Capitulo 6: Da gusto estar de nuevo en casa.
Apenas quedaba una semana para que las clases empezaran, y Harry esperaba terminando de desayunar en el Gran Comedor, a que Fay llegara con no sé que cosa que había ido a buscar. La relación de los dos había mejorado mucho, eran muy amigos, no era una relación como la que podía tener con Ron o con Hermione, era algo mas adulto, por así decirlo. Harry no se iba a morir por que el hombre le dejara de hablar y Fay no iba a hacerlo tampoco por el chico. Sin embargo los dos parecían entenderse muy bien, posiblemente por que los dos parecían en cierto modo aislados del resto del mundo.
El hombre aprecio sonriente, algo raro en él, de hecho Harry estaba seguro de que era la primera vez que le veía sonreír de esa forma tan... real. Apoyo una caja de madera delante de Harry y hizo que este abriera los dos cierres de hierro que tenía y que levantara con sumo cuidado la tapa. Harry se sorprendió mucho al ver lo que se encontraba allí, entre un acolchado de algodón recubierto de seda burdeos, y una cubierta de la misma seda. Era un libro. ¡Y que libro: el Arte de la Magia! Uno de los 3 ejemplares que existían en el mundo de un libro escrito por Salazar Slytherin y Godric Gryffindor, en la época en la que todavía se llevaban bien. Inicialmente, se decía que una copia se había quedado en Hogwarts y que las otras dos seguirían en la descendencia de los dos escritores. Hoy en día era un libro muy difícil de encontrar, de hecho se rumoreaba que había uno en la biblioteca privada del ministerio de magia Británico, que el otro se había destruido y que la copia que ahora mismo estaba delante de él había desaparecido en extrañas circunstancias de Hogwarts. Lo mas impresionante de ese manual era que toda la parte escrita por Slytherin, estaba escrita en Parsel y que en las paginas de su introducción, te decía que solo entenderías aquella escritura si tenias el don de poder hablar con las serpientes. Cada uno relataba sus técnicas sus trucos, algunas convicciones de hechizos que daban resultados, etc.
- Eso es.- el chico no pudo seguir ya que no tenía palabras.
- Exclusivo. Considéralo como un regalo de cumpleaños tardío de mi parte. Supuse que te gustaría.
- Estas diciendo que...
- Que el libro es tuyo.
- Gracias, gracias, gracias y un millón de gracias.- el chico abrazo al hombre.- Te ha debido de costar una fortuna.
- No te creas. Digamos que alguien me debía un pequeño favor.
- ¿Pequeño?- pregunto Harry, que seguía mirando el libro fascinado.
- Quizás no tan pequeño. Da igual. Esta semana, no vamos a poder seguir con nuestras peleas, voy a estar muy ocupado y tu se puede decir que también. Hoy llegan compañeros tuyos. Vais a tener mucho trabajo y los 4 jefes de casas también. Ya sé que tu y Minerva habéis hecho mucho, no me pongas esa cara, pero todavía os queda bastante. Me voy esta tarde, pero ten por seguro que nos volveremos a ver Potter. No te libraras de mi tan fácilmente.
- ¿Te vas?- pregunto en cierta manera triste el adolescente.- ¿Tan pronto?
- Si, ya sabes que yo no soy alguien quien puede estar mucho tiempo en un mismo sitio. Acuérdate de mi promesa, nos volveremos a ver y volveremos a medir fuerzas. Así que no dejes de lado lo que te he enseñado, no querrás que un viejo te bata. ¿No?
- Desde luego. Si no nos vemos, buen viaje.
- Gracias. Ahora debo irme, Dumbledor me espera. Buen fin de vacaciones y espero que le saques provecho a ese libro.
- Gracias.
El hombre salió con su semblante serio restablecido. Harry se sentó a esperar mientras hojeaba el libro. No tenia ningún tipo de dedicatoria. Pero en la segunda pagina, ya que la primera estaba en blanco por completo, se hallaban las firmas de Gryffindor y Slytherin en tinta negra. Eran letras cursivas de finales muy largos indicando que era gente que cuidaba mucho la integridad y lo presentable de un documento. El libro estaba escrito en Anglosajón, y Harry pese a que Fay le había enseñado algo de aquella lengua antigua tuvo bastantes problemas en intentar leer la introducción que habían escrito los fundadores. Con un movimiento de mano, hizo que el libro se traduciría, por lo menos la parte de lengua común. La lectura empezó a ser mucho mas agradable de esa manera, empezando por la introducción:
Este libro, obra de mi querido amigo, Lord Gryffindor, y yo, Lord Slytherin, narra nuestros trucos, los hechizos que suponemos con el tiempo mejorando o posiblemente desapareciendo. Esperamos que usted, lector, aproveche al máximo nuestros conocimientos. Esta guía no hace diferencias entre la supuesta magia blanca y la negra, ya que nosotros estamos convencidos de que la magia no tiene diferencia, es simplemente su utilizador quien la acondiciona y esta es la primera lección a aprender.
Paso la pagina y se dio con el índice, lo miro por encima y guardo el libro, por que oyó pasos que se acercaban. Finalmente escucho las voces de los 4 jefes de las 4 casas, discutir sobre algún tema escolar.
- Harry.- llamo la profesora de Transformaciones asomándose por la puerta del Gran Comedor.
- ¿Sí?
- Dentro de -consulto su reloj.- media hora te quiero ver aquí. ¿Entendido?
- Si.
Harry decidió que tenia que dejar el libro en algún sitio seguro, no lo iba a pasear todo el día por hay, así que subió hasta su habitación y lo guardo en su baúl. Cuando salía de ella se sorprendió al ver a un elfo domestico.
- ¿Que haces?
- Repy lo siente, señor. El profesor Dumbledor ha mandado a Repy a construir una habitación mas aquí, señor.
- ¿Te ha mandado el profesor a hacer algo mas?
- Si, señor. Me ha pedido que acomode una cama mas en su habitación. Y a que haga mucho mas grande todo, señor.
- ¿Y dijo algo al respecto?
- Dijo que al señor Harry Potter, señor, no le importaría. Y que no era un sitio definitivo, señor.
- Muchas gracias Repy.
- No tiene por que darlas, señor.
Harry salió de la sala y regreso al Gran Comedor, para encontrarse con los profesores de Transformaciones, Pociones, Encantamientos y Herbologia, sentados y, como rara vez, en silencio. Parecía que Sprout había tenido un pequeño desacuerdo con Snape, ya que la profesora tenia una gran mueca de desacuerdo y Snape se centro mas en echarle miradas de odio a la profesora que a él, con lo que Harry dedujo que seria un problema colosal. El silencio era bastante tenso, todos estaban centrados en sus pensamientos. El ruido de la gran puerta de madera abriéndose hizo que todos centraran su atención en aquel lugar y las personas que pasaban por el hueco.
El primero en entrar fue Hagrid, con su inconfundible sonrisa, saludando a todos y dirigiéndose en específico a McGonagall:
- Profesora, aquí están los tres alumnos que llegaban hoy. Les dejo, tengo trabajo que hacer.
El semi-gigante salió de la estancia.
- Buenos días, señor Zabiny, señorita Turpin y señorita Abbot.- saludo Minerva levantándose.- ¿Qué tal el viaje?
- Bien, gracias.- contesto el Slytherin, vestido como los otros 2 con el uniforme.- Pero a mi personalmente me gustaría saber que es todo ese rollo de supervisador, no he entendido muy bien las bases de ese puesto.
- Supongo que ustedes tampoco lo han entendido.- dijo mirando a la Rawenclaw y a la Hufflepuff.- Pueden estar tranquilos, no por nada les hemos hecho venir una semana antes del principio del curso. Bien ahora cada uno de ustedes va a quedarse con su jefe de casa, para empezar a preparar las cosas.
- Profesora.
- Usted dirá, señorita Turpin.
- He notado que todas las casas menos Gryffindor tienen representación. ¿No hay ningún supervisador en Gryffindor?
Harry sin poder evitarlo soltó una carcajada, pero luego se disculpo:
- Lisa, lo siento, no ha sido mi intención ofenderte.
- Señorita Turpin, le presento a su representación de Gryffindor, el señor Potter.
La chica se quedó muda, de hecho como los otros dos compañeros. Cada uno se fue con su jefe de casa a atender asuntos entre ellos. A la hora de comer, los ocho se reunieron con el resto del equipo de profesores de Hogwarts, estaban todos presentes menos Sibil Trelawney, además estaban Tonks, Remus y Alastor. Tonks y Harry enseguida se pusieron a charlar animadamente. De repente Harry se dio cuenta de que su educador particular de aquel verano y pregunto a Albus sin antes responder a la pregunta de Tonks:
- ¿Profesor Dumbledor, donde esta Fay?
- Decidió que se comería en su habitación, esta haciendo el equipaje, se quiere marchar a primera hora de la tarde.
- Gracias.- se giro para dirigirse a Tonks -. ¿Te importa si voy a verle?
- No claro que no. Por cierto recuerda la promesa que me hicisteis, hoy me quedo todo el día en Hogwarts.
- Depende de cuanto tiempo tenga aun que después de la cena podemos hacerlo.
- Desde luego.
- ¿Profesora, a que hora tengo que estar en su oficina?
- Esta tarde tengo asuntos que atender, además tenemos mucho trabajo hecho.
- Gracias.- sonrío Harry entendiendo que le daba la tarde libre.
- No hay por que darlas.
El chico se giró y empezó ha andar con pasos apresurados.
- Espera Harry, voy contigo.- se decidió Tonks.
Los dos salieron rápidamente de la estancia sin terminar sus comidas.
- Pase.- la voz de Ferdinand se hizo oír detrás de la puerta, acababan de tocar en esta.- Buenas tardes. ¿Qué os trae por aquí?
- Venia a despedirme de un profesor especialmente desagradable.- contesto Harry sentándose en el sofá, al lado de Nymphadora.
- ¿Y la señorita?
- Solo lo acompaño.
- Ajaa... solo lo acompaña. –dijo con burla el hombre.
- ¡Fay! Maldita sea... Me molesta cuando te pones así.- expresó su descontento el moreno de ojos verdes.
- ¿Y por que será?- dijo retomando su tono de burla.
- Por que tu voz es malditamente irritante y no te puedo soportar, esas veces.
El hombre no dijo nada mas, solo basto una sonrisa picara y burlona para que Harry estallara otra vez:
- Estas consiguiendo ponerme nervioso Ferdinand Day. Para ya con tu juegecito, o me largo. Sabes que: me largo.
El hombre soltó una sonora carcajada, entre risas consiguió decir:
- ¡Vamos Potter! No te habrá molestado que diga que solo te acompañaba y preguntarte él por que. No me seas crío.
- No me seas crío tu, Day.
- Dejar eso en paz... Puede que no os veáis en bastante tiempo.
- La señorita tiene razón.- concedió el guerrero retomando lo que estaba haciendo.
- Puede llamarme Tonks.- dijo la chica mientras se acomodaba mejor.
- ¿Tonks?
- Nymphadora Tonks, ese es mi nombre. Sin embargo, todo el mundo me llama Tonks.
- Menos Snape y Dumbledor.- retoco Harry con una sonrisa.
- Si, si claro Severus y Albus siempre con sus cosas, tu no eres la única, a mí también me lo hacen.
- Son realmente molestos.
- No hace falta que lo repitas para convencerme.- completo Fay- Por cierto, mi nombre es Ferdinand Day, pero me llaman Fay.
- Encantada.
- Igualmente.
El hombre volvió a girarse hizo varios movimientos mas de varita y comento:
- Esto ya está, supongo que es hora de irme.
- ¿Ya?
- Tengo que llegar antes de las 21:00.
- ¿Adónde?- pregunto de nuevo el chico como quien no quería la cosa.
- Eso no te importa, Harry.- cuando Fay usaba su nombre de pila, Harry sabia que no tenía nada mas que decir acerca del tema, por lo tanto que no lo haría.
- Está bien.
- Me alegro de que lo este. Ahora Harry Potter ha sido un verdadero placer conocerte.
- Yo tambien estoy encantado.
- No me extraña, con semejantes belleza, inteligencia y rapidez que tengo.- dijo el hombre al cabo de unos segundos, ya que un tenso silencio se había acomodado.
Harry estallo en carcajadas, seguido por Ferdinand, al cabo de un rato se pudo ver una sonrisa tímida por parte de Nymphadora.
- Creo que me tengo que ir, si es que quiero llegar a tiempo.
- ¿A tiempo para que?- intento de nuevo Harry.
- Harry Potter, tienes que aprender a dejar la curiosidad de lado. Antes te he dicho que no te importaba, y ahora sigue siendo lo mismo dos minutos después.
- De acuerdo. De acuerdo... Lo he entendido.
- Eso espero... Ahora, me tengo que ir. Pasarlo bien.
- Tu también. Y no te metas en muchos líos.
- ¡Mira quien fue a hablar!- río Day.
- Me voy a ofender y estoy empezando a cansarme. No paro de repetir que "Yo no busco los problemas, los problemas vienen a mi." Solos.
El adulto estallo en carcajadas mientras salía por la puerta. Harry se sentó al lado de Tonks y minutos después, en los que el silencio se había vuelto a acomodar, la arrastro hasta el campo de Quidditch, tras recoger dos de las escobas.
- ¡Esto es genial! ¡Magnifico! ¡Voy a montar en una escoba que es una de las mejores del mundo!- la chica estaba que no cabía en si de la emoción.
- Si, espero que estén bien, por que la verdad, non son unas baratijas.
- No, desde luego, no lo son.
Ninguno dijo nada mas, sobre todo por que Harry había montado prácticamente de un salto encima de una de las escobas y se había elevado rápidamente. Los siguientes minutos, en los que la Auror todavía seguía abajo, en aquel cielo azul, solo se veía un gran borrón negro que se movía y hacia miles de figuras en el aire a una velocidad increíble. Finalmente, la mujer se decidió y se subió encima de la escoba y rápidamente acelero hacia uno de los aros de oro que resplandecían ante el sol. Encogiéndose al máximo, Nymphadora atravesó un de los aros y freno de repente para ver como Harry hacia aparecer unas bludgers que encanto para que lo siguieran mientras el recorría todo el campo y hacia piruetas.
Pasaron varias horas en la que los dos se divirtieron mucho, haciendo carreras, buscando la snitch, haciendo partidos solo con la quaffle haciendo de cazadores y de guardianes a la vez. Una hora antes de que la cena fuera servida, los dos bajaron en las puertas del colegio, y Harry llevándose las dos escobas, cada uno se fue a su habitación.
El cuadro del lince se abrió y dejo ver a un joven de pelo negro y ojos verdes, lleno de barro y con una escoba en cada mano. La habitación había sido agrandada considerablemente, y los sillones se habían multiplicado, las estanterías también, y los colores de la pared y los sillones también habían sido cambiados, así como mas puertas habían sido puestas. En los dos sillones delante de la chimenea estaban sentadas Lisa y Hannah, mientras que Blaise acababa de llegar de la habitación, de "su" habitación, se dijo Harry.
- Buenas tardes.- saludo Hannah con una sonrisa
- Buenas.- contesto el chico de ojos verdes igual manera.
- Hola Harry.
- Lisa.
- Potter.- saludo Zabiny cuando creyó que era su turno.
- Zabiny.
- Voy arriba, tengo que darme una ducha... Minerva, perdón. ¿La profesora McGonagall os ha comentado algo que tengáis que decirme?
- No, no la hemos visto está tarde, por lo menos Lisa y yo.- contesto la Hufflepuff.
- Yo tampoco la he visto.- contesto Blaise que saco por arte de magia un libro y se sentó cerca de las chicas.
- De acuerdo. Gracias.
Harry subió a su baño y mientras se desvestía pudo apreciar que las cosas del Slytherin estaban puestas en una cama que había sido implantada allí. Dejo la ropa tirada y se metió con una agradable toalla de felpa blanca al baño. El agua helada que caía encima de su cara, lo despejo. Y también a medida que el liquido iba empapando su piel desentumeció sus músculos. Se paso mas de 30 minutos bajo el grifo de agua helada. Finalmente salió, justo cuando el otro chico entraba a la habitación.
- ¿Qué querías? ¿Gastar todo el agua del mundo?- bromeo seriamente el Slytherin.
- ¿Y si fuera así?- pregunto Harry con sorna.
El Slytherin no respondió pero puso una sonrisa que Harry considero como una sonrisa bastante verdadera.
- Tenia entendido que los Slytherin no podían sonreír, no podían sonreír de ninguna manera menos la irónica o de superioridad.
- Yo tenía entendido que los Gryffindor no lograban formular una frase entera sin trabarse.- devolvió igual de mordaz el otro chico.
Ninguno dijo nada. Harry bajo para recoger uno de sus libros y se hecho encima de uno de los sillones de cuero negro, el único que quedaba, que estaba puesto delante de una de las ventanas, que tenia una vista preciosa del lago y el bosque. Apoyo sus pies encima del dintel de la ventana, abrió el libro de Leyendas Mágicas y empezó a leerlo. La voz de Lisa lo saco de su ensimismamiento, ya que ese libro ya lo había leído pero no quería que lo importunasen con comentarios estúpidos.
- Harry. ¿Y tus vacaciones que tal?
- ¿Francamente?- pregunto Harry mientras se giraba con una expresión perfectamente angelical.
- Claro.- contesto Hannah.
- Pues he pasado la primera parte de mi verano con unos muggles que me odian, son mi única familia y que me tratan como si no existiría... Por lo demás lo he pasado en Hogwarts desde que me han leído el testamento de mis familiares. Y el único contacto con mis amigos que he tenido ha sido durante mi fiesta de cumpleaños y eso que estaba llena de gente que no conocía nada solo por mi supuesta seguridad. ¿Puedes hacerte una idea de lo que a sido mi verano Hannah?- Y eso sin contar el entrenamiento con Fay, mi entrenamiento personal, la profecía y Sirius, pensó para si el chico moreno, mientras miraba a la chica sin ninguna expresión. – Y eso sin olvidar que el pánico ha cundido en el mundo mágico por Voldemort, y que la mayoría de la población es realmente hipócrita conmigo y con Albus, digo director Dumbledor, mas conocidos por el mentiroso y el vejestorio que deliran, los dos.
Todos se quedaron en silencio, un silencio tenso, hasta que Harry corto todo aquello.
- Mirar, lo que os voy a decir es simple, espero que lo entendáis. No soy un mártir ni pretendo serlo, lo único que os pido es que ni se os ocurra, a menos que a mi se me ocurra (cosa extremadamente poco probable) contaros algo de mi vida, llamemos muy privada, ya que la vida del niño-que-vivió.- escupió la ultima palabra.- parece que tiene que es de interés de todo el mundo, meter vuestras narices en mi vida. Lo que vais a encontrar no os va a gustar, desde luego no soy el buen héroe al que tratan como un rey que todo el mundo piensa.
Tomo una bocanada de aire.
- No os voy a decir que me importa lo que penséis de mi, o que me importa que penséis que sea un maniaco chiflado, por que seria mentiros. Y si pensáis tal cosa, me gustaría que primero me lo dijerais y segundo hicierais como si no existiera, no me agrada la idea de rodearme de mas hipócritas, ya tengo bastantes en los alrededores. ¿Si?
Los otros adolescentes afirmaron con la cabeza.
- Eso no quiere decir que os vaya a dejar de lado, Lisa, Hannah, os conozco un poco y se que sois unas buenas personas y se que seriáis unas grandes amigas, espero que podamos llegar a ser amigos por lo menos. En cuanto a ti Zabiny, no puedo juzgarte por ser un Slytherin, no todos los Slytherin son lo que aparentan.- si no fíjate en mi, agrego con el pensamiento Harry.- Si es que lo que quieres es que llevemos una relación lo suficientemente agradable, por que tengo la firme convicción de que Dumbledor nos va a encasquetar estas habitaciones para todo el curso, para dormir en la misma habitación, espero que dejes tus estúpidos perjuicios, si es que eres un Slytherin mas, en la puerta, como hacemos todo el mundo.
- ¡No tienes ni idea de quien soy Potter! ¡Ni de cómo es ser un Slytherin como yo!- protesto Blaise que parecía enfadado.- No juzgues antes de conocer nada.
- Zabiny. Presta atención lo que digo. ¿Quieres? He dicho que no te juzgaba para nada, lo único que te pedía, amablemente, es que si tienes perjuicios estúpida y típicamente Slytherins, los dejases en la puerta.- respondió con el mismo tono neutro que había usado hasta el momento Harry.- Ahora que hemos aclarado todos los puntos, voy a seguir con mi lectura.
Al mismo tiempo que este decía eso, el retrato se abría rápidamente dejando ver a Charlie Weasley.
- ¿Charlie, que haces aquí?- pregunto Harry dirigiendo su mirada a los ojos del cuidador de dragones.
- Esconderme.- respondió mientras recuperaba el aliento.
- ¿Esconderte? ¿De quien?
- Digamos que mam se puso de un humor de perros, estábamos reunidos – la Orden, pensó de inmediato Harry.- y dije algo que no era digamos del todo correcto.
Harry sonrió, mientras echaba un hechizo a la puerta.
- Así le parecerá que piedra del otro lado, dura poco, hasta las 12 de la noche, supongo, es una ilusión.
- Gracias, Harry, me salvas la vida.
- Lo sé.- y los dos rieron ante la mirada atónita de los otros tres.- Charlie te presento a los otros supervisores, Lisa Turpin de Rawenclaw, Hannah Abbot de Hufflepuff y Blaise Zabiny de Slytherin.
- Encantado, soy Charlie Weasley.
- Igualmente.- respondieron las dos chicas a la vez.
- Supongo que yo también estoy encantado.- sonrió algo falsamente Zabiny.
- ¿Cuándo has llegado?- pregunto el moreno.
- Esta misma tarde.- respondio el pelirrojo mientras se recogía el pelo en una coleta, dejando ver el pendiente.- ¡No creo lo que veo! ¡Harry! ¡Mama te abra matado!
- ¿Perdón?- pregunto sorprendido el chico.
- Si, si. Te ha tenido que caer una encima.
- ¿Por qué?
- El pendiente.
- ¡Ah! Si bueno, lo que tuve que oír. Me da, realmente, igual.
Fue entonces cuando los tres otros estudiantes se dieron cuenta de que dos bolas plateadas se situaban una encima y otra debajo de la ceja del Gryffindor.
- Creo que es la hora de cenar.- comento Lisa, mientras se levantaba.
- Creo que yo me la salto.- dijo Charlie después de unos segundos.
- Me quedo contigo. Puedo pedirle a Dobby que nos traiga algo.- dijo Harry encogiéndose de hombros.
- ¿Dobby?
- Un elfo domestico.- respondió Potter a la pregunta del Weasley.- ¿Vais a bajar o pido comida para 5?
- Yo me quedo.- respondió Hannah mientras se acomodaba mejor en su sillón.
- Yo creo que también.- respondió Blaise.
- No me voy a quedar sola abajo, me quedo.- decidió la Rawenclaw.
- Dobby.- recito bastante alto Harry llamando al vació.
Una explosión se produjo en medio de la sala.
- ¿Llamaba, señor Harry Potter, señor?
- Si, Dobby, espero no molestarte mucho, pero... ¿Podrías traernos un poco de cena para los cinco, por favor?
- Si, señor Harry Potter, señor, Dobby traerá lo que pidió.
Con otro sonoro "plop" el elfo domestico desapareció de vista.
- ¿Hay elfos domésticos en Hogwarts?- pregunto algo extraña Lisa.
- ¿Qué pensabas que el colegio se limpiaba solo? ¿Y que la comida se hacia sola?- pregunto Zabiny como si hablara de algo obvio.
- ¿Eso era un elfo domestico?- pregunto Hannah.- No sabía que hubiera aquí.
- Eso ya lo vemos.- dijo Zabiny otra vez.
No les dio tiempo a decir mas por que la criatura volvió a aparecer esta vez trayendo una mesa entera llena de manjares.
- Dobby espera que les guste la comida, señores, señoritas. Señor Harry Potter, señor, Dobby espera que vaya a visitarlo algún día.
- Dalo por hecho Dobby. Y muchas gracias por todo.
- El señor siempre tan amable con Dobby.
Con eso volvió a desaparecer.
- ¡Que bien huele!- hizo notar Hannah.
- Es verdad.- afirmó Charlie mientras se acercaba a la mesa.
Tuvieron una cena muy amena, olvidando la charla que habían mantenido antes. Todos habían olvidado que eran de casas diferentes, de orígenes mas o menos "puros" y que tenían mas o menos dinero en su cuenta bancaria. Simplemente eran un grupo de jóvenes que se conocían, disfrutando de una exquisita cena mientras hablaban de deporte, de moda, de música...
Finalmente el Weasley bajo al hall, cuando se dio cuenta de que eran cerca de las once de la noche, teniendo como misión saludar a Ron. Los cuatro supervisores se quedaron un rato mas hablando y subieron a sus habitaciones.
Serian las dos de la mañana cuando Harry Potter se despertó con un grito de dolor. Blaise Zabiny se acerco a su cama preocupado, nunca antes había sido despertado de aquella manera y realmente estaba aterrorizado. Corrió las cortinas del chico de oro de Gryffindor y se encontró con una imagen que nunca hubiera podido imaginar. Harry Potter bañado en sudor, con una expresión de gran dolor, la cicatriz sangrante y los ojos verdes oscuros casi negros. El muchacho respiraba con mucha dificultad. Sus ojos no paraban de moverse de un lado al otro como si buscara algo en la oscuridad y de repente se pararon, fijos en el vació, escrutando el aire. Blaise con la voz notablemente mas suave que de costumbre, pregunto en un susurro:
- ¿Qué pasa, Harry?
El moreno se sobresalto de inmediato, mirando aterrorizado al Slytherin.
- Muerte.- un escalofrió recorrió toda la espalda del Slytherin, la voz del Gryffindor hubiera pasado por la voz de un muerto, si es que hablaran.- Muerte... Destrucción... Sangre.
- ¿A que te refieres Harry?
- Muerte... Destrucción... Sangre...
El Slytherin no pudo decir nada mas por que el niño-que-vivió cayo desmayado encima de su cama, con una expresión de calma total, la piel algo mas pálida que de costumbre y la cicatriz sangrando. Fue entonces cuando el Slytherin termino de reaccionar del todo. Y dejo escapar un gritito horrorizado. Se dio prisa y fue en busca de Snape, corrió y corrió por los pasillos hasta que llego a las mazmorras, rezando por que su profesor estuviera aun en su despacho. Llamo a la puerta y dijo la contraseña. La figura imponente de Severus Snape le esperaba extrañado al otro lado de la puerta.
- ¿Qué demonios haces aquí Blaise?
- Harry... Desmayado... Cicatriz... Sangrando...- dijo entre jadeos el joven.
- ¡Explícate mejor Zabiny!- ordeno Snape.
- Harry, Harry Potter, se ha despertado con un grito de una pesadilla, le sangraba la cicatriz, ha recitado: Muerte, Destrucción y Sangre varias veces seguidas como si yo no le hubiera preguntado nada y se ha desmayado, creo, parece un muerto.
El profesor de Pociones no necesito saber mas, salió corriendo hacia la habitación de los Supervisores. Cuando llego, dentro de si, no pudo evitar que un pequeño escalofrió recorriera su cuerpo. La verdad era que Potter parecía un muerto viviente, no era como si no hubiera visto un muerto en su vida, pero ver a aquel mocoso engreído, como muerto, le sobresalto de una manera bastante poco corriente. Le daba la sensación de que todas las esperanzas del mundo mágico habían muerto, y pensar que Voldemort podría hacerse con el control de todo no le tranquilizaba para nada.
Se acerco rápidamente y poso dos de sus alargados dedos en el cuello del chico, para comprobar que aun tenía pulso. Miro la cara del chico y vio que todo estaba recubierto de sangre, y que esta no paraba de salir. Con una voz extremadamente Snape ordeno:
- Blaise, largo.
- Pero...
- He dicho que te largues.
El Slytherin no tuvo otra solución que bajar al salón de abajo y sentarse angustiado frente a la chimenea. Snape por su parte invoco una de sus pociones y hizo que el Gryffindor la bebiese. Pronto descubrió que la hemorragia no paraba. Volvió a invocar todo un set de pociones que tenia para emergencias como esas y le administro otra poción coagulante mas fuerte.
Nada daba resultado, ya era la séptima poción que le suministraba y no lograba que la cicatriz dejara de sangrar. El chico necesitaba de inmediato dejar de sangrar o moriría en la próxima media hora. Snape bramo desde la habitación para que Blaise subiera:
- ¡Ven aquí Zabiny! ¡Date prisa!
- ¿Qué querías Severus?
- Vete como una maldita bala hasta la enfermería haz que Pomfrey se levante lo mas rápido posible, dile que avise al director y que vengan los dos de inmediato. ¡Rápido!
El chico con rapidez y en menos de 10 minutos el Director y la enfermera se encontraban en la habitación, la palidez de Dumbledor era notable y a la enfermera no le falto mucho para desmayarse, pero se recompuso al instante y pregunto:
- ¿Qué pasa Severus? ¿Qué le has dado?
- Todos los coagulantes que he podido, los 7 que tengo. Le acabo de suministrar una poción para el cierre de heridas.
- ¿Siete coagulantes?- pregunto alarmándose la mujer.
- Si, los 5 de medí-magia normal y 2 coagulantes especialmente fuertes de magia negra. También le he aplicado un hechizo, pero esa maldita cicatriz no deja de sangrar. ¡Blaise Zabiny te he ordenado que te largaras de aquí!- bramo Snape finalmente al ver la silueta de su alumno.
El joven volvió a retirarse de inmediato, para encontrar se a dos confusas chicas abajo, despertadas gracias a tanto alboroto.
- ¿Qué pasa? – pregunto Lisa.
- Harry... se esta desangrando.
Las dos chicas soltaron un grito aterrorizadas. La palidez de los tres chicos era notable. Mientras en la habitación de arriba, los 3 adultos intentaban hacer algo con la vida del joven moreno. La enfermera y los dos maestros se habían puesto de acuerdo y estaban haciendo un muy buen equipo, pese a que la vida del muchacho de ojos verdes se les iba de la mano. La cicatriz de Harry empezó a amoratarse y a brillar, una luz blanca salía de aquella pequeña grieta en su frente. La luz baño el cuerpo del joven, haciendo que los adultos tuvieran que apartar la mirada, para cuando se quisieron dar cuenta, Harry Potter yacía en la cama, con los ojos cerrados, una expresión de dolor enorme, como si acabaran de aplicarle varias maldiciones imperdonables, sobre todo la cruciatus, la cicatriz terriblemente amoratada, pero sin rastro de sangre. La respiración del chico estaba regularizándose.
Los presentes en la habitación, estaban realmente sorprendidos, jamás habían visto algo semejante. El chico abrió lentamente los ojos y instintivamente los cerro ya que la luz era demasiada. Los volvió a abrir mas despacio, habituándose a aquella luz que lo había cegado y se incorporo en la cama. Sin fijarse mucho en las personas que se apostaban delante de la cama, sudorosas, acerco el vaso de agua con mucha dificultad hasta sus labios, después de coger tres pastillas de entre sus cosas y tragarlas. Con un movimiento de mano, que hizo sin fijarse mucho, las luces del dormitorio se apagaron y el se acurruco entre las suaves sabanas.
La expresión de incredulidad que cruzo los rostros de los 3 adultos, eran como para fotografiarlas. De hecho ninguno de los 3 se movió de allí, durante mas de media hora, hasta que el chico se despertó con una cara de fastidio enorme, murmurando para si:
- Malditos somníferos y pastillas anti-infamatorias... no sirven absolutamente para nada.
Se levanto de la cama y de repente se encontró con las tres personas que antes tanto se habían preocupado, llevándose así un enorme susto que no tardo en esconder bajo una ironía:
- ¿Qué queréis, matarme del susto? No es que no me agrade la compañía, a lo que no estoy acostumbrado es a encontrarme a gente en mi habitación, sobre todo cuando no hay luz y no producen ningún tipo de sonido.
Fue entonces cuando el director reacciono:
- ¿Te sientes bien, Harry?
- Si. ¿No debería?
- No.- respondió fríamente Snape.
Hubo unos segundos de silencio en los que la mente del moreno trabajaba muy deprisa, de repente pregunto sobresaltándose a si mismo:
- ¿Desde hace cuanto tiempo que estáis hay?
- A tiempo para ver como casi te ahogas en tu propia sangre, Potter.- respondió fríamente Snape.
Los ojos de Harry se ensancharon imperceptiblemente. Se llevo instintivamente una mano a la cicatriz para retirarla de inmediato, mientras se giraba, buscaba en el vacio, moviendo una mano y murmuraba para si:
- Ya decía yo que se me olvidaba algo...
- ¿Perdón?- pregunto el director.
- ¡Oh! Nada, nada, cosas mías. Saben el episodio que han presenciado... Me gustaría que no comentaran nada a nadie.
- Desde luego, desde luego, pero vas a tener que contestar a algunas preguntas.- dijo el director.
- No, no.- se negó rotundamente Pomfrey.- Eso será en cuanto este recuperado del todo. Señor Potter túmbese y no se mueva hasta nuevo aviso.
El joven tentó a decir algo, pero viendo el humor de la enfermera prefirió callarse. La mujer saco un pequeño recipiente y se lo entrego al chico que pese a la mala cara que puso se lo bebió entero de un trago. El cuerpo de Harry Potter callo rápidamente encima del colchón. La enfermera lo arropo y comento:
- Alguien debería quedarse aquí, por si acaso.
- Yo me quedo, Poppy.- dijo Snape secamente.
- De acuerdo, Severus, gracias.- dijo Dumbledor sonriendo.
La enfermera bajo y entrego a los otros tres chicos la misma poción de a Potter y mando a que se las tomaran, para que pudieran dormir, después de asegurar a los tres supervisadores que el muchacho estaba en perfectas condiciones.
Aproximadamente una hora después de que todos se hubiesen retirado y Blaise hubiese entrado sigilosamente a la habitación para echarse encima de su colchón y dormir gracias a la poción, después de asegurarse de que Harry estaba bien, unas esmeraldas se abrieron en la oscuridad. Respiro hondo varias veces. Se desperezo lentamente, parpadeo varias veces hasta que se acostumbro a la oscuridad. Pronto las nauseas aparecieron, y salió como un alma en pena hacia el retrete a vomitar. Después de un momento, se sentó contra la pared de fría cerámica, la cabeza apoyada en las dos fuertes manos, los codos encima de las rodillas. Le costaba recuperar su respiración normal, una nueva oleada de nauseas llegaron y tuvo que volver a apoyarse contra el retrete y vomitar. Después de unos segundos, asegurándose de que su estomago no contenía mas comida, se aplico un hechizo limpiador, mientras seguía reposando en el suelo. La respiración seguía sin regularizarse y le costaba horrores que el oxigeno llegara a sus pulmones.
Una sombra se acerco ágilmente al baño, al ver que la luz estaba encendida y que sin duda la acompasada respiración salía de la cama de Blaise. Empujo suavemente la puerta y se encontró con un Harry Potter terriblemente pálido. ¡Hasta el mismo parecía moreno! Los ojos verdes apagados y cristalinos, los labios prácticamente blancos. ¡Un muerto viviente tendría mas vida en aquel momento!
Fue en ese segundo donde Snape comprendió algo que resultaría ser muy importante para lo que queda de historia: Aquella reacción se producía ante sueños, aquellas pesadillas que lo atormentaban día a día, noche después de noche, sin cesar, aquellas masacres, aquella sangre, todos esos crímenes, hacían fuerte a Harry de día pero lo hundían de noche.
Se abalanzo encima del chico, lo cogió en brazos, con algo de dificultad, y lo llevo hasta su cama. El chico no paraba de temblar, casi imperceptiblemente para la vista, pero cuando Snape había podido coger al joven, pálido entonces, el frió y los espasmos habían sido muy claros. Arropo al chico, los ojos verdes lucían extremadamente confusos, ante la preocupación impresa en los rasgos severos del jefe de la casa Slytherin. El hombre murmuro un pequeño sortilegio mientras blandía la varita, haciendo así que el Gryffindor recibiera mas calor de la cobijas. El chico sonrió ante eso, antes de agradárselo sonriendo ya que sus cuerdas vocales no servían para nada. Se quedaron los dos allí, en silencio, mirando al vació y al otro, y así repetidamente.
Cuando el primer rayo de sol cruzo por la ventana de la estancia, Harry hizo un ademán de levantarse. La mirada del profesor fue lo suficientemente hosca como para que se volviera a encoger entre las sabanas. El oscuro profesor atrapó una silla y se sentó delante del chico y pregunto pacíficamente:
- ¿Qué demonios a pasado esta noche, señor Potter?
El chico sonrió como melancólicamente, le pareció a Severus. No se veía con muchas ganas de hablar, así que Snape, sin dejar de lado su naturaleza, impaciente, repitió la pregunta. Esta vez, la sonrisa de Harry desapareció por completo y se incorporo en aquella cómoda cama, mientras tomaba el vaso de agua y tomaba el agua, ya tibia, que quedaba. El chico le reto con la mirada. El hombre después de repetir por tercera vez la pregunta se dijo que así no llegaría a ningún sitio. Entonces con un hábil movimiento saco su varita y empezó a leer la mente del chico, que estaba demasiado débil como para intentar o llegar a repeler a su querido profesor.
Un rió de información llego a su cabeza en los siguientes minutos, pudo ver todo, los sueños, la poción, la magia sin varita, las noches en vela, soñando abrazado con sus rodillas tocando su pecho, los juramentos que había hecho, había jurado encima de todos las muertes que habían sido matadas por su culpa que mataría a Voldemort. Y por ultimo el profesor de pociones tuvo derecho a ver los bonitos sueños que había tenido en los que el resultado había sido lo que los tres adultos y Blaise habían podido ver:
"Era una habitación oscura, nada se distinguía, pero de repente, en mitad aparecía una potente luz, blanca, y en medio una pequeña niña, que no debía tener mas de 4 años. Su rostro era angelical, su piel blanca, y llevaba una especie de túnica al estilo griego blanca. Su pelo era rubio y caía en perfectos bucles por su espalda, su cara tenía una gran sonrisa. Con esos ojos azul cielo era como un ángel en miniatura. Parecía muy feliz, era radiante de tranquilidad.
Pero de repente, salían hechizos hacía la pequeña y se retorcía de dolor, lentamente, se podían oír sus suplicas perfectamente. Pero una fuerza invisible impedía que se acercara o que usara la varita para quitarle el dolor a la pequeña o para terminar con su agonía. Entonces el chico se dio cuenta de que los hechizos salían desde su posición, lentamente con los ojos desorbitados, fue bajando la vista hasta su mano y se dio cuenta de que era el, el que estaba torturando a la pequeña. ¡No podía detenerse, mil demonios! El desasosiego y la ira lo invadían. Levanto la vista hasta la niña que era un imán para las esmeraldas. De pronto, la chica empezó a contraerse entre espasmos, la sangre comenzó a brotar de su boca y de su nariz. Poco a poco fue desangrándose, ante los ojos llorosos del chico. Pesadamente, la niña se fue desangrando, hasta la muerte, solo teniendo tiempo a decir:
- Seas quien seas, te perdono.
Las palabras taladraron la mente del chico, al que se le hundió el alma a los pies, mientras las lagrimas surcaban sus mejillas. El foco se apago y la habitación retornó a estar a oscuras. El foco volvió a encenderse, de la misma forma que la anterior. Pero esta vez, en vez de la niña, estaba una mujer, vestida de la misma forma que la niña, su sonrisa era espléndida también. Y tenían una gran melena pelirroja. Esa era Lilian Evans. ¡Su madre! Que sufrió la misma fatalidad que la niña, ante la gran desesperación del joven. A las dos, les siguieron James Potter, Sirius Black, Cedric Diggory, después fueron pasando poco a poco, uno a uno, una treintena de personas, que Harry no conocía, pero que extrañamente sabía quienes eran, conocía el echo de que eran inocentes. Para poner el broche final, pasaron por aquella sala, todos sus amigos, profesores, incluido Snape. El profesor de pociones se asombró al ver que el chico se apenaba cada vez mas, aun siendo el, el torturado. Por otra parte se horrorizo al ver que le estaban torturando sin piedad. Snape fue el ultimo. Entonces la que hasta entonces parecía fuerza invisible que obligaba al chico a mantenerse en pie y le obligaba a matar despiadadamente a todas aquellas personas. El chico se derrumbo encima del suelo, en un mar de lagrimas, sin tan siquiera intentar consolarse el mismo, parecía que el chico sabía que el frío no iba a esfumarse de allí, ni si lo introducían en una caldera a mas de 70º C.
Entonces, la ya conocida luz le alumbro a el. Los hechizos empezaron a llover de todos los lados, de delante de detrás, en un circulo cerrado. Eran cruciatus, hechizos rompe huesos, todo lo que podía causarle daño, psíquico o psicológico. Entonces, las luces de toda la habitación se prendían, y el joven se daba cuenta de que se encontraba en medio de un anfiteatro, lleno de gente puesta en pie y que todos y cada uno de ellos recitaban:
- Eres culpable.
Los hechizos llovían de todos los sitios, pero sobretodo desde la primera fila, donde se podían resaltar, sus padres, Sirius, Remus, Cedric, Ron y Hermione. El chico se retorcía sin sacar un solo grito. Y lentamente se fue ahogando en su propia sangre, mientras escuchaba las voces de todo el mundo decir que era su culpa, que todo era la culpa de su irresponsabilidad, que había decepcionado a todo el mundo, que no servia a nada mas y comentarios del género.
Entonces todo se volvía negro. Y de repente blanco, blanco luminoso. Pero en aquel momento, un liquido espeso, rojo, salía de por todas partes, las paredes empezaban a recubrirse de el. El nivel del liquido empezaba a subir alarmantemente, la mayor parte del chico estaba recubierto del él. Sus manos lo tocaron y poso su dedo índice encima de su lengua, para encontrarse con que sabia al liquido rojo que se movía por sus venas. ¡Aquello era sangre! ¡Sangre! Se horrorizo. Empezó a temblar considerablemente hasta que se convirtieron en espasmos. Estaba aterrorizado. Lo único que no se había convertido en rojo o era recubierto por aquel liquido de sabor electrizante, era el techo, continuaba limpio, impoluto, pero de repente se encontró con que la sangre también se dirigía hacía allí, haciendo formas incomprensibles. Hasta que poco a poco, pareció que la sangre se iba juntando. Para gran sorpresa de Harry las letras escritas, formaban:
- Culpable.
Parecía que el nivel del liquido subía cada vez mas apresuradamente. Pronto se encontró con que en vez de aire, la sangre invadía sus pulmones, intento sin mucho logro pedir auxilio, pero era demasiado tarde. ¡Se había ahogado!
Todo regresaba a ser luminoso y de repente regresó al mas oscuro de los negros. Harry yacía contra el suelo, con los ojos cerrados, la boca a medio abrir, pero sin ninguna señal de sangre. Entonces una fuerza invisible hacía que se pusiera en pie. Allí, la luz blanca lo volvía a envolver todo, dando como resultado que el chico volviese a emprender el respirar y saliese de aquel macabro sueño."
Harry sabía lo que su profesor estaba haciendo con su mente, no intento tan siquiera aplacarlo, por que sabía que Severus era muy bueno en la materia, y que el apenas era un principiante. Pero nuestro héroe tenía un as bajo la manga, ese verano no en vano se había pasado horas y horas estudiando, y no precisamente hechizos de levitación, solamente. Recordó con urgencia todo lo leído sobre la materia, pronto, en tres milésimas de segundo, dio con la respuesta que necesitaba. El único inconveniente del arte de la Occlumancia y la Leggeremancia, era que cuando se aplicaba en alguien, si no tomabas las medidas necesaria, el susodicho podía acceder a los recuerdos del que le leía la mente. Se concentro en ello, pronto los recuerdos del mortifago abordaron su mente.
"Un niño pequeño de unos 6 años, que Harry dedujo como Snape de pequeño, ya que eran muy parecidos, se acercaba temeroso a una puerta que parecía gigante. Con dificultad la abrió. Aquello era un despacho, grande, espacioso y muy lujoso. Detrás de un escritorio se encontraba Jonathan Snape, padre de Severus. Estaba escribiendo una carta, en cuanto la termino giro sus ojos, tan negros como los de su hijo, hasta la figura del pequeño. El pequeño sonrió y se acerco hasta su padre, que le cogió en brazos y lo apoyo encima de sus rodillas.
- Severus.
- ¿Si?- el tono del chico era muy alegre.
- Tu madre me ha comunicado que has tenido un pequeño digamos... desliz, cierta broma...
- ¿Yo? ¿Broma? Papá.- el chico parecía muy inocente y la ultima palabra había sido dicha con reproche.
- Si, ha llegado hasta mis oídos, que cierto elfo domestico se ha encontrado con que toda su piel se había vuelto fucsia.- dijo su padre con una seriedad fingida.
- ¿Fuscia?- el chico se rió con ganas.
- Supongo que hiciste la poción para que el color del que se volviera la piel fuera el mas ridículo para el momento.- regaño con una sonrisa Jonathan.
- Papá, que ideas tienes, yo jamás haría eso.- dijo con una sonrisa traviesa el niño.
- ¿Entonces quien fue?
- ¿Por qué debería saberlo?
- Jovencito, no me respondas con otra pregunta. Y sabemos tu, yo y toda la casa, que has sido tu.
- Siempre igual, no he sido yo, no es mi culpa.- declaro solemnemente el niño de seis años.
El hombre se echo a reir.
- El castigo impuesto sera: deja que piense.
- Pero, papi.- intento protestar el niño.
- Nada de peros, esto se merece un castigo y punto.- dijo su padre con voz extremadamente severa.- Supongo que una bolsa de golosinas de Zonko, no estaría mal como castigo.
Entonces el hombre volvio a reir con ganas, al ver el cambio de la cara de su hijo.
- Yo mismo, no hubiera pensado en una broma mejor, en lo que se refiere a un elfo domestico. Pero que esto no salga de aquí.
- Seguro.- contesto otra vez jovial el niño.- No te preocupes no diré nada a mamá.
- Mas te vale. Ahora tengo que trabajar, todavía me queda muchos asuntos pendientes. Hijo, te quiero.- dijo mientras le daba un beso en la frente y lo bajaba al suelo.
- Yo también.
Fue entonces cuando una especie de alarma empezó a pitar solo en aquella habitación. El hombre cogió a su hijo, lo metió detrás de un mueble y le ordeno que se callara y que si podía no respirara fuerte. El niño obedeció y se recogió hasta que apenas se le podía distinguir entre aquellas sombras. La puerta salto por lo aires.
Entraron varios hombres vestidos como aurores y después de varios minutos de ardiente lucha, Jonathan Snape quedo sometido por los aurores que lo mataron despiadadamente momentos después. Los hombres agarraron un trasladador y desaparecieron de la estancia dándose por satisfechos.
El niño corrió hasta el cuerpo inerte de su padre, lo movió varias veces, intentando en vano que despertase. Las lagrimas corrían por las mejillas pálidas del joven. Minutos después una mujer atravesó el marco de la puerta destrozada y se echo a llorar encima del cuerpo de su marido.
Todo se retornó al negro y de repente una imagen volvió a verse.
Ahora una señora mayor se sostenía entre lagrimas, al lado de su nieto, que debía tener 10 años, delante del ataúd de una mujer, la misma mujer que poco antes se había tirado en el cuerpo de su marido.
Y extrañamente Harry pudo oir lo que juro interiormente aquel niño:
- Juro sobre las memorias de mis padres que matare a esos cabrones."
La imagen pareció fragmentarse, Harry supuso que Snape se acababa de dar cuenta de la intrusión en su mente, por lo tanto que ya habría terminado de inspeccionar la suya. La voz de Snape sonó muy peligrosa.
- ¿Qué demonios ha visto Potter?
- ¿Qué ha visto usted?- respondió en el mismo tono el joven.
- Le juro Potter, que como se atreva a revelar algo me encargare de matarle con mis propias manos. ¿Entendido?- el profesor estaba loco de rabia.
- Le juro lo mismo Snape.- el tono de Harry también había sido muy peligroso.
El maestro no dijo nada, simplemente se dejo caer encima de su silla de nuevo. Se llevo las manos al cabello, se froto lentamente las sienes y pareció que retomaba el control sobre si mismo. Aperto los labios fuertemente. Ninguno de los dos dijo ninguna palabra mas. Hacía las 10 de la mañana Zabiny se levanto y se acerco velozmente hasta la cama de su compañero, preocupado.
- ¿Qué tal estas?
- Bien.- respondió escuetamente el Gryffindor, mientras giraba la cabeza hacia la ventana.- ¿Profesor podría...?
Harry no llego a terminar la pregunta cuando una negativa le fue entregada. Zabiny fue a vestirse y salió de la habitación donde un tenso silencio había invadido hasta el mas oscuro de los rincones. La enfermera llego minutos después, en compañía de Dumbledor y de McGonagall.
- Buenos días, Harry.- saludo la jefa de la casa de los leones.- Severus.
- Buenos días Minerva.- respondió el oscuro maestro.
- ¿Qué tal la noche?- pregunto Albus.- ¿Ningún otro susto?
Los ojos negros se juntaron con los verdes y ambos pactaron en silencio no revelar nada de su pequeño encuentro, cosa que no paso desapercibida a los ojos del director.
- Bien. Ninguno.- respondió de nuevo el profesor.
- Me alegro.
- Señor Potter, tengo que hacerle una revisión.
- Estoy en perfectas condiciones, gracias.- se negó el chico.
- Eso déjelo a mi criterio, señor Potter.
Los ojos esmeraldas sacaban chispas, pero accedió a que la enfermera le revisara. Mientras la mujer miraba al chico, Minerva comento:
- Harry, yo me voy a ocupar del trabajo que tenemos que hacer. Me da la sensación de que vas a tener que quedarte en cama durante lo que queda de semana.
- Pues haré las cosas en la cama.-dijo Harry lógicamente.- Mi mente trabaja igual, en vertical o en horizontal
- Pero necesita descansar Potter.
- ¿Descansar de qué, profesora? ¿De Voldemort, de las pesadillas, de mi vida, de la gente, de sentirme perseguido, de que no me dejen saber quien soy? ¿DE QUÉ- Harry había perdido totalmente el control.
- Harry tranquilízate, por favor.-respondió Albus, por la profesora de Transformaciones que se había quedado impresionada.
- ¡No me da la gana!- respondió Harry mientras cerraba los ojos tras un suspiro.
Nadie dijo nada mas en lo que la enfermera termino con su exploración.
- Señor Potter, parece que esta bien. Pero, quiero que permanezca en cama, por si acaso.
La respuesta de Harry fue tajante.
- Señora. ¿Puede tener una ligera idea de cuantas veces me ha pasado esto este verano? Le voy a responder esta es la numero 15, me he mantenido perfectamente bien todas estas veces, puede estar tranquila, no me va a pasar nada. ¿Si he salido de las otras veces por que de esta no debería hacerlo?
La enfermera no encontró respuesta.
- Mire me voy a mantener en cama esta vez, todo el día si lo desea, pero mañana me voy a levantar y voy a seguir con mi vida, como siempre. Mi querido Vodemort no puede manejar mas mi vida. Eso es lo que todo el mundo, supuestamente, quiere evitar. ¿No?- la voz de Harry sonaba vencida.
La enfermera solo atino a afirmar con la cabeza, para después salir de la habitación seguida de Albus y de Minerva. Minutos después Severus también salió.
El día paso tremendamente lento para el niño que vivió, aun que tuvo tiempo de leer muy por encima todo el libro que le había regalado Fay. Si había pensado que el libro seria interesante, se había quedado corto. Aquello era una mina de información de toda clase. Por la noche, Dobby le trajo, junto con la cena una poción para dormir sin soñar. Aun sabiendo que no haría ningún tipo de efecto, el chico se la bebió después de la cena. A las 3 de la mañana ya estaba despierto. Se baño y se vistió, para bajar a leer al salón. Paso todo lo que quedaba de noche leyendo de nuevo el libro y memorizando trucos y cosas por el estilo. A la mañana bajo al comedor, tranquilamente.
Los días pasaron normales. Potter, cada día iba conociendo mas a sus compañeros, y la verdad es que Zabiny le empezaba a caer muy bien, tenían caracteres bastante parecidos y se entendían en unas cuantas cosas muy excéntricas. Harry descubrió que Zabiny también era un apasionado por el Quidditch, como el. Los dos habían creado una amistad muy buena en tan poco tiempo. Durante esa semana se había podido ver al Slytherin y al Gryffindor riendo en cualquier esquina del castillo, cuando no estaban ocupados con sus jefes de casa. Lo único que habían dejado de lado, sabiendo que no se sentirían a gusto era sus familias y las pesadillas de Harry, ninguno de los dos había sacado el tema hasta el momento, y los dos esperarían para hacerlo.
Y por fin había llegado, era el 1 de Septiembre, los 4 supervisadores se habían sentado enfrente unos de otros, Harry y Blaise en la mesa de Rawenclaw y Hannah y Lisa en la mesa de Hufflepuff, los 4 riendo de uno de los chistes del Slytherin. Cada uno se había puesto el uniforme del colegio, pero ninguno se había puesto la insignia de supervisador en un sitio visible, de echo, los cuatro la llevaban en la cintura, de lado, de modo que la túnica les tapase la insignia.
Albus Dumbledor llego al Gran Comedor, se acerco a los 4 chicos y les pregunto:
- Se me ha olvidado preguntaros a ver si quereis dormir donde lo habéis hecho hasta ahora. Debería haberlo hecho ayer, pero tuve muchos asuntos que atender.
- Yo no, profesor. La habitación seguirá allí, y para muchas cosas será muy útil, de hecho pienso dejar todos mis libros y todas mis cosas de estudio allí, pero prefiero quedarme en mi casa. No es por haceros de menos chicos, pero me parece lo mas correcto.- contesto Harry.
- Yo creo que también. No creo que aguantase todo un año durmiendo con un Gryffindor.- se rió Blaise.
Harry dio un pequeño golpe en el hombro del Slytherin, mientras sacaba un pequeño ruidito de desaprobación.
- Estoy con Blaise y Harry.- dijo Lisa.
- No me voy a quedar sola. ¿No?- concluyo Hannah.
- Bien entonces no dormirán allí, pero hay que dejar la habitación en uso. Bien, buen comienzo de curso. Haré que muevan vuestras cosas- respondió Dumbledor mientras se iba.
Minutos después, la charla había vuelto a comenzar. Cada dos por tres los 4 se echaban a reír. Las puertas del Gran Comedor se abrieron y los alumnos empezaron a pasar, asombrados de que 4 de ellos se encontraran ya dentro del Gran Comedor. Los cuatro se despidieron en cuanto vieron que entraba gente y cada uno se sentó en su respectiva mesa.
Cuando el Gran Comedor se lleno, todos los amigos se habían reunido, comentando sus veranos, las puertas se volvieron a abrir, y en silencio, los nuevos alumnos fueron pasando hasta la altura de la mesa de los profesores. La ceremonia dio inicio. El sombrero Seleccionador deslumbro a los de primero con su canción que todo el mundo aplaudió una vez terminada. Uno a uno los niños fueron seleccionados para las diferentes casa, antes de que el director diera su discurso.
- Buenas noches. Bienvenidos a un nuevo curso en Hogwarts. Me alegra ver caras nuevas entre las diferentes casas. Supongo que todos sabrán la situación actual del mundo mágico. Por ello se va a poner un toque de queda, a las 9:00 de cada noche todo el mundo debe estar en su respectiva sala común. Todo aquel que no respete esto, se vera con unas sanciones graves. Para mayor seguridad, se ha formado un grupo de cuatro supervisadores que ayudaran al jefe de su respectiva casa con algunos asuntos, ellos estarán encargados de la casa si un día alguno de los jefes tiene que ir a atender algún asunto. Están por encima de cualquier prefecto, y tienen las mismas funciones que estos, solo que son mas completas. No voy a entrar en detalles ya que los que lo son tienen sus funciones bien programadas y saben cuales son sus deberes. Este año, cambiando de tema, la copa de Quidditch también se celebrara, y todos los grupos que nuestra querida señor Umbridge había prohibido vuelven a reestablecerse, aun que nos gustaría saber cuales son, pueden comunicárselo a cualquier jefe de casa. Por ultimo, como habrán podido comprobar, en la mesa de profesores hay un sitio libre, el mismo que esta libre todos los años en estas fechas, empiezo a pensar que los rumores de que el puesto esta maldecido son ciertos. Hemos encontrado a un profesor de Defensa, y espero que esta vez este dure mas de lo que lo han hecho los demás. Les presento a su nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, el profesor Day.
Harry por poco pega un bote en su sitio, cuando vio la figura de Fay aparecer por la puerta, con su traje "de guerrero" que llevaba siempre, solo que este parecía mas elegante. Sonrió ante todos y hizo una pequeña reverencia antes de sentarse al lado de Severus Snape.
- Ahora si, buen provecho.
Las bandejas de oro se llenaron de comida, en cuanto el director dio una palmada. Todo el comedor volvió a su bullicio habitual. Todos estaban contentos al ver que no faltaba ningún compañero. La cena se termino rápidamente y los prefectos llevaron a los nuevos hasta las salas comunes, dándoles consejos.
Ya todo el mundo estaba en sus salas comunes, la mayoría se había ido a dormir, en la sala común de Gryffindor estaban sentados delante del fuego todos los de 6 curso y Ginny. Discutían sobre sus veranos, sobre la situación actual en el mundo y simplemente del nuevo profesor. Harry se había guardado muy bien de decir que lo conocía. Pronto una discusión empezó entre ron y Hermione.
- ... este año tenemos mas posibilidades de ganar la copa de Quidditch...- comento ron.
- ¿Por qué?- pregunto Hermione.
- Pues por que Harry esta de nuevo en el equipo y por que los Slytherins son inútiles, Rawenclaw y Hufflepuf nunca han sido grandes rivales.-contesto ron como si fuera lo mas obvio del mundo.
- Ronald Weasley, tienes que entender que no todos los Slytherins son unos desgraciados.- dijo Hermione sorprendiendo a todos.
- ¿Perdón?- Ron sonaba muy confundido
-¡Lo que has oído! ...
Los gritos siguieron por varios minutos en los que Potter pensó con una sonrisa:
- Da gusto estar de nuevo en casa.
HoLa,
Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento... (podría seguir así miles de años, pero creo que es mas interesante que hable)... En serio, perdón por el retraso. Espero que os guste este capitulo... ¡¡¡¡18 paginas!!!!! Jajajaj. Os explico lo que ha causado mi retraso. Bueno la razón mas importante es que no me encontraba con muchas ganas de escribir (ya se que estáis pensando que, que jeta tengo... pero bueno ya os he pedido perdón). Segundo. Se me ha estropeado mi ordenador, por poco pierdo toda la información que tenia.Pero bueno ya esta arreglado y el ordenador me va genial!!! jajajajaj.
Otro punto: ¡Carmen, te dedico el capitulo! ¡Eres genial! ¡No cambies! ¿ok? Eres una gran amiga y das unos consejos geniales. También te dedico el cap a ti Samu... ¡Tu también eres genial! ¡Y estas tan loco como yo!! ;-) Gracias por los pequeños arreglos que me has indicado que habría que hacer.
Ahora tengo que preguntaros una cosa importante, y necesito que respondáis. Me he estado planteando el tema de la pareja de Harry, he tenido muchas sugerencias, y la verdad me han hecho vacilar de la idea que tenía en un principio. Así que os pido que elijáis una de estas opciones:
Harry/Tonks
Harry/Hermione
Harry/Ginny
Harry/supervisadora (si es asi, decirme cual de las dos)
Harry/Personaje Nuevo (inventado por mi)
Harry/Otra persona de los libros (Una chica, no voy a hacer un slash y especificar quien, por favor)
Muchas gracias por todo,
BeSoS,
¸.·¯·.¸¸.·¯· MiRuG ·¯·.¸¸.·¯·.¸
Respuestas a los Reviews:
Eva Vidal:
HoLa. Bueno ya estamos en Hogwarts, con todo el mundo. ¡Espero que eso te alegre! Lo del corazon, pues bueno lo he dejado espero bastante claro arriba. Espeor que me digas lo que opinas. Se que no todo en la vida es luchar contra el mal. Pero tengo la convicción de que un texto (aparte de los de novelas rosa) no se puede basar solo en una comedia romántica, de hecho, todo lo que he escrito hasta el momento, ha sido mas sobre acción y aventura que sobre amor. A mi me atrae mas escribir sobre salvar al mundo que sobre besos y caricias.
Creo que me he esmerado en este capitulo, pero eso ya se vera en la opinión de la gente, espero la tuya.
Un beso, :D
Mod-Luna G Hiwatari Potter B:
HoLa. Muchas gracias por la apreciación MiRuG profundamente sonrojada . Espero que el capitulo te haya gustado.
Un Saludo, :D
Especter:
Muchas gracias por tu opinión y tus felicitaciones. Como podrás ver, este capitulo es mas largo que el anterior (y espero que por eso no peor). Ya veremos lo que os parece.
Un Saludo, :D
Javi- Fernández:
Como siempre, muchas gracias por tus comentarios y tu gran apoyo. No he actualizado pronto, ya lo siento. Espero que este capitulo te haya gustado.
Un BeSaZo, :D
Marla:
Gracias por dejar un review. La cuestión de la pareja no la tengo clara, como ya he dicho arriba, espero vuestra opinión. Bien, espero que te guste el capitulo
Un Saludo, :D
Jessy- tonks.
Siento lo del psiquiatra, no lo hago a propósito, en serio. Jajajajajaj XD XD. Bueno lo de la pareja, aun no se sabe y va a depender de vosotros, así que... Gracias por preocuparte de mis vacaciones ;-). Voldemort aparecerá, en este capitulo no, como has podido ver, de momento no se en que capitulo por que las cosas siempre se me salen de control, pero normalmente debería de hacerlo pronto. Por cierto para que veas que pienso en tu salud mental, cada vez estoy terminando los capítulos con menos intriga. Gracias por la Suerte.
Un BeSaZo y un Abrazo, Cuidate :D
Gabriela de Black.
Gracias por leer el fic. Me alegro que te guste. Siento no haber actualizado rápidamente.
Un Saludo. :D
Lilyan Black:
Recuerdo haber dicho eso en alguna ocasión, lo de Hermione y Nymphadora, pero como hay gente que me lo ha pedido, pues he puesto la encuesta, arriba. Y con lo de Harry... todo a su tiempo... Pronto se sabra del tatuaje de Harry y de su forma animaga y de muchas otras cosas.
Gracias, un Saludo. :D
Leo-Hagrid:
La verdad es que ya tenia pensado un Harry/Olatz (me llamo asi). Jajajajjajajaja XD La pareja que a mi me gusta, la verdad no tengo ninguna preferida. He escrito con pareja Harry/Ginny y Harry/Hermione, ninguna me atrae especialmente, si te digo la verdad. Si que estaria bien lo de Harry... De echo nunca he dicho que no fuera a ser asi ;-) jajajaja. Ya veremos. Y lo filosofar, nos pasa a todos, y a mi en especial me pasa muy a menudo. Espero que te haya gustado el capitulo.
BeSoS, :D
GarRy:
¡Tan gracioso como siempre! Jajaja. Habrás visto que te he dedicado el capitulo. ¡Loko! Jajajaja. Espero que te haya gustado. Se que vas a protestar por que no te lo he mandado antes pero... C´est la vie. ;-) A ver si hablamos.
BeSoS :D
CMBLupin:
¡Hola Carmen! Te he dedicado el cap, a ti, yo tambien por que eres genial conmigo! Y yo tambien puedo decir que la vida no seria igual si no te hubiera conocido, creo que seria mas aburrida.... Jajajaj ;-)Espero que el cap te haya gustado.
BeSoS. :D
Kat-Basted:
MiRuG esta realmente sonrojada, parece una amapola Gracias. A mi tambien me encanta el carácter oscurillo que tiene (Por eso se lo pongo. ¡Obvio!) El nuevo infiltrado de dumbledor, estoy pensando en poner a Peeves. Jajajajjajaajjaja. Espero que este capitulo te haya parecido igual de "fantastico"
Un BeSo. :D
Muchas gracias de nuevo,
SaludoS
¸.·¯·.¸¸.·¯· MiRuG ·¯·.¸¸.·¯·.¸
