Juguemos a la Francesa...
Hola! Aqui yo! Actualizando... perdonen que tardé pero he estado a 10 mil km. Por el cierre de trimestre xox en fin... ante todo, quiero agradecer los reviews... ya los conteste de manera particular, pero saben que? ¬¬ no soy adepta a ninguna norma y de ahora en más pienso seguir haciendolo como convencionalmente se hacía. Si quieren suspender mi fic o mi cuenta, que lo hagan, yo seguiré abriendo otras y publicando u.ú xD Bien, de nuevo gracias a los que dejaron su comentario! Sigamos con el fic
Disclaimer: Repito, James, Sirius, Remus, Lily son personajes de J. K. Rowling, PS y demás... Tru, Evelyn y Fran (°¬°) son mios... y de NADIE MAS ¬¬
Capitulo 2: Noche agitada: Revelaciones y Curiosidades.
Mientras tanto James había salido también rumbo a la Sala Común de Gryffindor, bastante más atrás de Lily. No lo podía entender, de un momento a otro su actitud había dado un vuelco, no sólo inesperado, sino también gigante.
- ¡Mujeres...! Siempre con esas locuras¿quién las entiende? - Llegaba al retrato de la dama gorda. - Norgestic. - Murmuró de mala gana, el retrato se movió y el chico entró. En la Sala, frente al fuego, Remus y Sirius hablaban y reían con ganas. Sólo ellos se encontraban en el lugar, y un par de chicos de 2do a los que no conocían. Se dirigió a ellos y se sentó en un sofá que no se encontraba ocupado con cara de ido.
- ¡Prongs! No sabes de lo que te has perdido... Tal parece que Roosterfille quiso pasarse de listo con Harrison y ella... ¿Qué pasa Prongs? - Se detuvo Sirius notando la mirada perdida de su amigo.
- Es que estuve con Evans, y... - Comenzó, ante lo cual el moreno alzó una mano abierta y la puso frente a su rostro.
- No se hable más, te envió al demonio como de costumbre. Prongs, amigo, te he intentado hacer entender que necesitas clases particulares... yo no tendría problema en brindar... -
- La besé, Pad. - Soltó secamente. Los ojos de Sirius se abrieron de par en par.
- ¡Ya era hora, viejo! - Lo felicitó palmeándole la espalda, James ni se inmutó, continuo sin expresión alguna. - ¿Pero qué pasa¿No tendrías que estar brincando de contento? -
- Sólo nos besamos y luego se marchó hecha un huracán, me dejó como loco, Pad... Esa chica es una fiera sólo besando, no quiero imaginármela en... -
- Ejem, ejem... les recuerdo que también soy amigo de Lily, un amigo celoso diría... - Interrumpió Remus.
- Vamos, Moony... que tu no cuentes cómo se desempeña Somerset en la cama no significa que Prongs no pueda dar su opinión de cómo podría llegar a ser... - Analizó Sirius descaradamente. Lupin chasqueó la lengua restándole importancia a las palabras de Padfoot pero adquiriendo un leve sonrojo en las mejillas. - En fin, la chica hizo la típica jugada francesa, y le está saliendo de maravillas. Es el conocido "Toma aquí tienes" y "¿Qué demonios te crees tomando eso!". Te deja con ganas de más y tu te pones como tonto... a la próxima te hace lo mismo hasta que enloqueces por completo, entonces terminas proponiéndole hasta matrimonio... y tu eres apenas un cervatillo, no querrás sentar cabeza tan pronto. - Le guiñó un ojo.
- Si fuera por mi me casaría ahora mismo, a Lily la amo, Pad... No me interesa tener que sentar cabeza. - Reflexionó pensativo. Sirius movió los brazos escandalizado.
- ¡No digas eso, compañero¿Me vas a dejar sólo? Moony no es como tu, eras mi único compañero de andanzas, amigo... - Dramatizó un poco haciéndose el que lloraba, hasta que James soltó una carcajada.
- Ya, tranquilo... pero realmente sentaría cabeza por Evans. De cualquier modo, no me interesa que jugada haga... no va a alcanzar a terminarla, morirá de amor por mi antes. Seré el más galante caballero de esta escuela, va a pedirme de rodillas, inclusive, dormir conmigo. -
- ¡Ese es el James que yo conozco! - Sirius se levantó, Remus lanzó un suspiro y negó lentamente con la cabeza. - Ahora¿qué te parece si vamos a Hogsmeade por unas cervezas¿Vienes Moony? -
- Claro, vamos... - Aceptó el licántropo incorporándose y ayudando a James a levantarse.
--------- EN EL DORMITORIO DE LAS CHICAS ----------
Lily salía con más energía que nunca del baño, tarareando una canción, dando tontos brinquitos y se sentaba en su cama mientras comenzaba a tomar la ropa que usaría. Tenía que planificarlo bien todo, debía ser la más irresistible de todo el colegio, James sólo tenía que tener ojos para ella... pero lo de elegir ropa entallada no era su especialidad así que terminó optando por su ropa usual, esa "cómoda".
Continuaba cantando como si nadie en el mundo le interesara y buscando cual de sus remeras extra-large utilizar cuando Evelyn entró acompañada de Tru, comentándose mutuamente cosas al parecer divertidas. Se detuvieron quedando frías al ver a Lils en ese estado de júbilo.
- ¡Los Dioses nos amparen! - Graznó Tru. - ¡Lily, deja ya de estar tan feliz, queríamos que dejara de llover pronto¡Qué desconsiderada! - La morena se arrebato sacudiéndola de los hombros ante las carcajadas de Evelyn.
- Jajajaja ya, ya... me calmo... - Aceptó Lily.
- ¿Pero, amiga, que te ha pasado que estás así? - Inquirió serenamente Evelyn mientras corría el dosel de su cama y se sentaba en ella frente a la alegre muchacha. Ella sonrió macabramente.
- Voy a hacer que Potter, el rey de los desastres, el "tigre" de Hogwarts... se comporte como un gatito conmigo. - Explicó totalmente segura. Las dos jóvenes se miraron entre ellas con la ligera sospecha de que su amiga podía estar sufriendo algún tipo de crisis adolescente, o quizás hasta algún ataque de locura... Una de ella se sentó a su lado y le pasó el brazo por sobre los hombros con expresión de tristeza.
- Lily, si tienes algún problema, sabes que puedes contar con nosotras¿verdad...? - Lily la miró un segundo y soltó una carcajada. Las chicas nuevamente se miraron preocupadas.
- Es que han sucedido algunas cosas... - Comentó la pelirroja mientras se preparaba para profundizar en el tema.
----- Una media hora después -----
- Y eso es lo que haré. - Concluyó por fin inhalando profundamente. Tru abrió la boca y gesticuló algo, luego la cerró de nuevo. Evelyn jugaba con sus dedos y lucia pensativa al máximo. Lily las miró. - ¿Y bien? Quería que me oyeran, no que durmieran mientras hablaba... - Reprochó.
- Es que noto que estas completamente desesperada, Lils. - Soltó Tru mirándola con la más pura extrañeza. Si las miradas quemaran, Tru hubiera sido incinerada.
- No lo estoy. Sólo busco cómo llegar a lo que me propongo. - Dijo de modo tajante la aludida.
- Ya, ya, pero estás perdida por Potter. - Aseveró Evelyn.
- Eso es lo mismo que estar desesperada... - Reflexionó la morena. En ese momento, ambas hubieran sido cenizas.
- Aunque... ¿sabes? Pensándolo bien (N.A./ Y dado el caso de que esto es ficción), podría funcionar... - Deliberó Ev.
- ¿Verdad que sí? - La voz de Lily no podía esconder un dejo de orgullo. - Soy una genio... - Se levantó, tomó sus ropas y con los mismos saltitos ridículos se dirigió al baño canturreando por lo bajo una canción de esas tan empalagosas que cuando las escuchas te dan nauseas.
¡PLAF! (Eso fue un azote de la puerta del baño, Lily es mi clon xD)
Evelyn y Tru se miraron por tercera vez, ahora sonrientes, se encogieron de hombros y salieron de la habitación.
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Hogsmeade, 8 PM...
Lluvia en el exterior... Nubes grises cubriendo el cielo...
Algunos rayos cruzando el cielo a altísimas velocidades...
- Diablos, no tenemos nada de suerte. ¡Una vez que se nos ocurre escaparnos...! - Se quejó Sirius de mal talante.
- Disculpa, a ustedes se les ocurre escaparse a tomar cerveza día por medio, asi que no se quejen... - Los retó Remus. - Además, hay cosas más importantes por las que preocuparnos... Hoy es luna llena. - Soltó para luego suspirar y darle un largo trago a su vaso.
- ¡Genial! - Festejó James. - Al menos tenemos una razón de vivir. No me podía imaginar a mi mismo durmiendo a las 10... ¿Qué les parece si vamos al castillo? Así luego no tenemos que andar a las corridas como de costumbre... - Sugirió.
- Al fin algo coherente, Prongs... comienzas a madurar... - Bromeó el licántropo dándole una palmadita en la espalda. Los tres se levantaron luego de pagar con rumbo a prepararse para lo que sería una larga jornada nocturna. Remus, a diferencia de Sirius y James, doblo a medio pasillo tomando un pasadizo que lo dejaría en la enfermería.
- Nos vemos en el sauce, Moony... – Lo saludó Sirius mientras el pálido muchacho se alejaba dejándolo con su amigo. Una sonrisa amarga se dibujaba en su rostro mientras se despedían, era de entenderse... no debía ser nada fácil convertirse en un ser sin capacidad de razonar ni distinguir entre comida y gente de la suya cada luna llena...
- ¿Qué pasa Pad? – Preguntó mientras caminaba prácticamente por inercia al moreno que miraba el fondo del corredor y andaba con seriedad.
- Nada... sólo pensaba, debe ser difícil estar en la situación de Moony¿no crees? – James se encogió de hombros.
- Tiene su parte entretenida... – Respondió mientras pasaba por el retrato que, extrañamente, estaba abierto (N.A¡Una joda...!).
Se dirigían hacia su habitación, pero Sirius descubrió a Tru en un sofá leyendo un libro y fue a "molestarla un poco". James rió y optó por seguir y así poder cambiarse y prepararse para lo que sería la noche.
Entró y cerró la puerta, abrió el baúl y tomó la capa de invisibilidad. La dejó sobre el resto de la ropa que se pondría, prolijamente doblada, y luego fijó su atención en su varita, recostándose en la cama y cerrando el dosel. Comenzó a jugar con ella haciendo en el aire un par de garabatos que segundos después se transformaron en un dibujo móvil de un "chico" de anteojos y cabello negro que tomaba una escoba y la montaba, con aires de interesante. Se entretuvo unos segundos mirando a su auto retrato ir y venir en su escoba con superación...
Comenzó a dibujar nuevamente; una muchacha de cabello rojo apenas más baja, con cara de pocos amigos que se acercó al dibujo anterior y comenzó a gritarle y a mover un amenazador puño frente a él mientras se arremangaba la túnica. James sonreía ante la escena que armaban sus creaciones...
Lily... ¡Pero qué mujer más extraña¿Quién podía entenderla?
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- Pues yo no... – soltó circunstancialmente la morena levantándose del sillón notoriamente cansada.
- Si, claro... Por favor, Orphychius... ¿Cómo negarse a mi...¡Es algo que no se puede evitar, no te sientas apenada!
Tru caminó ignorando el comentario y subió las escaleras con expresión de hastío para no tener que seguir soportando a Sirius, mientras él seguía vanagloriándose de mil maneras distintas. Estaba a punto de entrar cuando se encontró con una muy presurosa Lily que bajaba a toda velocidad.
- ¿Qué haces, Lils...¡Te vas a matar¿A dónde vas? – Inquirió al ver que ella sólo se disculpaba y continuaba corriendo hacia el retrato de la Dama Gorda.
- Tengo que ir a... ¡Francisco me espera! – Soltó Lily al notar a Sirius un el sillón, podía darle un doble propósito a eso. Este la escuchó interesado. Ella lo había dicho para no revelar su secreto, pero ahora había quedado ante el mejor amigo de James como que iba a verse con su amigo... era una oportunidad única... – Siempre llego tarde a las citas... ¡Hasta luego, Tru! – Acotó mientras salía de la Sala. La morena sabía perfectamente qué iba a hacer, asi como también notaba las intenciones de Lily. Optó por seguirle el juego.
- ¡Ay, esta niña! Toda la semana pensando en esa cita y ahora llega tarde... eso le pasa por prepararse tanto... – Exclamó divertida. Sirius alzó una ceja y disimuló hojeando una revista de Quidditch que llevaba consigo. Esto era información valiosa... Se levantó y salió en busca de James.
Caminó por los pasillos, escudriñando cada rincón, pero ni señal de su amigo. Revisó en las salas de clases, los escondites que solían utilizar... vagabundeó cerca de media hora... incluso decidió chequear las salas que se hallaban escondidas en el castillo. Reviso una, y otra... hasta que llegó frente a una en la que se oían sonidos.
- No, no, no... ¡así no! Vamos, la última vez que nos reunimos obtenían mejores resultados...
Esa era la voz de... la profesora McGonagall, sin dudas... ¿pero qué hacía en la sala del pasillo del segundo piso? Ese lugar era un descubrimiento de los Merodeadores, se suponía que los profesores no lo conocían... sólo Dumbledore.
- Pero Minerva, comprenda que la última clase fue hace dos semanas. Hemos perdido la práctica. - Reprochó una voz masculina.
- Es verdad, si usted nos permitiera practicar en su ausencia... - Sostuvo una segunda voz... femenina... muy familiar.
- Hubiera jurado que se trata de Evans de no haber sido porque está con... ¡Un momento...! - Murmuró Sirius. - ¿Qué harán aquí...? - Se paró poniendo su oído en la puerta para no perder detalle.
- Ya hablamos de esto, Lily. No pueden practicar en mi ausencia porque podría ser muy peligroso. - ¿Lily¿Desde cuándo tanta confianza con una profesora...?
- ¡Por favor, profesora...¡Somos personas responsables! – Rogó Francisco.
- No. Soy contundente, es peligroso y no dominan la transformación. – Negó.
- Claro que si, a Fran a penas le falta... y si usted nos permitiera practicar... -
- Les estoy permitiendo hacerlo ahora y están perdiendo el tiempo. Quiero ver tu transformación, Lily. Francisco, intenta hacer que el tigre tenga la cola de un TIGRE¿bien? – Interrumpió. La pelirroja se tragó una dosis de ira por la interrupción y de inmediato pronunció un hechizo... EL hechizo... Se escuchó un sonido extraño, y luego el aplauso de McGonagall.
- ¡Muy bien, Evans! Ya lo tienes, esa serpiente está perfecta... y tu Stone... También está muy bien, sólo falta un poco en los ojos que siguen siendo verdes, no conozco tigres así. Bien, creo que es todo por hoy, nos veremos aquí la semana próxima¿qué les parece? – Nuevamente un ruido...
- Claro... – Aceptó no muy convencido Francisco.
- Bien. Por cualquier cosa, hablen con Albus, ya saben. – Concluyó Minerva. Sirius decidió que era tiempo de marcharse antes de que lo encontrasen, así que salió a toda marcha hacia la Sala de Gryffindor... esto sonaba más interesante que lo de la cita.
Minutos después Lily salió junto a Francisco, siguiendo a la profesora, del lugar.
- Noto un progreso digno de mis felicitaciones, muchachos... como saben son pocos los alumnos con estas cualidades en Transformaciones... y es únicamente por eso que les estoy enseñando... Es completamente ilegal, debe ser un secreto entre nosotros y el Director.
- Lo sabemos... - Respondió la ojiverde con un poco de culpa. Ella le había confesado a sus amigas que una vez por semana se reunía con Francisco y la profesora Minerva a practicar su transformación en animales. Pero es que no había manera de ocultarle algo así a sus amigas¿qué excusa pondría para sus ausencias? No había modo...
- Entonces será hasta la semana que viene. Ya es tarde, mejor vayan a comer algo o tendrán que ir a la cama con el estómago vacío.
Los chicos se despidieron y emprendieron camino al Gran Comedor. Realmente la práctica les había abierto el apetito.
- Creo que nos debería permitir intentar hacerlo solos... - Explicaba Francisco mientras caminaban. Ella asentía con la cabeza. - ¿Sabes qué? Hagámoslo. No avanzaremos más a este paso, es necesario que practiquemos... y de paso, le sacamos provecho. - Una idea se formulaba en la mente del muchacho. Mientras la comentaba con su amiga, esta abría los ojos de par en par y lo miraba extrañada.
- Fran, admito que es tentador... pero sabes que no podemos hacerlo. ¡Infringiríamos al menos diez reglas del colegio! - Se quejó ella.
- Hemos infringido, con esto, al menos diez reglas del mundo mágico... ¿qué te puede asustar a estas alturas? - Replicó.
- Pero teníamos el amparo y la aprobación de Dumbledore... - Respondió Lily.
- ¡Vamos! Si vemos que es muy peligroso, lo hacemos hoy y no lo repetimos nunca más... ¡Anda Lils...¡Por la amistad que nos une...! Sabes que siempre quise explorar el Bosque... Por favor, por favor, por favor... -
- No sé... me agrada la idea, también quisiera explorarlo... pero... – Musitó poco convencida la pelirroja.
- ¡Genial! Nos reunimos hoy en la entrada de la sala común a las 12... – Concluyó satisfecho el joven. Lily suspiró... era muy atractiva la idea... y además...
- Bien, pero con una condición. – Lo detuvo por el brazo. - Tienes que actuar como si salieras conmigo frente a Potter... ¿bien? "Por la amistad que nos une" – Citó sonriente. Él la miró sin entender ni una palabra y luego le hizo un guiño complice.
- Bien, cuenta con eso. Así que dándole celos al tonto de Potter... ¿Acaso noto una pizca de interés...? – Indagó cáusticamente. Lily le dio un codazo en las costillas.
- Cierra la boca y anda... – Le reprendió juguetona. Él la tomó de la mano y la condujo hasta su respectiva mesa, donde quedaban unos pocos alumnos puesto que la mayoría ya se había marchado a las Salas.
Sólo se hallaban ahí Tru y Sirius involucrados en una acalorada discusión y James asintiendo ante los comentarios de su amigo sin siquiera prestar atención a lo que decía. Francisco corrió la silla de Lily, que se sentó sonriente y haciendo un gesto con la cabeza como agradecimientos, el chico respondió con toda su galantería y se sentó a su lado. James había levantado su vista los observaba con las cejas en alto.
- ¿Gustas algo, mi querida Lily? – Preguntó ante el atónito mirar de Tru que ya había olvidado que estaba discutiendo con Black y ahora centraba su atención en el extraño comportamiento de sus amigos.
- Pásame un poco de esa ensalada, por favor... – Bromeó ella, los ojos de los tres presentes estaban abiertos como platos y contemplaban al joven servir a la muchacha cual si fuese una doncella. – Eres un amor... muchas gracias... – Lily comenzó a comer, al igual que él, sin prestar atención a los curiosos que no les sacaban el mirar de encima. La ojiverde alzo sus orbes y las fijó en James que aún no podía cerrar la boca. - ¿Pasa algo, Potter¿Nunca viste a una chica comer ensalada¿O tengo cara de fenómeno? – Atacó. Sirius frunció el seño y se rascó la barbilla. James aún no se había enterado del secreto de Lils y Fran... no habían tenido tiempo para hablar asolas... con el tema de que habían ido a una clase de animagia, Sirius había descartado la posibilidad de que los chicos salieran realmente pero...
- ¡Vaya! Hasta hace unos segundos creí que era libre de mirar al punto que se me antojara... veo que me equivoqué... ¡Mis disculpas, Mademoiselle Evans! Ya me retiro... – Respondió levantándose de la mesa como si en ello se le fuese la vida y retirándose del Gran Salón a toda velocidad ante la mirada de todos los curiosos que habían enfocado su atención en él luego de sus palabras.
- ¡Au revoir...! – Gritó ella mientras él salía. Para luego seguir comiendo.
- Oye... Lilita... ¿no crees que se te está yendo la mano? – Inquirió cuidadosamente Francisco al ver algo asustado la reacción de James.
- Para nada, no voy a tenerle compasión... ¡no la merece! Va a aprender que puedo vivir sin el mejor que nadie y que no soy alguien con quien va a jugar... no soy como esas... – Se defendió señalando con un gesto a un grupo de chicas de esos grupitos cuyo único fin en la vida es la "popularidad". Estaba tan concentrada dando su discurso que no vio que Sirius escuchaba. Este se levantó con mirada severa y caminó sobre los pasos de James.
- Este... Lily, me parece que metiste la pata... – Observó Tru señalando con la cabeza a Black que se alejaba.
- Mejor si lo sabe. Pedazo de... de... de... ¡Ugh¿Quién se cree que es? – Soltó sus cubiertos y emprendió enérgicamente marcha hacia la Sala Común.
La verdad, se sentía un poco mal. No le había hablado muy bien a James, sin embargo también era real que si no le hacía ver que no babeaba por su ser, el sólo la tomaría como a una más, y como a una más la engañaría, y como a una más se le reiría de sus sentimientos... Con todo y todo, la culpa le pesaba... sería mejor hablar con James... después de todo últimamente no se había portado muy bien con él...
Seguía andando ensimismada en sus pensamientos cuando una voz pronunció su nombre detrás de ella.
- ¿Lils? – Se oyó. La voz sonaba casi con miedo. La pelirroja se dio vuelta y miró con el ceño fruncido, al notar de quién se trataba sus músculos faciales se relajaron.
- Fran... – Respondió esperándolo para luego seguir caminando juntos.
- Deberías calmarte Lils... asustas... ¿qué tanto se te ha metido en la cabeza el Potter ese...? – Preguntó lo más sutilmente que pudo el chico. Lily se sonrió amargamente.
- Más de lo que hubiera permitido en estado de conciencia... – Respondió con algo de frustración. Para su asombro, Francisco soltó una carcajada. Ella lo miró con severidad. – No es gracioso... -
- Es que parece ayer cuando gritabas que antes de fijarte en un merodeador te tirabas de cabeza a la pila de excrementos de la lechucería... – Explicó él entretenido. – Ya, niña, no te enojes... – Replicó al ver su expresión. – Que es broma, Lils... tu sabes que... – La joven ojiverde lo detuvo con una mano.
- Shh... escucha... – Murmuró haciéndose a un lado, para entrar a un aula y llevarse a Francisco con ella.
- ...yo entiendo que sea diferente, después de todo eso es lo que más me atrae de ella... ¿pero la has visto hoy en el Gran Salón¡Jugueteando con ese tonto frente a mi! Ninguna chica se resiste a James Potter... cuánto menos le coquetea a otro frente a él... – Se quejó la primera voz.
- Ya, Prongs... pero es que yo creo que sí están saliendo... – Las siluetas se acercaban a la puerta, detrás de la cual Lily y Fran escuchaban atentamente. – Por cierto... ¿sabías que son animagos? – A Lily se le subió el corazón a la garganta. Miró confundida a Francisco y este hizo una mueca de desconcierto. – Los he oído hoy practicando con McGonagall... ¡Joder! Y a nosotros no nos quiso enseñar... – Se quejó recargándose en la entrada.
- Nosotros no necesitábamos maestros... ya solos nos transformábamos, pero faltaba un poco de práctica, lo acepto. – Los chicos nuevamente se miraron. Sirius se quedaba allí, empezaron a desesperarse sin tener mucha idea de porqué...
- ¡Ya lo sé! Bésame, Fran... – Sentenció la chica. Francisco abrió los ojos de par en par.
- ¿Qué! – Graznó éste. Las voces afuera se apagaron, al parecer lo habían oído.
- ¡Hazlo ya! – Le reprimió al tiempo que alguien tomaba el pomo de la puerta. El chico se encogió de hombros y se aferró a Lily, sujetándola contra la pared, y la besó superficialmente. Ella se colgó de su cuello al tiempo que Sirius asomaba la cabeza y los observaba anonadado. Al notarlo, la pelirroja optó por profundizar un poco el beso y Fran... pues él aprovechó un poco y le siguió el juego.
- ¿Qué es Pad...? – Preguntó cautelosamente James, mientras caminaba donde su amigo. Lily se separó apenas de Francisco, aún abrazada a él.
- ¡Nada! – Soltó este cerrando de golpe la puerta. – Nada, nada... mejor nos vamos a... a... a ver a Moony... ¡ya son las 11! – Habló alejando a James de la sala. Este lo miró con desconfianza.
- Como digas... – Aceptó finalmente caminando. Los chicos esperaron a que las voces se hubiesen alejado y luego salieron del lugar.
- Vaya, Lilianne... es un gusto ser tu amigo. Cuando me necesites para alguna cosa así, no dudes en llamarme. – Se burló el muchacho ante lo que el rostro de Lily se tiño de un profundo rojizo.
- Cállate, tonto... y camina, que no voy a permitir que se vayan así como así... ¡No puedo creer que hayan más animagos ilegales¿En qué se está transformando Hogwarts? – Desvió falsamente alborotada. Se dirigió a la salida del Colegio con cuidado de no lucir sospechosa y una vez allí, comenzó a correr seguida de su amigo hacia el Bosque Prohibido. Se detuvieron cuando hubieron llegado a unos arbustos, donde se escondieron y esperaron unos cuantos minutos.
Unos 10... unos 20... entonces pudieron ver como un par de personas llevaban a alguien más o menos de su estatura, a toda prisa, hacia el sauce boxeador. Apenas unos momentos luego las dos personas mencionadas regresaron, pero la que lucía más joven ya no estaba con ellos.
- ¿Qué ocurre aquí? – Inquirió curiosamente la ojiverde. Fran tomó su varita.
- No pude ver de quién se trataba... apenas y se ve, y eso que la luna está llena... – Razonó mientras una semilla de duda se sembraba en la mente de la chica. En realidad tenía una "casi duda" desde hacía bastante... ¿sería que acaso...?
- Ven... – Tomó también su varita, y recitó un hechizo. Segundos después, Francisco se encontró a sí mismo frente a una elegante cobra real que se enroscaba ágilmente frente a él. Asintió, y la imitó. El bello tigre de ojos verdosos comenzó a caminar siguiendo a la veloz serpiente. Llegaron donde el sauce y se escondieron a unos prudentes metros dispuestos a ser pacientes...
Pero esta vez no tuvieron que esperar tanto, habrían pasado unos 30 segundos cuando la espeluznante figura de un perro negro corrió hacia el árbol, evadió un par de ramas y saltó apoyando sus patas delanteras en la corteza. La serpiente miró al tigre, luego volvió a prestarle atención al can. ¡Ya no estaba! Observó los alrededores, ero lo único que encontró fue un hermoso ciervo parado bajo la luz de la luna. Nuevamente las dudas... Sirius había dicho que también podían convertirse en animales... si su sospecha sobre el restante de los merodeadores era correcta, entonces...
No pudo seguir pensándolo mucho más porque el perro negro salió a toda velocidad de un hueco en árbol y seguido de él apareció un lobo de extrañas proporciones... ¡un momento! Eso no era un lobo...
Nuevamente miró a su compañero, que sabía más de criaturas mágicas que ella, y este 'asintió' con la cabeza.
Definitivamente. Se trataba de un licántropo.
Buenas! Ojalá les haya gustado este nuevo chap, que a pesar de no tener cosas muy interesantes en el plano AMOROSO de los personajes, devela bastante de la historia... ya veremos para el siguiente si agregamos algo respecto a un par de necios que están bastante confrontados (yo en el lugar de ella no me pondría tan en difícil xD) En fin... espero estén conformes con el capítulo dos, siempre espero sus comentarios y sugerencias... Muchas gracias!
Sui-Aome o PhoEvans
