Todos giraron ante el grito del pelirrojo.
- No, no… me niego. Vuelve aquí- dijo mientras cogía a Ginny.
- ¡Señor Weasley!... compórtese.
- Eso Weasley, deja de dar la nota. Además no quiero nada que tenga que ver con tu familia...
- Tú – dijo con odio y se lanzó hacia Malfoy. Pero la profesora hizo un movimiento con la varita y Ron se quedó quieto a escasos centímetros de Draco.
- 10 puntos menos para su casa, y ya hablaremos – dijo a Ron. – Ginny, acérquese. – y obedeció – los esperan fuera, salgan ya, por favor. Draco y Ginny salieron del salón, y al cerrar la puerta oyeron renegar a Ron, y a la profesora mandarle callar otra vez. Snape-Trelawnay se les unieron.
- Malfoy, Weasley. Les llevaré hasta su casa para comprobar que todo está en orden – dijo Snape.
- En orden, en orden – se quejaba Trelawnay – ¿Y por esa chorrada me sacan del colegio? No quiero – protestó histérica.
- Nadie te ha pedido tu opinión, ya hemos discutido esto y Dumbledore te ha dicho que vengas y calles.
- Agg – se quejó – No veo la hora de librarme de ti Severus.
- Ni yo – y la miró de reojo – Ahora si son tan amables, síganme.
- Nos… sígannos, que yo también estoy.
- Como pille al de la broma – los chicos volvieron a ponerse nerviosos y a sudar.
Snape les dirigió a todos a su despacho y cogió lo que parecía una taza y la puso en medio de los cuatro.
- Nos quedan unos minutos. Vuestras cosas ya están en su casa Malfoy. Supongo que los tres sabréis utilizar un translador.
- Sí – dijeron Draco y Ginny a la par.
- ¿Pero qué piensas que somos? – y agarró la taza. Snape no dijo nada y apretó sus labios con fuerza.
- Venga – dijo por fin, sin quitar la cara de enfado – Cogerlo que nos vamos – y los chicos obedecieron.
Momentos después se encontraban en un gran salón. Snape –Trelawnay, salieron de allí y se fueron a inspeccionar (en realidad miraba Snape, Trelawnay, simplemente era arrastrada por todos lados). Draco le dijo a Ginny que se sentara y mandó a un elfo a por algo de beber.
Tras unos veinte minutos regresaron los profesores. Snape dijo que todo estaba en orden, y Trelawnay se quejaba del poco tacto del profesor. Ambos se sentaron en el salón con los jóvenes. Nadie hablaba y nadie se miraba, simplemente contemplaban sus vasos y bebían tragos cortos, en ese momento apareció de nuevo el elfo que les trajo la bebida.
- ¡Señorito Malfoy!
- Kobe
- ¿Se quedarán los invitados a dormir?
- No, sólo la señorita – dijo Snape – sus cosas junto a las de tu amo están ahí – y señaló una pila de baúles situada en una esquina.
- ¿Podemos irnos ya? Mi ojo interno se nubla sino estoy en mi ambiente – Snape gruñó pero aceptó.
- Malfoy, regresaremos en un par de días para saber que tal están ¿de acuerdo?
- Si profesor.
- Sibyll, coge la taza y vámonos – ordenó Snape, dijo unas palabras a la taza y al cabo de un rato desaparecieron.
- ¿Señorito? ¿en qué habitación se hospedará la dama?
- En el cuarto enfrente al mío. Ahora vete y arregla el cuarto – el elfo se fue. Draco se giró y miró a Ginny - ¿qué te pasa?
- Nada – y bajó la mirada
- Venga Virginia… y se sentó a su lado – te conozco y sé que te pasa algo.
- Me lo prometiste…
- ¿El qué?
- Que no pelearías con mi hermano… y mira lo que le hizo la profesora.
- Lo siento, fue un acto reflejo, no puedo cambiar eso, es natural a mí. Además me porté bien - y Ginny sonrió - Pero no es lo único que te preocupa.
- No, pero … es una tontería, da igual
- Por una tontería no estás así – y volvió a bajar la mirada, pero Draco le levantó la cara – cuéntamelo.
- Mira todo esto… tantas cosas, tan caras, tan bonitas tan…
- Venga…. Son sólo cosas…
- Ya… pero no puedo evitar sentirme… poca cosa, insignificante.
- Virginia – dijo en tono de reproche.
- No, es cierto, no tengo dinero, casi todas las cosas que tengo son usadas, no soy la más inteligente, ni la más guapa, ni la más sexy… soy del montón, más bien del montón feo.
- Ginny – dijo enfadado – eso no es cierto, eres increíblemente inteligente, y alguien extremadamente bella, pero no sólo exterior si no interiormente también. Vales más que muchísimas personas. Y el dinero da igual, yo lo tengo y no me ha hecho feliz, a decir verdad… - e hizo una pausa dudando en continuar- desde que estoy contigo, si lo soy – dijo en voz baja, Ginny tenía los ojos vidriosos, pero no podía evitar sonreír.
- Eso ha sido muy bonito – y le abrazó.
- No es bonito, es la verdad – la besó – Vamos te enseñaré tu cuarto y un poco la casa.
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- Este es el jardín de mi madre, ahora está un poco descuidado, pero normalmente es un sitio muy bonito.
- ¿Tu madre vendrá?
- No lo sé, no he recibido muchas cartas suyas, así que no tengo ni idea, pero me gustaría verla – e hizo una mueca emulando una sonrisa.
- ¿Qué vamos a hacer en estos 10 días?
- Je, no tengo ni la menor idea. Normalmente mis padres hacían algunas fiestas, una para la noche antes de navidad y otra para celebrar el año nuevo, pero, cómo ninguno está dudo que se celebre algo
- Ohh… que pena – y se entristeció un poco – y yo que quería estrenar mis vestidos – Draco sonrió de forma pícara
- Y los estrenaras… no te quepa duda. Aún debo cobrar cierta apuesta – Ginny se sonrojó.
Pasaron los días y llegó el día de Navidad. Ginny se despertó temprano, aunque ya tenía 16 años, le hacía la misma ilusión abrir sus regalos. Se dirigió al salón y encontró lo que buscaba, sus regalos. Se dirigía hacia ellos con una sonrisa cuando la pararon.
- ¿Quién eres tú? ¿Eres de la familia Weasley? – Ginny se sobresaltó y se dio la vuelta
- Ho.. hola señora Malfoy. Soy Gi... Virginia Weasley.
- Hola querida – y sonrió – no quiero sonar descortés, pero ¿qué haces aquí? – y Ginny le contó la idea de Dumbledore.
- Es cierto, hace unas semanas recibí una carta de Snape contándomelo.- dijo en voz baja para sí misma - Es una idea original – dijo en un tono normal - ¿y funciona?
- No la entiendo.
- Si te llevas mejor con mi hijo.
- ¿Mamá?
- Draco hijo – se levantó y le abrazó – Has crecido, estás más musculoso – Ginny se sonrojó, estaba de acuerdo con Narcisa. Draco estaba mucho más guapo que a principios de verano, además la camiseta ajustada de color verde con los vaqueros negros… "Dios, está increíble… y yo en pijama" pensó Ginny poniéndose más colorada.
- Me alegro de verte… ¿Cuándo te vas?
- ¡Draco! – dijo resignada- te dije la última vez que no te enfadaras, pero no te preocupes no estaré diez minutos, me iré dentro de dos días por la mañana, tenemos tiempo de estar juntos. Además, he decidido celebrar una pequeña fiesta, será mañana por la noche – apareció Kobe – Bueno, he de irme a organizar la fiesta. Abrid los regalos y feliz Navidad.
Ginny se acercó a Draco y le cogió la mano, la apretó suavemente y lo llevó con ella hasta los regalos, él la miró y la siguió. Ginny tenía bastantes regalos, toda su familia le había regalado, y también Hermione y Ginny.
- ¿qué te han regalado? – preguntó el chico
- Esto mi familia, mi madre el jersey y los calcetines Weasley, mi padre esta radio, Bill este diario… que no es mágico, Charlie esta blusa azul, Percy este libro de leyes- y puso cara de disgusto – Fred y George todas estas chuches – y le mostró una bolsa repleta – y esta pluma nueva. Harry estos pendientes, Hermione este libro de Romeo y Julieta y mi hermano esta colonia y una carta diciéndome que tenga mucho cuidado de ti.
- ¿Por qué te regala Potter?
- No te enfades, siempre nos hemos regalado. Yo por ejemplo, le he regalado un libro de Quidditch y… toma esto es para ti. – y le entregó un paquetito que tenía en el bolsillo de la bata.
- No debías…
- Ya bueno, pero me apetecía. No sé si te gustará, de seguro los tienes mejores, pero me gustó – Draco sonrió, cogió el paquete lo abrió y descubrió una esclava de plata con su nombre.
- Es muy bonita – dijo con sinceridad
- Tiene más, susurra "apareci"… toma coge mi varita – Draco obedeció y en la parte posterior aparecieron unas letras "Ginny". – Lo puse así para que nadie te dijera nada, y para que te acordaras un poco de quién te lo regaló, si te das cuenta desaparece enseguida – Draco volvió a sonreír y la besó.
- Es el mejor regalo que me han hecho
- Je – Ginny se sonrojó hasta más no poder - ¿qué te han reglado?
- Mi madre todo esto, ropa, algunas plumas, y un par de libros. Crabe y Goyle esos dulces, y Parkinson esto – puso cara de asco y le entregó un marco con una foto lanzándole besos.
- Esta chica está muy mal – dijo al ver la foto.
- Yo también tengo algo para ti, espero que te guste – y le dio un paquetito alargado.
Ginny destrozó el papel y lo abrió muy rápido, quedándose admirada por el regalo. Era una gargantilla de oro blanco, con un colgante de un dragón, también en oro blanco con los ojos de dos piedras verdes y el lomo rojo
– Supuse que te gustaría que le pusiera un toque de tu casa – Ginny se puso a llorar y se abalanzó a él.
– Es… es precioso… gracias – Draco le dio un beso en la frente, le cogió la gargantilla y se la puso.
– Ahora te ves mejor, aunque siempre estás preciosa ¿Me ayudas? – y le pasó la esclava.
– ¡Draco! Por favor ¿tú y Virginia podríais venir?
– Sí – y se fueron del salón.
Pasaron el día sin muchas novedades, estuvieron ayudando a Narcisa en todo lo que podían. Ginny se encargó de la decoración de la casa, pues debía de notarse las fechas en las que estaban y Draco se encargó de las invitaciones, cuando terminó ayudó a Ginny.
- Bueno, ya está todo. Sólo falta unos pequeños retoques para esta noche, pero de eso me encargo yo. Sólo serán unas veinte personas. Vosotros asistiréis a la cena y luego os agradecería que os retirareis, no son personas muy amables y seréis los únicos jóvenes. ¿de acuerdo?
- Sí, señora – dijo Ginny
- Por favor, te lo he dicho muchas veces, Narcisa, llámame Narcisa, lo de señora me hace sentir muy mayor.
- ¿Quiénes vienen? – preguntó Draco – ayer no me distes nombres.
- Amigos de tu padre
- Entiendo… - llamaron a la puerta y apareció Kobe.
- Amos, han venido un hombre y una mujer, los mismo que le trajeron señor. – y se retir
- ¿Quiénes? – preguntó Narcisa a los chicos
- La profesora Trelawney, y el profesor Snape – contestó Ginny
- ¿Severus? – y Narcisa se dirigió al hall.
- Hola. Soy Narcisa Malfoy, bienvenidos a mi casa – dijo mientras estrechaba la mano de Trelawney.
- Hola encantada, soy la profesora Trelawney y él mi compañero el también profesor Snape.
- Narcisa – y bajó la cabeza a modo de saludo.
- Hola Severus.
- ¿Os conocíais?
- ¿Sabes?, para ser profesora de adivinación preguntas demasiado.
- Buenos días profesor... profesora – dijo Ginny al entrar al hall seguida de Draco.
- Hola. Veníamos a ver cómo estabais – dijo Trelawney – pero como está tu madre, no tiene mucho sentido que estemos más tiempo.
- Estamos muy bien – dijo Draco.
- Lo que yo decía… - Snape rodó los ojos ante el comentario de su compañera.
- Entonces no hacemos nada aquí… nos vamos – dijo Snape.
- ¿No les apetece quedarse un poco más? – Sibyll iba a hablar pero le cortó Snape.
- No… gracias. Volveremos en unos días. Adiós
- Siento irnos así… - y Snape empezaba a arrastrarla – Un placer – y le dio la mano a Narcisa – Adiós chicos – gritó antes de que se cerrara la puerta.
Ginny se quedó muy extrañada ante el comportamiento de sus profesores. Trelawney parecía una persona hasta normal, saludaba y no se iba en las conversaciones con cosas místicas o sobre ojos internos. Snape… había sido más borde de lo normal, incluso bastante grosero para él, pero observó que cuando se iban Narcisa hizo un gesto y Snape asintió. Pero no pudo comentar nada, pues nada más irse los profesores Draco y Narcisa se retiraron.
Llegó la noche y por la tanto la cena. Narcisa les dijo que se vistieran bien, así que Ginny aprovechó y se puso su vestido, con el que gano la primera apuesta. Se arregló un poco y se dirigió al cuarto de Draco.
- ¿Se puede? – dijo tocando la puerta y abriéndola un poco.
- Sí, pasa – y entró. Draco debía de estar en el baño porque no lo veía. Salió al rato completamente preparado – Me pongo la gomina y bajamos – dijo sin fijarse en Ginny.
- Bien, pero podías dejarte el pelo de punta, no echártelo hacia atrás. – cuando se giró y vio a Ginny se quedó impresionado, estaba preciosa, con el pelo recogido dejando algunos mechones estratégicos sueltos y con ese vestido que le quedaba como un guante.
- Estas increíble – se acercó y la besó – Te haré caso y me pondré el pelo así como dices – tras unos minutos salieron.
Narcisa cuando los vio sonrió. Les dijo que ambos estaban muy bien y les dio ciertas instrucciones. Debían ser amables con los invitados pero no hablarles muchos, pues la mayoría eran bastante "antipáticos". También les recomendó que no estuvieran mucho tiempo juntos, pues muchas de los invitados que iban tenían hijos en Hogwarts, y por lo que sabía de la chica y le había contado Draco, era mejor seguir guardando las apariencias.
--FLASH BACK--
- Draco ven – dijo Narcisa al ver a Draco salir de la biblioteca - ¿Dónde está Ginny?
- Abajo, decorando como la pediste.
- ¿puedo preguntarte algo?
- Sí claro.
- ¿La quieres?
- ¿Qué?
- Oh vamos, soy tu madre ¿acaso pensabas que no se cuando mi hijo está enamorado?
- Yo… yo – y se sonroj
- Mmm, parece que sí lo pensabas. ¿Es la misma persona que este verano te tenía tan ocupado?
- Sí, es desde entonces que somos amigos.
- ¿La quieres?
- … Sí, mamá… mucho – dijo con la cabeza agachada
- Me alegro – y le levantó el rostro – muchísimo. Sé que suena cruel, pero… me alegro de que tu padre no esté, imagino el escándalo que hubiese formado.
- ¿No estás disgustada?
- ¿Por qué iba a estarlo?
- Por que es Weasley, su mejor amiga es sangre-sucia, no tiene mucho dinero...
- Esas son chorradas que sólo le preocupan a tu padre, a decir verdad, siempre he estado en contar de todas esas cosas que te decía. Cielo… soy tu madre, quiero lo mejor para ti, si ella te hace feliz, nunca me opondría. Draco – dijo muy seria – nunca, y escucha bien lo que te digo, nunca permitas que alguien se meta en tu vida personal y en la felicidad, no permitas que decidan por ti, sé fuerte… no cometas mis mismos errores. – y se le escapó una lágrima.
- ¿Estás bien?
- Sí hijo, sólo he tenido mucha presión- dio un largo suspiro y sonrió – Venga, ves a ayudar a Ginny.
--FIN FLASH BACK--
"Que aburrido es esto", pensaba Ginny, no veía la hora en que Narcisa les hiciera la señal para poderse retirar. Por lo que podía ver tanto Draco como a su madre les pasaba lo mismo "No lo entiendo… ¿por qué celebrar una fiesta si no te gustan los invitados?". La cena había sido muy seria, ninguna risa, ningún gesto que advirtiera que se estaban divirtiendo… nada. Draco y Narcisa presidían la mesa, y a Ginny le tocó colocarse en el centro. Narcisa era la que mejor guardaba las apariencias, de vez en cuando sonreía y no paraba de hablar. Ginny no hablaba, de vez en cuando alguien la miraba con desprecio y seguía comiendo o hacía algún comentario con el de al lado "Prefiero las bromas de los gemelos o los gritos de Ron".
Por fin llegó el momento. Narcisa se levantó y dirigió a los invitados al salón, dónde tenían música y una barra con bebidas. Les ordenó que se largaran con voz fría y los chicos subieron a sus dormitorios.
- Ven – dijo Draco tomando la mano de Ginny. Entraron en la biblioteca, que estaba justo encima del salón por lo que podían escuchar la música.
- No había entrado aquí nunca – dijo Ginny para romper el silencio.
- Siento que hayas tenido que soportar esta situación, no ha debido de ser muy cómodo.
- No ha sido tan malo – y sonrió.
- Sé que no es cierto, pero gracias por aguantar tan bien.
- ¿Por qué hacéis estas fiestas? Se notaba que no eran invitados de vuestro agrado.
- Es lo malo de ser un Malfoy, debes de guardar las apariencias. Esa gente son personas con poder, o con influencias, mi padre siempre ha querido tenerlos cerca. – Siguieron hablando durante un buen rato, ambos se sentaron en unas butacas el uno en frente del otro.
- ¿Por qué se portó ayer Snape así? – preguntó pues tenía mucha curiosidad.
- ¿Cómo es así?
- Pues más borde de lo normal, mucho más borde de lo normal.
- Je, sí, me di cuenta. La verdad es que me extrañó a mi también, de todas formas, parecía muy irritado con Trelawney, quizás influyera.
- Pensé que era por tu madre…
- Que va… si son muy buenos amigos, aunque… ahora que lo dices estaban un pelín distantes. Y ¿desde cuándo te fijas en Snape?
- ¿Yo?... desde nunca, lo que pasa es que su aptitud me chocó, sólo eso.
- ¿Me concedes este baile? – dijo acercándose a ella y extendiéndole el brazo.
- Encantada.
Estuvieron bailando el resto de la noche los dos abrazados, no se dieron cuenta cuando acabó la música, ni escucharon el murmullo de la gente mientras se iba, simplemente estaban ellos… bailando el uno junto al otro. Narcisa, se fue a sus cuartos, y al no verlos los empezó a buscar, abrió la biblioteca y los encontró bailando, "me encantaría estar con él ahora como están ellos, no pensé que me volvería a pasar esto" sonrió y cerró lentamente la puerta.
- Creo que ya se han ido – dijo Ginny sin apartar su rostro del pecho de Draco
- Sí, eso parece – y continuaron bailando.
Al cabo de la hora rompieron esa unión y se fue cada uno a su cuarto. A la mañana siguiente Narcisa se despidió de ellos, y prometió a Draco escribirle con más continuidad.
- ¿Qué quieres hacer? – preguntó a Ginny, mientras comían.
- Pues, la verdad es… que necesito estudiar un poco, tengo que hacer muchas tareas, y sobre todo la de pociones. Snape retrasó el examen por culpa de la broma y he de estudiar.
- Puedo ayudarte
- ¿En serio?
- Claro, será un placer. Además, así hago yo mis tareas.
Draco resultó ser un magnífico profesor, en los días que llevaban, casi habían acabado todas las tareas y Ginny se sabía muy bien el temario del examen.
Para sorpresa de Draco, descubrió que Ginny era un genio en transformaciones y encantamientos, y le ayudó mucho en sus tareas, aún cuando él era un curso mayor.
- Por fin – gritó Ginny – Acabé, he logrado terminar todos los deberes, y encima me sobran dos días de vacaciones.
- Me alegro, ahora podremos hacer otras cosas, aparte de estudiar – y sonrió.
- ¿Qué cosas? – preguntó melosa.
- Mmm… sería un momento idóneo para pagar viejas deudas.
- Jejeje – Ginny rió nerviosa – Esta bien, ven a mi cuarto dentro de 20 minutos – se levantó y se acercó a draco – echarás de menos que te deba algo – le susurró en ele oído y se lo mordió un poco. Dejando a un Malfoy flipando. A los 20 minutos fue a la habitación de Ginny y llamó a la puerta.
- Entra y siéntate por favor – Draco obedeció – Si no recuerdo mal… - e hizo una pausa, en la que aprovechó y se colocó delante del chico- … debería hacer todo delante tuya ¿no? – y afirmó – Bien… comencemos.
Ginny se fue quitando la ropa lentamente, para poder ver las expresiones que ponía Draco, este con cada prenda que se desprendía Ginny, tragaba saliva "Dios, es más perfecta de lo que imaginaba". Ginny sonreía ante el nerviosismo del chico "No olvidarás esto en tu vida" pensó la chica. Cogió uno de los vestidos (el negro) y se lo fue poniendo, una vez puesto se quitó el sujetador y se acercó a Draco.
- ¿Ahora qué he de hacer? – dijo con voz de niña buena.
- Desfilar – logró articular Draco. Ginny volvió a sonreír y se dirigió a un lado de la habitación, y comenzó a desfilar moviendo las caderas de forma sexy "muy sexy" pensó Draco. Cuando llegó a la otra pared, volvió a colocarse delante de
- Draco.
- Bien… siguiente – Se giró y empezó a bajarse la cremallera de la espalda, aunque hiciera el desfile, le daba vergüenza quedarse totalmente desnuda. De repente sintió una mano que la paró.
- No… espera.
Draco la agarró de la cintura y la acercó a él. Olía sus cabellos, esa vainilla que le encantaba, no pudo evitarlo y empezó a besarle el cuello. Ginny por su parte se dejaba hacer, aunque le había pillado por sorpresa en el fondo lo deseaba.
El chico no quitaba las manos de su cintura, pero ahora fue explorando su figura, mientras la besaba. Cogió la cremallera y terminó de bajarla y con cuidado le quitó el vestido. Ginny se sobresaltó y se ruborizó al sentir que Draco la giraba y se ponían cara a cara, y se volvían a besar. Empezó a quitarle la camisa, después siguió con los pantalones, dejándole con los boxers. Draco la cogió en brazos y la tumbó en la cama y la observó. Ginny no pudo evitar sonrojarse, ante la atenta mirada del chico, así que le levantó el rostro para que dejara de mirarla.
- Eres simplemente perfecta – susurró antes de besarla. Ginny le rodeó el cuello con sus brazos y le atrajo hacia sí.
Siguieron con el juego de besos y toqueteos, e hicieron el amor durante toda la noche, al final exhaustos se quedaron dormidos abrazados. Era la primera vez de Ginny, pero Draco fue muy tierno, muy dulce, suave… incluso con la inexperiencia de ella ambos disfrutaron muchísimo de la situación.
Los siguientes días Ginny antes de irse a dormir le hacía el pase de modelo. Según Draco aún no había visto todos los vestidos, por lo que la deuda aún no estaba del todo pagada. Pero no podía resistirse mucho, su record… verla con un vestido y ponerse la mitad del segundo.
La vuelta a Hogwarts fue igual que la ida. Snape fue a recogerlos (por fin habían separado a los profesores), primero mandaron sus cosas y después se fueron los tres. Snape les hizo unas cuantas preguntas sobre cómo les había ido, simplemente querían comprobar que el experimento había resultado. Al cabo de los minutos, les permitió irse al gran comedor.
- Ahora toca fingir de nuevo.
- Sí – contestó Draco con desgana.
- Sabes que tiene que ser así… ya sabes cómo es mi hermano.
- ¿Te avergüenzas de mí?
- No – fijo ofendida – claro que no, pero Ron es muy difícil. Te odia desde los once años, le has dado motivos para ellos… he de ir poco a poco.
- Si necesitas ayuda… sabes dónde encontrarme – Ginny sonrió – Bueno, hemos llegado, comencemos a odiarnos – ella asintió.
Draco abrió la puerta con fuerza, con cara de disgusto y se fue derecho a su mesa. Ginny entró momentos después con cara de pocos amigos y se sentó al lado de Hermione.
- ¿Por qué has llegado ahora? – dijo enfadado Ron
- Porque acabo de llegar
- Por eso, todos llegamos ayer – Ginny se sorprendió.
- ¿Qué?
- Si Ginny, todos regresamos ayer menos vosotros dos – dijo Hermione un poco divertida.
- Pero si Snape ha venido a recogernos hoy ¿Qué día es?
- Domingo 3, respondió Harry
- Es verdad, teníamos que haber regresado ayer… no me di cuenta.
- ¿¿QUÉ HAS HECHO CON MALFOY?? – gritó Ron haciendo que todo el comedor, incluidos profesores se le quedaran mirando - ¿Qué has hecho para que se te olvide regresar?.
Holas
Espero que os guste y que me dejeís reviews.... que me hacen ilusión, además así sé si voy bien y os gusta la historia.
Un saludo. Ciao.
