Un anillo para gobernarlos a todos,
Un anillo para encontrarlos,
Un anillo para atraerlos……….
Solo un anillo podía causar tanto mal. Solo un pequeño anillo de oro aparentemente inofensivo y atrayente, pero lleno de poder. Un poder que en manos inadecuadas podía causar un gran mal a Tierra Media. Desde hacía mucho tiempo se había perdido... Ahora lo han encontrado.
Una pequeña elfa corre riéndose intentando escapar de alguien, se esconde entre los árboles conteniendo ahora la risa. Asoma su cabeza lentamente y ve a un elfo, el rey de Rivendel Elrond, su padre.
¿Dónde estas?
Elrond mira a su alrededor cuando escucha una pequeña risita, sonríe y se acerca despacio hacia los árboles que tenía a su izquierda. Ve a su hija pequeña tapándose la boca para no reírse intentando esconderse y él la agarra tomando a la elfita desprevenida.
Te pillé pequeña.
No es justo papá.
Tienes razón no es justo – Dijo Elrond soltando a su hija y dejándola en el suelo.
La niña le mira sonriente con un brillo en su mirada y sin que Elrond pueda evitarlo la niña se lanza hacia él riendo y tumbando a su padre. Lo dos se ríen y se revuelcan en el suelo llena de hojas de los bonitos árboles de Rivendel. Después de un tiempo la niña abraza a su padre y le mira.
Cuéntame otra vez como venciste a todos esos orcos.
¿Nunca te cansas de escuchar esa historia?
No – responde ella riéndose – Me gustan muchos tus historias.
Las historias pueden ser bonitas – Dice Elrond a su hija – Pero la guerra no lo es, Nimwer.
Ya lo sé papá – dice Nimwer con una sonrisa – Pero me gusta mucho saber que después de todo, la paz triunfa en Tierra media.
Si, por ahora todo está tranquilo – Dice Elrond serio – Pero tiempos oscuros se acercan y temo que esta batalla no la podamos ganar.
Como decía mamá, hay que tener fe – dice la elfita abrazando con más fuerza a su padre – Fe en que unidos podamos afrontar cualquier cosa, las tempestades, las pérdidas… Por que si uno solo es capaz de cambiar el destino del mundo, juntos podemos hacer prodigios.
Elrond mira a su hija menor con una sonrisa triste, la agarra y la levanta del suelo, luego se levanta él.
Vamos Nimwer tu hermana Arwen nos estará esperando para comer. – dice Elrond cogiendo de la mano a su hija.
¿Papá?
¿Si hija?
Cuando sea mayor quiero ser una guerrera como tú ¿Crees que podría llegar a ser una?
Por supuesto –Dice Elrond – Y serás la mejor…
