Al día siguiente, Draco volvía a aburrirse muchísimo en su casa, así que decidió irse al medio día. Al fin y al cabo la tarde de ayer no fue desagradable, aunque su compañera fuera la Weasley. Quizás se encontrara con ella o iría a buscarla… sus conversación fue amena, además le tocaba preguntar a él.
- Oye ¿Ginny? – preguntó Fred
- Dime Fred.
- ¿Por qué estaba tan enfadado Ron? – terminó George
- Bahh – dijo mosqueada – porque es muy raro. Veréis, ayer… - y sonó la campana de que alguien entraba a la tienda – me fui a comprar ropa, y me compré varios vestidos que estaban de oferta, cuando llegué a casa, un pelín tarde, me montó un numerito increíble. Incluso no sé que tenía en mente que no me creía… acabamos discutiendo.
- Jajajaja – rieron los gemelos
- No os riáis. Me enfadé con él.
- Por eso nos reímos hermanita… Ron no cambiará nunca – dijo como pudo Fred.
- Jajaja, anda… vete a atender. – Ginny se fue del desván mal humorada con sus tres hermanos, y se dirigió al mostrador.
- Vaya unos hermanos que tengo… - dijo en voz baja - ¿en qué puedo...? ¿Malfoy?
- Hola Weasley…. ¿reunión familiar?
- ¿Qué haces aquí?
- Si atiendes así a todos tus clientes, creo que tus hermanos duraran muy poco en el negocio.
- Perdón – dijo sonrojándose un poco - ¿en qué puedo ayudarle?
- Así me gusta con respeto - y sonrió de forma maliciosa – La verdad es que no sé si tendréis algo que me interese.
- ¿Qué quieres?
- ¿Qué tienes?
- Tenemos todo tipo de bromas, depende de cómo quieras hacer la broma te podré decir que te conviene… aunque…
- Aunque ¿qué?
- Que no te veo gastando ninguna broma. Eres un Slytherin… el valor y las bromas no van muy unidas a vuestra casa.
- No hay que ser un lumbreras para hacer una broma… - y la miró con un odio profundo.
- Malfoy, no te ofendas… pero no eres de la clase de chicos que gastan bromas.
- No me ofendo por que no puedes – dijo cortante - ¿quieres apostar?
- La última vez te fue muy mal… perdiste.
- La última vez…. como tu dices… hiciste trampas y lo sabes.
- Yo no hice trampas – saltó ofendida.
- Je, si tú lo dices.
- De acuerdo, tú lo has querido. Te vas a arrepentir de haber dicho eso.
- Lo dudo.
- No sabes con quién hablas, mis hermanos comparados conmigo son unos angelitos. Tendrás que hacerle una broma a Snape, y tendrá que ser muy "escandalosa", cómo lo hagas es asunto tuyo, pero debe ser algo que quede en la historia de Hogwarts.
- ¿Y si no lo hago?
- Habrás perdido la apuesta, y en ese caso tendrás que hacerme todos los deberes de pociones del curso en-te-ro – dijo esto último con énfasis. Draco la miró fijamente durante unos segundos.
- Si gano yo, me harás el pase de modelos con los cinco vestidos que compraste... pero esta vez te tendrás que cambiar delante de mí, es decir, lo harás todo delante de mí, desde quitarte la ropa que llevabas puesta al principio, hasta que te la vuelvas a poner, to-do lo harás delante mía.
Ginny le miró, con horror.
- No puedes pedirme eso. – dijo casi en un suspiro.
- Sí que puedo, tú decides si sigues adelante… pero si según tú los de mi casa somos unos cobardes, no sé por qué dudas tanto si supone que el valor es algo de tu casa.
- Eres… eres…
- Un Slytherin, querida. – y volvió a sonreír de forma muy maliciosa.
- De acuerdo, pero la broma la haré yo, tú tendrás que montarla y ejecutarla… así las cosas se equilibran.
- No querida, no se equilibran, simplemente lo haces porque piensas que me voy a rajar.
- ¿Y no lo harás? - dijo sonriendo como Draco.
- No, no lo haré. ¿Trato hecho? – y extendió la mano.
- Me alegra mucho saber que me libraré de los deberes de pociones – y le estrechó la mano.
- ¿Y qué he de comprar?
A Ginny se le dibujó una sonrisa muy maliciosa. Y empezó a correr de un lado a otro de la tienda dejando un montón de artículos en el mostrador. Malfoy la miraba, pero no sabía si por diversión de verla ir por todos los lados diciendo cosas en voz baja, o asustado por ver el montón de bromas que se le iban acumulando en el mostrador.
Tras estar unos minutos, recolectando bromas. Ginny cogió los artículos y empezó a hacer la cuenta. Unos instantes después Malfoy tenía unas bolsas en las manos y Ginny no dejaba de sonreír.
- Hará historia – repitió Ginny
- O eso, o me acabas de hacer comprar media tienda para que tu familia no se arruine.
- No hables, estás más guapo callado.
- Estoy guapo, de cualquier forma.
- Que egocéntrico eres
- Eso también lo sé – y sonrió satisfecho del comentario. – ¿Te puedo invitar a comer?
- ¿Qué?
- ¿Comer?, eso que se supone que tienes que hacer una vez al día, al igual que desayunar y cenar
- Sé que es comer.
- Pues no lo parece
- Te preguntaba por qué me invitas.
- Eso no lo has preguntado. Y te invito porque me apetece y porque me toca preguntar.
- Espera. – Ginny desapareció de la tienda y regresó al cabo de unos minutos. – Vale, vámonos. – dijo algo enfadada, y con una cosa verde pegada en la cara y el pelo – idotas – susurró entre dientes.
Salieron del local. Ginny iba delante de Draco, andando con cierta velocidad, e intentando quitarse esa cosa no identificada de color verde del pelo. Estuvieron así durante un buen rato, hasta que Ginny se paró en seco con el pelo ya limpio, y Draco que iba detrás se chocó con ella. Entonces Ginny se dio la vuelta a protestar por el empujón, quedando ambos muy cerca, al darse cuenta se empezó a sonrojar. Draco aún la miraba extrañado por el repentino paron, y de forma divertida cuando se dio cuenta de que empezaba a sonrojarse.
- ¿Por qué has parado? – preguntó Draco quitando un mechón de pelo de la cara de Ginny
- Porque no sé a dónde voy – dijo en un susurro y aprovechó el momento para separarse de él unos pasos. Y en ese momento Draco se dio cuenta de que tenía razón, la había empezado a seguir y no sabía a dónde se dirigía.
- Bueno.... se supone que vamos a comer.
- Ya, pero ¿a dónde?
- Ayer decidí yo, hoy te toca a ti. – Entonces a Ginny se le dibujó una sonrisa en la cara.
- Tú lo has decidido, pero debes coger dinero muggle.
Tras varias, digamos que muchas protestas de Draco, salieron del Callejón Diagon y se dirigieron al Londres muggle. Se fueron a un pequeño restaurante italiano, bastante tranquilo, y cuyo cocinero era digno de ver. Con un sombrero blanco de un gran chef, y un inmenso bigote negro que se retorcía en los bordes, por eso le gustaba a Ginny, porque era igual que los cocineros italianos de las películas y los cuentos. Se sentaron en una mesa, y se pusieron a hablar como la tarde anterior. Empezó Draco a preguntar, y estuvieron así el resto de la comida, uno preguntaba el otro contestaba, hasta que pidieron los postres.
- Vale, siguiente pregunta – anotó Draco
- Dime.
- ¿Por qué te has sonrojado antes? – a Ginny se le atragantó el helado, y después le echó una mirada a Draco.
- Yo no me he sonrojado – dijo enfadada
- Huy, eso no te lo crees ni tú. Te has puesto roja y mucho.
- Creído
- Mentirosa
- Que no me he sonrojado – le gritó cada vez más enfadada.
- Mira, eso es algo que podemos comprobar fácilmente
- ¿Cómo? – preguntó una incrédula Ginny.
- Sencillo, recreando una situación como la anterior, es decir, que poco a poco me iré acercando a ti – y así era, Draco se iba acercando – y veremos quién de los dos miente – y no pudo evitarlo, empezó a sonrojarse, mientras se retiraba de él, hasta que dio con el tope de la silla. - ¿por qué te sonrojas Weasley?
- Por... por... n no sé – y bajó la vista. Draco sonrío orgulloso de eso.
- Bueno, hagamos una cosa – y se quedó a unos centímetros de ella - dejaremos esta pregunta en reserva y ya me la contestarás cuando puedas.- y se sentó otra vez en su sitio. – Tu turno.
- ¿Eh?
- Que te toca.
- ¡Ah! Sí, claro.... ¿por qué me has vuelto a invitar?
- ¿Eso es lo mejor que se te pudo ocurrir? – y la miró un rato – creo que es obvio,.... así tengo compañía.
- ¿Sólo eso?
- ¿Qué esperabas?
- Nada, sólo que no eso. Tu turno
- ¿Podríamos quedar mañana cuando salgas de trabajar?
- Mañana no trabajo...
- OH – dijo apenado – entonces....
- ... pero si quieres – continu
- Sí... digo si quieres
- ... claro, pero yo planeo el día
- ...Weasley.... nada de muggle – dijo siseante
- Jajá jajá, cielo, todo será muggle. – y puso mucho énfasis en el todo
Terminaron los postres, pagaron la cuenta y regresaron al callejón, eso sí, sin parar de discutir ni un momento sobre el día de mañana. Incluso cuando se "despidieron" en la tienda de los Weasley seguían con la discusión, que acabó con un "Estúpido" y "No te olvides de la hora, pecosa insolente".
Acababa de llegar a casa, y le volvió a invadir la sensación de soledad, peor hoy no le importaba, aunque le doliera reconocerlo, pasar las tardes con la Weasley le resultaba muy agradable, demasiado, ¿pero por qué? Porque es una Weasley, y por sus hermanos, se rió al pensar en todos sus hermanos, si no había oído mal tenía 6, aunque los cinco mayores trabajaban y no eran muchos problemas. El problema era el amigo de cara rajada.... Sólo con pensar en ellos se enfadaba, así que decidió dejarlos a un lado, además la Weasley no tenía nada que ver con ellos, no era parte del trío maravilla, sólo era hermana de uno de ellos y estaba enamorada de otro. Otra vez se enfadó ante ese pensamiento, estúpido Potter, escupió.
Fue subiendo poco a poco las escaleras dirección a su cuarto, cuando se chocó con alguien.
- Hola cielo. – y vio una sonrisa que echaba de menos.
- ¡Mamá! – dijo contento aunque cambio el semblante al recordar que lo dejaba solo
- No te enfades cariño, hoy no. Quiero pasar la tarde contigo, hace tiempo que no estoy a tu lado.
- Hace más de un año, desde lo de papá.
- Lo sé cielo, pero no te preocupes. Hoy seré tu madre, como siempre.
Draco la miró un poco extrañado, pero no le importaba estaba bastante contento, aunque se negaba a mostrar ese sentimiento en público. Hoy tendría a su madre, y mañana a la Weasley a su lado. Un Malfoy con una Weasley... tendría que pensar en otro momento que significaba eso.
A Ginny le quedaban menos de cinco minutos para terminar su día laboral. Fred y George estaban muy contentos, habían vendido un montón de cosas. Intentaron saber quién había comprado tantas cosas, pero Ginny lo único que dijo era que un chico de unos 17 y que no lo conocía.
Por fin estaba en casa, y como venía siendo desde las vacaciones olía demasiado a limpio. Buscó a su hermano y se dirigió a la cocina, cuando entró vio que no estaba solo.
- ¿Hermione, Harry? – preguntó sorprendida
- Hola Ginny – dijo Hermione al ver a la chica, se acercó a saludarla y se abrazaron.
- Hola – dijeron Ron y Harry, que seguían sentados en la mesa.
- Me alegro de verlos, pero ¿qué hacen aquí?
- Tu madre nos mandó unas lechuzas – dijo Hermione, mientras arrastraba a Ginny a sentarse con ellos – Nos dijo que estabais solos y que si podíamos viniéramos con vosotros a pasar las vacaciones.
- Yo no pude venir antes, mis tíos tenían cosas que hacer y hasta hoy no se acordaron de traerme. – dijo Harry
- Yo estaba con mis padres, les veo poco y quería estar con ellos aunque sólo fuera un mes. Nos ha dicho Ron que trabajas ¿qué tal?
- Bien, bien, no me quejo
- Y tanto que no se queja, ayer se compró 5 vestidos nuevos, y no muy baratos
- Es mi dinero
- Sí, pero seguro que no ganas tanto.
- No empieces Ron – gritó Ginny enfadada. Cuando iba a contestar Ron, Hermione se puso en medio y le miró para q se callara, y así lo hizo.
- ¿Tienes hambre? – preguntó Harry, y le enseñaba la comida de la mesa.
- Un poco. – se sentó y se puso a cenar. Mientras se pusieron a hablar de lo que habían hecho en este mes de vacaciones. Cuando le tocó el turno a Ron, no supo muy bien que contestar, así que decidió cambiar de tema.
- Bueno, y ¿mañana qué haremos?
- No sé vosotros, pero yo ya he quedado, así que no estaré en todo el día.
- ¿Qué? – preguntó Ron – Ni hablar, tú te quedas con nosotros.
- Que te crees tú eso, hermanito. No pienso romper la cita.
- ¿Cómo que cita?
- Era una forma de hablar, quería decir compromiso.
- Pues no irás.
- Ron – y se puso de pie apuntándolo con el dedo – No eres mamá, y no tengo que darte explicaciones. No pienso cancelar lo de mañana, lo siento por Harry y por Hermione, pero si van a estar el resto de vacaciones, por un día que falte no pasará nada. Y como sigas así, les pienso contar lo que has hecho estas vacaciones, y la razón por la que me puse a trabajar en la tienda. – dicho esto se dirigió a la puerta – Hermione, dormirás conmigo ¿no? – y la chica asintió – Pues ahora te veo – y desapareció detrás de la puerta.
- Ron, ¿qué has hecho estas vacaciones?- preguntó Harry incrédulo.
Ginny subió a su cuarto y empezó a ordenarlo un poco, sobre todo la otra cama, que se había convertido en un almacén de la ropa que se probaba y que sin muchas ganas de ordenarlo otra vez, se había quedado encima de la cama. Cuando ya había terminado de ordenar, se cambió y se puso un pijama. Y al par de minutos entró Hermione.
- ¿Te encuentras bien? – preguntó Hermione
- Muy bien, ¿por qué lo preguntas?
- Por tu reacción de antes.
- Ay.... si es que me saca de quicio, no aguanté ni una semana con él, está insoportable, y se comporta como mi madre, que digo, peor, es agobiante, por eso pedí trabajo a mis hermanos. – Hermione sonrió y empezó a deshacer un poco el baúl, sabía que Ginny tenía motivos para estar cabreada con Ron, si no fuera por... a veces tampoco podría soportarlo.
- Ginny.... – dijo Hermione, cuando se sentó en la cama para cambiarse de ropa
- Dime – dijo la chica apartando la vista de una revista mágica.
- ¿Con quién has quedado mañana? Sabes que somos amigas y me lo puedes contar, no va a salir nada de mí. – y le dedicó una sonrisa dulce
- Lo sé, pero es que no sé cómo vas a reaccionar, incluso yo, no sé cómo hacerlo.
- Venga... sé que te preocupa algo, si no, no lo hubieras saltado así a tu hermano, normalmente eres la que más le aguanta.
- Jejeje, sí, puede ser – se quedó callada y tras pensarlo un rato decidió hablar – He quedado con.... Malfoy – dijo casi un susurro
- Con... con ... Malfoy – dijo la castaña casi más bajo
- Sí, verás es que fue todo muy extraño. Ay, Hermione, necesito ayuda, todo empezó ayer....
Le contó la historia eso sí, omitiendo la parte de la última apuesta, porque se imaginaba la reacción de su acompañante "¿estás loca?", "¿quieres que te expulsen?", "Es Malfoy, seguro que te traiciona y lo pagas t". Cuando acabó de contarle la historia, Hermione tenía cara de póquer y no parecía que fuera a salir pronto del trance "¿Un Malfoy amable?", pensó, "¿Draco (soy el mejor del mundo, me importan muy poco los demás) Malfoy amable?"
- ¿No me vas a decir nada?
- Ginny, no puedes pretender que asimile en un minuto la imagen de un Draco Malfoy.... amable
- Je, sí, te entiendo.
- Lo único que te puedo decir es que tengas cuidado. Sabes que es bastante extraño, pero parece que se a "abierto" un poco, aún así... ándate con pies de plomo.
- Lo sé.
- Sabes.... aunque sea él, tienes muy buen gusto, por que está muy bien – y le guiñó un ojo pícaramente.
- ¡Hermione! – dijo como ofendida – la verdad es que sí.- y se echaron a reír las dos.
Aprovechando que estaba Hermione con ella, decidieron el itinerario para mañana, ya que había cedido, le harían descubrir que los muggles no eran tan malos.
Se levantó la primera, y preparó las cosas. Había quedado con Malfoy en la entrada del caldero chorreante, así que tras ponerse unos pantalones piratas negros, una camiseta de tirantes y una chaqueta (por si acaso), se calzó unas deportivas, cogió la bolsa que había elaborado y se dirigió a su "cita".
Cuando Draco llegó, vio que ella ya estaba, y se veía muy linda. Sonrió sin darse cuenta, pero borró la sonrisa y se dirigió hacia ella. Ginny giró al notar que alguien se le acercaba, cuando viró le vio, iba muy guapo, llevaba unos vaqueros negros, y una camiseta gris, ceñida a su escultural torso. Se le quedó mirando, y cuando se dio cuenta de que llevaba mucho tiempo observándole, se giró bruscamente y se sonrojó. Draco, se dio cuenta, pero le sucedió algo parecido, cuando Ginny se giró, la observó bien.... "Dios que escote, que cintura y que labios", así que quedaron ambos bastante sonrojados. Y así comenzó su día. La verdad es que tanto Hermione como Ginny se esforzaron mucho en planificar el día, y tuvo sus resultados a Draco le gustó, eso sí… no lo demostró, pero Ginny le vio sonreír en un par de ocasiones, y era bastante lindo cuando lo hacía.
Así fue como comenzó su amistad. Draco iba a buscarla después de que terminara en la tienda y se iban a cenar por ahí, tanto en el mundo mágico como en el muggle. Sus conversaciones eran muy divertidas, las preguntas cada vez eran más personales, y durante un mes ambos deseaban llegar la tarde para verse con el otro.
Habían quedado como siempre y estaban apunto de terminar la cena.
- Oye, mañana es tú día libre.
- Sí, así es – dijo Ginny un poco disgustada.
- ¿Quedamos como siempre? – preguntó Draco sin darse cuenta de la cara de Ginny.
- No puedo,… verás… mañana… tengo una… cita.
- ¿Ah? – dijo Draco intentando sonar distante - ¿Con quién?
- Con un compañero, me lo encontré y quedamos.
- Me… alegro, pues nos veremos en otro momento.
- Sí, mejor así – dijo Ginny cada vez más apurada.
- Bueno, es tarde creo que lo mejor será irnos, no quiero que no estés descansada para mañana.
Ginny, sólo afirmó. Draco pagó la cuenta y se despidieron. "¿Con quién?", esa pregunta no dejaba de resonar en su mente. De lo que si estaba seguro es de que se iba a enterar, decidió seguirla, ya sabía dónde vivía una de las veces que quedaron a pasar el día fue a buscarla, eso sí, sin que su hermano y el "otro" (es decir, Harry) se enteraran. Estaba decidido, mañana se iba a enterar, la sola idea de verla con otro.... no le gustaba nada.
Se levantó muy temprano y se dirigió a la Madriguera. Cuando eran las once de la mañana la vio salir junto a Hermione, mientras se despedían de los otros dos. Le resultó extraño "¿Qué hace Granger con ella? quizás la utilice para que su hermano no pregunte". Ahora su curiosidad era mayor, sabía que Hermione estaba enterada de que quedaba con él, y sabía que era porque su hermano se pondría como un energúmeno pero… "¿con quién había quedado para que necesitara la ayuda de Granger?". La curiosidad le mataba, pero aún así decidió seguir con el plan y no perder los papeles.
La una de la tarde y seguía con Hermione, estaban paseando por el Londres muggle, visitando tiendas. Las cinco y nada, nada de su misteriosa cita, seguía con Hermione y con un número considerable de bolsas de tiendas, aunque se les había acercado un par de chicos, ninguno estaba más de cinco minutos con ellas. Las siete, y ahora estaban en el callejón Diagon, comprándose túnicas. "¿Por qué me ha mentido? Si no quería quedar conmigo… ¿por qué no me lo ha dicho? ¿Creí que confiaba en mí?". De repente vio su oportunidad estaba en la heladería sola, Hermione se fue a comprar un libro que había encargado.
- ¿Por qué me has mentido? – preguntó dando un buen susto a Ginny
- Me has asustado – dijo disgustado - ¿Qué haces aquí?
- No has contestado a mi pregunta. – y se sentó delante suya
- Yo no te he mentido
- Sí, sí lo has hecho, si no, ¿dónde está tu cita?
- Se acaba de ir, el pobre tenía que…
- Mentira – dijo levantando un poco la voz – llevas todo el día con Granger.
- Y… - balbuceaba Ginny asombrada - ¿cómo lo sabes? ¿me has seguido?
- Pues claro que te he seguido, no me querías contestar y te noté muy rara ayer cuando te pregunté por el chico. ¿Por qué me has mentido? Si no querías quedar conmigo me lo podías haber dicho
- No es eso… - dijo en un suspiro.
- Entonces… ¿qué es? – y vio que Ginny empezaba a llorar
- Tenía miedo – dijo mientras las lágrimas se le escapaban
- ¿De qué? – Draco se estaba preocupando, y no sabía que hacer ante la chica, no le gustaba nada verla así. – Virginia… somos amigos, por favor confía en mí.
- Tengo miedo… de… lo que siento por ti
- ¿Qué?
- Que creo que me gustas, que creo que me he enamorado de ti – y más lágrimas corrieron por su rostro. Draco se quedó sin habla, no estaba seguro de si había oído bien. - ¿No dices nada? – preguntó Ginny, que había levantado la cara para ver la reacción de Draco.
- Yo… no sé que decirte.
- ¿Ves?, por eso no quería verte, yo te quiero pero tú a mí no, por eso creo que lo mejor es dejarlo así y separarnos antes de que alguno sufra más – y bajó la mirada de nuevo.
- No – dijo, haciendo que Ginny levantar el rostro y le mirara sorprendida.
- ¿No qué?
- No a todo, no quiero que dejes de verme, no quiero separarme de ti por que eso sí me haría sufrir, y no a que yo no te quiero.
- Perdona… ¿qué has dicho? – dijo más sorprendida
- Que yo también te quiero por Dios – dijo molesto ante la incredibilidad que mostraba Ginny - ¿por qué crees que vengo todos los días? ¿por aburrimiento? No, no sé como sucedió, pero de repente sentí la necesidad de estar contigo a cada minuto, deseaba con mi alma que llegara la tarde para quedar contigo – y bajó la vista. Ginny se levantó de la silla, y se acercó a Draco, le cogió de las mejillas, y le obligó a mirarla – y… ayer cuando me dijiste que tenías una cita… no pude evitarlo, me hervía la sangre de sólo pensar en verte con otro, por eso decidí seguirte.
- Je… - soltó una risita, mientras dibujaba una gran sonrisa. Draco no pudo evitarlo, y se acercó a ella y la besó. Un beso dulce y muy sincero. Lentamente se separaron – pensé que no era correspondida, me dolía verte todos los días y desear besarte y no poder hacerlo
- Ya ves – dijo con una sonrisa – yo también tengo sentimientos.
- Lo sé – y esta vez fue ella quién lo besó.
- La próxima vez que tengas alguna duda o algún temor… - dijo mientras se separaban - … antes de decidir hacer cualquier cosa, háblalo conmigo ¿vale? – Y la chica afirmó efusivamente.
- ¿Sabéis? – dijo una voz detrás de ellos – Estaba muy cansada de esperar, pensé que nunca os ibais a decidir… pero creo que mereció la pena esperar para ver tan lindo resultado – dijo Hermione, con una sonrisa. Mientras los otros se levantaban
- No te entiendo – dijo Draco.
- ¿Acaso piensas que no te he visto? Sé que llevas siguiéndonos desde la Madriguera, he intentado dejarla sola en unas cuantas ocasiones pero nunca te acercabas a ella.
- ¿Estas de acuerdo… en que estemos juntos? – preguntó un descolocado Draco
- Por verla a ella así – señaló a Ginny – sí.
- Gracias Hermione – y Ginny saltó a darle un abrazo.
- Pero prometerme que la próxima vez no me haréis sufrir, jejeje, cuando nos hemos encontrado a Colin, le has echado una mirada que por poco le matas.
- Bue..e.. no… yo, yo – intentaba decir Draco
- No te preocupes, ahí es cuando me he dado cuenta que la querías.
- Entonces…. Gracias, supongo – dijo Draco
- Jejeje, no me las des. Pero ahora debemos irnos, si no, tanto Ron como Harry se enfadaran, se suponía que íbamos a ir después de comer, pero no logré que fuera más rápido – y les guiñó un ojo pícaro, y se fue a pagar la cuenta.
- Extraña chica
- Sí, pero es muy buena, y gracias a ella te has acercado a mí – y le dio un beso
- Y no sabes cuánto se lo agradezco. Ya viene, ¿te veré mañana?
- Sí.
Pasó medio mes, ya quedaba menos para el comienzo de las clases. Y nuestra pareja estaba en un parque.
- Mañana es el último día que trabajo. – dijo Ginny abrazando fuertemente a Draco – No podré verte más y estar así contigo.
- No te preocupes Virginia – y le dio un beso en la frente.
- Claro que me preocupo, estaremos dos semanas separados y cuando comiencen las clases no podremos estar juntos.
- Lo sé, lo sé, pero ya te dije que no te preocuparas por eso, podremos vernos y te prometo que quedaremos.
- Me gustaría ser como una pareja normal….
- Je… si fuéramos normales quizás no sería tan interesante lo nuestro. – Ginny se rió.
- Es cierto… quién lo diría tú un Malfoy con una Weasley
- Y que Weasley – y Ginny se sonrojó. – estás preciosa cuando te sonrojas, me encanta como tiembla tu labio cuando lo haces… como ahora, no sabes las ganas que dan de comérselo
- ¿Y a qué esperas? – sonrió pícaramente. Draco no lo pensó dos veces y se acercó a ella, la beso con mucha dulcera, poco a poco, se fue apoderando el beso de gran pasión, y comenzó a morder ese labio que tanto le gustaba.
- Cada vez eres más pervertida – dijo, y volvió a reanudar el beso.
- ¿Yo?, si soy muy buena.
- Menos mal que ambos sabemos que eso no es cierto – y sonrió maliciosamente.
- Sabes… este año será interesante.
- ¿Por?
- Porque estaré contigo, y porque me voy a librar de los deberes de pociones.
- Ni lo sueñes, pequeña.
Notas
Hola a todo el mundo.
Aquí les mando el siguiente capítulo. No sé si les gustará o qué, por eso estoy dispuesta a oír cualquier tipo de crítica (tanto instructiva como destructiva). La verdad es... que quitando lo de la apuesta, el resto del capítulo no lo tenía muy claro. Pero una vez hecho, ya tengo las ideas muy claro.
Espero que os guste, y que me manden reviews con ideas. Así, si hay alguna que me resulte interesante la pondré. La historia está abierta a sugerencias, sobre todo a la broma.
