- ¿¿QUÉ HAS HECHO CON MALFOY?? – gritó Ron haciendo que todo el comedor, incluidos profesores se le quedaran mirando - ¿Qué has hecho para que se te olvide regresar?

- Ron, no grites por favor – dijo Ginny avergonzada por todas las miradas.

- No estoy gritando – dijo chillando - ¿Qué has hecho? – repitió un pelín más bajo al notar que sí gritaba.

- No pienso tener esta conversación contigo, y mucho menos si me gritas – contestó la chica en un tono muy frío y sin elevar la voz – Soy mayorcita y puedo hacer lo que quiera, así que si me disculpan – y se levantó de su asiento – me voy – y se fue a su sala común.

.-.-.-.-.-.-

- ¿Ginny? ¿Puedo pasar? – preguntó una cabeza que se asomaba por la puerta del dormitorio de las alumnas de sexto.

- Claro Hermione – pasó mientras Ginny se incorporaba de la cama y ambas se sentaban.

- ¿Estás bien?

- No… ¿Por qué es tan complicado?

- Ni idea cielo, sé que no es justo…

- No… no lo es. Hermione, estos días han sido estupendos, estaba feliz y Ron en dos minutos… lo ha estropeado todo.

- Ginny… Ron ha metido la pata, y te ha amargado el día… pero no ha estropeado tus vacaciones.

- Es cierto… lo malo – y calló.

- ¿Qué?

- … estaba decidida a hablar con él, a contarle lo nuestro, pero no me atrevo – Hermione comenzó a reírse - ¡Hey! No te rías – dijo disgustada.

- Lo… lo si… siento, pero… acabo de imaginar… la cara que pondría tu hermano – dijo entre risas. Ginny que la miraba furiosa, no pudo evitar dibujar una sonrisa en su rostro - ¿ves? Tú también te la estás imaginando.

- Seguro que se quedaría en shock

- Conociéndole, tardaría muuuuuucho en reaccionar – y ambas se echaron a reír.

- Pobre Ron – dijo Ginny secándose las lágrimas.

- Es un gran chico, pero un poco bruto – concluyó Hermione.

- ¿Poco? – y volvieron a reírse.

- ¡Hey!, no te metas con mi novio, mira que somos malas – y poco a poco se tranquilizaron.

- ¿Qué tal las vacaciones?

- … bien… la verdad es… que Dany y yo no teníamos mucho en común, por suerte a Ron le pasaba lo mismo y una de las veces que le mandé una carta le propuse quedar los cuatro. Dany y Sandra se hicieron muy amigos, por lo que nos veíamos a diario.

- Le quieres mucho – dijo Ginny con una gran sonrisa.

- Sí, incluso con TODOS sus defectos le quiero muchísimo.

- Me alegro… cuñadita – Hermione se sonrojó – No te pongas así, a mi me gusta que seas mi cuñada.

- Y a mí… - tras dudar un poco – Ginny… ¿por qué habéis venido hoy?

- No lo sé, no tengo ni idea. Ni siquiera Snape nos ha dicho algo, simplemente ha llegado a la casa y nos ha traído – entonces a Hermione se le dibujó una sonrisa pícara - ¿Qué? – preguntó Ginny ante la cara de su amiga.

- ¿Qué has hecho con Draco para que se te olvidara? – ahora era Ginny la que estaba como un tomate.

Tras dudar un poco le explicó todo, desde la apuesta hecha en el verano hasta el regreso a Hogwarts. Hermione no dijo nada, simplemente se enfadó un poco por que se lo ocultara, pero después de unos segundos de enfado le pidió que le detallara todo, t-o-d-o.

- ¡Hermione! – dijo haciéndose la ofendida – Eres muy cotilla.

- Lo sé, pero…. ¿a qué me lo vas a contar? – y Ginny rió.

- De acuerdo, pero esto no saldrá nunca de aquí.

- Lo juro – dijo muy solemne. Entonces se oyeron unos golpes en la ventana y ambas chicas giraron viendo una lechuza negra con manchas grises.

- ¿Medusa?

-.-.-.-.-.-

Draco estaba bastante confundido. No lo entendía, pase que tanto a Ginny como a él se les olvidara regresar… pero no a Severus.

Se libró de sus compañeros, que tras el escándalo de Weasley y la marcha de Ginny, no le habían dejado de preguntar. Sobre todo Zabini y Parkinson.

Se dirigía a las mazmorras, necesitaba hablar con Snape, así que fue derecho a su despacho.

- Pasa draco, te estaba esperando – dijo Snape al oír llamar a su puerta. El chico entró y cerró la puerta.

- Severus… - intentó decir Draco, pero estaba muy nervioso, pero fue interrumpido por la risa de su profesor.

- Lo siento Draco, pero es muy graciosa tu forma de actuar. ¿vienes a que te explique por qué habéis regresado hoy y no ayer? – Draco asintió – Ayer fui a recogeros – se levantó y comenzó a ordenar unas pociones – como estaba previsto. Al llegar no había nadie, y no veía vuestras cosas, así que busqué a Kobe. Él me indicó de que los "señoritos" – e imitó la voz del elfo – seguían durmiendo. – Draco empezó a abrir los ojos ante las palabras de Snape, mientras este seguí de espaldas al chico ordenado – Como imaginaras no me hizo mucha gracia saber que seguíais durmiendo, por lo que subí a tu cuarto a regañarte, pero cuál fue mi sorpresa al entrar al cuarto, ambos en la misma cama, desnudos y plácidamente dormidos – y se volvió a mirar a Draco.

- Yo… yo…

- Como te vi muy a gusto con ella, decidí regresar, no sin antes hablar con Kobe. Le ordené que no dijera nada de mi visita y que os recordara vuestro regreso a la escuela al día siguiente.

- ¿Estas enfadado? – soltó Draco en un suspiro. Snape volvió a reírse.

- Tu madre dijo que me preguntarías eso.

- ¿Has visto a mi madre?

- Sí, cuando regresé al colegio estaba con Dumbledore. Me preguntó por qué no habíais regresado y… bueno… no les conté nada de que os pille en la cama, pero por la cara de Albus y la sonrisa de tu madre creo que se lo imaginaron.

- ¿El director también?

- Draco… después de tantos años en esta escuela creo que deberías haber aprendido de que a Albus no se le escapa ninguna.

- Sí, ya me he dado cuenta.- y recordó la charla de la enfermería - No sé que decirte Severus.

- No debes decir nada, por la forma en que la abrazabas y por cómo estás, las palabras sobran. Sé que la quieres, pero no está demás que te diga que la cuides y que no juegues con ella.

- Yo no voy a jugar con ella – dijo enfadado.

- Eso espero, estos días he llegado a tenerla cierto…. ¿aprecio? – dijo más para sí que para Draco – No es una tonta como tus otros hermanos, es una gran bruja, sin contar con 6 hermanos.

- No es ningún ligue – decía cada vez más enfadado "¿acaso piensa que estoy jugando con ella?" pensaba Draco – llevo con ella siete meses y sé muy bien que no es como nadie, ella es muy especial – Snape sonrió, había conseguido que el chico se le abriera sin problemas y le confesara sus sentimientos, pero volvió a su semblante frío muy deprisa.

- También os pediría mucho cuidado.

- ¿Cuidado?

- Sí, al menos que hagáis pública vuestra relación, debéis tener cuidado de que no os vean. Las cosas que se "ocultan" pueden mal interpretarse. Tú mejor que nadie debería imaginar cómo reaccionaría el trío maravilla, sobre todo el sector masculino – Draco se levantó de su asiento y se disponía a salir - ¡Ah Draco!, se me olvidaba, 50 puntos menos para Gryffindor y otros tantos para Slytherin. Y durante dos meses tanto usted como la señorita Weasley están castigados – abandonó su actitud de amigo, a la de profesor enfadado.

- ¿Por qué? – "no puede castigarnos por pillarnos en la cama, ¿o sí?"

- No creo que deba darle ninguna explicación, pero digamos que me alegro mucho de que tanto usted como su amiga hablen en sueños…. Y de gracias de que se me pasara el enfado hace tiempo y de que no se lo diga a Trelawney.

- Sí, señor…

Draco salió del despacho se Snape más confundido que cuando entró… sin contar que estaba castigado. Por un descuido les habían descubierto, aunque en el fondo se alegraba de que lo supiera, de esa manera tendría alguien con quién hablar, al que preguntar. No se fiaba de ninguno de sus compañeros, por alguna razón estaban en Slytherin, pero si confiaba en su profesor, su amigo, su mejor… padre.

Con esos pensamientos llegó a su cuarto sin darse cuenta, se tumbó en la cama y respiró hondo "debo hablar con ella" y se sentó delante del escritorio.

Ginny

He hablado con Severus, me ha explicado unas cuántas cosas, entre ellas que sabe que fuimos nosotros quién le gastamos la broma.

Me gustaría hablar contigo para explicártelo todo. Quedemos en nuestra sala a la hora del almuerzo.

Con cariño, te quiere...

Draco.

- ¿Qué dice? – preguntó Hermione, al ver que Ginny terminaba la carta

- Snape sabe que los de la bromas fuimos nosotros- dijo pálida.

- ¡Ah! – se le escapó a la castaña - ¿Cómo?

- Ni idea, Draco dice que antes de comer me lo contará… Le voy a contestar. Medusa, espera que te doy la respuesta para tu amo – Medusa aleteó de forma afirmativa y voló hasta el hombro de Ginny para acariciarla con la cabeza. Cuando terminó la carta se la puso a Medusa y la lechuza salió del cuarto. Ginny se dio la vuelta y se sentó de nuevo con Hermione – Le he dicho que de acuerdo y que quería saber cómo nos descubrió.

- Ginny… he estado pensando.

- Dime

- Creo que sé cómo tantear el terreno con tu hermano… lo mejor es que se entero por ti, por su propia hermana. Si os pilla se sentirá muy ofendido por que no has confiado en él.

- Tienes razón, pero no le puedo decir que llevo saliendo con Draco siete meses… sería peor.

- Sí… es cierto. Aprovéchate de las vacaciones, dile que os habéis hecho amigos.

- No es mala idea… si se acostumbra a verme como su amiga, puede que acepte la idea de que somos novios.

- Pero ten tacto al explicárselo – Ginny la miró furiosa – Ahora… cuéntame tus vacaciones – y la pelirroja resopló vencida.

Se quedaron el resto de la tarde hablando y se durmieron, en el curso de Ginny había pocas chicas así que quedaban muchas camas libres.

- Hola chicos – dijeron las chicas al bajar a la sala común para desayunar.

- Hola – respondió Harry. Ron sólo las miró.

- ¿Qué te pasa Ron? – preguntó Hermione.

- Nada… ¿bajamos a desayunar? – y se pudo de pie.

- ¿Ron? – preguntó Ginny tímidamente - ¿podemos hablar? – al ver la cara de su hermano añadió – por favor, no te robaré mucho tiempo – Ron asintió y se volvió a sentar. Harry y Hermione salieron, dejando a los hermanos solos. Pasaron unos minutos y seguían en silencio.

- ¿Me vas a decir de qué querías hablar?¿o vamos a estar así mucho tiempo? – dijo molesto por tanto silencio.

- Ron… eres mi hermano y te quiero mucho… pero no soporto que me trates como a una tonta o a una cría de tres años.

- Pero eres mi hermana – protestó.

- Exacto, tú hermana. Y como tal, soy una persona normal.

- Sabes que me preocupo por ti

- Lo sé cielo, lo sé, y me gusta que lo hagas… pero hasta cierto punto ¿te pareció normal lo de ayer?

- Sí – contestó enfadado -… la verdad…no – se rindió ante la mirada de su hermana.

- ¿Lo ves? Te pusiste histérico.

- Ginny… entiéndeme, te fuiste con Malfoy.

- Y con él regresé. Si hubieses preguntado te habría contado que me trató muy bien, fue educado, amable e incluso me ayudó con mis tareas

- ¿Te sientes bien? ¿Estamos hablando del mismo Malfoy?

- Ron… - y expulsó aire – Draco es una buena persona.

- ¿Draco? – gritó - ¿pero qué dices?

- ¡¡Ron!! – chilló Ginny – he estado con él todas las navidades, ¿no pretenderías que siguiéramos llamando por nuestros apellidos? – Ron abrió la boca para protestar, pero se dio cuenta de que tenía razón – Mira… he querido hablar contigo para aclararte ciertas cosas. La primera, y supongo que es la que te preocupa, no sé por qué regresamos más tarde que los demás. Segundo, no he hecho nada con Draco de lo que me tenga que arrepentir – "créeme hermano, no me arrepiento de nada" pensó Ginny sonrojándose un poco – Y tercero, quiero que sepas que nos hemos caído bien, y me gustaría, si él quiere, seguir siendo su amiga, pero no quiero tener problemas contigo. No quiero renunciar a ninguno de los dos- Ron calló y durante un largo tiempo estuvo inmóvil. A los 10 minutos se levantó y se dirigió a la salida, cuando pasó por el lado de su hermana se detuvo.

- Está bien, confió en ti, pero no en él. Como note que te molesta o algo similar, me lo cargo – Ginny saltó de su asiento y lo abrazó, dándole besos en la mejilla- Vale, ya está – e intentó quitarse a su hermana de encima – vamos a desayunar – y Ginny le volvió a dar un beso sonrojando un poco más a su hermano.

Cuando llegaron al comedor, Hermione les miró con preocupación, pero en el momento que Ginny les guió el ojo sus dudas se esfumaron "Me alegro por vosotros, sabía que Ron no me defraudaría" pensó la castaña.

Llegó el mediodía y Ginny estaba bastante nerviosa. Acababa de tener clase doble de pociones y lo pasó muy mal. No paraba de preguntarse cómo lo había descubierto, y cuál sería el castigo que tendrían.

Al final llegó al aula dónde quedó con Draco, cómo no lo vio se sentó en una silla con vista a la ventana. Habían pasado algunos minutos, cuando notó que alguien la rodeaba con sus brazos y le besaba el cuello.

- Llegas tarde – dijo cerrando los ojos, mientras disfrutaba de los besos de su acompañante.

- Lo sé… lo siento – Draco seguía con su tarea.

- No importa, me gusta como te estás redimiendo – Draco se rió y se sentó delante de la chica – Bueno, creo que debes contarme muchas cosas.

- Sí, lo primero… como te dije ayer, Severus nos ha pillado.

- ¿Cómo?

- Verás, esa parte va ligada a ¿por qué regresamos más tarde que los demás?

- Draco, venga… habla ya.

- Está bien – y Draco le contó todo lo que habló con Snape. Ginny que en ese momento estaba de pie se puso a andar.

- Que vergüenza, que vergüenza, que vergüenza- repetía sin parar, mientras se movía de un lado a otro con una mano en la frente – que vergüenza…

- Ginny, cariño… no te preocupes, Severus es muy discreto…

- Si eso no lo dudo, pero…¿Cómo lo voy a mirar a la cara en clase, después de lo que me has dicho?

- Ginebra – dijo en reproche – tranquilízate. Hoy has tenido clases con él ¿no?

- S

- ¿Y ha pasado algo?

- No, si no contamos con que estaba tan nerviosa por lo que me ponías en tu nota, que por poco me quedo sin caldera. – Draco disimuló una sonrisa.

- ¿ÉL se ha portado diferente contigo?

- No

- ¿Ves?... despreocúpate – y la abrazó para tranquilizarla – Esta tarde debemos ir a su despacho allí nos dirá el castigo.

- De acuerdo – y le devolvió el abrazo. – Draco… he hablado con Ron de lo nuestro.

- ¿Qué has hablado con él?

- Le he comentado ciertas cosas, que tenía que haber aclarado con él hace tiempo. También que estas navidades contigo han estado muy bien – Draco sonrió y Ginny se sonrojó – y le he dicho que si a ti no te importa me gustaría seguir siendo tu amiga.

- ¿Y él que ha dicho?

- Pues que cómo hagas algo raro conmigo te mataría, que no te atrevas a hacerme daño.

- Me alegro, supongo que así evitaremos escenas como la de ayer, pero… hay un problema

- ¿Cuál?

- Que a mí me molesta.

- No te entiendo – dijo confundida y preocupada.

- Le has dicho a tu hermano que querías seguir siendo mi amiga si a mi no me molestaba, ¿cierto?

- Sí – y su preocupación aumentó.

- Pues, la verdad, si me molesta, prefiero que sigas siendo mi novia, aunque sea para nosotros, para Granger, Snape y Dumbledore – antes sus últimas palabras Ginny se relajó y dio un suspiro.

- Me has asustado.

- Lo sé – sonrió maliciosamente y se besaron.

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No es muy bueno, no es largo, pero es necesario. Es un capítulo de transición.

Agradezco muchos los reviews. He de deciros que me voy de vacaciones, por eso quería dejar subido este capítulo. A mi regreso subiré el siguiente, el cuál tengo hecho.

Espero que aunque no sea una maravilla me dejéis un reviews, así me daréis ánimos. Un beso.