Disclaimer: He de confesaros algo: esta mañana saqué mi carné de identidad de la cartera y, horrorizada, vi que yo no me llamo Joane Kathleen Rowling… no sabéis que desilusión me llevé.
Bien, una vez cumplida mi obligación con JK, voy a cumplir mi obligación con mis lectores. Vamos a contestar a los reviews.
KriSs-MySeLf: me alegra que te esté gustando el fic y sí, tienes razón, Molly en ocasiones puede resultar muuuuuy estresante. Bueno, yo te regalo todos los Harrys que quieras jejeje, pero yo me quedo con James ) Un besito.
Serena Minamino: gracias por el review y me alegra saber que te gusta el fic. A ver si has acertado con tus suposiciones… besos.
Ginny84¿no te gustan los Draco/Hermi? Pues a ver si leyendo este fic consigo que te gusten, aunque te aviso que no va a ser un Draco/Hermi convencional, más bien va a ser bastante surrealista. Un abrazo.
Iraty Rowling¿Draco en la cama con Harry? Soy mala y retorcida, pero no tanto jejeje. No, nunca se me ocurriría juntar a esos dos y desperdiciar a Draco de esa manera. Jajaja, adivinaste: Molly Maruja está inspirada en Paloma, sip, no pude evitarlo ) Respecto a Ron… te aviso que en este fic lo voy a tratar un poco mal, pero si tú estás dispuesta a darle cariño pues todo arreglado. ¿Te gusta Kelly? A mí también me encanta, tan sofisticada ella. Un beso y gracias por tus reviews, me animan mucho. Chao guapa.
CaRoLiNa T: pues si te gustan los fics diferentes, te aseguro que este es el tuyo porque más diferente no podía ser. Ya verás a medida que avance la historia lo diferente y surrealista que puede llegar a ser. Besitos y me alegro que te guste el fic
NIeVS: hola guapa. A ver, Hermione se enrolla con Fed para darle apoyo moral por lo de George… tampoco es tan malo¿no? Jejej, además está el hehco de que Hermione necesitaba ser infiel la pobre. No sé porqué, pero a mi Molly siempre me ha parecido una maruja de mucho cuidado. Un besote y disfruta con el capi.
Y ahora repasemos lo que pasó en el anterior capi de CELVT: Hermione logró contactar con Harry, pero al llegar a su casa, se encontró a su amigo en una situación bastante… comprometedora. Lo que no sabemos, o mejor dicho lo que no sabéis, es la identidad de la PERSONA (¿habéis leído? Persona. No chico. No chica. Persona) que le acompañaba.
Capítulo 3. M. A. P. U. N. C.
Fue al posar su vista en dicha cama, cuando Hermione se llevó una gran sorpresa. Definitivamente había acertado al pensar que Charles Higsfield era en realidad Harry. Porque allí estaba su amigo Harry. Tumbado en la cama. Desnudo. Y acompañado por una persona. También desnuda. Rubia. Con ojos azules. Y que Hermione conocía perfectamente. Esa persona era…
�¿LOCKHART!
Ante tal grito, todo el mundo allí presente (y cuando digo todo el mundo me refiero a la cocinera, la señora de la limpieza, el jardinero, la ama de llaves, el mayordomo, Harry y el propio Lockhart) se quedaron estáticos llevándose la mano a los oídos, como buscando el tímpano que, con el grito de Hermione, debía estar ya en el oído contrario como mínimo.
�¿Hermione? – se asombró Harry mirándola como si delante suyo estuviera la reina Isabel en lugar de su amiga.
¿Quién si no? – preguntó ella escépticamente y mirando de manera reprobatoria la escena. No es que ella no fuera liberal, porque lo era, pero… comprendedla. La escena era strong, strong.
¿Qué haces aquí?
¿Qué haces tú… así¿Y con… ése?
¡Ah¿Te refieres a Gyl? – se interesó el moreno percatándose de la presencia de Lockhart a su lado.
Hermione asintió con la cabeza y arqueando las cejas, mientras Lockhart esbozó esa famosa sonrisa que le había hecho ser el ganador unas cuantas veces del premio a la sonrisa más bonita concedido por la revista Corazón de Bruja y que había hecho que los demás candidatos al premio pensarán que allí había un tonganzo enorme.
Yo no quiero molestar – aseguró "Gyl" sin quitar la sonrisa de su cara y mirando a Harry – Pero antes de nada, una pregunta¿qué sonrisa crees que es mejor¿Ésta – en su rostro se dibujo una sonrisa de "soy el rey del mundo. ¿A qué estáis esperando para adorarme?" – o ésta? – cambió la anterior sonrisa por una que parecía decir "mi vida es taaaan interesante que podría pasarme horas y horas contándotela".
Pero a Harry no le dio tiempo a contestar a esta pregunta de vital importancia, ya que la puerta del dormitorio se volvió a abrir de sopetón dejando paso a un visitante tan inesperado como Hermione.
�¡Harry! – gritó el desconocido, pero rápidamente se dio cuenta de algo ¿Lockhart?
�¿Sirius? – exclamaron Harry y Hermione mirando al desconocido ya conocido.
�¡Aaaaaaaaahhhhhhh! – chilló Lockhart en plan nenaza total, escondiéndose detrás de una cortina. No era cuestión de que se presentara un chico tan guapo como Sirius y él con esos pelos.
¿Qué haces aquí? – preguntaron los cuatro a la vez, aunque Hermione, Harry y Lockhart miraban directamente a Sirius, mientras que Sirius miraba a Hermione y a Lockhart.
¿Qué haces aquí? – preguntó Harry otra vez.
Luego hablamos – evadió su padrino – Pero primero me tienes que explicar todo esto.
Y a mí – pidió Hermione, que quería enterarse de todo.
De acuerdo – aceptó el chico – Dejadme que me vista y ahora mismo bajo.
Hermione y Sirius le hicieron caso y salieron de la habitación rápidamente. Bajaron por las escaleras hasta que llegaron a una enorme sala que por sus grandes dimensiones y por su decoración parecía ser el salón, por lo que se sentaron en un cómodo sofá a esperar.
¿Qué hacías aquí? – preguntó el hombre mirando a Hermione con sincera curiosidad.
¿Tú qué crees? – respondió ella a su vez con una pregunta – Buscar a Harry.
Ya, pero… ¿cómo sabías que Harry vivía aquí?
El otro día le vi en la tele por casualidad – comenzó a explicar Hermione – y entonces me puse a investigar si Charles Higsfield era en realidad Harry Potter. Primero llamé a la cadena de televisión para la que trabaja, pero no me permitieron ponerme en contacto con él. Luego decidí mandarle cartas, obteniendo el mismo resultado. Entonces fui al lugar donde trabajaba y allí me llevaron al despacho de un hombre que me resultaba muy familiar pero que no reconocía y… un momento – se interrumpió la joven a sí misma cayendo en la cuenta de algo – tú eras ese hombre que me resultaba muy familiar pero que no reconocía.
Eeeeeh… sí – admitió Sirius con una sonrisa que pretendía inocente al ser descubierto. Pero a Sirius no le pegaban las sonrisas inocentes o
¿Y cómo sabías el paradero de Harry? Quiero decir, se suponía que había desaparecido y que nadie sabía dónde estaba.
Pero Sirius no pudo responder a la pregunta, ya que Harry irrumpió en la sala.
Aquí estoy – anunció el recién llegado, aunque era innecesario.
¿Dónde está Gyl? – se burló Sirius, por lo que recibió un codazo por parte de Hermione. A la chica no le parecía ético inmiscuirse en la vida privada de Harry, aunque esa vida privada fuera un poco… extraña.
Marchó – contestó Harry restándole importancia al asunto con un gesto - Creo que tenía una sesión de fotos o algo así.
Bien. Entonces supongo que nos explic…
¡Yo no tengo que explicaros nada! – exclamó el joven mago un poco exaltado, pero al ver las caras de los otros dos, cambió de opinión – Bueno… igual un poco sí.
Sirius y Hermione adoptaron una postura de indiferente curiosidad, aunque por dentro se morían de ganas por saber lo que había entre Lockhart y Harry.
El caso es que… bueno, la verdad es que no sé por donde empezar.
¿Qué tal por el principio? – sugirió su padrino, ganándose otro codazo por parte de Hermione.
Antes tengo que aclarar una cosa – dijo Harry : yo no soy gay… creo.
¿Eres o no eres gay?
No… o sí – ni siquiera Harry tenía clara su orientación sexual – Quiero decir, que a mí me gustan las chicas y todo eso – al oír esta afirmación, Sirius soltó un suspiro de alivio. No quería ni imaginarse lo traumatizante que podía ser para él tener un ahijado gay. No es que estuviera en contra de los gays, pero… Si James levantara la cabeza.
¿Entonces por qué estabas en la cama con Lockhart¿Para probar experiencias nuevas?
Podría ser – metió baza Sirius.
No, no – negó Harry inmediatamente – Lo que pasa es que yo le debo mucho a Gyl. Gracias a él estoy aquí, es tan… tan… maravilloso, magnífico, estupendo, genial, grandioso, extraordinario, asombroso, sorprendente, prodigioso.
Sirius y Hermione se dirigieron miradas de incredulidad. Lo único que le faltaba a Lockhart para aumentar su "pequeño" ego era eso.
Pero eso no explica que te hayas acostado con él, Harry – su amiga intentó hacerle razonar.
A ti lo que te pasa es que estás celosa – aseguró el joven para salir del paso sin que se le viera mucha la pluma, quiero decir, el plumero.
¿Celosa¿Yo¡Venga ya!
No importa Hermi, si quieres yo te lo dejo por las tardes.
¡A mí no me gusta Lockhart! – exclamó ella con desesperación, mientras Sirius miraba la escena divertido.
Ya – concedió el moreno con un tono de "sigue negando lo evidente".
Bueno chicos, las peleas para luego – interrumpió el mayor – El caso es que yo venía aquí para decirte que pasado mañana el profesor Dumbledore te espera en su despacho.
¿El también va a ir a la reunión? – preguntó Hermione recordando la cita que tenía con su ex – director.
Sí.
De repente, una terrible sospecha acudió a la mente de la chica.
¿Y Ron¿También estará allí?
No sé – respondió Sirius con una enigmática sonrisa.
Acto seguido, el hombre se despidió de los dos jóvenes y se marchó dejándoles allí. Hermione miró a su amigo fijamente como si se acabara de dar cuenta de que estaba allí y de que hacía seis años que no le veía.
¡Harry! – exclamó ella con los ojos llorosos y abalanzándose sobre el chico para darle un abrazo.
¡Hermione! – dijo el joven de manera teatrera rodeando a la chica con sus brazos y envolviéndola en un cariñoso abrazo.
Te he echado mucho de menos – aseguró su amiga con los ojos brillantes y enrojecidos – Tienes que contarme todo, que has hecho durante este tiempo, donde has estado…
Es una larga historia – suspiró Harry.
Siempre hay tiempo para un buen amigo – le animó la castaña con una cálida sonrisa.
Harry respondió al gesto de su amiga también con una sonrisa y se sintió extrañamente reconfortado. Hacía bastante tiempo que no sonreía con ganas y hacía todavía más tiempo que alguien no le sonreía tan cálidamente como Hermione lo había hecho. Ahora se daba cuenta de lo que había echado de menos a sus amigos.
"La noche en que derroté a Voldemort me sentí cansado de todo lo que me rodeaba. Miré a mi alrededor y vi todas esas caras sonrientes dispuestas a tratarme como un héroe, incluso a divinizarme, que me harté y no sé como… desaparecí.
Lo necesitaba. Necesitaba poner tierra de por medio y alejarme de toda esa vorágine. Y no lo hice por Ron y por ti, ni por Sirius, no estaba harto de vosotros, estaba harto de mí. Necesitaba un laaaaaaargo descanso.
Saqué el dinero de la cuenta de mis padres y me mudé al Londres muggle. En el anonimato me sentía a gusto, pero eso no duró mucho tiempo. Un día, paseando por Notting Hill, me encontré con Gilderoy Lockhart…
FLASH BACK
Harry paseaba tranquilamente por una calle llena de gente. Llena de gente que no le conocía. Ese día se había montado un mercadillo, y la multitud caminaba parloteando alegremente entre todo aquel colorido.
Harry se sentía feliz. Se sentía pletórico. Llevaba dos años apartado del mundo mágico y no lo echaba de menos. Bueno, a sus amigos sí, a Ron, a Hermione, a su padrino Sirius…
El joven sacudió vigorosamente su cabeza para alejar esos pensamientos. No le apetecía pensar ahora en lo que había dejado atrás. Lo hecho, hecho estaba y no había que darle más vueltas. Ahora lo que debía pensar era en su futuro. Durante esos dos años no le había ido nada mal: un trabajillo por allí, otro por all�, todo con la ayuda del dinero de sus padres, pero había logrado salir adelante él solo. Adoraba vivir como un muggle, sobre todo por el anonimato que eso le prestaba. Nadie le conocía, nadie sabía que había derrotado al mago más poderoso de todos los tiempos, y eso era un gran alivio.
Lo siento – se disculpó el chico. Estaba tan metido en sus pensamientos, que no había prestado atención a sus pies y se había chocado con alguien – Lo siento much…
Pero no pudo terminar de disculparse, ya que la persona contra la que se había chocado, se le había quedado mirando fijamente durante unos segundos hasta gritar extasiado.
�¡Harry Potter!
Hacía mucho que Harry no oía ese grito de admiración, como si él fuera el Brad Pitt o algo así. Y también hacía mucho que alguien no le reconocía y se quedaba mirando fijamente la extraña cicatriz en forma de rayo de su frente, tal y como Gilderoy Lockhart lo estaba haciendo en aquel instante.
¿Profesor Lockhart? – se extrañó el joven brujo al ver a su ex profesor delante suyo.
¡Oh! Sí, sí, soy yo. Pero tú puedes llamarme Gyl – aseguró el rubio con un ademán coqueto.
Harry tan solo sonrió cortésmente.
¿Y qué es de tu vida? – se interesó Lockhart tomando al chico del brazo como si fueran amigos íntimos de toda la vida – Tienes que contármelo todo. No. Mejor te cuento yo lo que he hecho en todo este tiempo, que seguro que es más interesante.
Harry iba a alegar que tenía prisa y que llegaba tarde a una entrevista inexistente de trabajo, pero el otro hombre se le adelantó.
Pues yo he salvado el mundo cinco veces. Desde que tú desapareciste, el mundo mágico necesitaba urgentemente un nuevo héroe y allí estaba yo, dispuesto a darlo todo…
FIN DEL FLASH BACK
"Y así es como entré en contacto con Gyl. La verdad es que en ocasiones puede llegar a resultar un poco… presuntuoso (N.A. ¿presuntuoso solo? Y cargante, pedante, insoportable, cansino, pesado… ¿hace falta que siga?), pero en el fondo es buena persona.
Gyl me ayudó a adentrarme en el mundo de la televisión. Tiene muchos contactos y gracias a él, me presenté a varios castings. Poquito a poco fui avanzando y ahora presento "Impacto TV". Le debo mucho a Gyl".
Harry terminó su relato visiblemente emocionado. Tan emocionado, que tuvo que secarse una lagrimilla inexistente bajo la atenta y escéptica mirada de la joven sentada enfrente suyo.
Claro, le debes mucho – habló Hermione con evidente escepticismo en su tono de voz – Le debes tanto que para agradecérselo te acuestas con él.
Te juro que eso ha sido una cosa esporádica, Hermi. Que a mí me gustan las chicas
Hermione no dijo nada, tan solo enarcó una ceja, como esperando una explicación que le aclarara mejor las cosas.
Hermione – dijo él seriamente tomando las manos de la chica – A mí me gustan las chicas. Lo de Lockhart fue solo una noche de drogas, alcohol y sexo desenfrenado.
¿Consumes drogas? – se escandalizó Hermione malinterpretando completamente las palabras de su amigo y apartándose bruscamente de él.
No, no, no – negó Harry con rapidez – Solo es una manera de hablar. Pero yo te aseguro que a mí me gustan las mujeres, y cuando quieras te lo demuestro.
Hermione se quedó mirando fijamente al chico que tenía delante, como sopesando las posibilidades de la última frase que había dicho Harry.
Bésame.
¿Cómo? – se extrañó el moreno por la repentina petición de Hermione.
Quieres demostrármelo¿no? Pues bésame.
No necesitó escucharlo dos veces más. Así que ni corto ni perezoso, el moreno cubrió el espacio que le separaba de Hermione, la tomó por la cintura y le dio un besazo en plan película americana de los años 50.
¿Te quedó claro? – preguntó Harry al separarse de la chica, con un extraño hormigueo recorriéndole todo el cuerpo y con la sensación de que su subconsciente quería volver a repetirlo.
Sí… supongo – contestó ella no muy convencida de las tendencias sexuales de Harry.
¿Y qué ha sido de tu vida estos años¿Y Ron? – se interesó Harry cambiando de tema repentinamente, como queriendo dejar de pensar en los labios de Hermione haciendo contacto sobre los suyos.
En ese momento, el reloj sonó, dando a entender que ya era mediodía.
Estaría encantada de contarte qué ha sido de nosotros – dijo la castaña a la vez que consultaba su propio reloj – pero es demasiado tarde. Todavía no he preparado la comida y…
¿Y si te dijera que te invito a comer?
Entonces te contaría con todo detalle lo que nos ha pasado en estos seis años – aceptó Hermione con una sonrisa.
Estupendo.
Tiempo después, los dos jóvenes entraban en uno de los restaurantes más famosos del centro de Londres. Harry guió a Hermione hasta una mesa alejada del bullicio y allí se sentaron. Minutos después, un camarero perfectamente uniformado se presentó antes ellos.
¿Lo de siempre, señor Higsfield?
Sí, pero esta vez para dos – pidió el chico por los dos.
El camarero se alejó de la mesa ya con el pedido hecho, sin que a Hermione le diera tiempo ni siquiera a abrir el menú.
Hazme caso. Es mejor que pida yo por ti – advirtió Harry antes de que la chica abriera la boca para replicar – Te perderías en esa carta llena de platos extrañísimos.
Hermione cerró la boca, satisfecha con la explicación.
¿Por qué te cambiaste el nombre? – se interesó cambiando bruscamente de tema.
¿Crees que sería posible pasar desapercibido llamándome Harry Potter?
La verdad es que no, pero podías haber elegido un apellido, no sé, más… pronunciable¿no crees?
Al poco tiempo, los chicos ya se encontraban con la comida sobre la mesa. Hermione no tenía ni idea de qué era lo que había pedido Harry, pero no tenía mala pinta en absoluto. Al llevarse un poco a la boca, comprobó que estaba en lo cierto.
Entonces¿qué has hecho todos estos años?
Casarme con Ron…
Harry no sabía si maldecir a su amigo o alabar su buena suerte.
… y separarme de él
¿Casarte¿Separarte? – repitió el otro sin comprender.
Sí, ya sabes, casarse. Eso de jurarse amor eterno y todas esas tonterías – explicó Hermione.
Ya sé lo qué es casarse, pero… ¿con Ron? – se extrañó Harry – Quiero decir, nunca pensé que terminarías casada con Ron.
Yo tampoco.
¿Entonces…?
Molly. Ella me obligó.
La chica se dispuso a relatarle la historia de cómo Molly le había hecho creer que estaba embarazada y de cómo al final ella aceptó a casarse con el pelirrojo, sin estar del todo convencida de la decisión que había tomado.
Nunca pensé que Molly sería capaz de eso – dijo Harry al fin.
De eso y de mucho más – aseguró la castaña, que sabía muy bien de qué hablaba – Molly es esa clase de suegras que es capaz de estar todas las tardes metida en tu casa, haciendo punto y cuidando de tus hijos.
Vaya – musitó su amigo sin salir de su asombro – Yo que creí que era una de esas suegras progresistas y modernas que no creían en el matrimonio y reivindicaban los derechos de las parejas de hecho.
¿De verdad? Nada más lejos de la realidad – habló Hermione, riendo ante la absurda idea de Molly como una suegra moderna y que no creía en el matrimonio.
El resto de la comida se la pasaron bromeando y charlando sobre cosas banales, sin importancia y que seguro que no os interesa oír. Justo cuando Harry estaba llenando por tercera vez su copa de vino, su acompañante se levantó de la silla, se acercó a él y se despidió:
Me tengo que ir, Harry. Ya nos veremos en el despacho de Dumbledore.
Y sin decir más, le plantó un beso en la mejilla a modo de despedida, tal y como lo hacía antes. Después se marchó.
Harry se quedó mirando con cara de empanado total el lugar por el que Hermione había desaparecido. ¿Qué le estaba pasando¿No estaría empezando a gustar Hermione? Parecía imposible. No hacía apenas tres horas que creía que era gay, y ahora sopesaba la posibilidad de que le gustara Hermione.
De repente se dio cuenta de que la copa se había llenado hacía bastante tiempo y el vino había rebosado, manchándole. ¡Mierda, maldijo el chico mentalmente. Se había manchado su camisa favorita. Y además le había costado un pastón.
oooooooooo
"Pipipipi… pipipipi"
Hermione maldijo al idiota que inventó el despertador.
"Pipipipi… pipipipi"
De un manotazo que dejó temblando a la máquina, Hermione terminó con el molesto ruidito. Se incorporó en su cómoda y enorme cama y comenzó a destaparse. Primero la sábana azul que tanto le gustaba. Después la pedazo de manta doblada a la mitad que valía por dos. A continuación la colchita pequeña que parecía que no, pero abrigaba mucho. Luego el mega edredón de plumas que parecía que pesaba un huevo, pero que en realidad era ligerísimo. Y por último, la otra colcha que ponía siempre para cubrir todo aquel batiburrillo (N.A. aunque no os lo creáis, eso es todo lo que pongo yo en la cama. Luego me despierto sudando. Lógico)
Tras esta operación que le llevaba minuto y medio como mínimo, se quedó sentada en la cama con una cara de sueño que daba miedo. Entonces llegó a la conclusión de todos los días: dormir cinco minutos más. Dicho y hecho. Se volvió a tumbar, se tapó hasta la cabeza, y cerró los ojos. Lo más sorprendente es que se quedó dormida.
A los cinco minutos el despertador volvió a sonar, ya que era de ésos que si no lo apagas del todo, a los cinco minutos vuelve a dar la bara. Hermione abrió los ojos por segunda vez, lo apagó, se volvió a destapar por completo y volvió a quedarse sentada en la cama con la misma cara de sueño de antes, a pesar de que había dormido cinco minutos más. Se estiró durante un buen rato y dejó escapar un bostezo que hizo temblar los cimientos del edificio. Después, se levantó con gran esfuerzo y se encaminó hacia el baño. Una vez allí, abrió el grifo de la ducha, y se sentó en la taza del váter a esperar a que se calentara el agua. A los diez minutos abrió los ojos sobresaltada. Se había quedado dormida. Se quitó el pijama y pensó "tengo cinco minutos para ducharme". Pero claro, Hermione es de carne y hueso y le pasó lo que le suele pasar a todo el mundo, que esos cinco minutos se convirtieron en quince.
Salió de la ducha con el tiempo justísimo, pero ella no pareció darse cuenta. Se secó cuidadosamente y se vistió con la parsimonia digna de la persona más lenta del mundo. Luego se pasó otros cinco minutos buscando la dichosa varita para poder secarse el pelo con un simple hechizo.
Una vez vestida y peinada, fue a la cocina para desayunar, pero allí se pasó un buen rato tomando una decisión de vital importancia: no sabía si desayunar cereales normales o cereales integrales. Se decidió por la última opción, ya que se acercaba la Navidad y tenía que perder unos quilillos que seguro recuperaría durante las fiestas con tanto dulce y tanto polvorón. Se sentó a desayunar y encendió la tele para enterarse que catástrofes había ese día por el mundo. Mientras desayunaba, se enteró de cuantos muertos había ese día en Irak y escuchó como Aznar daba una "interesante" conferencia en spanglish en la universidad de Georgetown sobre no sé qué chorradas de la Reconquista en España y los comandos terroristas musulmanes. Al ver este espectáculo tan deprimente, se atragantó con la leche. Pero no os preocupéis. No se murió. Se recuperó y volvió a respirar.
Tras esta sesión maratoniana que llevaba a cabo todas las mañanas, dejó la taza en el fregadero, se levantó y se puso el abrigo. Fue a abrir la puerta, pero se dio cuenta de que no llevaba la varita encima, así que fue a buscarla a la habitación. Tras otros cinco minutos más, la encontró. Al llegar a la puerta que daba al portal, se le ocurrió mirar su reloj de pulsera y se dio cuenta de que llegaba al trabajo rematadamente tarde, como siempre. Justo cuando estaba metiendo la llave en la cerradura a toda carrera, ya que por fin se había concienciado de que llegaba tardísimo, le dio por echarle un vistazo al calendario que tenía colgado al lado de la puerta, cortesía de "Madame Malkin". Fue entonces cuando se dio cuenta de que… era domingo.
¿Por qué tengo que ser tan gafe? – murmuró la chica mientras se dirigía a su habitación.
oooooooooo
Que sí Kelly, que te lo digo yo – se reafirmaba Hermione tercamente – Que voy a tener que aguantar el careto de Ron en esa reunión.
¿Qué te hace pensar en eso? – preguntó su amiga distraídamente, ya que no compartía la opinión de Hermione. Si ella tuviera que estar en una reunión con su ex, se lo pasaría bomba haciéndola sufrir un poquito. Pero Hermione era demasiado buena.
No sé, Dumbledore nos ha hecho llamar a Harry y a mí, lo lógico es que también haya llamado a Ron.
Igual es demasiado tonto para llevar a cabo la misión que os vaya a encargar Dumbledore – propuso Kelly.
Igual no, es demasiado tonto – aseguró la castaña – Por cierto¿cómo sabes que Dumbledore nos va a encargar una misión?
No lo sé, tan solo lo intuyo.
En ese momento, Michelle entró en el salón con una bandeja de té y pastas. Pero, al contrario de lo que haría una sirvienta normal y corriente, ella se sentó cómodamente en el sofá a compartir el té con las otras dos mujeres.
¿Qué pasa? – se interesó la recién llegada.
Está paranoica – informó Kelly de manera confidencial y señalando a su amiga.
¡No estoy paranoica! – exclamó Hermione de manera paranoica.
Estás paranoica – aseguró Michelle mirándola fijamente.
Lo que vosotras digáis.
Es que no quiere encontrarse con Ron en la reunión que tiene mañana – explicó la australiana.
¿No? – se extrañó Michelle – Si yo tuviera que estar en una reunión con mi ex, me lo pasaría bomba haciéndole sufrir un poquito. Es que tú eres demasiado buena, Hermione – dijo la chica, pronunciando exactamente las mismas palabras que instantes antes Kelly había tenido en mente.
Kelly miró a su amiga de manera emocionada, tras lo que exclamó con los brazos abiertos de par en par.
¡A mis brazos!
¿Por qué? – preguntó Michelle recibiendo el abrazo de la otra.
Me lees la mente Michelle, me lees la mente.
Hermione observó la escena con extrañeza.
¿Qué le echaste hoy en el desayuno, Michelle? – preguntó Hermione.
Unas gotitas de anís del mono – confesó la joven divertida.
Ya decía yo – murmuró la joven bruja más para sí misma que para las otras dos mujeres.
ooooooooooo
Tras seis largos años, Hermione volvía a cruzar aquellas enormes puertas coronadas por estatuillas de cerdos alados. Recorrió los vastos terrenos de Hogwarts, su antiguo colegio, con un aire nostálgico al recordar tantas y tan diversas cosas.
Pero al entrar por la enorme puerta principal y comprobar el enorme bullicio que había en el Gran Comedor, ya que era la hora de la comida, la chica sonrió ampliamente. La hora de la comida siempre había sido su favorita.
Señorita Granger – la llamó una voz serena y llena de sabiduría.
La chica se dio la vuelta y sonrió al ver al profesor Dumbledore frente a ella, tan sonriente y amable como siempre, tan lleno de vitalidad que no parecía tener la porrada de años que en realidad tenía. Entonces se preguntó como haría el condenado para aparentar menos años de los que tenía, porque debía tener como poco, 200 años.
Buenas tardes, profesor – saludó Hermione aumentando aún más su ya de por sí enorme sonrisa, al mismo tiempo que estrechaba la mano que le ofrecía su antiguo director.
Acompáñeme – pidió el profesor mientras la dirigía hacia su despacho.
Ella hizo lo que el anciano le pedía y comenzó a caminar a su lado.
¿Qué tal va la escuela? – intentó la joven bruja entablar una conversación.
Oh, ya sabe, como siempre. Esto nunca cambia, a pesar de la de gente que pasa tanto tiempo entre estos muros – de repente, una sombra del tristeza cubrió los ojos azules del profesor Dumbledore – Aunque desde que la profesora McGonagall… murió, nada es igual.
Hermione recordó la muerte de su antigua profesora de Transformaciones, aquel fatídico día de su graduación.
Entiendo – aseguró ella – Sé muy bien lo que significa que se muera un ser querido.
Al llegar al despacho, Dumbledore pronunció la correspondiente contraseña y la gárgola que custodiaba la entrada, se abrió dejándoles paso. Subieron por la escalera de caracol y entraron en la sala.
Allí, sentados en cuatro cómodas sillas, había cuatro hombres, tres de ellos de igual edad y el otro más joven. El más joven, era Harry, que miraba divertido como los otros tres sostenían un interesante y reñido duelo de miradas. El primero, pálido, de mirada calculadora y cabello negro y grasiento, Severus Snape, miraba con ira y furia a los otros dos: dos hombres que le devolvían la mirada burlones. Uno de ellos, con ojos grisáceos, moreno, porte elegante y rasgos perfectos, Sirius Black, mostraba una mueca burlona en su rostro mientras que el otro que estaba sentado a su lado, Remus Lupin, pálido, alto pero no menos atractivo que su amigo, trataba en vano de apaciguar los ánimos.
Vaya atmósfera de compañerismo que se respira en el ambiente – ironizó el profesor Dumbledore nada más entrar.
Los tres mayores rompieron el contacto visual de inmediato y, al igual que Harry, dirigieron su mirada al anciano.
¡Hermione! – exclamó Harry contentísimo tirándose a los brazos de ella ¡Qué alegría verte!
Pero… pero si me viste hace dos días – le recordó la joven tratando de librarse de los brazos de su amigo que eran peor que los tentáculos de un pulpo y no la dejaban ni respirar a la pobre.
Harry se separó de ella inmediatamente un poco avergonzado por el arrebato cariñoso que acababa de tener. Aunque solo un poco, no creáis. Pensó que debía aprender a ser más disimulado con sus sentimientos, porque si no Hermione se iba a enterar de que le gustaba, porque… le gustaba¿no? Por otra parte, Sirius miraba la escena con cara de "¿pero este no era gay?"
¿Falta alguien? – preguntó el director del colegio interrumpiendo por completo la escena.
Los demás miraron a su alrededor y Hermione se percató de que Ron no estaba en la reunión. Justo en aquel momento, la puerta de la estancia se abrió dejando paso a… Ron.
"Mierda", pensó la chica, "si soy más gafe, no nazco".
¿Qué hace ella aquí? – preguntó Ron escandalizado señalando a su ex.
¿Y tú? – cuestionó a su vez la castaña – No habrás venido aquí a pedirme que volvamos juntos¿verdad? Porque ya era lo que me falt…
Yo no he venido a pedirte que volvamos – interrumpió el pelirrojo, herido en su orgullo al quedar en evidencia delante de los demás.
¿Entonces¿A qué has venido? Porque no creo que seas lo suficientemente importante como para que el profesor Dumbledore te haya llamado.
¿Qué no soy importante¿Qué no soy importante? – repitió Ron incrédulo – Mira quien fue hablar. Si cuando estábamos casados te tenía que mantener porque tu sueldo no daba para nada.
Harry sonrió interiormente ante la escena que estaba presenciando. Hacía mucho que no oía a sus dos mejores amigos discutir de esa manera, como lo hacían cuando estudiaban en Hogwarts. Aunque en esa ocasión, las cosas estaban adquiriendo un cariz más grave.
¿QUÉ? – bramó la chica. Ahora era el turno de ella para asombrarse ¿Qué tonterías estás diciendo? Era YO la que llevaba todo el dinero a casa. No digas mentiras.
Señor Weasley, señorita Granger – les llamó su ex director tratando de calmar el ambiente, que ya estaba bastante caldeado.
Sí, claro. Ahora va a resultar que eras tú la que llevaba los pantalones en casa – ironizó Ron sin escuchar al profesor Dumbledore.
Pues claro – rebatió su ex – Si tú eras un calzonazos.
¿Pero qu…?
�¡BASTA! – gritó el profesor, interrumpiendo por completo la réplica del pelirrojo – Esto no es la consulta de un consejero matrimonial, así que señor Weasley, si es usted tan amable… - dijo señalando una silla para que el joven se sentara y le dejara comenzar con la reunión de una vez por todas.
Ron le obedeció a regañadientes y se sentó en la silla que el hombre señalaba, sin dejar de mandarle miradas furiosas a Hermione.
Pues ya veis que con esta "camaradería" comenzó la reunión que, con toda su buena fe (que no era poca), el profesor Dumbledore había convocado.
Durante estos dos últimos años – comenzó el anciano – hemos detectado algo de ajetreo entre los antiguos seguidores de Voldemort. Digamos que están preparando una especie de… resurgimiento.
¿Resurgimiento? – repitió Harry.
Pero si los mortífagos están en Azkaban¿cómo van a estar preparando un resurgimiento?
Lo sé, señorita Granger – aseguró Dumbledore – Pero no sus mujeres.
¿Y qué van a hacer ellas? – intervino Ron – No creo que sean capaces de montar una asociación o algo parecido en toda regla.
Me parece que tienes un concepto algo equivocado de lo que es capaz una mujer - se enfadó la única chica que había en la sala.
El caso es – interrumpió el profesor el intento de discusión – que las que todavía andan sueltas, lideradas por Narcisa Malfoy y por Bellatrix Lestrange, que al final consiguió escapar de ser juzgada, han formado una asociación: M.A.P.U.N.C.
¿M.A.P.U.N.C.¿Y eso qué significa?
Mortífagas Asociadas Por Una Causa Común
¿Una causa común¿Y esa causa es…? – cuestionó Hermione, temiéndose lo peor.
Luchar por los derechos de la mujer – respondió Sirius por el director.
Entonces no veo el problema – aseguró la chica – La causa es muy buena, tienen toda la razón y…
Ya sé que la causa es muy noble – interrumpió Dumbledore – Pero sus formas de luchar por esa causa digamos que no son muy… ortodoxas.
Durante este año ya se han producido varios casos aislados de torturas a muggles – informó Remus con tono de profesor – Siempre hombres.
Ron bufó al oír esa información. Seguía pensando que la gran mayoría de las mujeres eran unas inútiles… menos su madre.
Gracias a nuestra red de espías – prosiguió el director – conocemos bastantes datos sobre ellas, pero necesitamos más. Ahí es donde entráis vosotros.
¿Qué debemos hacer? – preguntó Harry. Por una parte estaba ansioso por entrar de nuevo en acción, pero por la otra no estaba seguro de querer participar activamente de nuevo en el mundo mágico.
Deberéis disfrazaros de mujeres y formar parte de la asociación – dijo Snape con una mueca maliciosa y a la vez burlona – Así será más fácil conocer sus últimos movimientos.
¿QUÉ? – exclamaron Harry y Ron a la vez.
Severus… - le llamó el director como regañándole. Luego posó su vista sobre los tres jóvenes – Hermione va a ser la que entre a formar parte de la asociación, y vosotros dos deberéis coordinar la información que os llegue a partir de ella para que así se pueda evitar lo que sea que haya que evitar.
¿Y por qué nosotros? – dijo Ron ¿Para qué están los aurores?
Veréis, hemos tenido un pequeño problemilla con ellos.
¿Qué tipo de problema?
Están en huelga – soltó Dumbledore – Ya sabéis, dicen que no les pagan lo suficiente y todo eso
Siempre dije que Ludo Bagman no era un buen ministro – intervino Remus a modo de reproche.
¿Qué más puedes esperar de alguien que se pasa el todo día apostando de manera fraudulenta y rememorando sus tiempos de jugador de Quidditch? – dijo Sirius.
Nunca supe como semejante inepto pudo llegar a ser ministro – aseguró Hermione con perplejidad.
Bien, dejemos esas preguntas para el apartado de misterios sin resolver y vamos a lo que vamos – continuó Dumbledore – El caso es que Ludo me pidió ayuda e inmediatamente pensé en vosotros. Siempre habéis trabajado perfectamente en equipo, así que creo que esta vez también podréis hacerlo.
Los tres chicos se dirigieron miradas incrédulas entre sí, y es que la cosa no era para menos: Ron y Hermione estaban atravesando un periodo en el que no se soportaban mutuamente, Harry había perdido el contacto con sus dos mejores amigos durante seis largos años y todavía tenía que recuperarlo al cien por cien, y además no sabía si Hermione le gustaba o si eso solo había sido fruto de la impresión que le había causado el volver a verla después de tanto tiempo. ¿Cómo demonios iban a trabajar en equipo en esa situación?
Ya os informaremos de lo que tendréis que hacer exactamente y de cómo lo tendréis que hacer¿entendido? – los tres asintieron con la cabeza ¿Alguna pregunta?
Harry, Ron y Hermione se quedaron callados y justo cuando el director les iba a indicar que ya podían marcharse, Hermione abrió la boca para preguntar:
¿Cómo consiguió Snape el puesto de director de los 40 Magistrales?
¿Director de los 40 Magistrales? – repitió Ron tratando de contener la risa ¿Director de… XD… los 40 Magistrales?
El pobre Ron no pudo aguantar más y estalló en carcajadas, mientras Snape le dirigía constantemente miradas asesinas.
Buenoooo – dio largas el director – Realmente es una laaaaaaarga historia.
¿Usted nos ve ocupados? – cuestionó Harry.
No.
Pues eso significa que tenemos tiempo para escuchar esa laaaaaaaaaarga historia.
Sus dos amigos ya habían abierto la boca para protestar ante esa afirmación, ya que ninguno de los dos tenía tiempo para escuchar esa laaaaaaarga historia; la madre de Ron le había preparado croquetas y le había advertido que si llegaba tarde a comer no las probaría y Hermione tenía cita con la peluquería. Pero rápidamente, Harry les lanzó una mirada de advertencia para que se callaran. Al fin y al cabo, eran ellos los que había preguntado así que les tocaba aguantarse y escuchar la historia.
De acuerdo, os lo explicaré – accedió el profesor Dumbledore bajo la atenta mirada de Sirius, Remus y Snape, implicados directamente en toda esa historia – Como es lógico y a pesar de la caída de Voldemort, yo necesitaba seguir informado, por lo que continué utilizando los servicios de los espías que se encontraban a mi cargo. Pero a pesar de que debía controlar los movimientos de los últimos seguidores de Voldemort que quedaban sueltos, también debía vigilaros a vosotros tres, y sobre todo a ti, Harry – el chico abrió la boca para preguntar como es que el hombre conocía su paradero, pero el no le dejó hablar – No preguntes, ya sabes que yo estoy en todo. Al señor Weasley y a la señorita Granger no necesitaba vigilarles demasiado, pero por si acaso, hace poco coloqué a Severus como director de los 40 Magistrales, una emisora en continuo contacto con El Profeta, y a Remus le encargué que se ocupara del departamento para el que trabaja el señor Weasley.
¿Y quién me vigilaba a mí? – quiso saber Harry, aunque la respuesta era más que obvia.
Sirius – respondió Dumbledore con una sonrisa.
Usted colocó a Sirius en un alto cargo de la cadena para la que trabajaba Harry – completó Hermione.
Correcto.
¿En mi cadena? – se extrañó Harry ¿Y cómo es que yo no me di cuenta?
Tuve el cuidado necesario para que no me descubrieras – aseguró su padrino.
Harry se quedó de piedra al oír toda esa información. O sea, que llevaba seis años escondido por así decirlo, apartado del mundo mágico, creyendo vivir en el completo anonimato y ahora se enteraba que el profesor Dumbledore le tenía más controlado que nunca.
¿Alguna pregunta más?
Los jóvenes negaron y, acompañados por Dumbledore, se dirigieron a la salida, ya que el director todavía tenía que tratar algunos asuntillos con Sirius, Remus y Snape.
Al salir Hermione marchó escopetada porque llegaba tarde a la peluquería, pero Harry y Ron se quedaron hablando un poco más. O mejor dicho, Harry se quedaba mirando con la boca abierta el lugar por el que había desaparecido su amiga y Ron hablaba.
… y entonces ahora vivo con mi madre – Ron había resumido esos seis años de su vida en cuatro frases. Eso es capacidad de síntesis y lo demás son tonterías – Si no fuera por sus croquetas, te juro que no la aguantaba. ¿Y tú¿Qué has hecho durante este tiempo?
Pero Harry no contestó. Estaba sumido en sus pensamientos; unos pensamientos algo confusos… ¿le gustaba Hermione¿Solo era cariño de amigos¿De verdad había sido necesario acostarse con Gyl para agradecerle todo lo que había hecho por él¿De qué coño estaba hablando Ron?
¡Harry¡HARRY!
¿Eh? – preguntó el moreno volviendo súbitamente a la realidad – Eeeeh… sí, claro, estoy de acuerdo contigo.
¿Estás de acuerdo conmigo¿En qué?
En… que los Tornados pierden contra los Chudley Canons fijo – se inventó Harry.
¿Qué¿Pero me estabas escuchando?
Claro – aseguró su amigo, para luego añadir – Anda, vamos, que te invito a tomar algo. Me tienes que contar todo lo que has hecho en este tiempo.
Pero… – empezó Ron confuso – si te lo acabo de contar todo.
Harry no le oyó, ya estaba bastante alejado, por lo que a Ron le dio tiempo para pensar en la extraña actitud del moreno.
"Analicemos los hechos", pensó el pelirrojo, "Harry está en las nubes la mayor parte del tiempo, a veces tiene una sonrisa de idiota en la cara espantosa y se ha quedado empanado cuando Hermione le dio un beso en la mejilla. Un momento… Hermione le dio un beso en la mejilla, él se quedó flipado. Entonces le gusta…"
¡Hermione! – exclamó Ron en voz alta y sin darse cuenta.
¿Qué pasa con Hermione? – preguntó Harry dándose la vuelta súbitamente.
Nada, nada.
Pero mientras alcanzaba a su amigo, Ron no podía dejar de pensar que si a Harry le gustaba Hermione, él lo iba a tener bastante crudo para recuperarla.
oooooooooooooo
La reunión no estuvo mal del todo – explicaba Hermione mientras se sentaba en la mesa y le ofrecía a su acompañante una taza de café – Exceptuando el hecho de que Ron estaba más insoportable que nunca.
Tienes que superar eso, no te vas a llevar mal con él toda la vida. Al fin y al cabo, sois amigos – razonó Kelly.
Ya, ya sé que tengo que solucionar las cosas con él – aceptó la joven – Y más ahora que vamos a tener que trabajar juntos.
¿Trabajar juntos?
Sí, el profesor Dumbledore nos ha encargado una misión – y acto seguido, Hermionese dispuso a explicar todos los detalles.
¿M.A.P.U.N.C.? – preguntó Kelly cuando su amiga terminó. Había una expresión indescifrable en su rostro y Hermione se extrañó por la reacción de su amiga – No creo que sea una buena idea.
¿Por qué?
Mira Hermione, tú ya tienes una casa, un trabajo, una vida hecha… ¿por qué te vas a meter en algo así? – pidió Kelly – Deja que otros se ocupen de ello, no es tu trabajo.
La joven bruja la miró sorprendida. De todas las personas a las que conocía, Kelly era la única de la que no se hubiera esperado eso. Siempre era Kelly a la que le encantaba la aventura, la que se arriesgaba… ¿por qué le decía eso ahora?
Kelly¿cómo puedes decir eso?
Yo solo te digo que quizás no merezca la pena. ¿Para qué meterse en la boca del lobo cuando ya lo tienes todo? Piénsalo bien Hermione, no creo que sea la opción correcta.
Dicho esto, Kelly se levantó y tras despedirse, se marchó. Mientras, Hermione meditaba sobre la actitud de su amiga. ¿Qué le pasaba?
Lamento haber tardado casi dos meses en actualizar (ya lo sé, una burrada) pero como no soy Wonder Woman ni nada por el estilo, el tiempo no me da para tanto. Aún así os prometo que dentro de dos semanas tenéis arriba el próximo capi.
Y ahora hablemos del capi. Como ya habéis visto es algo así como un universo alterno, Sirius no ha muerto, no hay profecía ni nada de eso. Lo que pasa es que tengo una duda y me gustaría oír vuestras respuestas¿creéis que Hermi y Harry harían una buena pareja? Yo ya tenía una pareja pensada para Hermi que iba a salir más adelante pero como parece ser que el fic ha tomado el control sobre mí, la cosa se ha liado y quería saber vuestra opinión. Con Ron está claro que no la voy a poner, además él ya tiene asignada una pareja, pero… ¿con Harry? De momento dadme vuestra opinión, no sé si al final os haré caso o retomaré el control sobre el fic, pero me interesa saber lo qué pensáis.
Y ahora sí, los adelantos para el próximo capi:
Harry, Ron y Hermione comenzarán con su misión.
Ron seguirá tratando de reconquistar a Hermione y llegará un momento en el que la chica se harte y explote.
Hermione pide ayuda al profesor Dumbledore y otras dos chicas se suman a la misión.
Harry continúa con las dudas y Lockhart ahora trata de conquistar al padrino del chico.
Pues ya sabéis, a leer y a dejarme reviews que me animan mucho y todas esa cosas. Y a esperar dos semanas para el próximo capi… pero, para que la espera no se os haga muy larga, os anuncio que durante esta semana voy a publicar un nuevo fic titulado "Objetivo: conquistar a Sirius" ambientado en la época de los merodeadores, que es una completa locura (para variar) pero que espero que leáis y que os guste.
Besos a todos.
bars9
Miembro de la Legión de las Lupinas
Miembro de la Orden Siriusana
Hermana de Mina Black
