Juguemos a la Francesa...
Bueno, bueno... volví! Agradezco a los que me siguen soportando y espero les guste este tercer capítulo. Sepan que estoy en exámenes y por eso la tardanza en actualizar... además hay poca inspiración, para no mentir. En fin, continúo con el fic.
Disclaimer: Sólo me pertenecen los personajes nombrados capítulo a capítulo. Los demás son propiedad de Sensei J. K. Rowling y Play Station, etc., etc... Un comentario personal; FRANCISCO ES MIO! MUAJAJAJAJA! xD
Capitulo 3:Confirmaciones y secretos compartidos...
La serpiente reptó hacia el perro negro y lo alcanzó con facilidad. El tigre se mantuvo en su escondite. Pronto ella se hallaba frente a él, que extrañamente se había detenido al verla, y ensanchó su caperuza dando un aspecto intimidante. El perro gruñó, mientras el lobo se adentraba en el Bosque y el ciervo se detenía a... ¿esperarlo?
Claro, claro que lo esperaba... si no era James, era Sirius... el animal lucía impaciente puesto que golpeaba el suelo con sus patas, pero el perro no se movía.
La serpiente bufó dejando ver sus colmillos. El perro se tranquilizó y corrió hacia el ciervo, pero mientras que este se precipitó tras el licántropo, él repitió la previa acción de su compañero. El reptil miró atrás, el tigre caminaba hacia ellos también, y ambos lo siguieron. Pronto los cuatro se encontraron en busca del lobo.
En medio del Bosque, el perro se detuvo y adquirió forma humana. Sirius caminó hacia la serpiente y se estacionó haciendo señas al ciervo de que siguiera camino. Este se quedó tieso, ignorándolo.
- Así que tu también... a ver, Evans... quiero decirte un par de cosas. Como me entere de que de tu boca salió una sola palabra acerca de esto, te las verás con nosotros, y también tu secreto será develado. – James lo observaba sin entender palabra y comenzando a creer que su amigo era un paranoico que había perdido la razón, pero apenas unos segundos después se arrepintió, al ver al animal convertirse en una hermosa joven de cabello rojizo.
La misma miraba a Sirius con determinación.
- Puedes dormir tranquilo, no soy como crees... sé que haces esto por Lupin, así que cálmate. El tigre rugió, mientras movía la cola frenéticamente.
- Tu amigo tiene razón, Moony está vagabundeando solo. Les recomiendo que vayan a dormir, esto no es para ustedes. Podría ser peligroso, elijan otro día para recorrer el bosque. – Sirius tomó su varita.
- Black, mejor cállate. Sé cómo manejar a un hombre-lobo... además quisiera cerciorarme de un par de cosas. Iremos con ustedes. – Sentenció la ojiverde mientras también tomaba su varita.
- No digas idioteces, Evans... no sabes nada de esto. Vete. -
- No lo haré. -
- Déjala, no vas a convencerla. Vámonos, Pad... Moony podría meterse en problemas. – Le reprendió un, ahora, preocupado James mientras se encaminaba hacia los otros. – Mejor aún, vayan ustedes dos, los alcanzamos en un segundo. Sirius asintió y aunque Lily estuvo a punto de reclamar, James la silenció. El perro corrió olfateando el aire, pero el tigre no se movía.
- Ve, Fran... ya los alcanzaremos. – Concluyó finalmente notando que James no daría el brazo a torcer. Francisco salió en busca de Sirius a regañadientes, dejando a la joven pareja sola.
- Lily... Lily, Lily, Lily... – Comenzó James analizándola de pies a cabeza.
- Potter, si me hiciste quedar para decirme como me llamo, mejor déjame ir. – Se quejó esta un poco incómoda por la mirada indiscreta del Gryffie.
- Sabes que no es así. ¿Por qué nos siguieron? – Preguntó alzando una ceja.
- No los seguimos, salimos por nuestra propia cuenta. – Bueno, eso era una verdad a medias... en realidad, sí pensaban salir.
- ¿Cómo supiste que el perro era Sirius? – Continuó.
- No sabía que era Sirius, sabía que era un animago... porque... porque soy buena en transformaciones, James Potter, y diferencio a un animal de uno de nosotros. – Respondió no muy convencida.
- ¡Oh! Claro, claro... también muy buena en DCAO, porque supiste que ese no era un lobo... – El joven caminaba en círculos alrededor de ella, comenzaba a ponerla nerviosa.
- No, eso fue mérito de Fran. Yo sólo tenía sospechas, porque Lupin siempre está enfermo el día siguiente a la Luna Llena, o está visitando a una tía, o a su madre enferma... Después de oír a Evelyn todos estos meses, lo noté. Se le llama... LÓGICA. No sé si conozcas la palabra... – Ironizó tratando de terminar con el cuestionario. - ¿Sabes? Les dijimos que iríamos. Podrían tener problemas con... "Moony"
- Evans, tu sarcasmo sólo se compara con mi belleza... pero tienes razón. Andando... deja que te lleve, o quedarás atrás... – James lanzó el hechizo y segundos después un ciervo se echaba para que Lily subiese a su lomo luego de adquirir su respectiva morfología.
- No es necesario que lo hagas, Potter. Me muevo más rápido de lo que crees... – El animal no se movió, sólo resopló con fuerza, ante lo que la joven bruja adquirió la forma correspondiente y accedió a la propuesta de James.
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Una esbelta morena vestida con un camisón bastante entallado miraba hacia la cama de Lily, cuyo dosel seguía abierto. ¿Dónde demonios se habría metido ahora? Tenía miles de ideas sobre dónde podría estar... cada una más excéntrica que la otra... pero la que más la convencía era la de que se encontraba por ahí con James, ''reconciliándose''.
"Era de esperarse... la ansiosa no aguantó..."
- ¿Tru? – Una adormilada Evelyn la miraba. - ¿Aún no ha venido Lily...? – Preguntó.
- No... de seguro está con ese cabeza hueca de Potter... ya verá esa Lily, mañana voy a acribillarla a preguntas. – Resopló indignadamente.
- Pero... no creo... – Comenzó Evelyn. "Hoy es Luna Llena, Potter debe estar con Remus..."
- ¿Qué cosa? – Indagó Tru dándose vuelta, dispuesta a tratar de dormir.
- Nada... olvídalo.
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Un enorme perro negro, de pelaje brillante, correteaba alegremente junto a un extraño lobo que derribaba árboles y mutilaba sus troncos. Un tigre de bengala trotaba unos pasos atrás, con cautela. El lugar le era desconocido, misterioso, pero definitivamente interesante. No quería perderse de sus compañeros de viaje, pero tampoco sentía la suficiente confianza como para acercarse al licántropo. De pronto oyeron un ruido, uno bastante fuerte, que provenía de unos arbustos delante de ellos.
"¿Qué demonios...?"
Los pensamientos de Francisco se vieron interrumpidos por una araña de cerca de medio metro de altura, con patas que alcanzaban los dos, y pinzas que chasqueaban sonoramente, que salía de su guarida y los miraba con cara de pocos amigos. El licántropo la ignoró, pero no así el perro. Este último le gruñó, a lo que la araña retrocedió mínimamente y luego volvió a acercársele. Los pelos del lomo del can se erizaron, Francisco se ubicó a su lado y rugió fieramente. El ciclópeo insecto no se movía.
Detrás, se podía oír un galope manso. James se acercaba a ellos con una serpiente negra de vientre amarillos cremoso y ojos bronce extremadamente brillantes enredada en sus cuernos. El reptil, al ver la araña, lució analítica un par de segundos y luego bajó del ciervo con agilidad para enfrentarla sin miramientos.
La araña pareció reaccionar ante la presencia de la serpiente. Algún brillo en sus ojos parecía intimidarla... como si el instinto le estuviera diciendo que ese extraño animal traía consigo la sangre del depredador. Pronto se hubo marchado a toda velocidad. Lily se tendió en el piso notoriamente nerviosa. Levantó su cabeza y observó al resto. Lupin seguía golpeando con fuerza un árbol que yacía en el piso. Los demás aparentaban estar cada uno absorto en sus propios pensamientos.
Entonces el perro negro comenzó nuevamente a correr con alegría, pero esta vez el ciervo lo siguió. Lily miró inquisitivamente a su amigo, que también los siguió. Qué más daba... ella había elegido ir...
Al principio no lograron solazarse. Moony no paraba de derrumbar cada cosa viva que encontraba y lo único que hacían Sirius y James era correr carreras y cada tanto pelearse un poco. Pero al final, entre gruñidos, rugidos y resopladas todos terminaron encontrándole el modo y pasándola bien.
Tanto que el amanecer los sorprendió. El licántropo parecía empezar a languidecerse... ya era hora de regresarlo a la Casa de los Gritos, y así lo indicó Prongs. Entre todos guiaron a Lupin, el perro negro –de algún modo- 'desactivó' el Sauce Boxeador cuando lo tocó, y entre el y Fran lo llevaron por el agujero del tronco.
Lily y James recuperaron su traza humana. Estaban completamente llenos de tierra y, sin notarlo, comentaban lo ocurrido durante la noche, riendo, mientras el chico le quitaba ramitas que la joven pelirroja tenía por todo el pelo.
- Y al final¿qué le pasó a la araña? No la intimidó Padfoot, ni Stone... pero te vio a ti y se fue. – Comentó curiosamente.
- Eso... era una acromántula... se dice que sólo quedan de esas en pocos lugares, y el Bosque Prohibido de Hogwarts es uno de ellos... También leí por ahí que su peor enemigo es el Basilisco, el cual es del orden 'Squamata', de la familia de las 'Serpentes'. – Recitó como si de una lección se tratase. – Del mismo modo lo es la Cobra Real.
- Ohhh... ya veo... por cierto, bonito animal... buena transformación. – Señaló guiñándole un ojo. Lily se sonrojó levemente.
- Gracias... lo mismo digo... – Sonrió. Un eterno silencio de segundos se abrió paso y se quedó entre los dos. – James... – El chico la miró bastante sorprendido de que lo llamase por su nombre. – Yo... siento lo de hoy, te hablé bastante mal... en realidad, a lo que me refiero es a que sí eres libre de mirar lo que quieras... ya sabes. Puedes mirar lo que se te antoje... pero trata de no mirarme a mí, porque me molesta bastante. – Explicó torpemente. Una media sonrisa se dibujó en los labios del buscador.
- No me digas eso porque... lo único para lo que me interesa tener libertad de elegir qué mirar es verte a ti... – Ahora las mejillas de la bruja eran de un carmesí tan intenso como su cabello.
- ¡Prongsie! Ya volvimos... – Saltó alegremente Sirius. Francisco caminaba detrás de él, al parecer de buen humor.
- Buenas Lils... gran noche¿eh? – El chico le guiño un ojo a la pelirroja, James lo miró con recelo.
- Genial... cuando necesiten compañía... sólo avísennos. – Lily fue donde los merodeadores y los saludó con un beso en la mejilla, ante el asombro de ambos. – Ahora voy a descansar un poco, si saben de algo en lo que pueda ayudar a Lupin, me lo dicen¿bien? -
- Claro, no te preocupes... – Respondió Sirius un poco extrañado. Tanto la chica como Francisco se encaminaron a Hogwarts.
- Vaya cambio de actitud el de Evans¿no? – Comentó el moreno entretenido.
- Le ataca seguido... es una chica cambiante... – Repuso haciendo énfasis en la última palabra. –
El día pasó sin más nada importante que comentar. Las discusiones entre Tru y Sirius se volvían insoportables, la ausencia de Evelyn ya no llamaba la atención, puesto que ahora todas sabían que iba a visitar a Remus a la enfermería – excepto Tru - , Lily había dejado de pretender tanto con Francisco y James se mostraba más relajado. Todo parecía en orden... salvo por un pequeñísimo detalle...
- Vaya, Potter... el nivel de tus compañeros de cenas ya no puede decaer más... – Soltó una voz siceante mientras James le dedicaba una mirada furiosa a su titular. Lily también se volteó, pero al notar que se trataba de Lucius volvió a enfocar su concentración en la ensalada rusa frente a ella, sin dudas era más interesante.
- Cierra la boca, a menos que desees atragantarte con un tenedor y no poder volver a reptar por los alrededores sin clavártelo en la garganta, sucia serpiente... – Amenazó James. Lily le miró con reproche y este se limitó a sonreír como modo de disculpa.
- Me parece que sueñas demasiado... el día que un pobre idiota como tu pueda conmigo, los sangre sucia aprenderán a meterse sólo en lo que les corresponde. – Respondió observando a la pelirroja. Sirius dejó de discutir para unirse a su amigo en lo que sería en cuestión de segundos una batalla campal. Al parecer las dos chicas lo notaron, porque Tru miró severamente a Sirius, que optó por calmarse, y Lily tomó el brazo del apuesto moreno.
- Cálmate, James... no merece la pena que siquiera gastes tu tiempo en oírlo. – Manifestó como si fuera lo más obvio del mundo, para luego proseguir con su comida. Él profirió una risa, alegrándose a la vez por la confianza que nuevamente la chica mostraba en él e ignorando por completo al Slytherin que se marchó ofendido ante la indiferencia de todos.
- Sólo será por esta vez... no permitiré que te llamen... de ese modo nuevamente. – Protestó un tanto posesivo, mas sereno, tomando la mano de Lily que se sonrojó muy ligeramente, y luego se levantó con la excusa de que debía organizar sus cosas para ir a la clase de Encantamientos. – Bien, allí nos vemos... – Recordó su promesa a Sirius y se levanto a acompañarla hasta la puerta, para luego regresar a su sitio ante la sorpresa de la joven y las carcajadas de su amigo.
- ¿Qué ha sido eso? – Inquirió curiosamente Tru al tiempo que arrojaba a Sirius su servilleta, pues no se callaba y no dejaba oír una sola palabra de lo que decía James. - ¿Qué dices¡¡YA CÁLLATE, BLACK! – Gritó metiéndole la servilleta en la boca y obteniendo la atención de la mesa entera.
- Sólo soy cortés con ella... es lo que se hace con la mujer a la que amas¿o me equivoco? – Respondió James con toda la naturalidad del mundo, a estas alturas no había servilleta que frenara al otro. - ¿Puedes calmarte, Pad? Empiezas a ponerme nervioso... ya entiendo porqué Orphychius no te hace caso... – Se quejó ante lo cual éste lo observó serio. Tru rió y luego se levantó para seguir camino hacia su dormitorio.
- Como digas, Potter... voy por mi amiga... ya debe estar terminando de "buscar sus cosas"... y Black, tu amigo tiene razón, deberías comportarte... – Dio media vuelta sacudiendo su melena azabache y se abrió camino hacia la salida.
- Gracias, Prongs... – Se quejó.
- Lo siento, viejo, pero es verdad... es notorio que babeas por esa niña... te estoy aconsejando... – Alegó desordenando el pelo del chico que se mostró falazmente enojado.
- Bueno, bueno... ya... admito que está buena... – Confesó.
- ¿Lo ves, Paddy? Si se te nota en tus ojitos... – Sirius le propinó un golpe amistoso en el pecho y acto seguido miraron hacia la entrada del Gran Salón. Un chico de mediana estatura, cabello grasiento renegrido, nariz ganchuda y ojos como profundos y fríos túneles sin fin caminaba por ella dispuesto a dirigirse a la mesa de Slytherin.
James y Sirius se miraron con complicidad y sin pensarlo, ni discutirlo un segundo caminaron hacia él. Después de tanto tiempo sin molestarlo, había llegado el momento de su querido Snivellus.
------- Mientras tanto, en el dormitorio de las chicas... --------
- ...así que optaron por salir de paseo, en medio de la noche, en forma de animagos ilegales y preocupando a tus amigas del alma, para practicar su transformación... – Resumió Tru, sonriente. - ¡Qué bien...! – Su rostro cambió tan repentinamente que a la joven pelirroja le causo risa. - ¡Estás completamente loca, Lilianne Evans¡Pudo haberte matado una bestia...¡O quizás perderte¡O... o...! – La morena estaba notoriamente inquieta y caminaba de un lado a otro con nerviosismo. Aunque le costara, Lily había prometido a Sirius y James que no diría nada sobre lo de Remus... aunque seguramente Tru pronto se enteraría... últimamente se había vuelto muy cercana a Black... - ¡Mira si te encontraba Filch¡O McGonagall! – La situación comenzaba a divertirla, su amiga parecía completamente desquiciada y sus risas no mejoraban para nada su situación.
- ¡Qué te calmes, Tru! – Interrumpió entre risas mientras tomaba a la chica por el brazo y la sentaba a su lado. Ningún ser atacaría a una cobra... ¿con qué fin lo haría? Y tanto Fran, como yo fuimos muy prudentes... créeme que no hay de qué preocuparse... -
- Que no hay de qué preocuparse dice... voy a matarla, voy a matarla... – Murmuraba mientras se frotaba la frente.
- ¡Ya calma, Tru! – Se quejó la ojiverde aún entretenida. – Confía en mi, no me metería en problemas y lo sabes... – Ante esto último la morena se relajó un poco. Es verdad... Lily no se metería en problemas... era una alumna ejemplar...
No, claro que Lily jamás se hubiera metido en problemas. De no haber conocido a Francisco adicto-a-los-problemas Stone, nunca hubiera saltado una regla, pero ya que... y lo peor de todo... le estaba empezando a gustar.
- Bien, bien... como tu digas... pero más te vale cuidarte con esas nuevas salidas porque no pienso llevar ningún saco de huesos rotos a la enfermería por sus bobadas infantiloides... – Sentenció levantándose y tendiéndole la mano a Lily, que la imitó aceptando su ayuda. – Ahora muévete que debemos ir a clases.
- ¡Vaya¿Cuándo fue que los papeles se invirtieron de este modo? Antes yo era quién decía eso, y no sólo lo decía, tenía que llevarte arrastrando hasta el aula. – Ambas se encaminaron hacia la salida con unos cuantos libros y cuadernos en brazos. Continuaron comentando algunas tonterías de esas que las chicas adoramos desarrollar... y el trayecto se hizo corto, pronto se hallaban en la clase de Flitwick que parecía más dispuesto que nunca a hacerles la clase tremendamente aburrida. Por lo visto, tenía un mal día...
- ¿Puedes creerlo! – Se quejó Tru a mitad de la clase, en voz baja. – Odio esta teoría sobre si el hechizo atur... ¿Lily? – Miró a la pelirroja que dormía profundamente sobre un capítulo titulado "Hechizos Aturdidores: Efectos y Soluciones".
Los ojos de la morena se abrieron a más no poder. Lilianne Evans... ¿durmiendo en una clase? Volteó hacia la ventana temiendo que el cielo se estuviera cayendo a pedazos, pero lo único que vio fue a Sirius y James en las mismas condiciones... Buscó a Fran, necesitaba testigos de esta situación. Miró a la mesa de atrás... a las de la derecha... las de adelante... ¿Dónde demonios estaba Fran! Evelyn había faltado... de nuevo estaría acompañando a Remus y su madre... Lástima, la hubiera divertido comentarlo.
- Lily... ¡Lily! – La despertó lo más despacio que pudo.
- Espera... cinco minutos más... – Se quejó esta sin siquiera abrir los ojos.
- Lilianne, estamos en clases... – Respondió reprimiendo una carcajada la otra chica. La primera se sobresaltó y ambas esmeraldas se abrieron exageradamente mientras se acomodaba en su silla. Tru no pudo contener una risa, que por suerte Flitwick no llegó a oír, pero si llegó a oídos de sus compañeros que también dormían en la mesa de la derecha, junto a la ventana. Ambos despertaron y la miraron con irritación, pero ella ni lo notó. Veía divertida el costado derecho del rostro de Lily, completamente rojo de estar apoyada sobre su libro.
- ¿Me dormí mucho tiempo¿Qué sucedió¿Flitwick me vio? – Cuestionó en voz baja mientras pretendía hojear las páginas.
- Tranquila... ni lo notó... pero deberías mantener los ojos abiertos. Por cierto, Fran no vino. – Comentó ya más calmada.
- Ese tonto... seguro se quedó durmiendo... – Soltó la ojiverde, ante lo cual su amiga contestó con una risa irónica.
- Qué falta de respeto¿verdad? Al menos él lo hace en su cama... – Volvió a reír lo más discretamente posible. La expresión de su compañera seguía siendo graciosa y al parecer no era la única que pensaba así... detrás de ellas Sirius imitaba a la morena, mientras James lo reprendía por ello.
- Lo siento, Prongs... pero es que... Ve cómo le ha quedado la mejilla... – Trató de relajarse. Tru se dio vuelta y lo mandó a callar, pero al verse ambos comenzaron a reírse nuevamente. Tru porque Sirius tenía el rostro tan rojo como Lily, y Sirius... pues porque ya estaba tentado y la risa de Tru sólo empeoró eso...
- ¡Black¡Orphychius¿Qué es tan gracioso? – Les reprendió el profesor mirando desde su enorme fila de libros.
- Nada, profesor... es sólo que... – Comenzó la morena, pero no pudo continuar porque la traicionó una carcajada al ver a Sirius que no paraba de desternillarse.
- Ya que no están interesados en la clase... les agradecería que salieran del aula porque hay varios alumnos que desean hacerlo. – Ambos jóvenes se levantaron de su lugar y salieron del salón aún sin dejar de reírse.
Optaron por ir a la Sala Común a esperar hasta la siguiente hora. Se quedaron un buen rato jugando Ajedrez Mágico, conversando. Sirius no era tan idiota como parecía, el chico comenzaba a agradarle...
- ¡Sí! Jaque Mate. – Sonrió este complacido. – Esto nos deja 1 – 1... ¿desempatamos...? – Desafió tomando sus abatidas piezas dispuesto a organizarlas nuevamente.
- No lo creo, ya está por ser hora de Cuidado de Criaturas Mágicas. – Señaló ella observando como varios chicos de séptimo entraban a la Sala de Gryffindor.
- ¡Tru...! – Llamó una joven de cabello rojizo mientras se acercaba a la parejita. – Lamento interrumpir, pero ya es hora de Cui... – Comenzó, pero para variar y para su desagrado, Tru la interrumpió.
- Lo sé, lo sé... mejor vamos por nuestros libros¿han hecho mucho¿les dejó deberes? – Comenzó a indagar la chica a medida que se alejaba de Sirius, que ya se había encontrado con James. – Por cierto... ¡Nos queda pendiente una partida, Black! – Él la miró y le guiñó un ojo, para luego regresar a su charla con Potter.
- ¿Qué ha sido eso? – Inquirió Lily observando extrañada a su amiga.
- Nada, nos hemos puesto a jugar Ajedrez Mágico y hemos empatado... es bueno, para serte sincera... pero ni hablar, yo soy... -
- ¡Un momento¿Todo este tiempo estuviste con Black¿Y él tiene aún los ojos en su lugar? – Tru sonrió ante el comentario y asintió. – Ya, ya... entonces le arrancaste algún órgano. – Continuó tratando la chica.
- Deja de delirar, Lily... hemos mantenido una charla civilizada y dos buenas partidas, la verdad a mí también me sorprende. – Concluyó ante la confundida expresión de la otra.
Para éste entonces, ya ambas estaban tomando sus pertenencias dispuestas a bajar a los terrenos.
- ¿Y tu¿No te mordió el pequeño Potty? – Preguntó entretenida.
- Muy a mi pesar, no... – Rieron. – No, ya en serio... se comporta muy extraño¿crees que ya no le interese? – Articuló un tanto asustada la ojiverde.
- ¡Claro que le interesas, Lily! Sólo míralo... – La chica volteó y se encontró detrás de ella a un sonriente James, caminando junto a Sirius, que la saludó con la cabeza cortésmente.
- No lo sé... ya no es lo mismo... – Continuó con inquietud. – Antes era... más... más James. Ahora es muy... demasiado caballero¡demonios! – Lily hizo una mueca de asco ante lo que su amiga se sonrió jovial.
- No, si a ti hay que matarte... ¿Quién te entiende? Es el cambio que querías lograr en él, sabes a la perfección que a esto no lo hace por cualquiera... -
Lily volvió a mirar atrás. Le sonrió a James, que le devolvió su sonrisa como sólo él podía hacerlo. La chica se sonrojó y volvió su atención al frente, justo a tiempo para verse junto al Bosque. Se unió a la multitud de alumnos dispuesta a llevar adelante la clase sin muchas distracciones, aunque le parecía que sería imposible. Su amiga sólo susurró algunas palabras que ella ni siquiera escuchó pero supuso estarían dirigidas a su tonta actitud. ¿Qué más daba? Ella era muy distinta de Tru...
- ¿Has visto como me ha mirado, Paddy¿Lo has visto? – Soltó James con tono de niño pequeño. – Parece que esto está funcionando.
- Yo más bien diría que desde ayer en la noche nos acercamos más a un punto cercano al de la amistad, pero viniendo de Evans se puede irritar y mandarlo todo al demonio. – Sentenció "muy acertadamente" el otro mientras abría su libro para simular que los Grifos eran los seres mágicos más interesantes del mundo.
- Pues yo creo que está rendida a mis pies... – Comentó James mientras se desordenaba el insubordinado cabello bruno.
- Ya, ya... seguro así es Prongsie. – Concluyó el moreno bastante divertido, para luego perderse en sus propios pensamientos, observando a una morena de vivaces ojos castaños.
La clase pasó rápido, y según creía Lily, era la primera vez que no había logrado oír una sólo palabra de las salidas de la boca del profesor. James se estaba volviendo una obsesión... y aunque esto no pudiera representar nada bueno, le gustaba que así fuera.
Antes de llegar al Castillo, luego de la "maravillosa e interesante" cátedra, se encontraron con Evelyn que salía por las puertas.
- ¡Buenas...! Remus y yo hemos vuelto... ¿cómo les ha ido en mi ausencia¿Se han portado mal? – Preguntó feliz de verlas, encaminándose las tres al lago a disfrutar un poco del día espléndido.
- Claro, Ev... siempre nos portamos bien. ¿Pero tu...? – Respondió igual de alegre Tru.
- Por supuesto, cómo para no hacerlo... – Comenzó ante lo que Lily le dirigió una mirada bastante severa. – Es decir... su madre enferma... todas esas cosas... no está como para andar divirtiéndose... sólo fui a acompañarlo... – Explicó entrecortadamente ante lo que Tru la miró un poco desconcertada.
Ese nerviosismo no era normal en ella, que se mostraba tranquila ante cualquier situación. Sin embargo, supuso que se debía a que se había andado portando mal y no les quería contar (N.A./ Jeje... lo siento, pero me recordó a una situación por aquí su inquietud y a eso se debía).
Llegaron al lago, allí se encontraron con una paz tan inmensa que las relajó durante un buen rato, en el que charlaron (N.A./ como cotorras, ya saben xD) sobre materias (Tru no participó), chicos, chicos, chicos, y más chicos (xD)
- ¿Qué avances, cadete Evans? – Preguntó como si se tratara de un asunto militar.
- Pocos, comandante. – Respondió esta lo más seria que pudo. – De hecho... creo que vamos en decadencia. El enemigo apenas me acosa, ya no se la pasa invadiendo mi privacidad, ni rechaza citas ideales que me proponen. No da vueltas en la biblioteca mientras estoy tratando de estudiar, no me interrumpe en mis conversaciones con interesante seres del sexo masculino... – Lily siguió enumerando por un buen rato hasta que la "comandante" la detuvo con la mano.
- ¿Y no era eso lo que querías?... ¿Por qué en decadencia?... ¡Ay, Lils¿A ti quién te entiende? – La morena no pudo evitar reír ante eso, era exactamente lo que ella le había dicho. Lily frunció el ceño.
- Esta demostrándome desinterés¿cómo voy a querer eso...? – Aseveró mirando con fijación un árbol a unos metros de ella como si fuese el único capaz de comprenderla.
- ¿Sabes que pienso? – Comenzó Tru. – Es de la única manera en que los chicos logran que te fijes en ellos. Cuando están sobre ti, dejándote más que a la vista que se derriten por tenerte cerca, los ignoras. Cuando son indiferentes, te obsesionas con lograr lo contrario. Eso habías hecho con el chico este... Diggory... ¿recuerdas? – Rememoró analíticamente. – Y cuando lograste tenerlo otra vez encima lo rechazaste y a otra cosa. -
- Vamos, Tru, es un patán. No deja de jactarse de las cosas extraordinarias que tiene, y de su radiante vida llena de una incalculable felicidad. 'Que mis padres son los mejores del mundo'... 'Que mi escoba es la mejor'... 'Que no hay quién pueda superarme en Quidditch' – Citó la ojiverde. Evelyn reprimía una risa, Tru la miró cómplice y asintió con un gesto complacido.
- Te recuerdo que Potter también tiene mucho de eso, y sin embargo no ves la hora de que te tome de la cintura y te arrastre a un aula vacía para... - Expresó nuevamente, esta vez realmente MUY ACERTADA. Las mejillas de Lily se tiñeron de un carmesí intenso.
- No digas tonterías, Orphychius, sabes que no es para tanto. Sin embargo, James me resulta un tipo mucho más agradable que Diggory... -
- ¿James? – Articuló Evelyn. - ¿Y desde cuando 'James'? – Soltó con una risita.
- Bueno, Potter. – Corrigió más sonrojada que antes. – Y no es por zafarme de la conversación, ni mucho menos, pero ¿no deberíamos ir a prepararnos para ir a Transformaciones? -
- Claro que no es para zafarte, Lily, jamás lo pensaríamos... – Ironizó la joven de ojos pardos, levantándose y ayudando a sus amigas.
Las tres fueron a su clase y esta vez Lily no tuvo mucho tiempo de pensar en cosas raras porque era importante que tomara esa asignatura como la más importante, al menos hasta que dominara por completo su transformación animaga. El resto del día pasó bastante rápido, sin sucesos dignos de mención.
Por la noche, en el Gran Salón, todos se encontraron finalmente. Francisco, que se había tomado el día, las chicas, James, Sirius y un demacrado Remus, al que se lo veía bastante cómodo antes las innumerables atenciones de Evelyn. Al terminar la cena los Gryffies volvieron a su Sala Común y como era de esperarse, Sirius y Tru – cuál de los dos más orgullosos – comenzaron una nueva partida de desempate para demostrar cada uno que era mejor que el otro. Mientras ellos jugaban, la mayoría se iba yendo a sus habitaciones, dado que ya era tarde, pero ellos dos continuaban.
Llegó un momento en el que sólo estaban James, Remus, Sirius, Evelyn
y Tru en el lugar. Había sucedido que además de que el 99.9 estaba durmiendo, 'alguien' había causado 'algo' en Lily y se había ido hecha un nudo al dormitorio a calmarse y ordenar un poco algunos pensamientos.
Por su culpa: Él. No había podido parar de mirarlo y sonreírle como una estúpida cada vez que sus miradas se cruzaban. Así no habría plan que funcione, tenía que ser una chica fría.
Por otro lado, a pesar de la ausencia de su musa, James divagaba en otro mundo más alegre que nunca. Era notorio que la chica estaba cayendo. O quizás lo empezaba a querer como un amigo... y ya se había decidido a que no quería nada más con él. Eso era coherente... y muy digno de Lily... solía tener esos cambios bruscos de ánimos que él no entendía a qué venían. Un grito lo sacó de sus pensamientos.
- ¡NOOOOO¡No puede ser! – Tru se golpeaba con la mano en la cabeza.
- No te culpes, princesa... no es tu culpa. Tu no perdiste, YO GANÉ. – Sirius se levantó con el orgullo completamente saciado. – Y por cierto, que sea la próxima excursión a Hogsmeade. ¿Qué te parece? – Sonrió el moreno con voz instigadora.
- Como sea... – Gruñó la chica para luego subir.
Sirius fue donde James y se quedó observándolo directamente a los ojos.
- ¿Has visto¡HE GANADO! – Sirius lo sacudió de los hombros porque no parecía haber respuesta.
- Si, si... Felicidades Pad... – Respondió. Su amigo lo miró con extrañeza.
- ¿Pasa algo? – Preguntó finalmente. Ni siquiera preguntaste 'qué' gané... -
- No... es sólo que tengo mucho sueño... – Señaló James fingiendo un bostezo.
- Ya, entonces vamos a dormir... – Sirius miró a Remus que estaba muy bien acompañado y luego a James.
- Moony... ¿vienes? –
- "Moony" irá luego de pasar unos minutitos conmigo, quiero hablar de algo... ¿verdad, Rems? – La chica, que se hallaba sentada sobre las piernas del licántropo, le murmuró algo al oído, ante lo que Remus asintió con la cabeza.
- Bien... ten cuidado, Moony, que Somerset es peligrosa... – Respondió Sirius divertido.
- No mal pienses, Black, no soy como tú. Por otro lado... ¿Lily y Fran estuvieron con ustedes ayer en la noche...? – James asintió con cara de tonto.
- Tooooda la noooche... Stone y... Lily.-
- Eres repugnante, Potter. – Murmuró Evelyn sin poder resistir el reírse un poco. – Oigan, si vuelven a hacerlo, tengan mucho cuidado. Conozco a esos dos y es carrera a cuál de los dos es mas despistado. – La voz de la chica sonaba preocupada.
- De hecho, Lily nos cuidó más a nosotros que nosotros a ella... ¿Sabías que habían acromántulas en el Bosque Prohibido?
- Según yo sabía eran originarias de la jungla de Borneo... – Comentó Remus con el ceño algo fruncido. – Pero al parecer hay una colonia por aquí... – Concluyó rememorando sus clases.
- Yo lo que no me explico es porqué se ahuyentaron ante ella... – Meditó en voz alta el morocho. – En fin... los dejo solos tortolitos, yo me voy a dormir... no hagan cosas indecentes en el sofá que luego todos lo usan, tu conoces los lugares a los que puedes ir, Moony... pórtate como es digno de un Merodeador. – Sonrió guiñándole un ojo con picardía.
- Si, claro... – Respondió con una media sonrisa él pálido muchacho tomando a la chica por la cintura y atrayéndola a él, la cual se dejaba mimar con notoria diversión.
James subió por las escaleras y entró a su habitación dejando a la joven parejita asolas.
- Así que como es digno de un merodeador... – Murmuró dándose la vuelta y quedando cara a cara con Remus.
- Bueno... de un merodeador como yo. – Sentenció el chico. – Ellos tratan a las chicas de otro modo... – Explicó jugueteando con un mechón castaño de la joven que caía seductoramente sobre su rostro.
- ¿Ah, si¿Y cómo las tratan ellos...? – Evelyn miraba profundamente los ojos ambarinos del licántropo sin dejar de sonreír de un modo... malicioso.
- Pues... en mi lugar, ya te habrían llevado a otro sitio para pasar un momento más íntimo... – Soltó un tanto sonrojado él, aunque sin evidentes deseos de evadir la mirada sugerente de la joven.
- En realidad... no me molestaría un poco de ese carácter... si es que no te duele nada... – Completó acariciando los destacados pectorales de Remus. Este se limitó a sonreír tímidamente antes de ser apresado por un beso súbito con el que dio rienda suelta a su creatividad. (N.A./ Jeje! Y bien por ellos...)
Al fin! Otro chap que se va... y de nuevo, pospuse un poco el comienzo de algo de modo apresurado porque la personalidad de un par de personajes no da con el perfil que me había propuesto para ellos... este tema avanzará de a poco... por lo pronto lo único nuevo es la "amistad" de Lily y Fran con los merodeadores... la cual será un factor a tener en cuenta más adelante...
Ojalá hayan disfrutado el capitulo. Espero dejen reviews nn a desigranger le agradezco por escribir, y aquí actualice y a Keny... me alegra que te guste, aquí esta chap 3!
