A mis lectores les debo una disculpa! Despues de saber que voy actualizando rapido se habran sorprendido por todos estos dias sin saber de este fic. Bien primero fueron fallos del servidor que no me dejaron actualizar. Y a partir del viernes pues...tuve una invitada muggle en casa que no me ponerme a hacer nada relacionado con HP. En fin, vamos por ser una amiga querida me tuve que contener pero... he pasado un fin de semana muy parecido a como Harry debe sentirse en casa de sus tios (creo que eso lo dice todo ¿verdad?) En fin, espero que me hayais podido tener paciencia. Esta noche intentare subir algun otro capitulo (ahora es medio dia aunque no se cuando se carge el capitulo) Gracias por seguir leyendo! Y por los reviews, se hace sentir bien , sobre todo el saber que algo salido de mi imaginacion pueda gustaros.

CAPITULO 11

Los últimos días en Gimmauld Place fueron más amenos. Harry desbordaba felicidad y, aunque todos se alegraban de ello, no paraban de preguntar curiosos a qué se debía éste hecho a las dos únicas personas que parecían conocer el motivo. Pero Remus y Hermione siempre eludían el tema o contestaban con respuestas vanas. Y luego estaba el hecho de todos esos ratos que ambos pasaban junto a Harry encerrados en el dormitorio, y que parecían tener un efecto energetizante para él, pues esos últimos días lucía una sonrisa perenne en los labios.

Un día, al pasar junto a la puerta del cuarto, Ron escuchó un ruido extraño, seguido de unas sonoras carcajadas. Estuvo tentado de entrar, pero se contuvo. Desde que Harry había recuperado su buen humor parecía haberlo dejado aislado y eso, más que encelarlo porque mantuviera cerca de Hermione, lo entristecía. "Pero al menos Harry vuelve a ser feliz"- pensó Ron mientras se retiraba de la habitación- "Espero que en Hogwarts todo vuelva a ser como era entre nosotros".

La noche del treinta y uno, mientras empaquetaban las cosas en los baúles, Harry bajó a pedirle a la señora Weasley si podía reducirle algunas camisetas y pantalones a su talla. Cuando entró en la cocina Molly se hallaba sola terminando de recoger los aperos de la cena. Se lo hizo encantada a un toque de varita, mientras Harry advertía la curiosidad en su cara. Le dio las gracias y salió de la cocina sin ninguna otra explicación.

Aquella mañana fue caótica; cuatro chicos en edad escolar, con cuatro tremendos baúles que transportar, dos lechuzas y un gato… Podía haber sido peor claro, el año anterior lo fue, sin ir más lejos. Habían decidido que Tonks y Moody se encargarían de llevar los bártulos hasta King's Cross, mientras que Lupín, Molly y Schaklebolt los llevarían en metro a la estación. Lupín dijo que el Ministerio había montado un fuerte dispositivo de vigilancia en los accesos a la estación y en el andén nueve y tres cuartos para evitar "posibles problemas" en la reincorporación de los alumnos al colegio. Pero estuvieron de acuerdo en que toda precaución era poca.

Dejó su baúl con mucho cuidado cerca del vestíbulo pues solo en esa mañana la señora Black ya había montado un par de sus famosos numeritos, como la mayoría de las veces, a causa de los despistes de Tonks, y se dirigió a la cocina donde ya todos esperaban desayunar. Nada más cruzar la puerta escuchó dos fuertes exclamaciones de asombro y un amago de silbido provenientes de Hermione, Ginny y Tonks. Se puso tan colorado como el pelo de Ron y fue a sentarse junto a él muy abochornado.

-¡Guau Harry!- dijo Tonks mirándolo descaradamente- Que cambio de look. Yo te hubiera aconsejado lo mismo.

Llevaba uno de los pantalones de cuero negro ajustado de la noche anterior y una camiseta blanca de las que solía usar hacía días. Cuando decidió empezar a usar aquella ropa no pensó que pudiera tener ese efecto. Ahora casi se sentí avergonzado y deseoso de quitársela. Podía ver a Hermione y Ginny mirarle de reojo, y eso le hacía sentir incómodo. Lupín también lo miraba con una sonrisa pícara en los labios.

-¡Que tiemble Hogwarts!- le dijo riendo- Creo que desde que Sirius se marchó no han vuelto a ver un estilo igual por allí.

-¿Tú también Remus…?- contestó apesadumbrado.

-Es verdad Harry. Sus ropas te sientan muy bien, creo que en breve podrás comprobarlo- le dijo guiñándole un ojo- Tendrás que sacarte a las chicas de encima como hacían tu padre y tu padrino. Bueno, digamos que él no se las sacaba… No antes de una semana.

-¡Remus!- clamó la señora Weasley, pero su sonrisa la delataba. Harry le devolvió la sonrisa y afirmó que las ropas no lo eran todo.

-Ya veremos Harry. Esto- dijo mirando a las chicas- solo ha sido una muestra- Ahora fue el turno de Hermione y Ginny de sonrojarse- Sí que me gustará verlo- terminó diciendo mientras se dirigía hacia la puerta y abandonaba la cocina riendo.

A su lado Ron refunfuñó.

-¿Y a ti que te pasa?- le preguntó.

-¡Nada! No me pasa nada. Solo que entre el cambio de Hermione- carraspeó algo sonrojado- y tu nuevo look… Presiento que todas las miradas de Hogwarts van a estar puestas sobre nosotros. Antes tendríamos que escuchar las bromas de nuestros amigos sobre Hermione, pero ahora ella- dijo haciendo un gesto hacia Hermione- Ellas- rectificó mirando también a su hermana- harán lo mismo con sus amigas Harry, ¡y no sabes como son las mujeres!

-No será para tanto Ron.

Pero en ese momento vio de reojo que Ginny le decía algo a Tonks bien bajito y Tonks y Hermione le reían la gracia mirándolo de refilón. Se volvió a sentir más incómodo aún, pero por una vez tenía ropas a su medida, y se sentía a gusto con ellas, no pensaba cambiarlas por unas risas tontas de sus amigas.

Pero había sido fácil pensar así en la cocina de casa, porque ya en el metro comenzó a notar como las chicas se volvían a mirarlo interesadas y que no se cortaban un pelo aunque él las pillara observándolo, al contrario. No ocurrió lo mismo cuando pilló a Hermione mirando con ceño fruncido a un grupito de ellas que vino a ponerse demasiado cerca de él. Cuando advirtió que él se había percatado de su gesto, su amiga se puso colorada.

Y tampoco fue menos mientras esperaban el Expreso. Harry se fijó en que muchas chicas que pasaban a su lado lo saludaban por su nombre sonriendo; algunas, de su misma edad pero en otras Casas, ni siquiera le habían dirigido la palabra antes. "Hipócritas" pensó Harry y tomó su baúl y la jaula de Hegwid para ir a buscar compartimiento. Sus amigos lo siguieron, dejaron las cosas en el último vagón y bajaron al andén a despedirse. A Harry le pareció ver una cara conocida entre el barullo de los que llegaban a última hora, pero no prestó mayor atención en ese momento.

-Me prometiste cuidar tu imagen- le decía Tonks a Hermione mientras la abrazaba- No permitas que Harry se quede toda la gloria, afortunadamente no tenéis que competir por ello- continuó sonriéndose, y volviéndose hacia Ginny le dijo- Y tú… Bueno, tú ya estabas en el buen camino el año pasado. Sigue así.

Las chicas la besaron y fueron a despedirse de los demás. Al momento siguiente los cuatro volvieron a su compartimiento donde para su sorpresa encontraron ya instalada a Luna Lovegood.

-Ey chicos- los saludó al verlos llegar- Espero que no os importe, no encontraba hueco- dijo tan natural como siempre. Y a razón de Harry que ella fue la única que lo miró igual que siempre, lo cual no le desagradó en absoluto.

Poco a poco todos los componentes del ED fueron pasando por allí. Querían saber de su verano y si había ocurrido "algo emocionante". Pasaron una tarde estupenda charlando con ellos. Pero llegada la hora de ponerse sus túnicas y ya muy cerca de Hogsmeade, Harry comenzó a sentirse angustiado y la sensación creció cuando los carruajes se adentraron en los terrenos de Hogwarts. Mientras se apeaban de ellos Harry observó las grandes puertas del castillo. Estaba en Hogwarts, había llegado a casa pero… "¿Qué desgracias podría esperar este año?"

Perdido en sus pensamientos no sintió que Ron lo llamaba hasta que su amigo se acercó y le advirtió que se diera prisa. Casi todos los alumnos habían entrado ya, en breve comenzaría la ceremonia de selección.

Cuando llegaron al Gran Comedor la mayoría de los alumnos y profesores ya estaban allí sentados. Como siempre faltaba Hagrid, los nuevos alumnos debían de estar a punto de llegar. Y también, como siempre, el puesto del profesor de Defensa contra las Artes Oscuras estaba desocupado.

Los cuatro miraron hacía allí intrigados, pero cuando Hagrid ocupó su sitio y Mc Gonagall hizo pasar a los alumnos de primero, él aún no había llegado. "¿Quién se encargaría este año de las clases de DCAO?"

El comedor quedó en silencio y Harry puso atención a la ceremonia de selección. El sombreo comenzó su canción…

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Bien ahi esta, la unica observacion que quiero dejaros hoy es deciros que Harry adopto el look de Sirius en su epoca de merodeador. No se porque pero quiero mostralo como pienso que era su padrino; un chico muy guapo, bien formado, que encima es consciente de que atrae a la gente y sabe aprovecharse al maximo de ello. Asi me he imaginado a mi "niño", a nuestro Harry, aunque bueno como bien dice, la "ropa no lo es todo" porque el no tiene consciencia como Sirius de que puede atraer a las chicas. En eso se diferencia de el.