Capítulo Dos.
Ya una vez en el aeropuerto, con el ticket en la mano, Marcia intento decirse a si misma que la emoción que la invadía no era por que vería nuevamente a Andrés, si no que iba a hacer lo que más quería, dar a conocer su nueva novela, el destino no era lo que le importaba.
- Bien Marcia, ya no vamos, el equipaje yaa esta en el avión, terminamos de tomar nuestro café y pronto nos llamaran para pasar el control - Felipe sorbió lo que le quedaba de café y pidió la cuenta.
- ¿Es hora no? - Se dijo Marcia en voz altta.
- Si pequeña, es hora ya - Felipe la mirabba a los ojos.
Marcia sintió algo que no fue capaz de describir, se levantó, tomo su bolso, Felipe pagó la cuenta y la siguió.
- No quiero preguntar si te sucede algo, pporque desde que supiste que íbamos para allá has estado así, espero que cuando la historia avance lo suficiente puedas contarme, sabes que en mí tienes un amigo que te escuchará -
- Si lo sé Felipe, siempre lo he sabido - Marcia lo miró con una sonrisa intentando darle la confianza suficiente en sus palabras.
- Entonces vamos, nuestro avión nos esperaa - Felipe le extendió el brazo y ella lo tomo, riendo como dos niños fueron al control.
"Marcia" pensó Andrés mientras miraba la invitación que ya estaba en sus manos, recordó cuando una jovencita vino a entregárselo. Él estaba sentado en el sillón del living de su casa, cuando escucho el timbre, ese día la señora del servicio tenía libre, así que con bastante incomodidad dejo su libro y fue a abrir la puerta, de pie frente a ella se encontró con una chica que lo miraba tímidamente y que tenía en sus manos un pequeño papel azul.
- Hola, disculpe¿Es usted Andrés Del Vallle? -
- Si, soy yo y ¿Quién eres tú? -
- Soy Elena, hace algunos días fui a la Ciiudad y me encontré con una escritora, su nombre es Marcia Lirrán, no sé si usted la conoce, pero creo que ella si, me ha pedido por favor que le entregue esta invitación - Y le extendió el pequeño papel azul.
- ¿Marcia Lirrán¿Invitación? - Andrés eestaba confundido¿sería realmente Marcia?.
- Lo que sucede es que llega mañana a la llibrería que esta en el centro a promocionar su nueva novela y me ha dado dos invitaciones especiales, una para mí y otra para usted, solo tiene que entregársela a la persona encargada de la seguridad y lo llevarán a donde este ella en ese momento - Luego bajando la mirada a la invitación que aún tenía en sus manos dijo - Eso es lo que me ha explicado.-
- ¿Estás segura que la otra es para mí? - Andrés aún no podía creerlo, después de tantos años.
- Si señor, ha dicho su nombre y la ubicacción de su casa, no creo que me haya equivocado, además ¿Usted la conoce o no? -
- ... Pensé que la conocía, pero eso fue hhace mucho tiempo - Andrés tomo la invitación - Gracias Elena por traérmela -
- No hay por que, yo encantada de poder haacer algo por Marcia, se veía un tanto triste, espero que con esto haya podido alegrarla un poco- Se dijo más para si misma que para que Andrés la escuchara.
- Dudo que este triste - Masculló Andrés.
Elena al notar el cambio de ánimo de Andrés decidió que era el mejor momento para irse.
- Ahora ya tengo que irme, a sido un gustoo Señor -
- Igualmente Elena -
Se despidieron, Andrés cerró la puerta y se apoyo atrás, tomo la invitación, la leyó cuidadosamente "Invitación especial de Marcia Lirrán", Si, se dijo, era ella, después de tanto tiempo volvía. Hoy sentado en su sillón favorito no dejaba de juguetear con la tarjeta.
- Marcia... Marcia... ¿Qué es lo que quierres esta vez? - Miraba el vacío con una expresión helada. - Ya ha pasado mucho tiempo¿no crees? -
Andrés vio en su mente la imagen de dos niños corriendo por la avenida principal rumbo al circo, iban tomados de la mano y en ambos había una sonrisa que hace mucho tiempo, él no veía en su propio rostro.
Ya antes de bajarse del avión Marcia había reconocido el lugar, no había cambiado mucho, solo quedaban huellas de que la tecnología había pasado por ahí, el resto, estaba igual que antes... como cuando aún vivía ahí. Fueron a recoger el equipaje y en un solo carrito Felipe llevo todo al automóvil que los estaba esperando, todo programado desde antes por el muy eficiente Felipe.
- ¿Quieres ir a algún lugar antes de ir all hotel Marcia? -
- Más bien luego de ir a dejar nuestras coosas al hotel voy a salir -
- ¿Estás segura, recuerda que tienes que volver a las ocho para la cita que tenemos con la prensa - Le dijo Felipe mirando con el entrecejo fruncido.
- No te preocupes Felipe, tú sabes que pueedes confiar en mí - Le dijo Marcia mirando las casas que pasaban, en cada una de ellas tenía un recuerdo... Veloz había pasado el tiempo.
- Tienes razón. - Felipe la abrazó.
Cuando tuvo todo listo en su habitación, sonó la puerta, Marcia abrió y se topo con un enorme ramo de rosas, imagino que era el presente del Gerente del Hotel, hecho que ocurría a cada lugar que iba.
- Señorita Lirrán¿puede firmar el reciboo por favor? - Dijo el botones.
- Claro¿dónde firmo? -
- Aquí - El chico le extendió como pudo ell papel y lápiz, Marcia firmo y recibió las flores.
- ¿No viene con tarjeta? - Notó Marcia lueego de revisarla.
- No señorita, llegaron a recepción solo ccon instrucciones de entregárselas a usted, ahora si me permite, debo volver a mi trabajo -
- Por supuesto, adelante - Respondió Marciia y cerró la puerta.
"¿Quién pudo haber enviado las flores?", era una locura pensar que Andrés pudo habérselas enviado ya enterado de que estaba ahí.
- No creo que Felipe se haya molestado en enviarme flores, nunca lo ha hecho, entonces ¿Quién las envía? -
Colocó las flores en agua mientras se hacía todas esas preguntas y pensaba en Andrés, "Era imposible" se decía una y otra vez, lo de ellos había terminado y ella misma había dejado en claro que no había vuelta atrás... pero ¿Qué era entonces ese deseo de que las flores fueran de él?.
Una vez abajo tomo un taxi, le dijo una dirección que había repetido muchas veces a lo largo de su Vida, el joven entendió muy bien las instrucciones y se dirigió a la pequeña casa. El aspecto era... triste, la casa llevaba muchos años en ese estado, el mismo tiempo que llevaba su alma abandonada...
- Hace mucho que no venía para acá, no me había percatado de como ha pasado el tiempo - Dijo Marcia luego de caer en cuenta que el Taxista esperaba su paga, le dio el dinero y bajo, la hierba cubría todo el patio que con tanto esmero su madre había cultivado, la casa necesitaba pintura y una ventana estaba rota. - Creo que tengo muchas cosas que hacer antes de que comience esa cita con la prensa - Se dijo a si misma y apareció en su rostro una sonrisa que ya estaba casi desaparecida.
Felipe estaba desesperado, hace más de treinta minutos que Marcia debía de estar ahí y aún no había llegado, ella nunca había hecho eso¿Qué le habrá sucedido, se preguntaba una y otra vez cuando tenía que darle una excusa al chico encargado de recibir a la prensa.
Marcia entro rápidamente al Hall del Hotel con la ropa llena de tierra, el encargado de la puerta estuvo a punto de no dejarla entrar, la había desconocido bajo la enorme capa de tierra que llevaba encima. Felipe se acercó a ella a grandes zancadas.
v - Pero ¿Qué...? - Dijo al verla así.- ¿Haas olvidado la hora a la que tenías que estar aquí¿Qué has estado haciendo que estás así, parece que estabas jugando en el barro - Felipe la miraba consternado.
- No ha pasado nada, solo estaba haciendo mis cosas - dijo Marcia sonriendo - Ya vengo, me preparó en unos minutos y bajo de inmediato, ya tranquilízate Felipe - Le acaricio la mejilla y fue corriendo al elevador.
- Un día me vas a sacar de quicio Marcia¡Sabías! - le grito mientras la chica corría veloz. Felipe sonrió, nunca le había visto tal muestra de alegría en el cuerpo, aún bajo la enorme capa de tierra puedo verla. Se rió... de pronto sintió la fuerte mirada de un hombre que estaba parado en la puerta de la sala donde esperaba la prensa, tenía más o menos su edad, era alto, su pelo oscuro estaba pulcramente peinado, vestía un terno ejecutivo y su mirada era penetrante, como si quisiera atravesarlo de lado a lado, de pronto vio en sus ojos algo que le sorprendió, lo estaba desafiando, pero eso lo había visto muchas veces por causa de su trabajo, aunque esta vez era diferente, no sabía porque, pero sentía que no tenía nada que ver con eso. Se acerco a él el chico encargado de la sala, ya no sabía que decirle a la prensa para dejarla tranquila.
- Esta bien, voy de inmediato para allá -
Felipe muy astuto entretuvo a la prensa contándole pequeños detalles de la gira que iban a hacer para promocionar, contando algunos destinos de su viaje, respondiendo preguntas de fechas y lugares específicos, hasta que por fin la atención se centró en una persona que no era él, Marcia había entrado a la habitación con un traje perfecto a la ocasión, nada quedaba de la niña que había visto correr unos minutos atrás. "Así es ella" pensó "Siempre profesional". Le abrieron paso a la mesa central, de pronto la taparon de preguntas, Marcia contesto todas y cada una con mucha seriedad, respondiendo solo lo necesario, ya estaba habituada a todas esas cosas. De pronto una mano se levanto entre la multitud y ella recién reparo en quien se trataba, en su intento de hacer todo de la mejor forma, no lo había visto. Felipe miro y se encontró nuevamente con los ojos del hombre que lo había estado mirando hace un rato, cuando estaba hablando con Marcia. Andrés sonrió, incapaz de demostrar algo a través de esa sonrisa.
- ¿Me permite una pregunta señorita Lirránn? - Andrés la miraba con una sonrisa maliciosa en los labios, algo que desconcertó a Marcia, jamás lo había visto así, tan... frío y distante.
- Cla... Claro señor, dígame - Pudo articuular Marcia.
- ¿Cuánto tiempo se va a quedar? -
- Unos tres días a lo sumo -
- Espero que se vaya pronto, no quisiéramoos retenerla en este pueblo más de lo necesario para su carrera - La voz de hielo se escucho fuerte y clara en la habitación.
- No sé preocupe Señor Del Valle, solo me quedaré el tiempo que necesite, ni un día más - Marcia se levantó y salió de la sala dejando a todo el mundo sumido en el más profundo silencio, solo Felipe se dirigió a la audiencia.
- Bueno Señores, la conferencia ha terminaado, Buenas Noches - Y salió de la sala, no sin antes dirigirle una mirada de ira al hombre que sombrío miraba la puerta por donde hacía un instante había pasado Marcia, llena de una profunda pena.
