Nota de la Autora: Debo aclarar un asuntillo antes de continuar. Supongo que a más de uno le habrá sorprendido que Raditz fuera quien se transformó en Super Saiyajin primero. Lo siento, se que era algo inesperado, pero si todo fuera típico... el fic dejaría de ser emocionante, además, tenía que ser así por dos razones. El único que de momento cumplía los requisitos para transformarse era Raditz. El detonante era claramente, sus sentimientos hacia Bra, que siempre estaba al límite en su relación con Vegeta, y el príncipe ya estaba bastante extresado con sus luchas internas, con su futura paternidad, y sus sentimientos encontrados hacia Bulma, como para tenerle paciencia a sus 'súbditos'. Por otro lado, se que quizás a muchos les sorprenda que se transformase, siendo que el príncipe entrenaba con gravedad 300 y Raditz con gravedad 100. Pero es que hay que pensar que cuando Goku se transformó en S.S. en la batalla de Namek, lo hizo después de ver como mataban a Krilín, y después de haber entrenado con gravedad 100 en la nave espacial construida por el padre de Bulma. Por lo tanto, en la transformación a S.S. no es tan importante el nivel de pelea que se tenga, sino cumplir los requisitos para lograr el objetivo. Eso es lo que finalmente ha comprendido el príncipe. En su época le costó 3 años de entrenar a gravedad 300 darse cuenta de este detalle, pero vivir todo de primera mano, tener que convivir con sus ahora contrincantes, le está ofreciendo una visión más clarificadora de la verdad. En realidad Vegeta podría ser el guerrero más poderoso si definitivamente se liberase de tantos sentimientos negativos que arrastra en su alma, y ahí radica la fuerza increible de guerreros como Goku y Son Gohan. Ellos mantienen su corazón puro. A mayor pureza de corazón, se pueden alcanzar cotas más altas de poder. Son mis conclusiones, ¿que os parece?.

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Capítulo 26: Luchas del alma.

- ¡Suéltame! - Bra se revolvió del abrazo de Raditz. Él la liberó inmediatamente con una expresión de desolación y desconcierto. - no.. vuelvas... a... tocarme... ¿crees que porque ahora eres un Super Saiyajin vas a conseguir violarme? - dijo ella roja de furia.

- Yo no te estaba violando - se defendió él - pensé que tu también deseabas besarme. - la miró a los ojos encarándola.

- No me digas... y pensabas hacer mi sueño realidad... que considerado... - gruñó con ironía. - TE ODIO mono estúpido sin clase -

Bra se dió media vuelta para salir de la sala airadamente. Raditz apretó los dientes de rabia, cerró sus puños al verla alejarse, y entonces habló. No podía seguir sufriendo así por aquella chiquilla.

- Si tanto me odias, ¿por qué me salvaste la vida? - pronunció en tono serio.

Bra se turbó levemente al escuchar aquellas declaraciones. Ella, ¿salvarle la vida, ¿cuándo, ¿cómo? y ¿dónde?. Realmente no recordaba nada de lo sucedido antes de verle transformado en Super Saiyajin. Se paró dándole la espalda justo en el arco de la puerta tratando de recordar algo de lo que pudiera haber pasado. ¿Qué habría hecho?. Ella estaba 'celebrando' a solas su triste cumpleaños, bebió un poco más de lo que debía haber bebido, y luego no recordaba nada más que despertó en el suelo... como siempre ocurría cuando se pasaba con la dosis. Eso no era nada extraño. Lo que si era extraño es que no sentía ningún dolor de cabeza en esos momentos, sus músculos no le dolían, su cuerpo se sentía genial. Hasta su mente estaba menos embotada y podía pensar con más claridad. Pero... sus ojos se abrieron de par en par, en su ropa había sangre. ¿de quién era esa sangre? Raditz estaba bien, Goku también, Vegeta no estaba seriamente herido. ¿Qué habría pasado? ¿de quién era esa sangre?. Un temor profundo asoló su alma. ¿Habría ella cometido algún terrible crimen?. Pero Raditz decía que ella lo había salvado, ¿de qué, ¿de quién?.

- Explícate - dijo ella seriamente sin volverse a mirarlo siquiera para que no pudiera ver la turbación que sentía en su interior.

Raditz pasó de una expresión seria a una compasiva - Realmente no recuerdas nada de lo que sucedió, ¿verdad? - dijo suavemente.

Ella se sintió herida, desconcertada, aterrorizada - ¡He dicho que te expliques! ¿qué ha pasado? - rugió ella aún de espaldas, sin saber si sería mejor salir corriendo de allí y acabar con su vida para dejar de sufrir de una vez por todas o permanecer a escuchar lo que había hecho mientras estaba bajo los efectos de aquella poción maldita.

- Enloqueciste - Bra se volvió de pronto a comprobar su mirada, su corazón palpitaba furiosamente, terror, sentía terror ante aquella declaración, quería, necesitaba, tenía que adivinar en sus ojos lo que no diría con sus palabras. Él continuó seriamente sin parecer inmutarse ante el desequilibrio que había originado en ella - comenzaste a llamarnos a Goku y a mi por otros nombres. Decías que era tu cumpleaños y estabas en una fiesta. Fuiste a ver a Vegeta, confundiéndolo por tu padre y te abrazaste a él. Entonces le dijiste en saiyajin que querías que te contase la historia de tu abuela Cárrotte, y él te llevó dentro. Pensé que te mataría, y no estabas en un estado adecuado como para poder defenderte. Yo no podía permitir que eso pasara, porque... a pesar de lo que puedas pensar de mi, a pesar de que crees que sólo deseo aprovecharme de tí y violarte, que sólo pretengo ganar tu confianza para hacerte daño, estás equivocada, yo sólo deseo que seas mi compañera de por vida - Bra abrió los ojos desconcertada por aquellas declaraciones. Raditz viendo el efecto que causaron sus palabras quiso quitar salsa al asunto - pero eso no importa ahora. Resulta, que Vegeta se enfadó con mi presencia, yo le dije que te soltara y él se dispuso a matarme, y lo hubiera logrado, de no haber sido porque tu te interpusiste en la trayectoria del disparo de ki. Cuando vi que te había dado de lleno y que caías al suelo, pensé que te había matado. La furia que sentí, yo... pensé que te había perdido para siempre, ¿es esto amor? - preguntó desesperado - a mi me enseñaron que los saiyajins no sienten amor, pero lo que siento dentro de mí no puede ser otra cosa - Bra se tranquilizó un poco al saber que la sangre era de ella y que no había cometido ningún crimen, pero aquella declaración de amor no era exactamente lo que ella esperaba escuchar. - Supongo que por eso logré hacer la transformación, ¿verdad, tenías razón en los requisitos. Supongo que he cambiado. Bra... se que has sufrido un infierno con Freezer, se que yo estaba bajo sus órdenes y he cometido muchos crímenes en su nombre, pero no soy como él, he cambiado mucho durante estos meses, nunca me has dado la más mínima oportunidad de demostrarte la pureza de mis sentimientos. Supongo que la mejor forma ha sido haber alcanzado el estado legendario por tí. Pero se que no debes odiarme tanto como dices, lo se, porque me salvaste la vida a costa de la tuya propia. De no haber sido porque Goku te curó con esa estraña semilla ahora estarías muerta. Puede que no lo recuerdes, pero se que dentro de tí... - Bra puso su mano en los labios de Raditz cortando su discurso.

- No sigas, por favor... - pronunció ella dolorsamente. Raditz cogió suavemente su mano apartándola de sus labios, sonriendo levemente al sentirla tan dócil entre la suya.

- Se que dentro de ti hay muchos sentimientos, ocultas muchas cosas Bra, eres un enigma para todos nosotros, sabes cosas que escapan de la lógica. No se de donde has salido pero te pido que confies en mi. Kakarotto me enseñó a confiar en las personas. Necesitas confiar en alguien... -

Bra frunció el ceño apartando su mano de él - No necesito confiar en nadie. Sólo confío en una persona y esa persona está demasiado lejos... - Esta vez Bra no iba a llorar, se lo prometió y lo cumplió.

- ¿Por qué me salvaste la vida? - aquella pregunta dolió. Bra no sabía por qué le dolió tanto, pero le hizo daño. Ella no recordaba nada.

- Déjame en paz - dijo volviéndose de espaldas para marcharse.

- ¿Quién es Goten? - Raditz tenía que saberlo, tenía que saber si el corazón de ella pertenecía a otro, porque no podía mortificarse eternamente soñando con hacer su compañera a alguien que no pudiera corresponderle jamás.

Bra respondió mentalmente - "El culpable de que mi vida sea un infierno, me robó el corazón, me hirió el orgullo, y me empujó a este maldito agujero para ser una puta torturada, una hija maltratada y una drogadicta indigna de vivir siquiera, que encima estaba perdiendo el juicio, estaba enloqueciendo..." - sus ojos se volvieron furiosos hacia Raditz - "pero Goten pagará lo que me hizo, si logro volver a casa, juro que le haré sufrir el daño que me ha causado" -

Raditz la observaba viendo como su rostro transmutaba en una expresión de odio, en una expresión sádica incluso. Ella se percató de que la estaban analizando.

- Goten sólo es un pobre diablo - susurró gélidamente. - y tu, si fueras mínimamente inteligente, te alejarías de mi, porque a mi lado sólo te espera sufrir. - dijo tratando de alertar a Raditz de si misma. Una parte de ella sabía que los sentimientos que tenía no eran correctos, pero la parte que había ganado la droga le susurraba locuras que la atormentaban sobremanera.

- No tengo miedo a sufrir, he sufrido toda mi vida - sonrió el valientemente.

- Cuando todo esto acabe, cuando venzamos a Freezer me marcharé lejos, y tú no podrás venir seguirme donde voy, ni podrás localizarme siquiera, desapareceré por completo.- advirtió Bra.

- Deja que te diga algo. Los saiyajins... somos obstinados, no importa cuanto se opongan a nuestros planes, luchamos por lo que queremos hasta la muerte. No tengo miedo a sufrir. Aunque jamás me quisieras, permaneceré cerca de tí. Y si te marchas de mi lado, te buscaré por todo el Universo. Jamás permitiré que nadie te haga daño. -

- Serías capaz de soportar que me casara con otro, ¿permanecerías cerca de mi aunque yo jamás correspondiera tus sentimientos? - preguntó ella totalmente turbada.

- Si eligieras otro compañero... - Raditz abrió los ojos asombrado aún por los sentimientos que tenía en su mente - no te aseguro que no sintiera deseos de matarle, pero no podría hacerlo, porque te haría sufrir, y jamás te haría sufrir. Te buscaré, Bra, donde quieras que estés, yo estaré cerca de tí, como una sombra, cuidándote, y esperando quizás el día en que... -

- Morirás entonces buscando una ilusión estúpida, sufrirás toda tu vida obsesionado por encontrar a alguien que no existirá ya en tu mundo - sentenció ella.

- ¿Qué estás diciendo? - preguntó confuso no entendiendo aquella frase.

Bra tomó su cabeza con una mano, su mente estaba dividida, se sentía confusa. Por un lado sentirse tan amada, algo que ella necesitaba tanto en esos momentos... por otro lado esas ideas retorcidas de su cabeza que la atormentaban cada día más...

- Raditz, ¿es que no lo comprendes? - gritó ella.

- Te ayudaré, yo haré que recuperes la cordura. - Dijo él con firmeza. - No dejaré que lo que te hizo Freezer arruine tu mente. Confía en mi. - Bra comenzó a llorar. Se había jurado no llorar más. - Deja que cuide de ti. -

- No sabes lo que dices, estás sentenciandote a sufrir y no lo mereces. - Bra se separó de él evitando que la abrazara. - Cuando salgamos de aquí, cuando todo esto acabe, podrás conocer muchas mujeres hermosas, te casarás y tendrás hijos, olvidarás todo esto que estás diciendo. - se volvió de espaldas a él para marcharse nuevamente.

- NO, no haré nada de eso. Puede que desaparezcas, puede que seas tu la que se case y tenga hijos con otro - sentenció con rabia - quizás no me veas cerca, quizás pienses que te olvidé, pero el día que te vea llorar me tendrás a tu lado para abrazarte. No voy a cambiar de opinión, me da igual lo que pienses o sientas. Algún día... -

- Raditz, CÁLLATE YA, deja de decir todas esas cosas, ¿comprendes, yo NO TE AMO, yo no quiero a nadie, pero si sigues diciendo esas cosas te haré sufrir, no comprendes... no entiendes lo que mi mente me dicta, tienes razón, estoy perdiendo la cabeza, la locura se apodera de mi alma cada día que pasa... por favor, déjame sóla. Aléjate de mí antes de que sea demasiado tarde para tí. -

El guerrero la tomó entre sus brazos nuevamente, su enorme mano acariciaba sus cabellos azules. Con el pulgar rozaba suavemente las mejillas surcadas de lágrimas.

- Cuando mate a Freezer, cuando todo esto acabe, dejarás de tener pesadillas. Entre mis brazos nada ni nadie, podrá jamás hacerte daño. - Bra necesitaba escuchar eso, necesitaba sentirse protegida. Su autoestima era tan baja que se sentía inutil cuando estaba sobria. Las ideas de suicidio se acercaban peligrosamente a su alma cuando sentía las batallas mentales en su cerebro cansado. ¿De verdad Raditz podía ayudarla?. Pero ella no lo amaba, ella amaba a... ¿Goten? no, ella odiaba a Goten, pero lo amaba a la vez, y lo odiaba... y quería que sufriera... pero mientras que volvía a su tiempo de nuevo necesitaba calmar su alma, sentirse protegida, sentirse amada. ¿Qué estaba a punto de hacer? Ella no amaba a Raditz. Pero a él eso no le importaba. ¿O sí?. Se sentía tan bien entre esos protectores brazos, con esas caricias... Bra se aferró a su pecho y el siguió abrazándola, acariciándola susurrándole palabras en saiyajin que la hacían sentir en un arrullo.

" II El guerrero saiyajin jamás deja de luchar.

Su alma salvaje es su fuerza,

lo que quiere, lo consigue,

porque lucha por conseguir lo que desea,

y jamás desiste en su batalla hasta la muerte.

Su honor permanecerá durante siglos,

más allá del propio fin de su existencia,

es el sino del saiyan,

morir luchando, con honor,

luchar hasta agotar sus fuerzas,

y sonreir ante la muerte que se lo lleva,

ofreciendole la última de sus contiendas. II"

- Es bonito eso que dices, aunque triste. - Susurró Bra.

- Mi padre me lo hizo memorizar. Es un antigüo texto saiyajin. Forma parte de un texto sagrado. - dijo él con orgullo.

- Recítame más - pidió ella.

El sonrió levemente ante esa petición, ellos se sentaron en las escaleras de la cámara de gravedad. Raditz la abrazaba y ella se recostó en su pecho sintiéndose tan protegida... tan bien después de tanto tiempo.

- Todos los niños saiyajins, debían aprender el texto del 'libro sagrado' de memoria. Nuestros abuelos nos recitaban los textos y nosotros los aprendíamos. Aún puedo recordar cuando nos reuníamos alrededor de un fuego toda la familia, puedo ver a mi abuelo, sus ojos brillantes detrás de las llamas, recitando con fuerza cada palabra sagrada. Esos textos resumen nuestro código de honor saiyajin. Los niños de clase alta tenían ejemplares del libro y los leían, pero los de la tercera clase no aprendíamos a leer, así que aprendíamos los textos al escucharlos repetitivamente cada noche. Nos consideraban tan inferiores que no se molestaban en enseñarnos a leer siquiera. Eramos sólo carne fresca en la batalla. Los guerreros de tercera clase sufrían la mayoría de las bajas... sin embargo, yo aprendí a leer - pronunció orgulloso - me enseñó Nappa. Al principio se burló de mí, pero luego me enseñó. Sentí su muerte, fue un gran guerrero, con un gran honor. Eso si, me enseñó sin que se diera cuenta Vegeta.

- ¿Tan terrible es él? - preguntó Bra acongojada.

- Supongo que él llevó la peor parte. Tenía sólo 5 años cuando entró al ejército de Freezer, y sufrió bastante por causa del maldito lagarto. - ella abrió los ojos asustada por esa última declaración.

- ¿Qué le hizo Freezer? - un escalofrío surcó todo su cuerpo.

- Físicamente nada - aclaró Raditz - pero mentalmente debió ser terrible. No se a ciencia cierta qué clase de tortura psicológica o qué clase de horrores mentales le causó, pero si se que cuando el lagarto le llamaba, y él volvía... sus ojos... su mirada... era indescriptible... Las primeras veces escuchamos que tenía pesadillas por las noches. Nappa se levantaba cada vez para tranquilizarle, él era un mocoso tan sólo, pero también era el príncipe de los saiyajins, y siempre rechazaba su ayuda haciendo que se marchase a golpes. Poco a poco fue creciendo haciéndose cada vez más frío, calculador y malvado. Pero sobre todo, era como si hubiera aprendido toda la crueldad de aquel maldito, un saiyajin es un guerrero temible, pero somos tratables fuera de la batalla. Él se hizo intratable, se convirtió casi en un segundo Freezer. Hizo un buen trabajo con él ese maldito... - Bra se estremeció y comenzó a llorar de nuevo - pero pronto va a llegar su hora. - pronunció él firmemente. Siguió recitando otro de los textos que aprendió de memoria hacía años atrás.

"II El enemigo nos teme, nos ve llegar,

y sabe que ha llegado su hora.

Su alma se retuerce porque es cobarde,

en el último momento que le aguarda.

¡Sólo los saiyajins saben enfrentarse con honor en la batalla!.

El enemigo se escapa,

pero será eliminado,

como un insecto inmundo que huye,

será aplastado por nosotros.

¡Los saiyajins jamás huyen en la batalla!.

El enemigo débil es despreciable,

ellos querrían que mermasen nuestras fuerzas,

nosotros pedimos tener adversarios terribles,

sólo así nos haremos más fuertes con cada contienda.

¡Sólo los saiyajins disfrutan con un contrincante digno en la batalla!

El enemigo que mata un saiyajin,

sufrirá la venganza de la sangre,

no habrá clemencia para el infame,

quien le elimine limpiará el honor de nuestra raza.

¡La sangre de los saiyajins será siempre vengada!.II"

Apenas unos años atrás, semejantes frases hubieran logrado sobresaltar el corazón de Bra, pero en estos momentos, cuando la batalla contra Freezer era tan cercana, cuando había pasado por tantos horrores, cuando se sentía más Saiyajin que Humana, aquellas palabras recitadas en el idioma de sus antepasados sonaron consoladoras y reconfortantes. Sin darse cuenta siquiera se quedó dormida. Por primera vez en mucho tiempo pudo dormir con un poco de paz.

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Mientras tanto, en la Corbeta espacial del Rey Cold, Mirai Vegeta (así denominaré al Vegeta del futuro para diferenciarlo del Vegeta del pasado), vagaba perdido en sus recuerdos infantiles, cuando Freezer le llamaba.

FLASH

Un niño de 6 años acudía a la llamada de Freezer. Se arrodilló ante él tal y como vió hacer un día a su propio padre. Sin embargo Freezer estaba demasiado ocupado como para prestarle atención. Reía enloquecidamente, chibi Vegeta se estremeció con esa risa, pero puso su rostro inmutable. Su careta aprendida tan bien. Frunció el ceño y apretó los dientes tratando de no escuchar los gritos de dolor del hombre que estaba siendo torturado por Freezer. Era un guerrero poderoso, fuerte, musculoso. Era sólo un insecto débil que no merecía vivir, se convenció el niño.

Por fin el lagarto se percató de la presencia de la personita que había hecho llamar.

- Vegeta, acércate... - dijo susurrante con voz sádica. - mira, observa este maldito, es un traidor del Imperio. Merece morir léntamente. He pensado que te gustaría dirigir su tortura... - el niño le miró asombrado por aquella declaración. El código saiyajin que aprendió decía que en caso de una contienda con alguien más débil, se debía matar con rapidez al insecto, evitando torturas, a no ser que se tratase de una cuestión de 'venganza de sangre'. Pero aquel guerrero no había matado a ningún saiyajin, y además, estaba en evidente desventaja. Su código de honor le indicaba que debía ser eliminado de inmediato, pero ¿torturarle antes de matarle?. ¿Era eso necesario?.

- Pequeño príncipe, averiguarás... que si quieres que te respeten, es necesario que te hagas respetar. Se lo que estás pensando, yo también he leido el 'libro sagrado' de los saiyajins. Pero él es un traidor al Imperio para el cual tu estás luchando. Ha osado matar a algunos de mis soldados. Por lo tanto merece morir torturado. Un guerrero debe saber técnicas de combate, pero un príncipe además, debe saber técnicas de tortura para hacerse respetar. ¿O querrías que tus súbditos dejaran de respetarte? se podrían revelar contra tí, incluso te matarían mientras duermes... si no lo han hecho ya es porque eres más fuerte que ellos y temen que los extermines... si observan un sólo punto de debilidad en tí, te aseguro que no dudarán en acabar contigo. Es por eso que debes aprender a ser sanguinario y cruel. Eres el Príncipe de los Saiyajins y debes hacer que todo el que escuche ese nombre tiemble sólo al oirlo. Veamos... observemos qué eres capaz de hacer... -

Chibi Vegeta comenzó a golpear dolorosamente al guerrero, mientras que era sujetado por Dodoria. Freezer entonces interrumpió la escena.

- ASI NO. Debes disfrutar de ello, ¡disfrúta con su dolor!. Quiero verte sonreir cuando le escuches gritar... quiero que sonrías cuando te acerques a él antes de machacarle los huesos. VAMOS. -

La sesión de tortura se alargó durante horas.

Fin del Flash

Freezer le enseñó cómo disfrutar, cómo causar mayor dolor, cómo torturar física y mentalmente a la vez. En cada ocasión le pedía que inventara una nueva forma de tortura que aplicar a la víctima. Los trabajos extras del niño consistían en idear originales frases y técnicas para producir dolor. Vegeta conocía a la perfección de lo que era capaz Freezer, y rezaba en su interior para que su hija no hubiera tenido que sufrir algún terrible tormento. Se odió porque llegó un momento en su vida en que él llegó a disfrutar de torturar a las víctimas. ¿Por qué habrían salido tan rápido robando la Corbeta de Freezer?. ¿Tenía algo que ver lo del matrimonio de Zarbón?. ¿Y si su hija había sido torturada?. Ese miedo se clavó en su corazón abriendo un surco de culpabilidad y horror de sí mismo y su pasado. No, pero su hija no pudo haber sido torturada, ya que pensaban casarla con Zarbón. ZARBON. Eso no encajaba. Si ese gusano era homosexual, ¿cómo iba a querer él casarse con su niña?. No, algo no encajaba en absoluto, algo estaba mal, demasiado mal... Pero al menos su hija estaba lejos del lagarto, y eso era lo importante, y parece que su yo del pasado estaba por la labor de acabar con Freezer también, así que no podía ser tan terrible. Sin embargo, aquellas punzadas en el corazón que sintió, aquellos sentimientos que le embargaron en varias ocasiones le indicaban que su hija había sufrido demasiado, y estaba sufriendo aún ahora que estaba fuera del alcance del maldito Freezer.

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Curiosamente Vegeta, en la sala del tiempo también recordaba el mismo fragmento de su vida. ¿Qué pasaría ahora que Raditz era más poderoso que él, ¿qué autoridad tendría sobre sus súbditos?. ¿Qué camino debía tomar?. estaba en una encrucijada. Podría elegir ser terrible, tendría que entrenar duramente hasta llegar a ser más fuerte que raditz y entonces vencerle, vengar su humillación como príncipe, y recuperar el puesto que le corresponde de superioridad ante ese maldito soldado de tercera clase. Pero el problema era que para llegar a ser más fuerte que Raditz, el debía purificar su corazón, tenía que amar a alguien, y además debía luchar por un bien supremo. ¿Cómo iba él a conseguir esos requisitos?. Bulma... ¿sería ella la clave para lograrlo?. ¿Amaba él a aquella mujer?. ¿Cómo es posible que todo lo que le enseñaron que era de débiles fuera lo que le podría hacer ser el más fuerte?. Bien. Se haría el más fuerte, esa era su única prioridad en estos momentos.

De pronto un pensamiento llegó a su mente. - "¿Cómo sabía esa maldita mocosa que mi madre era Carrotte?... eso... era un secreto, sólo lo sabían unos pocos guerreros...". - Un nuevo enigma con aquella extraña mocosa. Pero él averiguaría tarde o temprano la verdad.