El objetivo se cumplió. La broma pasaría a la historia de Hogwarts, pero no sólo por haber ridiculizado a un profesor,… sino a dos.

Snape acabó como Ginny quería, con vestido, morado y el pelo blanco, pero la profesora Trelaway también.

Con lo que no contaban era con que hubiera dos personas implicadas en la broma, por lo tanto no sabían las consecuencias. Y vaya consecuencias, por lo que dijo el profesor Flitwick, la ejecución tan rápida de los hechizos, en un lugar cerrado y con dos personas, provocó la unión de ambos profesores.

Draco se libró de las sospechas, argumentando que estaba esperando a Crabe y a Goyle, y sobre todo porque era impensable que quisiera hacerlo 'eso' a Snape.

Los profesores afectados juraron vengarse, sobre todo Trelaway, que había quedado totalmente ridiculizada por no haber sabido que iba a suceder. Snape también estaba muy furioso, pero no se sabía si por el color morado de su piel, o por tener que estar todo el día con Trelaway. Ambos estaban unidos, él por el brazo derecho y ella por el izquierdo, quedando al final un solo brazo dirigido por dos personas.

El horario de las clases tuvo que ser modificado, ya que no podían estar en dos sitios distintos a la vez. También se convirtieron en las más divertidas. Trelaway era arrastrada por Snape por toda la mazmorra así que, en venganza ella hacía augurios sobre los alumnos, sobre sus pócimas, sobre quién estropearía primero la pócima, pero sobre todo interrumpiendo a Snape, era única. Por lo que se pasaba todas las clases discutiendo, lo cual, benefició a los alumnos, ya que la ira del profesor tenía una diana perfecta y se olvidaba de sus alumnos. Pero Snape no se quedaba corto, en las clases de adivinación las tornas se cambiaban. Desconcentraba a Trelaway corrigiendo todo lo que ella decía. Que en las hojas de té aparecía un sol radiante que emanaba felicidad… pues era un simple anillo que significaba cuidado, que era un cisne… pues una gallina, etc., etc.

Sin embargo, no todos estaban felices. La situación de Ginny y Draco se había enfriado mucho. Los dos trataban de evitarse lo máximo posible, cuando coincidían agachaban la cabeza y procuraban no mirarse. A ambos la culpa y la vergüenza les podía. Sabían que se habían pasado. Pensaban que el otro les culparía y sobre todo, que la broma lo había fastidiado todo.

Pasaban unas semanas de la broma, y la relación seguí fría. Ginny estaba en el gran comedor cenando, o al menos lo intentaba, por que no podía probar bocado. La situación con Draco la mataba, le dolía no poder hablar con él, y que él no intentara hablarla. No lo podía culpar, ya que desde la broma era el alumno "sospechoso" y McGonagall lo vigilaba de cerca. Desde su asiento podía verle, sentado entre Crabe y Goyle, en silencio y moviendo la comida del plato. Entonces Ron la interrumpió, sacándola de sus pensamientos.

- No sé quién lo hizo, pero le estoy muy agradecido. ¿Has visto la discusión de hoy en adivinación? – dijo un Ron muy emocionado a su hermana.

- Pues no Ron, no voy a tu clase.

- Verás, la profesora ha cogido la taza de Lavander y ha dicho "Oh querida, te ha salido un cinco invertido, eso quiere decir"-dijo imitando la voz- pero Snape la ha interrumpido, le ha cogido la taza y le ha saltado con "Sibyll, has de graduarte las gafas, eso es un dos… mira que te complicas." Y han empezado a decirse un montón de cosas – y empezaron a reírse.

Tanto Ron como Harry, eran unos de los alumnos más felices. Se habían librado de ambos profesores, de ser el centro de sus iras o de sus adivinaciones. Y encima, no les habían quitado ningún punto.

- Alumnos – dijo Dumbledore poniéndose de pie – He de comunicaros algo. Este año hemos decidido hacer algo diferente en Navidad. Sus padres están informados y están de acuerdo. Sólo afectará a los alumnos de los dos últimos cursos – Hubo un murmullo, pero el director hizo un gesto con las manos, calmando a los estudiantes y al murmullo – este año, hemos decidido decidir dónde y con quién pasarán las vacaciones de Navidad, de esa manera intentaremos unir las casas. Los sorteos ya se han realizado y las parejas están formadas. Lo único que deberán decidir es dónde pasarán las vacaciones, si en casa de uno o del otro – El murmullos volvió a producirse. El director esperó un poco y le volvieron a prestar atención. – Mañana en el desayuno recibirán la carta, en la que pondrá el nombre de su compañero, junto con una breve información de esa persona. Y ahora sí, continúen con la cena.

- Jo, yo que quería que nos fuéramos todos a mi casa. Ahora entiendo por qué mamá no me contestó – dijo a Ginny

- Pues a mí me preocupa con quién me tocará. No quiero ir con algún Slytherin y menos con Malfoy – dijo Harry preocupado.

- Es cierto – dijo Ron – puede que nos toque con alguno de ellos.

- A mi no me parece mala idea. – dijo Ginny

- Yo opino igual – continuó Hermione – Creo que es una gran oportunidad para romper ciertas rivalidades entre las casa, y para poder conocer a otras personas. Llevamos aquí muchos años, y no conocemos ni a la mitad de nuestros propios compañeros de curso. Además, sabéis que Dumbledore y el resto de profesores llevan mucho tiempo intentado unir a las casas, supongo que este es un último intento. Tened en cuenta que es nuestro último año… les interesa que confiemos entre nosotros y sobre todo en ti, Harry

- ¿En mí?

- Sí, tú eres uno de los centros de esta batalla, pero no todos te conocen y desconfían de ti. Conocen tu nombre pero no tu persona…- concluyó Hermione.

- Bueno, quizás tengas razón… pero sigo sin querer ir con Malfoy.

A la mañana siguiente el gran comedor se llenó más pronto de lo normal para ser un sábado. Todos miraban al cielo esperando la llegada de las lechuzas, pero no fue así como recibieron su carta. Cuando todos estuvieron sentados, en los platos aparecieron unas cartas verdes oscuras, con el nombre del destinatario en amarillo.

Ginny cogió su carta y abrió el sobre y buscó el nombre… 'Draco Malfoy'. No pudo evitar sonreír, era una buena forma de arreglar las cosas. Además, estaba muy aliviada… temía que le tocara Parkinson o alguna de las chicas del club de fans "Son insoportables".

- ¿Con quién estás? – preguntó Hermione.

- Con Draco – dijo en voz baja.

- Que suerte – y la guió un ojo

- ¿Y tú?

- Con un chico de Ravenclaw, es de sexto. ¿Y a vosotros? – pregunt a los chicos.

- A mí una chica de Hufflepuff de sexto – dijo Ron.

- Pues a mi Parkinson. No sé que es peor, si ella o Malfoy…

- Malfoy – dijeron al unísono Ron y Harry.

- ¿Y vosotras? – preguntó Ron.

- No los conocéis, son de otras casas – contestó Hermione muy rápido.

- Ya, ¿pero qué casas? – insistió.

- Hola chicos, ¿sabéis? – dijo Neville – me ha tocado con Luna.

- Jejeje – rieron todos.

- Pues te divertirás con ella, es una gran chica – dijo Ginny, que fue la única que no se rió – Bueno, he de irme, me he olvidado de un libro, y he de pasar a la biblioteca, tengo mucho que hacer.

Y se fue del gran comedor. Cogió su libro y se dirigió a la biblioteca. Iba absorta en sus pensamientos cuando empezó a sentirse mal, el pasillo estaba cada vez más borroso, el suelo se movía y… poco a poco fue perdiendo el equilibrio cayendo al suelo, pero alguien la sostuvo y se desmayó.

- No se preocupe joven – oyó una voz de mujer – está bien, simplemente ha perdido el conocimiento. Parece que llevaba varios días comiendo mal o sin comer y ha tenido un bajón – seguía diciendo la voz.

- Entonces – dijo ahora un chico.

- Pues que se quedará aquí hasta que se recupere, le daré unas pociones y después de que la regañe se podrá ir.

- ¿puedo quedarme?

- Sí, y te lo agradecería, he de ir a por unas cosas y no quiero dejarla sola.

- Esta bien – y oyó unos pasos irse. Seguí aún mareada y por eso no abría los ojos, también notó que el chico se sentaba cerca de ella. Poco a poco fue abriendo los ojos, ya no se movía el suelo, pero la luz era tan fuerte que seguía sin ver.

- ¿Draco?- preguntó sospechando que el chico era él.

- Dime – y notó su mano en la mejilla

- ¿Por qué estoy en la enfermería?

- Te has desmayado, te he recogido antes de caerte y te he traído. Parece ser que llevas varios días comiendo mal, y hoy encima te has ido sin desayunar.

- Había olvidado un libro y tenía que estudiar pociones – se justificaba, mientras él le miraba preocupado.

- No es un de un día… llevas varios, te he visto, casi no pruebas bocado.

- Tú tampoco comes, también te he visto. Desde la broma estamos así.

- Es cierto, tenemos miedo a que nos descubran… nos pasamos

- Buff – resopló Ginny

- Ha pasado un mes y no sospechan de nosotros, será mejor que nos relajemos o nos va a dar algo, a ti ya te lo ha dado.

- Siento todo esto – dijo mientras se le ponían los ojos vidriosos.

- No sientas nada… en el fondo si ha sido graciosa la broma, eres un genio – y medio sonrió logrando que la chica esbozara una tímida sonrisa.

- Te he echado de menos.

- Yo también mi niña, pero no sabía cómo actuar. Me siento horrible por haberle hecho eso a Snape, creía que sería mejor no acercarme a ti, sobre todo con McGonagall detrás de mí.

- Prométeme algo

- ¿El qué?

- En el próximo problema… primero hablamos y luego actuamos – Draco rió y le dio un beso en la frente.

- De acuerdo.

- Tengo hambre – dijo haciendo un puchero.

- No me extraña – y le dio un tierno beso

- No era de eso de lo que tenía hambre, pero me vale – y repitió el beso

- ¿Quién es tu compañero de Navidad?

- Pues – y sacó la carta – es un chico alto, apuesto, inteligente, que aprende con facilidad, autosuficiente, engreído, arrogante – decía mientras hacía que leía – algo solitario y que tiene una novia increíble.

- Ya, seguro que dice eso ¬¬

- ¿Y a ti? ¿quién te toca?

- Pues una chica de – también sacó la carta y al igual que Ginny empezó a inventar el texto – es de una larga, largísimo familia, bastante tímida y también bastante salvaje, muy temperamental, sensata, inteligente, con un increíble gusto para escoger al novio y… con una deuda que pagar – y sonrió.

- Si llego a saber que ganas no apuesto – y puso morros.

- Je, de eso se trata… ¿iremos a mi casa?

- Sí. Si pones un solo pie en la mía no lo contarías. Empezando por Ron, el cuál no sabe que eres mi compañero… agradecería que no se lo echaras en cara. Es capaz de formarnos un buen espectáculo.

- No tenía intención de hacerlo. Me gusta mi cara sin moratones o labios rotos.

- ¿Sabes quién es el compañero de Parkinson?

- Sí, y por poco le da un infarto.

- Ohh… señorita Weasley, veo que está mejor – dijo Dumbledore que entraba con la enfermera Promffey.

- Debe comer más criatura… no se debe jugar con la comida – dijo la enfermera.

- Lo siento – dijo bajando la mirada.

- Veo que acertamos poniéndoles juntos – dijo el director.

- ¿No era un sorteo? – preguntó Ginny y el director sonrió.

- ¿A dónde irán? – prosiguió hablando.

- A mi casa – contestó Draco.

- Lo suponía. Como su madre no estará muy a menudo… el profesor Snape irá a visitarlos de vez en cuando… bueno, él y Sibyll, si no logramos separarlos- los chicos se miraron preocupados, y el director les sonrió – Una broma muy buena, aunque supongo que no era esa la intención, pero creo que a ambos profesores les vendrá bien – y se marchó.

- Bueno señorita – dijo la enfermera haciendo que Ginny reaccionara y dejara de mirar por dónde se había ido el director – tómese esto y se podrá ir. No deje de comer, o la próxima vez puede ser peor. Jovencito, espero que cuide de su amiga y la ayude a comer.

- Sí - dijeron ambos chicos y salieron de la enfermería. Ambos estaban muy sorprendido por los comentarios de Dumbledore, ambos se hacían la misma pregunta "¿cómo se había enterado?". Ninguno habló y se separaron sin darse cuenta pensando en el director.

La broma dejó de ser noticia. Ahora el chisme más caliente eran Parkinson- Potter. Sobre todo después de la discusión que tuvieron en medio del gran comedor. Ella quería ir a su casa, pero a él no le hacía ni pizca de gracia, por lo que se negaba y decía que se quedaran en el colegio. La desesperación de los chicos por salirse con la suya les hizo empezar a gritar, llamando la atención de todos, incluida la de los profesores. McGonagall, se acercó hasta ellos, y les pidió una explicación por ese alboroto, tras escucharla, le dijo a Harry que debía irse con Pansy a su casa, pues el "experimento" no resultaría, aunque para alivio de Harry y decepción de Pansy, ella misma (la profesora McGonagall) se encargaría de visitarlos cada cierto tiempo. Después de quitarles puntos por el alboroto los castigó a ambos y se fue.

El castigo no sirvió mucho para calmar los ánimos de la pareja, pues se tenían cada vez más tirria. Pero Parkinson, había descubierto un método de sacar de quicio a Harry. Lo que hacía era hablar en voz alta de lo que harían los dos en vacaciones, pues McGonagall les dijo que deberían hacerlo todo juntos. Logrando desesperar a Harry.

- No pienso hacer nada de lo que dice – sentenció Harry.

- ¿Qué es una limpieza de cutis? – preguntó Ron.

- Y yo que sé, pero suena algo típico de niñas – dijo un irritado Harry.

- ¿con quién irá Malfoy? – preguntó Ron al ver entrar al chico por el gran comedor, haciendo que Ginny se atragantara - ¿qué te pasa? ¿Estás bien?

- Sí, sólo se me fue por otro lado. Y… ¿a qué ese interés por Malfoy?

- No sé… curiosidad… más bien es por sentir lástima del pobre chico o chica que le toque… ¿y tú? ¿Aún no sé con quién vas? – dijo de forma amenazadora.

- Y no te lo pienso decir si me hablas así. Tampoco sabes con quién van Lavander o Parvarti y no te pones así.

- Pero soy tu hermano, queda una semana y aún no me lo has dicho, sólo que te vas a su casa. Tú escondes algo ¿verdad?.

- Ron, no te pongas paranoico, ese papel no te va.

- Pe..pe.. – y calló ante la mirada de Hermione y de Ginny.

Unas noches más tarde, en algún pasillo del castillo.

- Es nuestra última ronda antes de las vacaciones… - dijo Draco.

- Lo sé… - dijo Ginny distraída.

- ¡Tú!. Lárgate enseguida y 10 puntos menos por estar dónde no debes – y el chico salio corriendo aterrado, haciendo que Malfoy se sintiera mejor y se le dibujara una sonrisa

- Pobre chico… - dijo Ginny, sacando a Draco de su mundo - … menudo susto le has dado.

- Mejor, así no vuelve- dijo frío.

- Mira que te gusta ver miedo en las demás personas que te rodean – dijo Ginny rodando los ojos.

- No es que me guste… simplemente es más divertido… sí, me gusta. – y volvió a sonreír ante esa idea - ¿puedo hacerte una pregunta?

- Claro… dime.

- ¿Por qué te sonrojaste el día que te invité a comer? – dijo mientras la arrinconaba a la pared.

- ¿Por qué me lo preguntas ahora?

- Por qué me la debes.

- Pues… me asust

- ¿Asustarte? ¿de qué?

- De mí, me asusté al sentirte tan cerca y de que me gustara la cercanía

- ¿Te gustó? – preguntó divertido.

- Sí - susurró ella antes de que Draco la besara. Y continuaron la ronda.

- ¡Oye! ¿qué tal tu hermano?

- Mal

- ¿Y eso?

- Todos los días me pregunta lo mismo "¿con quién te vas?" – imitó su voz – Esta mañana igual… no se cansa nunca – draco comenzó a reírse. – No te rías, no le veo la gracia.

- Pues la tiene, me gustaría ver la cara que pone cuando se entere de que tu compañero soy yo.

- Pues creo que por tu bien, sea mejor que no se entere, se te tira al cuello.

- Virginia, de todas formas se va a enterar.

- Mmm… es cierto, pero no quiero que os peléis, prométeme que no os pelearais.

- … - Draco la miró larga y detenidamente "con esa cara no puedo negarme"- esta bien – dijo derrotada.

- Gracias – sonrió y le abrazó.

- No, no y no. Así no se agradecen las cosas- dijo mientras la separaba un poco de él. Ginny sonrió.

- ¿Quizás así? – y le dio un beso en la frente

- No… sigue estando mal – seguís diciendo serio.

- Bueno… probemos de nuevo ¿y así? – y le dio un beso en la comisura de los labios.

- Vas mejorando… pero aún te falta mucho.

- ¿Qué tal este? – y le dio un piquito.

- Mejor, pero sigue – entonces Ginny se acercó a sus labios y vio como Draco cerraba los labios, faltaban milímetros para juntarse. Draco abrió de nuevo los ojos e intentó acercarse, pero Ginny se retiró al mismo tiempo, manteniendo la distancia.

- Este no es tan sencillo – cuando Draco abría la boca para protestar Ginny le besó. El chico se dejó hacer, le encantaba cómo le estaba besando. Así que ella aprovechó y le mordió el labio inferior. Cuando se separaron Ginny veía como Draco se mordisqueaba su propio labio.

- He creado un monstruo – logró decir al final Draco, guiñándole un ojo.

La cena antes de Navidad pasó normal sin ningún tipo de incidente y terminó muy rápido, pues casi todos los alumnos, sobre todo los dos últimos cursos, subieron a sus habitaciones a recoger sus cosas.

A la mañana siguiente después del desayuno, la profesora McGonagall se situó en la entrada y los fue llamando por orden alfabético, según el último curso. Por lo que cada vez que decía el nombre de un alumno, tanto este como su compañero se debían acercar dónde la profesora e irse juntos.

Hermione fue la primera del grupo en abandonar el colegio junto a su compañero, después le siguió Neville junto con Luna (hubo muchos comentarios ante la pareja).

- Malfoy, Draco. Acérquese junto con su compañera.

- A ver con quién se va la babosa – dijo Ron en voz baja a Harry,

Ginny que estaba a su lado tragó saliva y se acercó. Se oyeron un montón de murmullos.

- No – gritó Ron histérico.


Hola, gracias por los rr, la verdad es que me han venido bien. He intentado arreglar unas cuantas cosas que no me gustarón del capítulo anterior. Así que, ya saben, puede decirme lo que quieran, tanto bueno como malo (de esa manera puedo solucionar los problemas que tenga la historia).

Ahora que estoy de vacaciones intentaré actualizar antes.

Por cierto, por si os interesa, estoy escribiendo otro capítulo a mi otro fic "El día después".

Un saludo y gracias por esperar.