Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de TSR o/y R.A Salvatore
No obtengo beneficio alguno por escribir esto salvo mi propio entretenimiento.
AVISO: Este fanfic es YAOI (y slash), si este género no te interesa o te resulta desagradable no lo leas, comprendo perfectamente esa postura.
Capítulo 10. Sentido y sensibilidad
Jarlaxle se frotó los ojos somnoliento, cuando disfrutaba de una buena cama siempre remoloneaba lo máximo posible, dormir bien y mucho era su pequeño vicio, y cuando tenía una cama mullida se enrollaba como un canelón. Mas de una vez Entreri le había despertado con el encantador método de desenrollarle por el suelo, dejándole bastante mareado.
Esta mañana se sorprendió al no ser despertado de ese modo. Se suponía que Entreri tenía que descansar, pero dudaba que hiciese caso del consejo.
Como consuelo le despertó Caderly en su lugar.
"Jarlaxle¿aun duermes?"
"Si, estoy dormido."- Contestó Jarlaxle.
Caderly se quedó confuso un instante y el drow rió de buena gana.
"Eres una monada."- Se mofó.
El clérigo enrojeció y se recuperó no sin cierta dificultad.
"Necesito tu ayida... si sabes leer infracomún antiguo, creo que deriva del imaskari y..."
"Dame un minuto y seré todo tuyo."- Murmuró Jarlaxle desperezándose.
Caderly salió del dormitorio con un tartamudeo y marchó claramente turbado. Entreri le vió pasar y sonrió, a Jarlaxle le encantaba confundir y avergonzar a la gente, sobre todo por las mañanas, soltando frases de doble sentido de todo tipo. Entreri había acabado por acostumbrarse.
"¿Has terminado de meterte con el clérigo o vas a hacer mas comentarios sibilinos?"
"No le he dicho nada malo".- Replicó Jarlaxle vistiéndose.-" Sois vosotros los que pensais mal."
Entreri rió levemente y Jarlaxle le miró con completa curiosidad.
"Estas de muy buen humor. ¿Qué ha pasado?"
"Mmmmh.. nada."- Entreri sonrió abiertamente, sabiendo que Jarlaxle se volvería loco por averiguarlo.
"¿Nada¿Me tomas por un goblin lobotomizado¿Qué ha pasado?"
"Nada, no sé de que me hablas."- Respondió con una exagerada mentira que solo buscaba picar a Jarlaxle aun más.
En unos minutos tuvo al drow revoloteando a su alrededor y bombardeándole con preguntas.
"Creo que Caderly te necesitaba."
"El clérigo puede esperar y rezar un rato, esto es mas importante."
Entreri exhibió una perfecta imitación de la sonrisa habitual de Jarlaxle.
"Me temo que no lo es. Atiende a ver en que puedes ayudar y a lo mejor te digo porque estoy de buen humor."
Jarlaxle se marchó mascullando acerca de los humanos malvados que aprendían demasiado rápido. Entreri disfrutó de aquella pequeña venganza. Borró la maliciosa sonrisa de su cara y salió a una balconada a sentir el aire fresco de la mañana.
Drizzt se movía de un lado para otro como un moscardón epiléptico. Era incapaz de estarse quieto y de movía tanto como daba vueltas a la cabeza.
Le había besado.
Drizzt estuvo a punto de conseguir subirse por las paredes. Había besado a Artemis Entreri. Le había besado en los labios. Sin aviso, sin palabras.
Estaba muerto. Entreri le iba a matar. Le arrancaría la piel a tiras. Drizzt nadaba en sudor frio solo de pensar en ello.
¿Qué iba a hacer? Entreri debía estar echando fuego por la boca... no espera, eso eran los dragones. Ya ni siquiera pensaba con claridad. Tenía que calmarse lo antes posible. Tenía que hablar con alguien... no servía de nada engañarse, tenía que hablar con Entreri, aunque le pudiese costar un duelo con el ex –asesino.
Tomada esta resolución fue a buscar al humano. Mientras caminaba sentía su corazón retumbando con la fuerza de un tambor. No sabía que iba a decir ni como se iba a explicar.
Ni siquiera sabía de donde había salido el impulso, no podía explicarlo claramente. Cuando le había besado había sentido que era lo correcto, que debía hacerlo. Y había sido muy agradable, dulce, había sentido un calor delicioso en los labios extendiéndose por todo su cuerpo.
"¿Drizzt?"
El corazón golpeó con fuerza y Drizzt temió perderlo. Sin darse cuenta había llegado hasta Entreri, pasando ante uno de los balcones.
"Ah... ... buenos días."
Inspiro. Expiró. Y se dirigió hacia Entreri, totalmente concentrado en la tarea.
"Yo... eh..."
Entreri enarcó las cejas ante la súbita incapacidad de Drizzt para articular palabras, el drow aspiró hondo y se calmó... un poco.
"Respecto a lo ocurrido ayer, quería disculparme."
Entreri semisonrió y Drizzt sintió que se le derretían las rodillas, se veía tan atractivo cuando hacía eso.
"¿Disculparte¿Por qué?"
"Por... por el beso."
Entreri le agarró por la nuca y Drizzt cerró los ojos, preparándose para el puñetazo.
En vez de eso, sintió que Entreri le besaba.
No fue el beso suave y casto, propio de los cuentos de hadas, sino todo un asalto. Drizzt gimió bajo los carnosos e insistentes labios y Artemis se aprovechó de ello, invadiendo con su lengua, abriendo mas los labios y fundiendo sus bocas con el devastador avance de un incendio. Drizzt no tardó en ser arrastrado por él, y al poco ambos se abrazaban, magullando sus labios en la fuerza de sus besos, mordiendo suavemente, chupando con deleite.
La necesidad de respirar se impuso al deseo de fundirse el uno en el otro y se separaron sin dejar de abrazarse, jadeando, con los labios enrojecidos, las mejillas ruborizadas y los ojos brillantes, indudablemente excitados por el súbito encuentro.
Artemis se relamió y le observó con la intensidad de un depredador.
"Drizzt... eso es un beso."
Drizzt asintió levemente y reclamó mas.
Jarlaxle terminó de traducir los pergaminor y tras aburrirse de avergonzar a Caderly fue a dar un paseo por la catedral. Aun tenía que averiguar que había puesto de tan buen humor a Artemis, no todos los días el severo humano sonreía así, mucho menos teniendo en cuenta la horrible temporada que estaban pasando, secuestrado, torturado y casi consumido por el poder de un ente antiguo. Po no hablar de verse obligado a recordar un pasado poco agradable.
Menudo misterio. Tarareando una pegadiza melodía fue por los pasillos exteriores, explorando la espléndida catedral y sus múltiples murales.
Balcón, sala de estar, balcón, jardinera, balcón, capilla, balcón con pareja besándose, jardineras...
Un momento... Jarlaxle retorcedió caminando de espaldas. Artemis y Drizzt estaban abrazados en la balconada, besándose con ansiedad feral.
Jarlaxle miró un rato y continuó andando. Así que era por eso que sus intentos de buscar una mujer a Entreri no estaban teniéndo éxito. Tendría que replantearse aquella idea.
Cuando dejaron de besarse Drizzt sentía la cabeza ligera, como si estuviese borracho. Entreri le sostenía por la cintura, de no ser po eso probablemente hubiese resbalado hasta el suelo, tanto le flaqueaban las piernas.
"Artemis."
"¿Mmmh?"
Resultaba dificil pensar con Artemis besándole el cuello, raspando suavemente con su perilla, que hacia sus labios mas dulces cuando estos seguían el curso de esta. Suspiró.
"Te quie... ¡AH!"
El súbito pellizco en la cadera le cortó en seco y miró a Entreri con interrogante indignación.
"¿Y eso?"
Artemis chasqueó la lengua con desaprobación.
"Has estado a punto de fastidiar el momento."
"No entiendo."
"Olvídalo."
Artemis deslizó las manos buscando la junta de los pantalones, por desgracia el drow llevaba una túnica larga que lo dificultaba en gran medida. Artemis suspiró, lástima, siguió buscando la cálida piel del color de la obsidiana pulida, era piel suave, sedosa, puramente élfica. Drizzt era delicioso, atractivo y hermoso sin perder un ápice de virilidad. Era perfecto, fuerte y fibroso, era la clase de amante que Entreri siempre buscaba, y encima este era uno al que realmente podía respetar, no solo apreciar la belleza de su cuerpo másculino. Sus labios eran adictivos, sabía a algo dulce, quizá manzana.
Le deseaba. Quizás le había deseado desde hace mucho tiempo sin saberlo, no estaba seguro.
De pronto Drizzt se apartó bruscamente, Artemis gruñó contrariado.
"¿Qué ocurre? No iras a huir otra vez."
"No acostumbro a entregarme a placeres carnales sino les acompañan sentimientos."
Entreri maldijo en silencio la recta moral de Drizzt y se cruzó de brazos.
"¿Debo deducir que pretendes que te declare amor eterno antes de desnudarte?"
Drizzt se mesó los cabellos con desesperación, Artemis seguía sin entender nada en absoluto, le deseaba con una claridad que le asustaba, pero no podía entregarse a quien no sentía nada mas que deseo por su cuerpo. Ni siquiera estaba seguro de sentir algo más que pasión por él. No le gustaba llevar su cuerpo a sendas que no seguía su corazón.
"Esto no es justo ni para ti ni para mi."
Entreri dio una patada a la balconada y miró hacia el jardín con ira¿por qué todo tenía que ser tan complicado para el vigilante? No estaban teniendo una conversación de moral y buenos principios, no estaban combatiendo sino todo lo contrario.
"Es ridículo... sé que me deseas y es recíproco¿qué es lo injusto?"
"Que no significará nada."
Nada. Entreri se quedó paralizado, confuso y enfadado. Nuevamente aquella crítica, aquella acusación de que sus actos carecían de significado, de sentimiento. Aquella frase escupida contra él cada vez que sus espadas se cruzaban en sus duelos. ¿Por qué¿Por qué algo tan etereo y fantasioso como el amor tenía que importar tanto?
"Muy bien, como quieras."
"Artemis... yo no..."
"Cállate."
Se marchó dando zancadas, tenso e irritado. Drizzt hizo ademán de detenerle pero fue en vano y se quedó solo en el balcón, entristecido.
"Nts, nts... que pena."
Drizzt dió un bote y se inclinó sobresaltado sobre la barandilla del balcón. Jarlaxle estaba alló, colgado como un mono y espiándo descaradamente.
"¿Pero que demonios haces aquí?"
"Lamentar la falta de entretenimiento por supuesto. ¿Qué otra cosa iba a hacer aquí colgado¿Imitar sonidos de pájaros?"
Drizzt le dio un puntapié al enorme sombrero y Jarlaxle se soltó y levitó para recuperarlo. Se había desilusionado mucho cuando se había acabado la escena de besuqueos. Bueno, era una oportunidad para hacer algo que se le daba muy bien, manipular a la gente y organizar sus vidas. Se entretendría un poco jugando al casamentero.
Nota de la autora: Romance, romance, romance... como he tardad en empezar con esto, pero ya esta aquí. Bueno, esta vez Jar no se come un rosco, pero jugará a ser una celestina, que es igual de divertido. Gracias por los ánimos, sigo con ello. Es bueno saber que mi entretenimiento entretiene a mas gente.
