Capitulo 2 "Morir injustamente"

Sentado a los pies de la cama, en la semioscuridad del dormitorio, un joven observaba el artilujio parpadeante que tenía entre las manos. Estaba desnudo, y la luz de la luna que entraba por la ventana delineaba su cuerpo dandole un color ligeramente azulado.

Se encorvaba sobre aquel objeto que retenía en sus manos, de manera que los musculos tensos de su espalda se hacian notar.

Nadie hubiera dicho que aquel mago era un hombre fuerte, ni fornido, pero en parte eso era asi porque nadie lo había visto descubrir ni un centimetro de su piel. Solía ser habitual en los aurores ir cubiertos por la túnica verde esmeralda, e incluso con la capucha, aunque estuvieran en pleno mes de agosto, asi que, ciertamente, los progresos físicos de Harry Potter en sus constantes e inaludibles entrenamientos como soldado, a penas eran perceptibles.

Harry Potter siempre había sido un muchacho enjuto de corta estatura, con gafas y el pelo revuelto, y solo en su adolescencia comenzó a irradiar aquel atractivo halo misterioso que ocasionalmente atraía a algunas mujeres, no obstante, Harry no era un don Juan tanto por su físico como por su popularidad. Todas las mujeres querían tener algo con él, por esporadico que fuera, solo por poder contar que habían pasado una noche con Harry Potter. A menudo Harry, cuando viajaba de incognito con sus compañeros, escuchaba algun que otro comentario subido de tono de aquellas mujeres que en su presencia ni siquiera respiraban. Una vez su propia compañera Susan Levy insinuó que trataría de averiguar si Harry era tan hombre como algunas decían, a partir de aquel día a Harry le costaba mirar a Susan sin pensar que en cualquier momento se tiraría a su cuello, y es que Harry sabía que corrían rumores sobre su virilidad, y todo porque nunca lo veían con mujeres.

En todo caso, aquel joven mago seguía siendo delgado, y no tenía una estatura impactante, pero todos sus musculos habían sido sometidos a entrenamiento, y su cuerpo no tenía nada que envidiar al de Clusser, exageradamente fornido, ni al de muchos hombres de grandes espaldas y cintura estrecha, lo cierto es que Harry guardaba un equilibrio perfecto entre su cuerpo delgado y ligeramente esbozado por aquella corpulencia sutil, y su carácter tierno, apacible, y sensible. Pero solo una mujer conocía ese aspecto de él, su cuerpo y su morada interior, solo la mujer que dormía bajo la delgada sábana, y Harry era feliz aunque en su vida solo se hubiera entregado a ella, le daba exactamente igual que el pasaitempo favorito de los hombres en aquellos tiempos fuera hablar cada vez de una mujer diferente.

Harry seguía observando la pequeña medalla de bronce emitir destellos rojizos. Pensaba en todo aquello, y en algunas otras cosas más, inundando inevitablemente su mente de aquel murmullo constante que no era otra cosa que sus propios pensamientos.

Harry se volvió a observar a Ginny, dejó la cadena con el circulo de bronce brillando sobre la mesilla, y se inclinó para besarla suavemente. Jamás hubiera pensado que algún día sería él el que escapara en la madrugada y dejara a Ginny un amanecer en soledad.

-Lo siento Ginny, te quiero, y por eso prefiero que te quedes aquí…- musitó sin a penas mover los labios, y su mano acarició los hombros de la joven deslizandose en sentido descendente hasta encontrarse con la sábana. Se inclinó y beso brevemente sus labios, ella se movió y lo rodeo del cuello atrayendolo. Harry pensaba con aprensión que no se podía entretener, y que, logicamente, si seguía la inercia de los movimientos de Ginny, tirando de él hacia ella, acabaría haciendo algo que evitaría que se pudiera marchar a escondidas.

Nadie lo había preparado para sobre ponerse al deseo, la vida de auror era austera y entregada, dura y estricta, pero a nadie se le prohibía mantener relaciones, asi que no había instrucción ninguna que pudiera sacarlo de aquel aprieto. Ella había conseguido inconscientemente y entre sueños tumbarlo entre sus brazos, y Harry tenía como unica arma su sentido comun, para evitar caer en la tentación.

El medallón le recordaba destelleando en la oscuridad que debía de salir sin más miramientos de la casa y dirigirse a Kirkwall, podía estar ocurriendo cualquier cosa, no obstante, Harry se sentía un poco más desahogado dado que la luz del medallón era roja y no verde, porque el en el segundo caso no se permitiría ni un suspiro.

Quizás por ello, confiado, se dejó doblegar por los deseos de su cuerpo, y terminó sintiendo el sabor dulce de la boca de Ginny.

Unos minutos más tarde la pelirroja, ignorando la luz que emitía el colgante de bronce de la mesilla, besaba a Harry y le acariciaba amorosamente, mientras él se sentía más comodo tumbado placidamente boca arriba sin tener que moverse ni un ápice. Harry y ella se fundían dulcemente sin saber que a varios kilometros de la montaña se disputaba un tremendo enfrentamiento.


Ellos se besaban voraces mientras un cuerpo inerte caía en el árido terreno donde los aurores habían guardado posiciones durante toda la noche. En la oscuridad se veían claramente las túnicas blancas de los rebeldes, y un hombre fornido respirar entrecortadamente con la varita en ristre, bajo la cual un auror encogido en el suelo había perdido la vida.

El rebelde estaba aterrado, los aurores lo miraban con sus enormes espadas desenfundadas y sabía que sus compañeros no lo iban a defender, puesto que había inflingido una de las principales reglas de la rebelión al haber atacado por la espalda y a traición, y lo que era más grave, había matado a un hombre que no lo habia amenazado, y había dado lugar a la única chispa que faltaba en aquel polvorin, en aquella guerra fría cuyo unico telón de acero era Harry Potter, y no se encontraba allí, no estaba el único hombre que podía controlar la sed de venganza de los enfadados aurores.

-Vamos a matarte rebelde, vamos a hacerte sufrir como has hecho con él- gruñó la voz del auror de quinto rango, Pat Clusser.

-¡No le hice sufrir!- sollozó el hombre que se había enfrentando a Harry y lo había calumniado cuando estos llegaron a Kirkwall.

-¡Callate imbécil!

-¡No puede matarme¡Se que los aurores estais subordinados a la decisión del Señor Potter!

-Vaya¿Ahora es el señor Potter?- decía Clusser haciendo bailar la hoja afilada de su sable sobre la yugular de Harold, el intransigente rebelde.

-¡Como has podido hacerlo Harold¿Cómo has podido… teniendo una familia e hijos?- una mujer sollozaba con las rodillas clavadas en el suelo y el rostro entre sus manos.

-No me mate…- dijo el hombre, utilizando el argumento de su mujer- tengo familia… yo les proporciono sustento, sin mí no podrían seguir adelante…- Clusser no pudo evitar una mueca de asco, hubiese querido escupir a aquel hombre en la cara. ¿Cómo podía ser tan cínico?

-Tu familia te importa una mierda, sino no hubieras echo esto… quedan veinte minutos para tu muerte, si Harry Potter no llega en ese tiempo, si no responde a la señal del medallón, significa que el soldado de rango más elevado será el encargado de tomar las decisiones de peso en su nombre, y adivina quien es ese soldado.


El peso de la pelirroja paso de situarse sobre él a caer en el colchón, Harry y ella respiraban con los ojos cerrados y él no podía evitar temblar. La muchacha lo cogió de la mano y el mago abrió lentamente los ojos, iba a sonreirla y a decirla que la quería por cuarta, quinta o sexta vez, cuando la luz verde e inmensa del medallón le hizo sentirse el hombre más irresponsable y traidor del mundo.

-¡Oh no¡Por Dios… no!- dijo el mago levantandose deprisa, cogiendo con una mano su ropa y con la otra el medallón que emitía un impactante raudal de luz verde -¡No¿Cómo he podido?

-Harry- le llamó la pelirroja -¿Qué ocurre¿Eso es…¿Eso significa…?

-Significa muerte, eso significa. ¡Por qué no me he ido cuando debía?- los ojos del mago coincidieron en los de la bruja que se estaba vistiendo con agilidad. –¿Qué haces? No vas a venir.

-¿Qué? Por supuesto que sí

-No te concierne.

-¿La rebelión no me concierne?

-Es un asunto de aurores, a muerto un auror.

-¿Cómo lo sabes?

-¡Ginny¡No vienes!- Harry comenzó a vestirse furioso, todavía no acababa de ajustarse el cinto cuando agarró a Ginny con una mano fuertemente. –Te lo ruego Ginny, te lo pido por favor, quedate aquí- dijo con voz suave y suplicante, aplancando su ira y recelo.

-No- contestó ella obtinada y firme –Son mi gente, son mis principios y es mi guerra. Si alguien a muerto yo también velaré su entierro, y vengaré su sangre. –Harry sintió una mezcla de admiración y de súbito odio.

-¡Por favor Ginny¡No me obligues a hacer algo que me va a pesar!

-¿Qué piensas hacer? Harry, no me das miedo. –Ginny lo miró retandolo, lo amaba, sin duda, pero en aquel momento había dejado de ser su dulce mago para tomar su verdadera personalidad, el auror firme, el jefe del ejercito, su enemigo, su contrincante. No podía dejar que él la venciera, no podía pensar en el como el Harry al que amaba. Él sacó la varita de su bolsillo y la apuntó, Ginny tenía la suya en la túnica asi que se encontraba en desventaja, no obstante, sabía que Harry no la atacaría siendo un…

-¡No lo hagas Ginny!

Era demasiado tarde, las manos de Ginny se cerraban en puño y su figura se encorbaba, sus cabellos rojizos cubrían su cuerpo y se adherían a él formando un manto dorado de pelo felino. De sus nudillos nacieron una enormes garras afiladas, su nariz pequeña dejo de ser humana, y su mandibula fragil era ahora unas fauces que hicieron que el mago se estremeciera. En un instante Harry tenía frente a él al sinuoso puma de mirada fija que se había encontrado en innumerables ocasiones.

El animal se movía despacio, amenazador en torno al mago, Harry alzaba su varita sabiendo que no podía utilizarla¿Qué fuerza utilizar para un animal? Como podía saberlo… si hubiera sido Ginny podría aturdirla facilmente, pero era un puma ¿Cómo afectaría el encantamiento al animal? si utilizara demasiada intensidad para el hechizo podría ser fatal, y si fuese insuficiente ella lo atacaría ¿lo atacaría, de verdad lo haría? Harry sabía que sí, hacia poco que Ginny había conseguido convertirse en un animago no registrado, engañando al ministerio que tanto detestaba, y a veces se sentía dominada por el fiero espiritu salvaje, olvidando que ella no era un puma. El felino emitia gruñidos roncos y amenazantes mientras lo vigilaba. Harry se percató de que se acercaba cada vez más a la ventana y le suplicó que no lo hiciera.

El puma saltó por la ventana y Harry se abalanzó sobre el cogiendolo del cuello, ambos cayeron en el sólido suelo, el animal cayó de pie, y se sacudió haciendo que Harry diera con la espalda en el terreno y sintiera un fuerte pinchazo que lo dejo inmovilizado. El puma se abalanzó sobre el aplastandole el pecho con las pezuñas, lo miró fijamente, su aliento extremadamente caliente e incomodo le daba en la cara. Después de unos instantes dio un salto por encima de él y salió corriendo a la espesura.

-¡No Ginny¡No sabes el camino¡No vayas sola!- Pero era demasiado tarde, el felino había desaparecido y Harry solo tenía una opción.

El mago se llevo los dedos índice y pulgar a la boca y emitió un silbido agudo que recorrío el lugar, unos minutos más tarde llegó Odin y Harry montó en él agarrandose a sus crines. Mientras el animal levantaba el vuelo con vigor, el mago observó el lugar donde había estado la casa, donde ahora no había nada, habia perdido su capa de auror, pero el medallón seguía brillando sobre su pecho, aquel objeto tenía no solo la propiedad de servir de contacto entre él y sus hombres, sino que era lo que se llamaba un objeto de presencia permanente y eso quería decir que Harry no podría deshacerse de él aunque quisiera, y por eso se encontraba colgando de su cuello, aunque se lo hubiera dejado dentro de la casa.


-Vamos Odín, deprisa- murmuraba Harry con el corazón en un puño imaginando lo que se encontraría en Kirkwall, el pegaso azabache comprendía la ansiedad de su amo y cruzaba el cielo más raudo que nunca, la luz que emitía el colgante de bronce empezaba a apagarse, y Harry sabía que en el momento en que se extinguiera del todo habría llegado al lugar indicado.

Pronto el mago comtemplo las llamas de varias antorchas en el terreno, formando un círculo, y supo que había llegado.

-¡Descubrete rebelde, descubrete el rostro!- Decia un hombre alto y fuerte, con el pelo negro y los ojos grises, la luz de las antorchas lo iluminaban a él y al rehén que se encontraba atado de pies y manos y amordazado a sus pies, pero aquel hombre hablababa a una figura blanca y encampuchada frente a él. A sus espaldas se encontraban los jovenes aprendices, la gran mayoría guardando la templanza, pero con el espiritu inquieto y la mente todavía asimilando lo ocurrido.

-No tienes autoridad para mandarme nada, no haré caso de tu orden.

-No me tientes mujer, o me veré obligado a tomar la justicia por mi mano, dime¿Por qué los rebeldes se han retirado a tu paso¿Conoces al lider?

-No responderé a tus preguntas. Devuelveme al rebelde y yo me encargaré de darle su castigo.

-Ni hablar, este hombre a matado a un auror, se pudrirá en azkaban…

-¿En azkaban? Escaparía en menos de dos días, ya no hay dementores que moren en la prisión.

-¡Por supuesto que los ahí!- la muchacha rió irónicamente.

-Supongo que eso es lo que dice el ministerio¿no?

-¡No te desvíes de la conversación!- Pat Clusser clavó su varita en el cuello de la joven rebelde, sus compañeros se adelantaron para atacar a Clusser, y los jovenes aurores respondieron con la misma reacción. –Descubrete –Ginny sentía como su piel se abría, y derramaba unas gotas de sangre sobre la blanca túnica. La pelirroja sintió que no podía mas que hacer caso de aquel soldado, pues si atacaba, niños y campesinos contemplarían la muerte y el horror, y por nada del mundo quería que aquello ocurriera. Se llevó las delgadas y blancas manos al rostro, y cogió la tela de la capucha dispuesta a cumplir la orden.

-¡Basta¡No lo hagas!- gritó una voz masculina, todo el mundo se giró, Harry Potter bajó del pegaso negro y desarmó al soldado con un habil expeliarmus. Clusser no cabía en su asombro, no imaginaba que Harry fuera a llegar en el último momento.

El mago desvió su mirada al suelo donde un joven de cabellos claros y expresión inocente yacía palido como la cera, muerto. Sobre él se encontraba otro soldado sollozando, infringiendo una de las soberanas reglas del auror "nunca, jamás, mostrarás tus sentimientos, te comportaras con la calidez justa para obrar con equidad, y con la frialdad necesaria para matar por la vida."

Harry sabía quienes eran los muchachos que se encontraban postrados, sin vida estaba Arnold Basedow, y Baruch Basedow era el lánguido joven que lloraba sobre su pecho. Eran dos hermanos mellizos de dieciseis años, de rostro pálido y terso, siempre atentos, torpes pero entregados a la causa, Harry siempre pensó que eran niños de bien que harían mejor tarea quedandose en casa leyendo sus libros y asistiendo a cenas y reuniones de lujo, que pertenecían al reducido grupo de snobs que fingían que el mundo vivía en paz y tranquilo y continuaban en sus mansiones, frecuentando siempre los mismos lugares. Sin embargo, aquellos hermanos, habían abandonado la vida cínica, pero cómoda, de aquella clase de magos y brujas, por unirse a los aurores, aun no teniendo habilidad alguna, y Harry sentía un dolor horrible en el alma al pensar que les habia destrozado la vida, y que además tendría que expulsar a Arnold por haber inflingido una de las reglas capitales del codigo del auror.

-Señor Potter…- dijo Clusser escondiendo un ligero temblor en su voz –el tiempo había excedido, solo cumplía mi deber.

-No lo dudo. Pero baja esa varita.

-Sospecho de esta mujer señor, todos los rebeldes se han retirado a su paso, y algunos se postraron, sin duda es un miembro importante…

-Clusser¿alguien te ha obligado a ti a descubrir tu rostro?- Clusser negó con la cabeza –pues entonces dejemoslo asi. –Harry miró con dureza a Ginny, por supuesto era ella, la que clavaba su mirada intensa en él. El mago se preguntaba como había podido llegar Ginny antes que él, ni un puma ni cualquier animal, salvo un dragón, podía ser más rápido que Odín, sin embargo decidió no pensar demasiado en aquello, serenarse y elegir las palabras adecuadas para aquella situación delicada.

-…No Arnold… tu no te lo merecías… -Sollozaba alguien a sus espaldas, Harry giró sobre sus talones, tenía unas ganas tremendas de dejarse caer al suelo de rodillas, con las manos en la cabeza, desplomandose debil e inutil, deseando que alguien lo sustituyera, deseando dejar de ser Harry Potter al menos por un largo tiempo.

El mago se acercó a Baruch Basedow, le tendió la mano y este la cogió mirandole por unos instantes desde abajo, con ojos de cachorro perdido, con su rostro aniñado y afeminado, aquel rostro perlado que le hacía parecer un muñeco de porcelana, de algun infante de la realeza de varios siglos atrás.

-Señor Potter…- sollozó con sendas lagrimas perdiendose por sus rosadas mejillas y cayendo sobre el pecho de su hermano –se que no debería de encontrarme en este estado, se que ya no podré ser auror…- Harry entrecerró los ojos, sentía un inmenso dolor en el alma, sus párpados querían cerrarse y le escocían, pero el mago tenía que sobre ponerse.

-Levantate Basedow- dijo con una voz realmente fría que no se propuso. El muchacho, tan alto y delgado como una brizna de hierba seca y amarilla, se ayudo de la fuerza de Harry para levantarse.

-Gracias señor Potter- murmuró Basedow limpiandose los ojos, era increíble el aspecto de aquel muchacho, estaba llorando, y demacrado, y aun asi parecía irradiar luz por cada uno de sus poros, y su piel no dejaba de ser rosada y sus ojos rasgados de un azul vivaz.

-Tranquilo Basedow, el culpable recibirá su castigo- Harry podía notar como Basedow temblaba, y como parecía esperar algún gesto más cálido del mago.

-Eso no me consuela señor Potter, mi hermano a muerto, y es lo único que tenía en el mundo, la única razón por la que creía que merecía la pena luchar como auror, lo cierto es que él estaba más ilusionado que yo… yo siempre pensé que era un sucidio… no valemos para esto señor Potter.

-No diga eso.

-Digo la verdad, desde el primer momento en que su mirada se puso sobre Arnold y sobre mí, noté su pesimismo… su falta de fe en nosotros. –Harry sintió un nudo en el estomago y una presión en el pecho, Baruch tenía razón, pero Harry jamás pensó que se le hubiera notado su actitud frente a los hermanos. –No crea que le guardo rencor Señor Potter, siempre le he admirado, es una carga muy grande la que usted lleva, y se que no es un héroe afortunado, sino un hombre vulnerable, se nota en sus ojos. –Harry tragó saliva, aquellas palabras le hacían un flaco favor. Podía notar en el aire como los demás soldados clavaban las miradas en ellos, asombrados por la sinceridad y las palabras profundas de aquel soldado callado e introvertido que solo se relacionaba con su hermano, y que había sido multiples veces objeto de burla entre los hombres por su actitud afeminada e intelectual. –Ya no hay razón para continuar- dijo Baruch sacando la varita de su bolsillo, todos, incluso los rebeldes miraron con el ceño fruncido ¿por qué razón desenfundaba en aquel momento?

-¿Qué hace Basedow?- inquirió Harry con un mal presentimiento que compartía, sin saberlo, con la intuitiva rebelde pelirroja que observaba lo ocurrido sin moverse ni un ápice, como todos los demas. Solo una persona rompia la quietud de la escena oscura y sombría de aquellos hombres y mujeres alumbrados por la luz de las antorchas, y ese era el maniatado Harold, que forcejeaba intentando librarse de las cuerdas invisibles que lo postraban.

El rubio y lánguido soldado sostenia la varita muy cerca de su cuerpo, sonrió ligeramente, con tristeza, y miro enrededor a todos y cada uno de los presentes.

-Es curioso que jamás hiciera un hechizo a derechas, y que, sin embargo, el único que estaba seguro que era capaz de hacer, fuera una maldición imperdonable. –Harry sintió como su corazón daba un huelco, se dio cuenta de que la varita endeble y delicada del muchacho estaba vuelta contra sí mismo, pero fue demasiado tarde: -¡Avada kedabra!

Varios gritos se escucharon casi simultaneamente, uno de ellos era claramente el de Ginny, y una exclamación ronca la de Pat Clusser, alguien gritó "¡Dios mío!" y Harry sintió como todo a su alrededor se le hacía lejano, y como aquellas exclamaciones y murmullos de horror se volvían cada vez más inaudibles. El haz de luz verde inundó por una fracción de segundo la aldea, y Harry pudo escuchar la voz de su madre gritando su nombre, se llevó las manos a la cabeza.

Todos sabían que aquella maldición había matado a sus padres, por eso Clussers se adelantó y agarró a Harry del brazo evitando que cayera desmayado.

-Arriba señor, no muestre debilidad- le susurró Clusser, Harry se irguió y el fuerte soldado se distanció de él y levantó al amordazado rehén con la fuerza de un solo brazo.

-Envolver los cuerpos de nuestros compañeros muertos, montarlos en vuestros caballos, y llevemoslos con sus familias. Clusser ocupate del rebelde. –ordenó Harry extremadamente cansado y débil, los aurores comenzaban a movilizarse mirando con recelo a los blancos, Harry sabía que por su mente pasaban toda clase de deseos de venganza.

En menos de tres minutos los cuerpos de los hermanos Basedow se encontraban separados, y envueltos en tela verde, los soldados más fornidos habían cubierto sus enjutos cuerpos con sus grandes capas verdes, y parecía como si los hubieran metido en un saco, era algo siniestro envuelto en cierto halo sagrado otorgado por el brillante verde esmeralda de las telas. Cada cuerpo se encontraba a lomos de un caballo oscuro, doblado boca abajo para que no se callera, interponiendose entre las riendas del pegaso y el jinete, que rehusaba a mirar aquella carga.

Harry había montado en su caballo escuchando las quejas de Ginevra Weasley, que le exigía dejar al rebelde bajo su cargo y decisión, al mago casi le dio ganas de reír, de dejar escapar una risotada amarga y funebre, más propia de un hombre cansado y desgastado por sus vivencias, que de un soldado arrogante o un jefe con aires de superioridad.

Por supuesto el mago re-ordenó a Clusser que cargará al rehén en su caballo, e ignoró a Ginevra, que lanzó una maldición al aire.

El caballo de Harry se elevó en el aire y el resto de aturdidos y turbados soldados le siguieron, Harry notó que le escocían los ojos, pero los cerró fuertemente, sintiendo el aire frío de la noche en su pálido y joven rostro, y asi consiguió deshacerse de aquel malestar.

El mago echó un vistazo a su alrededor, contó las cabezas y confirmó que todos los soldados estaban allí, muertos o vivos. Se encontraba realmente alicaído y decepcionado consigo mismo, y se hizo una firme promesa: no volvería a dejar que Ginevra Weasley le hiciera perder la cabeza, aunque jamás pudiera dejar de amarla.


Habían pasado exactamente setenta y dos días desde la muerte de los hermanos Basedow, setenta de el entierro de ambos, y cincuenta y ocho desde que los rebeldes de Kirkwall habían sido expulsados de dicho lugar.

Harry podía imaginar a Ginny fuiriosa observando con resignación como los aurores obligaban a sus aliados a abandonar las capas blancas o marcharse del lugar. El mago sabía que ella se mantendría distante en aquella situación, pues como Harry había dicho desde el principio, aquel enclave era muy poco significativo, y no se iba a jugar los papeles por una algo asi. Harry sabía muy bien que el incendió de la delegación formaba parte de una cadena de actos que solo pretendían suscitar la atencion del ministerio y de la comunidad mágica, y ocupar página en El Profeta, de manera que la rebelión se diera aun más a conocer, si es que ya no les parecía suficiente.

El joven Harry se vestía frente al espejo de pie que se encontraba junto al armario, examinaba su atuendo mientras doblaba un tanto los puños de la túnica, le quedaba un poco grande, y no se veía nada bien con ella.

La ceremonía de graduación a Harrods se celebraría en una semana, y él tenía que encontrar el atuendo indicado, se había comprado una docena de túnicas de gala y ninguna le gustaba. Finalmente se quitó aquella que era plateada y estaba surcada por varias llamaradas negras en el pecho, y la tiró sobre la cama, todo estaba desordenado y eso le hacía ponerse frenético.

Harry estaba nervioso y suceptible, habían demasiadas cosas en su cabeza que lo atormentaban, algunas eran las de siempre, las que se habian mantenido perennes desde hacia unos cuantos años y no tenían solución específica. Pero las peores eran las que si podían ser resueltas, y que de hecho debían serlo. El mago se pasó las manos por la frente y las hundió en sus cabellos, entonces cogió aire lentamente y lo expulsó.

-Relajate, no pienses en ello hasta que no sea necesario –se dijo enfadado consigo mismo –ya lo resolverás cuando entrés al despacho.

Eran las nueve y media de la mañana del domingo, y a parte de aquellos quebraderos de cabeza crónicos, se podía decir que la última semana estaba siendo realmente muy buena. Veintitrés misiones habían sido cumplidas satisfactoriamente, y noventa y cuatro mortifagos habian sido capturados y encerrados en Azkaban. Al menos unos cuatrocientos soldados de veinte secciones diferentes pasaban a Harrods, y Harry se sentía satisfecho de haber podido saludar personalmente a todos ellos, e incluso a ver hablado con una pequeña parte, los que se graduaban gracias a la misión mil setecientos trece, o la misión Kirkwall.

El mago decidió que debía hacer algo vanal para que su mente descansara, asi que se pusó unos pantalones de tela muy cómodos y una camiseta desgastada de color beige, se miró al espejo, y sintiendose satisfecho con aquellas prendas sencillas, decidió ir al mercadillo de la playa a comprar.

Pero antes de salir, el muchacho asomó la cabeza por la chimenea, arrojó unos polvos Flú e interrumpió a su padrino en lo que al parecer era una divertida conversación con Nimphadora Tonks.

-Me preguntaba si queríais venir a dar un paseo por la playa- dijo Harry con una sonrisa burlona hacia su molesto padrino.

-¿Ahora?- inquirió Sirius Black, cuyo cabello negro y brillante y sus ojos grises parecían más espledorosos que nunca, Tonks le guiñó un ojo a Harry con una amistosa y complice sonrisa. –Bueno… em… ¿Tonks, quieres venir?

-Si Tonks, desde que hocicos tiene dueña no sabe salir a pasear solo- Tonks rió, pero rapidamente se llevó las manos a los labios intentando disimular. Sirius miraba con el ceño fruncido a Harry y Harry decidió que era hora de esfumarse. -Bueno, os esperó en casa, mientras os decidís estaré… organizando la habitación. –Harry soltó aquellas palabras rapidamente ante la inminencia de un ataque por parte de su padrino, y milesimas de segundo más tarde su cabeza volvía a estar en Falmouth, y en el salón de su casa. Todavía se reía de la cara de Sirius ante su comentario.


-Eres muy ingenioso ¿eh?- decía Sirius mientras Harry pagaba unos cuantos knuts por la fruta que acababa de comprar en uno de los puestos del mercadillo.

-Venga, solo era una broma- se disculpó el muchacho, satisfecho de que finalmente Tonks tuviera otros planes y su padrino y él pudieran pasear a solas.

-¿Y tú¿Piensas algún día que existe algo llamado "sexo opuesto"?

Harry se despidió de la dependienta para seguir caminando entre los alegres puestos de fruta, especias, frutos secos y enseres varios que se encontraban en el desacampado entre las urbanizaciones de La Estrella y La nueva Inglaterra.

A Harry le encantaba pasear por el mercadillo y escuchar a los vendedores anunciar sus ofertas y dar amablemente a probar higos, peras y uvas a los pequeños muchachos que merodeaban de tienda en tienda. Además se sentía muy cómodo porque allí todos eran muggles y no conocían a Harry, porque en cierta forma sentía allí parte de sus orígenes…

-Sé que existe el "sexo opuesto" –contestó Harry sin ofenderse, mientras se acercaba a un tenderete con libros donde se apiñaba algun que otro muggle para ojear los tomos, Sirius cogió un par de ellos entre las manos miró el dorso y la portada y los volvió a dejar en su sitio descuidadamente.

-¿Y bien?

-¿Y bien qué?

-No se te ve nunca con ninguna mujer… y no me cuentas nada Harry, creía que eramos amigos.

-Somos más que amigos- rectificó Harry –eres lo más parecido a un…

-…padre que tengo- dijo Sirius acabando una frase que conocía bien –lo se, pero también me gustaría ser tu confidente Harry.

-Tu eres mi confidente, solo que no te puedo contar siempre lo que quieres oir, lo siento, no soy mujeriego, simplemente no… no sale de mí.

-Mira Harry, el echo de no ser un mujeriego no implica no estar con ninguna mujer, eres un chico joven, y yo se que alguien te ronda el corazón, se nota en tus ojos Harry, en tu mirada perdida. Harry¿me vas a decir quién es ella?


-Deja de mirarme- gruñó la joven sentada frente a la hoguera, mientras se vendaba los tobillos y las muñecas con arapos viejos y demasiado usados.

-Se quien eres- dijo la anciana que se encontraba en su mecedora de madera enmohecida –se que eres una Weasley- decía en voz muy baja y chirriante, parecida al sonido de una puerta vieja cerrandose lentamente.

Aquella mujer era muy muy mayor, estaba encorbada apoyandose en los brazos de la mecedora y moviendose suavemente hacia delante y hacia atrás. Sus ojos eran pequeños y oscuros y sus parpados caían sobre ellos arrugados y flacidos. Sus manos huesudas se agarraban tensas a la madera, como si aquella butaca se la fuera a escapar de las manos.

-Pues muy bien- dijo la pelirroja de mala gana, estaba harta de que aquella anciana la acosara con su mirada fija desde hacia mas de setenta noches. –espero que no tenga la genial idea de delatarme.

-nunca lo haría querida…- dijo la mujer, parecía muy cansada, como si llevara el peso de todos sus años a la espalda, y mucho sufrimiento acumulado. –eres una joven formidable, luchadora, llena de energía… pero ese secreto que guardas con tanto recelo…

-¿De qué habla¿Qué secreto?- inquirió Ginny alarmada.

La anciana sonrió maternalmente. Varios encapuchados entraron en la guarida empujando tras de sí el portón con fuerza, entraban cubiertos de nieve y con las blancas túnicas congeladas. Ginny se sintió resignada, aquella mujer la había puesto los pelos de punta. Pronto Ginny se levantó a acudir a los rebeldes que acaban de llegar.

-Nada de nada- dijo uno de ellos frustrado.

-Nada que poder cazar, nada que poder comer- dijo otro de ellos, que se retiró la capucha sacudiendose el cabello castaño.

-¿De verdad Justin?- inquirió la pelirroja suplicante –nada salvo estó- el joven se echo hacia un lado y Ginny observó a una chica cuyo rostro estaba oculto por la sombra que proyectaba su capucha, lentamente se descubrió.

Tenía el cabello rubio claro, y era muy palida, sus mejillas estaban sonrosadas a causa del frío, y sus ojos eran de un azul claro, eran grandes en contraste con su nariz diminuta y sus labios finos y palidos. Tenía una mirada hipnotizante y vaporosa, Ginny sintió en su estomago cosquillearla la emoción. Abrazó a Luna Lovegood con todas sus fuerzas y sintió que aquello compensaba los cuatro días bloqueados por el tiempo de la cordillera escocesa, a falta de comida y con a penas otra bebida que el whisky para mantenerse despiertos.

-Ginny, vengo desde Lom Dach para darte dos noticias, una buena y otra mala. La buena es que toda la zona ha sido tomada, y la mayoría de los civiles se unen a nosotros, hemos avanzado en la noche, tal y como nos ordenaste…

-¿Y la mala?- inquirió la bruja en un hilo de voz.

-Tu hermano y Hermione Granger han sufrido un grave accidente...


N/A¡Hola a tods! Bien quería deciros varias cosillas sobre este capitulo:

-Sobre la regla del auror de no mostrar sus sentimientos: se supone que esto es cuando el auror ejerce, no en su vida personal, por supuesto. La razón es que simplemente nada puede condicionar a un auror salvo datos y cuestiones reflexionadas friamente, y que además nunca pueden deben mostrar debilidad.

-Sobre el secreto y la anciana: A ver, el secreto de Ginny no es la realción clandestina con Harry, podreis saber a que se refiere si pensais en la razón por la cual Ginny se acuerda de cierto dato al final del fic..

-El accidente y Luna Lovegood: Si, Luna es rebelde. El accidente es muy importante, se sabrá porque Ginny no se queda con su familia y tendrá una repercusión en la historia muy grande concretamente lo ocurrido a Hermione. Pero no, no penseis que voy a matar a nadie, ni dejarlo en coma etc…

-La razón por la que Bartemius esta vivo: Esto me lo ha preguntado un lector, se sabrá más adelante, pero la razón es la misma que da explicación a que Sirius tb viva.

-Sobre Tonks y Sirius: Al parecer mantienen una relación, pero os advierto que su romance va a estar complicado…

-Sobre lo que "es" Harry: Harry no es "algo" sino que más bien a aprendido a ser ese "algo" y una persona cercana a él es quien lo ha enseñado.

Gracias por leer, espero recibir vuestros RRs, como ya sabeis contestare a todo lo que me digais siempre. Besos.

PD: Siempre intentó responder absolutamente todos los RRs, si alguna respuesta faltará es solo pq los contesto antes de acostarme y entonces puede que se me crucen los cables por el sueño, no os enfadeis y hacermelo saber. Por cierto, no escribo el fic tniendo en cuenta el sexto libro, no lo he leído.


Katy¡Hola¿Como estas¿Que te pareció este capitulo? Espero que también lo hayas leído y me lo hagas saber. Cuidate mucho, eh? Nos vemos, o mejor dicho... nos leemos ;) pd Me ha echo gracias eso de que te gusten los finales, habido quien me ha amenazado si volvía a dejar ciertos finales... jajaja.

Anahí: Gracias por escribirme, aunque sea un RR breve a mi me sirve como aliciente, asi que espero seguir rebiendolos. Muchos besos! Gracias!

Lialy: Jajaja, que RR tan bueno... pues no se si será sano para vuestra mente, pero yo disfruto mucho dejando asi los caps, jijiji!

Dogma¡Holas Dogma! Me alegro de que hayas encontrado en este fic una trama de tu interés nn Haber voy a intentar contestar a tus preguntas:

-¿Como fue que Ginny llego a ese estado? Uf... como verás Ginny parece estar sola, sin su familia, sin sus amigos, y a contra corriente. Solo puedo decirte que tiene razones de peso para ser lo que es...

-¿En que batalla supero Harry a los aurores de nivel 10? Esto se sabrá en una especie de regresión en cierto capitulo, cuando Sirius se asoma al pensadero de Harry...

-¿Como es que Bartemius Crouch esta vivo? Por la misma razón que lo esta Sirius, jeje...

¡Siento no poder decir más! Supongo que te habré dejado peor de lo que estabas... ¡lo siento de verdad! Si quieres la proxima vez te doy pistas mas conclusas para que lo puedas deducirlo tu solo ;) Besos.

The Crazy Potter: hooola colega¿Como que te estabas quedando dormida! ùu Asi q una niña de mente pura e inocente, a tu pregunta "¿Que habrá ocurrido después de que Ginny besara a Harry? bueno, pues ya son mayorcitos... asi que te lo puedes suponer...

Y sobre lo que decias de Harry, po zí, el pobre sigue siendo un sufridor, pero ahora es mucho más maduro y tiene el apoyo de su padrino.

Y nada wapa no tngo mas que decirte, no te preocupes por la historia del huevo, como tu dices jeje, que por supuesto que la voy a seguir. Ah! Por cierto, que me tienes preocupada pq he recibido un mail de tu comunidad diciendome que te habia copiado, habra sido algun administrador adjunto uu me di cnta de que era tu comunidad como un par de días mas tarde... Y pensé "¡Es imposible q sea ella!" pq el mail era de alguen muy enfadado... snif! espero que lo hablemos por el msn...

Delaila¡Hola! Que bien que te gustó, yo lo publique con un poco de miedo, jajaja, la verdad es que opino como tu, los primeros caps tnen que introducir a la historia. Me ha hecho mucha gracia eso de "soy una pervertida" te informo de que en mi fic habrá de todo pero en su justa medida y con sus justísimas descripciones. juejue. Besitos.

Veruka: ¡Hola¡Gracias por tu RR! Pues si, creí necesario romper con tópicos, asi que Ginny es el animago, ademas creo que la pega, dada tb su situacion en el fic. Me alegro muchisimo de que esto te gustara, a veces hay personas a los que estos cambios no les gustan mucho... Gracias por escribirme, intentaré continuar todo lo rápido que pueda. Un saludo, espero seguir leyendote.

Landoms 182¡Hoooolaaaaa! No pasa nada pq no supieras que ponerme cndo leiste el prologo, me alegro de que ahora sí y espero que en los proximos caps tb me escribas :P Gracias por seguir mis fics, tanto este como el de Todo por un huevo, sino fuera por vstros RRs esta claro que no publicaría nada. (¡Aunque lo escribiera!) Bueno, como me decías que te ibas pasear por la otra historia para ver si había actualizado, te quería comentar que si quieres para ahorrarte las molestias, pdes poner las historias que sigas, o los autores en alerta, y de ese modo cada vez que haya una actualización seras una de las primeras en saberlo pq te llegara un correo. Bueno, besillos Landoms! Mil gracias!

Angls Black: Holitas Angls! A ver me hablabas en tu RR de que Clusser va a dar problemas y yo solo te digo que en principio Clusser es muy fiel a Harry, uno de los soldados más fieles a Harry... ¡pero nunca se sabe! Sin mebargo tu teoría es muy muy buena... la verdad es que demasiado... pero no te diré más. Me laegro que te guste la forma animal de Ginny, que salvaje... jeje Bss, y espero volver a leerte pronto.

Airam: Un RR breve pero que me ha gustado mucho nn me alegro de que a todos os este gustando q Ginny este el animago. Como bien dices HArry tne que sobre ponerse a muchas cosas, ademas su vida como soldado es dura y solitaria. Como bien dices: "aurores rebelion y mortifagos se estan cortando las cabezas unos a otros" no lo sabes tu bien... ;) Besos, espero continuar leyendote.

Liz Granger Potter¡Hola Liz! Me alegra que te guste la manera en que estoy escribiendo, la verdad es que escribo a destajo y sin demasiado tmpo, ya que trabajo y estudio, asi que en general os tendré que pedir un poco de benevolencia con la gramática y con todo en general... Menos mal que a todos os esta gustando la forma animal de Ginny, incluida tu como me decias en tu RR, pq lo cierto es que no sabía muy bien si os gustaria. Y eso que es Harry... pues ¿que crees tu que podría ser Harry? No es animago, eso te lo digo de antemano, pero tiene propiedades q los animagos utilizan.

Kaily-gw: hola Kaily! Pues la verdad es que tanto como estupendamente no, pero no ando mal, jajaja. Me alegro de que te guste que Ginny sea animaga, y la verdad, modestia a parte, me alegro de que nadie al parecer haya leido a Ginny como animaga en ningun otro fic, yo es que leo muy pokitos, asi que no tenia ni idea de si ya se habia echo o no. Sobre lo de que Harry es "eso" ya lo he explicado en N/A y a tus comentarios:

-"Parece que Clusser va a dar muchos problemas" Solo te pdo decir que Clusser es muy fiel a Harry, pero nunca se sabe.

-"¿Que es eso que ha hecho el ministerio para que los rebeldes esten tan enfadados?" ¡No lo puedo decir!

-" Me ha gustado mucho el final ..." a mi tb es lo que más me gusta, jeje.

-"Ya sabes que aqui tienes una lectora fiel" Solo puedo decir: snif... Besitos!

Ginna-malfoy: Hoooola respondo...

-"Me tiene echa un lío eso de verdes y blancos" es la idea, muajaja..! Pero te explico, los aurores estan en cierta forma subordinados al ministerio, y el ministerio hace cosas muuuy indebidas... los blancos en general no quieren pelear, sino convencer al pueblo de que hay que hay que elegir un nuevo lider, hacerse con el poder... y mientras que los aurores no entiendan esto, serán sus enemigos, aun siendo conscientes de que solo Harry puede vencer a Voldemort... ¡Joer pues si que esta chungo!

Lo siento chica, se que te he liado más, pero un par de caps más y se irán aclarando las cosas...

Jaz¡WOLAS! Que feliz me hace que me digais la parte que mas os gusta... en serio... A mi me encantó pensar en un Harry dulce y cuidadoso (aunq solo con Ginny, ya veris la mala leche que se le pone con la mayoría de la gente) pensé que a vosotros tb os gustaria y me alegro de ver que asi ha sido.

A tu pregunta: No, no he leído el sexto libro... asi que pss... habrán cosas que no tengan ni pie ni cabeza. Muchos besos Jaz, espero no dejar de recibir tus RRs.

Luxx¡Hola wapa¡Que bien leerte, en serio¡Y que buenas son tus historias, te he tenido que agregar a favoritos, jajaja! No te preocupes que no me suenas repetitiva, ni pesada ni nada de nada wapa, todo lo contrario, y si alguna vez me tienes que sacar defectos pues yo encantada, que soy muy dificil de molestar o enfadar, no te preocupes eh! Sinceramente, no se que decir, pq yo la verdad que tngo q admitir q soy muy insegura y que raramente quedo satisfecha con lo que escribo, me refiero a la forma, ultimamente si, pero vamos... no por lo general. Tus RRs me animan mucho porque además se nota que eres una persona sincera y además tienes historias muy muy buenas, ya te dije en cierta ocasión que era un honor recibir RRs tuyos y en serio que lo mantengo chica, aunqeu te parezca que lo digo como cumplido, te aseguro que no, no soy de ese tipo de personas. Yo espero que como me dices, tenga futuro con una novela propia, de hecho me he prometido escribirla al acabar este fic (me hice la promesa hace mucho tmpo, ya os contare algun dia si estais interesados) y nada, poco más te puedo decir, recibiras RRs míos porque estoy leyendo tus historias. Muchos besos!

Luciana: Hola Luci, continuo los mas rapido que me puedo permitir, en serio, como digo siempre si hay apoyo hay caps, jejeeee... Besos!

Gin-ynia¡Hola! Gracias por tu RR ¿Que te ha parecido este cap? Mil gracias de nuevo, espero que me vuelvas a escribir para saber que me sigues, besos!