Capítulo 23: No existe cura contra el amor.

Sala del tiempo... zona de trabajo de Bulma.

- ¿Qué pasa aquí? - Dijo Yamcha entre dientes, saliendo de su escondite.

- YAMCHA - Gritó Bulma. - ¿Me estabas espiando? - Yamcha se sonrojó al sentirse descubierto.

- Bulma... - él la apartó un poco de Vegeta para hablar con ella más privadamente. Vegeta estaba absorto en sus pensamientos pero no dejaba de mirar lo que ellos hacían y aprovechando su oido más desarrollado se dedicó a escuchar la conversación de las dos 'ratas de alcantarilla'. - ¿Que haces, por favor... escúchame, yo.. te amo, no quiero que te hagan daño, ese Vegeta es un maldito, sólo te haría daño, tienes que escucharme, si no quieres nada conmigo respetaré tu decisión - pronunció seriamente - pero por favor, te ruego que escuches mis palabras... - Yamcha siguió hablando mientras que Bulma se perdía en sus pensamientos.

Bulma se preguntaba en qué momento había pasado de ser un bandido temible y rebelde, a ser un hombre sumiso que le rogaba y se rebajaba ante ella. Por un lado sintió lástima de verle enamorado, realmente, y por infiel que le hubiera sido, él la amaba, pero ella no quería una súplica a estas alturas de su vida, ella quería que él la abrazara, la tomara fuertemente y le robara un beso. Ella quería sentir la adrenalina en su sangre hirviendo al sentir que la abrazaba alguien que podía hacerla añicos, pero que la cuidaba como si fuera de cristal. Quería pasión, fuego, chispas... Deseaba sentir el poder de seducción de su alma femenina haciendo que la fiera se amansara ante ella, pero sólo ante ella, sólo en un segundo, y luego volviera a ser fiera, y ella serlo también... liberar su pasión... pero Yamcha... ahora se había convertido en un conejito asustado de perderla, no tenía la pasión de antes... había dejado de ser un sinverguenza, para ser un chico normal y corriente, con una vida normal y corriente, un muchacho del montón, a pesar de ser fuerte... Se preguntaba internamente en qué momento ella le había dicho que quisiera algo con Vegeta. El símplemente lo dedujo porque ella hizo aquel comentario en alto. Que idiota, y armó todo este escándalo por una suposición incierta... ¿incierta?. Claro que incierta, Bra le había dicho que ella dejaría a Yamcha y conocería a otro más fuerte y más guapo y que... y... su mirada se paró de frente en Vegeta, en sus ojos azabaches y profundos mirándola de lleno, quemándola con esa mirada salvaje. Noooo, Vegeta... ¿Vegeta?... nooooo... - VEGETA - gritó en alto haciendo que Yamcha se sobresaltase y que Vegeta despertara de su ensimismamiento acercándose a ellos rabioso y tomando a Yamcha del cuello nuevamente.

- Parece que quieres morir joven, creí haberte advertido la otra vez, que si volvías a molestarme acabaría contigo, rata de alcantarilla - rugió el príncipe sosteniéndolo.

- VEGETA SUELTALE - gritó Bulma haciendo que él la mirara con una ceja levantada y medio divertido de su atrevimiento.

- Si supieras lo que te conviene te largarías de aquí ahora mismo, mujer, podría hacerte desaparecer si quisiera en un sólo segundo, ¿acaso no tienes miedo? - rió levemente.

Bulma tembló al escuchar aquellas palabras, pero miró a Yamcha armándose de valor - Claro, pero si me matases nadie repararía los robots de entrenamiento y la cámara de gravedad acabaría destrozada sin nadie que la reparase, así que haz el favor de soltar a Yamcha de inmediato -

Yamcha se ponía cada vez más azul - ¿Has escuchado a tu novia? necesitas a una mujer para defenderte, eres patético, pero a mi no me dice nadie lo que tengo que hacer... sin embargo, te daré la oportunidad de atacarme... - diciendo esto le soltó del aprieto y se alejó unos pasos. - Vamos, atácame si te atreves... a no ser que estés tan enfadado que quieras meterte bajo las faldas de la mujer... - dijo irónico. - En vista de que ella ha intercedido por tí, voy a pelear con una sóla mano, ¿qué te parece?... - volvió a reir.

- MALDITO, me las vas a pagar - gritó corriendo a golpearle. Vegeta paró sus golpes como quien espanta moscas, su cara divertida y su mirada fija en los ojos asustados de Bulma que le miraban con el ceño fruncido.

- Eres bastante patético - pronunció con tono aburrido mientras bostezaba fingidamente para molestarlo. Por más que atacaba, Vegeta no se había movido del sitio ni un ápice, y había repelido sus ataques como si fueran de mantequilla. - Mujer, creo que al final no merece la pena ni siquiera matarle, le haría un favor - rió. Bulma suspiró tranquila dedicándole una leve sonrisa de agradecimiento que hizo que Vegeta se sonrojase furiosamente. El príncipe extendió el brazo y Yamcha se dió de bruces contra el puño extendido e inmovil, para caer al suelo inconsciente. Vegeta se dió vuelta mientras que Bulma fue a socorrer a Yamcha. - Mujer, termina de reparar esos robots y dile al insecto que deje de molestarme con sus ridiculeces, porque la próxima vez no tendré clemencia con él - y salió volando lejos de allí, preguntándose de nuevo qué tenía aquella mujer que le hacía ruborizarse de aquel modo.

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Sala del Tiempo... zona de trabajo de Bulma. 1 més más tarde de aquel suceso. 2 meses de estancia en la sala del tiempo. 4 horas de tiempo real fuera de la sala.

Vegeta volaba en dirección a la zona de trabajo de 'la mujer'. Había tenido que ir de nuevo a llevar unos robots de entrenamiento. Podría haber enviado a Raditz, a Goku, o a Bra... pero simplente era algo que sencillamente él hacía sin saber por qué. ¿Por qué quería verla?. Ya no tenía como excusa molestar al insecto y sin embargo seguía acudiendo... y cada vez que la veía se ruborizaba, y ella además, ¿por qué rayos tenía que ser tan amable con él?... Esto se tenía que acabar. Vegeta aceleró el paso, esta vez iba a inmunizarse contra aquella maldita mujer que le tenía hechizado...

- MUJER - Bulma apareció detrás de él sobresaltándolo un poco. Ella al percatarse de su reacción se comenzó a reir levemente.

- Hola Vegeta, ya tengo listos tus robots. Deberías aprender de Raditz y Goku, ellos no rompen casi ninguno... -

- Eso es porque ellos no entrenan con la gravedad a 300... - sentenció él con sonrisa triunfante.

- ¿De verdad entrenas a esa gravedad? Eso parece imposible - dijo ella asombrada y con expresión de incrédula admiración.Vegeta se maldijo de nuevo por ruborizarse. Iba a volverse de espaldas a ella, pero entonces se acercó y la tomó entre sus brazos.

- Mira, mujer, no se que diablos me haces, pero no creas que vas a conseguir lo que quieres - Bulma no pudo responder porque Vegeta la besó apasionadamente. Ella abrió los ojos aconfusa ante aquella acción, pero luego sintió que la pasión de aquel guerrero quemaba su alma deseosa de ese fuego salvaje. Correspondió el beso con pasión. Vegeta incursionó con su lengua en la boca de ella. Bulma no se amilanó ni un poco al sentir más presión en su cuerpo y correspondió con fuerza alojando su lengua dentro de la boca de su amante y recorriendo el cuerpo musculoso firmemente, con sus manos.

Vegeta se estremeció con el contacto. Vegeta no podía parar ahora, la tomaría y una vez que hiciera eso se olvidaría de aquella humana escandalosa y débil. Se inmunizaría contra ella una vez que la hiciera suya.

Los tirantes del peto de trabajo quedaron rotos, el peto bajado. La camiseta de ella subida, el sujetador roto. Bulma hizo ademán de quitarle el traje de spandex, Vegeta le facilitó la labor con una sonrisa pícara. Una vez desnudos volvieron a besarse furiosamente. Vegeta tocó aquellos pechos suaves, olió aquella piel y probó su sabor salado y dulce a la vez lamiendo el cuello de ella como si fuera un plato exquisito. Se recostó tomando el control, ella se giró sobre él. El sonrió dejándole tomar la iniciativa. Bulma arañó levemente la piel de su pecho al sentarse sobre su miembro. Movió su pelo liberándolo de su asimiento para dejar que se desplomase sobre sus hombros mientras se movía sobre él como si bailase una danza oriental. Vegeta sentía que enloquecía de excitación. Entonces se colocó sobre ella moviéndose apasionadamente, aunque con cuidado de no dañarla. Ella le pidió más fuerza, el gruñó como un animal al escuchar aquello, sintió que lo hacía desbocarse. Ella comenzó a gemir de placer. El la tomó con más fuerza besando sus labios, entrando en su boca, jugando lengua con lengua. Bulma sintió una oleada de placer y su grito se ahogó en la boca de Vegeta. El se excitó más aún al sentir aquel grito ahorado. Dejó de besarla para escuchar sus gemidos, de nuevo sintió otra oleada, y gritó, el enloquecía con cada gemido, con cada grito de placer. Su boca surcó el cuello de ella, en un acto de locura absoluto y de pasión salvaje mordió su cuello estallando de placer dentro de Bulma en un orgasmo palpitante. Ella gritó, y sin amilanarse imitó su asimiento mordiendole también el cuello sintiendo que al mismo tiempo llegaba su placer por tercera vez. Era la sensación más excitante, más terriblemente salvaje y placentera que habían sentido jamás en todas sus vidas. Lentamente lamieron el cuello de su amado cortando la leve sangre que brotó de aquella mordida, despertando de aquellas maravillosas sensaciones recien sentidas.

Vegeta de pronto abrió los ojos. ¿Qué había hecho?. Revisó el cuello de ella nuevamente. ¿La había mordido?. ¿Cómo era posible que hubiera hecho algo tan estúpido?. Morder en el cuello a una mujer era el rito de apareamiento definitivo de los saiyajins. Si un macho mordía a una hembra y si la hembra le mordía a él, entonces quedaban unidos de por vida, para siempre... siempre... siempre... siempre... esa palabra golpeó como un eco su cabeza. Sus ojos se abrieron. ¿Que había hecho él? en lugar de inmunizarse había apareado con ella, había unido... Vegeta se levantó echando a un lado a Bulma, que protestó con un Ayy por su bruteza al levantarse. Se vistió con rapidez sin mirarla. Bulma frunció el ceño.

- Oye, ¿donde vas, ¿qué te has creido? - dijo cabreada. Luego le miró bien y lo vió demasiado turbado en su expresión - ¿te pasa algo? - dijo más amablemente.

Vegeta sólo la miró y no sabiendo que decirle se alejó de allí volando.

Bulma suspiró - ¿Y ahora qué?. Ese idiota viene aquí por los robots, y en lugar de eso me dice que no sabe lo que le he hecho, me besa, hacemos el amor del modo más salvaje, emocionante, e increible de toda mi vida y se marcha con cara de asustado... Ha sido genial... mmm - sus ojos se recreaban en las escenas recientemente vividas - aún si no volviera a verle podría recordar estos momentos... hmm - sus ojos se pusieron tristes - ¿por qué se habrá marchado, ¿me habrá tomado por una cualquiera? - su ceño se frunció. Pero luego sonrió. - Al final se ha olvidado de los robots y se ha marchado sin ellos, jajajaja - rió divertida - cuando vuelva... me da igual lo que diga o digan... quiero una repetición. - Bulma se rió por lo frívola que estaba siendo. - oyyyy por Dios, pero como pudo ser así, jajaja, pero es que ha sido tan... jijiji... ¿sería este el guerrero del que dijo Bra que me enamoraría? mmm la próxima vez que venga esa chica le tendré que preguntar... pero si no es él, a mi... ¡Que me quiten lo bailao! - Bulma se fue de nuevo a trabajar, entonces percatándose de que estaba desnuda aún se rió un buen rato y se puso otra ropa - si alguien viniver y me viera trabajar desnuda ¿qué iban a pensar de mi? jajajaja.

Vegeta llegó al campamento saiyajin y entonces se percató de que no había traido los robots de entrenamiento. Sin embargo no podía ir allí de nuevo, no después de haber apareado y unido con la humana, ¡si él lo que quería era olvidarse de ella de una vez por todas!. ¿O no?. Lo mejor sería no verla así que...

- MOCOSAAA - Bra se volvió hacia el con mirada más que cabreada.

- Ve a recoger los robots de entrenamiento que rompistes - djo el muy serio cruzando los brazos.

- Envía a Kakarotto - dijo ella imitando la pose.

- "Por que tiene que ser tan terca..." Te lo he dicho a tí - vena en la frente.

- No iré - sonrisa maliciosa mientras se alejaba.

Vegeta la paró en seco.

- Mira... mocosa... no te lo voy a repetir... si no vas ahora mismo a por los robots de entrenamiento... - ojos que se estrechan.

- ¿Que...? - ojos que se estrechan también.

- Voy a... - mirada que fulmina.

- ¿Que...? - voz baja heladora y mirada que cruza rayos con la de él.

- Tendrás que compartir cuarto y cámara de gravedad con Kakarotto - sonrisa triunfal. Bra no soportaba a Goku, era tan... ¿inocente, esa no era la palabra... ¿exasperante?... tampoco... ARRGGGGG. Si, esa era la palabra correcta: Arrrgggggg.

- JA, no te ateverás... - ceja que se arquea.

- Observa... - sonrisa maliciosa.

- DETENTE - vena que se enciende. - iré por esta vez, pero la próxima vez irá Kakarotto, ¿queda claro?.

- Hmp - Vegeta se volvió sonriente para entrenar en la cámara de gravedad.

Bra se fue refunfuñando en dirección hacia donde estaba Bulma.

- ¿Bulma? "espero que no empiece a preguntarme nada, por Dios..." - brazos cruzados.

Bulma salió de la casa corriendo - Bra, que alegría verte, ¿necesitas más compresas? (en algunos paises se llaman toallas higienicas, tampax... tema de mujeres una vez al més... ¿comprendido?) - Bra se sonrojó levemente.

- Mmmm si, dame algunas... "me toca dentro de unos días" - suspiró de una chica roja como un tomate. - pero he venido por los robots de entrenamiento.

Bulma paró su paso antes de entrar en la casa por un segundo, luego volvió donde estaba Bra y le preguntó sin tapujos.

- Bra, ¿en el futuro yo estoy casada con Vegeta? - Bra tragó saliba.

- Te dije que no podía responder a nada más... - se cruzó de brazos.

- Es que él antes... vino y... nosotros hiciemos el amor - comenzó a llorar - fue fantástico, lo más increible que sentí en toda mi vida... - siguió llorando.

- "no quiero escuchar esto... no quiero escuchar esto... ya he tenido bastantes situaciones traumáticas" POR DIOOOOOOOOOOOS ¿es que no tienes decoro? -

- Por favor... - lloró Bulma.

- Ayyyssss no llores ma... - sudor en la frente al frenar antes de decir la palabra maldita.

- ¿Eh? - ojos que se estrechan.

- Mala, digo que eres una persona mala - saliendo del paso.

- ¿Por qué? - desconcertada.

- Arggg mira, si, estás con él, ¿contenta, ahora déjame en paz, dame esos malditos robots de entrenamientos, y las compresas y deja de preguntarme cosas y de llorar... y... y...y... - alzó un dedo para decir algo más, miró a su madre a los ojos y entonces... - me voy - Bra cogió los robots de entrenamientos y salió volando a toda velocidad maldiciendo su mala suerte.

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