CAPITULO 12
El sonido del retrato al abrirse le sacó de sus pensamientos. ¿Quién llegaría a estas horas?
Se levantó y se le hizo un nudo en el estómago al ver a Lily, todavía con la bata de la enfermería, parada en la puerta, con la mirada clavada en él y apoyándose en la mesa para no caerse.
Se quedó quieto al verla, no muy seguro de cómo debía de reaccionar. ¿Dejarla sola? ¿Acompañarla hasta la enfermería? ¿Ayudarla a subir hasta su habitación? Ella seguía quieta en el sitio, con la vista baja, tal vez porque no quería que James viera que había estado llorando. Se acercó a ella con cuidado, esperando a que levantara la cabeza y al menos le mirara. Cuando ya estaba casi a punto de llegar, Lily dio un paso atrás, pero sus fuerzas le fallaron y cayó de rodillas al suelo.
-estas bien? –preguntó con preocupación James mientras daba un salto para llegar hasta ella y arrodillarse a su lado
La pelirroja levantó la mirada por primera vez, tenía los ojos rojos y una mirada de rabia incontenible, con los restos de las lágrimas todavía mojando sus mejillas pálidas. Le tendió la mano para ayudarla a levantarse, pero ella la rechazó y se levantó por su cuenta, apoyándose en la mesa. Comenzó a caminar hacia el centro de la sala común, no muy segura todavía de donde quería ir. Solo quería estar sola, pero parecía que allí a donde iba siempre había alguien estorbando. James caminaba a su lado, temiendo que pudiera caerse. Se sentó en el sofá, en frente de la chimenea y él se quedó de pie, esperando, tal vez, a que ella le hiciera una seña para sentarse a su lado. Pero la seña no llegó, así que se sentó en la silla de enfrente. Lily trataba de comportarse de manera natural, pero por dentro estaba tan destrozada que tenía la sensación de que aunque no quisiera estaba gritando lo mal que se sentía; y que Potter, sentado en frente de ella, lo estaba escuchando todo, para luego poder echárselo en cara. Cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás, solo quería dormir y dejar de pensar, pero para su desgracia cada vez que lo hacía y su mente quedaba en blanco comenzaban a dibujarse en su cabeza cada uno de los momentos que había pasado con su padre, atormentándola y recordándole que ya no volvería a verle. Volvió a abrir los ojos y vio que James estaba sentado a su lado, con la mirada clavada en el fuego de la chimenea. Pensó en levantarse e irse a cualquier lugar, pero no tenía fuerzas suficientes ¿es que no entendía que quería estar sola? Notó algo cálido sobre su mano y cuando bajó la mirada vio, no sin sorpresa, que lo que tenía sobre su mano era la de James, que ahora la miraba directamente a los ojos, haciéndola sentir tan pequeña que llegó a pensar que en ese momento estaba muy lejos de ahí y que James estaba viendo a otra persona a través de ella. Tal vez fuera eso lo que ocurría. En ese momento no era nada. Ese sentimiento la reconfortó. No apartó la mano, al contrario, la agarró con fuerza, como si fuera la cuerda que necesitaba para salir del mar en el que se estaba ahogando. James sentía el apretón de la mano de Lily, en sus ojos tenía reflejadas las llamas rojas de la chimenea y parecía tan lejana que le dio la sensación de que estaba sentado al lado de un fantasma. Se acercó a ella al tiempo que con su brazo libre la abrazaba y le acariciaba el pelo, ella no lo rechazó, al contrario, le correspondió poniendo los brazos alrededor de su cuello y dejándose caer sobre su pecho, sintiendo el latido del corazón del chico bajo su cara. James se dejó caer hacia atrás, tumbándose en el sillón. La respiración de ambos era lenta y calmada, y la mano de James subía y bajaba acariciando la espalda de Lily, que comenzó a sollozar levemente; no quería que James la viera llorar, ni él ni nadie, pero había llegado a un punto en el que sus lágrimas ya no aguantaban más dentro de sus ojos, tenían que salir o reventarían dentro de ella, hundiéndola de nuevo. De los ojos de Lily salían lágrimas furiosas que iban a parar a la túnica de James, con cada lágrima Lily sentía un peso menos dentro de ella, pero en su cabeza la sucesión de imágenes vividas pasaba como una película que cada vez que terminaba volvía a empezar otra vez y otra, y otra, y así hasta que quedó dormida. James tardó en dormirse un poco más, tenía la boca seca y no tenía el más mínimo sueño, la respiración de Lily ya era tranquila y constante, por lo que supuso que se había quedado dormida.
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En la habitación de las chicas la noche había transcurrido más rápido, tanto Kate como Alissa estaban agotadas y nada más acostarse se habían quedado dormidas. Fueron Sirius y Steff, que llegaron de madrugada, las que las despertaron antes de que lo hicieran los despertadores mágicos que tenían programados para las 8 en punto. Entraron en la habitación sin llamar a la puerta, para no despertar a las otras compañeras de cuarto. Steff se dirigió a la cama de Kate, en donde Remus y ella dormían.
-Kate! Lupin –ambos parecían reacios a despertarse, y Steff tuvo que recurrir al vaso de agua que había sobre la mesilla de noche para que abrieran los ojos. Medio vaso sobre la cara de cada uno y ya estaban más despiertos que McGonagall en medio de un examen.
Sirius, por su lado, fue hacia la cama de Alissa, en la que la chica dormía abrazada a la almohada. "ese podría haber sido yo" se dijo con lástima mientras le lanzaba una mirada de odio a la almohada. Se acercó a la chica, pensando la mejor forma de despertarla, pero no fue necesario dar un paso más, porque Alissa tenía un sueño ligero y al mínimo sonido que escuchara ya se despertaba sobresaltada y con la varita en la mano. Abrió los ojos y se sentó en la cama, miró a su alrededor y se encontró con Sirius, que tenía la mirada triste al ver frustradas sus esperanzas de darle a Alissa una beso para despertarla, tal vez así, con un toque romántico, consiguiera lo que no conseguía siendo él mismo.
-hola Black
-buenos días
Alissa se levantó de un salto, llevaba puesta la ropa del día anterior, al igual que Kate y Remus, que discutían con Steff por la forma tan brusca que había elegido para despertarlos. Con tanto grito y tanta discusión las compañeras de las chicas no tardaron en despertarse, y al hacerlo estas seguramente también lo hizo el resto de la torre, porque al ver a los merodeadores en su habitación comenzaron a gritar sorprendidas y corrieron a encerrarse en el baño para arreglarse el pelo y la ropa, para desgracia de ambas cuando salieron del baño ya se habían ido todos. Kate, Alissa y Remus solo necesitaron un movimiento de varita para arreglarse y ahora todos se dirigían rumbo a la enfermería, para visitar a Lily.
-por cierto ¿alguien ha visto a James? –preguntó Sirius, que se había olvidado hasta ese momento que no estaba por la noche y tampoco esa mañana
-estará con Tasha –contestó Alissa quitándole importancia
-sí, porque desde luego con Lily no creo que esté –opinó Remus mientras bajaba a la sala común, pero al mirar hacia el sillón se quedó callado- ¿estáis viendo lo mismo que yo? –preguntó tras un rato, cuando consiguió asimilarlo.
Al escuchar la pregunta de Remus los demás bajaron también a la sala común, encontrándose con una escena que jamás hubieran creído ver. James y Lily, ambos tumbados en el sofá, dormían tranquilamente abrazados, como si no fueran James Potter y Lilian Evans.
-esto no saldrá de aquí ¿de acuerdo? –Alissa caminó hacia el sofá, no muy segura de cómo debía despertarla, o si debía despertar primero a James, o a los dos a la vez.
Steff se puso a la altura de Alissa, pero Remus y Kate, después de la forma en la que los había despertado a ellos, lo agarraron y no lo dejaron avanzar más.
-Lily –susurró Alissa mientras movía ligeramente el hombro de la chica. Repitió la acción un par de veces
Tanto James como Lily comenzaron a moverse un poco mientras cerraban los ojos con más fuerza al sentir la luz sobre sus cabezas. Lily fue la primera en abrir los ojos, al principio estaba desconcertada porque no recordaba muy bien lo que había pasado, pero luego todo volvió a su cabeza y se sentó en el sofá al ver sobre quién estaba. Miró a sus amigos, que no parecían estar preparándose para soltar una broma ni nada de eso. Se tranquilizó. James también se había despertado y con las mejillas un poco coloradas se sentó en el sillón, al lado de Lily.
Nadie se atrevía a romper el silencio, todos tenían mucho que decir pero eran incapaces de hacerlo. Al final Lily fue la que rompió el silencio.
-voy… voy a cambiarme –se levantó y con la vista clavada en el suelo, sin importarle si tropezaba contra algo, caminó con paso rápido hacia su habitación.
-por tu bien que no le hayas hecho nada, ¡aprovechado! –gritó Kate roja de la rabia después de asegurarse de que Lily se había perdido en la oscuridad de las escaleras.
-que dice esta loca? –gritó el aludido
-a quien llamas tu loca desgraciado?
Remus trató de poner orden entre su novia y su amigo, pero ambos se lanzaban miradas asesinas.
-¿y Steff? –preguntó Alissa buscando con la mirada al chico, que había desaparecido
-estará hablando con Lily –opinó Kate
-que hacemos? –preguntó Alissa, más para ella que para otro.
-será mejor que la dejéis sola –opinó James mientras se levantaba
-¡ya habló el listo! ¿Te crees que ahora conoces a Lily o que? –Kate parecía haberse levantado con el pide izquierdo y no dejaba de alardear de su buen humor
-déjame en paz, voy a cambiarme, nos vemos a la hora de comer
-y las clases? –preguntó Sirius, pero James ya se había perdido entre las escaleras.
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-seguro que estas bien? –preguntó otra vez Steff, sentándose en la cama, al lado de Lily
-sí, Steff, de verdad
-quieres que hablemos?
-no, pero gracias
-te dejaré sola entonces. ¿Vendrás luego a comer?
-no creo que me entre nada
-de todas formas al menos avísanos para saber donde vas a estar –se levantó de la cama y le dio un beso a su amiga en la frente. Era la primera vez que al besarla en la frente no conseguía sacarle una sonrisa.
Salió de la habitación y la dejó sola en el cuarto, que se quedó en silencio. Lily se dio una ducha, no muy segura de si las gotas que mojaban si cuerpo eran lágrimas o las gotas del agua, aunque tampoco le preocupó demasiado. Se vistió con lo primero que encontró y se tumbó en la cama, pero no aguantó demasiado en esa postura, necesitaba moverse, caminar, pensar en otra cosa. Salió de la habitación y de la sala común y caminó sin rumbo fijo por los laberínticos pasillos del castillo. Nunca hasta ese momento se había fijado tanto en los detalles de cada cuadro y de cada estatua, hasta en las grietas de las paredes y lo astilladas que estaban las puertas. A cada poco miraba el reloj, pero parecía que el tiempo se había detenido, incluso creyó haber visto las agujas del reloj ir hacia atrás. Llegó hasta la biblioteca, no era de extrañar que siendo uno de los lugares que más visitaba de todo el colegio sus pasos la hubieran llevado inconscientemente hasta allí, como adelantándose a sus deseos. Caminó entre las estanterías de libros que se extendían desde el suelo hasta el techo, acarició las tapas de los tan conocidos libros y respiró el aroma a humedad y a viejo que estaba impregnado en cada una de las páginas de los miles de libros que ocupaban cada una de las estanterías. Un libro llamó su atención, era blanco, tanto que su color resaltaba entre los demás, que estaban sucios y negros de tantas manos por las que habían pasado. Tenía curiosidad por saber lo que era. Alargó la mano pero no era suficiente para cogerlo. Se puso de rodillas y estiró tanto el brazo que hasta comenzó a dolerle, pero seguía sin ser suficiente. De la nada salió una mano detrás de ella que agarró el libro sin dificultad. Lily se giró sobresaltada y se encontró frente a frente con un chico de pelo negro y ojos azules, en un primer momento creyó que era Sirius y ya iba a gritarle por el susto que le había dado, pero la túnica del chico tenía el emblema de Slytherin y Sirius no tenía esa mirada profunda y escrutadora.
-ten –le tendió el libro a Lily, que lo cogió con una sonrisa que pretendía ser de agradecimiento, pero por la cara del chico no debió de surtir efecto.
-gracias –dijo ella tratando de expresar con palabras lo que su expresión no había logrado
-no es nada –la miraba directamente, abarcando su cuerpo entero, con los ojos entrecerrados.
-tengo que irme, hasta luego –se despidió a medida que se alejaba, con el libro en la mano, sin prestarle atención. Sentía la mirada del chico en su espalda, clavándose como un cuchillo.
Él permaneció un momento más en el sitio, parado y mirando a la persona que acababa de alejarse tan rápido. La había visto muchas veces en las comidas y por los pasillos, pero esta vez tenía algo diferente, algo que le había atraído. Al girarse se encontró de frente con Severus Snape, que buscaba un libro entre los estantes altos.
-Snape! –Exclamó con sorpresa al chocar con él- perdona, no te había visto
-descuida Regulus ¿Qué tal?
-por aquí, buscando algo interesante para leer
-yo con los hechizos de pociones, el profesor no se cansa de mandarnos deberes.
-por cierto, conoces a esa chica ¿Verdad?
-que chica? –Snape siguió con la mirada la dirección que marcaba el dedo de su compañero, pero solo atinó a ver a lo lejos una melena roja que se movía con rapidez entre las mesas de madera esparcidas por la biblioteca. Bastó para reconocerla.
-sí, claro, es Lilian Evans ¿por qué? –preguntó con curiosidad y cierto escepticismo.
-no por nada, por nada –contestó el chico con una sonrisa- por cierto, el libro que necesitas está en el tercer estante
Salió de la biblioteca, pasando por el mismo sitio que momento antes había recorrido Lily, y miró en todas direcciones, con la esperanza de encontrársela.
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-de verdad que no pasó nada? –la curiosidad de Sirius seguía sin saciarse a pesar de que su amigo le había contado tres veces lo que había ocurrido la noche anterior
-que no, y no insistas más con el tema –repitió James.
Caminaban por los pasillos rumbo hacia el Gran Comedor, la hora de la comida se acercaba y querían reunirse con las chicas antes de que se sirviera la comida. Remus y Sirius habían ido a recoger a James nada más terminar la clase de pociones, el profesor les había mandando hacer una poción para el día siguiente y tendrían que buscar todos los ingredientes esa tarde si no querían suspender la asignatura.
-por cierto ¿ya hablaste con Tasha? –preguntó Remus
James se quedó parado en el sitio como si acabara de recordar algo importante, pero continuó andando, había sido una falsa alarma
-no
-¿y no piensas hablar con ella? al fin y al cabo era su padrastro, y te pasaste toda la noche consolando a su hermana, pero a ella ni una palabra de afecto
-Remus, hablas como si te importara lo que le pasa a Tasha –dijo Sirius- Lily es más importante para James ¿a que sí, Cornamenta?
-dejadme en paz los dos! –gritó mientras se adelantaba unos pasos.
-de todas formas me parece que vas a tener la oportunidad de hablar con ella ahora –dijo Remus, haciendo que tanto Sirius como James se detuvieran
-por que? –preguntó Sirius mirando en todas direcciones, como si temiera que un lobo saltara de repente sobre él.
-porque el tufo a colonia es muy fuerte, así que no debe de estar lejos
Y tenía razón, en menos de un momento James ya tenía a Tasha abrazada a su espalda.
-Tasha! –gritó él, más enfadado que sorprendido, con un movimiento un poco brusco la cogió del brazo y la apartó un poco de su espalda. La chica sonreía traviesamente.
-hola Jamsie, ¿Dónde te metiste ayer? Te estuve esperando pero no llegaste, que sepas que estoy muy enfadada! –sin duda Tasha se refería a la cita en al que James la había dejado plantada porque llegaba tarde- bueno, te perdono por ser tu –saltó sobre James como si fuera una rana en celo y trató de darle un beso, pero él la apartó con rapidez, mientras, su paciencia comenzaba a agotarse.
-tasha! Por Merlín estate quieta un momento! –La chica, al escuchar el grito de James, se quedó quieta en el sitio- además no creo que debas estar tan contenta.
-por que no? –preguntó ella, pensativa
James, desconcertado, miró a sus amigos, una de dos, o no le importaba en absoluto la muerte de su padrastro o es que le importaba tanto que había entrado en un estado de shock y no se acordaba de nada, no sabía por qué, pero James tenía la sensación de que era la primera.
-porque tu padrastro murió ayer! –dijo Sirius poniéndose a la altura de James, Remus le imitó.
-ahh eso! –hizo un movimiento de mano sacándole importancia- bah!
-bah? ¿Cómo que bah? –James la miró con incredulidad, ¿bah? ¿Eso era todo lo que se le ocurría decir? Después de que Lily había estado llorando toda la noche a Tasha lo único que se le ocurría decir era bah?
-hombre James, yo lo siento mucho por mi madre, además Aaron no estaba nada mal, no se metía en mis cosas, pero mira el lado positivo! Ahora la cerda de Evans y su hermana la chismosa se irán! Al fin hija única de nuevo!
James abrió la boca para contestar a lo que Tasha acababa de decir, no podía creer lo que estaba escuchando, pero alguien le interrumpió.
-Tasha! –el grito de Lily, desde el otro lado del pasillo, dejó helados a todos. A su lado Steff agarraba a Kate y a Alissa, que pretendían saltar sobre Tasha y arrancarle el pelo de cuajo uno a uno. Por primera vez en su vida Steff se vio tentado a soltarlas, o mejor, saltar él mismo. Lily se acercó peligrosamente a su hermanastra, Steff ya no tenía manos suficientes para agarrarla, pero sí ojos para ver con gran emoción lo que ocurriría. Lily parecía a punto de explotar, ya fuera por la presencia de los merodeadores o porque no estaba de humor, pareció pensarse lo que iba a decir- Dumbledore me ha llamado, dice que tenemos que ir a su despacho para que nos transporte a casa –Tasha la miró con una sonrisa triunfal, aunque por dentro temblaba de terror.
-os venís? –le preguntó a los merodeadores con una sonrisa- será divertido!
Lily se quedó con la boca abierta al escuchar eso, al igual que los demás, y Steff tuvo que volver a vencer la tentación de soltar a kate y a Alissa, que volvieron a removerse entre sus brazos.
-no creo que sea apropiado –dijo Sirius sin poder articular bien debido a que no podía cerrar la boca de la impresión, sabía que Tasha no era muy humana, pero de ahí a ser como Peter había un trecho.
-por que no? –parecía no darse cuenta de lo que estaba haciendo, o si lo hacía se sentía tan a gusto que no podía parar. Siguió insistiendo en su propuesta
Lily agarró a Tasha de un brazo y la apartó del grupo
-vamos al entierro de mi padre imbecil no a tu fiesta de cumpleaños –le susurró en el oído, tratando que los demás no la escucharan, aunque la oyeron alto y claro.
Tasha chasqueó la lengua y se dirigió a donde estaba James, pero este, para gran sorpresa de todos, se alejó de ella como si tuviera la rabia. Lily, Kate, Steff y Alissa fueron hacia el despacho de Dumbledore, sin preocuparse de si Tasha les seguía o no.
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Dumbledore les había dado permiso a las chicas y a Steff para irse con ella y estar unos días en su casa. La presencia de sus amigos a Lily le vino muy bien, pero también necesitaba estar sola, así que de vez en cuando se encerraba en una habitación o se perdía entre los grandes jardines de su casa y no aparecía en unas horas. Ann había recibido a Lily con un abrazo muy fuerte, y ambas habían llorado abrazadas hasta que se hizo de noche y tuvieron que ir a dormir. Petunia también lo pasaba muy mal y Ann trataba de pasar el máximo tiempo posible con ella. El día del entierro solo acudieron los familiares más cercanos, los merodeadores habían querido ir, pero no se atrevían, así que al final decidieron quedarse en Hogwarts. Steff, Alissa y Kate volvieron al colegio una semana más tarde, y los merodeadores les hicieron contar todo lo que había pasado y cómo se encontraba Lily. Snape también se había preocupado mucho por esta ya que la noticia se había extendido a todo el colegio. Todos los martes, jueves y sábados recibían una carta de Lily, y en cada carta alargaba su ausencia tres días. Nadie sabía cuándo iba a volver, pero todos estaban deseando verla.
James rompía cada una de las cartas perfumadas de Tasha nada más llegaban atadas a la pata de la lechuza, la mayoría de las veces ni siquiera se preocupaba de sacar la carta, y cuando lo hacía era para comprobar si por alguna casualidad de la vida era de Lily. Durante el tiempo que Lily estuvo ausente se dedicó a enmendar alguno de los errores que había cometido antes, cada vez que escuchaba a alguien hablar sobre Lily refiriéndose a ella con algunos de los insultos que él había creado expresamente para fastidiarla encerraba a esa persona tres horas en la casa de los gritos, exceptuando a un chico, que se refirió a Lily como: la guapa pelirroja, a ese lo dejó dos días encerrado, por listo. En la ausencia de Lily los merodeadores también tuvieron que enfrentarse con la transformación de Remus y Kate, a los que tuvieron que encerrar en la casa de los gritos y darles la poción para debilitarles, sino no podrían con dos lobos, de todas formas Steff ya había mejorado mucho en su transformación. Con la ausencia de Lily se había estado entrenando con Sirius y Alissa y llegó a convertirse en un pato naranja, pero seguía con sus entrenamientos, porque no estaba muy contento con su transformación. Además Alissa siempre se reía de él cuando se convertía y la única forma que tenía de contestarle era con un "cua cua" que hacía reír todavía más a Alissa. Esta, a su vez, asistía todos los martes a unos entrenamientos intensivos con Sirius, y solo eran capaz de terminar la clase de dos maneras, o discutiendo o besándose. Más de lo primero que de lo segundo.
Ya iban a hacer 3 semanas desde que Lily se había ido, y todos eran conscientes de que su llegada estaba a la vuelta de la esquina, pero el que más nervioso estaba era James. La que ya había llegado era Tasha, que trataba de hablar con James, pero este la ignoraba como si fuera Peter.
Ahora estaban todos sentados en el Gran Comedor, cada uno en frente de su plato. Steff y Sirius discutían sobre las técnicas de transformación, Steff quería un repaso de todo y Sirius se negaba; en su intento por quedar a solas con Alissa durante las clases había ido demasiado deprisa con Steff y no era de extrañar que al chico no le saliera nada. Kate, Remus y Alissa hablaban animadamente sobre las vacaciones de navidad, que estaban a punto de empezar, y sobre los planes que tenían cada una; mientras tanto, James revolvía la comida con la cabeza apoyada en el brazo, sin hacer mucho caso a lo que pasaba a su alrededor.
-pues yo no se lo que haré, mis padres tal vez se vayan a la playa, pero a mi no me apetece nada ir –dijo Alissa pensando con pesadumbre en sus vacaciones
-pues vente a mi casa! –dijo Kate- mis padres se van con mi hermana a no se donde, me dijeron si quería ir con ellos, pero si vienes tú será la excusa perfecta para quedarme en casa
A Alissa se le iluminaron los ojos.
-Steff, te apuntas no? –preguntó Kate al chico
-nop, yo tengo que ir con mis padres a ver a mi abuela, pero os escribiré y os mandaré galletas caseras
-si si, eso lo dices todos los años y luego te las comes tú.
-yo no tengo la culpa de que me las pongan delante, no tengo resistencia
-y vosotros que haréis? –preguntó Alissa
-yo ir a casa de James –dijo Sirius- que yo con mis padres y mi hermano no paso la navidad
-hermano? –preguntó Alissa, era la primera noticia que tenía- desde cuando tienes tú hermano?
-desde que nació
-cuantos años tiene?
-uno menos que yo, esta por ahí, sentado con los Slytherins –dijo con un ademán señalando a la mesa de enfrente
-es de Slytherin? –Gritó Alissa sorprendida- tu hermano es Slytherin?
-si, déjale, allá él y su conciencia –Sirius trató de quitarle importancia al asunto con un ademán.
-créeme, más se sorprendieron sus padres cuando vieron que el que iba a Gryffindor era él –Remus señaló a Sirius
Alissa no pudo contestar porque Dumbledore se levantó en ese momento y se hizo el silencio en el Gran Comedor. Todos los alumnos se giraron para ver al profesor, que sonreía de pie, paseando la mirada entre todos los rostros que le miraban atentamente.
-como todos sabéis pasado mañana comienzan las vacaciones de Navidad. –los alumnos comenzaron a gritar y a aplaudir- bien, bien –trató de poner en orden el Gran Comedor levantando las manos, cuando todos se callaron continuó- a la vuelta de las vacaciones los profesores y yo hemos decidido hacer un baile para celebrar el cumpleaños de la profesora McGonagall –al escuchar la palabra baile todo el mundo se puso a gritar de la alegría, pero al escuchar las palabras McGonagall y cumpleaños, se quedaron en silencio; aunque todo era poco en comparación con la cara de la profesora, que estaba blanca y con los ojos abiertos- era broma! Aunque sin mucha gracia… -todo el mundo estalló en risas, más por alivio que porque hiciera gracia- el baile es porque si, sin razón, aunque el cumpleaños de la profesora sí es, ¡así que no os olvidéis de felicitarla!
-me parece que Dumbledore se ha pasado con los caramelitos de limón –dijo Kate mientras movía un dedo en la sien, dando a entender de que estaba como una cabra.
-y cuantos años cumplirá McGonagall? –preguntó James con una sonrisa
-por que? No pensarás comprarle algo! –Dijo Sirius horrorizado- pelota!
-que va! Pero es que podíamos hacerle una tarta –propuso mientras movía las cejas
-que estas pensando, Cornamenta? –Remus comenzó a reír, fuera lo que fuera lo que James tenía en mente tenía que ser gracioso.
James estalló en un ataque de risa y comenzó a golpear la mesa. Su risa se contagió y al cabo de unos momentos todos se estaban riendo sin saber por qué. Alissa paró de reír y las miradas se fueron directas para ella, al ver que la chica tenía la mirada puesta en un punto fijo trataron de seguir el camino de su mirada, pero antes de hacerlo Alissa se subió al banco y saltó por encima de la mesa (pasando por encima de una fuente llena de puré) y corrió hasta llegar a la puerta de la entrada, saltando sobre Lily.
-ahhhhhhhhhhhhhh –gritó Kate mientras imitaba a su amiga. Steff la siguió con el tenedor en la boca.
Remus le dio un codazo a Sirius y señaló a James con la cabeza, que se había quedado mirando para la pelirroja con una sonrisa en la cara, como si fuera un niño pequeño delante de un escaparate lleno de chocolate.
-Jamsie… -llamó Sirius, su amigo no le contestó- James –repitió, pero el resultado fue el mismo- James! –nada- Cornamenta si me estas ignorando no tiene gracia! –acabó recurriendo al camino fácil y le dio un golpe en el hombro
-que?
-que volvió Evans, lo digo por si no te habías dado cuenta
-ah si? Pues no, no la había visto ¿Dónde está?
-bueno, yo voy a saludar –Remus se levantó, seguido por Sirius
-eh! No me dejéis solo –dijo James mientras se levantaba
Todas las miradas estaban puestas en el grupo de personas que se agolpaban delante de la puerta. Kate, Alissa y Steff estaban encima de alguien que no eran capaces de reconocer porque los cuerpos de los otros tres no les dejaban ver nada. Los merodeadores se acercaron a paso rápido y se quedaron esperando a que al menos Lily estuviera de pie. Cuando la chica consiguió erguirse de nuevo le dio un abrazo seco a Sirius, uno un poco más cariñoso a Remus y a James… bueno, a él le dio un golpecito en la cabeza.
-me alegro de que hayas vuelto –dijo él, pero Lily no le escuchó, o tal vez prefirió no escucharle.
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HOLA A TODOS. SIENTO MUCHO LA TARDANZA, DE VERAS, PERO COMO VUELVO A REPETIR HE TENIDO BASTANTES PROBLEMAS Y HE ESTADO UN MES FUERA Y ME FUE IMPOSIBLE ESCRIBIR O HACER CUALQUIER OTRA COSA. EL OTRO DÍA ME LLEGÓ UN MENSAJE QUE ME ACONSEJABA NO CONTESTAR LOS RR PORQUE CORRÍA EL RIESGO DE QUE ME BORRARAN EL FIC Y ME PROHIBIERAN LA ENTRADA EN FANFICTION, NO SE SI ES CIERTO O NO, PERO PREFIERO NO ARRIESGARME PORQUE AL PARECER YA SE LO HICIERON A ALGUNOS, ASI QUE SOLO ME DEJAN DAROS LAS GRACIAS POR TODO EL APOYO QUE ESTOY RECIBIENDO Y DECIROS QUE SIN VOSOTROS ESTE FIC NO HABRÍA LLEGADO A DONDE HA LLEGADO. EN ESPECIAL QUIERO AGRADECÉRSELO A: amsp14, silmarwen754, xixiro, Náyades, helen black potter, Antonietta, Fyorablack, Marie ann, vinnesa, Lucy Diamonds, Zelinair, ivita black, karipotter, annie riddle, revita localis potter, josesita tonks black, sofia, black heiress, andyta loupy, gerulita, kandelaski, arabella fig black, bella blackvad, dreamkat. MUCHAS GRACIAS A TODAS DE VERAS. HASTA EL PROXIMO CAPITULO!
