Dedicado a Moony Lovegood (autora de mi fic preferido "Como perder aun mago en
diez días). Sus padres se acaban de separar y nunca terminó su fic.
Hermione llegó a su departamento, se tiró en el sillón, y comenzó a pensar en como había humillado a John en la cafetería, en el hechizo que le había hecho a esa gente que le gritaba cosas. Se sentía totalmente realizada. Pero ahora debía dar el siguiente paso: regresar a Londres, cuando pensó en esto a Hermione le cambió rápidamente la cara y le dio un dolor estomacal de nervios, quizás no era buena idea volver, a lo mejor era peor volver que quedarse. Si, y usaría la magia de todas formas. Así podría burlarse de todos.
Un fuerte dolor en la cabeza y en el estómago invadió a Hermione por mucho tiempo, se veía enfrentada a una situación muy difícil, tendría que tomar una decisión muy importante que cambiaría el resto de su vida. Pero luego comprendió, esa carta era una señal, el que pudiera abrir el baúl era una señal, todo lo que había pasado en el último tiempo era una señal. Era hora de enfrentar su pasado, no podía seguir escondida. Además había una persona que quería ver hace mucho tiempo, que se encontraba en el mundo de la magia.
Se paró del sillón decididamente, entró a su pieza y comenzó a hacer sus maletas. Poco a poco el dolor en la cabeza se le fue pasando, pero todavía sentía ese insoportable dolor estomacal de nervios.
Cuando terminó de empacar todo se preguntó donde iría en Londres, ni siquiera se acordaba de que andén llegaba a Hogwarts. En la carta ni siquiera salía donde iba a ser la reunión, lo cual era un dato muy importante. Luego recordó que todas las cartas eran a prueba de muggles, eso era, quizás esa no era la carta completa. Con un hechizo bastaba para que mostrara todas sus frases. El único inconveniente era que no recordaba casi ningún hechizo y solo tenía dos libros, uno de pociones y otro de transformaciones. Hermione intentó con un par de hechizos que aparecían en el libro de transformaciones, pero ninguno dio resultado. Sólo le quedaba ir a Londres y probar suerte allá.
Cuando se subió al autobús con sus maletas y su baúl, Hermione se dio cuenta que todos comentaban su viaje a Londres y creaban diferentes teorías como que iba a vengarse de las personas que la habían hecho sufrir y más de alguna vez le habían preguntado sin obtener respuesta alguna. Cuando el autobús llegó a la estación, Hermione se dio cuenta que todos la miraban asombrados pero no felices, como lo esperaba Hermione. Asombrada al igual que los pueblerinos, Hermione compró un boleto a Londres. Y cuando se subió al tren un niño le gritó: "¡Any, no te vayas!" Aunque su madre le tapó la boca antes que pudiera terminar la frase.
En el tren no paraba de pensar en que la gente del pueblo no había hecho una fiesta cuando se fue, y en el niño que le gritó eso cuando se subió al tren. Quizás no querían que se fuera, a lo mejor ella era el alma del pueblo. No, que estaba pensando, eso era imposible. Pondría las manos al fuego por que ahora estarían celebrando se ida como nunca en sus vidas.
Cuando dejó de pensar en eso, inmediatamente comenzó a pensar en su futuro, en que haría en Londres, estaba perdida, además seguía sintiendo ese dolor estomacal de nervios, Quizás, era mejor bajarse del tren en la siguiente parada e ir a otro pueblo olvidado. No, mala idea, debía seguir adelante.
-Disculpe, señorita. Ya llegamos a Londres. ¿Me permite su almohada y su frazada?- La voz de un hombre la despertó e inmediatamente sintió ese dolor estomacal, pero esta vez mucho más fuerte.
-Si, emm... ¿Me puede decir la hora?
- Son las siete de la mañana.
-Gracias.
Apenas se bajó del tren se sentó en una banca a lamentarse por su fuerte dolor estomacal, no lo soportaba. Sentía un miedo incontrolable, estaba apunto de tomar un tren de vuelta a Duntswood. Pero en vez de eso fue a alojarse en un motel. Lamentablemente como no tenía los recursos, el motel era más bien una pocilga. Pero bueno, para que quería más si no iba a estar mucho tiempo alojada allí.
Después de dos días, Hermione se dio cuenta que no podía seguir encerrada en el motel practicando transformaciones y pociones mientras esperaba que un mago caído del cielo la llevara a la reunión. Además solo quedaban dos días. Pero que más iba a hacer. Pensó en sus ex-compañeros, a lo mejor se acordaba de alguna dirección. ¡Harry! Pensó, Creo que me acuerdo de la dirección de sus tíos Es algo como Prinet Dride . Salió a la calle y le preguntó a un tipo por Prinet Dride.
- Disculpe... ¿Sabe dónde queda Prinet Dride?
- Es Privet Drive, y es muy difícil llegar. Toma, ojalá que esto te sirva- Dijo el tipo amablemente pasándole un mapa de Londres.
- Gracias, es usted muy amable-Dijo Hermione cortésmente Hermione, como no lo hacía hace mucho tiempo.
Cuando Hermione llegó a la calle vio muchas casas, ¿Cómo sabré cuál es la de los tíos de Harry?, se preguntó. No le quedaba más que ir preguntando casa por casa por un tal Harry algo... eso sería muy complicado. Entonces llegó a un momento de desesperación máxima, ¿¡Qué estaba haciendo allí!? ¿¡Qué estaba haciendo!?... ¿¡Buscando medios imposibles para llegar al reino mágico!?, ¡¡si era lo que más había temido desde hace 6 años!!. Era mejor volver a Duntswood, estaba cometiendo el peor error de su vida, no necesitaba magia. Porqué no había roto su varita antes, porqué tenía que ser bruja. ¿¡Porque!?
Entonces comenzó a atardecer y al mirar al cielo vio una silueta que cruzaba por allí volando. Hermione se dio cuenta que no era ningún pájaro, era una moto voladora, Al verla, Hermione solo reaccionó a correr detrás de ella, pero luego de unas calles se cansó y la perdió de vista. Desesperada tomó un autobús y llegó al motel, buscó en su baúl algo y vio algo esperanzador, algo que le dio fuerzas para continuar su travesía: una Saeta de fuego, aunque era muy antigua y estaba en miniatura, Hermione recordó un hechizo perfecto y la agrandó.
Así Hermione comenzó a volar por los cielos buscando esa silueta que la había hecho correr hasta allá. Pero después de unos minutos comenzó a recordar que nunca había aprendido a disminuir la velocidad. Cada vez andaba más rápido, quizás se detendría si le pegaba, pensó, pero era inútil, eso hacía que anduviese más rápido aún. En ese momento vio un edificio muy alto ante ella. Tampoco sabía como volar más alto ni más bajo, pero se le ocurrió una idea perfecta que le podría salvar la vida.
-¡Accio!- Dijo agitando su varita con fuerza justo en el momento que iba a chocar con el edificio.
Así se encontró nuevamente en la estación de trenes, lamentablemente había perdido de vista la silueta y debía empezar de cero.
Apenas apareció en la estación, todos la miraron asustados y sorprendidos, aunque más de alguno se reía y murmuraba cosas como "Que mal bruja". Hermione fingió que se preguntaba porque la miraban para hacerlos creer que estaban teniendo alucinaciones, lo cual dio resultado en pocas personas.
Un rato sentada en un banco de la estación le sirvió para darse cuenta que estaba totalmente perdida, que no tenía nada que hacer allí, aunque quisiera nunca iba a poder llegar a la reunión. Estaba obligada a volver a Duntswood, por más humillante que fuera. Por lo tanto, destrozada se dirigió a la boletería a comprar un pasaje y se dio cuenta que no traía su escoba, de hecho la vio tirada en medio de la calle rota. ¡Mi escoba! pensó, ¡Por qué todo a mi! .
Furiosa se dirigió hacia su escoba atropellada y cuando la agarró para ver si tenía arreglo, se dio cuenta que la misma moto que había visto volando hacía un rato se dirigía velozmente por la calle hacia Hermione. Cuando la moto la pasó de largo, Hermione reaccionó, tomó un taxi y le dijo: "Siga a esa moto". Aún tenía la escoba hecha añicos entre sus manos cuando se subió al taxi y por eso fue que el taxista le preguntó porqué tenía una escoba rota, pero Hermione le respondió que no era asunto suyo.
Estuvieron como media hora persiguiendo a la moto, hasta que Hermione se dio cuenta que no podría pagar el precio.
- Disculpe, deténgase aquí. No importa, ¿Cuánto cuesta?
- $53 dólares, pero si quiere se lo dejo en $50- El taxista, a pesar de que Hermione lo había tratado mal, sabía que ella carecía de recursos por su vestimenta, y además que estaba apurada.
- Gracias- Dijo Hermione destrozada, había perdido la oportunidad de su vida.
Así Hermione caminó por como una hora hasta la estación para comprar el boleto a Duntswood pensando en el rechazo que había sentido al darse cuenta que apenas aceptó volver al mundo de la magia todo se le volvió en su contra. Ahora su futuro se había convertido en un infierno al igual que su pasado y su presente.
Cuando llegó a la estación vio una varita mágica tirada en el suelo, la revisó para ver si era la suya y se dio cuenta de que no. Nadie se percató de ella, por lo tanto pensó que lo mejor era dejarla allí hasta que alguien lo hiciera. Entonces apareció la famosa moto que había perseguido durante mucho tiempo, la moto que le dio esperanzas y luego se las quitó, esa moto ahora se acercaba a la estación como un rayo. Hermione se quedó paralizada hasta que la moto paró y su dueño se quitó el casco. No era nada más ni nada menos que el viejo Hagrid.
Shagy Sirius: Gracias por leer mi fic, y disculpa por actualizar tan tarde, es que he estado muy ocupado. Sigue escribiendo, chao!
Claudix Black: Sé que vienes recomendada por la Cami. Y le agradezco a ella también, pero a ti más por leerlo. Está muy bueno su fic, ojalá que el mío también. Sigue mandando reviews, chao...
