"Hechiceros y demonios"
Por Sumire-chan
Capítulo VIII: "Conversaciones esperadas"
Misao bajó las escaleras rápidamente, era muy temprano y el sol aún no salía. Tomó una chaqueta del perchero de la entrada y salió mientras recordaba lo sucedido la noche anterior.
*~*~*~*~*~*Flashback *~*~*~*~*~*
- la noche vendrá por todos - setenció Atakai.
- Atakai-sama, debo hacerle una pregunta - dijo Misao.
- te escucho.
- ¿por qué?
- no es momento ahora, ven mañana, temprano, antes de que el sol termine de iluminar todo el pueblo - sentenció desapareciendo.
*~*~*~*~*~*Fin del Flashback*~*~*~*~*~*
- ¿A dónde vas? - preguntó una voz deteniéndola justo en la puerta.
- ¿uh?
[ñaca, ñaca, sufran!!!!! No les diré aún quién es]
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Kaoru dio su séptima vuelta en esa cama tan suave y cálida que Tomoe le había dado para ella sola, en un cuarto que compartía con Misao y Megumi. Ya sabía que la primera estaba, seguramente, visitando a Atakai en el consejo, ella no tenía deseos de ir hacia allá. Su mente estaba hecha un lío, se sentó en la cama lentamente, undiendo sus dedos entre las hebras negras azabaches, ¿porqué Kenshin no le había hablado nada aún?
- ¿Pasa algo tanuki-chan? - preguntó Megumi volteando a verla, al parecer, tampoco podía dormir.
- ash, Megumi estoy tan confundida - le confesó apoyando el rostro en una mano, su mirada era triste, contrastando con su carácter de costumbre - sabes, pensé que Kenshin y yo éramos amigos, y mucho más que eso.
- ¿y no lo son? - indagó extrañada.
- ¡¡no!! Él no me ha hablado desde que llegó, ni siquiera un hola Kaoru. Nada.
Megumi estaba a punto de hablar cuando tocaron la puerta, inmediatamente Kaoru supo quién era.
- espera, yo abro - le dijo la hechicera encontrándose cara a cara con Soujiro.
- ya comenzó otra vez.
- ¡¡Mou!!
Takani la siguió escaleras arriba, al segundo piso, donde continuaban las habitaciones, entraron en la primera de la derecha y vieron a Natsu sentada en el suelo, tomándose las rodillas con sus brazos, abrazándolas.
- oh, encima Misao no está - comentó Kaoru viendo como la muchacha brillaba intensamente, las noches solían pasarlas así, y era siempre Makimachi quien la cuidaba y trataba de tranquilizarla.
- ¿No está? - preguntó Akeru con el ceño fruncido - ¿y donde está?
- salió a una cita con el consejo - explicó con prontitud y se agachó a la altura de Natsu, susurrando - escucha, Natsu-chan, ¿Qué pasa? Dime...
- el terror y las llamas, arden... arden mucho.
- ¡¡No entiendo qué le pasa!! - exclamó Megumi tocando su frente, ardía y su estado era inexplicable, asi que tampoco podía usar alguna de sus medicinas.
Unos segundos después, Kenshin y Sanosuke entraron al cuarto, habían sentido las voces y al ver a Natsu en ese estado incosciente se sorprendieron, no conocían a la chica, era realmente extraña.
- escúchame solo a mi Natsu - le habló suavemente Soujiro - ¿tu reina te está llamando?
- ¿reina? - preguntó Kaoru extrañada.
- ella... no es humana, Kaoru-chan, es una druida.
- oh... entonces supongo que se encontró con nosotros por error.
- no, ella me contó que escapaba, tal como lo explicó, y que por haberse encontrado en el lugar de la muerte de sus padres, sus poderes se encuentran en desiquilibrio, entonces, todo lo referente a la magia le cuesta mucho.
- como sabes de ella, Sou-kun.
- ella... me agrada mucho... mucho... - susurró.
Él se sonrojó y miró el cuerpo de la muchacha, había dejado de temblar un poco y despacio fue abriendo los ojos celestes, mirando a Soujiro.
- y yo pensé que te gustaba Misao - comentó ella con picardía y él se sorprendió.
- ¿estás bien? - preguntó sin borrar su sonrisa ruborizada de su rostro.
- si, no se preocupen - se acercó a la ventana - algo malo va a suceder, Kaoru-chan.
- ¿qué?
- puedo sentirlo, hay algo muy malo en el ambiente. ¿puedes olerlo Akeru?
- Feh! Son esos demonios - comentó - no creo que vayan a esperar ni un mes.
- sí, yo también lo suponía - dijo Kenshin.
- será mejor que duermas Natsu-chan - le aconsejó Kaoru saliendo del cuarto, se dirigió al último piso, que era una gran tapia, parecida a un balcón, había un banquito y dos columnas entrelazadas por plantas.
Se dejó caer en el banco apoyando su codo sobre la tapia baja que rodeada toda la construcción, recostó suavemente su rostro en una mejilla y observó la inmensidad de la ciudad de Zakuro. Quizás no se lo había dicho a Misao, ni a Natsu, ni mucho menos a Megumi, pero podía sentir el olor de la sangre flotando en el ambiente, y sentía, que su muerte no estaba muy lejos.
- ¿Pasa algo Kaoru-dono? - preguntó Kenshin acercándose a ella, ni siquiera lo había sentido entrar. Pero él, por el contrario, la había estado observando desde el momento en que piso el suelo marmolado, introduciendo cada uno de sus movimientos en su mente.
- ya te dije - protestó - que no me gusta que me llames con ese -dono.
- perdón, hace tanto tiempo, que ya lo había olvidado.
- lo sé - admitió.
- ¿Qué te pasa Kaoru?
- nada - bufó.
- te conozco - le echó en cara - o por lo menos te conocí durante mucho tiempo y tu, me conociste más que nadie, ¿porqué no eres sincera conmigo?
- Kenshin...
- dime.
- ¿Alguna vez me quisiste? - pregunó con ingenuidad.
El rostro de Himura se ensombreció, ¿Qué le quería decir? ¿Y que diría él al respecto? Claro que la quería, la amaba y era el centro de toda su existencia. Pero aún, había cosas que ella no entendía y que le costaba poner en orden, como el control que ejercía Battosai en él a la hora de batallar.
- eres un gran amiga - mintió.
- oh - suspiró - vete, por favor.
- ¿Qué?
- ¡¡yo no quiero tu amistad!! - alegó enfadada, las lágrimas se liberaban de las cadenas de sus ojos cayendo hacia sus mejillas - ¡¡Vete!! ¡¡Dejame!!
- Pero Kaoru...
- ¿No entienes Kenshin? - preguntó ajena a lo que realmente sentía su pelirrojo hechicero - yo no necesito ni tu amistad, ni tu protección, nada de eso.
Kaoru sentía que las piernas le flaqueaban, se secó las lágrimas presurosa e intentó salir de allí pero la mano de Himura sujetó la suya y la asió contra su cuerpo, presionándola piel con piel.
- qué... - susurró Kamiya.
- escúchame, yo... no deseo darte solamente mi amistad - le admitió - me gustaría millones poder amarte y sacrificaría mi vida si eso significara tener una posibilidad contigo, pero... está Battosai, y tu sabes que él controla mi ser con facilidad.
- ¡¡No me importa él!!
- Pues a mi sí, si te lastimara... yo no sé que haría - le rozó la mejilla con el dorso de la mano, como la caricia del viento - yo realmente te amo, Kaoru.
- oh... ¡no me digas eso! - exclamó - si todo esto es un sueño, no lo hagas. No quiero despertarme luego sola en un cuarto, en alguna pensión, desesperada, pensando si en algún momento te encontraré.
- ha sucedido todo muy rápido ayer, es normal que pienses eso.
- Kenshin...
- te escucho.
- yo también te amo, y no me importa Battosai, si puedo estar contigo eso es suficiente para mí.
Él pasó una mano por detrás de la cabeza de su Kaoru, enterrando los dedos en el mar azabache, habían pasado años de amarse en secreto y tiempo largo de permanecer alejados, pensando solo el uno en el otro, quizás eso no era apropiado en ese momento porque luego sufrirían demasiado en la batalla, pero en su interior, sabía que era lo más correcto que había hecho. Posó su otra mano en la cintura, acercándola más a él, y cerró la distancia, juntando sus labios con los de ella, quien se entregó totalmente a ese beso.
- te extrañé mucho Kaoru - le confesó antes de volver a besarla - siento no habértelo dicho antes.
- ¡oh Kenshin! - exclamó viendo la sonrisa del pelirrojo y lo abrazó, extasiada de felicidad.
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Misao miró de reojo a la persona que caminaba a su lado, una evidente sonrisa se escapó de sus labios y se volvió más grande a medida que caminaban por allí; estaban yendo hacia el consejo.
- ¿qué te sucede misao? Estás demasiado callada para ser tu - dijo él y ella se quedó quieta en medio de la calle, se le acercó e investigó en su rostro, curiosa. ¿¿REALMENTE ERA ÉL?? - oye, ¿qué tengo?
- dime, ¿Eres tu?
- ¿qué te pasa misao? ¿De qué estás hablando?
- ¡¡tu no eres Aoshi-sama!! - exclamó de pronto señalándolo acusadoramente.
- ¿por qué dices eso?
- El Aoshi que yo conozco - lo informó con seguridad - no es tan dinámico como tu, es más serio y callado... ¡¡nunca le importó lo que me pudiera pasar!!
- ¿Qué? - bajó la cabeza. Seguramente en algún tiempo él fue así, no le interesó mucho de misao y si lo hizo, nunca se atrevió a decírselo, él jamás andaba por ahí diciendo lo que sentía y preguntándoles a los demás su estado de ánimo - bueno, ese Aoshi que tu conociste cambió mucho.
- me doy cuenta - dijo con tristeza. Ella no deseaba, ahora que lo pensaba bien, que su Aoshi cambiara, se había enamorado de él cuando era un joven distinto, un niño distinto. - pero bueno... - suspiró resignada y agregó - supongo que aprenderé a conocer a este nuevo Aoshi.
- no lo dudo - susurró él para sí - me encantará que me conozcas.
Ella se sonrojó, y sonrió...
*~*~*~*~*~*Miró a su alrededor... había gente huyendo, edificios demolidos consumiéndose en terribles incendios. Ella se encontró asustada, su corazón se detuvo levemente al ver caer a metros suyo una figura conocida. Se acercó corriendo, temblorosa, un rayo le había atravesado cerca del corazón.
- Aoshi-sama... - susurró tomando como pudo el cuerpo del muchacho, sus cortos cabellos negros cubrían sus ojos azulados como el hielo, ella los quitó con sus pequeñas manos ensangrentadas, temblaba al ver el cuerpo de su amado convulsionarse.
- huye - dijo él con voz queda- huye... antes... de que... te atrapen.
- ¡¡No!! ¡¡No le dejaré!! - dijo aferrándose a su pecho, sintió la mano de Aoshi acariciando su cabeza- ¡¡no me dejes!!
- Misao... - le llamó con voz suave. Ella se separó y le miró directo a los ojos.
- Aishiteru... Aoshi-sama... - susurró ella rozando sus labios suavemente con los de él, un suspiro se le escapó entre el beso y se entregó a él, sintiendo como la vida se disolvía de su cuerpo. Ella se separó de él y le miró, ya no había rastro de su respiración, ni tampoco del sonido melodioso que producía su corazón...
Misao sintió que caía en un mar de desesperación al ver muerto a su ser amado, todo giraba a su alrededor en un remolino del caos y su mirada volvió a tornarse borrosa. *~*~*~*~*~*
- ¡¡No Aoshi!! - gritó incoscientemente.
- calma Misao, está bien, ya todo pasó - sintió una voz hablándola, para cuando volvió a recobrar la consciencia se encontró con el rostro de Atakai observándola.
- ¿dónde estoy? - preguntó mareada.
- en el consejo, un muchacho dijo que te habías desmayado cuando venías para acá y te trajo ante mí.
- ¿las demas?
- haces muchas preguntas - le comentó - están descansando.
- ya... - susurró - esas visiones están matándome.
- Quizás algún día te salven la vida...
- ¿Qué?
Atakai suspiró y se sentó más cómodamente, así Misao descubrió que estaban en la recepción del consejo, ¿dónde estaría Aoshi? Se olvidó de él, sólo por un momento, y prestó atención a la deidad, lo que iba a decirle era de suma importancia.
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- Ay, Tori-atama, ven... - lo jaló de la oreja Megumi con cariño.
- demo, ¡¡Kitsune!!
- nada de peros, deja a Soujiro-san con Natsu-chan, no seas entrometido. - se volteó hacia Akeru - ¿vienes Akeru? Preparé algo de comer.
- sí, voy, estas melosidades me molestan - explicó rápidamente.
Soujiro no quitó sus ojos azulados de Natsu, la veía tan indefensa, pequeña y acorralada por esos tormentosos poderes descontrolados, que fluían por todo su ser como la lava ardiente.
- te quiero mucho, Sou-kun - susurró ella, esperando que la escuchase, su voz no podía dar más que un simple murmullo.
- yo te necesito... debí decirlo antes.
- pero al fin lo dijiste.
- eres extraña.
- tu también, pero así y todo nos queremos.
- nuestra relación, si es que deseas una, será complicada.
- y podemos luchar para que mejore, ¿no crees? - preguntó sin ocultar una sonrisa sincera - total, nadie interferirá.
- ¿cómo lo sabes?
- porque en mi reino no me quieren.
- ¿qué?
- no les interesa mi bienestar, soy sola una sirviente más de su alteza - le confesó con cierta melancolía en la voz- y es mejor que no regrese.
- prometo darte un poco de paz, Natsu-chan.
- gracias - le susurró rodeando su cuello con sus brazos, y acercándolo a ella, junto sus labios por unos segundos y los separó lentamente, haciéndole desear cada beso y riendo animadamente con las sonrisas que se curvaban en el rostro de su Soujiro.
- ay, Natsu - canturreó, agotado de intentar atrapar sus labios. Ella esperaba una retirada pero él contratacó aprisionándola entre sus brazos, impidiéndole escapar, amándola en una batalla romántica y apasionada. Quizás, el amor era lo único que podría salvar el futuro del mundo, y la batalla contra los dragones no estaba tan lejos, esa... sería la verdadera lucha.
Fin del capítulo
Voy a hablar sinceramente, me gustó bastante este cap. pude poner un poco de romance entre los chicos y las chicas, jaja. Para el próximo cap. habrán muchos descubrimientos y bastante romance más, lo prometo, jijiji. En fin, gracias por leer el fic. Y paso a los reviews rapidito:
Gaby (hyatt): lo prometido es... ¡¡capítulo!! Ja, ja, ¿Qué te pareció la conversación? ¿no estuvo kawaii? Ella fue muy directa y él se dejó llevar por la situación. En cuanto a Tomoe, ya verás lo que hará... ^_^
Bizcochia U-u: me alegro saber que lees el fic, la verdad, no tengo reviewers que sean constantes, a excepcion de Gaby que siempre me deja un review en cada cap. y de ti que sé que dejas cada tanto. En cambio el resto ha desaparecido totalmente, snif... empecé teniendo muchos reviews, pero pienso que les ha aburrido el fic. Ni Misao-19, Anny-chan, Makimachi Misao (F.D.S.S), Asumi, Chi2 han vuelto. ¡¡no se que pasa que nadie lee mis fics!! BUAH!!!!!!!!!!!! Estoy perdiendo la inspiración me parece, pero igual voy a seguir el fic, porque sé que se los debo a quienes lo leen aún. En fin, gracias por dejar tus reviews. Y me alegro contar con tu apoyo. Nos vemos en MSN. Un beso.
JA NE
Sumire-chan (ánimo lúdico: bastante bajo) T___T
Naitemo iiyo donna kanashimimo tsubasa ni kawarunosa sono mune de
