- Zarbón, mi nueva mascota va hacia la enfermería para ser vacunada, asegúrate de que le extraen sangre, quiero que realicen pruebas para averiguar su raza, estoy seguro de que debe ser una mezcla extraña "nunca había visto tanta fuerza en una hembra de aspecto tan endeble y hermoso..." tengo un buen presentimiento -
Capítulo 9: Bienvenida al escuadrón saiyajin.
Bra tomó rumbo a la enfermería siguiendo al gordo Dodoria.
- "Maldita sea, espero que no me la jueguen en la enfermería, aunque... si lo que mi padre decía es cierto, este bichejo de Dodoria es bastante bocazas, si le pincho un poquito averiguaré lo que quiero" - pensaba mientras caminaba por los pasillos tratando de memorizar los recorridos.
- Oye, Dodoria... me he quedado impresionada por el Maestro... realmente me ha acogido tan bien... - Dodoria rió levemente al escucharla y Bra estrechó los ojos - me dijo que como no tenía hijas... me consideraría como si fuera su hija... - el monstruo rosa entonces se paró en seco lleno de celos por esa afirmación. El plan de Bra funcionaba...
- ¿No creerás que eso es cierto verdad? tu no eres para el más que una mascota, una extrañeza de la naturaleza. jajajaja El colecciona bichos raros como tú. - rió sádicamente - inocente...
- Entonces... ¿tu eres parte de su colección? - las risas cesaron y se trocaron a un gesto de desagrado absoluto - debiste haberte quedado donde estabas, niña, porque te aseguro que te arrepentirás de haber venido aquí. Yo no te veo tan rara como el Maestro piensa que eres... si el descubre que eres vulgar y corriente no dudará en matarte cruelmente. Si estás viva ahora es porque el piensa que ha encontrado a un ser único en el Universo, sólo por eso, que te quede claro.
- "Así que era eso, ya veo... el colecciona rarezas y yo soy la novedad, tendré que tener cuidado, pero seguramente en la enfermería no me harán daño, si me considera tan valiosa seguramente querrá conservarme..." - razonó en silencio mientras llegaban a la enfermería.
El médico era un bicho repugnante, de aspecto similar a un reptil, nada amistoso a la vista, de color verde oscuro, con una cresta de pelo rojo en la coronilla de la cabeza. De aspecto fornido, levemente encorvado, con la piel berrugosa. Vestía un uniforme como el de la tropa, y guantes médicos antisépticos.
- Ya he sido informado al respecto Dodoria, no son necesarias explicaciones - argumentó seriamente el médico sin mirar al esbirro del Lord y fijando su atención en la muchacha de pelo azul - sal de la sala, serán unos minutos - dijo dirigiendose por fin de frente al enojado monstruo. -Te pondré unas vacunas preventivas soldado, pero antes voy a extraerte sangre para analizar tu estado de salud general. - Bra no se sintió cómoda con esto último, pero pensó que no tenía opción de negarse a ello, así que gruñó levemente y subió la manga de su traje de combate mirando en todo momento muy cautelosamente lo que hacía el médico.
Tal y como prometió fueron sólo unos minutos que pasaron eternos. Dodoria aún esperaba fuera. Después de la enfermería la hizo pasar a una sala donde había armaduras de repuesto, entregándole una acorde al pequeño talle de la chica, y permitiendo que conservase su traje de combate debajo de la armadura reglamentaria. Seguidamente la acompañó por la base hasta sus aposentos, no sin dejar prendadas miradas lascivas a su paso por parte de los guerreros que se cruzaban en su camino. No obstante no hubieron comentarios hacia ella ya que todos los guerreros de élite habían sido informados de los deseos de Lord Freezer, y ninguno se atrevería a desafiar su bien conocida cólera.
Por fin llegaron al ala de descanso del escuadrón Saiyajin, consistente en un pasillo con 5 puertas. La habitación del fondo, más ámplia, era correspondiente al jefe del escuadrón, Vegeta, la de la derecha era la de Nappa, su primer oficial y la de la izquierda la de Raditz, el soldado de baja clase. La suya por eliminación era una de las otras puertas, concretamente la de la izquierda contigua a la de Raditz. La otra puerta conducía a una sala no demasiado grande, que contaba con una mesa con bancas y algunas estanterías que no contenían demasiados artículos. Los saiyajins estaban en esa última habitación. Dodoria interrumpió su conversación entrando sin avisar siquiera de su presencia. Las miradas irritadas lo divirtieron. Tres guerreros con cara de pocos amigos esperaban la llegada de la que ellos habían bautizado como 'la nueva espía del lagarto'. Habían acordado hacerle la vida imposible a más no poder. De pronto la cara de irritación cambió a una leve sonrisa en el rostro de Vegeta al observar la joven de cabellos azules entrar en la habitación.
- Espero que por vuestro bien no desobedezcais al Maestro - dijo con gesto de enfado Dodoria mientras se volvía y abandonaba a Bra en la habitación con una sonrisa sádica en su rostro al marcharse.
El primero en levantarse fue Raditz - bueno, bueno, que tenemos aquí, si es la pequeña guerrera... - Bra permaneció en pose de brazos cruzados apoyada en la pared, su cara inexpresiva y seria, mientras que el seguía avanzando hacia ella de modo preocupante ante la mirada impasible de Vegeta y Nappa. Entonces la acorraló poniendo sus brazos a cada lado de la chica. Bra no dijo nada, sólo sonrió levemente y alzando un puño con rapidez vertiginosa lo clavó en la boca del estómago del guerrero, que al instante escupió parte de sangre y se derrumbó en el suelo. Nappa se asombró de ello, pero Vegeta permaneció impasible observandola detenidamente, estudiándola. Entonces recordó como reaccionó al decirle mocosa, y decidió que comenzaría a picarla por ahí mientras que localizaba otro fallo en su estudiada defensa.
- ¿Quieres algo mocosa? ¿por qué no te marchas a jugar por ahí? - Bra sintió rabia al escuchar estas palabras, pero sabía de sobra que la hostilidad hacia ella era totalmente lógica. Ellos debían pensar que ella estaba allí para hacer de espía de Freezer... así que decidió no darles la satisfacción de perder la calma por tan poca cosa, aunque en el fondo de su corazón le molestase profundamente.
- Parece más divertido dejar kao a un ignorante - dijo sonriendo levemente - además, hay algo que deseo aclarar con vosotros... -
- ¿Ah si? - Vegeta se levantó de su asiento y se acercó a ella con una mirada gélida - en primer lugar, si quieres formar parte de este escuadrón tendrás que acatar las normas del mismo, son muy sencillas, y espero que tu pequeño cerebro no tenga problemas para recordarlas, porque si se te olvidan, te aseguro que el recordatorio será doloroso para tí. Para tu información estás delante del Príncipe de los Saiyajins, y me deberás respeto y obediencia absoluta en lo que te ordene. Lord Freezer sólo indicó que no te matasemos, pero descubrirás que si no eres obediente existen formas de dolor peores que la misma muerte. Así que en adelante, cuando entres en una sala en la que yo esté tendrás que arrodillarte ante mí y saludar como corresponde. Te dirigirás a mi en calidad de Príncipe, jamás por mi nombre, y no toleraré manifestaciones como la que acabas de realizar contra cualquier miembro del escuadrón sin aplicar un correctivo a las mismas. Jamás te atrevas a ponerme una mano encima, mirarme directamente o dirigirme la palabra sin mi permiso explícito para ello o lo lamentarás. Debes saber que Nappa está en un escalafón inferior a mi, y que Raditz está en un escalafón inferior a Nappa. Dado que tu raza es inferior a la saiyajin, tú estarás en el último de los escalafones. Esto significa que deberás obedecer lo que te ordenen los miembros del escuadrón superiores a ti, y que deberás obediencia y respeto a ellos ¿entendido? ¿alguna duda?.
- Ninguna - dijo Bra conteniendo su rabia.
- Entonces empecemos desde el principio, ¿qué deberías haber hecho al entrar en esta sala soldado? -
Bra estaba tan rabiosa que tenía ganas de golpear a alguien, no imaginó que su padre se lo pondría tan difícil, pero en realidad comprendió por qué actuaba así, y supo que ella debía actuar en consecuencia si quería salir de allí. Ahora su plan era totalmente distinto ya que la máquina del tiempo estaba destruida y no podía volver a su tiempo. Su única esperanza era lograr llegar al Planeta Tierra y que su madre del pasado construyera para ella una máquina nueva. Pero a la vez, ya que estaba allí trataría de sacar a su padre y a los demás Saiyajins del lazo de Freezer. ¿Cómo iba a lograr eso? realmente ni ella misma lo sabía. No podía ir a su padre y decirle algo como "oye papá, que soy tu hija del futuro, adivina... mamá es humana" (va por ti Saturno O.o). Realmente la situación era difícil y por el momento tendría que tragarse parte de su orgullo y aceptar las órdenes de su padre por mucho que le costase hacerlo. Así que se arrodilló y dijo no sin esfuerzo - Pido permiso para hablar, Príncipe -
- Habla puta -
Este comentario de sopetón si que no lo esperaba. ¿Puta, ¿su propio padre la había llamado puta?. Su esfuerzo mental por no llorar y por tranquilizarse estaba disipándose por momentos, pero se calmó, se levantó y habló ignorando el comentario y dirigiendo su mirada a un punto inconcreto en la sala.
- No estoy en este escuadrón en calidad de espía tal y como pensais. -
- ¿Nosotros? Lord Freezer dijo que entrabas en nuestro escuadrón porque hacía falta una tropa extra de apoyo, ¿quién dijo algo de espías, mocosa? -
- Se que lo pensais, pero estais equivocados. Solicité unirme a vosotros porque he oido muchas leyendas respecto a los saiyajins, realmente es para mi un honor formar parte del escuadrón más poderoso del Universo. -
- ¿Y qué leyendas as escuchado? - preguntó intrigado Nappa.
- Por ejemplo, he escuchado acerca de la leyenda del guerrero Super Saiyajin y... - En ese momento los rostros de los saiyajins se estremecieron y el discurso de Bra fue cortado por un golpe en la boca del estómago similar al que ella propinó a Raditz, que la envió de golpe al suelo de nuevo.
- No digas tonterías, ahora mismo vas a recibir tu merecido, vamos a la sala de entrenamiento - afirmó rabiosamente Vegeta mientras que Nappa la recogía del suelo y la llevaba en volandas por los pasillos hasta la zona de entrenamiento. Raditz y Nappa se dedicaron una mirada asustadiza y dijeron algo en Saiyan clásico que pensaron que Bra no entendería, pero que por suerte ella llegó a comprender.
( NOTA: II A partir de ahora todos los comentarios dichos en Saiyan clásico, antigüo dialecto del planeta Vegeta, se encerrarán entre dos II )
- II ¿Crees que han escuchado esto? II - preguntó Nappa al soldado de baja clase.
- II Espero que no, destruí los últimos microespías de la habitación, pero nunca se puede estar totalmente seguro II - contestó Raditz.
- II Callaros idiotas II - argumentó Vegeta irritadamente - II os he dicho que no hableis si no es en la sala de entrenamientos durante el combate II.
- "Así que hay robots espías por todas partes, debí haberlo imaginado, he sido una imprudente, pero si se puede hablar durante una pelea de entrenamiento, al menos así tendré alguna posibilidad de explicarme. Lo malo es que seguramente pensarán que trato de sonsacarles al contarle acerca de las leyendas saiyajins y es posible que mi padre se irrite aún más conmigo. Qué estúpida he sido. Ahora no se como salir de esta" - pensó Bra recuperandose aún del fuerte golpe propinado.
En la sala de entrenamiento Nappa soltó pesadamente a Bra. Raditz caminaba aún sujetando su estómago dolorosamente. Ella se levantó enseguida aunque sujetando su estómago también doliendose por el golpe inesperado.
- Mira mocosa, tus estúpidas leyendas no me interesan, para tu información el planeta Vegeta fue destruido por un meteorito hace muchos años y las leyendas se esfumaron con el, así que ahora mismo pagarás tu falta de respeto hacia mi raza citando leyendas que no deberías siquiera nombrar. - La contienda comenzó. Nappa y Raditz comenzaron a luchar y Vegeta y Bra hicieron lo mismo. Realmente Vegeta iba en serio, y Bra no quería alzar su ki hasta el máximo de su poder. El príncipe atacaba despiadadamente, aún sin llegar al máximo de su poder tampoco, pero situandose en superioridad a la chiquilla y ella se defendía con dificultad aunque con elegancia y magistralidad. La ayudaba bastante conocer el estilo de pelea de su padre para preveer sus ataques, lo cual irritaba bastante al príncipe, ya que veía que no causaba todo el daño que quería a la recién llegada.
- Veo por tus movimientos que no te ha enseñado cualquiera, ¿dónde aprendiste a pelear? - preguntó el Príncipe intrigado al notar que el estilo de combate era impecable, cuidado, elegante, propio de alguien de linaje real, no como el estilo de pelea de los demás guerreros contra los que había luchado, bastante más tosco y descuidado.
- "si tu supieras..." Me enseñó un guerrero poderoso, tiene que creerme Príncipe, se lo que piensan de mi, pero están equivocados totalmente, yo... - no pudo terminar la frase porque fue alcanzada por una patada fortísima en la espalda que la lanzó a la otra punta de la habitación estrellándola contra la pared. Vegeta sonrió.
- "No se como ganarme su confianza, es demasiado terco y desconfiado, si sigo así me va a dejar lista, pero si muestro todo mi poder habré desvelado una carta a mi favor... no tengo más remedio que dejarme derrotar..., pero por otro lado si Freezer ve que soy demasiado fácil de vencer me tildará de vulgar y no tendrá miramientos en acabar conmigo, así que tendré que luchar contra él, contendré el ki lo más que pueda, pero no debo dejarme vencer fácilmente" -
- Pues tu maestro no te enseñó demasiado bien - rió Vegeta al verla recuperarse del último golpe contra la pared.
- El me dijo una vez que no importa cuantos golpes se reciban, siempre hay que levantarse y luchar... - estas palabras turbaron al Príncipe enormemente, porque era una frase que su padre le dijo un día. ¿Cómo ella podría saberla?. Bra le encajó un puño en la cara lanzándolo a estrellarse contra la pared, pero el frenó en seco antes de hacerlo y contraatacó. Ahora Nappa y Raditz dejaron de pelear admirándose de la contienda tan estupenda que presenciaban. Realmente estaban asombrados del arrojo de la mujer. Se colocaron sus scuters. Ella tenía un poder de batalla de 10.000 unidades, mientras que Vegeta tenía un poder fijo de 17.000 unidades (recordemos que en esta época él no sabía ocultar el ki aún). Ella estaba perdida totalmente, no tenía ninguna posibilidad de vencer, pero luchaba como si su vida fuera en ello y lograba encajar algunos buenos golpes a Príncipe a pesar de estar recibiendo una soberana paliza. Realmente si hay algo que un Saiyajin admire es la entereza en la batalla, y esta chica bien se merecía pertenecer al escuadrón saiyajin sólo por la gran lucha que estaba sosteniendo.
Pasaron 5 horas y la contienda seguía aún. Ella estaba cada vez más herida, pero no cedería en su lucha hasta caer rendida por completo. Vegeta seguía siendo despiadado con ella. La batalla había sido seguida por el mismísimo Freezer mediante un monitor especial. Ella estaba al borde del colapso pero seguía levantándose una y otra vez. Vegeta estaba impresionado grátamente, pero no iba a dejar que esto le impidiera darle una lección. Realmente no deseaba tenerla en su escuadrón, por muy grata que hubiera sido para el esta batalla, no podía olvidar que ella era una espía de Freezer, el odiado Freezer. Con cada golpe que le daba a su espía se desquitaba de las humillaciones del tirano.
Bra calló al suelo de nuevo, escupió sangre, sus brazos trataron de ayudarla a levantarse, su cuerpo no parecía responder a su petición, pero se levantó, nadie lo esperaba y ella se levantó una vez más, con sus brazos caidos y su aire derrumbado después de más de 5 horas de enfrentamiento desigual contra su propio padre. Puede que Vegeta no supiera quien era ella, pero ella si sabía quien era su contrincante, y este era su padre. Ella jamás pensó recibir semejante paliza de su propio padre, pero no podía rendirse ahora, sabía que a un saiyajin sólo se le podía impresionar grátamente con esta actitud, con este camino, levantándose mil veces, alzándose siempre una vez más. Sólo así podría ganarse algo de simpatía...
- ¿Aún no has tenido bastante? - se burló Vegeta.
Ella sonrió levemente y miró con desafío - siempre me ha gustado una buena lucha, gracias - se volvió a cuadrar en pose defensiva.
Vegeta sonrió también un poco, sin saber por qué esa chica le había caido bien, no importaba que fuera la esbirro de Freezer, de algún modo el la sentía cercana... familiar... por primera vez le dedicó una furtiva mirada tierna, fue sólo un segundo, ella lo captó, la vió, pero ese pensamiento se esfumó de su mente, el lo hizo desaparecer, su mirada volvió a ser fría y desoladora y arremetió contra ella. De repente...
- DETENTE VEGETA - la voz de Freezer resonaba en los altavoces de la cámara de entrenamientos. El frenó en seco su ataque lleno de rabia - Te advertí que no quería que la matases y parece que es lo que pretendes hacer en estos momentos - regañó el tirano.
- Maestro - respondió Bra - es una contienda justa, sólo nos entrenabamos, para mi es un honor que el Príncipe de los saiyajins se tome tiempo en mejorar mi formación -
Freezer puso mala cara ante este comentario, el esperaba que ella estuviera afectada por la brutal paliza y que le agradeciera la intervención, pero en cambio la ingrata estaba defendiendo al mono engreido que le estaba dando esa paliza infernal. Sin embargo, esta actitud de pronto le pareció genuina y extraña. ¿Debía ser una característica de su raza?. Su actitud le confirmaba que bien pudiera ser el objeto precioso que el pensaba que era, así que se sintió confortable, aunque reformó algunos de sus esquemas mentales acerca de como imaginó que era su mascota. Esperaría hasta tener los resultados genéticos para formarse una diea clara de ella.
- Bien, entonces continuad... - dijo sarcásticamente.
Vegeta sonrió levemente y volvió a atacarla. Pasó una hora más y ella seguía aguantando los embistes. Nappa internamente deseaba que dejara de levantarse y que todo acabara ya, de algún modo su actitud tan saiyajin le había conmovido. El era un bruto, pero bajo toda esa bruteza y poco cerebro había un guerrero con honor. Y esa chica se había ganado un puesto en su escala de honor.
Por fin ella no pudo levantarse, Vegeta pisó su espalda en el suelo fuertemente provocando un dolor intenso, pero ella no gritó, contuvo sus gritos como pudo.
- Ha sido una buena lucha, pero espero que la próxima vez me dures un poco más. De todos modos, esto te servirá de advertencia. Si incumples las normas que te enseñé, sufrirás las consecuencias - él apretó aún más su pie contra el pequeño cuerpo. Bra no pudo aguantar más el dolor y el cansancio y quedó inconsciente. Vegeta se marchó de la sala. Raditz miró con asombro a Nappa cuando este la recogió del suelo y la llevó hasta una sala médica para que la curasen en una cámara de regeneración.
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En el próximo capítulo...
- Lord Freezer, los resultados genéticos de la nueva soldado están listos -
