EL CIELO ESTA CERCA 2

EL CIELO ESTÁ CERCA I

¿Alguien sabe lo que es que el destino te pegue una y otra vez? Y la impotencia...que me mata, que me quema por dentro, se hace mi dueña.
Hoy no tengo fuerzas ni para llorar. Mi condena se encuentra dentro de un sobre blanco: los resultados de los test médicos revelan que la enfermedad que asoló mi vida años atrás está aquí de nuevo...Y no importa las veces que grite diciendo que no es justo.
Son algo más de las dos de la mañana y me es totalmente imposible conciliar el sueño. Cierro los ojos y la sombra blanquecina que mostraba la resonancia magnética no deja de invadir la oscuridad. Es increíble la cantidad de veces que esa escena se colaba en mis peores pesadillas, haciendo que me despertara envuelta en sudor. Sólo era capaz de volver a dormirme después de ver a Jimmy y susurrarle al oído: 'Todo va bien, mamá siempre estará aquí'. Esas palabras siempre encerraban cierto temor, pero algo me decía que no me merecía más sufrimiento.
Una angustia simétrica y gemela a la vivida en un hospital hace cinco años vuelve a mi: La sensación de que el tiempo es mi enemigo... La necesidad de exprimir cada segundo que me queda en este lugar...pero con una diferencia; nadie está ahora abrazándome en esta noche desesperada, ni diciéndome que todo saldrá bien que el esta ahí. La necesidad de llorar en el abrazo de Harry se hace insoportable, tanto que creo que voy a evaporarme.
Ahora Jimmy está en su cuna, a pocos metros de mi. Mi hijo tiene algo más de un año. ¡Un año¡La vida me dejará disfrutar de él poco más de lo que la tierra tarda en dar una vuelta al sol! La justicia no existe, es simplemente un tópico idealista.
Y me dan ganas de abofetearme a mi misma al darme cuenta de que siempre había pensado que algún día, Harry, Jimmy y yo seríamos felices, juntos. Hoy ni siquiera tengo esa ilusión.
¿Y Jimmy¿Qué va a ser de él si yo no estoy? No consigo comprender por qué un ser tan pequeño tiene que llevar escrita en la cara la palabra 'tristeza'. ¿Y si no encuentro a Harry¿Y si nuestro hijo no llega a tener recuerdos de ninguno de los dos? Me da miedo que esta enfermedad no acabe sólo conmigo... y lo que invade todo mi pensamiento es Jimmy. El verle inerme en el mundo me importa mucho más que el camino que me aguarde a mi.
Desconozco el inmenso laberinto en el que estoy encerrada, no se si voy a hallar la salida. Sólo quiero que alguien saque de él a mi hijo, que por lo menos él sea feliz.
Hay momentos en los que no quiero ser consciente de lo que está pasando, fingir que no ocurre...Pero eso no sería bueno para nadie. Me encuentro perfectamente, pero sé que con el tiempo eso dejará de ser así y necesito estar segura de que Jimmy se quedará en buenas manos...Y todo se llena de él: de Harry, del único que le puede ofrecer a Jimmy todo lo que yo le regalaría cada día de su vida si Dios me lo permitiera.
Supongo que pensaran que hay una solución, que no tengo porqué prepararme para lo peor, pero ya no estoy yo sola, en el barco hay alguien más y aunque luche con uñas y dientes para no alejarme de aquí necesito saber que las dos personas a las que más quiero en el mundo estarán juntas, aunque yo me encuentre lejos.
Poco a poco el cansancio se adueña de mi y me arrastra al sueño, a algún lugar invisible dentro me mi mente. La congoja cuaja en mi alma y la realidad se iguala con las pesadillas que presiden toda la noche.

La primera sensación que tengo al despertar es que todo ha sido un mal sueño, lo que quiero creer. 'Esto es real, Hermione' me dice una vocecilla estúpida. Me deshago de la manta que me cubría en la cama y llevo mis manos a la cara. Las lágrimas se cuelan entre mis dedos mientras que la frustración no deja que cesen de salir. Un sollozo ahogado se me escapa. El amanecer me consume porque me recuerda que el tiempo sigue pasando, sin respeto hacia los mortales que vivimos nadando en él. Lo único que nos separa de la muerte es él, el tiempo.
Despierto a Jimmy y lo miro casi con adoración, atrapando cada uno de sus parpadeos en mi memoria. ¡Está tan lleno de vida! Le siento en su silla y preparo su desayuno. Sus ruiditos llenan el aire de mi casa, ya que casi desde que Harry se fue decidí tener mis propias cosas y darle algo de bien a nuestro hijo, y sigo queriendo cubrir la pena sin conseguirlo. ¡ Me gustaría poder enseñarle tantas cosas mientras le veo crecer!
La sensación de derrotismo de la noche anterior quiere esfumarse para dar paso a pensamientos optimistas, pero la esperanza es la peor de las emociones y me aterra que llegue el día en el que ni siquiera me quede la ilusión, por eso intento despegarme de ella antes de que me duela tanto perderla que no me deje seguir viviendo.
La señora Weasley ha pasado mucho tiempo a mi lado, y dentro de poco vendrá a vernos porque dice estar deseosa de ver crecer a Jimmy, ya hasta lo a adoptado como su nieto pero algo malo me sucede, comienzo a ver todo distorsionado, siento un mareo, me llevo las manos a la cabeza, volteo a mirar a Jimmy, el tiene en su cara una sonrisa, trato de responder pero todo se vuelve oscuridad y no se mas de mi.

"Beep...beep...beep… "
Un sonido sucesivo y monótono inunda mis sentidos. Es demasiado conocido por mi. Abro los ojos con gran esfuerzo y lentitud. La claridad encoge mis pupilas tanto y tan bruscamente que llegan a dolerme. Blanco, todo es blanco y huele tanto a hospital que dan ganas de vomitar. Noto que alguien sujeta mi mano y daría todo lo que tengo para que fuera Harry, con Jimmy en brazos y una sonrisa diciéndome que todo ha terminado.
La expresión preocupada de la señora Weasley me trae de vuelta a la realidad. Hay una pena tan profunda en sus ojos que me hace querer cerrar los míos para volver atrás en el tiempo, tan lejos como fuera necesario para pedir otra oportunidad en la que mis seres queridos y yo llegáramos a ser felices. Como desearía tener conmigo un gira tiempos.
Ella se acerca a mi y me rodea con sus brazos. Lo sabe, sabe que hay algo más que un simple desmayo y noto su sollozo silencioso en mi hombro. Durante un espacio de tiempo más corto que un relámpago estoy a punto de derrumbarme, de llorar, de decirle que ya no puedo aguantar más, que necesito su ayuda...Un orgullo estúpido y la necesidad de ser yo quien lleve las riendas de la situación desvían mis intenciones primitivas.
- ¿Dónde está James?
Lo digo intentando incorporarme, pero tengo el cuerpo demasiado dolorido. Me asusto al oír mi voz. La señora Weasley intenta fingir una sonrisa y me aparta un mechón de la frente.
- Tranquila, hija, está en buenas manos.
La necesidad de ver a mi hijo se hace casi enfermiza. Aún así controlo mi primer impulso de nuevo y dejo que la señora Weasley siga hablando.
- Está con Luna, me he pasado la noche aquí, quería estar cuando te despertaras...
Estoy a punto de sacar el tema de lo que me pasa, pero el ruido del picaporte hace que la idea se vaya de repente. Un hombre con bata blanca y de unos cincuenta años irrumpe en la habitación. Supongo que es mi médico.
- ¡Vaya¡Miren quién se ha despertado!
Se acerca a mi y se presenta.
- Soy el Doctor Beckinsale, su médico.
Noto cómo la señora Weasley se siente incómoda con la situación, se levanta, me da un beso y dice que necesita un café. Nos quedamos los dos solos en la habitación.
- ¿Cómo se encuentra, Hermione?
Me mira directamente.
- La verdad es que he estado mejor
Intento esbozar una sonrisa.
- Bien...pues...Sólo tiene un par de contusiones y algunas magulladuras, causados por la caída pero...
- Déjese de rodeos, ambos sabemos lo que hay, quiero su opinión.
Se queda sorprendido ante mi contestación.
- Si es lo que quiere, iremos al grano. Las pruebas muestran un aumento de la masa neoplásica, teniendo en cuenta que ha crecido considerablemente en cuarenta y ocho horas, según he contrastado con la información de su historial... No sé qué podemos hacer, estoy totalmente desconcertado, nunca había visto algo así.
Intento ocultar mi sorpresa, pero supongo que es imposible. No me esperaba esto, en la anterior ocasión el tumor tardó meses en extenderse.
El resto del día pasa difuso y deformado ante mis ojos. Aunque aparentara estar en el hospital, en realidad me encontraba a años luz de él, pensando, sopesando, barajando...Buscando soluciones inexistentes. ¿Y si hubiera una forma de curarme¿Y si este no fuera el fin?
Con la caída de la tarde, el sueño me invade, en una habitación silenciosa, dentro de un hospital en el que hay gente igual desesperada que yo. Cada número de habitación es una historia, un súplica, la búsqueda de una segunda oportunidad...
En mis sueños veo a Harry y a un Jimmy de más edad. Ambos están juntos, parecen bastante felices, están tirados en un campo de hierba verde, mirando el movimiento casi hipnótico de las nubes. Harry las señala y ambos bromean sobre lo que parece cada una de ellas. La noche invade la explanada y ambos se duermen. Yo me acerco a ellos y los abrazo. No lo notan, pero sonríen involuntariamente. Una lágrima cae desde mis ojos a los de ellos y un brillo dorado en forma de cruz pende del cuello de Jimmy. Me separo de ellos, me esfumo, pero sigo viéndolos...La oscuridad de la noche aumenta hasta que todo se vuelve negro.
Me despierto sobresaltada. Al lado de mi cama, la señora Weasley duerme. Parece que no ha percibido la descarga eléctrica que ha invadido todo mi cuerpo. Me tumbo de nuevo, mirando al techo de la habitación y de repente, veo todo absolutamente claro y sé que es lo que tengo que hacer por mucho que me duela.

Ron y Luna llegaron a eso de las diez. Los había visto ayer, pero a penas tengo un recuerdo claro de lo que me dijeron. Estaban al corriente de todo gracias a la señora Weasley, yo le había pedido que se lo contara.
- ¿Qué tal estás hoy, Hermione?
Ron me lo preguntó aún sabiendo cual iba a ser mi respuesta. Me limité a asentir.
- Jimmy está abajo, dando una vuelta con mi madre. Se está portando muy bien.
Luna se había sentado sobre mi cama.
- Gracias, Luna. No sabes lo que valoro lo que estás haciendo por mi.
Ambos chicos me miran, saben que si he querido verles a los dos juntos es por algo.
- Sé que se estarán preguntando el porqué de esta necesidad de verlos...
Luna corta en seco mi frase. Se levanta de la cama y me mira fijamente.
- Hay algo que quiero contarte, Hermione.
Me quedo callada, esperando y diciéndole a Luna con la mirada que estoy preparada para escuchar cualquier cosa que quiera decirme.
- Sé que no debería de haberme metido en donde no me llaman, pero...pero supuse que después de esto querrías encontrar a Harry. Hemos estado toda la noche en la madriguera investigando y siguiendo cualquier pista por pequeña que fuera. Hemos llegado a la conclusión de que Harry puede encontrarse en un pueblo llamada Haslemere, en el sur de el país. Soy consciente de que quizá no quieras que se entere de esto, pero..."
Ron me mira con cara de preocupación desde una esquina de la habitación. Y yo doy gracias a Dios por que por lo menos hay una remota posibilidad de encontrar a Harry. Por primera vez en mucho tiempo mis labios se curvan para dibujar una pequeña sonrisa.
- Precisamente iba a pedirles eso; que localizaran a Harry.
Ron se acerca a mi, parece que mi respuesta le ha incomodado ligeramente.
- Hermione, venir hasta aquí podría ser demasiado peligroso para él. Ya sabes lo que dijo el profesor Dumblerdore al respecto...
Su reacción me ha parecido en cuanto menos exagerada, espero a que se calle para intervenir.
- En ningún momento he dicho que quiera que venga hasta aquí. Es algo diferente.
Los dos chicos se quedan quietos, exhortándome a que continúe mientras mantienen los brazos cruzados sobre el pecho.
- Necesito que intenten comprender lo que voy a decirles...Que se pongan en mi lugar... Quiero que me hagan un favor, nos lo pediría si no estuviera realmente desesperada...Necesito que llevéis a Jimmy con Harry.
Y lo suelto así, de sopetón. Y espero durante lo que me parecen segundos inmensos su respuesta.
- ¡Hermione, eso es una locura!"
El tono con el que Ron ha dicho la frase ha superado con creces el que yo esperaba. Se ha colocado delante de la ventana, dándome la espalda. Su reacción me parece lógica, pero esperaba un poco más de comprensión. Luna mueve sus ojos hasta que se encuentran con los míos.
- ¿Estás segura de lo que nos estás pidiendo? Puede que no sea seguro para Jimmy, puede que no sea lo mejor.
Y comprendo lo que dice, así como noto que entre las sílabas va otro mensaje: Lo hará.
- Yo misma llevaré a tu hijo con Harry si hace falta, pero quiero que estés segura de lo que vas a hacer, sabes que Harry está en grave peligro.
- Algo me dice que eso es lo que tengo que hacer, sé que no es propio de mi guiarme por una corazonada, pero...Dentro de poco no voy a poder hacerme cargo de Jimmy y no podría... Quiero que se quede con él cuando yo no esté.
Y aunque durante mucho tiempo he intentado combatir las lágrimas, ahora salen irremediablemente, fugaces. Y me enfrento a la idea de vivir lo que me queda de vida sin ni siquiera tener a Jimmy cerca.
Ron sigue mirando por la ventana, con las manos apoyadas en el dintel y Luna apresa mi mano fuertemente entre las de ella.

Ver a mi hijo de nuevo me impactó más de lo que yo creía. La sala de espera de un hospital no es el mejor lugar para un niño, pero...era consciente de que necesitaba verlo porque podía ser la última vez. Una despedida amarga en el país de la tristeza, así lo definiría yo . En cuanto su carita redonda me vio entrar por la puerta, sonrío haciendo que sus pequeños dientecillos se vieran. Extendió sus brazos y obligó a la señora Weasley a que le acercara a mi. Se abrazó muy fuerte, como nunca antes lo había hecho. En ese momento pensé que pasara lo que pasara no me iba a separar de él, no iba a dejar que se lo llevaran...Y cerré los ojos, y vi la escena de mi sueño, le abracé más fuerte porque supe que debía de irse, que no necesitaba estar rodeado de más sufrimiento.
La señora Weasley contemplaba la escena desde una de las sillas azules de la sala de espera. Intentaba reprimir las lágrimas, pero era totalmente imposible. Luna ya le contado lo que pensábamos hacer, respetó mi opinión por mucho que le doliera despegarse del que ella decía era su nieto, después de todo ella siempre ha sabido que Harry era su padre, aunque hubiéramos dejado el tema en un segundo plano. Aceptaba mi decisión como en situaciones anteriores lo había hecho. Yo se lo agradecía en silencio.
Me llevé a Jimmy en brazos, caminando por el pasillo, apartando mis ojos de lo que se veía, de la pena, de la tristeza, quería recordar este momento sólo por el olor infantil de Jimmy, por sus ruiditos y los movimientos torpes de sus dedos. Una burbuja; sólo Jimmy y yo. Le acerqué a una ventana y posó sus manos gorditas en el cristal, le encantaba mirar a la calle, lo señalaba todo mientras intentaba decir su nombre en su propio idioma.
- Jimmy.

Su cabecita se giró hacia mi.
- ma-ma-ma-ma-ma
- Sí, soy mamá...
No quería llorar, pero era demasiado difícil.
- Yo quiero que sepas que...que...que siempre estaremos juntos ,pase lo que pase. Y que te quiero más que a nada en el mundo. Sé que papá y tú se van a llevar muy bien."
Jimmy jugaba con un mechón de mi cabello, siempre lo hacía cuando le tenía en brazos. Le abracé de nuevo e intenté espantar las lágrimas.
- Hermione.
La voz de Luna hizo que me diera la vuelta. Iba vestida de un modo casual y llevaba la bolsa de Jimmy al hombro. Me sequé las lágrimas antes de darme la vuelta. El plan que trazamos era llevar a Jimmy hacia Harry por medios muggles para poder despistar a los mortifagos y que no se enteraran del paradero de Harry.
- Es la hora, perderemos el vuelo si...
Evitaba su mirada y sin querer estaba abrazando tan fuerte a mi hijo que dudo que pudiera respirar. Me acerqué a ella, saqué del bolsillo de mi bata un sobre y se lo tendí, en el anverso ponía el nombre de su destinatario. Besé a Jimmy, agarré sus manitas, cerré los ojos y se lo pasé a los brazos. Me sentí vacía, incompleta y ese dolor era demasiado grande como para ser descrito. James comenzó a llorar, extendía los brazos hacia mi.
- Cuidare bien de él, te lo prometo.
Dijo Luna antes de darse la vuelta. Jimmy se revolvía en sus brazos, su cara asomaba sobre el hombro de Luna. Gritaba como pidiendo ayuda, llamándome. Yo no hacía más que mirar su silueta cada vez más pequeña alejándose por el pasillo, sintiendo que se alejaba de mi todo lo que me quedaba. Luego solo recuerdo vacío, tan insulso que no se encuentran adjetivos para describirlo.
Cerré los ojos y vi todo lo que habíamos vivido los dos. 'Siempre estaremos juntos, te lo prometo'.

Continuara.