3: Live Forever
Maybe I just wanna fly,
I want to live,I don't wanna die,
Maybe I just wanna breathe,
Maybe I just don't believe
Maybe you're the same as me
We see things they'll never see
You and I are gonna live forever
Finalmente el buen Mu, os reveló la verdad sobre lo ocurrido en aquel aciago día, tan lejano ya a mi memoria. Lo último que pude – y quise – advertir antes de quitarme la vida ante la diosa, ínfima expiación a mis infinitas faltas, fue tu cosmos, confuso en un torbellino de emociones descontroladas.
Ahora te tengo frente a mí. Como ese día, el ciclón que es tu alma gira enloquecido, un sinfín de sentimientos enfrentados. Tan sólo puedo verte, el Tesoro del Cielo nos privó de cuatro de nuestros sentidos, y la cólera apreciable a simple vista empalidece ante la que se siente con cada vez más claridad. Lógica, por otra parte: tu mejor amigo, casi tu hermano, y el ser al que ¿todavía? amas, traidores a Atenea, enfrentándose en una brutal lucha fraticida que ya se ha cobrado demasiadas bajas. No puedo explicarte ahora, pero pronto llegará el momento en que no sea necesario ocultarte nada. El dolor de tus agujas es insoportable, pero disimulada entre tu ira puedo percibir en el fondo tus auténticos sentimientos que ahora, cumpliendo con tu deber de caballero, inhibes, contribuyendo a suavizar el efecto del veneno.
Atenea yace a mis pies, muerta por sus propias manos con la daga que antaño blandí contra ella, apenas un bebé. De reojo, puedo verte enfurecido, estrangulando a Camus entre lágrimas. No es muy presuntuoso por mi parte pensar que no es en él en quien estás pensando mientras haces fuerza¿verdad? Shion os lo explicará. Nuestro tiempo es precario ya, y debemos concluir con lo que se espera de nosotros. Albergo la esperanza de que entonces comprendas… y puedas juzgarme con libertad.
Los Doce, juntos al fin, nos hallamos en el corazón del Hades, ante el mismísimo Muro de las Lamentaciones, invocando nuestro Cosmos en la última hazaña de los caballeros de Oro en esta guerra sagrada. Gracias a Atenea, he podido regresar a la vida para concluir mi misión y, de paso, verte de nuevo. Me encaras, y un creciente nerviosismo se apodera de mí. Permaneces sin reacción alguna por un momento, y te aproximas a mí. Adivinando lo que pensaba preguntarte, respondes:
- No podría dejar de amarte a pesar de todo. – tu rostro esboza una sonrisa que, junto a tus bellas turquesas, recuperado ya el brillo que siempre las caracterizó, bastaría para derribar el Muro al que Aioros apunta ya. Te inclinas hacia arriba un poco, lo justo para depositar un beso que no por fugaz es menos valioso para mí, y encaramos, nuestros cosmos ya unidos antes de enlazarse al de los demás, nuestro destino, en busca de una oportunidad para los caballeros de Bronce y, con ello, la Humanidad. Tú y yo seremos uno en la otra vida, o lo que exista, por toda la eternidad. Al fin, tendremos ante nosotros días más brillantes.
