Bien, lo siento, pero hemos llegado al Capítulo final. Me siento emocionada, joer, después de tantos capítulos con vosotros... Pero pronto comenzaré el nuevo fic: "La Madre de Vegeta", y espero seguir en contacto con todos y todas, amigos y amigas, que me habeis animado todo este tiempo a seguir con esta pequeña obra.
Espero de corazón que os guste el capítulo. Está escrito con todo el cariño del mundo y tal y como os prometí, tiene un final feliz.
Me despido de todos vosotros, Shadow, Linna, Shadir, Darth Maferius, Bulma-chan, Saturno, Son Vegetzu, Agaue, Majin Lu, Irina, Karo, Demona, Lady Grayson, Ameban, Akiyoshi Tsubasa, Harukitaku, Ryka, así como de todos aquellos y aquellas que han estado siguiendo este Fic. Os doy un gran abrazo. Gracias de corazón, se os quiere...
-----------------
Capítulo 43: El Final Feliz.
Todos aguardaban en el salón de habían sentido el ki de la chiquilla en su cuarto, junto con su padre. Bulma salió a agradecerles su ayuda prestada. A pesar de tener los jos enrojecidos por el llanto, estaba feliz de haber recuperado a su niña. El médico llegó al poco tiempo. Bra estaba muy mal, temblaba, vomitaba, sudaba, ya tenía calor y ya frío. Vegeta no sabía muy bien como ayudarla, pero Bra le pidió por favor que nadie la viera así salvo él, así que Bulma, Mirai y Trunks esperaban fuera. Era un doctor de confianza. Llevaba asistiendo a la familia hacía años, y ya estaba jubilado, pero sólo él conocía suficientemente bien a aquella familia como para tratarles acertivamente. Hizo un reconocimiento a la muchacha, un análisis de sangre, y le formuló algunas preguntas. Luego le dió un sedante para calmarla, y le recetó unas pastillas antipsicóticas para evitar los efectos secundarios de las drogas. Por último, les dejó la tarjeta de su propia hija, una jovencita hermosa, de ojos miel claros y pelo rubio, que se había especializado en psiquiatría.
A la mañana siguiente Bra despertó con la visita de un rostro conocido. Estaba muy débil aún, así que ni siquiera pudo levantarse de la cama.
- Raditz... estás vivo. - El la abrazó con emoción.
- ¿Estás bien?. - Preguntó preocupado al verla postrada en cama con tan mala cara y con medicamentos en su mesita de noche.
- No, estoy enferma, pero pronto me recuperaré... - Dijo ella sonriendo tristemente con su máscara habitual. - Esto... es tuyo... - Ella alcanzó el libro que guardaba bajo su almohada. - Pensé que jamás te lo podría devolver... - Pronunció emocionada.
Raditz cogió el libro y lo abrió con gesto serio y ojos clavados en sus azules. Comenzó a recitarle unos hermosos versos en saiyajin.
- "Dos cuerpos mezclados en un sólo ser.
Entrega tu alma, mi compañero,
Entrega la tuya, oh, compañera.
Esencia Saiyán,
dolor y placer...
Dos espíritus unidos en un sólo ser.
Bebí de tu sangre,
bebistes la mía,
aún se ven las marcas,
te quise morder.
Dos heridas abiertas en un sólo ser.
Me perteneces,
te pertenezco,
Unión sagrada,
por la eternidad.
Dos vidas enlazadas en un sólo ser." -
Bra le miró con tristeza, descubriendo el significado de aquella mordida que le pidió en aquel recitado fantástico. Pero ella amaba a Goten.
El lo vió en sus ojos, casi podía leer sus pensamientos aunque ella no pudiera leer los suyos. El le pertenecía, por una trampa del destino, o por su propia estupidez. Pero no importaba eso ahora. El se lo dijo un día, permanecería a su lado. Era su triste sino. Era su honor saiyajin. Antes de que ella dijera nada él se acercó y se contuvo en besar sus labios, para besar su frente. Su orgullo le impedía caer tan bajo como para forzarla y morderla a la fuerza.
Vegeta sintió un ki junto al de su niña. Se fue enfurecido a la habitación encontrándose de frente con Raditz.
- ¿Qué haces aquí miserable?. - Su voz era fría y terrible, como si quisiera cobrarse en el guerrero todo lo que le habían hecho a su hija. Raditz quedó impresionado de ver a Vegeta, a pesar de saberlo, aún no podía creer que fuera el padre de ella.
- PAPAAAAAA. - Gritó Bra llorando antes de que su padre tocase a Raditz, que se puso en guardia transformado en super Saiyajin. - RADIIIITZZZ - Gritó haciendo que ambos parasen el enfrentamiento que estaba a punto de continuar.
Un sudor frío la inundó nuevamente, parecía estar peor. Vegeta olvidó a Raditz y le alcanzó la medicina que le había dejado el doctor la noche anterior. El otro guerrero abrió los ojos asombrado y casi sin poder creer que pudiera llegar a ver al Príncipe en pose tan amorosa.
- Marchate ahora mismo, y si te vuelvo a ver cerca de ella, te juro que te mataré. - Le dijo en voz baja para no perturbar a su hija, mientras que ella bebía un poco de agua, sostenida en los brazos de su padre.
- No, papá, Raditz es mi amigo, fue mi único amigo en la Sala del Tiempo. Por favor... no me hagas esto, le necesito a mi lado. Por favor... - Los ruegos de Bra hicieron mella en su padre. No le gustaban esas compañías para su hija, pero no quería turbarla, así que dedicó una mirada de pocos amigos a Raditz y pasó a ignorar su presencia. El guerrero sonrió levemente y se dió media vuelta.
- Volveré a visitarte, Bra... - Dijo sonriendo de espaldas. Bra asintió con una sonrisa. El la miró de reojo y voló lejos de allí, pero dejando en la mesita de noche el Libro Sagrado de los Saiyajins. Vegeta gruñó con el último comentario, pero el abrazo de su hija le enterneció.
- Gracias... te quiero, papá... -
----------------
Los siguientes meses fueron terribles para Bra. La psiquiatra la ayudó mucho durante todo el año que tardo en recuperarse. Su tratamiento con antipsicóticos debería prolongarse durante 7 años al menos. La recuperación era lenta, pero su fuerza de voluntad y el cariño y apoyo de todos la hicieron sentir cada vez mejor, hasta que un día sonrió de verdad, no sonrió su máscara, sino ella misma. Ese día Bra se sorprendió a sí misma. Por primera vez en un año había sido capaz de abandonar la máscara maldita que ocultaba su verdadero yo, y se había atrevido a ser ella misma. Primero fue esa sonrisa, luego fueron algunos gestos, algunas palabras sinceras, hasta que poco a poco, su espíritu, su cuerpo, su corazón, se fueron restableciendo. Por supuesto, la herida de aquel horrible pasado, permanecería con ella durante años, pero había vencido, había logrado derrotar los fantasmas que la asustaban. Goten siguió siendo novio de Bra. La empresa de publicidad que regentaba como socio de Trunks subió como la espuma, y sus cualidades como dibujante, le valieron la creación de proyectos bastante interesantes. Volviendo con Bra, cuando logró vencer a aquellos fantamas interiores, una gran fuerza se desató en su interior, y llegó a convertirse en Super Saiyajin, haciendo realidad uno de sus mayores sueños. Muchos años después, ella se enfrentó a una terrible amenaza, llegando a salvar el Planeta Tierra. Su hija, casi clónica a Bulma, y heredera de la inteligencia e ingenio para los inventos de la misma, llegó a ser la Presidenta de C. Corp. y su nieto, Chibi Vejita, fue un clon perfecto de su padre, hasta en el caracter.
En cuanto a Mirai, os contaré, que se quedó a vivir en aquel tiempo definitivamente. En cuanto la vió, se quedó prendado de la joven psiquiatra que atendía a Bra, y se hicieron novios formales poco después. Mirai entró en la Universidad haciendo la prueba de acceso para mayores de 25 años, ya que en su tiempo no había podido estudiar debido a todos los problemas, y se matriculó en Derecho. Cuando terminó la carrera, dedicó gran parte de su vida a defender causas justas, y ya que tenía bastante dinero como para vivir, pasó muchos años defendiendo gratuitamente a personas necesitadas de justicia.
Trunks y Pan siguieron su noviazgo y se casaron. Pan se dedicó a la enseñanza de las Artes Marciales, con un Dojo propio. Trunks, por su parte, cedió a su hermana Bra la presidencia de la compañía y formó su propia empresa de publicidad, junto con su socio Goten, la cual tuvo un gran éxito. El trabajo creativo y expansivo, los horarios flexibles, eran su pasión. Como pareja, Trunks y Pan, tuvieron un niño guapísimo, de pelo negro y ojos azules, casi clónico a Trunks, salvo por el color de pelo; y un nieto maravilloso, idéntico totalmente a su tatarabuelo Goku, un año menor que su primo Vejita.
Vegeta, por su parte, estaba un día viendo la televisión junto con su hijo Mirai. Se trataba de un documental que hablaba acerca de los capos de la droga, de las plantaciones, del negocio... De pronto padre e hijo se miraron son una sonrisa genuinamente maliciosa y alzaron el vuelo sin mediar palabra con nadie. Puedo asegurar que no quedó ni una sóla plantación, ni siquiera de un metro cuadrado, de plantas productoras de drogas, no quedó ni un sólo laboratorio de drogas sintéticas. Y en cuanto a los mafiosos que osaron con sus ejércitos tratar de dañarles, se quedaron sin ejércitos, sin plantaciones, sin laboratorios, sin flota de barcos, ni aviones, sin casas, en la más absoluta indigencia. Y para no matarles y caer en la venganza, Mirai tuvo la genial idea de abandonarles desnudos por completo en el centro de las ciudades. Juntos, padre e hijo, acabaron totalmente con el negocio, pero como siempre estaban surgiendo laboratorios clandestinos, dedicaban todo su tiempo de 'padre e hijo' a su diversión preferida: cazar a los narcos. Cuando nacieron los nietos, Vegeta se hizo tan tierno que hasta Raditz pasaba verguenzas cuando lo veía.
Amin entró en prisión y cumplió 2 años de condena. Al salir se quedó sin poder hacer su negocio, ya que Mirai y Vegeta se encargaron de ello bastante bien, así que se tiró a la bebida, y acabó en un hospital con cirrosis. Prácticamente escupió el hígado por la boca antes de morir dolorosamente, sólo y desquiciado por la locura.
Bulma dejó el tabaco para solidarizarse con su hija, y trabajó junto con Gohan en una vacuna más efectiva para la enfermedad de la que les advirtió Mirai. Su relación con Vegeta fue a mejor totalmente, porque su Príncipe comenzó a ser más cariñoso con ella, aunque por supuesto, siguieron disfrutando de largas sesiones de discusiones, y de comentarios picajosos mutuos. Así como de unas sesiones de cama... apoteósicas... Cuando nació la hija de Bra, Bulma le enseñó todo lo que sabía acerca de inventos, ciencia y tecnología.
Marron y Uub se casaron poco después. Marron estudió enfermería, y trabajó junto con Gohan, ayudando a este y Bulma en su labor con la vacuna y otros proyectos importantes. Uub, por su parte, trabajó junto a Pan en el Dojo que ella regentaba.
Gohan se dedicó a la enseñanza en la Universidad, considerándosele como un eminente científico. Ganó el Premio Nobel por sus méritos en combatir el hambre y la miseria del tercer mundo. Gracias a sus investigaciones, se lograron crear campos de cultivo más resistentes, y con la ayuda de Bulma, lograron idear máquinas que controlaban el clima. Formaron una fundación benéfica para el desarrollo del tercer mundo, que logró su objetivo, haciendo que este mundo fuera más justo, y que no existieran nunca más inmigrantes ilegales que debieran salir de sus paises acuciados por la miseria y el deseo de una vida mejor. Gracias a ellos, todos eran felices de vivir en la tierra que les vió nacer. Videl ayudó a Pan en todo lo referente a la edificación y formación del Dojo, sintiéndose orgullosa de que continuara los pasos de su abuelo... no... no de su abuelo Goku... del otro abuelo... Ayyyssss, amor de hija... (Suspiro).
Respecto a las contrapartes del pasado...
Vegeta y Bulma se casaron. Trunks llegó a ser el mejor amigo de Gohan, que era un año mayor que él. Goten y Bra, crecieron como los mejores amigos también, siendo Bra un año menor que Goten. Se dieron su primer besito a la edad de 6 años (si es que se le puede llamar besito a un roce de labios por accidente). Cuando crecieron se hicieron novios, y ahí si que se besaron a basa de bien. Vencieron a los androides y Cell sin problemas, porque para cuando llegaron, ya eran todos Saiyajins de nivel 2. No soportaron los problemas de la enfermedad, porque Freezer no estaba infectado aún en aquel tiempo.
En el infierno...
Freezer se vió obligado de hacer de esclavo sexual para Zarbón, y soportó todas las torturas inimaginables, hasta que llegó Cell, y le dió a Zarbón paliza tras paliza. Hasta que llegó Broly, y los hizo picadillo a todos día tras día, tras día, tras día...
Dodoria se hizo entrenador personal de posturitas para los miembros de las Fuerzas Especiales.
Respecto a Raditz...
Encontró trabajo como portero de una discoteca, y se encargó de darle una paliza a Ice, cuando intentaba violar a una chica a la que había drogado previamente. Acudía varios días en semana a ver a Bra, y la ayudó bastante a superar sus problemas. Sus reuniones consistían en recitados de uno y de otra, ya que compartían su afición por la dramatización. Cuando acabaron por hartarse de recitar los poemas del Libro Sagrado, Raditz comenzó a inventar otros textos de estilo similar. Bra descubrió que tenía ante ella a un genio, al poeta del milenio, con aquel estilo rudo, sensual, y aquellos vocablos tan... casi eróticos... Le ayudó con las traducciones de su poemas, escritos originalmente en idioma saiyajin, y la publicación de su primer libro fue un éxito que lo lanzó al estrellato. Un best seller. Las mujeres se volvían locas por él, siguió conservando ese aire salvaje y medio barriobajero, con adornos metálicos y el pelo largo (aunque lo recortó sólo un poco y comenzó a utilizar una coleta detrás...), no le costaba mucho complacer en la cama a sus muchas admiradoras, aunque, eso si, su alma seguía perteneciendo a Bra. Mucho tiempo después, ayudaría a Bra a vencer una amenaza terrible, y sería uno de los pocos sobrevivientes que quedaron de aquella batalla.
En uno de sus libros de poesías, en una edición especialmente hecha para Bra, venía un poema, que no apareció en las demás ediciones. Por suerte, ni Vegeta, ni Goten, eran aficionados a leer sus libros.
-"Algún día,
te rendirás en mis brazos,
orgullosa princesa...
te tomaré salvaje,
te poseeré completamente,
hasta que me lo pidas...
Y beberé de tí,
uniendo para siempre nuestras vidas,
bella princesa...
Algún día...
serás mía...
para siempre...
vida mía...
y tendré tu cuerpo a mi merced,
cada noche.
Cada día...
Algún día...".-
F I N
