Autor: H&H (haher / H y H)
Capítulo 12: El Complot y la Estafa
- Permiso, voy por algo de tomar¿alguien quiere algo? – ofreció Chris.
- Eh…no gracias – objetaron los dos - ¿No se supone que si eres deportista no deberías estar tomando?
- No tiene nada que ver. Hay gente que toma energizantes antes de jugar y no les pasa nada. Si estuviera fumando, si habría un súper problema. ¡Tampoco ni que estuviera tirada en el piso inconsciente!
- Está bien Chris, como tu digas.
- ¿En serio no quieren nada?
- No, en serio. Gracias.
Caminó hasta la mesita donde habían puesto diferentes tipos de jugos, gaseosas y tragos, así como agua y estaba Ron, intentando servirse algo.
- ¿Cómo va todo? – preguntó en tono de confidencialidad.
- Un poco lento¿y tu? – conversaban dándole la espalda a la gente
- También, va a ser más difícil de lo que planeábamos.
- Entonces apliquemos el plan "B", porque se nos va a ir de las manos
- ¡No¡Ni siquiera han servido la cena! – se rehusó Chris.
- ¿Entonces que propones?
- Que el plan "A" siga todavía en vigencia.
- Si, no creo que se eche para atrás.
- ¡No¿Tu crees? Está haciendo un excelente trabajo, además que le estamos haciendo un mega favor, va a venir con exigencias.
- Sólo espero que cumpla con el trato.
- A propósito¿dónde tienes guardado "eso"?
- En un lugar que nadie conoce de la casa. No te preocupes, no se va a maltratar y lo otro, esta en una caja grande separado según tu estrategia.
- ¿Y las bolsas¿Te acordaste de ponerle un alfiler?
- Si, si. Ya está todo listo para cuando llegue el momento.
- Bien, yo ya tengo todo listo para cuando acabe la cena, sólo nos faltaría….
- ¿Han visto la bolsa de hielo? – llegó Harry. Ambos se callaron de repente.
- Ehm….no – resolvió Chris – Bueno Ron, dime que te vas a servir al final
- No se¿qué me recomiendas?
- ¿Interrumpo algo?
- No, nada – dijo Ron convencido de sus palabras.
- No importa. Voy a la cocina a ver si hay.
- Te acompaño, ya que Ron no se decide.
- ¡NO! – gritaron ambos chicos
- No Chris, gracias. Conozco el camino – agradeció Harry – Sigue ayudando a Ron…
- Si, sígueme ayudando – apoyó el pelirrojo.
Harry se dirigió a la cocina, mirando de reojo, para verificar que Chris no lo seguía y estaba aún con Ron.
- ¿Y Harry? – preguntó Sabine, lo que hizo que Hermione se molestara un poco.
- Fue a traer hielo, pero parece que se lo tragó la cocina – le contestó Chris
- Si, la última vez que lo vimos casi nos….¡Ouch! – Chris le tiró un codazo a Ron
- Casi se choca con él. Iba con mucha prisa.
- Si, casi nos chocamos – vio a alguien a lo lejos – Joeseph, por aquí…Es un viejo amigo del instituto – llamó y explicó Ron – ¡Joe, por aquí!
- Feliz cumpleaños Ron – le dio un fuerte abrazo.
- Gracias por venir, pensé que iban a estar de rueda hoy.
- No, no. Los aurores principiantes están con un supervisor, pero nosotros tenemos la noche libre. Además que no se ha reportado ningún acontecimiento fuera de lugar.
- Oh, yo pensé que por orden de Harry, debían ir a buscar a los Leeds.
- Ha ido un desminuido grupo. Tampoco podemos dejar la ciudad sola.
- Si claro, siéntate por favor – ofreció
- Hola Joe
- ¡Harry! – se dieron un fuerte abrazo antes de sentarse.
- ¿Monik? – saludó con cierto asombro.
- Ehm…si, Monik Legendre, mi novia – presentó Joe, pero no hacía falta las presentaciones; Harry la conocía a la perfección
- Hola Harry – saludó tímidamente, bajando la mirada un poco avergonzada y enroscando un mechón de pelo.
- "Justo ahora me vienen a caer mis ex" – pensó Harry – "Primero la confusión con Isabel y ahora Monik"
- Bien¿quieren algo de tomar? – ofreció Ron
- No gracias – resolvió Joe.
- Bien, siéntense.
- Acá traje el hielo – lo puso sobre la mesa – La comida ya sale en treinta minutos me dijo la Sra. Weasley.
- Voy a ayudarla entonces –informó Chris
- ¡NO! – gritaron los dos chicos – Ehmmm…no, mejor quédate acá, a mi mamá le gusta hacer las cosas sola.
- Pero me parece que la debería ayudar¿o no Hermione?
- Eh…- miró a los dos chicos como suplicaban para que los apoye – En cierto modo sí, pero la Sra. Weasley es demasiado perfeccionista y le gusta hacer las cosas ella misma – suspiró antes de mentir, como un reprocho a ella misma – Un día casi me lanza la sartén en la cabeza porque le toqué la comida, desde ahí, nunca más he vuelto.
- Papi¿ya va a estar la comida?
- ¡Liz, hace cuanto tiempo que no te veo! – la saludó Monik – Has crecido bastante.
- ¿Has saludado? – preguntó en voz bajita Harry. La niña negó despacito y Harry le indicó que saludara a todos. La niña bufó.
- Hola tía Monik – empezó a saludar con beso en la mejilla –Hola….- no sabía que ponerle¿tía¿señora? o simplemente…
- Hermione, dime Hermione – la niña la saludó con un beso en la mejilla – Te presentó a Diego – la niña lo saludó de mala gana. Harry sonrió muy adentro.
- Liz¿qué pasó?
- Ya me aburrí de jugar a los soldaditos con Ben, tengo hambre y sueño.
- Ya va estar la comida en un momento, si quieres siéntate aquí – la cargó y la sentó en sus piernas – mientras esperas tu comida.
- No – bajó – Se me acaba de ocurrir un nuevo juego.
- Bueno, pero no destrocen la casa del tío Ron – la niña se fue saltando, con mucha alegría - Cuando dice eso, hay que tenerle miedo.
- Si – apoyó Monik – Después de la que me hizo a mí cuando recién me conoció, nunca más le saqué la vista de encima.
- Jajajajaja, fue muy gracioso cuando te presenté. Estaba más que celosa, no soportaba la idea…. – Ron le dirigió una mirada dura, pidiendo que se calle.
- Perdón Joe, – Ron abrió los ojos y se sorprendió de la actitud de su amigo. Hermione era invisible para él – justo estábamos hablando de eso…
- No, no hay problema. El pasado, pasado es – Harry sonrió aliviado.
- Diego, no…no me siento muy bien – le dijo en tono bajo Hermione, pero se escuchó perfectamente.
- ¿Quieres ir a la casa? Vamos, te llevo – se levantó y le tendió la mano.
- ¡No! – gritó Ron – Todavía….todavía no me han cantado por mi cumpleaños – alegó como si fuera un niño de cinco años.
- Ay Dios – comentó para sí Chris con mucha vergüenza.
- Por lo menos quédate a comer – apoyó Sabine – Es el cumpleaños de tu mejor amigo.
- Creo que necesita ir a descansar chicos – Diego seguía con la idea de irse, la verdad se estaba aburriendo demasiado – Últimamente ha estado con fuertes dolores de cabeza – esto alertó a Harry, pero no produjo sonido alguno.
- Esta bien, Ron. Me voy a quedar hasta que terminemos la comida.
- ¿Pero no te sentías mal? – le preguntó Diego.
- Si, pero es descortés irse sin siquiera haber comido – respondió Harry molesto. No le gustaba la idea que Diego la cuide.
- No se peleen, por favor – pidió Hermione, precaviendo lo que se venía – Gin¿puedo ir a descansar a tu habitación?
- Si, claro. Te acompaño – sugirió para evitar problemas – Amor, ya vengo – le explicó la situación.
- Me avisas cuando la cena esté lista, por favor – Chris asintió.
Harry vio como se perdía dentro de la casa. Bajó la cabeza recapacitando si debió ser tan duró con ella o no, pero lo sacaron de sus pensamientos muy rápido.
- ¡Harry! – le gritó Ron – Hey¿me escuchas?
- Si, Ron. ¿Qué…qué estaban hablando?
- Sobre la liga de Quidditch. Tenemos que ganar a los siguientes para por lo menos tener posibilidades de campeonar. Si perdemos este partido, se nos va de las manos el campeonato…
- Deja de ser tan dramático, tenemos una mala racha, nada más.
- Harry tiene razón – opinó Joe – Lo que pasa es que ustedes están con muchas cosas, el equipo no tiene la misma responsabilidad de antes, el capitán ha tenido problemas…
- Si, tenemos que reunirnos todos.
- Además, no es por ofenderte Harry, pero ¿Cuándo has visto a un ministro en un equipo de quidditch?
- Eso no tiene nada que ver. Le gusta el quidditch.
- Prefiero ser jugador de quidditch que ministro.
- ¿Ministro de qué? – una sonrisa ligera se había dibujado en el rostro de Chris.
- Es una forma de decirnos en el mundo de las exportaciones. Así como en la mafia hay capos, en las exportaciones hay ministros en sentido figurado – cada vez le salían más fácil las mentiras.
- Oh, mi abuelo era un capo de la mafia – contó Chris. Ron no sabía que significaba eso, pero igual la escuchaba interesado – Escapó, vino para aquí y se cambió de identidad.
- ¿Nunca lo atraparon? – preguntó Harry
- ¡RON! – llamó la Sra. Weasley - ¡RON!
- ¡Ya va mamá! – respondió – Perdón, voy a ayudarla.
- ¿Dónde queda el baño? – preguntó Diego
- Primer piso a la mano izquierda, la tercera puerta – respondió Ginny.
- Gracias – hubo un silencio prolongado.
- ¿Y bien?
- ¿Y bien qué?
- ¿No le ibas a avisar a Hermione que la cena ya está lista? – le preguntó Harry.
- "Que pendiente" – pensó - Uy, cierto. ¿No le quieres avisar tu? – preguntó a propósito Chris.
- ¿Yo? – una ilusión apareció – No, no. Sabes que las cosas no están bien del todo.
- ¿Bien del todo? – dijo y luego pensó – "Bien del nada". Bueno, pero si tu no lo haces, nadie lo va a hacer.
- Que vaya Diego, él es el novio – resolvió él.
- Está en el baño – miró que Ron venía con unas fuentes – Se le va a enfriar – los deseos de Harry podían más que él.
- Está bien, pero que quede claro que voy contra mi voluntad.
Tenía la idea fija; iría, le tocaría suavemente la puerta y le avisaría que la cena ya estaba servida; pero algo lo contuvo.
- ¿Hermione? – la llamó muy suave, pero no obtuvo respuesta - ¿Hermione? – nada, nadie contestaba. Se acercó un poco y se acuclilló frente a la cama. Le tomó la mano delicadamente, procurando que no se despertara. Se quedó observándola directamente a sus ojos. Besó suavemente su mano, mientras que la otra se recostaba suavemente sobre su rostro. Suspiró – Mi amor, no sabes cuánto te extrañé y te sigo extrañando cada segundo que no paso contigo. Te pido que me perdones si muchas veces fui un cabeza dura, un perfecto imbécil y quizás lo esté siendo ahora, pero te juro que yo nunca te quise hacer daño – sonrió ante la inocencia que mostraba - Es más, sabes perfectamente que daría mi vida por ti, te lo he demostrado en muchas ocasiones y si a veces meto la pata, es porque creo que esa es la mejor manera de arreglar las cosas, aunque después me de cuenta que no es así. Cómo quisiera estar cinco minutos contigo, nuestros últimos cinco minutos – le besó la mano cálidamente, pero ante un ligero movimiento, se separó bruscamente.
- ¿Harry? – llamó ante la confusión.
- Ehm – estaba bastante caluroso, aunque ella no lo pudiera notar, tenía las orejas rojas – Si, soy yo – resolvió con naturalidad – Me mandó Christine para que te avise que la cena ya está servida.
- Gracias – no entendía por que algo dentro suyo le quemaba – En un…en un momento voy. Sólo – tosió - necesito ir un momento al baño.
- Oh, si claro. Te esperamos – salió de la habitación con mucha prisa.
En ese momento entendía perfectamente las razones por las cuales no podía permitir que Hermione siguiera con Diego. Comprendía por qué la tenía que recuperar y por qué debía tragarse su orgullo y hablar con ella. La razón era simple; no podía desprenderse del recuerdo de Hermione aunque lo intentó muchas veces y porque la amaba. Era la mujer con la que había compartido siete años de su vida y quería seguir compartiendo el resto con ella. Se sentó en la mesa.
- ¿Le avisaste? – le preguntó Chris luego de tragar un pedazo de carne
- Si, ya viene – tomó un plato para servirse.
- ¡Liz, ven! – la niña se acercó a él - ¿Qué quieres que te sirva?
- ¿Qué hay?
- Tienes chancho, carne de res, enrollado de pollo, papas, purés, arroz con aceituna, arroz solo y estos platos medio exóticos que ha hecho la Sra. Weasley.
- Voy a lo seguro – respondió con suspicacia – Enrollado de pollo con arroz normal y puré de papa.
- ¿Así está bien? – Liz asintió. Le entregó el plato después de unos minutos y le pasó unos cubiertos con servilleta – Aquí tienes. Puedes sentarte a mi costado.
- ¿Vas a comer tan poquito? – le decía Diego a Hermione.
- Si, mucha hambre no tengo.
- ¿Qué sientes? – Harry no la dejaba de observar detenidamente. El miedo lo invadió al pensar en que podría haber escuchado todo.
- Simplemente no tengo apetito, no estoy enferma.
- ¿Te sientes mejor? Digo, del dolor de cabeza – preguntó Harry tímidamente, lo que sorprendió a Hermione – Después de haber dormido.
- Si, gracias – sonrió débilmente; después de todo, se preocupaba un poco por ella – El dolor de cabeza ya se me fue.
- Entonces¿te quedas? – preguntó Christine – Mal no la vamos a pasar.
- Está bien – Chris explotó por dentro de la emoción – Además no me gusta conducir en carretera de noche.
- ¡Bien! – Ron y Chris chocaron las manos nuevamente en el aire y se dieron un fuerte apretón – Muy buena decisión. Además un cuarto de siglo no se cumple todos los días.
- No cambias Ron, definitivamente, no cambias – atinó a decir Hermione.
Nadie más dijo nada luego de eso. Todos, incluyendo a Liz, estaban sumergidos en sus pensamientos, buenos o malos, pero en ellos. Comieron e hicieron un brindis por el homenajeado. Casi a mitad de noche, Harry acostó a Liz y a Ben, y los grandes bajaron a la sala para escuchar el plan de la noche.
- Bien chicos- hablaba Chris – Sólo los valientes serán capaces de aceptar este reto. Pase lo que pase y sean cuales sean las consecuencias, tienen que aceptar los riesgos…
- Lo que tenemos pensado para esta noche no es sólo el resultado de una ardua investigación, planificación y supervisión de cada detalle – siguió Ron – Sino también, un excelente plan que tiene el mínimo rango de error.
- Ya dejen de echarse flores y díganos – soltó Gin
- Preparen los pies que es lo único que van a mostrar – continuó Chris obviando el comentario – porque…
- ¡Se viene el carnaval de Venecia! – gritó Ron y todos se quedaron estupefactos.
- Eso lo tenía que decir yo – se quejó Chris – Pero bueno…
- ¿Qué es el carnaval de no se qué? – preguntó el novio de Gin
- Niño¿en qué mundo vives? – le gritó Chris
- El carnaval de Venecia es considerando uno de los mejores carnavales del mundo. Se celebra hace siglos – corroboró Hermione – Es una fiesta de disfraces.
- ¿Acaso no has leído Shakespeare¿Romeo y Julieta? – le gritó Chris.
- ¿Quiénes son ellos! – preguntó Joe - ¡No me los han presentado!
- Ahora ya comprendo por qué Ron es así, si se junta con gente tan inculta.
- No Christine – defendió Hermione – Hay algunas cosas del colegio que se olvidan y otras que no.
- Como Snape – murmuró alguien.
- Lo que pasa es que tu eres de otro mundo – apoyó Harry, dando una indirecta a los demás – Eres diferente. Deportista, te gusta leer, no a todos nos gustan las mismas cosas. En fin…eres – respiró hondo, sabía que se podía armar – un poco extraña.
- No, yo no soy extraña – se defendió – Ustedes son incultos. La gente normal conoce Shakespeare por lo menos de nombre.
- Chris, son hombres – objetó Hermione – No les pidas que almacenen ese tipo de información en su pequeño cerebro.
- Parece que ellos no pasaron por el colegio, si no que el colegio los pasó por encima.
- Si, en fin. No nos vamos a poner a discutir sobre…sobre eso ahora¿no? Es mi cumpleaños y tenemos que celebrarlo. Como los viejos tiempos – miró al vació nostálgico.
- Estábamos en el carnaval de Venecia – dijo Harry
- Eso, sí. Para que nadie se vaya a matar por los disfraces. Hemos ideado un plan perfecto. Además de que nadie sabrá quien es la otra persona.
- ¿Hablando? – dijo Monik sarcásticamente – La reconoces por su voz – sólo le faltaba el ¡duh!
- Para eso tenemos caramelos que distorsionan la voz por doce horas, obsequio de Sortilegios Weasley. Además que cada traje cuenta con una máscara o antifaz y algunos cuentan con un sombrero.
- ¿Dónde es la fiesta? – preguntó Colin – Porque no creo que sea entre nosotros veinte, sería aburridísimo.
- Buena observación, me estaba olvidando – contestó Christine – Ya reservamos las entradas para la fiesta. Es en el centro de Londres, organizada por la Asociación Shakespeareiana. Es en memoria de los cuatro siglos de la muerte de Shakespeare – tomó aire – Nos iremos en un bus que ya debe de estar por llegar y ese mismo bus nos regresa a la hora que queramos. Tienen que llevar un documento.
- Bueno¿Quién quiere pasar primero? – animó Ron para evitar preguntas.
- ¡Yo! – gritó Simone.
Ron la condujo hasta el cuarto donde tenía las bolsas y estaba muy oscuro, pero él sabía perfectamente donde estaba cada cosa. Tomó la bolsa y se la ofreció a Simone. Ella hundió su mano hasta el fondo, buscando uno de los veinte papelitos que había allí dentro. Por fin sacó uno, el elegido y lo leyó en voz alta. Cinco segundos más tarde, Ron buscaba el traje y el caramelo que le correspondía. Comió el caramelo, para pasar al cuarto que tenía a su derecha, se cambió y se quedó allí esperando.
Pasaron uno por uno, algunos desconcertados por el trajecito que deberían llevar y la voz que le había tocado, pero había otros emocionados, como Ron, Christine y un par más. Nadie sabía ni se daba cuenta que había sido estafados por los organizadores de todo. Cuando ya todos estaban listos, pasaron a la sala y el que tomó la palabra fue Ron, que estaba muy gracioso bajo su disfraz.
- Es hora de irnos – la voz de Ron era muy aguda, casi chillando – Por favor, síganme.
Salieron de la sala hacia el jardín donde un bus de servicio escolar los esperaba en la entrada de la madriguera. Chris contó a cada persona que subía hasta decir "Completos" y subió cerrando la puerta.
Llegaron a la Asociación Shakespeariana, donde Chris negoció con un hombre de baja estatura, le dio unos cuantos billetes y les hizo un seña de síganme a los demás.
- Cuando lleguen a la puerta digan que están en lista, señalen su nombre y muestren el documento, uno por uno – todos asintieron y fueron pasando de uno en uno a la fiesta.
- Esto está genial – comentó Colin – Mira toda esta gente. Aunque la música me recuerde mucho al colegio, igual está buenísima.
- No toda la noche van a tocar esa música, no se preocupen. Es sólo para abrir la fiesta – dijo al parecer, el organizador.
- Llegamos justo a tiempo – informó Chris – Ya se acabó el homenaje
Harry se quedó admirado con la decoración del salón, la mesa con el bufete y las mesas. Todo parecía una broma. Rústicas antorchas colgadas en la pared alumbraban el salón que también tenía aspecto a taberna. Las mesas eran de madera pesada, con mantel blanco y con el menaje de plata, apartadas hacia los costados. En vez de vasos de vasos o copas de vidrio, éstos eran de metal y las servilletas eran de tela. Al fondo se podía vislumbrar la mesa llena de comida, pavo, chancho, distintos purés y bastante fruta, acompañados por grandes jarrones de plata, llenados con los distintos licores de la época; brandy, coñac, cerveza, whisky y el tradicional vino.
- Esto es exactamente como la época medieval – dijo asombrada Hermione – Estamos en una fiesta del siglo XV.
- Vamos a buscar mesas – dijo Ginny.
Juntaron dos mesas para que puedan entrar todos juntos.
- ¿Les sirvo algo de comer mis nobles caballeros y damiselas?
- No gracias – respondieron todos – Acabamos de cenar.
- ¿Perdón¿Cenar! – estaba muy ofendido – Se dice comer – aclaró
- Ya hemos comido – resaltó esa palabra – en casa
- ¿Entonces les puedo ofrecer algo de beber? – se pusieron de acuerdo
- Dennos seis vasos con whisky, dos con brandy, dos con vino, uno con agua mineral sin gas y una cerveza
- Disculpe, pero no tengo agua mineral ni con ni sin gas. Tengo agua del pozo.
- Bueno, déme agua del pozo – respondió Sabine de mala gana.
- Enseguida – respondió luego de tomar la orden.
Estuvieron conversando un largo tiempo, hasta que cambiara la música del siglo XV por algo más moderno, pero no tan estridente; algo suave, que vaya con el ambiente. Harry buscaba a Hermione bajo los trajes, esperaba encontrar su mirada, estaba desesperado por cruzarse con ella, esta era su oportunidad, necesitaba tenerla cerca suyo.
- ¿Vamos a bailar? – preguntó Sabine a Harry.
- Si, por supuesto, vamos.
El grupo se paró y algunos bailaban sin saber con quién, pero se divertían mucho; la música había cambiado un poco, volviéndose algo más amena y bailable. Harry se acercó un poco a Sabine, procurando no ser tan atrevido y también dejando espacio para que no pareciera que quería algo con ella. Al poco tiempo ella se dirigió a la mesa de tragos, lo que Harry vio como inexplicable, porque no había echo mayor esfuerzo. Sin darle mayor importancia, se volteó para ver el ambiente y decidió que el también necesitaba un trago. Se acercó a paso firme, pero algo lo llamaba a acercarse más rápido. Estaba confundido; ¿Sabine producía esos sentimientos en él ahora? No podía ser posible. Se sentía embriagado en su perfume, la tomó por la cintura suavemente y le dio un beso en el cuello.
- Al fin te encontré, mi amor – le susurró al oído.
- ¿Harry?
A lo lejos tres personas chocaban las manos en el aire.
Nota de la Autora:
¡Al fin! escucho coros de ¡Aleluya! en mi cabeza. Jajajaja. ¿Cómo están? Espero que no tengan ganas de matarme en serio, porque esta vez si fue mi culpa que este capítulo se atrasara. Si yo les contara todo lo que me pasó, no terminaría nunca con esta nota. Son casi cuatro meses que no actualizaba. En resumen, la universidad si tuvo algo que ver, pero también me agarraron las vacaciones de invierno que aquí duran un mes para los universitarios y se me hizo un solo de problemas todo este tiempo. Entre la uni, las noticias del libro seis (ustedes sabes a que me refiero, me deprimí bastante) y mi vida privada no tenía tiempo de escribir este capítulo, aunque a decir verdad estuve como dos semanas pensando en el final. No es que no lo haya tenido planificado, pero tenía una lluvia de ideas y me pareció que ésta era la mejor. En fin, creo que ustedes se merecían un buen capítulo y una explicación, porque sin ustedes no existiría esta historia. Ojalá no los haya defraudado y les haya gustado este capítulo, cualquier cosa, háganmela saber¿ok? Besos, chau
PD: Lean si quieren y si pueden mis otras dos historias, "Juego de Gemelas" y "Un Gran Paso", y mis dos Sonficts "Mi Chica" y "Pobre Diabla".
PD2: La inspiración es como un asalto, no tiene ni horario ni fecha.
Contestación de Reviews:
(Gracias por dejar uno)
Potter5: Lamento decepcionarte, pero no hablaron de nada, pero pronto lo harán, no te preocupes, ojalá te guste este capítulo.
Pipu-Radcliffe: Acá tienes unos cuantos momentitos de Liz con Harry. A mí también me encanta Harry como papá y Liz es un niña super linda, tenlo por seguro. Acá sólo tres personas actuaron como si tuvieran 16, y la verdad que me encantan. jajajaja
MarcyLB: Me da muchísima pena que no te haya interesado mi historia, pero gracias por hacerme saber una vez más que se parece a esa película con Jennifer Aniston. Éstos son los comentarios que hacen crecer a uno. Si sigues leyendo te vas a dar cuenta que no es como esa película. Aunque como dicen: Sobre gustos y colores, no han escrito los autores. Lamento haberte decepcionado.
Damis Black: Gracias por tu apoyo. Espero que este capítulo haya traído un poco de emoción y esperes con ansias el siguiente. Pronto se arreglarán las cosas. Espero que te guste este capítulo.
SaraMeliss: ¡Uy no¡Metí la pata! jajaja, admiradora nueva y me demoro cuatro meses. ¡Que vergüenza me doy! En verdad espero no haberte desilusionado y que leas este capítulo y que te guste. Gracias por tu apoyo. No prometo nada, pero voy a hacer todo lo posible por no demorarme.
Sara Lovegood: Gracias por tu apoyo, en verdad me halaga mucho lo que me dices, pero creo que todavía me falta bastante para llega a escribir bien. Jajajaja. En un fanfic se puede todo y si es en el mundo de Rownling, aún más.
cusi008: Acá tienes la continuación, espero que te guste y perdón por la demora.
Besos, cuídense!
