CAPITULO DOS

KOUGA Y AYAME, EL CACHORRO QUE UNIRÁ LOS CLANES

-Vamos Kouga, detente un poco! Nosotros no tenemos fragmentos de Shikkon! - Hinta hablaba, agotado después de la carrera

-No sean flojos! Saben bien que los muchachos nos esperan con noticias! –Kouga se siente muy frustrado

-Sí! Lo sabemos! Somos la avanzada, pero no puedes pedirnos que tengamos tu resistencia! –Hinta está al borde del colapso…

-Esta bien, hagamos esto, iré solo a ver… espérenme aquí, y cuando vuelva nos reuniremos con los demás, esta bien?

-Si, como tu digas! -para entonces, ambos hombres lobo se habían desplomado por el suelo, acompañados de los 7 u 8 lobos que los seguían

Kouga recorre a toda velocidad el camino, la búsqueda se estaba volviendo una pesadilla sin fin, no importaba cuanto se esforzaran, Naraku siempre huía… a todos les impactaba este hecho debido a que desde que poseía esa gran porción de perla, los había atacado continuamente, cada vez de modos más violentos

-Hay que encontrar a ese bebé del demonio! -Kouga gritó para sí – hay que matar a ese maldito niño, y así derrotaremos a ese bastardo!

A su paso le detiene un río que divide las montañas, de pronto un aroma conocido llega hasta él… a flores… y a loba…

-Ayame? …

-Hola Kouga! Que gusto de verte!

-Ayame, ¿que estás haciendo aquí?

-Bueno, sabes que desde que ese guerrero atacó nuestras montañas del norte, hemos tenido que peregrinar para encontrar comida… ahora mismo estoy de cacería…

-Ayame… ¿estas sola? –Kouga percibía ese temblor en el aire… una hembra en celo era un riesgo inadmisible… y su Ayame correría peligro si algún macho la percibía… como ahora él lo estaba haciendo.

-Sí… vaya, ¿así que lo has notado?... lo lamento Kouga, sé que corro riesgos en esta situación, pero el hambre es muy mala consejera, el gran sabio está demasiado débil, y si no le llevo algo, podría morir…

-Si, puedo sentirlo… ¿sabes lo difícil que me resulta?... – la pregunta quedó en el aire

-Lo sé. Bueno, tienes dos opciones, primera: puedes irte, y dejarme cazar en santa paz, sé cuidarme, no creas que he sobrevivido gracias a ti todos estos años… o bien…

-¿Que? ¿O bien que?

-Puedes tomarme como tu compañera, así el problema desaparecerá, y cuando esto acabe, podrás liderear a todos los demonios lobo de la región… sería una muy buena esposa, Kouga… y Ahome no te ama…

-Pero sabes muy bien que quedarías preñada!

-¿Un cachorro tuyo estaría tan mal? – la chica le mira desconcertada

-¡¿que!

El silencio entre los dos fue demasiado denso, en la mente del general lobo se dibujaron imágenes de él con una familia, una camada de fuertes lobeznos a quienes educar… y se dio cuenta de que en todas esas imágenes, la madre de esos cachorros era Ayame… su chica… la del arcoiris lunar….

-¿Has decidido algo? – Ayame espera, tranquila, imaginándose ya con un jabalí al hombro, encaminándose a las montañas, sola…

-Tomo la segunda opción - El youkai, la mira profundamente

-¡¿¿Pero como! -ella esta asustada… no de lo que va a suceder… sino de que FUERA a suceder!

Kouga se le acerca, la corteja suavemente, pero de forma directa, entre los lobos hay cosas que simplemente no se acostumbran a hacer… o a decir…

Lleva a Ayame hacia unos arbustos bajos, y cumple con su palabra… a pesar de todo, es un caballero, y la quiere, y eso le obliga a ser dulce y amable con ella. Cuando todo termina, ella duerme plácidamente a su lado, y él se siente como si hubiese conocido el nirvana…

-Es hora de irme, mi pequeña señora –Kouga acaricia con ternura su mejilla

-Si, querido, me marcho…

-Ayame…

-¿Dime?

-Cuídate mucho… te prometo que encontraré la manera de ir a tu lado cuando el cachorro nazca…

-Confío en que así será… de todos modos, lo único que quiero es que un día te reúnas con nosotros… nuestro hijo sabrá de ti…

-Si es hembra, quiero que la llames Luna…

-¿Luna?

-Sí, por esta noche…

-¿Y si es macho?

- tu elígelo…

-Esta bien, amor mío… tengo que regresar a la cueva, me voy…

-Hasta pronto, mi pequeña señora –Kouga sorprende a la lobita besándola con gran amor, y acariciando su vientre, en el que, ahora estaba seguro, se estaba gestando su semilla, su descendencia… su esperanza para el futuro…

Kouga ve partir a su Ayame… el olor que tanto le preocupaba ha desaparecido… se enfila de nuevo a encontrarse con sus amigos, y esperando el momento adecuado para contarles…

Llegan al campamento… apenas ponen un pie en el perímetro, y Sesshoumaru e Inuyasha fruncen el ceño… bueno, el primero de forma imaginaria, ya que solo entrecierra un poco los dorados ojos, y el segundo hace toda una serie de gesticulaciones…

-¿A que hueles, lobo? -Sesshoumaru se dirige a él, inclemente

-Hueles como a…? - Inuyasha abre los ojos como platos, para luego poner una cara de completo sarcasmo - hueles a…!

-Ayame es mi mujer ahora, y lleva mi cachorro…

Todo el grupo ha volteado a verlo… la sorpresa adorna cada rostro… luego, después del primer estupor general, las muchachas corren a felicitarle…

-Vaya Kouga! Que bueno que te decidiste –Ahome se siente sinceramente feliz por él. Algo menos de que preocuparse

-¿Entonces vas a ser padre? -Sango lo mira, con una cara de ternura que no puede con ella

-Felicidades, Kouga-kun, ahora ya puedes morir tranquilo –esto último fue pronunciado por Kikyo, ante la indignación general

-¿Y te irás con ella? –Miroku le pregunta a quemarropa

-No, por el momento no. Ella esta más segura en las montañas, protegida por los clanes. Cuando se acerque el momento, iré a su lado para ver nacer a mi cachorro…

-Pero permanecerás con nosotros hasta que venzamos a Náraku… -no fue una pregunta, fue una afirmación venida del hanyou de pelo plateado

-Jamás abandono a mis amigos –Kouga le mira directamente a los ojos, buscando la afirmación compartida

-No esperaba menos de ti, lobo sarnoso –Inuyasha le devuelve la mirada, confirmándole que la amistad era mutua…

Una vez hechas las apropiadas aclaraciones, el grupo se reúne para cenar. Estos momentos habían llegado a ser de gran placer para todos. Eran una familia, bastante extraña por la gran diversidad de sus miembros, pero una familia al fin y al cabo.

-¿Ahome? - Rin tiene rato que esta intentando hablar a solas con ella

-¿Dime, pequeña Rin?

-¿Por que el joven Inuyasha ahora pasa tanto tiempo con esa sacerdotisa?

-Por que la ama, Rin. Ellos se aman y ahora que están juntos, quieren estar todo el tiempo que puedan uno al lado del otro…

-¿Pero eso a ti no te duele? Yo creí que ustedes se querían… al menos eso parecía antes…

-Bueno, es difícil de explicar… cuando quieres tanto a alguien, solo deseas que sea feliz… y yo quiero que Inyasha sea feliz… y a ver, dime, ¿por que me haces esas preguntas, justo ahora?

-Es que, como el monje Miroku, y Sango se casaron, y ahora el joven Kouga ya va a tener hijos, me doy cuenta de que solo tú y mi amo Sesshoumaru están solos…

-Eso no es cierto Rin! ¿Y Jaken, ¿ y Hinta y Hakkaku? ¿Y Shippo y tu?

-Bueno! Sabes bien que el señor Jaken es algo raro… los jóvenes Hinta y Hakkaku ya han hablado de sus prometidas, con las que se van a casar cuando regresen a su manada… y Shippo y yo… somos niños!

-AAyyy! -¿como discutir con esa lógica? – pero Sesshoumaru te tiene a ti!

-No es lo mismo… no me quieras cambiar el tema, Ahome –esa niña tenía la vergonzosa capacidad de razonar como adulto, y aplastar con sus comentarios a quien quisiera ponérsele listo… incluido su querido amo Sesshoumaru

-Que Rin tan simpática! En todo caso, creo que no debes preocuparte por nada! Sesshoumaru es un ser muy poderoso, y de seguro, en el momento que él lo quiera, conseguirá una novia maravillosa… y yo… regresaré a mi época cuando todo esto termine…

-Eso es lo que no quiero Ahome… no quiero que te vayas –Rin deja caer algunas lagrimitas, que conmueven profundamente a Ahome, quien la abraza dulcemente para consolarle…

Nada de esto paso desapercibido para el hanyou ni para el Taiyoukai, el primero siente la puñalada de la culpa… el segundo… siente algo, pero no alcanza a identificar que es…

Van a la cama… pero el joven youkai lobo, se sienta solo un momento a observar la luna, pidiendo a todo lo sagrado que protejan a su amada esposa y a la criatura que apenas viene en camino… y sobre todo, suplicando por la oportunidad de verle crecer…

Esa criatura será su sucesor… y tendrá la cualidad de unir los clanes en un grupo guiado por un líder con sangre pura, de ambos bandos… un líder que será hijo suyo…