Capítulo Cuatro.

Cuando abrió sus ojos al día siguiente, Marcia noto que sobre la mesa del centro, había un gran ramo de flores silvestres y en el suelo una caja. Se levanto y no pudo encontrar tarjeta en las flores, ya definitivamente no era el Gerente, tomo la caja y leyó lo que tenía escrito "Sé lo que estás haciendo, esto ayudará un poco", abrió la caja y eran guantes, definitivamente mejor que los que estaba usando y una pequeña pala de jardinería. "Felipe debe de haberme descubierto" Pensó, pero luego se dijo que eso era imposible, no había forma de que lo supiera, a menos que la siguiera, pero él no sería capaz de eso, y si no era él, entonces ¿quién, de pronto todo fue más claro, tenía que ser él, quien más podría ser, Andrés le había enviado las flores y las herramientas, ¿Era eso acaso una forma de hacer las pases con ella?.

- No seas tonta Marcia, eso es solo lo que quieres, pero que definitivamente no va a suceder, han pasado muchos años y es evidente que él no te ha perdonado, fue una tontería el haber venido - Se dijo en voz alta.- Mejor volveré a mis labores, hoy tengo un gran sector que limpiar, eso me ayudará a dejar de pensar -

Ese día Marcia no tenía ningún compromiso con la editorial, así que podía hacer lo que quisiera, y ella lo tenía muy claro, caminando al armario escogió la ropa adecuada, salió, tomo un taxi y se fue. Felipe mirando desde su ventana, la vio salir, una vez más se pregunto que estaba haciendo ella.

Una vez en la casa de sus padres, Marcia se dio cuenta que había avanzado bastante y que ya poco le faltaba, aún así tendría suerte si terminaba antes de que a Felipe se le ocurriera marcharse a otra ciudad para las promociones.

- Manos a la obra entonces -

La casa ya estaba reluciente por dentro, Marcia había limpiado cada rincón, encontrando cada espécimen vivo digno de un estudio, ahora solo le faltaba limpiar el patio y colocar plantas bellas, para que quedará tan hermoso como lo tenía su madre, es cierto que necesitaba más dedicación que un par de días, pero podía dejar a alguien encargada de esas cosas, hasta que ella volviera, "Solo quiero recuperar lo que tenían antes mis padres" y con ese espíritu comenzó a trabajar en la tierra.

Ya habían pasado varias horas desde que había llegado, estaba muy cansada y parecía que no había avanzado nada con la limpieza, las hierbas tenía raíces muy largas y firmes, haciendo que la tarea fuera mucho más dificultosa para la chica. Estaba en eso cuando algo le tapo la luz del sol, levantó la vista para saber quien era, y lo que vio la hizo sentarse en el suelo de la impresión.

- ¡Andrés!... ¿Qué haces aquí? -
- Vengo a ayudarte Marcia, hace un rato quee te observo y veo que tienes una gran pelea con estas hierbas, y si no consigues ayuda, van a ganarte por cansancio, así que aquí estoy - Y sin esperar que le dijera nada, Andrés comenzó a sacar las hierbas con facilidad, esas que tanto trabajo le habían costado, Marcia resignada, siguió con la mirada lo que él hacía, viendo cada movimiento, cada músculo en acción, cada fibra de él, hasta que de pronto se dio cuenta que tenía calor y que no era por el sol específicamente, se sonrojó y descubrió que Andrés la estaba mirando.
- ¿Qué sucede, ¿Porqué me miras así? - Dijo Marcia sintiéndose desnuda.
- Has cambiado Marcia, pero no mucho he de reconocer, aún sigues siendo... - Sus ojos se iluminaron y algo dentro de si le impidió seguir hablando, se acercó a ella y la beso, pero esta vez suave, delicadamente, los movimientos eran lentos, llenos de pasión, ella no pudo hacer nada más que corresponderle, era feliz, cada centímetro de su cuerpo reaccionaba a la dulce caricia, lo abrazó y lo atrajo hacia ella, pero algo sucedió, de pronto él se quedo quieto, se deshizo de su abrazo y la miro, se levantó dándole la espalda.
- Adiós Marcia - Y diciendo esto se alejo, dejando a la chica sin nada más que hacer, que mirar como se iba. De pronto Marcia se dio cuenta de todo lo que había pasado, un par de lágrimas cayeron de sus ojos, tomo sus cosas y partió al hotel, entró rápidamente a su cuarto, dejo todo en el suelo tomando dirección a la ventana que daba a la calle, miro el cielo y sintió que veía su alma, empezó a llover, vio su reflejo en el vidrio, un par de hermosos ojos verdes bañados en lágrimas.

Llovió toda la noche, Marcia desde su cama veía como las gotas bajaban rápidas por la ventana, no pudo dormir por estar pensado en todo lo que había pasado ese día y para lograr un poco de paz, tomo los últimos escritos que tenía y se dispuso a continuarlos.
Felipe vino a despertarla muy temprano, recordándole los compromisos que tenía ese día y diciendo que no olvidará la fecha en que tenían que irse.

- Si lo sé, ¿puedes dejarme dormir ahora, falta casi medio día para todo eso -
- Vamos Marcia, tu sabes que no alcanzaras a hacer todo, es mejor que te levantes - dijo Felipe mientras corría las cortinas de su cuarto.
- ¿Hay alguna posibilidad de que adelantes la salida de esta ciudad, ya quiero irme al próximo destino - Marcia ya más despierta miraba el techo.
- ¿Ha sucedido algo q quieras contarme? - Felipe observaba su rostro en busca de lo q tanto temía.
- Andrés me besó -
Felipe no podía creerlo, quisiera o no, estaba sintiendo q la estaba perdiendo, Marcia expresaba una mezcla de dolor y alegría, pero q no sabía exactamente porque.
- Marcia ¿Qué sientes ahora? - No podía quedarse con la duda carcomiendolo.
- Estoy confundida... su beso fue tan dulce, tierno, delicado, sentí q volví a renacer, pero luego algo pasó, se alejó y me dijo adiós... entonces me sentí... ya no quiero estar aquí - Mantenía la mirada perdida en el cielo de su habitación.
- No debiste haber dejado q te besara, no estarías sufriendo ahora, tenías q haber mantenido la distancia entre ustedes -
- Y cómo puedo evitarlo?... aún lo amo, me hace sentir... Oh Dios ¿qué estos diciendo, él me odia... ese beso fue una revancha y ahora sabe... sabe q lo quiero - En cada palabra q pronunciaba se podía percibir la enorme tristeza q la embargaba, la línea por la q la estaban llevando sus pensamientos no lograban más q hacerle daño, ahora él sabía q ella no era inmune... no, por su bien no podía seguir ahí, no más tiempo - Felipe quiero q arregles todo para irnos, no más entrevistas, no más trabajo, solo vámonos, no me quedaré más acá -
- En otro momento te apoyaría, pero no puedes estar siempre huyendo de Andrés, enfréntalo, colocalo en su lugar, no te dejes Marcia, tu eres una chica fuerte q ha tenido q luchar por ser quien eres, tienes q superarlo y olvidarlo para q de una vez por todas, lo q haga él no te afecte, ya ha pasado mucho tiempo desde q compartieron ese amor del q me has hablado tantas veces, él no supo comprenderte, no supo compartir contigo tus sueños, sólo pensó en lo q él quería, en lo q él necesitaba y ahora vuelve solo para hacerte daño, no lo dejes Marcia, no te dejes -
- Tienes razón Felipe... no puedo dejarme vencer solo por un beso, tengo q dejar de quererlo, Andrés tienes q dejar de ser importante para mi - "Y pensar q yo había creído en q no me dejaría ir, en q quería estar conmigo ahora, soy una tonta"
Marcia se levantó, tomo el itinerario del día, le dijo algunas cosas a Felipe y éste salió de la habitación. "Seguiré con lo q estaba planeado, Andrés no cambiarás mi rumbo de Vida ahora"

Andrés estaba en el living de su casa, sentado frente a la chimenea como única luz en toda la habitación, sus ojos tristes miraban el fuego consumir la madera, la música suave en el ambiente, ahí estaba solo con sus pensamientos. "Marcia..." volvió a ver lo q había pasado esa tarde "Porqué te dejé ahí Marcia, q me pasó? Estaba tan feliz entre tus brazos, feliz de recibir tu beso, feliz de besarte, pero de pronto el tiempo retrocedió, te ví partir sabiendo q te amaba, sabiendo q no podría vivir en paz sin tí, sabiendo q me amabas y aún así me dejaste... Oh Marcia como te extraño"
- ¡¿Porqué no he podido dejar de amarte! - gritó mientras tiraba lejos la mesa de centro. - ¿Porqué...? - cayó llorando como un niño encima de la alfombra.

Los días pasaron, Marcia seguía como si nada hubiera ocurrido, Andrés no volvió a aparecer y eso le confirmaba día a día que solo había sido un juego para él su beso, aún así escondía su resignación bajo una aparente imagen de trabajo excesivo, como nunca comenzó a escribir y escribir, pasaba horas encerrada en su habitación, solo salía cuando tenía q trabajar o cuando Felipe preocupado por su salud, la obligaba a dar paseos con él "Para q cambies el aire de esos pulmones" decía y ella se lo agradecía.
- No sé q haría sin ti Felipe, siempre preocupado por mi, haciendo q me sienta bien, eres un gran amigo - Lo miraba dulcemente dándole las gracias y eso hacía muy feliz a Felipe, q solo pensaba en ella.
Luego de caminar muchisimo, saludar a muchas personas, Felipe tomó a Marcia y abrazándola la atrajó a su cuerpo, muchas veces él la había abrazado, pero ella notó q ésta vez era diferente; Felipe observó su rostro, ella pudo ver en sus ojos que algo importante estaba ocurriendo, estaban ambos nerviosos, él temblaba mirando los ojos verdes de la chica y luego de un silencio que pareció eterno, Felipe habló.
- Marcia... Te Amo - y lentamente acercó su rostro al de ella, posó sus labios en los suyos y la besó, con todo el amor que hace años llevaba en su cuerpo, en su alma, entregándole todo de si.
Ninguno de los dos se percató de los ojos grises que los miraban desde la otra esquina, Andrés siguió caminando para llegar a su casa.