EL CIELO ESTÁ CERCA VI

Después de que llegamos al silencio de la casa, el tiempo se diluyó y mis sentidos y mi cordura con él. Su ausencia me acorraló y sentí que el mundo estaba vacío. Por un momento pensé que nunca más volvería a verla ni a abrazarla, por un momento pasó por mi mente lo que sería yo, si ella no estuviera viva. Jimmy seguía en mis brazos y me miraba atento. Era como si de repente supiera leer mi mente y si pudiera hacerlo. ¿Qué veía? Me veía a mi, perdido, excavando en la nada porque ella lo es todo.

Reaccioné, todavía no sé como. Estar en su casa, sin ella, me resultaba extraño y todo estaba recubierto de un deje de pena y añoranza. Pulsé el interruptor y una luz ambarina envolvió los muebles del salón. Todo ordenado...como si su dueña fuera a aparecer de un momento a otro. Paso a paso me encaminé al dormitorio, muy lentamente. Entonces, al atravesar el pasillo, desde la puerta entreabierta donde parecía se encontraba un dormitorio vi algo que no me esperaba...

Con mi mano temblorosa deslicé la puerta y entre la oscuridad azulada de la noche vislumbré el perfil de una cuna. Encendí la luz. ¡El cuarto de Jimmy! Era sencillamente ideal. Una cenefa azul recorría las paredes y en ellas había estanterías con muchos libros y juguetes. Y no pude evita sonreír al ver la cantidad de libros. En el centro estaba la cuna de Jimmy, él la miraba y sonreía. Y odié de nuevo al destino porque había soñado demasiadas veces con esa habitación y con noches tranquilas en las que Hermione y yo mirábamos abrazados cómo dormía nuestro pequeño. ¿Por qué me estaba comiendo la nostalgia?

No sabía exactamente qué hacer, a quién recurrir, estaba completamente bloqueado, perdido en medio de una ausencia total de ideas. Necesitaba pensar, necesitaba calmarme. Posé a Jimmy en su cuna y me quedé mirándolo. En realidad hacía tiempo que no me encontraba tan desesperado, sin la más remota idea de qué hacer. '¿Dónde está Hermione?' Era la pregunta que una y otra vez formulaba mi mente.

De repente, un ruido me sobresaltó. Provenía de la puerta. ¿Era ella¿Mi condena de silencios mudos y miradas vacías había terminado, apagué todas las luces y fui con cautela hasta el salón. Mi corazón latía tan, tan rápido que resonaba en el silencio. Entonces, una figura de mujer atravesó la puerta y supe al instante de quién se trataba. Era la señora Weasley, la madre de mi amigo Ron. No quería asustarla, así que esperé a que encendiera la luz. Al principio se sobresaltó, luego me vio y se abalanzó a mis brazos para llorar de amargura y alegría entre ellos.

- Harry, pensaba que no iba a volver a verte. Hermione te necesita...Hermione necesita un milagro.

Entonces yo también lloré a la vez que sentía que no todo estaba perdido. La señora Weasley yo casi desde el día en que nos conocimos nos encariñamos de tal manera que casi puedo decir que es como una segunda madre para mi, hay tantas cosas que tengo que agradecerle...

- Jimmy está en la habitación

Le dije a la vez que en su cara se veía un halo de alivio enredado en las lágrimas.

Se movió rápida hasta la habitación de mi hijo, lo cogió en brazos y lo abrazó muy fuerte. Yo contemplaba la escena desde el otro lado de la habitación mientras me daba cuenta de cuánto estaba sufriendo esa mujer, tantas perdidas de los ultimo años y si le añadimos la enfermedad de Hermione.

- ¡Cuánto te ha echado de menos tu abuela!

Después de un largo abrazo, se separó del pequeño cuerpo de Jimmy y echó un vistazo al resto de la habitación

- Deben de tener hambre, vengan a la cocina, les prepararé algo.

La señora Weasley se desplazó hasta la cocina con el niño en brazos, sin dejar de mirarlo, parecían estar muy unidos.

Jimmy estaba durmiendo y la Señora Weasley y yo llevábamos más de dos horas hablando. Había venido a por unas cosas de Hermione y a descansar, aunque ella no quería separarse de la cama de Hermione.

- Sé que quieres a Hermione demasiado y que por ella has hecho este sacrificio.

No me esperaba que la señora Weasley me dijera algo así, creo que notó mi sorpresa en mi cara.

- Y sé que Jimmy es hijo tuyo, aunque Hermione nunca me lo haya dicho.

La sinceridad de la Señora Weasley estaba comenzando a ruborizarme. Ella y yo teníamos muy buena relación pero jamás le había contado nada de mi relación con Hermione. Yo seguía mirándola.

- Recuerdo el día en que Hermione me llamó diciéndome que necesitaba hablar conmigo. Creo que se sincero conmigo porque después de la muerte de sus padres yo era lo mas cercano a una madre que tenia. Me dijo que estaba embarazada. Le pregunté que quién era el padre, aunque siempre he tenido la respuesta, porque aunque ustedes trataron de ocultarlo se les notaba en la mirada, en su forma de tratarse que me hizo sospechar que algo había entre ustedes y simplemente rompió a llorar. No sabes cuánto te a extrañado durante estos meses...No sabes cuánto le haces falta ahora.

- Y usted no sabe cuánto aprecio que me esté abriendo su corazón.

- Harry, aún tengo la esperanza de que tu, Hermione y mi nieto lleguen a ser felices. Perdón si lo llamo "nieto" pero es que no lo puedo ver de otra manera.

- Nadie se merece mas que usted en llamarle nieto a mi hijo.

Me sonrió con las lágrimas a punto de salírsele de los ojos.

- Bien, esto es lo que vamos a hacer, Señora Weasley...
Dije tomando sus manos para transmitirle confianza.

- Usted, llamara a Luna para que venga hasta aquí, ella me pone al corriente de algunos asuntos, se quedara con ustedes y si todo está en orden, me voy a ver a Hermione. ¿De acuerdo?

Por fin estaba empezando a pensar con claridad. La señora Weasley me miro con preocupación pero al final asintió.

Luna llegó en menos de media hora. Se sorprendió muchísimo al verme. La señora Weasley se fue a descansar para dejarnos a solas a Luna y a mi. Era consciente de que había un millar de detalles que era mejor que ella no conociera.

- Sirius me visito en mi departamento y me dijo que busque a Bellatrix.

Luna me miró asustada.

- y ahora estoy listo para enfrentar cualquier cosa. No pienso rendirme.

Susurré yo a la vez que fijaba la vista en un punto indeterminado.

- Podemos intentar encontrar a Bellatrix, después de todo, es bien sabido que es una de las mas fieles vasallas.

La chica siguió mirándome, cavilando.

- Supongo que podríamos intentarlo.

Me miró con optimismo. Me levanté y me puse mi chamarra.

De momento es mejor que ella no sepa nada. Avisa a Ron y a los gemelos, tenemos que hacer lo que sea para salvarla.

- ¡Harry!

Me volví.

- ¿No crees que puede ser muy arriesgado que salgas sólo?

- ¡Tengo que verla, - y sin mas salio de la casa.

Recorrer de nuevo los pasillos del hospital a las tres de la madrugada, me hizo revivir muchas cosas; momentos que había enterrado en lo más profundo de mi memoria con la esperanza de no volver a sentirlos, momentos que sólo se escabullían a mis peores pesadillas...

Me dirigía a la habitación que me había dicho Luna. En los pasillos había poca gente, pero eso no impedía que se respirara un aire de tristeza infinita. La luz blanca procedente de los tubos de neón se estampaba en las paredes dándoles un brillo fugaz. Llegué a su puerta. Me quedé inmóvil, preguntándome a mi mismo si resistiría el verla otra vez enferma. Cerré los ojos, respiré hondo y me preparé. Giré la manecilla, me temblaba el pulso.

La habitación estaba oscura, notaba el paso de la sangre por las arterias de mis sienes. Me acerqué...y vi a mi ángel dormido...Con una expresión de pena en su cara demasiado profunda como para ser descrita con palabras. Dormía acurrucada, hecha un pequeño ovillo. Desesperación, eso era lo que reinaba en mi ser, lo que carcomía poco a poco mi corazón, lo que daba de comer a mi empeño...Empeño en salvarla...Salvarla para poder quererla y ser felices y destruir con risas y tardes de junio todas las penas y las lágrimas de las inmensas noches de invierno y llanto. Por segunda vez en mi vida sentí que sin ella no era nada y lloré como en una noche del pasado, sobre mis rodillas, besando sus manos, dejando caer mis lágrimas a su lado. Besé su frente y me fui sin despertarla, esa noche no tenía fuerzas para nada más. Le susurré que luchara, que no se rindiera...

Sentirla ten cerca y tan lejos había sido un suplicio frustrante, pero, para ser sinceros, lo que me faltó para despertarla fue valor. ¿Qué iba a decirle¿Cómo iba a aguantar sin derrumbarme ante ella?

Volví a casa. Ron, Luna, el señor Weasley y los gemelos estaban esperando mi regreso. Todos se alegraron de verme. En medio del frío, una ráfaga de calor me llego; era el sentirse en mi hogar.

La llegada de una lechuza hizo que todos los presentes enmudeciéramos el animal voló por toda la habitación hasta encontrar a Harry.

El ulular de la lechuza sesgó el ambiente. Todos fijaron sus dos ojos en el animal. El sonido seguía cortando el aire, entumeciendo mis músculos, espantando mi coraje... Me moví hacia la lechuza y desprendí de ella el pergamino.. Leí en voz alta.

" Tu regreso Potter traerá consecuencia inimaginables para todos, nunca debiste volver... la muerte los ronda... nadie podrá detener lo inevitable... prepárate Potter tu fin y el de los tuyos esta cerca..."

Releí las líneas un par de ocasiones mas, antes de caer en cuenta lo que significaban aquellas simples oraciones
Las palabras resonaba una y otra vez en mi cabeza haciéndome perder la cordura. Esa simple nota me había alterado mucho más de lo que yo creía. Tuve unas ganas inmensas de llorar, de derrumbarme y de echarme atrás...Sobre los cobardes no hay nada escrito, me dije.

- Bien, escúchenme, vamos a hacer lo posible para encontrar a Bellatrix, ella es la clave y nuestra ultima esperanza.
Los miembros de 'Mi equipo' estaban asombrados por mi aparente entereza.

- Nos están vigilando, creo que debemos hacer todo lo posible, para evitar ser escuchados.

- ¡Eso está hecho, hermano!

Dijo George con una sonrisa y con la varita en las manos.
Pasamos el resto del día trazando el plan. Con la ayuda de muchos hechizos localizadores pudimos dar con el escondite de Bellatrix, y podrá sonar irónico pero la encontramos justamente refugiada en Hogsmade, en la casa de los gritos para ser exactos.

- Inteligente, muy inteligente diría yo¿quién podría imaginarse que estuviera allí? – dijo George después de varias horas de búsqueda.

- Si, - acepto Harry – un lugar en el cual a todos se les hubiera hecho ilógico buscar. – la esperanza se hacia presente, pero el temor a fallar también nos acompaña a todos.

Ron, crookshanks, y yo entraremos a Hogwarts, con la capa de invisibilidad, el gato ayudara con la parte del sauce. Ignoramos lo que nos espera una vez dentro del colegio, pues desde que el profesor Dumblerdore murió a manos del mismo Voldemort, Hogwarts quedo completamente desprotegido. Los gemelos nos ayudaran a burlar la vigilancia que pueda tener Bellatrix y por fin llegaríamos a la casa de los gritos por aquel pasadizo que esta cubierto por el sauce boxeador, el señor Weasley nos ayudara a sacar a Bellatrix de la casa y trasladarla de nuevo a Azkaban. Luna se quedara a cargo de Jimmy y la señora Weasley de Hermione, como hasta ahora lo ha venido haciendo.

Fue inmensamente difícil para todos ellos no contarle nada de esto a Hermione. Urdir un plan así a escondidas era una tarea bastante complicada.

La hora de embarcarse definitivamente en la misión se acercaba. Decidí que quería verla antes de enfrentarme a lo que me aguardaba.

Me despedí de Jimmy prometiéndome a mi mismo volver a verle. Le abracé fuerte y le dejé en su cuna. Juré con silencios y un beso en su frente que volveríamos a ser felices, como aquella noche en la que Hermione y yo descubrimos que nuestro amor es lo mas grande mientras le sosteníamos en nuestros brazos. Me costó alejarme de la cuna, como si una especie de imán me quisiera obligar a permanecer cercano a ella.

Ron me espera frente a la puerta trasera del hospital, con un traslador que nos permitirá llegar hasta Hogwarts porque hay que recordar que en los terrones de el colegio no se puede aparecer. Todo está coordinado y tengo exactamente doce minutos para ver a Hermione.

Vuelvo a encontrarla dormida, su cara está pálida y parece demasiado cansada. Me acerco como la noche anterior, como un niño ante una flor de cristal, como volaría una mariposa con alas de mercurio. No puedo evitar tocar su mano. Está fría, me asusto. Entrelaza sus dedos con los míos y de los suyos sale una corriente eléctrica que recorre mi cuerpo llegando hasta los confines del alma, donde el corazón y ésta son uno solo. Le doy un beso en la frente. Mi fuerza, mis sueños, mis promesas...

Soy consciente de que debo irme, me imagino el alejarme de ella y el frío me come, congela mis músculos y me impide moverme. Tengo que irme...Y su mano tira de la mía forjando en el silencio de la noche una esperanza, gritando un grito mudo sin palabras...

Me acerco, la miro, los luceros de sus ojos me devuelven la vida. Coloco un mechón rebelde de su pelo tras su oreja. Me sigue mirando y juro que podría parar el mundo sólo para poder abrazarla...Y el tiempo se para y su cuerpo y el mío se difuminan en un abrazo perfecto, nuestros límites se deshacen.

El tiempo no existe, sólo existimos nosotros. Llora en mi hombro. Sacude su tristeza con lágrimas cálidas y transparentes. El tiempo se esfuma, sólo ella y yo somos materia.

- ¿Jimmy?

Susurra su voz temblorosa. Separo su cara, miro el marrón de su mirada, veo tristeza etérea rodeando sus pupilas. Me duele. Mis labios y los de ella se rozan...rápido, fugaz, matador...

- Jimmy está bien. Ahora tengo que irme, me esperan.
Me separo, no quiero pensar, no quiero sentir. He de hacerlo.
- ¡Harry, no me hagas esto, no me vuelvas a dejar sola porque no lo soportaré!

Me derrumbo, ni pienso, ni siento, sólo sigo la estela de sus ojos suplicantes en la oscuridad, solo la abrazo y lloro para dejar en lágrimas mil poemas esparcidos en su hombro, para jurar con agua y sal que éste no es el final del camino.

- No voy a dejar que te rindas. Nuestro amor nos salvará, esta vez nos salvará a los tres.

Ahora sí que me separo y seco sus lágrimas. Me voy, pero prometo que cuando lo haga el sol brillará de nuevo, para ella, para mi, para Jimmy.

Llegamos a Hogwarts en unos segundos, el panorama es sumamente trágico, ya no queda nada de aquel Hogwarts señorial, imponente, hoy solo quedan ruinas. Era un viaje sin marcha atrás, arriesgado pero imprescindible, todos sabíamos lo importante que era no fallar y encontrar a Bellatrix para hacerla declarar las respuestas que tanto desea escuchar mi corazón..

Ron suelta a crookshanks, para que haga su trabajo, el gato parece no olvidar como se tiene que hacer las cosas. Ron y yo nos deslizamos por el hueco y bajamos por el pasadizo, en ese momento no puedo evitar recordar a Sirius, pues fue precisamente en este pasadizo cuando me pidió irme a vivir con el, cuando estaba en tercer curso.

Después de un rato de trayecto por el pasadizo empecé a distinguir a lo lejos la entrada a la casa de los gritos. Entramos sigilosamente y completamente en guardia... alguien podría estar acompañando a Bellatrix. La planta baja de la casa estaba completamente desierta, algo en mi interior me decía que todo estaba resultando demasiado fácil, así que con mas cautela subimos peldaño a peldaño, apuntando con la varita para que no ser sorprendidos.

Encontramos a Bellatrix tumbada en el suelo de la habitación donde se encontraba Sirius, aparentemente estaba dormida, tenia la apariencia de un vagabundo, se veía peor que Sirius después de su huida de Azkaban. Ron se acerco mas a ella y la toco con el pie. Bellatrix de un solo salto se puso de pie, al verme esbozo una sonrisa maquiavélica.

- bebe Potter te esperaba, es increíble que estés aquí... cuando mi señor se entere de tu presencia... mi señor ... – Harry noto que en su voz había un temor muy grande – cuando mi señor se entere... – esbozo una sonora risa que provoco un escalofrió en Harry – por fin la oportunidad que estaba esperando para volver a su servicio.

Harry se quedo mas que sorprendido¿qué es lo que estaba diciendo Bellatrix? Acaso ¿era una trampa?.

CONTINUARA...

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Hola antes que nada perdon por la tardanza, he entrado a la escuela y entre eso y cuidar a mi madre que no tengo casi tiempo de conectar, pero aun asi aqui les dejo este capitulo y espero que sea de su agrado.

Sheilablack: Muchas gracias, y tienes razon, este fic al menos a mi me hace revalorar a los seres que aun tengo a mi lado, apresiarlos y decirles cuanto se les quiere porque no sabemos que pasara mañana.

SheilitaX. Primero son la misma persona tu yo Sheyla Black? es que el nombre es parecido. Si no eres la misma persona. Te digo que tienes que seguir leyendo para saber que les depara el destino. Asi que solo a leer.

Muhcos besos a todos.