:Flash back; 3 meses antes:

Luego de haber contemplado aquel bello atardecer, Kagome decidió ir a buscar su mochila a su casa (recuerden que llegó al Sengoku inconsciente, ya que se había desmayado antes de llegar a juntar sus cosas). Inuyasha quiso acompañarla en su breve viaje, pero ella se negó ¨¿pero para qué? Si no es necesario, está bien, puedo ir sola¨, había dicho al hanyou mientras se encaminaba hacia el pozo que la transportaría a su época.

Es cierto, no había necesidad de acompañarla. Además, el pozo no estaba muy lejos, y no había peligro alguno... ¿o sí?

Antes de que pudiera entrar allí, algo la golpeó tan fuerte que la tiró al suelo...

¿se acuerdan de aquellas aves que dejaban sin sangre a los aldeanos?

Esta vez la responsable de todo no era Abi (aquella princesa que las dirigía), sino que era otra mujer... era una youkai pero, había algo más... también estaba embarazada...

Antes de continuar:

Para que la criatura de esta mujer demonio pudiera crecer fuerte, necesitaba alimentarse de sangre...

Pero no cualquier tipo de sangre: específicamente; sangre de mujeres embarazadas.

Para esto, utilizaba a las aves, con las que recorría y asolaba los pueblos vecinos de las montañas, a cuyas mujeres encintas, (mediante un desarrollado olfato) podía detectar a kilómetros de distancia.

Una vez que la tiraron al suelo y la dejaron inconsciente (el golpe fue en la cabeza); los pájaros se disponían a chuparle la sangre...

Pero no pudieron acercarse mucho: en ese momento, un aura sagrada rodeó a Kagome (recuerden que ella es una sacerdotisa) y las aves fueron expulsadas hacia atrás, sin posibilidad de tocarla: ese aura los repelía.

A la mujer, que estaba montada en uno de los pájaros, esto le llamó mucho la atención... pero para bien de ella: había oído que si llegaba a utilizar la sangre de una sacerdotisa (lógicamente, embarazada), su criatura incrementaría sus poderes al triple...

Lo raro de todo esto era conseguir a una sacerdotisa embarazada, por supuesto (por que, supuestamente, esto es imposible).

Pero para Hisako (ese era el nombre de la youkai), hoy era un día de suerte.

Como no podía acercarse con sus aves, tuvo que irse a su cueva a buscar ayuda: necesitaba llevársela allí para realizar la ceremonia y así poder quitarle aquel líquido vital (creo que no hace falta que explique el por qué de la ceremonia, ¿no?).

Por ello, la abandonó por un momento... su guarida distaba bastante de allí, por eso se tardó poco más de dos horas.

Kagome seguía inconsciente en el suelo.

:luego de dos horas, en la cabaña de la anciana Kaede:

un inquieto joven híbrido camina de aquí para allá... se lo nota impaciente...

¨ :pensando: Cuánto se está tardando... ya tendría que estar aquí... feh! Esta mujer no cambia más¨.

Con cara de resignado, Inuyasha se encamina rápidamente hacia la casa de Kagome para regañarla por su tardanza, creyendo que ella está allí.

Pero cuando aún no llega a ver el pozo que comunica las dos épocas, nota algo extraño...

¨Es... ¡es el olor de Kagome! Está aquí... pero... ¿qué significa este terrible olor a sangre::piensa un momento: No puede ser... ¡es el mismo olor de..::se acerca rápidamente hacia aquel lugar, en donde simultáneamente la mujer se está llevando a la futura madre de su hijo. Cuando él llega, ya es tarde: ¡Kagome!¨

El híbrido continúa gritando su nombre, mientras corre en dirección a las montañas, ya que está siguiendo con su olfato a aquella mujer que se la está llevando montada en un ave distinta a las otras... ésta parece más poderosa...