Capítulo 6. La Entrega y La Traición
Entre juego y juego las caricias eran continuas y como muchas veces antes, habían terminado en la cama del cuarto de huéspedes rodando sobre ella, desprendiéndose de sus ropas, tocándose como si nunca lo hubieran hecho.
Besándose con extrema pasión, gimiendo de placer a cada rose con el cuerpo del otro, sintiendo la calidez que los llevaba al extremo del cansancio, provocando cada vez, una nueva oleada de deseo.
Haciendo lúdica y salvajemente, con lujuria y pasión. Sintiéndose uno al estar unidos, primero suave y lento, y aumentando conforme al ritmo del corazón se los permitía. Terminando y comenzando de nuevo, sin interrupciones, con entrega total e infinita, deseando que nunca acabara.
Y cuando por fin los vencía el sueño, se encontraban entre lazados, abrasándose fuertemente y durmiendo junto al cálido cuerpo del ser amado, hasta que llege el alba y decidan despertar.
Así es como Sakura y Syaoran pasaron la noche, como algunas veces ya ha llegado a ocurrir, mientras Kero se quedaba dormido viendo la tele y comiendo palomitas.
"(Si eso es lo que posiblemente hubiéramos hecho, si tan sólo Kero estuviera aquí) Kero… (Y mi hermano no lo sabe, ya no puede desde que le dio sus poderes a Yue)"- musitó un triste castañita-"Yue…"- las lágrimas invadieron sus ojos.
"Sakura…"- le llamó quedamente el chino a su lado.
"Si no hubiera sido tan descuidada lo mas seguro es que Kero y Yue estarían aquí con nosotros, no es justo. Y no sólo ellos sino también Rubymoon y Spinnelsun"- sollozó.
Syaoran le abraza con ternura, intentando mitigar su dolor con aquel gesto cálido- "Pero no fue tu culpa ni fue culpa de Eriol, no fue culpa de nadie. Fue un accidente, como lo íbamos a saber."- explicó con paciencia a su prometida.
"Pero aún así, se supone que debí de haberlos protegido"- decía sollozando e hipando- "No es justo, si tan sólo hubiera estado más atenta. Pude haberlo evitado y en cambio…"
"Tranquila, verás que todo esto lo solucionaremos. Descuida, verás que pronto estarán con nosotros."- Syaoran sentía una opresión en el pecho al sentir el pesar de la japonesa y se sentía impotente al no poder decir o hacer nada más por el momento, sólo consolarla- "Ven vayamos a dormir, mañana que veamos a Hiragizawa y a Daidouji hablaremos al respecto, buscaremos una solución."- comentó comprensivo tomando el rostro de la joven entre sus manos y borrando tiernamente el rastro de sus lágrimas con su pulgares.
Sakura asintió, mustia miró hacia el refrigerador donde seguramente Kero la hubiera estado esperando a que hiciera algo delicioso de comer para el, pero esa imagen se desvaneció al recordar lo que había sucedido el día anterior. Syaoran la alzó el mentón y la vio a sus ojos esmeraldas de los que aún salían pocas lágrimas.
"Estoy seguro que todo saldrá bien, además… Si Kerberos y Yue te vieran así se pondrían muy tristes y preocupados, así como yo me siento"- la abraza con fuerza y transmitiéndole ternura y apoyo a su prometida, quien se siente un poco más tranquila- "No te sientas triste yo estoy aquí para ayudarte. Siempre has de contar conmigo, no lo olvides…"- musitó su confesión tan delicadamente que sus palabras reconfortaron gran parte del pesar de la castañita.
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Al llegar a casa de Tomoyo, ella llamó a la servidumbre y les dijo que iba a remodelar el comedor, que ese era el por que de que estaba vacío. A lo que ellos, a pesar de ser su "jefa", no dudaron en asentir mirándola con extrañeza, y ella sólo les sonrió amablemente.
Eriol acompaño a Tomoyo a su cuarto, la besó y le dio las buenas noches. Tenía mucho que pensar, mucho que analizar sobre los sucesos que estaban ocurriendo y por supuesto, quería evitar a cualquier costo que Tomoyo se viera involucrada. Ya estaba abriendo la puerta cuando Tomoyo lo abrazó por la espalda.
"Déjame ayudarte" – le susurró – "no es justo que cargues tú sólo con todo lo que esta pasando. Onegai Eriol"- le suplicó con lágrimas en sus ojos.
Eriol cerró la puerta, tomó sus manos entre las suyas, acariciándoles suavemente- "No quiero que te suceda nada…"- confesó.
"Pero no es justo que te sientas culpable"- le decía al borde del llanto.
"…Co- como sabes que me siento culpable?"- preguntó un poco impresionado el inglés.
Tomoyo lo abrazó con más fuerza- "por que tus ojos me lo dicen, onegai" - pidió llorando- "Déjame ayudarte."
Eriol asintió suavemente, la voltea a ver y la abraza- "Muchas Gracias, mi querida Tomoyo. No llores"- le decía en susurro al tiempo que secaba un poco sus lágrimas- "verás que todo estará bien."- intentó formar una sonrisa pero no lo logró, estaba realmente preocupado. Suspiró- "Te dejaré ayudarme, pero con una sola condición"
"Cuál condición?"- decía sollozando
"Que aún ayudándome bajo ningún precepto quiero que arriesgas tu vida por mí"- mirándola atentamente a los llorosos ojos amatistas.
Tomoyo no respondió de una vez, le miraba intentado descifrar esos mares azules que amaba- "De acuerdo."- respondió al fin.
"Prométeme, que aún si yo arriesgo mi vida por ti, tú no lo harás por mí"- su voz era seria y generaba un escalofrío en la amatista.
Abrió sus ojos con sorpresa ante la petición. ¿Realmente creía que él iba a morir? -"Pero…"
"Onegai Tomoyo, que el simple hecho de imaginar perderte es devastador. Promételo"- la miró con esos bellos ojos zafiro que la hipnotizaban.
"Esta bien"- contestó con voz trémula, deseosa por que ese pronóstico no fuera certero, que fuera un simple pensamiento- "te lo prometo."- contestó intentando sonar convencida.
Eriol sonrió gentilmente, sabiendo lo que pasaba por aquella bella cabeza y que aún cuando ella no lo aprobaba del todo, sabía que no podía más que confiar en él- "Gracias."
La abraza con fuerza y cuando ya se iban a separar, Tomoyo posó sus suaves manos sobre las mejillas de Eriol y lo besó, a lo que el le correspondió, suave y gentil al principio conforme se besaban aumentaba el deseo entre ellos. Ahora apasionados, sentían el exagerado calor que recorría su cuerpo, caminaban torpemente entre beso y beso, tropezaron con el pie de la cama y cayeron sobre ella.
Tomoyo abrió las piernas y se sentó sobre el bien definido abdomen de Eriol, quien la sujetaba por la cintura y la veía maravillado. Se sentía tentado por sentir aquel bello cuerpo junto al suyo, por acariciar cada centímetro de su piel, por besarla hasta el amanecer. Ella sólo se acostó sobre su pecho, dejando caer su tupida melena azabache con descuido, queriendo acariciar cada centímetro de aquel plano pecho, desabrochando el primer botón lentamente, de ahí el segundo, de ahí el tercero y así sucesivamente hasta sacarle la camisa de los vaqueros, mientras que Eriol la acariciaba sin atender mucho a lo que ella hacia, estaba ebrio por ese cuerpo del cual se quería adueñar, el que quería hacer suyo una y otra vez hasta saciar su sed y terminar con su embriaguez.
Tomoyo subía minuciosamente por su cuello, besaba sus pectorales, besando la base del cuello, besando el lóbulo de su oreja musitándole que la hiciera de él, incitándolo ha hacerlo con las caricias que su cuerpo le enseñaba. A lo que él de manera sublime respondió pasando sus manos por debajo de su blusa, subiéndolas poco a poco y recorriendo su espalda, quitándole la blusa para descubrir 2 perfectos senos cubiertos por un sostenedor strapless dándole dulces caricias, logró sentarse con ella en brazos, besándola desde el cuello hasta el pecho y ella sintiendo su erección entre sus piernas, haciéndola estremecerse.
Pero el deseando poseerla, simplemente la abrazo y le musito- "Estás segura de lo que quieres, por que una vez que empiece, no querré detenerme".
A lo que ella le respondió- "Entonces nunca te detengas".
Al escuchar esas palabras, Eriol la besó de nuevo de manera suave y profunda, mientras con sus manos explorando el cuerpo de la amatista con un toque sutil la sentía. Jugueteaba con sus labios y con su lengua, mientras repasaba con sus manos su cuerpo. Le acariciaba cada vez más cerca del busto y con delicadeza, al llegar al él tomó su seno, sintiendo su duro pezón haciéndola tiernas caricias, haciéndola gemir, ella hizo su cabeza hacia atrás y el besó la curvatura de su cuello, sus labios rozaban el borde de su sostenedor, con la otra mano lo desabrochó y le besó el otro seno, haciéndole tiernas caricias al pezón con su lengua. Ella se sentía desfallecer de sólo sentirse acariciada por esa boca y esas manos echas para la gloria.
La recostó suavemente y la besó de nuevo, ella sintió sus pantalones una prisión por lo que se los quito, desabrochando la hebilla y bajándole la cremallera, mientras que el le quitaba los suyos. Estaban sedientos por el cuerpo del otro, la acariciaba con suma ternura, tocándole los puntos precisos, haciéndola arder desde adentro, ella estaba sintiendo su espalda y sentía que el deseo de ser tocada en su punto preciso la sofocaba, como si el la hubiese escuchado, bajo su mano llegando a su vientre y de ahí descendió suavemente hasta tocar su clítoris y hacerla explotar, jadeando y gimiendo. Ella le correspondió acariciando su miembro de manera sutil y el gimió sintiéndose más embriagado que antes. Se sentían morir a cada beso, cada caricia y cada mirada.
La miró antes de continuar, de poseerla por completo, la vio debajo suyo delicada y suave como la seda, con los ojos mirando fijamente a los suyos, viendo su maravilloso cuerpo de ángel. Para después acomodarse y llegar despacio y con suavidad, primero con un ritmo ligero y después aumentando, sintiendo que cada rose la hacia llegar más y más cerca del paraíso. Con tal intensidad estaban, que se agarró de sus hombros, sintiendo que el corazón le estallaba y los pulmones no le funcionaban.
De pronto, era como haber llegado al paraíso, volar entre las nubes y caer en picada al sentirse llegar al clímax. Perder el aire por un instante y sentir aquel placer inundar sus sentidos hasta el más recóndito de los lugares. Cayendo y levantándose de nuevo, esperando a saciar la sed que no paraba, hasta que cayeron en brazos de Morfeo. Descansando plácidamente exhaustos y tal vez, menos sedientos, esperando a despertar al amanecer junto al ser amado, durmiendo entre sus brazos, junto aquel cuerpo bellamente desnudo.
Las cortinas de la habitación estaban entre abiertas, haciendo entrar algunos tenues rayos de luz. Esa poca luz bastó para despertar a Eriol, quien al ver al frente recordó la noche anterior y parte del amanecer, esbozando una sonrisa, acarició la cabeza de aquel ángel que se encontraba a su lado. Tomoyo descansaba tranquilamente entre los fuertes brazos de su prometido, con el cabello azabache desparramado sobre su cuerpo y la cama, con sus largas pestañas sobre sus pómulos y la bella boca carmín cerrada. Tanto su cara como la de él, así como su cuerpo, mostraban las marcas de tigre de un negro tan profundo como si fuera tinta china que les acababa de caer.
Se alegraba de verla así de tranquila, siendo este el único pensamiento agradable que podía tener, pues aún no entendía que es lo que quería Aiden. Las dudas lo asaltaban, pues como era posible que reencarnara, si ni siquiera podía morir ¿? Era ilógico y mucho más que ilógico era inquietante, pues el resentimiento se lo guardó hasta el día en que se vieron de nuevo. Ese día, no se sintió nada cuando estuvo cerca de el, es más ni siquiera notaba que estaba. Era extraño pero a lo mejor sólo tocarlo le hizo algún efecto, si es que él se puso un conjuro para recordar el día en que se vieran…
Tomoyo suspiró y él le acarició la cara, estaba bien, no había conjuro lo que lo hacia sentir más tranquilo, la comenzaba a despertar cuando se percató de aquella presencia, se levantó y escuchó que algo caía sobre ellos, tomó a Tomoyo entre sus brazos y saltó hacia atrás, casi cayéndose al pisar la sábana que tenía encima; en efecto, al instante se derrumbó el techo por culpa de un árbol.
"Un… árbol? Qué!"- haciéndose para atrás pues alguien le había lanzado una esfera dorada, haciendo un pequeño hueco en el piso de madera- "Demonios, Tomoyo!"- decía sacudiéndola un poco- "Despierta, Tomoyo! Nena, Vamos… augh!"- le había caído una muy cerca y los había empujado hacía la pared.
"Ouch- Tomoyo despertó sintiendo un dolor punzante en la cabeza. Se tocó la cabeza tratando de aliviar el dolor y volteó a verle- "Eriol qué?... Qué!"- al ver que se acercaban una lluvia de estas esferas.
Eriol logró poner un escudo para protegerlos de las esferas lanzadas que chocaron contra el escudo, chascó los dedos y de inmediato a Tomoyo le aparece un vestido azul sencillo y a él simplemente unos vaqueros. No podía reconocer al dueño de aquel poder, sus facciones no se apreciaban bien debido a las ramas del árbol.
"Corre lo más lejos posible, y pase lo que pase, escuches lo que escuches, no vengas ¡! Entendiste ¡!"- indicó preocupado, aún así, firme en su orden.
"Pero…"- intentó replicar.
"No hay pero que valga Tomoyo, tú me lo prometiste recuerdas!"- argumentó mirándola sobre su hombro con intensidad.
"Bien"- decía con tristeza, recordando su promesa.
"No te preocupes, estaré bien"- le esboza una sonrisa- "Te daré mas o menos 30 segundos para que salgas lo más rápido que puedas!"
"Cómo?!"- le miró sorprendida.
"Llave que guardas los poderes de la oscuridad, muestra tu verdadera forma ante Eriol, quien acepto esta misión contigo, Libérate!"- de inmediato la pequeña llave que flotaba sobre su mano, se transformó en el báculo dorado con un sol en la punta- "Sal de aquí, ya!"
Tomoyo se sobresaltó y salió corriendo mientras que una nueva lluvia de esferas doradas caían sobre Eriol, pero el logró detenerlas gracias al rayo rojo que salió del sol de su báculo (Vamos Eriol tu puedes ¡!)
"(Este tipo de ataques son como los de Yue y Rubymoon) Aahh"- una esfera le había rozado el brazo- "Hmm… Me lo merezco por andar distraído"- y lanzó de nuevo un rayo rojo a su oponente- "¿Pero que?… agh!"- y el techo se le vino encima. (Creo que hablé demasiado pronto ¬¬)
Al escuchar el estruendo, Tomoyo miró hacia atrás y llegó a observar una nube marrón que salía de la que era su habitación, se detuvo en seco, temiendo que Eriol estuviera herido, quiso regresar pero una voz le dijo: "No te preocupes estoy bien, sigue corriendo Tomoyo ¡!", a lo que ella dio un paso hacia atrás y siguió corriendo con todo lo que las piernas le daban.
Eriol tosió al sentir que el polvo inundaba sus pulmones- "… De no haber puesto el escudo a tiempo, seguro que estaría muerto."
"Todavía no te mueres!"- reclamó el atacante, lanzándole otra lluvia más esferas y estas azotándolo contra la pared.
Eriol reaccionó demasiado tarde, no había podido levantar el escudo a tiempo, el ataque le dio de lleno en el pecho.
"No lo mates"- le decía una voz profunda y punzante en su cabeza- "Todavía no es hora de que muera, con la sorpresa que le tengo es más que suficiente… Por ahora".
"Bien amo"- dijo con frialdad y salió volando de ahí, dejando a Eriol inconsciente sobre un montón de escombros.
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Tomoyo sin saber bien como, llegó al Parque Pingüino y se sentó en una de las bancas, estaba exhausta nunca le había tocado correr así, el corazón le latía con fuerza, le faltaba mucho el aire y del rostro le caían gruesas gotas de sudor. En eso, escuchó que alguien se reía, a lo que ella alzó la cara y vio una silueta de una chica de cabello largo detrás de un árbol.
La joven reía- "Basta… Me entiendes, ya tendremos tiempo para eso esta noche."
A lo que un joven de voz profunda le respondió de forma juguetona- "Pero no quiero esperar a la noche…"
"Ya lo sé yo tampoco, pero sólo hasta entonces."- comentó de forma pícara.
"Bien, bien… aguantaré"- respondió dándose un poco por vencido mientras se volvían a besar.
A Tomoyo le hubiera gustado que Eriol y ella estuvieran así en ese momento, pensándolo bien conocía esa risa mejor que nadie al igual que la voz profunda que le contesto, pero no podía ser, no era posible… Se levantó y se acercó un poco más al árbol, entonces la chica de cabello largo se asomó y Tomoyo se escondió rápidamente detrás del Rey Pingüino, por lo que no pudo ver el rostro de la joven, y escuchó lo que comentaban.
"Y dime, fue fácil dejarla o no?"- le preguntó la joven con voz melosa.
"Cómo dejarla? En qué sentido?"- preguntó divertido.
"Tú sabes bien en que sentido, a menos claro esta, de que te hayas enamorado realmente de ella"- preguntó de forma escéptica la joven.
El hombre dejó salir un bufido manera de burla "Como crees?... Pero sí fue fácil, sobre todo gracias a la Carta de la Ilusión"- respondió con alivio y alegría en su voz.
"Y de la Creatividad, de otra manera como lo hubiera echo sino."
"Sí, tienes razón."
Tomoyo Al escuchar esto el corazón le latió con mayor fuerza, sintiendo un enorme vacío en el estómago- "(No es posible, no pueden ser)"- Salió detrás del Rey Pingüino y caminó un poco más cerca del árbol, bajo el cual ambas personas se besaban embelezados y al estar un poco más cerca, escuchó de nuevo.
La joven rió melodiosamente- "Que tonta y creyó en todo lo que le dijiste?"
"Cada palabra"- respondió el hombre- "Mi dulce Sakura"
"Y pensar que ella supone que en un mes, me casaré con Syaoran"- dejando escapar una risita- "Oh Eriol"- suspira- "Crees que este lejos de su casa?"- preguntó con algo parecido al interés.
"No lo sé, y la verdad es que no me importa"
El sólo hecho de escuchar estos nombres le heló la sangre, podía ser una coincidencia, alguien que se llamara igual y que también tuvieran magia, pero estaba tan cerca de ellos a unos 5 pasos de saber si eran o no. Decidió que lo mejor era irse, dio un paso hacia atrás y…
CRACK, CRACK… chillaron un par de ramitas que había pisado, ambos individuos vieron hacia ella y al ver sus caras sintió que se quedaba sin aire.
"Tomoyo ¿? ¡! Qu-ee haces aquí ¿?"- habló entre sorprendida y confundida la castañita.
"Cuando has llegado?"- respondió en el mismo tono el inglés.
Sus ojos se veían sorprendidos y su boca estaba entre abierta de la impresión- "No puede ser"- musitó la pelinegra al tiempo que negaba rotundamente con la cabeza.
"Qué sucede ¿? Por que mueves así la cabeza ¿?"- preguntó la joven Kinomoto.
"Esto no puede ser verdad"- decía al borde del llanto con un hilo de voz.
"Te refieres a esto?"- Eriol preguntó, señalándose y a Sakura con el pulgar.
"Explíquenme que esta sucediendo"- decía con voz trémula.
"Explicártelo?"- Eriol ladeó su rostro como si no entendiera muy bien. Alzó su rostro con orgullo- "Sí, creo que me hubiera gustado de la otra forma pero ya que nos viste, no hay nada que hacer- decía con una sonrisa.
"De la otra forma?- decía con una mirada incrédula.
"Bueno, pues suponíamos que no llegarías aquí, sino que llegarías directamente a mi casa. Entonces… hubiera sido más fácil decírtelo."- respondió la castañita con una sonrisa.
"Decirme que ¿?"- su voz se esforzaba en salir y ya se encontraba llorando.
"Pues que Sakura y yo nos vamos a casar"- respondió el níveo manteniendo aquella sonrisa.
Aquella frase retumbó en la cabeza de la pelinegra con un poderoso eco, y con un hilo de voz apenas pudo contestar- "Qué ¿?"
Sakura le tomó de las manos- "Que pasa, no te da gusto?"- preguntó de forma cariñosa.
" C-Como que si me da gusto!"- se exaltó- "Suéltame!"- se soltó rápidamente de las manos de su amiga (mta, con este tipo de amigas para que quiero enemigas ¬¬)
"Cálmate Tomoyo, actúas de manera muy extraña."- reprochó la castañita de forma herida.
"Y como supones que debería de haber actuado, con alegría al saber que mi mejor amiga y mi prometido me estuvieron engañando, QUE SE REÍAN a mis espaldas…"- acusó bastante enojada e incrédula ante la situación a pesar de sentirla en cada fibra de su persona.
"Nadie se reía a tus espaldas, es sólo algo que sucedió y ya"- decía Eriol con serenidad.
"Ah sí, claro… Y que va a pasar con Li?"- preguntó aún sin comprender.
"Con Li?" preguntó sin entender muy bien la castañita- "Ah"- lanza una risita- "el ya sabía de esto, era sólo para despistarte. Además, como podría amar a Syaoran, digo"- sonríe maliciosamente- "es mi amigo y lo quiero mucho, pero jamás podría enamorarme de él. Si a quien realmente amo es a Eriol."
"No eso no es verdad!"- sus ojos ya llenos de lágrimas, le hacían creer que estaba en un mal sueño pero la certeza de aquellas respuestas le hacían temblar al enfrentarse ante aquella realidad- "Por que?"- preguntó con un hilo de voz.
"Por que creímos que la magia debía de ser transmitida correctamente, por generaciones y por amor… Digo, no he de casarme con alguien a quien no amo."- respondió con sencillez el inglés, mirando con cariño a la castañita a su lado.
"O sea que estuviste jugando conmigo ¿?"- preguntó incrédula la joven amatista.
"Pues si lo quieres ver de esa manera…"- respondió con desdén. Se acercó a Tomoyo y la miró a los ojos- "Entiende una cosa, yo puedo hacer lo que quiera para no enamorarme, tu fuiste una simple diversión, me agradas pero no soy tan estúpido como para enamorarme de ti. Además de que tú no tienes nada que me pueda interesar."
"No te creo"- decía con un hilo de voz la joven Daidouji- "NO TE CREO!"- le gritó, sintiendo que se le detenía el corazón y gruesas lágrimas resbalaban en su rostro- "TÚ NO ERES ASÍ, TÚ… YO, YO DE VERDAD TE AMO ERIOL!"- sus acuosos ojos se abrieron de la impresión al ver la mano de Eriol tan cerca- "... augh"- se estaba quedando sin aire y Eriol la sujeto por el cuello, elevándola unos centímetros del suelo.
Eriol se acercó a su rostro y le susurró- "Y por que crees tú que eso me importa…"- decía de manera fría y dura, entonces la arrojó contra el piso con una sonrisa llena de satisfacción- "Vámonos Sakura, tenemos que arreglar lo que falta."
"Tienes razón"- miró a la joven en el piso y la examinó con superioridad- "y Tomoyo por cierto…"- Tomoyo la miró sintiéndose derrotada- "Y quien dijo que somos amigas?"- decía con una sonrisa perversa y una risita- "Vámonos, mi amor."
Tomoyo los vio con los ojos llenos de lágrimas a ambos individuos que se iban embelezados por entre el bosque.
"(No es verdad, no puede ser verdad, debe de ser mentira)."- pensó renuente a creer aquella falacia. Intentaba desengañarse, despertar de esa pesadilla.
Se quedó ahí, tirada sobre la grava durante un tiempo, queriendo borrar ese recuerdo a cada lágrima de agonía que resbalaba por su rostro, dejando un rastro de amargura; sentía como el corazón destrozado latía con fuerza, la soledad, la tristeza y el enojo inundaban su cuerpo, su mente y sus sentidos. Entonces se levantó de la grava y se dispuso a caminar a su casa, que al recordarlo, estaba destrozada.
"(Pero por que ¿? Con que propósito me hizo esto ¿? Y sobretodo después de…)"- haciéndola llorar de amargura aún más.
Caminaba desconcertada y desconsolada, queriendo desaparecer, deseando que todo lo que estaba a su alrededor muriera. Se quería morir. Sin querer se tropezó con otra persona y sólo alzó la vista para disculparse, al verlo estalló en lágrimas y se abrazó de él. A lo que el joven, también la abrazó y pasó su mano por los suaves cabellos azabache de Tomoyo.
El joven susurró- "Cuéntame pequeña, que tienes… Por qué esas lágrimas que hacen opacar aquella bella sonrisa?"
"Oh Frederick…"- decía sollozando.
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Fluushh
Sonó el báculo de Sakura al acercarse al derrumbado techo de la mansión Daidouji. Sakura y Syaoran bajaron rápido al ver que Eriol yacía sobre montón de escombros. Corrieron hacia él y lo ayudaron a levantarse.
"Estas bien?"- preguntaron los castaños al ver que recobraba el conocimiento.
Eriol gimió a modo de queja- "Yo… si"- buscó con la mirada por todas partes y al no encontrarla se incorporó rápidamente- "En donde… en dónde esta Tomoyo?"
"No esta contigo?"- preguntó una preocupada esmeralda.
"No, yo creí que estaba con ustedes. No llegó a tu casa?"- ahora estaba realmente preocupado y esperaba que le hubiera pasado nada a su amada.
"No, nosotros la creímos aquí"- respondió la joven con el ceño fruncido en preocupación.
El corazón del inglés latía con violencia, indicándole que algo malo le había pasado y que el de alguna manera era el culpable- "Tenemos que ir a buscarla"- movió un poco el torso y sintió una punzada de dolor sobre el pecho, por lo que mostró un gesto a modo de queja.
"Eriol…"- llamó con preocupación la joven.
"Estaré bien, debemos ir por ella"- respondió un poco alterado.
"Ven te ayudo."- ofreció el chino al tiempo que pasaba un brazo debajo del de Eriol y lo sostenía- "No te preocupes ya veras que la encontraremos"- viendo la cara de preocupación de su amigo, y Eriol sólo asiente.
Miro a un lado, miro al otro y ondeo mi banderita blanca en señal de tregua. Viendo que nadie me dispara ni hay sonidos de cañones decido aparecer.
Hola, este se que a lo mejor puse a Eriol y a Sakura de malos, pero no me maten ¡!
Lo hice por una muy buena razón. Bueno espero que les guste este capítulo y gracias por su review a Undine. (sniff TT que triste solo recibí un review, pero no importa con uno es más que suficiente… a veces ¬¬)
