Capítulo 5. El Segundo Sueño

4 Esferas blancas brillan en la oscuridad de un cuarto amplio, donde una persona los observa con una sonrisa irónica, observando cada aspecto, cada detalle, el contenido de cada una. Mientras que una joven de cabellos grises muy largos, casi a la cintura y lacios, lo miraba desde un extremo de la habitación con sus increíbles ojos ámbar, iba vestida con una blusa china y vaqueros, apenas se distinguía su silueta por el brillo de las esferas, alta y esbelta. Se acerca al hombre que observa las esferas.

-Amo, esta seguro de que es el.

-Nunca podría equivocarme, es él, de otra manera como sabría quien soy.

-Lo siento Amo, no quería poner en duda su conocimiento.

"Y no lo has hecho, Dandelion."- respondió Aiden.

"Claro."- respondió la grisacea.

Surge otra figura de las sombras, un joven alto y apuesto, de fríos ojos ágata roja, cabellos negros y presencia imponente, que vestía una camisa amarilla y vaqueros.

-Pero y ahora ¿, Amo

-Ahora esperaremos, Volt.

-Ya veo y mientras ¿que haremos con los guardianes?

Y surge una figura más, un peluche con rayas de tigre, alas púrpuras y ojos penetrantes -No parecen muy fuertes, se ven débiles… patéticos- decía con sarcasmo

-Pero lo son Inti, de verdad lo son o pones en duda mis conocimientos ¿?-interrogó con suspicacia Aiden.

-Lo siento Amo Aiden, no pretendía ofenderlo.

-Descuida- aparece una sonrisa maliciosa en el rostro del joven- Creo que debemos cuidarlos, después de todo son nuestros huéspedes o no ¿?…- Dandelion, Volt e Inti asienten y se retiran del cuarto- Ya nos veremos Clow, espero te guste mi sorpresa- decía con esa voz punsante y profunda y dejó salir una pequeña carcajada.

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Ya estaba amaneciendo cuando pequeños rayos de luz se filtraban por las intactas ventanas con cortinas azul celeste y caían sobre pedazos de madera, cerámica y vidrio que estaban en el piso, así como 4 cuerpos que yacían tranquilamente sobre los escombros. Conforme salía el sol era mayor la cantidad de luz que entraba por las ventanas y se reflejaba sobretodo aquello que se encontraba en el piso y las paredes, así como en el techo. Uno de estos rayos cayó en un pedazo de espejo y se reflejó contra el cristal de unos lentes algo grandes y redondos que protegían los ojos zafiro del pálido dueño de cabello negro azulado, ahora revuelto, que poco a poco iba recuperando la consciencia.

Arrugando la frente y la nariz, abriendo poco a poco los ojos y tratando de levantarse, con dificultad pues un dolor muy fuerte le recorría el cuerpo tirado. Sintiendo fuertes punzadas en la espalda, sobre los hombros y debajo de los omóplatos, en las manos que ahora mostraban marcas negras en los pequeños lugares que algún escombro ocupaba. Se incorporó poco a poco, sus algo torcidos lentes resbalaron por la curvatura de su nariz y cayeron sobre los escombros, pudiéndose apreciar con claridad el ruido de los lentes al chocar.

Todo estaba muy tranquilo, el ruido de las aves era sólo superado por el silencio que en este momento inundaba la mansión.

Recogió sus lentes y al ponérselos y mirar a su alrededor, se dio cuenta de que necesitaría por lo menos 5 o 6 días para dejar el comedor como era. Detrás de el se escucha el ruido de los escombros, voltea y ve a Sakura y a Syaoran que estaban recuperando la conciencia, moviendo sus dedos poco a poco, con marcas en la cara, en los brazos, en las piernas, la ropa algo rasgada y el cabello revuelto. Miró a un lado y al otro, y cruzó con sus ojos un cuerpo que con el resplandor del sol lo hacía ver glorioso aún estando mal herido y con escombros por la cara, tal vez con la ropa rasgada que la hacía ver aún mejor, desatando una sensación de lujuria y deseo, la hacía ver sexy.

Con preocupación se acercó a ella, se agachó y la tomo entre sus brazos, pocas eran las marcas que quedaron en su cara pero al contacto con su frente vio lo que ella soñaba…

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Tomoyo miraba fijamente por una ventana hacia un jardín lleno de flores debajo de las cuales corría un río pero no de agua, sino de sangre, que circulaba por un estrecho canal que se originaba de un montículo en el que yacían 3 cuerpos decapitados, con manchas de tigre por todos sus cuerpos; se encontraba en una cúpula al otro lado del jardín. Las flores iban tiñéndose conforme absorbían el líquido que pasaba a través de sus raíces y cuando estuvieron demasiado llenas, comenzaban a gotear dejando charcos sobre el pasto bajo ellas.

Iba vestida en una toga dorada, estaba descalza y sentía fluir la sangre que se encerraba en la habitación. Caminó hasta la puerta y abrió, observo un canasto con 3 sacos bañados en aquello que corría por sus venas, se encharcaba en la habitación, goteaba en el pasto, absorbían las flores, circulaba por el canal y caía de aquellos 3 cuerpos de la cúpula del otro lado del jardín. Abrió cada uno de los sacos y dejaba caer su contenido, salpicando todo lo que estaba a su alrededor; 3 cabezas con marcas en sus rostros- de una chica con cabello castaño, tez trigueña y ojos esmeralda, un chico de cabello castaño oscuro, tez trigueña y ojos cafés, y por último, un chico de cabello negro azulado, tez pálida y ojos zafiro- todas mirándola.

Eriol no podía creer lo que estaba viendo, era simplemente inverosímil. Vio a Tomoyo y, con tranquilidad, saco una daga de suave apariencia, que guardaba entre sus pechos, la puso en su cuello y la deslizó, realizando un corte profundo y perfecto del cual salía tan vital líquido y a la primera gota con el piso encharcado se volvió negro.

Entonces voltea hacia Eriol y murmura: MÁTAME, estaba atónito por lo que acababa de ocurrir y de decir. De pronto se siente tentado hacia aquella petición, el corazón le latía con fuerza, estaba decidido a cortar aquel bello cuello que emanaba un río negro y humedecía aquellas ropas que se pegaban al cuerpo de la dueña, sintiendo un fuerte impulso, tomó la daga que ella tenía entre sus manos y al toque, se transformó en espada, decidido, la pone a lado de aquel cuello, toma vuelo y…

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-¡DESPIERTA!- le grita Sakura con las cartas del sueño y dormir entre sus manos, estaba alarmada por lo que pudo haber hecho su amigo.

Eriol abre los ojos, mientras que Syaoran agarraba con fuerza su brazo perplejo e impresionado por el suceso, y siente un dolor que le produce su mano, sostenía con fuerza un pedazo de vidrio del cual resbalaba su sangre, dejando caer pequeñas gotas cerca del rostro de Tomoyo, mientras que con la otra la sujetaba, al darse cuenta de lo que estuvo a punto de hacer dejó caer el vidrio, Syaoran soltó su brazo con un suspiro despreocupado, y abrazó a Tomoyo, quién aún yacía inconsciente y le murmuró: PERDÓNAME, dejando correr unas lágrimas por su rostro, que cayeron en el de Tomoyo y al contacto, gimió, arrugó la respingada nariz y abrió lentamente los ojos.

-Eriol…- sus llorosos ojos se posaron en los de ella- No llores mi amor, por favor- habló suavemente.

-Tomoyo… (Me alegro que no recuerdes nada de lo que soñaste por que de otra manera, estarías odiándome y entenderías el porque de mis lágrimas)- la abraza con más fuerza.

-¿Están bien?- preguntó Sakura.

-Sí, Eriol…- la amatista volteó a verlo.

-Estaré bien- se levanta y levanta también a Tomoyo, se seca las lágrimas con el torso de su mano dejando ver la cortada que poco a poco se iba oscureciendo y dejaba de sangrar, ve que se le queda viendo la mano- ¿No te preocupes se quitará después, como te sientes?

-Bien, pero como si alguien me hubiera tirado del último piso de un edificio de 15 y después atropellado por un camión de 30 toneladas.

-Entonces estas bien, oye por cierto que soñ… ayy- Sakura preguntó inocentemente para después sentir un pellizquito en el brazo, voltea a ver a Syaoran y el sólo le da una mirada de advertencia- supones que debamos hacer -girando el dedo índice.

-Un poco de aseo… supongo - respondió.

-Y por donde empezamos?- apesadumbrado de sólo ver el estado del cuarto en el que se encontraban.

Todo la mañana se dedicaron a limpiar el comedor para después poder reconstruirlo, a pesar del rugir de sus estómagos. Recogieron astilla por astilla, algunas veces Sakura o Syaoran se clavaban una astilla en el dedo y era una casería para poder quitárselas, otras veces resbalaban con algún pedazo de cerámica y caían sobre los escombros o en el piso, pero también tuvieron mucho cuidado de no pisar con fuerza para que el vidrio no se rompiera en fragmentos mas pequeños por que muchas veces, sin querer, daban con ellos y terminaban con manchas negras por todas partes. Eriol y Syaoran iban y venían de la cocina cuando sacaban bolsas llenas de escombros y en una de esas, Eriol aprovechó el momento para poder hablar con Syaoran.

-Li, gracias por evitar que Sakura le preguntara sobre su sueño.- agradecióel zafiro.

-No hay de que, pero supongo que se lo habrás borrado, igual que el anterior.

Eriol asiente- No puedo dejar que siga teniéndolo, la pongo en mucho peligro aún borrándoselos.

-Es tu manera de protegerla y supongo que la confianza no tiene nada que ver.

-No, de hecho es en la persona que más confío, además de tu prometida- a lo que Syaoran le salta una venita- tranquilo, Sakura me ha demostrado que es digna de confianza, sin embargo Tomoyo, a ella le podría decir hasta el más oscuro de mis secretos y se que me entendería.

-Daidouji, es una persona muy sincera y agradable, siempre trata de ayudarte. Aunque sea un poco, pero trata.

-Lo sé, es por eso que necesito que hables con Sakura y le pidas que no le diga que Frederick fue el que nos atacó, no… quiero que… se sienta muy presionada.

-No te preocupes, yo le digo, aunque ella dirá que le hablemos con la verdad- posó una mano en el hombro de Eriol, brindándole su apoyo.

-Sí pero es muy arriesgado, tanto si le decimos como sino y prefiero que permanezca tranquila por el momento.

Syaoran le esboza una sonrisa- Será mejor que regresemos, o de lo contrario eso que me pides no lo voy a poder evitar.

-De acuerdo.

Mientras…

-Sakura- decía la joven Daidouji mientras barría un poco junto a Sakura.

-Dime…

-Qué ocurrió anoche ¿? Sólo recuerdo que un individuo se presentó pero después de eso, NADA

La esmeralda se queda parada un instante, con vacilación decide contestar- Nos… atacaron, y te tomó como rehén, se llevaron a Yue, Kero, Rubymoon y Spinnelsun- suspiró con resignación.

-Sakura- la voltea a ver- No te preocupes, verás que lograremos recuperarlos- pone una mano sobre su hombro.

-Lo sé, pero es que… Nunca había sentido una presencia así de fuerte, nunca pensé que hubiera alguien con el poder suficiente para poder dormir a los guardianes, a excepción de Eriol.

-Ya veo, y ya saben quien es ¿?

-Pues…- dijo vacilando un poco- Sí.

-Y ¿?

- Y ¿?

-Quien es, como se llama ¿?

- … Se llama…

- Aiden- dijo con voz firme Eriol, quien acababa de entrar a la habitación- Veo que ya casi acabamos, así que… que les parece si descansamos un rato antes de ponernos de acuerdo de quien va a tener que poner el dinero para comprar una mesa y sillas y un espejo y toda la vajilla, prácticamente todo el comedor.

Syaoran suspiró- pues supongo que deberíamos de ser todos, bueno… Daidouji no. Después de todo, no fue culpa suya.

-Tienes razón.- asintió Sakura.

Tomaron las últimas bolsas llenas de escombros y las dejaron a un lado para después llevarlas a los botes de basura. Se sentaron en el piso a descansar plácidamente después de un día de trabajo, estaban exhaustos, sentían gotas de sudor correr por su cuerpo y el gruñir de sus estómagos por falta de alimento.

-Que les parece si vamos a comer… Digo, no se ustedes pero yo me estoy muriendo de hambre.- propuso Eriol.

-Si es buena idea.- aseguró alegre la card captor.

-Sí vamos a un restaurant para que todo el que nos vea nos diga: "oh no ahí vienen los hombres tigres y sus tigresas ¡!" - decía Syaoran con sarcasmo.

Todos rieron a carcajadas y después se vieron unos a otros a las caras llenas de manchas, con sudor y exhaustas.

-Es verdad, pero supongo que con un poco de maquillaje…- propusoTomoyo.

-A no ¡! a mí no me ponen nada de esa cosa tan horrible, ni que fuera que para dejarme.

-Entonces estará bien que te diga TI GRE SI TO – dejando salir una pequeña risita, comentó Sakura.

-Vamos Li, no creo que sea tan malo.- comentó Eriol.

- ¬¬ como lo sabes, alguna vez te han maquillado ¿?

-Pues sí, de hecho pero era para una obra. Deberías haberme visto, si hubiese tenido estas marcas también entonces sin falta de duda, de verdad era un tigre hecho y derecho.

Tomoyo dejó salir una risita- si te veías muy lindo en ese traje.

Eriol se sonrojó al escucharle- O/O ehm… Entonces que ¿? Te pintas ¿?

-Bien, pero nada de ponerme colorete y madre y media.

-No como crees, sólo usaremos corrector para ocultarlas.- aseguró su prometida.

- ¬¬ … Eso espero.

-No creo que debamos traer nuestra bolsa como ustedes para mantener el maquillaje verdad ¿?- le decía mirando a su prometida y a Sakura.

-No, con que nosotros lo llevemos es más que suficiente.- respondió Daidouji.

-Bien, entonces cada quien a su casa para arreglarse y bañarse, en serio… Por que apestamos como un conjunto de perros mojados- decía Eriol con una sonrisa y todos rieron de nuevo.

-Y en que lugar nos veremos ¿?

-Pues que les parece si recorremos el centro y después decidimos eso allá.- propuso Sakura.

-Si, me parece buena idea. Dentro de 20 ¿?- asintió la reencarnación de Clow.

-Dentro de 20 esta bien, siempre y cuando las damas esté a tiempo.-argumentó Li.

-Entonces creo que será dentro de 50 años- decía con una risita.

Tomoyo y Sakura les hicieron un ademán de burla a lo que ellos simplemente sonrieron.

-No nos tardamos tanto- decía Sakura con soberbia.

-Es broma.- dijo su prometido con una sonrisa.

-Lo sé- dejando salir una pequeña risa- De acuerdo, nos veremos dentro de… media hora les parece ¿?

-Es buen tiempo- asentía el mago inglés.

-Si, la corte esta de acuerdo con el veredicto.- comentó el castaño a un estilo muy de juzgado.

-Claro, se cierra el caso.

-Bien. Entonces será dentro de media hora en el parque pingüino ¿?

Todos asintieron. Sakura y Syaoran se fueron a la casa de ella para vestirse y bañarse. Mientras que Eriol se bañaba en la tina nueva que recién había instalado después de aquel suceso y Tomoyo tranquilamente tomaba un baño, relajando todos los músculos de su cuerpo, puso la cabeza sobre el borde de la tina y puso su mano sobre su pecho, recordando que es ahí donde tenía la enorme mancha en forma de mano que Eriol le había dejado al tratar de mantenerla viva. Puso su mano en casi la misma posición que tenía la marca y sintió una cálida sensación al solo imaginar a Eriol, tocándola como el rose de una pluma, sintiendo sus manos en cada centímetro de su cuerpo, besándola, sintiendo el calor de su cuerpo con el suyo… Y de repente, sintió una enorme oleada de deseo y mucho, mucho calor, recuperando mejor la consciencia después de lo aturdida que había quedado al imaginárselo, sintió que se quedaba sin aire y se desperezó para terminar de bañarse.

Eriol, miraba tranquilamente por la ventana de su habitación con una mano recargada sobre el cristal y la otra en su cintura, vestido con una camisa blanca y unos vaqueros, preguntándose sobre lo que pudo haber hecho para evitar que se llevaran a los guardianes, así como que Tomoyo fuese atacada de nuevo y ahora no sólo fue atacada por Aiden, sino también por el, estuvo a punto de matarla y las sensaciones que experimentó durante el sueño, le provocaban terribles remordimientos, sintiéndose terriblemente expuesto ante aquel conjuro tan sencillo y a la vez tan poderoso, que fue fácil caer en él sin darse cuenta. Extraño era en verdad, para que gastar un conjuro en Tomoyo, pudiendo ponérselo a él, directamente, sin tener que pasar primero por alguna otra persona. Era algo que aún no entendía, se miró la manos, ahora ambas con vendas para ocultar aquellas marcas, ese tipo de conjuro, no lo había visto en mucho tiempo y sin embargo, estaba ahí, presentándose por la reencarnación de quien una vez fue su mejor amigo.

Toc, Toc, Toc sonó en la habitación, sacándolo de su ensimismamiento y mirando hacia la puerta al bello ángel que tenía enfrente, vestida con una blusa violeta de un escote que apenas escondía aquella marca de mangas largas y unos vaqueros que la hacían resaltar las curvas de sus caderas y sus piernas para ocultar las manchas que le habían marcado. Ella al igual que Eriol, llevaba vendadas las manos, pero no se veía tan impresionante como las de él. Pero su cara no mostraba manchas, obra hecha por el corrector.

-Eriol… Estas bien ¿?- preguntó la amatista al notarlo distante.

-Sí- mintió, la verdad es que el sólo hecho de verla producía que aquellos horribles recuerdos le llegaran a la mente- Tomoyo

-Dime

-Perdóname- pidió mientras la abraza.

-Por que ¿?

-Tú sólo perdóname- la besa gentilmente- Nos vamos.

-Sí, claro pero antes, déjame cubrir esas marcas antes de salir- sacando el corrector de su bolsa.

El inglés vaciló un momento y después se decidió- Esta bien, nada más no me dejes como payaso.

-Cómo crees- le decía con una amplia sonrisa.

Tomoyo le aplicaba con cuidado unas cuantas líneas en la cara para después esparcirlo por toda su cara, Eriol siente el rozar de sus suaves manos, que van de sus mejillas a su frente y de ahí a su nariz, debajo de las cejas, en el mentón hacia el cuello. Cuando termina de aplicárselo, le besa las manos sintiendo un deseo enorme de sentir aquellas bellas manos por todo su cuerpo, sentir el cuerpo de ella contra el suyo, suspirando entre cada rose, cada caricia que los llevara al cielo. Sintió un poco de calor y sólo la besó dulce y suavemente.

-Creo que, será mejor que vayamos. No vaya a ser que hayan decidido irse sin nosotros- comentó sin querer hacerlo realmente, prefería quedarse con ella, en la habitación.

-Tienes razón.

Cuando llegaron, Sakura y Syaoran estaban besándose detrás de un árbol, a lo que Eriol sólo carraspeo para que vieran que habían llegado y Tomoyo se sonrojó un poco. Caminaron hasta la parada de autobuses, tomaron el No. 5 y bajaron en la tercera parada, habían llegado al centro. Recorrieron el centro, viendo a través de las amplias ventanas de algunos puestos y entrando a otros para apreciarlos mejor, finalmente decidieron cenar en un restaurant no tan vacío para así poder evitar las miradas de los demás clientes. Era un lugar amplio de 2 plantas, en la primera era el restaurante normal de piso adoquinado y decorado muy al estilo japonés, con tapetes debajo de las pequeñas mesas y alrededor cojines de diferentes colores, con sus lámparas rojas que hacían ver el lugar de manera cálida, mientras que la segunda planta era un bar con mesas de billar, decorado por lámparas cilíndricas de cristal, varias mesas negras redondas con sillones negros de piel y algunas bancas de cojincillo amarillo en la barra, la mesas de billar estaban en la estancia continua que se dividía sólo por una enorme pared de cristal de la que se apreciaba sus finos colores utilizados para crear un hermoso paisaje que hacía de marco.

La velada fue preciosa, hablaban y reían, se agasajaban de la ambrosia que tenían enfrente, el olor era magnífico, el sabor era suculento y la textura indescriptible (ehm, creo que tengo hambre). Pero a pesar de eso, Eriol no podía evitar el seguir pensando lo que estuvo a punto de hacer, no podía apartar de su mente esas horribles emociones al tener la espada en sus manos, quería desaparecer de ese lugar lo antes posible. Por lo que comió más aprisa y sólo espero a los demás para pedir la cuenta e irse, era inevitable el sentimiento de culpa que lo abordaba. Después de salir del restaurant, se pusieron de acuerdo para verse al día siguiente y comprar prácticamente el comedor entero. Cada quien tomó rumbo a su casa, Tomoyo y Eriol a la de Tomoyo y Sakura y Syaoran a la de Sakura.

Al llegar a casa de Sakura, ella vio en la pizarra y decía: "Estoy de viaje, regreso el miércoles en la mañana, Touya- No hagas tonterías mounstro ¡! "

-Que no haga tonterías… pareciera como si no me tuviera confianza.- refunfuñó Sakura.

Syaoran se acerca- Keh, tu hermano es un poco egoísta no crees ¿?

-Cálmate amor, sabes como me protege.

-Sí Sakurita yo también lo sé.

-Kero ¡!- decía con una mano en el pecho- Casi me matas del susto ¡! Qué haces acá abajo por cierto, según veo, no hay nada que haya dejado mi hermano en el refrigerador o en fuera de él.

-Estoy aquí abajo por que tu hermano me encargó que te vigilara y también al mocoso de tu prometido.- respondió el peluche con autosuficiencia.

-Qué dijiste ¡!- decía el castaño mientras le saltaba una venita de la cabeza y lo amenazaba con el puño- A mí nadie me vigila ¡!

-Pues a mi me dijeron que lo hiciera.

-Pues no me importa, así que déjame en paz ¡!

-Calma, tranquilos- suspira Sakura- Kero, mi hermano te dijo nos vigilaras, pues entonces lo harás.

-QUE ¡!- estalló Syaoran de sorpresa.

Sakura le susurra al oído- No te preocupes, si le damos algo de comer, se quedará dormido y nos dejará en paz.

-Oh… esta bien.- asintió.

-Ya verás mocoso, de mi no te librarás- dejando salir una carcajada.


Bueno este es el 5 chap, espero les haya gustado, se que no es de mucha acción pero se ven más las emociones y el tipo de amistad que llevan.

Agradezco sus reviews a Sora 2515 y a Undine y la verdad es que si mucho de lo que me dijiste va a suceder entre otras cosas.

Hasta el siguiente capítulo ;)