A petición de mi amiga Saturno, y porque ya tocaba... Espero que este especial de Trunks y Pan haga las delicias de los fans de esta pareja... este capítulo nos mostrará lo que pasa mientras tanto en Cápsula Corporation... AVISO: LEMON ENTRE PAN Y TRUNKS (es decir, escenas con contenido sexual en este capítulo).
Capítulo 10: En los momentos tristes los lazos del amor son más fuertes.
Goten, Trunks y Pan salieron a entrenarse al jardín. En cambio Vegeta estaba en la Cámara de Gravedad, alejado de todo y de todos, mientras realizaba sus katas, unas lágrimas de impotencia surcaron ardientemente sus mejillas nublando su vista en cada movimiento. Sus ojos se cerraron en el dolor, continuando el kata en la oscuridad de un alma vagabunda. La sóla idea de perder a su pequeña princesa de un modo tan terrible e inesperado atormentaba su alma inimaginablemente, sentirse como en ese sueño, incapaz... una vez más en su vida, incapaz de salir del horror, como cuando estaba bajo las órdenes de Freezer y nunca llegaba a incrementar su fuerza lo suficiente... sentirse tan inutil, tan renegado... cada día deseando ser más fuerte sin importar el precio a pagar, que fue demasiado alto, el precio que le valió pasar buena parte de su vida como un asesino despiadado. Aún ahora, después de tantos años, las memorias de su pasado le atormentaban, y sólo los ojos de su esposa, de su hijo y de su hija, esos ojos azules como mares tranquilos le dieron paz, la paz que su alma necesitaba en el amor incondicional de los únicos seres en toda su maldita existencia que demostraron amor hacia el... Si existiera una sóla posibilidad de salvar a su niña, el daría su vida por ella, aunque fuera lo último que hiciese, como hizo aquella vez que se sacrificó por salvar a su mujer y su hijo haciendo explotar su cuerpo en la batalla contra Buu. El, que juró proteger a la pequeña bebe que durmió en sus brazos un día, había sido incapaz de protegerla. Se sentía miserable por no haber sido capaz de preveer esto, por no haber estado al tanto de ella esa noche, por no haber confiscado las cápsulas a su hijo del futuro o haberle advertido de que no dejara a nadie cogerlas, por no haber echado a patadas a los estúpidos bástagos de Kakarotto. Una tormenta de sentimientos inundaba aquella cámara, hasta que salió, furioso, en busca de alguien... Había muchas cosas que aclarar...
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Mientras tanto, los tres jóvenes estaban en su lucha particular... Pan combatía contra Trunks. Goten esperaba su turno de pelea sentado en el jardín con la mirada perdida en un remolino de pensamientos y sentimientos...
Durante la pelea, la nueva pareja de enamorados sacaban fuera su frustración, hasta que por fin decidieron hablar de ello...
- Trunks, no ha sido culpa tuya - dijo Pan sin dejar la lucha cuerpo a cuerpo.
- Yo... no debí dejarlos solos Pan, quería tanto, deseaba tanto hablar contigo, volver a besarte... no pensé jamás que algo así sucedería. ¿Por qué? ¿por qué mi hermana cogió esa maldita cápsula? Yo debía cuidar de ella - se zafó de la llave y siguió peleando contra su amada.
- Bra es imprevisible Trunks, si ella quiere algo va por ello, no importa lo peligroso o estúpido que sea lo que tiene en mente, ella hubiera buscado el modo de hacerlo aunque no los hubieramos dejado solos... no puedes culparte por eso... no es justo -
- Por eso te amo Pan - dijo parando un segundo en la contienda.
La chica de pelo negro se sonrojó con ese comentario, el siguió su discurso.
- Siempre has estado a mi lado, no importa el momento, ni siquiera importó que yo te hubiera tratado mal en alguna ocasión o te hubiera rechazado... tu siempre fuiste sincera en tu cariño hacia mi, siempre diste lo mejor que tenías y aún hoy lo haces... ahora se que pase lo que pase te querré Pan, siempre te he querido, desde que eras esa niña molesta que se coló en la nave espacial, desde que casi te pierdo en nuestro viaje, desde que te vi por primera vez con esa ropa que te prestó mi hermana en tu 15 cumpleaños, casi puedo verte sonriendo, hace ya un años, con ese precioso vestido color púrpura que te hacía parecer toda una mujer. Mis ojos volaron por tu cuerpo y mi mente me regañó por la insolencia, por fijarme en la sobrina de mi mejor amigo, pero ahora se que no me importa, no me importa lo que digan, ni lo que piensen, ni quien se oponga a que estemos juntos. Tu podrías haber volado lejos de mi en esa máquina, y ahora estaría muriendome de pena por no haberte dicho todo esto. Todo lo que he guardado tantos años... Panny... te amo, sólo se que Te Amo, y no me importa lo que dije antes de ir lentos, ni lo que dijiste tu de estar seguros de nuestros sentimientos, yo no quiero fingir ante nadie, no quiero contenerme ante nadie, quiero que todos sepan que eres mía, que soy tuyo, y que eso será así siempre. - Su discurso fue cortado por un beso de la chica cuyos ojos brillaban llenos de lágrimas, ellos se besaron sin importar quien los viera, sin importar que dijeran, sin importar el mundo entero.
Goten se percató del silencio, no se escuchaban sonidos de golpes o luchas, se levantó aún con la mirada perdida en el horizonte, y entonces los vió. Trunks besando a su pequeña sobrina de 16 años, y su rabia estalló. El había sido un caballero con Bra, no había querido aprovecharse de ella, es verdad que la había besado de un modo indecente en el sofá, es cierto que no pudo contenerse esa vez, pero luego el la había respetado, a pesar de lo mucho que le costó hacerlo, y su mejor amigo no era capaz de hacer lo mismo... Y ahora Bra estaba perdida en un mundo terrible, con su vida pendiente de un hilo. Su ki se elevó al super Saiyajin y voló al encuentro de Trunks cruzándole un puño en la cara que lo lanzó a volar lejos.
- Tio GOTEN - gritó Pan desesperada por la acción repentina - ¿cómo te has atrevido? NO TIENES DERECHO A HACER ESTO. - Gritó enojada mientras la emprendía luchando contra él.
Trunks apareció entonces y le devolvió el golpe propinado.
- QUIEN TE CREES QUE ERES - gritó el chico de cabellos lavanda.
- Soy el tío de la chica de la cual te estás aprovechando, además de tu mejor amigo, y no voy a permitir que la conviertas en una de tus ligues, TRUNKS - su nombre fue disparado con toda la ira que cabía en su lengua.
- Mira GOTEN - siseo su nombre con igual furia - yo no me estoy aprovechando de nadie, Pan no es ningún ligue para mi, yo LA AMO, ¿sabes lo que es eso? - increpó venenosamente - y no voy a ser tan estúpido como para no aceptarlo, me da igual lo que digas o pienses, lo que digan o aleguen, la diferencia de edad no es tan grande, y aunque fuera más me daría igual, que seas su tío me importa una mierda, porque esta noche he averiguado que la vida puede darnos golpes inesperados... no se si he perdido una hermana Goten - dijo arrojando dolor y lágrimas con esta afirmación - ella podría estar muerta a manos de un maldito monstruo que quien sabe lo que le ha podido hacer, lo que le estará haciendo quizás en este momento... no se qué pasará mañana, pero se que pase lo que pase nadie me arrebatará a Pan, NADIE, ¿lo has entendido? LA AMO y ella me ama, y tú no eres nadie para entrometerte en este asunto... no te lo permitiré, y si quieres que luchemos lucharemos, pero JAMAS, ¿me oyes? JAMÁS trates de interponerte entre nosotros porque no tendré en cuenta que eres mi mejor amigo... - Pan abrazó a Trunks con lágrimas en los ojos y miró con una expresión en sus ojos que desarmó por completo a Goten. Su apretar de dientes, sus puños cerrados no pudieron mantenerse ante esta visión, su pelo volvió a ser negro, sus ojos volvieron a hacerse oscuros, su expresión se hizo triste aún severa, y entonces voló lejos...
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Un príncipe saiyajin salió volando al alcance del que salió volando apenas unos minutos antes...
- DETENTE - gritó cuando estaba a una distancia cercana de él. El muchacho no se volvió a mirarle pero paró su carrera a ninguna parte. Su rostro tenía lágrimas. Vegeta avanzó hasta el algo más despacio y lo encaró sorprendiéndose de encontrarle llorando. Goten intentó ocultar su estado y dobló la cabeza hacia un lado para no mirarle a los ojos. El príncipe apreció que no le mirase directamente ya que el mismo había estado llorando y no sabía si podría notarlo.
- Quiero hacerte algunas preguntas... - siguió Vegeta con voz fría.
- Preferiría que hablásemos en otro momento... - masculló el más joven.
El saiyajin angostó sus ojos y frunció el ceño ignorando su petición por completo - ¿Por qué mi hija te llevó a ver la máquina del tiempo a solas? - preguntó con firmeza.
- Ya se lo dije antes... - intentó evadirse.
- Espero no tener que repetirte la pregunta... - dijo perdiendo bastante la paciencia.
- ¿De verdad lo quiere saber? - se envalentonó Goten.
- No me hagas perder la paciencia más de lo que ya está y CONTESTA DE UNA MALDITA VEZ IDIOTA - rugió
- ¡BIEN, resulta que su princesa no es tan niña, no es tan inocente ella... - Un puño terrible le cruzó la mandívula del muchacho enviándolo al suelo de golpe.
- Mide tus palabras... - dijo amenezantemente agarrándolo del cuello contra el suelo.
- ¿Quiere... saber... la verdad...? - Goten pronunció con suma dificultad estas palabras en el cierre fuerte de la mano de Vegeta sobre su dolorido cuello, pero no podía contenerse por más tiempo, tenía que soltar la bomba que estaba aplastandole el alma, aunque luego recibiera la paliza de su vida, pero no podía guardar más la angustia que llevaba dentro.
Vegeta lo soltó dando un gruñido y él comenzó a hablar - Bra me confesó esta noche que estaba enamorada de mi... - esas palabras resonaron en la cabeza de Vegeta como un eco inesperado - pero yo soy demasiado caballero como para aprovecharme de una niña de 15 años... no olvido que soy 13 años mayor que ella y que la he visto nacer - Vegeta a este punto había ido al super Saiyajin, Goten sin embargo no parecía tener miedo de su reacción - así que le dije que era una niña y que no debía decir esas cosas... y como estaba en la máquina del tiempo subida le dije que bajara, ya que pensé que podría ser peligroso... pero ella se enfadó, se llenó de ira al ver que no quise besarla y me golpeó, ¡así fue como se puso en marcha la máquina de mierda que se la llevó al pasado! - gritó alcanzando el mismo el estado de super Saiyajin. Vegeta lo volvió a coger del cuello apretando despiadadamente, Goten no pudo o no quiso luchar contra el agarre poderoso de un super Saiyajin en fase 2. Símplemente miró las estrellas ignorando el dolor y la falta de oxígeno, su pelo volvió a ser de nuevo negro, su rostro tornaba azulado, nada parecía importarle. Sus pensamientos vagaron al interior de su alma. "Si supieras Bra lo que me hiciste sentir con ese beso... si supieras que rompí con Paresu porque necesitaba algo que llenase mi vacío, si supieras que tú, una chiquilla apenas me devolviste la alegría con tus risas, con tus ocurrencias, con tu frescura, con tu caracter fuerte... pensé que la calidez que sentía hacia tí era fraternal, cuando tu estabas a mi alrededor me sentía extrañamente feliz, me sorprendí a mi mismo un día, hace una semana atrás, cuando planté a Paresu por pasar la tarde contigo comprando en el Centro comercial, mi pequeña amiga... olvidando mis problemas, olvidando mi supuesto amor por Paresu. Si supieras que ese beso me mostró lo que ni yo mismo me atreví a aceptar... y ahora tu, por mi culpa estás perdida... o quizás estás muerta..." - Bra... - alcanzó a decir antes de perder el conocimiento, y entonces el Príncipe lo soltó y gritó de dolor al cielo. Luego lo llevó a C.C. y lo dejó en una de las camas de invitados.
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Mientras tanto, en una de las habitaciones Trunks y Pan se besaban intensamente sobre la cama. Ambos estaban tumbados lateralmente, el abrigando sus brazos alrededor del cuerpo de ella, ella abrigando los suyos perdidamente en su espalda, tomando los cabellos lilas entre sus dedos. Las caricias inundaron sus cuerpos surcando lugares peligrosos...
Pan tembló levemente al sentir la mano caliente que se deslizó abajo de su espalda, que amasó sus gluteos aún cubiertos por los vaqueros blancos y que siguió su camino acariciando más abajo... Trunks se paró de pronto sin dejar de abrazarla y la miró con ternura.
- ¿Quieres que pare? - sonrió besando su nariz levemente y oliendo el perfume de sus cabellos.
- No, sigue por favor, no te pares ahora... - susurró ella mientras sus manos vagaron hacia la entrepierna de él.
Un gemido se escapó de los labios de Trunks al sentir el roce de su mano contra su virilidad, que luchaba por salir duramente. El se sentó al borde de la cama observando como ella bajó la cremallera de los pantalones y le ayudó a librarse de ellos. Los zapatos de Trunks volaron en cuestión de segundos al otro extremo de la habitación. El la levantó con sus fuertes brazos y la sentó sobre él haciendola gemir al sentir la dureza que chocaba contra su entrepierna excitada. El subió su pequeña camiseta roja y se deleitó besando cada rincón de su pecho, desabrochando el sujetador sin dejar de amamantar. Pan gemía arqueando su espalda por el placer mientras desabrochaba la camisa de Trunks recorriendo los perfectos pectorales con sus manos. La camisa y la camiseta rodaron ahora por alguna parte en la habitación. Ella se puso de pié y el bajó sus pantalones. El sonido de su cremallera al ser bajada por las manos expertas hizo estremecerse a la muchacha. Sólo unos boxer, sólo unas pequeñas braguitas, ella le miraba a los ojos, perdiendose en el azul de su mirada, el vagaba en el mirar enigmático de su Panny... su amada Panny.
- "¿Hago lo correcto?" - pensó Trunks. Y entonces Pan contestó a viva voz lo que él había sólo dicho en pensamientos.
- Nos amamos Trunks, hacemos lo correcto... - El se turbó a escuchar la respuesta a sus pensamientos, pero no quiso preguntarse la explicación ahora, lentamente bajó la poca ropa interior de ella y la tumbó en la cama abrazándola. El mismo se despojó de sus boxer y sacó de su mesita de noche un condón. Una vez colocado, besó tiernamente a la chica de sus sueños. Ella gimió al sentir la presión en la entrada de su virginidad. El tomó su cara entre sus manos y la acarició tiernamente depositando besos en su frente, en sus mejillas, en su nariz, en sus párpados, en sus labios... Empujó más fuerte mientras sus labios ahogaban un quejido doloroso, bebió unas lágrimas de esos tiernos ojos que adoraba... ella pidió más al paso de unos minutos, el se lo dió y ambos danzaban ya entre sábanas calientes, húmedas del sudor despiadado que sus cuerpos furiosos desprendían haciendo el amor. Fue la primera vez de ella, y fue la primera vez que Trunks sintió de verdad que hacía el amor con alguien. El sexo no era sólo sexo, el amor, era símplemente puro, eterno, sublime. El éxtasis alcanzó sus almas cuando el avanzó al cuello virgen de su amada por siempre y clavó sus dientes en él. El ciclo se completó cuando ella clavó los suyos en el cuello de su amado. Ambos rozaban con sus manos la cicatriz abajo en su espalda, vieja evidencia de la cola Saiyajin, como queriendo alzanzar el miembro perdido con sus manos mientras lamían las heridas provocadas indoloramente. Este comportamiento era un reflejo primario, antigüo y sagrado... de la raza Saiyajin, cuando una pareja se amaba con amor verdadero sus almas se conectaban de un modo extraño, sus pensamientos se hacían uno, y entonces, el intercambio de sangres daría lugar a una unión. Una unión que sería hecha para siempre, imposible de borrar o de olvidar. Sus almas serían conectadas más allá de la vida. Así era, así debía ser... la sangre que llama a la sangre... el amor que une las almas. Ahora todo estaba hecho. Nadie podría separarlos jamás. Ellos sonrieron débilmente sintiendo cómo las fuerzas les abandonaban lentamente y caían en un profundo y plácido sueño abrazados, unidos, amándose...
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Bulma estaba en el laboratorio con su hijo del futuro, Mirai Trunks.
- Y eso es todo lo que me explicó mamá, es decir, tú, en el futuro, no se nada más - dijo tristemente terminando de contarle lo que sabía acerca de la máquina del tiempo - de todos modos, te ayudaré a construirla, yo mismo ayudé a mi madre en la construcción y puede que a medida que comencemos recuerde cosas que puedan ser útiles... -
- Hijo, esto es de gran ayuda, creo que podremos terminar la máquina en poco tiempo, ¡estoy segura de ello! - sonrió un poco y vió la expresión de tristeza y culpabilidad del semblante de su amado hijo - Bra estará bien, ella ha heredado la inteligencia y la belleza de su madre, junto con el caracter y la fuerza de su padre, se que mi pequeña sabrá cómo actuar. No tienes la culpa de lo que pasó. Tu hermana es una burra tozuda. No se cuantas veces la ha regañado Trunks por coger la cápsula de su moto... y sin embargo ella la coge una y otra vez sin su permiso... - Trunks recordó el viaje en la Harley hacia el Centro Comercial, el no imaginó que la moto había sido tomada prestada sin permiso de Trunks, y se sintió algo mejor al saber que era costumbre de su pequeña hermana coger las cosas sin pedir permiso, pero entonces pensó que una máquina del tiempo no es como una simple moto, se reprochó no haber tenido más cuidado al respecto y sobre todo, se reprochó el haberle aconsejado sincerarse con Goten, se sintió profundamente culpable de nuevo... - Se que tu padre te golpeó, pero al golpearte él sólo trataba de apagar su dolor, ahora mismo, estoy segura de que se siente culpable de todo, debe estar dando vueltas en su cabeza martirizandose por no haber evitado todo esto. Tu padre es muy fuerte, pero interiormente lleva toda su vida luchando consigo mismo. No quiero que te atormentes como él, Mirai, tienes que concentrarte en salvar a tu hermana, sólo en eso. Eso es lo que yo voy a hacer, y es lo que quiero que hagas. - Pronunció Bulma valientemente.
- Mamá... una vez más demuestras que tienes más sangre guerrera yo todos los saiyajins juntos - dijo Mirai muy serio con lágrimas en sus ojos. Entonces Bulma se acercó a su niño y lo abrazó riendo.
- ¿Por qué crees que encandilé a tu padre? - dijo abrazandolo con ternura y haciendo a su hijo sonrojarse - vete a la cama, yo me quedaré aquí trabajando en esto, necesitaré tu ayuda mañana hijo - Mirai obedeció sin rechistar, ya que conociendo a su madre no hacerle caso era desafiar la furia divina...
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Ella estaba garabateando muy concentrada en un papel, arrugando folios que tiraba por todas partes, él la observaba desde la ventana, siempre lo hacía, le gustaba verla trabajar cuando estaba sóla en su laboratorio. Podría pasar a su lado toda la legión de Freezer, y ella no se daría cuenta porque estaba tan absorta en sus pensamientos, en sus libros y en sus esquemas que era incapaz de fijarse en nada más. Le gustaba ver como se hacía furiosa cuando no conseguía lo que quería, cómo golpeaba el lápiz hasta romperlo, despotricando contra la silla mientras maldecía y soltaba una lengua de camionero llena de palabrotas malsonantes para cualquier dama respetable. Se extasiaba viendola jugar enredando su pelo en un tirabuzón alrededor del lapiz roto mientras que volvía a sentarse en la maltrecha silla pensando una solución al problema, hasta que en uno de sus intentos por desliar su pelo acababa por darse un tirón y lanzaba un ¡Ay! tan cómico que el mismo no podía evitar reirse entre dientes. Adoraba escucharla hablar sola como si contase sus penas y sus alegrías a aquellas máquinas y trastos desperdigados por una ala completamente desordenada, que según ella, estaba ordenada a su manera... si alguien recogía una piececita del suelo y lo colocaba ordenadamente sobre algún estante ella luego se volvía loca buscando la susodicha pieza y maldiciendo a quien había osado a tocar su 'templo sagrado'. En realidad el laboratorio de Bulma era para ella como la Cámara de Gravedad de Vegeta, y puede decirse y afirmarse sin frivolidad que ella pasaba tanto tiempo en su templo como lo hacía su marido en el suyo. Sólo que uno entrenaba su cuerpo y otra su mente, con la misma obstinación y firmeza. Por fin vino la cara esperada, por fin ese destello en los ojos, ya estaba, ella había resuelto el enigma, ahora si que todo iría bien, Bulma había averiguado como comenzar a construir la máquina... su garabateo se hizo más intenso, su sonrisa más ámplia, sus piernas nerviosas golpeaban la silla giratoria haciéndola temblar un poco, sus cabellos turquesa caían sobre la mesa y luego volvían atrás cuando ella los sacudía con violencia para no ser molestada en su trabajo. Ya estaba el diseño terminado. Ella se levantó de su silla, y sonrió besando el papel que sostenía en sus manos. Vegeta sonrió también observándola desde su escondite preferido. Había una esperanza.
- Vegeta, espera a que te cuente - dijo en voz alta.
El príncipe sonrió y entró a la habitación abrazándola por detrás. Ella chilló un segundo y se tensó hasta que escuchó la voz inconfundible de su amante.
- Te amo mujer, salvaré a nuestra hija - si, había una esperanza...
Marido y mujer se perdieron en un beso largo. El la cargó entre sus brazos y la llevó hasta su habitación para consumar un amor inmenso, que se hacía más intenso cada año que pasaba.
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Espero que os gustase este capítulo...
