Gracias por los reviews. Sacralo, por ahora creo que eres mis mas fiel lector, me gusto tu ultimo reviews, al menos pude ver que te sorprendi. Me gusta saber las reacciones que provnto si son buenas como si son malas (tan bien me gustan las criticas) Espero poder seguir sorprendiendo.
No se si sabeis que ayer el servidor parece que no iba nada bien, yo intente actualizar pero... no me dejo es por eso que no estaba el capitulo (eso para los que dicen que actualice pronto, cosa que me alegra saber que esteis esperando, yo me ponga muy ansiosa cuando los capitulos de los fic que leo se retrasan eternamente- aunque se que las musas no se pueden agobiar!-)
CAPITULO 10
-Hermione, tenía muchas ganas de jugar ese juego. No lo he hecho desde que era un crío- dijo con voz de niño chico- ¿Qué pasa?
-Es importante Lupin, pero no quiero ser yo quién te diga. Ven.
Subieron las escaleras y anduvieron el pasillo hasta llegar a la habitación de Harry. Hermione llamó a la puerta pero tras ella no se escuchaba nada. Abrió y apenas asomó la cabeza vio que Harry estaba sobre la cama, su cabeza escondida en la almohada, en un vano intento por ahogar sus sollozos. Entró y Lupin la siguió cerrando tras de sí, pero quedándose junto a la puerta algo confuso.
-¿Harry?- Hermione fue directa a la cama, se sentó en el borde junto a él y le acarició el pelo- ¿Estás bien? ¿Quieres que te deje solo aún?
-Si y no, en ese orden- dijo Harry, su cara aún escondida en la almohada y conteniendo un hipido en su intento por dejar de llorar. Aquello se estaba convirtiendo en algo demasiado frecuente para su gusto.
-Espero que no te importe Harry, he traído a Lupin.
Como accionado por un resorte Harry soltó la almohada, se limpió las lágrimas y se sentó piernas cruzadas en el centro de la cama mirando a Lupin.
-¡Remus!- exclamó animándose repentinamente, como si el llanto no hubiera existido.
Lupin que había permanecido mirando junto a la puerta, curioso ante la escena, se acercó a ellos y, sentándose a los pies de la cama, lo miró con cara preocupada.
-¿Qué pasa Harry? ¿Por qué lloras así?
Pensó que le había quedado una pregunta algo fría pero es que la reacción del chico cuando supo que él estaba allí no le cuadraba, era como si lo hubiera estado esperando largo tiempo, pero Hermione no le había dicho que se tratara de Harry. Harry lo miró intentando sonreír pero sus ojos estaban velados por las lágrimas y la sonrisa no se reflejó en ellos.
-Di, ¿qué ha pasado?
Harry le contó todo lo ocurrido momentos antes y, mientras avanzaba en el relato, advirtió como la expresión de Lupin iba cambiando por segundos pasando de la sorpresa a la tristeza. Pero tampoco él pudo evitar sonreír ante el comentario chistoso del biberón. Harry se sentía más sereno, pero su corazón aún latía acelerado por la emoción y parecía querer hacerlo aún más rápido ahora que hablaba con Lupin. Tal vez alentado por la información que él pudiera darle. Cuando acabó de contarle, Lupin los miró sorprendido, se acomodó mejor sobre la cama y soltó lo que a ellos les pareció un suspiro.
-No sabía nada de esto Harry- le dijo mirando como aún mantenía el espejo entre sus manos- ¿Puedo?- le preguntó señalando el espejo.
Harry dudó, no porque no quisiera dárselo, sino temiendo que al soltarlo fuera a escapársele esa magia que lo había acercado tanto a sus padres, como nunca antes nada más. Con signos claros de indecisión se lo alargó a Remus, que lo tomó en sus manos y lo miró en silencio.
-Sí Harry, éste es el par que solía usar tu padre. No podría equivocarme- dijo con una sonrisa entristecida- Pero no sabía que pudiera hacer lo que dices. Y Sirius nunca me dijo nada al respecto.
-Pero lo hizo Remus, y volví a verlo mientras Hermione fue en tu busca. Por eso lloraba- por un instante bajó la cabeza avergonzado- No puede soportar la…
-¿Tristeza?- preguntó Lupin cuidadoso ante la reacción del chico.
-No-dijo Harry alzando la cabeza y sonriendo- Sentí toda clase de emociones, pero esa no. Creo que pudo más la felicidad. Tú sabes, el último recuerdo al que tuve acceso sobre mis padres no fue muy agradable.
Lupin miró disimuladamente a la derecha de Harry donde Hermione permanecía sentada atenta a sus palabras. No halló ninguna reacción en la chica, eso quería decir que al menos con ella ya había hablado algunas cosas. Se sintió aliviado por él. Harry seguí hablándole.
-Éste me emocionó, y me sentí raro escuchando mi propio llanto de bebé, pero ha sido algo muy bonito Remus y… Me pregunto si se mantendrá ahí, si podré verlo cuando quiera, o si un día se borrará y el espejo volverá a quedar impasible como estuvo estos dos días.
-No sé Harry, en nuestra época escolar los espejos sólo estaban encantados para comunicarnos. Puede que luego los alteraran. No lo sé.
-Eso le dije yo- habló Hermione- tal vez James o Lily los hechizaran más tarde.
-Uhmmm, es posible. Lo que sí podemos hacer Harry, es ampliar la imagen.
-¿Ampliar la imagen?- dijeron ambos sorprendidos.
-Sí, es algo que hacíamos a menudo cuando queríamos comunicarnos más de uno a través de un solo espejo. Es un hechizo muy fácil- sacó su varita del bolsillo y apuntando al espejo exclamó- ¡IMAGENEM REFLECTARE!
La luz blanquecina apareció de nuevo sobre el cristal del espejo y Harry y Hermione apoyaron sus manos en el colchón intentando acercarse para ver mejor el espejo. Pero Lupin sonriéndoles les dijo "No os mováis, será como un cine". Ambos se miraron sorprendidos pero en ese momento Remus apuntaba con el cristal del espejo hacia un hueco en la pared y, para su mayor sorpresa, vieron aparecer la imagen nítida de Lily. Tras ella se veía una sala espaciosa.
-Sirius Black- se la oyó decir claramente.
Harry volvió a sobresaltarse. Ésta imagen no había salido antes, realmente no había llegado a ver a su madre, solo James había salido en el espejo. Pensó si sería por el efecto de la amplificación, pero en seguida advirtió que se trataba de un momento diferente, de otro recuerdo grabado.
-Lily?- se oyó entonces la voz de Sirius.
Harry se sorprendió al ver que ahora también se podía escuchar el sonido al otro lado del espejo- ¿Cómo puedes…? Pero Lupin lo hizo callar con un simple e imperativo ¡SHHH! Ésta vez fue él mismo quien instintivamente buscó sobre la cama la mano de Hermione y la tomó entre la suya. Sentía todo su cuerpo temblar de emoción y, al contacto con su amiga, supo que no era un temblor psíquico, realmente sus manos temblaban. Puso atención a las imágenes y a la voz de su madre intentando grabar todas y cada una de ellas en su memoria, por si acaso se evaporaban al verlas.
-¿Cómo estáis?- preguntaba Sirius.
-Bien, no te preocupes. Es que pensé que te gustaría ver algo pero… no hables demasiado alto.
Mientras hablaba Lily se retiró del espejo y por un momento Harry sintió una punzada de dolor en el pecho, como si en verdad lo hubieran apartado de su madre. Quería grabar sus rasgos en su memoria. "Con razón le decían que tenía sus mismos ojos". La siguiente imagen que vieron fue la de una sala modestamente decorada en rojo y magenta, con una chimenea cuya repisa estaba llena de fotos. Allí delante del fuego, sobre la alfombra, estaba James, completamente dormido entre cojines, y con un Harry de apenas seis meses acurrucado en sus brazos, también dormido.
-Echo de menos esta cosas Lily- oyeron decir a Sirius con voz apenada.
-Lo sé- se volvió a oír a Lily y un momento después la imagen reflejada en la pared volvió a centrarse en ella. Harry sonrió alegre por ello- Nosotros también te extrañamos Sirius. Si hoy fuera un domingo normal ahora mismo estarías conmigo, viendo como estos dos holgazanes duermen después de un buen rato de diversión.
Al otro lado se oyó una risa y Sirius añadió…
-O puede que me hubiera unido a ellos en sus juegos y ahora tendrías a tres lindos chicos durmiendo sobre tu alfombra…
La risa de Lily resonó en el cuarto. "Era una risa sincera y serena"-pensó Harry- "la de una esposa y madre feliz".
-Lily- se oyó el susurro de James- ¿Es Sirius?
-Si.
-Toma a Harry, quiero saludarlo.
Durante unos segundos la imagen se movió igual que en una cámara mal enfocada y entonces proyectó a Lily cargando a Harry en sus brazos. El Harry adulto miraba embobado la escena. Hermione no se arrepintió en retirar la vista de aquel precioso bebé cuando vio la expresión de felicidad en el rostro de su amigo. Estaba disfrutando de unos momentos únicos robados a la muerte y al olvido, y se veía como si pudiera llegar a sentirlos, sentir la ternura de su madre en aquellas imágenes.
-Adiós Sirius, voy a llevar a tu ahijado a su cama- dijo risueña Lily cuando ella volvió a ponerle atención. James también se despidió de él y con su "Cuidaros" resonando en sus oídos el espejo perdió el brillo y volvió a la normalidad.
El silencio se adueñó de la habitación. Los tres estaban sorprendidos con éstas imágenes. Remus le devolvió el espejo a Harry y, al encontrar sus miradas ambos vieron la emoción mutua reflejada en sus ojos. Harry sonreía, Lupin parecía perdido en sus pensamientos. Ninguno parecía atreverse a romper el hielo. Al fin, fue Lupin quien habló.
-Recuerdo a Sirius contarme esto. Y recuerdo haber sentido celos en aquel momento por no haberlo podido compartir con ellos. Nunca pensé que quince años después lo vería tal y como fue en aquel entonces.
-Y yo nunca pensé que llegaría a saber lo que se sentí junto a mi madre- dijo Harry. Tras un breve silencio añadió- Esta vez fue distinto a lo de antes ¿Crees que haya más imágenes Remus?
-Tendrás que descubrirlo, no sé que hechizo le pusieron, ni cuanta información podrá guardar este espejo pero… Harry, si no te importa, me gustaría que alguna vez lo compartieras conmigo- pidió mientras lo miraba casi suplicante.
-Claro Remus, pierde cuidado. ¡Podemos verlos juntos!- le contestó risueño.
Hermione los miraba callada, pensando cómo le había cambiado a Harry la cara en menos de una hora. Incluso bañado en lágrimas minutos antes, sus ojos destellaban felicidad y parecía que las ojeras hubieran desaparecido de su cara borradas por un sueño absolutamente reparador. Apenas una hora antes entró en aquella habitación para intentar convencerlo de que bajara a jugar un juego muggle que había reproducido para entretenerse; una cosa llevó a la otra y acabaron discutiendo. No le gustaba pelear con Harry, las riñas entre ellos eran mucho más fuertes que las que tenía tan a menudo con Ron, pero Harry tenía otro carácter y cuando reñían entre ellos siempre era por cosas importantes. Ahora se alegraba de que la hubiera hecho perder los nervios sino, tal vez nunca hubieran descubierto aquello.
Los tres permanecían en silencio. Supuso que ella era la más indicada para hacerles volver a la realidad, aunque hubiera preferido no tener que hacerlo…
-Y bien Harry, ¿Te apetece una partida de parchís? Lupin estaba deseoso de jugar….
Remus pareció volver en ese instante a la realidad y Harry preguntó a Hermione "¿Parchís?" como si pensara que no había escuchado bien.
-Tu sabes, aquí encerrados se pasa muy aburrido. Pensé que sería buena idea y fabriqué uno. Lupin, Tonks y yo íbamos a enseñarles a Ron y Ginny como se juega; aún hay un sitio para ti, reproduje un parchís de seis.
Harry la miró sonriente. Esta chica siempre conseguía sus propósitos. Lupin abandonaba en ese momento el cuarto sin ni siquiera decirles adiós, pero Harry sabía que estaba, igual que él momentos antes, bajo los efectos inesperados que le supusieron el ver a sus amigos muertos de forma tan real. "En cierto modo, es una suerte que el espejo roto fuera el de Sirius"-pensó apenado- "Así he podido ver a mis padres y, por otro lado, creo que no hubiera podido soportar las imágenes procedentes del otro par. Ver a Sirius tan vivo ahora no sé que me habría provocado".
Mientras bajaban las escaleras Hermione caminaba delante de él con un aire dicharachero. Pensó que su amiga compartía en ese momento parte de su felicidad y sabía que el resto era a causa de ver que lo ocurrido con el espejo lo había hecho abandonar el mutismo y lo había animado. Sonrió plenamente con esos pensamientos. Estaban llegando al final de la escalera cuando….
-Harry- comenzó Hermione a decirle, sin parar de andar, sin volverse a mirarle.
-¿Si?
-Simplemente que…- Hermione pareció dudar un segundo y, al volver a hablar su voz le sonó nerviosa- Nunca cierro con pestillo la puerta de mi cueto y, tal vez, "no molestes".
Se quedó tan sorprendido con sus palabras que se paro a mitad de la escalera totalmente anonadado. Vio como ella seguía avanzando como si no hubiera dicho nada y, llegando al último peldaño, giró en dirección a la cocina, donde el resto los esperaban para comenzar el juego. Bajo el marco de la puerta ella se volvió hacia él y sonriendo preguntó… "¿No vienes?".
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Referencia: el hechizo para amplificar la imagen me lo aporto Mahe, que es mi fuente de palabras latinas. De nuevo le doy las gracias.
El recuerdo que se ve esta vez en el espejo si es de mi propia invencion, solo que para usar la idea como ya dije se la pedi prestada a Mahe Guilmain. Estos capitulos me encantan personalmente debido a que los merodeadores (a excepcion de la "rata") son mi delirio!.