Todos ellos dirigidos hacia Rei... sin duda alguna amaba con locura a ese "gato" de cabellos negros y aunque el sentimiento era muy real y palpable, a veces se cuestionaba como había pasado... ¿Por qué enamorarse? Bien, no tiene que haber un "porque" para algo como eso, el amor se daba cuando menos se esperaba y quizás con quien menos lo sospechabas ¿Por qué Rei?... la respuesta seria la misma de su pregunta anterior, el no había escogido al chino como quien seria la persona mas importante en su vida... pero sin duda alguna estaba mas que feliz por tenerlo a su lado... a su Rei. Y aun podía recordar la noche anterior, donde nuevamente sin preocupaciones, sin temores, con entrega... pudo disfrutar de la suavidad de aquella piel acanelada, pudo sentir el calor de los adentros del chino, Rei era suyo y el era de Rei. Ante el pensamiento una sonrisa se plasmo en sus labios de manera ligera... y pensar que todo se lo debían a Takao.
"¿Kai?" -la melodiosa voz del oriental le saco de sus cómodos pensamientos-.
"¿Qué?" -pregunto saliendo de su ligera ensoñación, mirando aquellos grandes ojos ámbares que le veían un tanto desconcertado-.
"Ya llegamos" -le dijo Rei, arqueando una de sus negras cejas, como si entendiese vagamente que Hiwatari no estaba prestando mucha atención que se diga a su alrededor-.
"¿Ah?" -el bicolor le dio una mirada a su entorno-.
Efectivamente, la larga escalinata se había quedado atrás y ni siquiera había sentido la fatiga de subir. Ahora estando ahí de pie frente a la exquisita construcción al más puro estilo de China, el ojidorado tan divino como siempre esperaba por alguna reacción de su parte, algún comentario, lo que fuese.
"Pues vamos a entrar" -dijo sin mas, haciendo que el otro sonriese-.
"Vamos" -y sonriendo de esa manera tan tierna suya, el chino le extendió la mano-.
"..." -Kai miro la mano que el otro le ofrecía, sintiéndose derrochar ternura por dentro ante el gesto, mas no lo demostró en sus impávidas facciones-.
El ruso extendió su mano hacia la del otro, que se cerro sobre la suya de manera cariñosa mientras que Rei comenzaba a caminar, y el ojiescarlata se dejaba guiar de una manera un tanto mansa para el. Mas en sus mejillas pálidas un ligero tono rosáceo se apreciaba, le parecía un tanto ridículo que se sonrojase por aquella vana y sencilla muestra de afecto por parte del ojiámbar podría hacerle cohibirse de aquella manera. Sin duda alguna el chino causaba efectos muy extraños en su persona.
Pasaron al menos cuarenta minutos observando las maravillas que tenía aquel templo tan famoso, para al último irse a sentar en una de las cómodas bancas que se encontraban afuera, en medio de los hermosos jardines llenos de árboles y flores variadas. Permanecieron instantes vagos uno junto al otro, mientras que Rei recargaba cómodamente su cabeza sobre el hombro del ruso. Se sentía tanta paz y calma en aquel momento, y que dicha era estarlo viviendo junto a la persona que amaba.
"Rei" -esta vez la voz firme y profunda del bicolor fue la que capto su atención-.
"¿Si Kai?" -respondió, inclinando un poco más la cabeza que permanecía sobre el hombro del ojiescarlata-.
"Quiero que estés a mi lado siempre... cuando nos vayamos de aquí... ¿Aceptarías el vivir conmigo?" -pregunto, con voz estoica que escondía su nerviosismo-.
El chino abrió bien los ojos al escuchar la petición, mas de instancia no respondió. Kai no estaba seguro de preguntar aquello, lo había hecho porque sencillamente era lo que quería, tener a Rei en su vida siempre. A pesar de que en su rostro impasible la neutralidad se observaba, dejo notar el acceso de nerviosismo que le estaba dando, cuando la mano que mantenía entrelazada con la del chino apretó un poco más, aunque ese gesto hizo sonreír al otro.
"Claro que si Kai" -suspiro un poco- "Cosas así no se preguntan".
"Gracias" -dijo el, sin saber siquiera porque estaba agradeciendo-.
"No, gracias a ti" -mas aparentemente Rei si entendió el porque de las palabras del otro-.
Instantes mas de tranquilidad transcurrieron pero la hora de volver se había dado, y lo quisiesen o no debían regresar para comenzar a arreglar todo y después continuar con su rutinaria vida.
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"Kai ¿Viste donde deje mi cepillo de dientes?" -pregunto el chino saliendo de la habitación de baño-.
"No ¿Tu viste mi cepillo de cabello?" -pregunto el otro, doblando una chaqueta para meterla en su maleta-.
"No... malditos objetos personales" -replico de manera graciosa el pelinegro, haciendo que Kai sonriese de buena gana-.
"Si, nunca los encuentras cuanto tienes que irte" -y río ligeramente, tanto de manera sarcástica como de gusto-.
Ahora ya se encontraban ahí, en esa habitación de hotel arreglando sus cosas para tomar después el vuelo que debía llevarles hacia donde se suponía, debían haber estado desde hacia ya días.
"Mira Kai, encontré tu cepillo" -dijo de manera alegre el otro, pues estaba a gatas buscando debajo de las camas, así que estirando la mano alcanzo el objeto- "Toma" -se enderezo aun en el suelo quedando hincado, mientras que alargaba la mano hacia el otro para que tomase el cepillo-.
"Gracias" -tomo el cepillo con una mano mientras se giraba para meterlo entre su equipaje- "¿Qué hacia ahí?" -frunció el seño de manera graciosa-.
"Pues..." -puso un gesto pensativo- "... ¡Claro! Bryan te lo aventó anoche pero se golpeo en la cama y fue a dar abajo" -explico con esa típica sonrisa suya- "Y creo que ya recordé donde esta mi cepillo de dientes".
"Mejor ni te preguntare donde esta" -y ante lo dicho Rei sonrió ampliamente-.
Al fin y luego de pequeños por menores tuvieron todo listo para marcharse. Salieron del hotel donde el chino agradeció a las personas que llego a conocer en esos días sus atenciones, y claro también agradeció de buena gana al gerente cuando se toparon con el. Todo estaba listo y ya nada quedaba al aire.
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Sus ojos se paseaban de persona a otra, mirando como venían e iban incansables en aquel aeropuerto tan concurrido. De buena suerte habían alcanzado un par de asientos que estaban juntos en la sala de espera, su vuelo no tardaría ya mucho en ser anunciado. Cada uno metido en sus propios asuntos no hablaban, mas a sus pies y costados sus equipajes se encontraban. Y sus manos juntas, en ellas delicadamente sus dedos se entrelazaban.
"Fue bueno ¿No?" -repentinamente y a pesar del ruido de las personas que habían a su alrededor de forma concurrida, el chino logro preguntar aquello-.
"¿Qué cosa?" -Kai giro su rostro hacia un lado, para captar con mejor precisión las palabras dichas por su neko-.
"Ya sabes... estar aquí, las cosas que pasaron" -un muy ligero pero notable tinte carmesí adorno entonces sus acaneladas mejillas-.
"Si, lo fue" -sonrió a medias, mirando de nuevo hacia el frente rememorando un poco lo sucedido-.
Rei también sonrió, realmente si que había disfrutado y en la mayor medida de las cosas que había pasado al lado de aquel ruso que tanto adoraba, primero lo había querido en secreto por temor a revelar sus sentimientos mas ahora podía gritarlo con toda la seguridad del mundo, pues era correspondido sin duda alguna y en gran medida ¿Qué mas podía pedir que eso?
La voz de la mujer anunciando el vuelo en un perfecto chino hizo que Rei reaccionase, volteando a mirar al otro y poniéndose de pie dándole con eso la indicación de que al fin la hora había llegado. Kai enfoco su mirada en el otro y soltándole de la mano también se puso de pie, entiendo lo que estaba sucediendo y así sin más se dispuso a caminar seguido muy de cerca del oriental. Entre las personas avanzaban esquivando a algunas tantas y otras pocas más les cedieron el paso de manera amable. Al fin llegaron hacia la puerta que les llevaría hacia el avión que debían abordar. Pero antes de que pudiese avanzar un paso más, algo le detuvo por el brazo, sin duda alguna había sido la mano del chico chino. Kai se giro para encontrarse los ojos dorados del otro, así que ambos detuvieron su marcha.
"¿Qué pasa?" -pregunto extrañado el bicolor-.
"..." -mas en otro no respondió-.
"¿Rei?" -arqueo una ceja, comenzaba a preocuparse-.
"Kai... yo quisiera pedirte algo" -susurro tímidamente, bajando la mirada-.
"¿Qué cosa Rei?" -al ver su actitud, el ojiescarlata bajo la maleta que cargaba en una de sus manos, enderezo por completo su cuerpo y coloco esa misma mano sobre uno de los hombros del pelinegro- "¿Qué te pasa?".
"Lo que quiero pedirte..." -suspiro levantando la mirada- "...es..." -se acerco a su rostro, yendo a reparar hacia su oído- "... que si..." -y susurrando de manera suave termino de explicar cual era su deseo-.
Cuando sus labios se separaron del sentido auditivo del otro, Kai le miro largamente, analizando cada una de las palabras que el otro le había dicho, mientras que aquellos ojos ámbares se clavaron en su persona con tanta insistencia como también impregnados de cierta suplica muda. Un suspiro salio entonces de los labios del ruso, mientras que cerraba los ojos para después volver a abrirlos, esta vez con una ligera sonrisa dibujada en el rostro.
"Claro..." -asintió suavemente con la cabeza, lo que hizo que una hermosa sonrisa ser plasmase en los labios del chino-.
"¡Gracias Kai!" -entusiastamente le abrazo, a lo que fue correspondido-.
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"Ya te dije que lo sentimos Takao" -dijo por doceava vez Rei, hablando por medio de aquel teléfono móvil que había adquirido gracias a la supuesta generosidad de Hiwatari-.
-"Con sentirlo no basta Rei ¡Estábamos muertos de la preocupación! Ya hasta el señor Dickenson iba a comenzar una búsqueda" -replico la molesta voz del nipones del otro lado de la línea-.
"Pasaron muchas cosas y creo que no pensamos en avisar..." -quiso excusarse-.
-"Pero que par tan desconsideramos de amigos tenemos, de Kai no me extraña, pero de ti Rei... ¡Me sorprende! Es tan mala influencia para ti... seguro que después el se hace el rey del hielo y tu te postulas como princi..." -pero no termino lo que iba a decir, puesto que alguien le había arrebatado el auricular- "¿Rei?" -otra voz muy diferente fue la que le hablo, mientras que al fondo los reclamos de Takao se escuchaban a la perfección-.
"Max que gusto" -sonrió-.
-"Ya he escuchado lo que paso y no importa, si nos tenían preocupados pero sabíamos que estaban bien, y ahora que ya nos avisan no hay problema" -como siempre su tono de voz sonaba tan vivaracho y jovial-.
"Me alegro que comprendas".
-"¿Cuánto tiempo mas se van a quedar en Rusia?" -pregunto, pues según lo que había entendido de la explicación del chino, había surgido un imprevisto en Rusia y habían pasado todos los días que no se habían comunicado con ellos en aquel frió país, pues Rei había decidido acompañar a Kai a resolver sus asuntos-.
"No lo se, pero ahora si les llamaremos para mantenerlos al tanto... por cierto les he mandado unas cosas por correo, seguro les llega por paquetería... son cuatro estatuillas dos son suyas y las otras son de nosotros... seguro que reconocen las suyas..." -anuncio muy alegre-.
-"Gracias Rei... espero que las cosas para Kai salgan bien y que pronto puedan estar con nosotros".
"Desde luego, y una vez mas disculpen el que no les avisásemos antes".
-"No importa, ahora ya lo hicieron así que no hay problema, los esperaremos por aquí".
"Esta bien, salúdame al jefe y dile que ya no este histérico, que estamos bien" -río cortamente-.
-"Claro, estaba que se moría de la preocupación" -también río- "Entonces nos veremos Rei... aunque quiero preguntarte algo antes, Takao dice que recuerda haberles comprado mal los boletos del vuelo ¿Fue cierto?" -indago-.
"No claro que no, pero tampoco los usamos porque tuvimos que venir aquí a Rusia".
-"Ya veo, entonces cuídense mucho los dos".
"Si, suerte Max".
-"Lo mismo contigo, mándale saludos míos a Kai".
"Esta bien, adiós".
-"Adiós Rei" -y se escucho otro reclamo por parte de Takao porque no le habían dejado despedirse-.
El chino tan solo negó con la cabeza mientras que cortaba la llamada, con una linda sonrisa en los labios. Después guardo el móvil entre sus ropas y comenzó a caminar hacia al frente, donde el bicolor le observaba con ternura.
"Ya esta hecho" -anuncio Rei-.
"Si que eres bueno con tus mentiras" -sonrió de lado el ruso-.
"¿Si verdad?" -gustosamente se acerco a el, abrazándole con cariño-.
Kai tan solo correspondió el gesto rodeándole con sus brazos, haciendo que el chino recargase su cabeza sobre su pecho, mientras que ambos miraban hacia el frente la hermosa y basta ciudad que se extendía maravillosamente frente sus ojos, bañada por los sublimes rayos de un atardecer. Era la hermosa Paris... y se encontraban en la famosa torre de gran renombre. ¿Qué hacían ahí? Disfrutando de más tiempo juntos, de la belleza del lugar, de unas verdaderas vacaciones para su descanso, disfrutando de la compañía del otro.
"Kai" -le llamo el oriental, como ya estaba acostumbrado a hacer-.
"¿Hmn?" -fue la mejor manera que tuvo de responderle-.
"¿Para la semana que viene podemos perdernos en Roma?" -pregunto juguetonamente-.
"Oh claro... y la que siga nos perderemos en Venecia ¿Te parece?" -siguió el bicolor-.
"Claro que si" -y sonrió mas-.
¿Qué hacían Paris en ese momento? Pues esa había sido la petición de Rei... ir a visitar a algún par de lugares hermosos donde pudiesen relajarse, donde pudiesen estar juntos sin ningún tipo de presión... y Kai gustoso había aceptado sin replicar siquiera.
"Kai" -de nuevo le llamo-.
"¿Qué?" -respondió un tanto seco-.
"Te quiero mucho" -dijo el chino, cual niño pequeño que hablase-.
El ojiescarlata tan solo sonrió, para separar el cuerpo de Rei del suyo, inclinándose para besar suavemente la frente del otro.
"Yo también" -dijo después-.
Ambos se miraron sonriendo, para después reducir el espacio entre sus cuerpos con un abrazo, y el espacio entre sus rostros con un beso. El atardecer caía casi extinguiéndose mientras olvidándose del mundo ellos continuaban con aquel beso, ahora ya nada estaba mal, y quien quisiese intervenir en su tranquilidad seguramente no podrían, nadie les atraparía. Se separaron para mirarse a los ojos cada uno dedicándose la devoción que el otro merecía, hasta que de nuevo se besaron lenta y cariñosamente.
La próxima vez que alguien dijese que perderse era lo peor del mundo... entonces alguno tendría que decirle que no era del todo malo... no, claro que no...
CcCcCcCc F I N cCcCcCcC
CcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcC
... ... ... ¿Eso no se lo esperaban verdad?... pues ahí lo tienen ¡Un final sorpresa! .¿Porque sorpresa? Porque nunca les dije que ya se iba a acabar (la verdad es que se me paso jajaja) pero como sea ¿Qué les pareció? No, no me digan por favor y por piedad porque yo se que me quedo pésimo, si, claro que si. Hice todo lo que estuvo al alcance de mis patéticas manos para dejar este fanfic lo mejor posible pero como ya ven me fallo. Y pues... ¡Se me acabaron estas vacaciones!... ósea me refiero a que se me acabo este fanfic, que era para relajarse y sonreír por tantas tonterías y miel que ponía, pero bueno yo espero que haya sido de su agrado a pesar de lo extraña y absurda de la trama, y de lo barato y chafa que me quedo ese final. Waw no tengo más diálogos hacia mi defensa. Todas las promociones-gangas xD que tenía que hacer ya las hice en "Una gota de Lluvia" así que creo que ya no me queda nada más relevante para decir solo que ¡Sigan leyendo mis otros fics! Jajajaja yo siempre con mi publicidad barata hacia mi misma (si, que patética soy) Sobre lo del lemon que no hice... lo lamento! Jajajaja ahí se los debo para otro fanfic... digo la vida no siempre van a ser lemons (waw que diablos adoro los lemons pero este si no supe como hacerlo XD) así que pido me disculpen ya por ahí las recompenso (y ustedes saben que yo cumplo con eso) y como lo dicta mi reglamento, ahora agradeceré sus lindos reviews que me han dejado n.n
Naru Narusegawa Hiwatari
Auras Hayumi
Rika no miko
Kaila Hiwatari Kon
Hae Uchiha
NeKoT
Shiroi Tsuki
Asuka-chan
Konoto-chan
Kira-su
KuMiKo
Y pues a todas las que se han tomado la molestia de leer este fanfic, les estoy muy pero muy agradecida porque bien saben que es gracias a su apoyo que yo sigo escribiendo ¡GRACIAS POR LEER!
Atte.
╬ Celen Marinaiden. "...Soy una soñadora... que algún día volara con sus propias alas..." ╬
