DIA CUATRO:
El rostro de Tohma Seguchi se contrajo en una mueca de felicidad cuando leyó las letras que habíamos escrito esa noche con Sakuma-san. Estaba completamente satisfecho, en sus propias palabras.
Los dos estábamos sentados uno al lado del otro, frente a Seguchi-san, en su oficina. Le gustaba la privacidad.
Me sorprendió que mantuviera con Ryuichi una distancia como esa, pero era comprensible. En ese momento no era su compañero ni su amigo, era su jefe, el presidente de NG Records.
Tres tazas de café semi-vacías continuaban humeando mientras nos hablaba entusiasmadamente del proyecto que tenia para todos nosotros. Íbamos a tocar juntos en escasas semanas, de modo que debíamos prepararnos.
Salimos los tres juntos de la oficina para dirigirnos a los estudios de grabación, donde los muchachos se recuperaban de una resaca como acostumbraban hacerlo. Bad Luck los acompañaba.
- Mueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeero de ganas de escuchar las canciones que escribieron juntos, Enya-san.- Shuichi se me acercó, dándome ligeras palmadas en la espalda.
Tenía unas pocas bolsas bajo sus ojos. Supuse que era por la misma razón por la que mis compañeros de grupo trataban de no caer de cara contra las mesas. Pero cuando me entere de que se fue muy entusiasmado con Yuki Eiri sospeche la verdad. Creo que no hace falta insinuar nada mas, ¿verdad?
- Y supongo que solo escribieron canciones anoche, ¿no es así?- Malcom afinaba su guitarra mientras me miraba tan sarcásticamente como podían hacerlo sus profundos ojos marrones.
- ¿La frase "eres un tremendo imbécil" significa algo para ti?- Respondí asesinándolo con la mirada.
Echo a reír. Siempre me molesta con todo lo que tiene a mano, es como mi hermano mayor. Miré de reojo a Ryuichi, tal vez se hubiera molestado por el comentario de mi amigo, pero solo alternaba vistas entre Malcom y Kumagoro.
- Kumagoro, ¿Qué fue lo que quiso decir?... ¿No lo sabes? Pues vayamos a preguntar por ahí, tal vez alguien sepa la respuesta.- Y se fue saltando antes de que pudiera detenerlo. Solo esperaba que no causara un escándalo...
Kira me tocó el hombro. Era poco mas baja que yo. Sus ojos azules parecían particularmente brillosos esa mañana.
- Duerme un poco en aquel sofá, Enya. Nosotros trabajaremos en las melodías y te avisaremos cuando queramos tu ayuda. Sakuma-san y tu ya hicieron demasiado.-
Confieso que esas frases sonaron como música para mis cansados oídos. Miré a Seguchi-san, como esperando su consentimiento. Asintió sonriendo, como siempre. Supongo que pensaba lo mismo que Kira. Me encerré en una oficina vacía y me arrojé de lleno en uno de los sofás. Nunca unos almohadones de cuero me parecieron tan pero tan parecidos a una cama de agua y almohadones de plumas.
En tanto, Sakuma-san seguía saltando recorriendo los estudios, preguntando a cuanta persona se le cruzaba, repitiendo la frase de Malcom, pero solo encontraba gente que se rascaba la cabeza, riéndose y sonrojándose. Era demasiado cruel corromper una mente tan pura y tierna como la de Ryuichi Sakuma en su estado infantil con una traducción de esa frase tan pervertida y de doble sentido.
- ¿Qué es lo que te pasa, Hyada?.- Kira habló mientras ajustaba los platillos con una pequeña llave. Le gustaba arreglar ella misma sus instrumentos.
- Nada, no es importante.- Definitivamente Hyada no es la clase de persona a la que le guste emitir sonidos por sus labios.
- Ya vamos, estas completamente ido. ¿Qué acaso los tragos de anoche están haciéndote efecto recién ahora?-
- Solo que no me pareció justo que Enya se quedara sola trabajando. Fue una falta de respeto hacia ella. Lo mismo hacia Sakuma-san.- Diciendo esto ultimo, dirigió su mirada de hielo hacia Noriko y Tohma.
Cuando me enteré de esa conversación quise abrazar a Hyada por ser tan tierno en mi ausencia. Pero sinceramente todos temieron que Seguchi-san se ofendiera ante tal comentario. Su rostro se contrajo por el asombro. Noriko iba a decir algo, pero Tohma se le adelantó.
- También creo que fue injusto. Pero necesario.- Hizo una pausa mientras terminaba de ajustar su teclado.- Ryuichi y Enya-san deben llevarse bien, después de todo serán sus voces las que se complementen en escena. Y tal vez estando presentes nosotros interrumpiríamos sus charlas.-
Todos quedaron estáticos ante tal respuesta. Hyada bajó la cabeza. No era bueno para pedir disculpas por sacar conclusiones apresuradas. Continuaron su trabajo en silencio.
Por mi cuenta, me encontraba navegando por el mar de los sueños hacia rato. Si hay algo difícil de hacer es despertarme. Claro que despertarme con un salto sobre mi costilla izquierda me despertaría muy rápido.
Di un tremendo salto, aterrizando de espaldas y tomándome con fuerza el costado. Mi cabello parecía una maraña negra, me cubría los ojos, así que soplando corrí la cortina de pelo para poder ver al próximo cadáver de la persona que me había despertado de esa forma.
- Oooooooh, mira Kumagoro, los ojos celestes de Eny-A-chan se están poniendo rojos.- Dijo señalándome y mirando a su bendito conejo.
No se si fuera físicamente posible que mis ojos cambiaran de color, pero si iba a cambiar los suyos por un profundo color morado cuando le pusiera las manos encima.
Lo único que salvo a Sakuma-san de ser mortalmente herido fue Tohma Seguchi. Entro a donde estábamos, rascándose una mejilla ante la escena.
- Veo con gusto que están llevándose mejor.- Dijo sonriendo.
No respondí. Era mejor eso antes que decir alguna palabrota, no propia de una chica...
Nos dirigimos a la sala de grabación, para comenzar con la primera canción del repertorio. Era la canción tan deprimente que había escrito en un principio.
Solo desvié la vista de su lado por unos segundos, y nuevamente, sus ojos habían cambiado.
Nuestras voces volvieron a sincronizarse, como si nos conociéramos de toda la vida, respetando el turno del otro, y uniéndonos en perfecta armonía. Lo cual era extraño, puesto que él es un cantante de una banda pop, y yo una cantante lírica, y la banda de metal sinfónico.
Los muchachos y los tecladistas de Nittle Grasper también hicieron de la melodía algo impresionante. Lenta, armónica, uniendo los dos estilos en algo profesional y de buen gusto.
Cuando la canción acabó, las alabanzas de Bad Luck no se hicieron esperar, los tres aplaudieron y chiflaron con entusiasmo. Realmente era algo nunca antes visto.
- Jamás había visto una combinación asi.- Dijo Hiro poniéndose de pie y acercándose a nosotros.
- Eso estuvo muy bien, muchachos. Sonaron excelente.- Les sonreí a mis compañeros y a ambos tecladistas de Nittle Grasper.
Pronto me di cuenta que unos ojos llorosos me miraban desde el suelo. Bajé la mirada y Sakuma-san estaba a punto de ponerse a llorar.
- ¿Por qué no me felicitas?...¿acaso no estuve bien, Eny-A-chan?.- Dijo con la voz más infantil y triste del mundo. Quedé estática, como solia dejarme con cada expresión ese chico multifacético.
- Sa..Sakuma-san...Je...lo lamento. Tu también estuviste increíble. No dejo de asombrarme con tu voz.-
Lo dije enserio. La voz de Ryuichi Sakuma me tenía fascinada. Era increíble sobre el escenario, y solo lo había visto puertas adentro. Estaba ansiosa por verlo en público, actuando, presentándose frente a un público.
- Dicen que para cantar en pareja, ambas voces deben enamorarse un poco una de la otra.-Noriko se adelanto.- Creo que lo lograron.- Su sonrisa era de oreja a oreja.
Creo que mi rostro pasó de blanco nieve a rojo furioso en ese momento. Ya era la segunda vez en el día que me molestaban con Sakuma-san, y me preocupaba que se volviera costumbre.
En ese mismo momento, aunque no lo notáramos, alguien mas aparte de nosotros estaba presente. Un joven alto, increíblemente apuesto, de cabello negro y ojos oscuros parado junto a la puerta miraba atento la escena.
Ese muchacho me causaría un GRAN dolor de cabeza...
Otro día llegó a su fin luego de un par de horas de ensayo. Shuichi se fue cantando a los gritos crudos, parece ser que era el aniversario con su pareja. El pelirrosado era muy alegre generalmente, pero pocas veces de verdad lo vi tan, tan efusivo. Hiro, como siempre, se limitaba a rascarse la mejilla y sonreír. Parecía acostumbrado y totalmente curado de espanto.
Mr. K fue el ultimo en felicitarnos y explicarnos sobre sus planes por la futura venta de nuestros discos en Japón.
Malcom cometió el gran error de preguntarle como podríamos vender discos si no habíamos tocado en público aún. Por poco y nos quedamos sin guitarrista tras esa pregunta...
Estaba guardando los cables del micrófono cuando alguien se me acercó.
- Enya Nevelainen, ¿verdad?- Una voz masculina sonó a mis espaldas.
Me di vuelta inmediatamente. Para mi sorpresa, un joven de unos 16 años se encontraba detrás de mí. Su tez blanca contrastaba increíblemente con su cabello negro.
- Si. ¿Puedo preguntar quien eres tu?- Me puse de pié, dejando el cable a medio guardar. Era tanto más alto que yo. Mi cabeza llegaba por sus hombros, de modo que miraba hacia arriba para verle a los ojos, profundos y oscuros.
- Mi nombre es Tatsuha Uesugi. Mucho gusto, Señorita Nevelainen.- Me guiñó un ojo al terminar esa frase, extendiéndome la mano en forma de saludo. Lo miré extrañada.
- Ah..., mucho gusto.- Tomé su mano, estrechándola.
- Soy hermano de Yuki Eiri, de modo que cuñado de Tohma Seguchi. Por si te preguntas como fue que entré sin problemas.- No dejó de sonreír ni mirarme a los ojos en ningún momento.
Abrí los ojos de par en par. ¡¿Era el cuñado de mi jefe?! Vaya sorpresa. Me dejo totalmente con la boca abierta. Pareció causarle chiste mi cara, por que reía cuando me miraba. Salí del transe.
- Vaya, me tomas por sorpresa. No esperaba que fueras alguien tan cercano a Seguchi-san.- Volví a agacharme, para terminar con mi trabajo.- Y dime, Tatsuha, ¿a que has venido? Seguchi-san esta en su oficina a estas horas. Terminamos de ensayar hace rato.
Para mi entera sorpresa, se arrodilló a mi lado. Abrió la caja donde iba a meter el cable que habia terminado de enrollar. Le di las gracias. Sonrió aún más.
Sinceramente, no vine a ver a mi cuñado. Escuché hablar mucho de ti, Enya. Me gustaría conocerte mejor.-
Lo miré como de soslayo. Vaya muchacho apresurado...ni parecía tener 16 años por la forma en la que hablaba. Y de verdad, en mis 28 años de vida, nunca volví a conocer a un sujeto tan lanzado como ese.
- Pues...No hay mucho que decir sobre mi, si eso quieres saber. Este es mi trabajo.- Traté de ser lo mas cortante posible. No me caían bien las personas tan lanzadas.
En ese momento, me puse de pie y empecé a caminar hacia la puerta, pero por descuido, mi pié se enrolló en un grueso cable de reflector tendido en el piso, y caí hacia delante. Cerré los ojos para el impacto, pero para mi entera sorpresa, algo me detuvo.
Tatsuha me había tomado del brazo, y jalado de él, evitando que cayera al suelo.
- Gr...gracias Tatsuha, te debo una.- Dije mirándolo asombrada.
Lo que me respondió me sorprendió aún más.
- No me des las gracias, solo acepta ir a tomar algo conmigo. No es necesario salir de aquí. La cafetería continúa abierta para los guardias aunque no haya personas atendiéndola. ¿Qué dices, Enya?- Su sonrisa se volvió increíblemente seductora.
¿Qué opciones tenia? El sujeto no me había invitado a su casa, ni a otro lugar que yo no conociera, después de todo era turista en Japón en cierto modo. Los muchachos estaban dispersos por todo el edificio, y sinceramente no tenía absolutamente nada que hacer.
- Bien... ¿Por qué no?...- Sonreí levemente.
- Me complace escuchar eso.- Su rostro no cambió en lo absoluto.
Caminamos fuera del estudio de grabación hacia la cafetería. Casi no quedaba nadie en el edificio. Solo unos pocos guardias. No tenía idea de donde estaban mis amigos, ni Seguchi-san ni Ryuichi.
Sacamos dos cafés de una máquina cercana a una mesa circular, y nos sentamos ahí.
Debo admitirlo, el muchacho era inteligente. Coherente en todo lo que decía. Mucho más que yo a esa tierna edad.
- ¿Quieres una?- Me dijo ofreciéndome una pastilla de limón.
- Si, gracias.-
Tatsuha realmente me estaba cayendo bien, y bien de verdad. Pero me di cuenta que no lo conocía cuando, después de unos minutos, mi cabeza comenzó a dolerme con una terrible y aguda punzada. Toqué mi frente. Estaba ardiendo.
- Rayos...- Presioné mi mano contra la sien para detener el dolor, pero era inútil.
- ¿Te encuentras bien?- Me pregunto preocupado, acercándose a mí.
- Me duele la cabeza, no es nada de que preocuparse.- Dije tratando de levantarme.
En cuanto me puse de pié todo me dio vueltas. No entendía que demonios estaba ocurriéndome, jamás me había pasado nada igual. Sentí que iba a caer, y lo hubiera hecho, si Tatsuha no me hubiera sujetado. Pasó mi brazo por detrás de su nuca.
- Te llevaré a una de las oficinas. Necesitas recostarte.- Dijo comenzando a caminar.
- Gr...gracias...- No podía hablar, hasta me pesaba separar los labios.
Me ayudó a recostarme en uno de los sofás de cuero negro. No recuerdo con claridad ningún detalle de esa habitación. Como tampoco me di cuenta que Tatsuha cerró la puerta detrás nuestro cuando entramos.
Creí que iba a alcanzarme un vaso con agua, o ir a buscar ayuda, pero no entendía nada cuando comenzó a acercarse a mí lentamente.
Comencé a sentir su mano acariciando mi cuello de una forma suave, y que no me gustó para nada. Junté fuerzas, y levanté los brazos tanto como podía, empujándolo a un lado.
- ¿Que...demonios crees que haces...?- Mis ojos se entornaron en disgusto.
Tatsuha sonrió. Y puedo jurar, aun estando en ese estado, esa sonrisa no me agradó en ningún sentido.
- No te preocupes, Enya...esto no dolerá...solo te enseñará a no acercarte tanto a MI Ryu-chan...- Sentí con horror que su mano comenzaba a tocar mi pierna.
Quise empujarlo nuevamente, correr su mano, intenté abrir mi boca para gritar y pedir ayuda. Pero no podía. Ese imbécil me había dado alguna especie de sedante con esa maldita pastilla de limón. ¡Idiota!, tendría que haber notado que el no comió ninguna. Me maldije mas de una vez por no haberme dado cuenta en ese momento.
Solo vi el rostro de Tatsuha acercándose al mío peligrosamente, sintiendo la puerta abriéndose detrás mío, cuando todo se volvió una gran pantalla negra delante de mis ojos.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Jeje, hola a todos de nuevo!!!. Creo que este capítulo no termina tan bien como los otros, no?. Pero no se preocupen!, pronto voy a actualizar y veremos que ocurre =P.
Muchisimas gracias Dannan, Alma Maxwell y Nat-chan por sus reviews!!!!. Me estan animando mucho, jejeje.
¿Si pasa algo entre Enya y Ryuichi?....pues veremos mas adelante =P. jajaja. A mi tambien me gustaria debo decirte, Ryu-chan es el sueño de cualquier chica!!!.
Bueeeeeeeeeeeno, me despido. Hasta la proxima que será dentro de poco!!!!!!.
