DÍA CINCO:

Desperté en la cama de Ryuichi Sakuma, y pasé casi media hora mirando como dormía en un sofá cerca de donde yo me encontraba. Parecía un niño pequeño durmiendo con su juguete favorito. Se contorsionaba y emitía pequeños gemidos, como si estuviera soñando.

Poniéndome de pié, fui hasta la silla donde estaba mi ropa, y tomándola me metí en el baño para cambiarme. Olía a limpia. Ryuichi la había lavado.

No sabia por que una amplia sonrisa me iluminaba el rostro. Desperté a Sakuma-san, y luego de reír durante el desayuno, nos dirigimos a NG Records en una combi.

- ¿Cómo te sientes esta mañana, pequeño saltamontes?- Me preguntó Malcom estrellando su mano en mi espalda.

- Mejor imposible.- Respondí estrellando mi mano contra su nuca, y casi arrancándole la cabeza de cuajo. Aún no me olvidaba que no me había dicho un detalle muy importante la noche anterior.

Charlamos largo rato, hasta que Noriko y Seguchi-san llegaron. El rostro del rubio no estaba del todo sonriente que digamos. Denotaba cierta preocupación, como si tuviera que dar una mala noticia y no supiera como comenzar. Fue entonces que sus palabras nos dejaron helados, totalmente helados...

El concierto no iba a darse en la fecha acordada...sino que se daría esa misma noche...Tuvieron que patearme para que volviera en mi. ¡¿Acaso era una broma de mal gusto o que demonios ocurría?! Solo habíamos ensayado un par de canciones, y no estábamos listos ni física ni mentalmente para un concierto de esa talla.

- Los patrocinadores del concierto tuvieron serios inconveniente. Me pidieron que cambie la fecha por cualquier medio, y no tuve opción...- Trataba de disculparse, pero muchos todavía no salíamos del shock.

- Seguchi-san, ¿Cómo vamos a dar un concierto esta noche si solo tenemos dos canciones?.- Fue lo primero que pude decir.

- Si, es verdad. Además Enya todavía no se rec...- Los cuatro nos tiramos sobre Erik, tapándole la boca. Si Seguchi-san se enteraba de lo ocurrido con Tatsuha iba a poner el grito en el cielo y era lo último que necesitábamos en ese momento crítico.

- Lo lamento muchísimo, no saben cuanto, pero si queremos dar lo mejor hoy por hoy tendremos que trabajar duro. Tenemos dos canciones geniales para el final, podremos presentarlos a ustedes y Nittle Grasper sabemos que será bienvenido.- Tenía sentido. A fin y al cabo, el recital era la presentación de nuestra banda, y la actuación de Nittle Grasper nunca iba a ser desperdiciada. Pero había que trabajar muy duro para preparar todo.

Ese día hubo mil y dos preparativos. Gente corriendo de un lado a otro, equipos técnicos, llevando los instrumentos al escenario. Mientras nosotros nos disponíamos a ensayar. No había ningún problema con nuestras canciones propias, pero aún había que trabajar muchísimo con las conjuntas los dos grupos. Todo estaba listo para el ensayo, instrumentos, sonido, equipo técnico, y ambas bandas. Pero alguien nos sacaba completamente de contexto.

No podía hacer otra cosa que mirarlo con desconsuelo. Creía ver venirse abajo todo cuanta imagen había formado de él por las reiteradas veces que estuvimos juntos, pues la forma tremendamente imbécil en la que se comportaba Ryuichi Sakuma en una situación como esa estaba logrando, tal vez por primera vez desde que lo conocía, sacarme completamente de quicio. Estábamos a solo horas del mayor paso de nuestra banda, y el se la pasaba tarareando estupideces y saltando como tarado.

Miré a Seguchi-san, tampoco sabía que hacer. Noriko estaba completamente histérica. Ni siquiera ellos entendían por que su compañero de grupo y amigo se comportaba de ese modo.

Finalmente fue Noriko quien perdió la paciencia, y se retiró del salón. Necesitaba aire para no cometer homicidio. Todos lo necesitábamos. Seguchi-san fue quien nos dijo que hasta que se calmara, tratáramos de calmarnos nosotros.

Salí casi colérica del estudio. Por primera vez en mucho tiempo, de verdad necesitaba algo fuerte. Pero algo amenazaba con que de verdad, cometiera un asesinato. Ryuichi Sakuma comenzó a seguirme de cerca, cantando con Kumagoro...

- ¿A dónde va Eny-A-chan, Kumagoro?. ¿Vamos a seguirla? ¡Tal vez nos regale algo!-

"¿40 patadas en medio de la frente te parece un buen regalo?", fue mi respuesta interna. No voltee, no quería hacerlo. Entonces, se me apareció de frente. No se como demonios hace eso, pero acelera sus piernitas de tal manera que logra ponerse delante de las personas cuando menos lo piensas...

- ¿Qué pasa, Eny-A-chan?.- Sus ojos brillosos mostraban verdadera preocupación.

- Quítate quieres...- Fue todo lo que respondí antes de moverlo con mi brazo. ¿Cómo se atrevía a preguntarme que me ocurría?

- Pero estas muy molesta...¡¡¡Ya se!!! ¡Kumagoro va a animarte!.- Y para colmo, empezó a hacer bailar al conejo rosado frente a mis narices.

No podía comprender que ocurría. Había sido el sujeto más chistoso y encantador hacia horas antes, salvándome de, si no fue la más fea, una de las más feas cosas de mi vida, pero ahora se comportaba como un perfectísimo idiota.

Sentía unas tremendas ganas de golpearlo. Mi pecho se comprimía por los nervios y la preocupación de hacer el ridículo frente a un gran público, y no podía entender por que este sujeto nos traía más problemas de los que ya teníamos.

Acabé por exasperarme finalmente, mis ojos se entornaron en una mirada de furia, presioné mis puños con fuerza.

- ¡¡¡¿¿¿QUE NO PUEDES ESTARTE SERIO NI POR UNA VEZ EN TU VIDA???!!!- Grité a todo pulmón. No hubo nadie que no haya escuchado.

Entonces, ocurrió lo que yo menos esperaba. Bajó la cabeza, soltando a Kumagoro, que cayó al piso a nuestros pies. Ryuichi Sakuma se abalanzó sobre mi, sin tocarme siquiera, aprisionándome contra la pared. Colocó rápidamente ambas manos a los costados de mi cabeza, poniendo su rostro a muy pocos centímetros del mío. Tan cerca, que pude notar las diminutas imperfecciones de su rostro, y sentir el aroma de su cabello, que le cubría por completo los ojos.

Estaba totalmente estática. Aunque hubiera querido moverme, me habría sido imposible.

Levantó la vista, clavándome la mirada con unos ojos tan maduros como hermosos, de un azul taciturno pero luminoso. Su voz sonó suave, dulce, casi en un susurro.

- ¿Esto es suficientemente serio para ti?-

Abrí los ojos de par en par. Nuestros labios estaban tan cerca que sentía su respiración contra los míos. Mi rostro comenzó a hervir, y debe haberse puesto tan rojo como nunca antes.

No me di cuenta cuando sus mejillas se pusieron rojas, y su boca se abrió, extendiéndose en una gran mueca de alegría. Ya era lo último...

Comenzó a reír, levantando a Kumagoro del suelo, como si no hubiera pasado nada. Quedé de espaldas a la pared, recostada en ella tan derecha como hacia unos momentos, cuando Ryuichi estaba prácticamente encima mío. Jamás me había sentido tan humillada en toda mi vida. Sentía que de verdad, me había tomado el pelo.

Mis puños se cerraron con fuerza nuevamente. Cerré los ojos, ocultando algunas lágrimas que querían salir, sin saber por que. Pues el dolor en mi pecho era muy grande, y esas malditas gotas saladas me estaban traicionando.

Levanté mi mano derecha y la azoté con todas mis fuerzas contra su mejilla.

- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡IMBECIL!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!.- Fue todo lo que le grité antes de salir corriendo, ahora si, llorando.

Sakuma-san me miraba desconcertado, con los cinco dedos TOTALMENTE marcados en su mejilla, tocándola por el ardor que le provocaba.

Lejos de ahí, Seguchi-san, Noriko y los muchachos trataban de sincronizarse mejor en algunas partes de las melodías. Habían conseguido avanzar bastante en las partes donde no nos incluían a Ryuichi o a mí, y sus ánimos estaban mejorando. Se asombraban, por otro lado, que Hyada no estuviera con ellos. Habría ido a comprar algo para tomar, pero no había vuelto.

Luego nos enteraríamos todos donde se encontraba...

En tanto, yo estaba encerrada en una de las oficinas. Sentada en una amplia silla, pero casi acostada sobre el escritorio, con la cabeza entre los brazos, cantando con la voz ahogada las letras que debía cantar con Ryuichi. Varios hilos de lágrimas me recorrían el rostro, sobre las huellas hechas por las anteriores que comenzaban a secarse. No entendía. Simplemente estaba fuera de todo marco de mi entendimiento. Por que estaba yo, Enya Nevelainen, a pocas horas del mayor concierto de nuestra banda, llorando por culpa de un imbécil. No soportaba la impotencia que sentía crecer a cada momento dentro de mi pecho. Temía muchísimo perder la voz por esa angustia, así que me incorporé, frotando por sobre mi busto, dándole calor.

- Por favor, Enya-san, Sakuma-san, vengan al auditorio principal, debemos seguir ensayando y las pruebas de sonido no van ha hacerse solas.- La voz de Seguchi-san sonaba divertida, pero seria a la vez.

Era verdad...teníamos un concierto por delante, y aunque quisiera matar a ese idiota de Ryuichi Sakuma, debíamos cantar juntos, y no iba a fallarles a mis amigos.

Estaba poniéndome de pié, cuando noté algo detrás de un helecho a un lado de la puerta, que acababa de notar, estaba entreabierta. Entonces, Kumagoro se asomó por entre las hojas, siendo sostenido por una mano cuyo dueño creía esconderse tras la gran maceta. Apenas podía verle los flecos castaños brillando por las luces.

Entorné los ojos con disgusto, no quería verlo a menos que fuera en el escenario.

- Eny-A-chan, espera por favor.- Una voz infantil salió de él. O mas bien, de Kumagoro.- Ryu-chan esta muy muy muuuuuuuuuuuuuuuy arrepentido. Perdónalo por favor, por favooooor. Él sabe que se comportó como un tarado. Ya le recriminé que no debe hacerte esas cosas. Ryu-chan te quiere muchiiiiiisimo, Eny-A-chan. ¡Y yo te quiero muchiiiisimo también! Por eso ninguno de los dos queremos verte llorar. Eres mucho más bonita cuando te estas sonriendo.- Kumagoro se movía de lado a lado, haciendo que sus orejas cayeran una y otra vez a ambos lados de su cabecita.

Lo miré, a Kumagoro, y a los flecos de cabello castaño que identificaba como Ryuichi. ¿Qué más podía hacer? Cada uno se comporta como su personalidad lo dicta, y él había sido así desde que lo conozco. Cada persona demuestra cariño de una manera diferente. Esa era su forma de demostrar cariño. Y, a decir verdad, yo también sentía un gran cariño por él.

Sonreí levemente, cerrando los ojos. Caminé hacia el, tomando la patita de Kumagoro como un saludo. El conejo accedió encantado a saludarme.

Tomé entonces la mano tras Kumagoro, haciendo que Sakuma-san saliera de donde estaba, y me mirara atónito, como si enserio creyera que no suponía que era él. Abrí los ojos, clavándole la mirada. Ya no tenía rencor hacia él en ella. Me acerqué a él, y le di un beso en la frente. Tan dulce como pude hacerlo.

Se sonrojó mucho, contrastando y resaltando sus ojos, que ahora estaban brillando.

- Mejor ya vamos, nos están esperando.- Dije comenzando a caminar por delante de él.

- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡SIIIIIIIIIIIIIII!!!!!!!!!!.- Fue el grito que escuché a mis espaldas.

Creí que vería a Sakuma-san gritando y saltando de nuevo. Pero lo que vi fue a un Ryuichi adulto caminando a mi par. Poco más alto que yo. Mirándome fijo con una tierna sonrisa. No pude hacer otra cosa más que responderle.

La hora se estaba acercando.

Hola todo el mundo!!!!!. Como estan!! tanto tiempo!! jejejejejejeje. Bueeeeeeeeeno, estoy a FULL con la facultad, pero me tome un tiempo para subir este cap. Espero que les guste mucho, y espero reviews de que les parecio, jejeje.

Muchaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaassssss gracias por todos los mensajes que me dejaron!!!.

rikkutomoe, me alegra mucho que te haya gustado, y que lo hayas leido de una pasada =D. La verdad que ni idea, yo no lo configuré asi, pero es cierto =S, como que no acpeta anónimos, pero ni la mas pálida idea de como hacer para que si los acepte, si sabes como hacerlo ayudameeeee Xx.

AlmaMaxwell, graciaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasss amiga por tus consejossss y se acerca el momento asi que preparate ;), jejejejejejeje.

Bueeeeeeeeeeeeeeeno...ahora si me retiro. Nos vemos prontito espero!!.