Capítulo 07: Visitante mental
Harry les daba la espalda.
Sentado en la inmensa roca, con la varita mágica en una mano, los lentes en el rostro y la cicatriz en su frente (sin destellar siquiera), apenas cubierta por su melena azabache e indomable.
La camisa no le quedaba holgada. Era la misma que llevaba por debajo del uniforme en horas de la mañana, al menos en el diseño, porque la que ahora él llevaba irónicamente (o quizá no) tenía algunas franjas de colores, con la clara diferencia de que se hallaba perfectamente equilibrado el negro y rojo.
El viento removía sus cabellos de forma violenta, pero sin llegar a dominarlos por completo. El sudor caía a chorros por todo su agitado rostro hasta caer en la rocosa estructura que existía por suelo. Parecía que Harry estaba dándose un breve descanso luego de una feroz batalla.
Hermione se bajó de inmediato de los brazos de su custodio, el mismo que no dijo nada por ello. Sin pensarlo dos veces, ella comenzó a avanzar hacia el joven, quien seguía dándole la espalda, aunque esto no fue por mucho tiempo.
Harry volvió su mirada por la presencia mágica que presintió. Pero, al encontrarse con ella, no sobresaltó de la impresión. Era como haber visto a otra de sus personalidades. No sonrió, tampoco demostró enfado.
Y Hermione nunca antes estuvo tan de acuerdo con eso de que la indiferencia duele más que el odio.
— Harry — le llamó en un susurro, un tanto extrañada por su reacción, otro tanto dolida.
— ¿Qué haces aquí? — preguntó en el mismo tono con el cual le había rechazado la invitación de pasar las vacaciones con ella y sus padres. La idea de salir del colegio simple y secamente no lo había seducido.
— No sé cómo llegué — le respondió Hermione comenzando a sentir una extraña sensación en la boca del estómago que subía lenta y dolorosamente hacia su esófago, para quedarse ahí estancada, tal como sucedió ese día en que él le rechazó su propuesta — Creo que en algo tuvo que ver la poción que hicimos hace algunas horas. No he verificado sus efectos secundarios preliminares...
— ¿Y por qué sigues aquí? — indagó firmemente.
Lo que dolorosamente Hermione había descubierto era que Harry no iba a actuar como ese día. Él no le iba a pedir disculpas por haber sido tan cortante y tosco, ni tampoco le pondría de pretexto de que estaba cansado por la presión de los estudios, no le iba a dar unas suaves caricias en la espalda y mucho menos iba a dejar que ella recostara su cabeza en su hombro, así que los dedos de él no se enredarían en sus ondas castañas.
— Porque... — ella se acercaba tímidamente, como si algún error en sus palabras provocarían un malentendido irreparable — ... porque... Tenemos que hablar.
Hermione se adelantó más decidida luego de que soltara esas palabras, aunque al caminar con más firmeza las rocas se interponían (quizá mágicamente) en su camino y la angustia que amenazaba con asfixiarla se intensificó levemente.
Cuando estuvo tan cerca, a pocos pasos de él, Hermione sintió una ráfaga fría cruzarse velozmente en su objetivo y colocarse detrás de él, al tiempo en que con un sordo golpe apareció una especie de muralla que los encerró y apartó de sus 4 personalidades restantes.
Hermione se volvió ante los gritos lejanos que escuchaba, y vio el terror reflejado en los ojos verdes de sus anteriores personalidades, excepto en el de amarillo, a quien esa muralla seguramente le significaba un grandioso e intrigante enigma por descubrir (¿Ahora Harry Potter se bloquea mentalmente?)
El joven de ropas apagadas y holgadas se apartaba con lentitud de la pared, como si la misma fuera a absorberlo o desintegrarlo. El de camisa verde la golpeaba sin cesar, no importándole las consecuencias que tendría en sí mismo, y le ayudaba en su propósito, aunque con ataques mágicos, el joven de vestimenta púrpura, quien por primera vez en mucho tiempo no sonreía.
Hermione les oía gritar, golpear y maldecir. Los hechizos rebotaban contra la muralla lo mismo que los golpes, pero los ánimos no decaían en los dos jóvenes.
Mientras que el joven intelectual hizo un movimiento extraño con sus manos, haciendo aparecer uno de sus hologramas, al instante se reflejó en la transparencia de sus gafas una cantidad de datos corriendo a excesiva velocidad, apenas se veían imágenes coloridas. Y entonces la expresión neutra, que generalmente caracterizaba a la personalidad inteligente de Harry, cambió a una pálida y aterrada, advirtiéndole a Hermione que algo él había descubierto. Sin palabras, y como era típico del Harry auténtico, él se comunicó con ella con tan sólo mirarla.
La castaña se volvió de inmediato hacia Harry, descubriendo y compartiendo la misma expresión de terror del joven intelectual: esa parte maligna se hallaba detrás del joven Potter, sonriendo ansiosamente, como ya no resistiendo más la tentación de devorar la presa, cual animal salvaje, que tenía a su disposición.
— Aquí estamos — le dijo, siendo simplemente imposible disminuir aunque fuera un poco esa sonrisa que daba escalofríos, posando al mismo tiempo un brazo alrededor del cuello de Harry — En la recta final, mi querido Harry, frente a nosotros está ese último y fastidioso obstáculo que evita que te hagas invencible ante Lord Voldemort.
— Debiste irte hace mucho tiempo — objetó Harry mirando fijamente a Hermione. No había calidez en sus palabras. Le hablaba como si fuera una completa desconocida que cayó por error en una propiedad privada — Incluso antes de que llegaras a este sitio. Hace mucho tiempo que quiero apartarte de mi vida.
Y parecía que a él no le importaba que esa esencia malvada le rodeara el cuello. Era como si confiara ciegamente en ese patético intento de ser humano, como lo había catalogado Hermione en cuanto cuando lo vio.
— ¿Por qué? — indagó ella apretando los puños. No le daba buena espina ver a esa repugnante esencia detrás de Harry, como si en cualquier instante se fusionaría con él, o peor aún, lo eliminaría con tan solo hacer más fuerte la presión del brazo alrededor del cuello del joven — ¿Acaso crees que soy un objeto al cual puedes manipular o desechar a tu antojo? No, Harry. Las cosas no son así.
— No te quiero en mi vida. ¡No hay más explicaciones!
Se había alterado.
Se destruyó la indiferencia que Harry había querido mantener con ella y en reemplazo a esa actitud comenzó a mostrar desesperación ante la actitud de la castaña. ¿Acaso ella no puede simplemente desaparecer de su existencia? ¡Maldita terquedad!
— ¡Pues estás equivocado! — reclamó agitada Hermione, dándole más motivos para exasperarlo, la voz le temblaba en cada sílaba, se sentía al borde de un precipicio pero no estaba dispuesta a caer en el mismo — ¡Sólo yo decido junto a quien quiero estar! ¡Y quiero estar junto a ti!
— ¿Aún cuando se vuelva un asesino? — indagó la parte maligna en Harry con una sonrisa de satisfacción. Parecía que esa era la conversación que él había estado esperando por tanto tiempo y sencillamente no podía contenerse más.
— ¡Tú no te metas! — rugió Hermione enfadada, queriendo fulminarlo o desaparecerlo con tan sólo su mirada, lo primero que ocurriera.
— Soy parte de él — respondió encantado de la rabia de ella y su sonrisa se hizo más amplia, tanto que sus ojos verdes casi se entrecerraban — Si quieres a Harry, tendrás que aceptarme.
— Vete, Hermione — replicó Harry con frialdad, pareciendo que no había escuchado absolutamente nada de la esencia maligna, o si lo hizo demostraba apoyarlo plenamente — ¡Vete ya!
Su voz hizo eco por todo el sitio. Y se clavó dolorosamente en el pecho de Hermione, en donde ya le dolía. Ella atinó a abrazarse. La frialdad del ambiente se apoderaba cada vez más. Las rocas comenzaban a acumularse, la muralla que los apartaba de sus otras personalidades se volvía más gruesa y resistente.
— No me importa si me odias, si me quieres o si te causo repugnancia. — siguió diciendo Harry despiadadamente. Parecía que no le importaba cómo se sentía Hermione, y le hablaba con toda la firmeza que podía, recuperando en su forma de hablar la indiferencia que había perdido en instantes anteriores — Simplemente no quiero verte más en la vida. No vuelvas a cruzarte en mi camino.
Hermione cerró brevemente los ojos. Trataba de que el dolor por lo que escuchaba no le afectara y no siguiera clavándose en su pecho como si fuera una daga. Ella intentaba pensar con la razón y no dejarse llevar por la crueldad de sus palabras.
¡Y fue entonces cuando lo descubrió!
Ese concepto de «Aléjate de mí y jamás vuelvas» ella lo había escuchado por parte de los temores profundos de Harry. Fue cuando él huyó sin esperar alguna reacción de su parte. Porque en el fondo él temía a que ella le hiciera caso a su petición.
— No — le afirmó con suavidad y lo miró decididamente — Tú no quieres que me aleje y yo tampoco quiero alejarme.
— ¿De dónde has sacado semejante estupidez? — recriminó Harry, alterándose nuevamente ante la terquedad de la muchacha, apretando firmemente su varita con una mano, que hacía perfecto contraste con la otra, la cual temblaba.
Hermione se acercó con lentitud, pero se detuvo por unos instantes al ver cómo la sombra negra cerraba más la presión sobre el cuello de su amigo. El rostro de Harry, sin embargo, no mostró dolor alguno.
— Tú no lo amas — aseguró la parte maligna, su sonrisa había desaparecido en cuestión de instantes. La miraba con tal desprecio que Hermione sintió náuseas, y su forma de hablar era tan diferente que no parecía Harry — Sólo quieres un hombre a tu gusto y necesidades. Si amaras a Harry, si lo quisieras aunque sea un poco, lo aceptarías con sus virtudes y defectos. Tú no aceptas que Harry tenga que asesinar para sobrevivir. Prefieres que él muera...
— ¡NO! — abruptamente le cortó Hermione — Yo acepto a Harry con sus defectos y virtudes. Y sobre la Profecía... Una cosa es que Harry tenga que defender su vida y otra muy distinta que se convierta en el mismo Voldemort.
Estas últimas palabras abofetearon, literalmente hablando, tanto a Harry como todas sus personalidades. Incluso esa esencia maligna dejó de aprisionar un poco el cuello de Harry.
— Harry, por favor, date cuenta: Te estás convirtiendo en un ser sin amor y sentimientos, incapaz de dar y recibir amor — Hermione dio suavemente dos pasos hacia delante, ignorando a ese repugnante ser que aún no lo soltaba.
— Vaya concepto de amor. ¿No se supone que es dar sin esperar algo a cambio? ¡Pero no! — la parte maligna parecía aferrarse a una idea con desesperación. No le agradaba la forma de debatir de la chica — Hermione Granger ama y TIENE que recibir ese amor. No acepta que Harry no corresponda a sus sentimientos de amistad, lealtad y ese montón de estupideces que los débiles se jactan de poseer.
— La satisfacción de amar, es saber que la persona a la que le entregamos nuestro cariño LO SIENTE. Yo no exijo nada a cambio — Hermione pateó una pequeña piedra, indignada de que Harry permita que esa parte maligna se haya casi adueñado de su ser y lo peor, que no haga nada por alejarlo — ¡Para eso amaría a las rocas! ¡Porque sabría perfectamente que estaría desperdiciando mi amor en algo que no vale la pena!
— Esos son conceptos verdaderamente confusos e incoherentes. Gran pretexto para no aceptar sus debilidades.
— ¡No es así! —chilló Hermione desesperada, pero al instante respiró profundamente y se obligó a calmarse. Ella sabía que una discusión no se gana basándose en quien grita más, sino dejando que la verdad salga a flote — Sólo quien no ama, no puede hablar de amor.
— ¿Y tú me amas? — indagó repentinamente Harry. La indiferencia ante esta precisa pregunta se fue por un caño, y una clara expresión de ansias se reflejaba en su rostro aún con una fina capa de sudor, agregando la respiración entre cortada que él comenzaba a denotar.
— ¡Claro que sí! — respondió Hermione casi ofendida de esa pregunta. ¿Cómo se le ocurría hacer tal cuestión? Pero al terminar de decir esas tres palabras ella no pudo evitar una suave sonrisa. Sentía que el dolor de su pecho se disolvía y como si la carga sobre sus hombros repentinamente se volvió más ligera.
Harry bajó la cabeza, seguramente analizando cada una de las palabras dichas por ella, o sintiéndose incapaz de ver sus orbes castaños. Y hay que reconocer que ella influye bastante en él, un detalle perfectamente conocido por la esencia maligna que aún lo mantenía prisionero, por supuesto que eso a él ni le agradaba ni le convenía, así que atinó a utilizar su último recurso: Aprisionar más el nudo alrededor de la garganta del joven.
Y por primera vez en todo ese tiempo Harry sintió que se asfixiaba.
— Eres una entrometida de primera — La sombra en los ojos del maligno detrás de Harry iba adquiriendo nueva forma. Hermione vio más horrorizada como la tonalidad de sus orbes pasaban del verde al marrón, igualando a los de Hermione en cuestión de segundos — Una verdadera molestia para mis propósitos.
Cada vez más transmutaba, al tiempo que más aprisionaba el brazo alrededor del cuello, asfixiándolo con mayor rapidez, lastimándolo más. Harry no pudo siquiera reaccionar debidamente y en un intento por liberarse de su captor, soltó la varita mágica, forcejeando en vano.
La esencia maligna sufría una transmutación total ante los ojos de Hermione; esa cosa (por denominarla de alguna manera) adquiría más edad, acentuándose en su rostro la ira y el desprecio. La tonalidad de sus ojos cambiaban ahora de castaños a rojizos brillantes, y las cuencas alrededor de sus párpados se achicaban, al igual que las fosas nasales, tal como lo eran las de las serpientes.
Harry parecía desaparecer, forcejeando aún por respirar un poco. Pero su cuerpo comenzaba a desintegrarse, comenzando a ser absorbido por el individuo que había invadido y casi se había apoderado de la mente del joven. De todos los horrores que pudieron existir en la vida de Harry, jamás nadie sospechó que su propio enemigo se había estado apoderando sigilosamente de él. El mismo Lord Voldemort estaba dentro de su mente.
Continuará...
Notas finales: Penúltimo capítulo entregado, y aunque les dije que el capítulo estaba más largo.. pues veamos, soy sincera y el capítulo lo dividí en dos. Es que no esperé tanta aceptación de este fict (muchos lectores para torturar XD) y el siguiente será el último capítulo Y habrá un epílogo.
La idea del fict iba a ser mucho más sencilla y no iba a darle muchas vueltas al asunto. La idea original se basaba en un simple encuentro entre dos mentes, (la de Harry y Hermione) y bueno, gracias a ustedes, a sus mensajes, obligué a mi inspiración a entregarles el escrito con mucha calidad (para que no me huyan del fandom) y la mía, shipperiana por excelencia, adoró la idea de verlos juntos en un nuevo peligro: por ello Voldemort a la vista.
Espero que les haya agradado el desarrollo de esta historia. Agradezco a todos sus mensajes, de todo corazón. Cada uno de ellos alejándome más y más de la realidad, envolviéndome en un fantástico mundo de felicidad y orgullo. (No, jefe... nadie me ha pedido matrimonio)
Les quiere,
Hikari.
Harry Potter y Hermione Granger pertenecen a la escritora Joan K. Rowling, la causante de que pase parte de mi existencia escribiendo ficts (principalmente sobre estos dos), todo lo escrito y utilizado es hecho sin fines económicos, sólo quiero entretener (y de unir más partidarios al ya saben qué nn)
Y ahora les dejo un precioso fragmento que demuestra lo bien que trabaja nuestra pareja en equipo:
— Dumbledore dijo simplemente... dijo simplemente que podíamos salvar más de una vida inocente... — Y entonces se le ocurrió — ¡Hermione, vamos a salvar a Buckbeak!
— Pero... ¿en qué ayudará eso a Sirius?
— Dumbledore nos dijo dónde está la ventana del despacho de Flitwick, donde tienen encerrado a Sirius con llave. Tenemos que volar con Buckbeak hasta la ventana y rescatar a Sirius. Sirius puede escapar montado en Buckbeak. ¡Pue den escapar juntos!
Hermione parecía aterrorizada.
— ¡Si conseguimos hacerlo sin que nos vean será un milagro!
— Bueno, tenemos que intentarlo ¿No crees? — dijo Harry. Se levantó y pegó el oído a la puerta —. No parece que haya nadie. Vamos...
Harry Potter y el Prisionero de Azkaban. Capítulo 21 El secreto de Hermione
Y eso ocurrió ¿No? Salvaron al hipogrifo (¿Sabían que me encanta este animal? No cualquier hipogrifo, sino Buckbeak específicamente) Volaron con el bello de Buckbeak hasta la ventana, rescataron a Sirius quien escapó montado en el hipogrifo. El milagro (realizado por Hr/H) se dio ¡Trabajaron en equipo, complementaron sus ideas, se arriesgaron, Hermione se abrazó a la cintura de Harry, en la película fueron escenas intensas de tomadas de mano, protección de Harry (Dan) utilizando su cuerpo para proteger a Hermione (Emma) — eso me suena a Harry valiente XD — ¡Pero es verdad¡Él la abrazó¡Y la protegió con su cuerpo del lobo—Lupin y Buckbeak les protegió a ambos¡Amo a Daniel! Amo a Cuarón¡Pero más a Dan¡Mis neuronas se disparan y se alteran: Hikari respira profundamente: y (volviendo al tema del trabajo en equipo de Hr—H) verdaderamente funcionó.
Y sobre el capítulo anterior, lo que puse al final, lo que resalté… (Hikari sonríe traviesamente) ya lo dije, yo no pienso nada en especial, esa fue una lectura muy entre líneas. (Maky, eres astuta) e insisto, yo no pienso nada en especial por leer sólo que Harry volvió con Hermione, que siguieron practicando hasta pasadas las doce, y a las dos en punto de la madrugada Hermione estaba exhausta pero satisfecha y al final le dice que mejor se van a dormir. Ese fue el resumen XD Sólo digo eso XD
