El silencio era perturbador. Ni siquiera osaban respirar. Todos los ojos estaban puestos en la terrible escena que se desarrollaba en su delante: Un hombre de rodillas, frente al cuerpo sin vida de su esposa. Él lloraba inconsolable y ninguno de sus colegas se atrevían a acercarse en ese momento pues no sabían que decir o que hacer para consolarlo.
La imagen que tenían delante era terriblemente familiar. Una mujer sentada en el suelo, con sus muñecas atadas tras del tronco de un árbol por gruesas cuerdas, al igual que sus tobillos. Otra cuerda mantenía su rostro erguido, mirando al vacío. Y así como las otras víctimas, su pelo estaba cortado casi al ras de la nuca y en su pecho, dibujado sobre su piel con sangre, un número doce. La diferencia era que esta vez la víctima era conocida por todos. Akari, la esposa del detective-jefe Ryoga.
EVIDENCIAS
Capitulo 4
Secretos y mentiras -
Ema estaba adolorida. La última paliza había sido la peor hasta ahora y mal podía moverse sin emitir gemidos. Esta vez su raptor parecía más alterado que lo normal. Sus ojos... Recordarlos la hacía estremecer. El hecho es que esta vez el hombre estaba realmente furioso y descargó todo su odio en el cuerpo de Ema. Él gritaba maldiciones contra la policía, lo que hizo a Ema alegrarse un poco. Tal vez la policía al fin tenía alguna pista y sería rescatada. Tal vez...
En el parque los reporteros, alertados por las comunicaciones de radio de la policía, empezaron a llegar en bandos y no tardaron en encontrar un policía dispuesto a recibir una suma de dinero por información de la identidad de la nueva víctima. Cuando el nombre de Akari Hibiki fue mencionado, gran conmoción se ocasionó y algunos reporteros inmediatamente empezaron a divulgar la noticia para la TV local, declarándola como la nueva víctima del asesino, como un acto de venganza de su parte contra las declaraciones del detective-jefe el día anterior.
Ranma, Akane y Mouse estaban cerca a Ryoga, sin dirigirle la palabra. Todos sabían que no había nada que hacer o que decir para consolar a su amigo en aquel momento y que lo mejor era quedarse cerca para, al menos, evitar que alguien lo fuera a molestar.
No pasó mucho tiempo antes de que el coche del Instituto Médico Legal llegara al local para llevarse el cadáver de Akari, pero esta vez todo era diferente. El respetuoso silencio de todos los que participaban en esa operación demostraba los sentimientos de solidaridad. Uno de sus miembros había sido involucrado directamente y siempre en esos casos todos los policías, peritos médicos y técnicos de la investigación tomaban el dolor del colega como propio. El riesgo de su profesión era recordado por todos en aquel momento.
Los médicos legistas llevaron el cuerpo hasta el coche, siendo acompañados por Ryoga, que insistía en ir con ellos hasta el Instituto Médico Legal donde se realizaría la autopsia. Frente a su decisión el comisario empezó su ola de protestas, insistiendo en que debería regresar a casa y descansar.
No hay más que puedas hacer por ahora, Ryoga. Has tenido un gran shock y debes de ir a casa a descansar. Sabes que haremos nuestro mayor esfuerzo por localizar al asesino – el comisario puso una mano en su hombro – Quiero que te vayas ahora. Mouse te llevará a casa – y diciendo esto le hizo una señal a Mouse para que se acercase – Y quédate en casa hasta que te llame. Prometo que te comunicaré de cada detalle de la investigación y de cada avance.
Ryoga sólo movió la cabeza y se dirigió al coche que Mouse señalaba. Antes de que Mouse entrara al coche el comisario le jaló del brazo, reteniéndolo.
De ninguna manera le dejes prender la televisión. Seguramente el asesinato de Akari va a aparecer a toda hora y lo último que Ryoga necesita es ver esa clase de noticias.
Tranquilo. Lo estaré vigilando. – y volteándose de manera casi brusca, completó – Manténganme informado de todo, ¿Si?
Hecho – respondió lo comisario – Ahora vete y hazlo descansar.
Ranma y Akane observaban todo desde una distancia más amplia. Pasaron unos minutos antes de que Ranma rompiera el silencio.
Hay algo malo en todo esto… - dijo muy serio, mirando hacia el lugar donde antes había estado el cuerpo, Akane miró hacia allí también, intrigada.
¿Exactamente de que hablas?
Es una corazonada… No lo puedo explicar muy bien… Pero hay algo que me incomoda. Mejor nos vamos a la comisaría y buscamos más pistas en los informes que tenemos.
Alguien tiene que conseguir información de Ryoga… Saber donde estaba ayer Akari y con quien… Cualquier cosa que nos ayude.
Mouse está ahora con Ryoga, seguramente que se va a encargar de eso. Salgamos de aquí.
Durante el trayecto a la comisaría, Ranma se mantuvo en completo silencio, mirando a través de la ventana. Su mirada distante le hacía percibir a Akane que seguía pensando en el crimen, y no es que ella no estuviera pensando en eso también, sólo que a Ranma le molestaba algo y Akane estaba muy curiosa de saber lo que tenía en mente.
Frente a la comisaría había una horda de reporteros que esperaban por cualquier información. Sus cámaras buscando la mejor posición para las tomas.
Una Ukyo muy pálida los esperaba ansiosa en la recepción y mientras Akane y Ranma se dirigían al escritorio les iba alcanzando toda la información recibida.
Hoy en la mañana se descubrió una carta dirigida a Ryoga que fue dejada ayer en la portería, ya casi al anochecer. La recepcionista la guardó para entregársela pero se le olvidó avisarle a la del turno noche quien recién la vio hoy en la mañana y ya sabiendo del asesinato de Akari llamó a los peritos para que buscaran el sobre porque no quería tocar nada.
Chica lista. ¿Y ya hay alguna pista? – preguntó Ranma sin dejar de caminar.
Aún nada, pero ya le avisé a Izume para que nos avise si descubre alguna cosa por pequeña que sea.
Pues si el maldito dejó alguna evidencia, Izume la va a descubrir… Lo que tiene de rara lo tiene de lista – y volteando hacia Akane añadió - ¿Qué tal si te comunicas con la emisora para saber si K. Genzai ya llegó a Tokio?
Eso haré – contestó Akane mientras buscaba el teléfono.
Yo iré a llamar a Mouse, a ver si consiguió sacarle alguna información a Ryoga.
La música estaría resonando por todo el lugar sino fuera porque la estaba oyendo a través de audífonos. Nadie en el laboratorio entendía como la chica conseguía concentrarse con un ruido tan infernal. El hecho era que ella sólo escuchaba rock pesado y música grunge y tenía todas las características de una fan del género. El pelo en complicados peinados que parecían ser de los que tomaban horas hacerlos, grandes aretes de plata a juego con pulseras, anillos y collares que usaba siempre, el maquillaje era cargado y en tonos oscuros que la hacían parecer un personaje de las películas de Tim Burton… Pero con el tiempo las personas del laboratorio acabaron acostumbrándose a sus excentricidades especialmente por su genialidad y es que en el poco tiempo que había estado allí había demostrado un talento innato y una gran intuición que tenía un gran margen de aciertos en su trabajo.
"Bien, muy bien" – pensaba la chica mientras terminaba el análisis del sobre que le habían entregado hace unas horas – "Interesante… Sin duda interesante…" – la chica se paró un instante mirando al vacío mientras mascaba su chicle, otra de sus manías, mascar chicle mientras pensaba, ya que, según si misma, mantener un músculo en movimiento siempre le ayudaba a pensar – "Reacciona chica, reacciona" – de repente saltó de la silla y con un grito que asustó a todos exclamó - ¡EUREKA! ¡ES CLARISIMO! ¡COMO NO LO NOTE ANTES! Hay veces que soy lenta… - y antes de explicarle a sus colegas lo que había descubierto Izume salió corriendo del lugar.
¿Y cómo está Ryoga, Mouse? – preguntó Ranma preocupado.
Bajo las circunstancias diría que está lo mejor posible. Apenas llegamos empezó a darle puñetazos a la pared y a lanzar maldiciones, no se como no se rompió la mano. Esperé a que se calmara y platicamos un rato sobre lo ocurrido ayer. Me dijo que Akari tenía un compromiso, al parecer una cena para recaudar fondos para la construcción de una escuela en Zimbabwe y que le había avisado que pasaría allá la noche con su equipo y que sólo regresaría a casa por la mañana. Ryoga buscó la agenda de teléfonos y llamó a una de las compañeras de Akari – Mouse hizo una pausa para revisar sus anotaciones – Arisa Saito, ella nos dijo que Akari llamó a media tarde para avisar que iba a llegar tarde pero no llegó a la reunión, también nos dijo que llamó al móvil de Akari varias veces pero sin resultado. Akari nunca había faltado a un compromiso y todas estaban muy preocupadas y que recién se enteraron de lo ocurrido hoy por los noticieros. Dejó su dirección y de otras cuatro compañeras por si es necesario… ¿Y ustedes? ¿Han descubierto algo?
Aún nada. Akane fue a averiguar si la actriz esa ya regresó de Tokio… ¡Ah, si! Apenas llegamos Ukyo nos avisó de un sobre dirigido a Ryoga, el sobre y la carta ya estás siendo analizados en el laboratorio, a ver si descubren alguna pista.
Muy bien, Ryoga está descansando en su habitación. Le obligué a tomar un poco de whisky e ir a acostarse.
Es lo mejor, te avisaré apenas descubramos algo más.
Vale, estaré a la espera.
Antes de que Ranma colgara el teléfono el huracán Izume irrumpió en la sala casi chocando con Akane que regresaba en ese preciso instante.
¡Chicos, descubrí algo! El tipo finalmente cometió un error… - dijo la chica, contenta, llamando la atención de Ranma y Akane.
¿Qué descubriste? – gritaron al unísono.
Pues… Miren… - con un movimiento brusco Izume colocó el sobre y la carta sobre la mesa, ambos seguros en un estuche de plástico para evitar la contaminación. Ranma y Akane se inclinaron para leer el contenido de la carta la cual había sido hecha con recortes de palabras de periódicos y revistas pegadas toscamente en el papel.
No sabes con quien te estás metiendo cerdo maldito. Te crees demasiado listo pero te probaré que no lo eres. Déjame en paz y estarás a salvo. No te lo volveré a decir – leyó Akane en voz alta y girando hacia Ranma completó – seguro que es del maniático, está amenazando a Ryoga por la entrevista.
Eso parece… - contestó Ranma muy serio, una arruga formándose en su frente, como si estuviera tratando de sacar ideas de su cerebro a la fuerza - … eso parece… – repitió
¿Y qué descubriste, Izume? – preguntó Akane.
Pues… buscaba huellas digitales ya que el sujeto usó goma y por lo general siempre dejan alguna marca durante el manoseo, pero no había nada, como siempre había sido cuidadoso de ese detalle… Entonces se me ocurrió que podía haber dejado otras marcas y en eso ahondé. Decidí hacer un análisis químico del papel y del sobre extrayéndoles un pedacito a cada uno para intentar encontrar alguna cosa por pequeña que fuera. La verdad es que ni yo sabía a ciencia cierta lo que buscaba, era sólo una corazonada… – como los chicos no hacían ningún comentario sobre su famosa intuición, Izume continuó con su narrativa - … lo que pasa es que encontré vestigios… - hizo una pausa como queriendo crear suspenso - ¡¡¡Y adivinen lo que encontré! – gritó exaltada – Ranma y Akane permanecían en silencio, Izume hizo una mueca de disgusto – Vaya público cautivante que son ustedes… En fin, encontré… - la chica hizo una nueva pausa dramática - NITRATO DE PLATA, SULFATO FERROSO y TIOSULFATO SÓDICO – anunció con un grito mientras levantaba los brazos haciendo con sus manos la señal de victoria.
Ranma y Akane permanecían en silencio, con un gran signo de interrogación en sus caras. El silencio duró como tres segundos, hasta que Ranma reaccionó.
¡Y ACASO TENGO CARA DE SABER QUE PORQUERIAS SON ESAS! – la pequeña vena que se formó en el cuello de Ranma demostraba claramente que estaba al límite de su paciencia, la cual normalmente ya era poca. Izume suspiró frustrada.
¿Nunca oyeron hablar de cianuro de potasio o ácido pirogálico? – preguntó Izume mientras volvía a masticar su chicle con fuerza renovada.
¿Y QUE DIABLOS TIENE ESO DE ESPECTACULAR?
El comentario de Ranma hizo que la chica elevase su rostro al cielo como si le hablase al Todo Poderoso.
Perdónale, Padre, porque no sabe lo que dice…
Ahora fue Ranma quien suspiró y volteando hacia Akane habló suavemente – Ayúdame Akane o le voy a pegar a esta chica… - Akane sólo le sonrió y poniéndole una mano en el pecho lo alejó delicadamente, poniéndose al lado de Izume.
Ya notamos que hiciste un gran descubrimiento, pero lamentablemente no todos tenemos tu gran capacidad mental – el comentario de Akane hizo brillar los ojos de Izume con satisfacción – Ahora explícanos en un lenguaje que podamos entender.
Busca a un fotógrafo – respondió Izume con sencillez.
¿Un fotógrafo?
Nitrato de plata, sulfato ferroso y tiosulfato sódico son usados para el revelado de fotografías. Hoy en día las tiendas de revelados tienen equipos automáticos y los empleados prácticamente no tienen contacto con los agentes químicos del proceso. Este tipo debe tener su propio cuarto oscuro y hace sus revelados de forma manual, así que hay mucha probabilidad de que el maniático del parque sea un fotógrafo.
La declaración de Izume hizo saltar a Ranma de alegría y en un gestos súbito abrazó a la chica y la giró en el aire mientras gritaba y ella protestaba.
Eres la mejor – le dijo mientras la dejaba en el suelo y la besaba en la mejilla, haciéndola sonrojar y luego empezó a caminar rumbo a la puerta a la vez que jalaba a Akane - ¿Y la actriz?
Ya volvió y nos está esperando – contestó Akane, jadeando, dada la prisa que llevaba Ranma y así salieron corriendo hacia el garaje, dejando tras si a una chica aún aturdida que mascaba su chicle mientras trataba inútilmente de arreglarse el cabello.
Y a mi me dicen rara…
Ranma, vas a arrancarme el brazo… - se quejó Akane, haciendo que Ranma la soltase y empezase a caminar más despacio.
Lo siento, Akane. Creo que me emocioné con todo esto. Es la primera vez que tenemos una pista concreta sobre la identidad de este tipo y… bueno… ¡Me entusiasmé!
Yo también estoy feliz y no por eso ando comportándome como loca. Mira, por si las dudas… YO voy a manejar – Ranma asintió a las justas, como si aún estuviera bajo el efecto de la adrenalina y se sentó en el asiento del copiloto.
Al llegar a la emisora de televisión fueron recibidos discretamente por el asistente de K. Gensai, tal y como habían acordado por teléfono. Ninguna de las partes quería publicidad, la actriz por no querer que su nombre fuera involucrado y la policía por tratar de ocultar la información que tenía de los medios públicos.
La mujer estaba evidentemente nerviosa cuando Ranma y Akane entraron a su camerino y con una mirada le indicó a su asistente que no debía de permanecer presente durante la entrevista. El joven salió lo más silenciosamente posible mientras que la actriz les señalaba un sofá y se encaminaba a un sillón personal. Ranma y Akane se sentaron y esperaron a que la mujer se acomodase y tranquilizase para empezar con las preguntas. Como adivinando las intensiones de los dos detectives, ella empezó a hablar con una suave y melodiosa voz.
Ayer recibí un comunicado que unos detectives querían hablar conmigo. Confieso que me quedé muy sorprendida…
Pues bien, señora Gensai, supongo que ya ha escuchado algo sobre el maniático del parque… - dijo Ranma con cautela, observando la reacción de la mujer ante la información. Ella se estremeció ligeramente.
¿Y quién en Japón no sabe sobre eso? Fueron crímenes terribles, sólo que no se me ocurre que tengo que ver yo con ello…
Pues nuestras investigaciones nos llevaron hasta su nombre – continuó Ranma – Creemos que el asesino tiene alguna obsesión por usted y venimos a investigar si es que ha recibido alguna carta, teléfono o mensaje que pudiera identificarlo.
¡Oh! Lo que pasa es que recibo centenares de mensajes a diario, por lo general no los leo todos y eso de la obsesión…
Tranquila señora Gensai – interrumpió Akane – Ahora que los sabemos habrá una escolta policial para acompañarla hasta el final de las investigaciones.
Eso no será necesario, la emisora ya tiene guardaespaldas para estas situaciones. Estoy bastante conmocionada y quisiera saber que puedo hacer para ayudarles.
Sólo le pedimos que intente recordar si recibió algún tipo de correspondencia que le llamase la atención, algún tipo de pedido insistente o que demostrase una admiración excesiva.
Nada que pueda recordar, lo siento mucho, si quieren les puedo dar la correspondencia de los últimos tres días, no tengo las anteriores – dijo sonrojada – me deshago de ellas cada cierto tiempo… No quiero que piensen que no me gustan los fans, es sólo que no tengo donde guardar tanto papel, lo siento.
No se preocupe señora Gensai, con la correspondencia que tiene guardada estará bien.
Por favor, dejen la formalidad, pueden llamarme Kodachi.
Muy bien seño… Kodachi – corrigió Akane ante la mirada severa de la mujer – Y sobre los de la emisora ¿Ha observado algún comportamiento extraño de alguno de ellos? Los asistentes, administradores, o cualquiera del estudio… especialmente los fotógrafos…
¿Fotógrafos? – preguntó Kodachi en un susurro.
¿Conoce alguno?
Si… - su voz se volvió temblorosa y ronca… y dudó antes de seguir hablando – Mi hermano, él es fotógrafo.
¿Su hermano? – exclamó Akane con sorpresa – ¿Y cómo se llama?
Tatewaki…
¿Tatewaki Gensai? – pregutó Ranma, haciendo anotaciones.
Tatewaki Kuno – corrigió la mujer – Gensai es mi apellido de casada.
¿Y cuando vio a su hermano por última vez?
Hace cinco años, cuando me casé…
¿Y luego ya no supo más de él?
Él no aprobaba mi matrimonio…
Notando lo incómoda que estaba Kodachi por el rumbo que estaba tomando la entrevista, Akane quiso tranquilizarla para que se sintiera más cómoda y seguir con el interrogatorio.
Primero hay que aclarar que no tiene por que preocuparse. Tenemos que examinar todas las posibilidades y a cualquier sospechoso. Lo más seguro es que sea un fan obsesionado ya que busca víctimas que tienen semejanza física con usted – ante este último comentario de Akane, Kodachi rompió a llorar copiosamente.
Por favor, no queremos ponerla nerviosa. No estamos acusando a su hermano.
¿Es que no entienden? Estoy segura de que él sería capaz de matar a esas chicas…
Sentía que la lucidez se le colaba entre los dedos y estaba suprimiendo las ganas de gritar histéricamente como había estado haciendo las últimas horas. Estaba sentada en el suelo, abrazando sus piernas mientras se balanceaba de adelante hacia atrás. Se encontraba en una completa oscuridad ya que para castigarla por su último intento de pedir ayuda, su secuestrador la había dejado sin luz para 'reflexionar' como dijo el perro.
Aún mantenía las esperanzas. La idea del caño, aunque no surtiera efecto, le había despertado las ganas de seguir viviendo. No iba a claudicar. Estaba cansada, hambrienta y la cabeza le empezaba a dar vueltas. Quería pensar de manera razonable, pero estaba demasiado cansada y sólo tenía ganas de cerrar los ojos y dormir. Lo malo era que últimamente sólo tenía horribles pesadillas en las que el tipo la torturaba más y más.
"El maldito ya invadió mi mente…"
Ranma y Akane corrían por los pasillos de la emisora de la televisión, cada uno con su móvil, informando lo descubierto.
Pues si, comisario, Kodachi Gensai nos dio la dirección de la casa de su hermano y hay mucha probabilidad de que sea él. La casa está cerca al parque y Gensai nos informó que tiene una bodega de vino en el sótano, construida de piedra para mantener baja la temperatura y el aire húmedo para la conservación de las bebidas – el comisario seguía en silencio mientras escuchaba a Ranma al tiempo que hacía gestos a los demás dándoles a entender que algo importante estaba pasando. Ukyo notó que el comisario necesitaba hacer anotaciones y le pasó un papel en las que el comisario anotó la dirección y las órdenes inmediatas, apenas terminó de escribir le pasó el papel a Ukyo quien lo leyó y abrió los ojos al leer el contenido. Escrito en enormes garabatos se distinguía claramente lo siguiente:
"Tenemos al mal nacido. Que todos los detectives disponibles vayan a New Kokusai Building, 3-4-1, Marunoychi – Chyoda Ku, Tokio" – el rostro de Ukyo se iluminó de inmediato y se dispuso a pasar las órdenes a los detectives que se encontraban presentes.
Apenas terminó de pasar las órdenes del comisario, Ukyo se dirigió a su oficina para hacer una llamada. Estaba muy ansiosa y esperó nerviosa hasta que escuchó una voz del otro lado de la línea.
Residencia Hibiki.
¿Mouse? Es Ukyo. Te llamo para avisar que Ranma y Akane encontraron a un sospechoso y que al parecer es el culpable ya que el comisario mandó a todos los detectables disponibles en su busca.
¿Estás segura? ¿Cuándo pasó?
En este instante, hace dos minutos que se fueron.
¿Y dónde queda su casa?
La verdad es que está muy cerca de la casa de Ryoga… Si es que puedes ve para allá, para reforzar a los equipos. Anota la dirección.
Mouse anotó la dirección a prisa, mientras hacía comentarios sobre la localización. Lo cierto es que estaba muy cerca y aún no sabía si podría ir a ayudar o no. No sabía si podía dejar a Ryoga a solas. Recibida la información se despidió de Ukyo y se quedó con el teléfono en mano, viendo la dirección que tenía en el papel. Mientras divagaba entre si ir o no ir escuchó que alguien colgaba un anexo del teléfono. El ruido lo sacó de su estado de estupor, alguien había escuchado la conversación con Ukyo, e instintivamente fue a la habitación de Ryoga, encontrándola vacía.
Mierda – vociferó y de inmediato fue a buscar las llaves de su coche.
¿QUE? – gritó Akane al teléfono, dejando a Ranma curioso, pero no por ello perdió su concentración en la calle… Ya manejaba bastante mal y si tuviera que prestarle atención a todos los gritos de Akane seguro que se volvería loco - ¿Cómo rayos pasó eso? – Akane seguía hablando sin explicarle nada, dejando a Ranma aún más curioso mientras alternaba su mirada de la chica a la calle, situación que le dejaba bastante incómodo. En una de esas no se percató de un pequeño agujero que estaba en la calle y a la velocidad que iba el coche saltó e hizo que Akane se golpeara la cabeza contra el techo. La joven, sin dejar de conversar, le lanzó una mirada feroz haciéndole saber a Ranma que no manejaría durante el trayecto de regreso a la comisaría.
¿Qué pasa? ¿Quién llamó? ¡Dime algo pe'! – gruñó molesto, Akane no le hizo caso. Ranma apretó más el volante deseando que fuera el cuello de la chica. Odiaba quedarse con curiosidad. Akane colgó el teléfono, suspirando, lo que le dejó más inquieto.
¿Y entonces? – preguntó molesto.
¡Tenemos otro problema! Ryoga escuchó donde está ubicada la casa del maniático y escapó. Debe estar camino allá, y con mucha rabia contra el tipo. Tenemos que llegar antes que él o temo lo peor.
Después del último comentario de Akane, Ranma tragó saliva y aceleró más, aumentando la velocidad pero no antes de resbalar en una curva y derribar un buzón de correo.
Oyeeeeee – protestó Akane – te dije que la idea es llegar pronto… ¡Y VIVOS!
Ranma sólo gruñó.
Ema despertó asustada, se había quedado dormida y un gran ruido la había despertado. No conseguía entender del todo lo que estaba pasando, sólo escuchaba gritos ahogados y lo que parecía una persecución.
"Tal vez alguien haya encontrado este lugar… Puede que sea el rescate…" – pensó esperanzada, corriendo hacia la puerta para gritar por ayuda, pero se detuvo apenas llegó – "¿Y si no es la ayuda? ¿Y si es el maldito perro haciendo todo ese ruido? Si grito pidiendo ayuda seguro me golpeará y ya no aguanto más" – y temerosa se recostó en la puerta tratando de identificar los sonidos del otro lado.
Más gritos, y ahora conseguía distinguir la voz de su captor, pero no comprendía lo que decía. El hombre hablaba demasiado rápido y de una manera casi histérica como para entendérsele – "Entonces hay alguien más…" – se concentró tratando de entender lo que decían y pronto abrió los ojos por la impresión, pero antes de que pudiera reaccionar escuchó el resonar de dos tiros…
¿Qué fue eso? – preguntó Akane, atónita.
Tiros. De dentro de la casa… Tenemos que apurarnos – contestó Ranma mientras se estacionaba y salía del coche seguido por Akane. Al mismo tiempo un coche se estacionaba atrás suyo y un nervioso Mouse apareció tras ellos.
¿Fueron tiros los que escuché? – preguntó afligido.
Si. No podemos esperar a los demás. Entremos y verifiquemos que Ryoga esté bien.
Los tres sacaron sus armas y caminaron cautelosamente hacia la entrada de la casa que ahora se sumía en el silencio. Akane se acercó a una de las ventanas y evitando el ser vista espió el interior pero no visualizó a nadie.
Está limpio, podemos pasar – los dos hombres se acercaron a la puerta sin bajar la guardia, Mouse a un lado y Ranma por el frente. En un movimiento coordinado, Mouse intentó abrir la cerradura pero estaba cerrada así que le hizo una señal a Ranma que abrió la puerta de una patada sin bajar si arma y enseguida entraron los tres en busca del maldito maniático y de Ryoga.
No hay nada aquí –gritó Mouse desde la cocina, mirando la puerta que daba al patio que se encontraba cerrada con llave desde el interior – por aquí no pasaron.
Aquí también está limpio – anunció Ranma desde otro lado de la casa, estaba en un dormitorio femenino con fotos de Kodachi en pequeños portarretratos puestos en una cómoda y la cama estaba atiborrada de animalitos de peluche – debía de ser la habitación de Kodachi que su hermano había mantenido intacta…
¡CHICOS! Encontré una puerta que da la sótano – clamó Akane, haciendo que los dos hombres fueran hacia ella.
Con precaución abrieron la puerta y al no ver a nadie empezaron a bajar uno tras el otro con las armas en alto por cualquier eventualidad. Era una escalera pequeña y la bajaron con rapidez y la escena que encontraron los dejó asombrados.
Ryoga estaba de pie, sosteniendo su arma, un hombre yacía en el suelo, en un charco de sangre, su propia sangre. Cuando escuchó los pasos en la escalera volteó y con una mirada perdida les dijo:
Pensé que iba a sacar un arma… - Ryoga miraba al vacío y percibieron que estaba en shock, se le acercaron despacio y Ranma le habló lentamente, sin hacer movimientos bruscos.
Todos está bien ahora, Ryoga. Estábamos preocupados – y estirando la mano aferró el arma de Ryoga – Ahora dame el arma ¿Vale? Ya no la necesitas, sólo dinos lo que pasó.
Escuché la llamada de Ukyo y pensé… - Ryoga hizo una pausa, mirando tristemente a sus colegas - … yo sólo pensé en encontrar al maldito que mató a Akari y todo se nubló, ya no reaccioné más, sólo pensaba en que tenía que encontrarlo… Creo que quería ser el primero en llegar y darle una paliza… Pero cuando entré a la casa bajé hasta aquí y le vi que puso una mano en la espalda y pensé que sacaría un arma y disparé…
Tranquilo Ryoga – dijo Mouse acercándose a su amigo – el comisario y los demás van a entender que fue en legítima defensa. Nadie puede exigirle a un policía que espere a que le apunten al rostro para reaccionar.
Pero él no estaba armado – dijo Ranma mientras examinaba el cuerpo con cautela. El maniático no tenía ningún arma consigo, el cadáver tenía los ojos muy abiertos, por sorpresa o por espanto – Tal vez no imaginó que había sido descubierto… Mouse, busca el equipo y empecemos con la investigación.
Akane aún estaba en silencio, mirando las docenas de fotos puestas en la pared. Todas fotos de Kodachi. Ella de niña, con un vestido lleno de lazos, con un gatito en brazos y ya con unos quince años… Mantenía la misma apariencia pero más madura. Había otras fotos, en una cama con varios peluches a su alrededor, con un gran ramo de flores en las manos y varios recortes de revistas y periódicos de cuando ya era actriz. Sobre una especia de altar habían unas velas y pequeñas notas escritas a mano. Algunos papeles ya estaban viejos y rotos, como si hubieran sido escritos hace mucho. Sin tocarlos para no contaminar las pruebas, Akane se puso a leer un poco de lo expuesto:
Eres mía, siempre mía. Sólo te tengo a ti y nadie más me importa – y girando hacia los chicos continuó - ¿Escucharon eso? Le escribía esas cosas. Es espeluznante, las fotos, las velas, el altar… - en ese momento Mouse llegó con el equipo y buscó los guantes para poder examinar las evidencias. Ahora, con varias bolsas plásticas, iba recolectando y etiquetando cada papel y foto que encontraba en el altar. Tras un cirio Akane encontró un cuaderno y mirándolo con cuidado empezó a examinarlo con curiosidad, era un diario, sería muy útil para las investigaciones. Guardó el diario en otra bolsa y metió todas las pruebas encontradas en una maleta que había traído Mouse. De pronto, entre las sombras, algo más llamó su atención – Chicos… ¿Notaron que allá hay una puerta?
El ruido de los tiros habían aterrorizado a Ema quien se había refugiado en una esquina oscura de la habitación. La situación angustiante que había vivido en los últimos días, aunada al choque de los últimos acontecimientos, la habían puesto a temblar y a encogerse abrazando sus piernas, llorando quedamente. Escuchó un ruido en la puerta y se encogió aún más. La luz que penetraba por la puerta casi la cegaba por todo el tiempo que había pasado a oscuras y colocó una mano delante de sus ojos. Poco a poco vislumbró una figura, pero no era la de su captor, era pequeña y caminaba lentamente en su dirección, escuchó una voz y tardó en comprender las palabras.
Tranquila. Soy de la policía y estoy aquí para ayudarte – y tocándole la frente hizo que Ema la mirase a la cara – ¿Estás herida? ¿Puedes caminar? – la chica se levantó sin emitir palabra y a pesar de la poca luz, Akane puedo notar la gran cantidad de moretones y cortes que tenía la chica en el cuerpo y se estremeció – Ahora vamos a salir, allá afuera hay otros dos policías que van a ayudarte ¿Vale? – y viendo que la chica hacía un gesto afirmativo pasó una mano por su cintura, para ayudarla a caminar.
Al salir de la habitación la luz le dio de lleno a Ema quien retrocedió y protegió sus ojos con un brazo, Akane continuó sosteniendo a la chica mientras los chicos las miraban sorprendidos.
La encontré allá. Está muy lastimada y necesita asistencia médica.
Cuando se acostumbró a la luz Ema bajó su brazo y miró los alrededores. Además de la chica habían otros tres hombres. Uno estaba inmóvil en una esquina, como perdido en sus pensamientos, otro estaba con una cámara fotográfica en las manos y el tercero estaba agachado delante de un cuerpo. Miró al cuerpo y lo reconoció de inmediato, gritando con pánico. Akane la abrazó e intentó tranquilizar a la chica.
Ya todo está bien, no te puede lastimar… Ahora necesito saber si fue ese hombre quien te raptó y te trajo aquí.
Si – respondió Ema susurrando – es él – y desvió la mirada, todo el cuerpo le temblaba. Sentía nauseas y las piernas le fallaban. Estaba a salvo, no iba a morir, regresaría a casa y finalmente retomaría su vida. Notó que la chica le seguía hablando.
¿Cómo te llamas? ¿Puedes decirme tu nombre?
"Mi nombre…" – se estremeció con los recuerdos de las torturas – "No puedo decir mi nombre… decir mi nombre me va a lastimar… ya no tengo nombre…" – todo empezó a volverse oscuro y Ema balbuceó – Soy duodécima – exclamó con un sollozo, pero luego recordó que el infeliz estaba en el suelo, muerto y reuniendo todo lo que le quedaba de fuerzas miró fijamente a Akane y respondió – Soy Anzai Ema – y se desmayó.
Ranma corrió para sostener a la chica mientras le decía a Mouse que llamase a los médicos pero antes de que Mouse marcase su móvil escucharon pisadas en el piso superior. Los refuerzos habían llegado.
Las investigaciones transcurrieron rápidamente, una ambulancia llevó a Ema al hospital y Mouse llevó a Ryoga de regreso a su casa tras las advertencias de Ranma.
Conoces el protocolo, Ryoga. Mataste al sospechoso y no hay testigos. Tienes que entregar tu arma y distintivo hasta que se investigue lo que pasó y confirmen que fue en defensa propia. Lamento que tengas que pasar por esto, amigo, pero algunos pueden insinuar que lo mataste por venganza. Lo mejor es aclarar todo lo más pronto posible. Mouse, llévalo a su casa y después ve a la comisaría que tenemos mucho que investigar.
Después de que partieron, Akane se acercó, preocupada.
¿Crees que Ryoga va a ser juzgado por homicidio?
Él vino sin permiso, enfrentó sólo al sospechoso y lo mató. Todos van a relacionar eso con el asesinato de Akari y eso complica la situación de Ryoga. Lo que tiene a su favor son sus años de servicio y un historial completamente limpio y respetable. Es uno de los mejores detectives que tenemos… ¿Ya recolectaron todas las evidencias?
Si, todo guardado y rumbo a la comisaría.
Entonces ahora nos toca descubrir todas las conexiones del caso.
Vale, pero antes de que digas algo más… ¡YO manejo! – dijo Akane con fingida molestia, haciendo que Ranma sonriese travieso.
Eso ya lo sabía…
Cuando llegaron a su oficina las evidencias ya estaban sobre la mesa, aún en las bolsas plásticas y con las etiquetas que indicaban donde habían sido encontradas y con anotaciones extras en algunos casos.
Ukyo entró trayéndoles los primeros informes de la autopsia. Una investigación preliminar determinó que los tiros fueron a quemarropa, de 40cm a 1 metro de distancia. La chica permanecía en la oficina, como ansiando preguntar algo y al mismo tiempo no queriendo interrumpir a Ranma y Akane que ya separaban las evidencias. Ranma notó el nerviosismo de Ukyo y volteó hacia ella.
¿Qué pasa, Ukyo?
Pues… Quería saber… en qué situación se encuentra ahora Ryoga. Estaba pensando y eso de los tiros a quemarropa me dejó preocupada… lo podrían culpar…
Aún no hay motivo para preocuparse, Ukyo. Además todos aquí en la comisaría le tenemos mucho respeto y admiración a Ryoga, créeme que nadie va a buscar nada para condenarlo, al contrario, todos los esfuerzos son para buscar algo que sea a su favor ¿Más tranquila?
Si, si. Me siento mucho mejor sabiendo eso.
Hey, chicos… - Mouse entraba a la oficina trayendo unos papeles en las manos – el detective que fue a entrevistar a las compañeras de Akari entregó sus informes ahora. Habló con cinco de ellas y todas le dijeron lo mismo, que Akari avisó que llegaría un poco tarde pero que nunca llegó así que la llamaron al móvil y a su casa pero que nadie contestaba.
¿A su casa también? – preguntó Ranma, confundido – Había entendido que Ryoga estaba en su casa aquella noche… No mencionó que estuviera fuera de casa…
Oh, kami… - exclamó Ukyo - ¿Eso es malo?
Yo diría que no fue bueno que Ryoga nos ocultase algo…
Yo… él… pues… - Ukyo parecía aturdida y temerosa – Lo que pasa… - tragó aire – Es que Ryoga estaba conmigo… - y ante el estupor de los demás prosiguió – Ryoga y yo tenemos una relación desde hace unos años… y como Akari iba a pasar la noche fuera, se quedó conmigo en mi departamento.
¿Tú y Ryoga? ¡Pensábamos que estabas con Mouse! – exclamó Akane.
¿Conmigo? – Mouse parecía el más sorprendido y Ukyo continuó con su relato mientras movía las manos con nerviosismo.
Yo nunca dije que estaba con Mouse, eso lo asumieron ustedes… Simplemente no aclaré nada porque temía que descubriesen la verdad y Ryoga no quería que nadie supiera lo nuestro – Mouse dio un silbido mientras movía la cabeza con decepción.
Pues creo que es hora de que entreguemos nuestros distintivos. Que gran mierda de detectives somos. ¡Todo esto pasó bajo nuestras narices durante años y nadie se dio cuenta! – Ukyo se puso completamente roja por el cometario.
Teníamos siempre mucho cuidado, lo siento – dijo con pesar.
No te preocupes, Ukyo, comprendemos ¿Cierto, Ranma? – exclamó Akane girando para encarar a Ranma encontrándole perdido en sus pensamientos. Tenía la expresión de quien está conmocionado e ignorando la pregunta de Akane le preguntó muy serio.
¿Qué dijo la chica cuando le preguntaste su nombre? – la mirada de Ranma demostraba que tenía una idea en la cabeza.
Ella dijo que su nombre era Enzau Ema – Akane frunció la frente y se puso a recordar la escena – No, ella dijo 'soy duodécima'
¡No puede ser! – exclamó Ranma muy pálido – ¡No puede ser! Tenemos que ir de inmediato al hospital, la chica no está fuera de peligro – y salió corriendo de la comisaría, con Muse y Akane a su detrás, muy confundidos, dejando a una aturdida Ukyo a solas en la oficina.
El coche llevaba una carrera frenética por las calles, con Akane al volante. Ranma a su lado maldecía sin parar y Mouse tratando de sacar alguna información de su amigo que sólo se limitaba a gruñir sin responderle lo cual estaba frustrando a Mouse - ¿Qué pasa, Ranma?
¡Calla, Mouse! ¡Sólo calla! – respondió Ranma y añadió - Por suerte el hospital a donde llevaron a Ema está cerca de la comisaría, llegaremos en unos minutos – vociferó Ranma, demostrando que estaba furioso… y algo más – Mouse, ¡Llama al comisario Kimura ahora! – en ese mismo instante Mouse sacó su móvil e hizo una llamada, habló unas cuantas palabras y colgó.
No está en la comisaría.
¡Rayos! – maldecía Ranma - ¡ENTONCES LLAMA AL MOVIL!
Mouse notó la el nerviosismo en Ranma, era evidente y prefirió ignorar los gritos y obedecer.
Su móvil está apagado… - ante este último comentario, Ranma empezó con una nueva ronda de maldiciones. Akane aumentó la velocidad sin decir una sola palabra. Su instinto le decía que Ranma sabía lo que estaba haciendo y por la forma en que se había alterado su vocabulario, definitivamente algo muy malo debía de estar pasando.
No entiendo nada, Ranma – dijo Mouse - ¿Por qué la prisa por ir al hospital?
¿Nunca se preguntaron como el asesino sabía donde encontrar a Akari? – en ese mismo instante llegaron al hospital y salieron corriendo. Ranma ni se percató de las caras de espanto de Mouse y Akane.
Ema ya estaba despierta desde hacía unas dos horas y después de recibir los cuidados médicos fue llevada a una habitación en el segundo piso para descansar. Se encontraba muy aliviada porque al fin su calvario había terminado. No terminaba de creer que había sido rescatada y se sentía feliz y a pesar de la incomodidad que sentía por la aguja en el brazo y el suero, conseguía sonreír.
"¿Qué es una aguja después de todas las palizas que me dieron?" – y con el brazo libre pasó una mano por sus cabellos – "Debo verme horrible…" – pero hasta eso le hizo gracia. En verdad se sentía muy bien. La puerta de su habitación se abrió llamando su atención – "¿Otra vez la enfermera? Que atentas… si recién acaba de irse una" – pero no era una enfermera, Ema reconoció el uniforme de inmediato.
Hola detective
En la recepción del hospital, Ranma le mostraba su distintivo a una de las enfermeras.
¡Enzai Ema! ¿Cuál es su habitación? Es la chica que fue traída por unos policías hace unas horas.
Oh, si, es la habitación 204, en el segundo piso ¿Sucede algo?
¿Ha venido alguien preguntando por ella?
Los detectives que la trajeron nos dijeron que probablemente vendrían algunos investigadores a tomarle más declaraciones después así que no hemos estado tomando demasiadas notas de las visitas policiales que recibe, pero me parece recordar que hace poco subió un policía.
¿Recuerda su apariencia?
Lo siento, no le presté atención… Sólo miré el uniforme, nada más.
Ranma casi ni prestó atención a las últimas palabras de la enfermera y ya corría por los pasillos, seguido de cerca por Akane y Mouse quienes ya tenían sus armas en mano. Subieron las escaleras a zancadas y buscaron la habitación de la chica.
- ¡ES AQUÍ! – gritó Mouse frente a la puerta y abriéndola bruscamente entraron a la habitación para encontrar a un hombre presionando una almohada contra el rostro de la chica que se encontraba en la cama, la cual movía los brazos con desesperación, intentando empujarlo.
Los tres apuntaron sus armas al mismo tiempo y Ranma gritó.
¡Suéltala o disparamos!
El hombre estaba de espaldas a ellos pero fue notoria la tensión de su cuerpo, él soltó la almohada, dejando libre a Ema a la vez que levantaba los brazos en señal de rendición. Un escalofrío recorrió a Mouse mientras bajaba su arma y buscaba sus esposas, algo estaba muy mal aquí, algo sobre el tipo se le hacía extrañamente familiar. Mouse se acercó con cautela al hombre le tomó de los brazos, llevándolos a su espalda y lo esposó, Ranma y Akane vigilaban atentamente.
El hombre estaba de hombros caídos, sabía que no tenía escapatoria y empezó a girar hacia los detectives. Akane y Mouse se llevaron la mayor sorpresa de sus vidas mientras Ranma hablaba – No tiene caso seguir, lo descubrimos todo… Ryoga.
Imposible describir los sentimientos de Akane y Mouse en ese momento. Miles de cosas les pasaban por la cabeza, intentando encajar las piezas del rompecabezas sin éxito. Lo único que tenían claro era que su amigo y compañero estaba intentando asesinar a Ema.
¡HIJO DE PUTA! – gritó Mouse al tiempo que se lanzaba contra Ryoga dándole un puñetazo en el mentón, haciéndole caer al suelo con sangre corriendo por su comisura.
¡MOUSE! – gritó Akane mientras intentaba sujetar a Mouse de un brazo, sin mucho éxito. El joven se veía desencajado y con obvias ganas de estrangular a su colega que seguía inmóvil en el suelo. Akane estaba siendo arrastrada por Mouse que se volvía a acercar peligrosamente a Ryoga, la chica siguió gritando - ¡No hagas esto, ¡Detente! – pero antes de que algo más pasase Ranma ya estaba alejando a Mouse de Ryoga.
¡Ya cálmate, Mouse! Lo que menos necesitamos es que le pegues. Vete al pasillo y llama a la comisaría, intenta contactar al comisario y se discreto, no es momento de que se descubra lo que pasó aquí – Mouse intercambió una mirada con Ranma, Akane se mantuvo al margen mientras veía un tácito acuerdo entre los dos hombres que estaban a su frente. Las palabras calmadas de Ranma decían una cosa, más su lenguaje corporal indicaba otra, la tensión, el cansancio en su mirada y a la vez la rabia contenida… Mouse dudó por un momento para luego salir hacia el pasillo mientras murmuraba una serie de maldiciones. Akane se acercó a Ema para ver como se encontraba la chica al tiempo que tocaba el botón de emergencia para llamar a una de las enfermeras.
¿Cómo te sientes, Ema? – preguntó con preocupación, retirándole el pelo del rostro, buscando si había alguna herida.
Me siento como si alguien hubiera intentado matarme… Parece que se está haciendo un hábito ¿No crees? – dijo con una voz débil y cansada.
Akane sonrió ante el comentario de la chica y le acarició la frente – Ahora estás a salvo – y como la enfermera entraba a la habitación atendiendo el llamado se puso a un lado para que la chica pudiera realizar su trabajo.
Ella está bien – dijo la enfermera notando la preocupación en el rostro de Akane – sólo necesita descanso – completó con una sonrisa.
Mientras todo esto ocurría Ranma y Ryoga se miraban en silencio. La mirada de Ranma reflejaba emociones entremezcladas, rabia, impotencia y sobretodo pesar, Ryoga sólo reflejaba rabia. Ninguno se atrevía a pronunciar palabra, manteniendo la misma posición de antes, Ryoga en el suelo y Ranma apuntándole con su pistola.
Akane miraba la escena con nerviosismo sin saber si debía de intervenir o mantenerse al margen hasta que llegara el refuerzo solicitado por Mouse. No fue necesario que hiciera una decisión porque Mouse retornó a la habitación y agarrando a Ryoga de la camisa lo levantó del piso violentamente y lo arrojó contra la pared. La enfermera huyó de la habitación dejando a los cuatro detectives y a Ema a solas.
¡Solo quiero saber… ¿POR QUÉ? – el rostro de Mouse estaba rojo, como si estuviera a punto de sufrir un colapso nervioso, la mano que aferraba la camisa de Ryoga tenía los nudillos blancos de la fuerza de su agarre y la otra, en puño levantado frente al rostro de Ryoga, temblaba producto de la tensión de contenerse de seguir golpeándole - ¿POR QUE? – gritó furioso.
No tengo nada más que decir – respondió Ryoga, girando el rostro.
¡Gran mierda! Así que no tienes nada que decir… ¡Te voy a sacar la verdad palabra por palabra hijo de puta!
Mouse – intervino Ranma – No necesitamos de esto ahora. Créeme, estoy tan furioso como tú, pero no podemos perder el control – se acercó para aferrarle el hombro – Suéltale – en ese momento escucharon movimiento en el pasillo y pronto dos policías entraron a la habitación quedándose muy sorprendidos al ver al detective-jefe Ryoga esposado. Ranma los miró, aún cerca de Mouse y les ordenó – Lleven al detective Ryoga a la comisaría y aprisiónenlo. Recuerden que ya no es su superior sino que es un reo. No deben de hacer caso a nada de lo que les diga o que intente ordenarles – los dos policías asintieron y se acercaron a Ryoga. Ranma jaló a Mouse que recién soltó su agarre en Ryoga. Los policías tomaron a Ryoga de los brazos y lo sacaron de la habitación. Mouse lanzó un último grito.
ERA AKARI ¿RECUERDAS? ¿COMO PUDISTE?
Ya estaban todos de nuevo en la comisaría, pero ahora estaban frente al comisario Kimura que hacía un intenso interrogatorio a Ranma.
¿Entonces Ryoga era el maniático?
No. El maniático era realmente Tatewaki Kuno, la propia Ema lo reconoció cuando Akane le preguntó.
¿Entonces porque Ryoga atacaría a Ema?
Porque Ema aún no había sido interrogada y había cosas que podía decir que iban a arruinar sus planes.
¿Como qué?
Que en verdad Ryoga asesinó a Akari.
Maldito canalla - gruñó Mouse.
El comisario suspiró y bajó la cabeza, abatido. Akane y Mouse también escuchaban atentamente la narración de Ranma, dado que aún no habían comprendido a cabalidad todo lo que pasó.
No lo entiendo...
Mire comisario, lo que pasó es que desde que encontramos el cuerpo de Akari me quedé picado. Había algo raro en la escena. Lo malo es que demoré un rato en darme cuenta lo que era. Sólo cuando Ukyo confesó que tenía algo con Ryoga, todas las piezas se juntaron.
¿Ukyo está involucrada en esto?
En cierto modo. Ryoga la quería, pero mi hipótesis se centra en el asunto del dinero. Todos sabemos que Akari era muy rica y bueno... Ukyo no tiene nada. Imagino que Ryoga vio en los asesinatos del maniático la oportunidad de matar a su esposa y quedarse con su amante.
Tener amor y dinero... - completó el comisario.
Pobre Ukyo - suspiró Akane - Va a pasarla muy mal cuando descubra que fue el detonante para la muerte de Akari.
Él imitó la escena del crimen. La posición del cuerpo, las manos, piernas y frente atadas. Provocó abiertamente al maniático en la televisión para todos pensaran que se trataba de un acto de venganza.
Pero... – Mouse interrumpió.
Pero… para mala suerte de Ryoga, Akane descubrió el padrón de las víctimas y Akari no tiene semejanza alguna con Kodachi.
ES CIERTO – exclamó Mouse saltando de la silla donde estaba sentado y acercándose a Ranma – Ryoga estaba con los reporteros cuando Akane descubrió que tenían las mismas características físicas y cuando Izume nos dijo que las chicas se parecían a la señora Genzai.
Debe de haber sido un gran choque para él. De repente todo su plan se estaba viniendo abajo y ahora teníamos el nombre del sospechoso. Tenía que encontrarlo antes que nosotros y silenciarlo antes que dijera que él no había matado a Akari.
¿Y porque era importante saber lo que Ema dijó cuando la encontramos?
Ahhhhhh – Ranma se recostó en la mesa recordando aquel momento fatídico – Pues mira, ella dijo que era duodécima… y Akari tenía ese número en el pecho. El maniático era muy metódico y no iba a cometer un error así. Si Ema era la duodécima, lo de Akari era una farsa.
Además – continuó Ranma – Era muy difícil que el maniático hubiera podido saber donde encontrar a Akari en un solo día, cuando ni siquiera iba a seguir una rutina habitual. La prisa fue el error.
Un día más y Ryoga habría sabido lo que descubrimos y no habría seguido con su plan… - especuló Mouse.
O tal vez sólo hubiera pensado en otra forma de librarse de Akari… Increíble la forma en que fingió el dolor de su muerte – Mouse estaba indignado – Él lloró cuando encontramos el cuerpo.
Tal vez no todo fue fingido, tal vez aún sentía algo por ella.
Supongo que eso es algo que nunca sabremos… Aún se me hace difícil creer que Ryoga hiciera esto.
Es verdad… ¿Y cómo está él?
Como siempre desde que está en la cárcel – dijo el comisario encogiéndose de hombros – No ha dicho absolutamente nada. Imagino que está acumulando fuerzas para enfrentarse al tribunal.
Uno de los nuestros juzgado por homicidio…
Bueno Mouse, ¿Que te puedo decir? Aún los polícias somos humanos...
¿Y saben algo de Ukyo?
Ella se retiró a su casa… No se encontraba muy bien.
Creo que la llamaré luego – exclamó Akane. Los hombres asintieron.
Tres días pasaron desde que la noticia de la identidad del maniático del parque se hizo pública y del anuncio del apresamiento del detective-jefe del caso por homicidio. Los reporteros de todo Japón se deleitaron con las noticias y acosaron día y noche a los involucrados en el caso. Por suerte para ellos el interés del público es fugaz y al tercer día la prensa amarillista se encontraba a la búsqueda de algún nuevo escándalo.
Ema caminaba tranquilamente por el césped, con un ramo de rosas en los brazos, sin prestarle atención a nadie ni a nada. Hacía calor y el sol quemaba su rostro, pero a ella no le importaba, había pasado demasiado tiempo encerrada sin ver la luz del día y se había prometido a si misma que aprovecharía cada día que tenía.
Se paró ante una lápida donde se veían grabadas en unas bonitas letras doradas: "Utada Sei (1987 – 2005)". - Tan joven – se quedó de pie, haciendo un respetuoso silencio cuando notó que había otra presencia a su lado.
¡Detective Akane! Que sorpresa encontrarla aquí.
La verdad es que es una gran coincidencia. Fui asignada junto con el detective Saotome para cuidar de la seguridad de un entierro – dijo apuntando hacia delante, donde se podía distinguir una pequeña ceremonia. Sólo se encontraban presentes el sepulturero y una pareja que Ema identificó como K. Gensai, la actriz y su esposo. Akane continuó – El comisario pensó que tal vez algún pariente o amigo de las víctimas podían intentar arruinar el entierro o ocasionar algún escándalo.
Entiendo... – respondió Ema, mirando nuevamente a la lápida que tenía delante de sí.
Ella era la chica que estaba encerrada contigo, ¿No?
Sip. Y recién ahora descubrí como se llamaba. Pasamos mucho tiempo juntas y nunca me dijo su nombre. No pude ayudarla y siento culpa por ello.
No tenías forma de hacerlo, Ema, y lo sabes.
Pero se lo prometí. Prometí salvarla y no lo logré – pequeñas lágrimas empezaron a surcar su rostro, todo el sentimiento aflorando de pronto.
Hiciste todo lo que pudiste. Leí los informes, se de todos los detalles que les contaste a los detectives. No tenías modo de ayudarla.
¿Por qué él hacía eso? ¿Por qué las torturas, los homicidios?
El porque nunca lo vamos a descubrir con exactitud porque el único que podía decírnoslo está muerto, pero encontramos un diario y podemos hacer algunas suposiciones basados en ello. Es información confidencial y seré seriamente reprendida si se descubre que te comenté algo, pero creo que mereces saber. Tatewaki era el hermano mayor de Kodachi Gensai, era diez años mayor que ella y siempre vivieron en esa casa. La madre de ellos era una mujer violenta y lo agredía constantemente, desde que era muy pequeño. Él nunca conoció a su padre. Con frecuencia era encerrado en el sótano por varios días y su madre lo sometía a torturas psicológicas y físicas, minando su mente y anulando su personalidad, haciéndole creer que nunca podría alejarse de ella porque le pertenecía, que él no era nadie – los ojos de Ema se abrieron como platos ante las palabras de Akane - ¿Te suena eso? Pues cuando Tatewaki tenía nueve años su madre volvió a quedar embarazada y cerca de su décimo cumpleaños nació Kodachi. Sin embargo el comportamiento de la madre no cambió con el nacimiento de la niña y continuó torturando y humillando a su hijo mayor. Cuando Kodachi cumplió seis años fue torturada por primera vez y eso llevó a Tatewaki a la locura…
¿Y? ¿Qué pasó?
Él mató su madre... En el diario que encontramos decía donde había enterrado el cuerpo y un equipo de la policía escavó el lugar y encontró unos restos óseos.
¡Dios Santo! – exclamó Ema con la mano en el rostro.
Entonces Tatewaki se quedó a cargo de su hermana menor. Todos vivían tranquilos hasta que Kodachi creció y anunció que quería casarse. Nuevamente Tatewaki sufrió un despertar sicótico, había hecho de todo por Kodachi y ahora ella quería dejarlo. Y así como su madre actuaba con él, ahora se creía dueño de su hermana y le prohibió casarse, incluso la encerró en aquella habitación donde te encontramos. Ella logró escapar dos días después, solo con la ropa que traía puesta, su hermano la persiguió y adivina donde le perdió el rastro…
En el parque… - respondió Ema automáticamente.
Sip, y nunca más se volvieron a encontrar. Kodachi se casó y se convirtió en una famosa actriz de novelas y cuando su nombre empezó a aparecer en los periódicos la rabia regresó, principalmente porque ahora ella ya no era 'Kuno' sino que había cambiado su apellido por 'Gensai' y ahora le pertenecía a otra persona. Todo está descrito con detalles en el diario. Leer todo eso fue espeluznante, era un hombre con un alma torturada, que acabó imitando el comportamiento enfermo de su madre. Su obsesión no era sexual sino una noción distorsionada de posesión. Así como su madre pensaba que podía ser dueño de otro ser humano, él se sentía dueño de su hermana.
Igual no puedo sentir pena por él, mató a once mujeres.
Doce. Tienes que contar a su madre.
O sea que este sujeto será objeto de estudio de psiquiatría forense por muchos años – comentó Ema con ironía.
¿Y que vas a hacer ahora que todo terminó?
Seguir con mi vida. Creo que ahora valorizaré más todos aquellos detalles que antes no me parecían importantes. La vida es muy frágil y corta y no quiero dejar de hacer algo por lo que me pueda arrepentir después – y de improviso abrazó a Akane – No tuve la oportunidad de agradecerles por salvarme la vida. Les estaré eternamente agradecida por lo que hicieron.
Es nuestro trabajo – dijo Akane correspondiendo al abrazo - Se feliz Ema y no permitas que tu conciencia te culpe por nada de lo que pasó. Aprovecha la vida.
Adiós – dijo Ema y viendo a un hombre que caminaba hacia ellas agregó – ¿Es el detective Ranma?
Akane giró y lo identificó claramente. Aquellos hombros amplios, la trenza, la manera de caminar - Si, es Ranma.
Es guapo - comentó Ema guiñándole el ojo y empezó a caminar hacia la salida del cementerio.
Lo sé - contestó Akane suavemente, para si misma, mientras sonreía y se fue a alcanzar a su colega de equipo. Ranma se detuvo al notar que Akane venía en su dirección y esperó hasta que ella le dio el alcance.
¿Era Ema allá atrás? - preguntó curioso.
Si. Ella vino a visitar el túmulo de la onceava víctima.
Vaya, ¿La víctima esta enterrada en el mismo cementerio que su asesino? Extraña coincidencia, diría.
Sip, pero son detalles que a veces pasan… ¿Verdad?
No lo niego, a veces pasan - contestó Ranma para luego rodear los hombros de Akane con un brazo conduciéndola nuevamente rumbo al entierro - Y dime, Akane, ¿No te gustaría salir a tomar un trago luego de esto? Con todo lo que ha pasado en verdad necesito uno.
Akane notó el semblante taciturno de su compañero pero en lugar de imitarle, optó por lo contrario - ¿Me invitas a tomar un trago en un cementerio? - Akane enmarcó una ceja, pero la sonrisa que lucían sus labios delataban su hilaridad ante la propuesta.
No hay nadie mirando. Además, los moradores no van a quejarse. Es una vecindad muy tranquila- Akane rompió a reír, al menos Ranma no había perdido el humor - Vale, en eso tienes razón – contestó y agregó - ¿Entonces llamarás a Mouse y Shampoo?
Ranma hizo una pausa - Mmm… Creo que Mouse tenía cosas que hacer hoy, así que sólo somos tú y yo… ¿Qué dices, aceptas?
¡Al fin termine con esta historia! Me tardé demasiado en acabar este capítulo (lo cual es culpa única y exclusiva de mi jefe, que me tiene trabajando como una esclava). Pues allí tienen el último capítulo de este mi primer experimento policial... Espero que hayan disfrutado su lectura tanto como yo disfruté su escritura.
Me gustaría poder nombrar a todos los que me mandaron mails por el fic pero sería una lista muy larga así que sólo daré las gracias a todos los que me escribieron, me dieron muchos ánimos para continuar y es obvio que me quedé muy contenta con los comentarios.
Tengo que hacer una dedicatoria especial a mis amigas / cobayos Patty, Joce y Jazmín, que me acompañaron a lo largo de toda la historia, desde antes que empezara a escribirla, cuando sólo discutía con ellas la idea de escribir un alterfic de suspenso-policial. Muchas gracias chicas por sus opiniones sinceras y por el apoyo. Ahhhhhhhh, tengo que aclarar que de todos los mensajes y mails que recibí, sólo mi amiga Patty desconfió de Ryoga… Punto para esa chica lista.
Ane
Septiembre/2005
