DÍA SEIS:
A veces, cuando todavía por las noches pienso en lo que ocurrió ese día, mis ojos se humedecen. Jamás, nunca, volvió a pasarme algo semejante, gracias al Cielo.
Todo comenzó con una mañana particular. Luego de tan INCREIBLE recital, Nittle Grasper y NeverMind decidimos celebrar conjuntamente.
Jamás hubo tanto licor dentro de NG Records. Bebimos demasiado esa noche...tanto que sino fuera por que juntos armamos el rompecabezas de esa noche, no sabría que demonios sucedió...Lo único que recuerdo por mi misma es la mañana siguiente. Cuando desperté sobre algo muy calido y suavecito...y que respiraba...Abriendo mis ojos con dificultad, entrecerrándolos por la luz que me estaba matando, vi que estaba usando como colchón el cuerpo de Sakuma-san... A su vez, mi cuerpo era el colchón de Kira.
Sentía que no podía respirar, pero mi compañera no era tan pesada como para quitarme el aliento por más que estuviera recostada de lleno sobre mí, pero cuando note el gigante pie de Erik rozando mi nariz comprendí todo...
Note que todos estábamos absolutamente vestidos, así que la idea de una orgía descontrolada salio de mi mente por completo. Seguchi-san se puso de pié también, había quedado dormido en un sofá. Me sorprendió, él, orgulloso dueño de NG Records, despertando con anteojos oscuros por que el sol lastimaba sus ojos...No parecía molesto...tal vez esa noche de licor y bromas le hubieran hecho recordar sus viejos tiempos.
Todos nos pusimos de pie como pudimos. No estábamos mareados, pero tremendamente adoloridos y cansados.
- Bien...-comenzó a decir Seguchi-san.- Creo que ninguno esta en condiciones de trabajar hoy...- Irguiéndose, nos miraba a todos con detenimiento.
- ¡Tu tampoco estas en tus mejores días, Tohma!.- Noriko le paso un brazo por detrás del cuello. Seguchi-san se sonrojó. Tenía razón...
- Bueno...dadas las circunstancias...- Las palabras que siguieron sonaron en mis oídos como la más bella canción entonada por la más hermosa voz de un ángel...
¡¡¡¡NOS DIERON EL DIA LIBRE!!!!
Escapándonos como pudimos de la preciada Mágnum de Mr. K, nos escabullimos del edificio. Es chistoso...pero aun puedo sentir los pasos alocados de ese alto estadounidense, como sus tiros al aire (y a nuestras extremidades) gritándonos groserías en su idioma natal...
Pero volviendo a la historia...estábamos muy cansados, la noche había sido increíble, pero el desgaste físico también lo había sido...necesitaba mas que unas horas de sueño como había tenido...Había comenzado a caminar con mis amigos, cuando alguien me tomó del brazo. Giré mi cabeza, y vi el rostro iluminado de Ryuichi, mirándome con ojos suplicantes. Ese sujeto tenía incrustadas las baterías por algún lado... ¿Cómo podía ser que no estuviera tan destrozado como nosotros?... Lo que dijo a continuación me hizo confirmar esa pregunta.
- ¡¿Eny-A-chan quiere ir a pasear?!- Me pregunto con ojitos de perrito triste.
No sabía si reír o arrojarlo al medio de la calle...me ponía nervioso verlo con tantas energías...aunque, sin saber por que aún, moví mi cabeza arriba y hacia abajo, asintiendo. Kira hizo sonar una estruendorosa carcajada ante la situación. Malcom y Erik dudo mucho que estuvieran con la cabeza en este planeta siquiera. Pero no noté la fría y calculadora mirada de Hyada sobre mi hombro. Y nunca esperé algo así de él...jamás...
Comenzamos a caminar a la par del otro. No tenia idea de donde rayos quería llevarme, pero no me importaba realmente. Nunca había notado lo extrañamente tranquilo que es caminar a su lado cuando tiene la boca cerrada.
En el camino nos cruzamos con Hiroshi y Suguru. Estaban casi eufóricos. Habían ido a vernos al recital en primera fila. Si, recuerdo haberlos visto. Incluso me agaché y estreche mi mano con cada uno de ellos. Me sorprendió no ver al muchacho pelirrosa con ellos. Pero lo supuse...en ese momento recordé ver a un guapísimo rubio de ojos dorados, de cuyo brazo estaba colgado Shuichi-kun. Si nosotros estábamos en estado catatónico no quisiera imaginarme en que estado quedaron ellos...
Seguimos caminando. Miraba entretenida como Ryuichi saltaba de un lado a otro, jugando con Kumagoro. No parecía tener 31 años en ese momento...no podía creer que el mismo hombre que la noche anterior había brillado de tal manera, con tal intensidad, fuera ahora como un niño jugando con su peluche. Anoche...esa palabra se repetia en mi mente constantemente...brillar...si, había brillado...brillado con la misma intensidad que brillaron sus ojos cuando tuve su rostro a tan poca distancia, antes de que sus labios sellaran los míos...
Mis pensamientos se detuvieron en ese momento. ¿Qué había significado ese beso? ¿Había sido producto del nerviosismo?, ¿Había sido solo por impulso?, ¿Por cabala como lo había dicho?...no lograba encontrarle respuesta a esa pregunta.
No me di cuenta cuando habíamos bajado a un lado del río, que a esas horas, sus aguas brillaban intensamente, dando un efecto increíble ante los ojos.
Tampoco me di cuenta cuando Ryuichi habia dejado de jugar con Kumagoro, y caminaba nuevamente a mi paso, mirándome fijamente con ojos adultos.
- ¿Ocurre algo, Enya?- Me pregunto sin dejar de mirarme. No solo su mirada cambiaba por completo...hasta su voz sonaba diferente...
- No...no...no ocurre nada, Sakuma-san...- No pude mirarlo a los ojos como él. Me sonrojé. Aún pensaba en ese beso robado de la noche anterior. Me sentía como una colegiala a la que le dieron su primer beso en el juego de la botellita... Pero lo que me dijo a continuación me hizo creer que enserio, ese tipo leía la mente...
- Estas enfadada por que te besé anoche, ¿verdad?...- Pregunto parando en seco.
Lo imité, mirándolo con los ojos abiertos de par en par. De verdad, me había tomado por sorpresa...esperaba todo, prefería todo, antes que esa bendita pregunta. Incluso prefería que estrellara a Kumagoro contra mi nariz como solía hacerlo. Pero en cambio, estaba ahí, parado frente mío. Los brazos cayéndole a un costado de su delgado cuerpo, con los hombros bajos. Me estremecí. El sol daba un efecto extraño y hermoso al mismo tiempo a los ojos de Ryuichi. A pesar de considerarlo un sujeto muy apuesto, por ese instante, en ese mismo momento, me pareció la criatura más hermosa viviente en la faz de la Tierra...
- Sa...Sakuma-san...- No podía modular palabra alguna.
- Respóndeme, por favor, ¿fue eso lo que tanto te molesto?- Un dejo de tristeza se dibujó en su rostro. Me tenía totalmente hipnotizada. ¿Que podía decirle? ¿Qué si me había gustado?, ¿Qué si fuera por mi me arrojaría a sus brazos y no dejaría centímetro de su cuerpo sin besar del mismo modo?...no, no podía decirle eso...Ni yo misma sabía con seguridad si lo sentía realmente...
- No...no me molestó...- Su rostro se iluminó ante esas palabras, puedo jurarlo...- Se que lo hiciste por cabala...así que no te preocupes...no lo tomé a mal, Sakuma-san, quien sabe, tal vez fue por eso que nos fue tan bien.- Me esforcé por sonreír. La mejor de mis sonrisas.
Sonrió también, aunque con un dejo de tristeza en sus ojos. Como si hubiera preferido otra respuesta, distinta a la que le di. En ese momento, su rostro se contrajo en la mueca de niño chiquito que acostumbraba ver. Me tomó del brazo, jalándome hacia delante, haciéndome bailar con él.
- ¡¡¡¡¡¡¡¡QUE GRAN NOCHE WHEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡KUMAGORO SE DIVIRTIO MUCHO ANOCHE SIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!!!- No pude hacer otra cosa que reír...
Lo que ocurrió horas después, luego de una tarde de bromas y buenos ratos, no quisiera recordarlo...pero ustedes se tomaron el trabajo de leer esta historia hasta este punto, de modo que les debo el respeto de contárselo...
El día estaba en sus ultimas horas antes de anochecer, cuando Sakuma-san se ofrecio acompañarme hasta el hotel. Los gritos se acostumbraban oír desde nuestras habitaciones. Eran algo común. Pero eran gritos de alegría, risas, insultos en el buen sentido. Nunca en el malo. Nunca cosas hirientes como las que escuchamos con asombro y horror al entrar en la habitación que compartía con Kira.
Así como nunca había escuchado tales gritos, nunca había visto a Hyada en ese estado. Con su piel, normalmente mas blanca que la mía, totalmente roja por la ira, sus ojos parecidos a los de una bestia, peleando contra Kira, Malcom y Erik, quien se contenía para no golpearlo.
Entré, asombrada, molesta de tal escena. Sakuma-san entró después de mi, pero de alguna forma, logró ponerse delante mío, como si quisiera protegerme.
- ¡¿Estan diciendo que fue un buen trabajo?! ¡No me hagan reír! ¡Todo fue para el lucimiento de su eterna majestad de cabello negro y voz angelical!- Gritó señalándome. Eso era mucho... ¿estaban discutiendo por eso? Hyada había estallado por que, según su punto de vista,¿todo había sido para lucirme?
No respondí, solo me quedé quieta, mirando aterrada y sorprendida la mano de Hyada apuntando hacia mí. La voz de Malcom sonó como nunca antes.
- ¡¡¡Tienes que estar bromeando!!! ¡¡Hyada somos un equipo!! ¡Sabes bien que nadie se luce aquí, todos somos iguales!- Fue Erik quien tuvo que tomar del brazo a Malcom para que no se fueran a las manos.
Hyada sonrió de una forma que nunca antes había visto. Totalmente sarcástica, malintencionada...Entonces, dirigió sus ojos de hielo hacia mi. Se me paralizó el corazón al ver a mi amigo, mirándome con tal odio.
- No hablo de lucirse ante el público...- Comenzó a decir con voz casi gutural, entre dientes.- Todo lo que ha hecho Enya hasta ahora ha sido para lucirse frente a su adorado Ryuichi Sakuma... ¿Acaso no se dan cuenta?...-
Mi rostro se puso rojo, tanto de la vergüenza, como del enfado y frustración. Lo miré entre desprecio y pena. No sabía que responderle. Fue Kira quien saltó a defenderme. Empujándolo con fuerza, aunque solo lo moviera un poco.
- ¡¡Deja de hablar de cosas de las que no sabes, imbécil!!- El largo cabello de Kira se desordeno en su rostro, cubriendo las delgadas lágrimas de angustia que habían comenzado a correr.
Entonces, Hyada se atrevió a hacer algo que, aún hoy en día, jamás le perdoné. Levantó sus brazos, empujando a Kira contra Malcom y Erik. Si no hubiera sido por ellos, la pequeña se hubiera lastimado seriamente al caer con fuerza contra el suelo.
No supe como. Juro que no supe como, de pronto aparecí frente a Hyada, y alzando mi mano la estrellé contra su mejilla, clavándole con furia todas mis uñas. Lo miré totalmente iracunda. Se había atrevido. Todo ese tiempo había pensado que jamás se atrevería, que seria lo suficientemente cuerdo como para no levantar las manos contra nadie. Menos contra una mujer, y muchísimo menos, contra Kira. Tenía pequeños trozos de su piel incrustadas en mis uñas, mientras veía como la sangre comenzaba a correrle por su rostro. Tenía la cabeza baja. No me miraba. Yo no podía hablar. Había perdido la voz. Finalmente, había pasado. Mi voz, momentáneamente, se había ido.
Sakuma-san me miraba aturdido. No parecía comprender mi reacción. Nadie parecía comprenderla. Entonces, Hyada volvió a mirarme. Con desprecio, con asco podría jurar. El tono de su voz solo comprobó lo que pensaba.
- Realmente...eres capaz de comportarte como una gata en celo con tal de impresionar a Ryuichi Sakuma, Enya...-
Sus palabras me sonaron como un puñal clavado en el medio del pecho. Salí de mi trance cuando vi a Sakuma-san pararse frente a mí, golpeando con una fuerza que yo misma desconocía la mejilla lastimada de Hyada.
Sus ojos eran de odio y desprecio puro, no aptos para el mismo Ryuichi. No aptos para la persona tan cariñosa que momentos antes había estado conmigo. Ahora era otro, completamente diferente. Su mano temblaba, manchada ligeramente con sangre, aun cerrada en un puño tan fuerte, que sus nudillos se pusieron blancos.
Hyada no dijo más. Sin acabar de ponerse de pié, corrió fuera de la habitación. No terminaba de caer en lo que estaba ocurriendo. En lo que acababa de suceder minutos antes. Como uno de mis mejores amigos se comportaba como una bestia. Como todo se desintegraba frente a mis ojos, que habían comenzado a llorar amargamente.
Senti como los chicos corrieron tras Hyada. Sentí como Kira se levantaba y me sostenía desde mi espalda. Sentí las cálidas manos de Ryuichi tomándome por los hombros, mirandome preocupado. Llamándome por mi nombre, moviéndome levemente tratando de que hablara.
No lo resistí mas. Me solté de ambos, corriendo hacia el baño, encerrándome ahí. Me arrojé de espaldas duramente contra la puerta, y abrazando mis piernas me eché a llorar como nunca antes. La amargura que presionaba mi pecho apenas si me dejaba respirar. Oía sin oir la voz de Kira y Ryuichi tras la puerta, golpeandola para que abriera, pero no tenía ni fuerzas para responder. Solo quería sentir lastima por mi misma y de una maldita vez sacar esa amargura dentro mio, llorando como una condenada y maldiciendo todo lo que se me cruzara en mente.
- Sakuma-san...- Kira miró tímidamente a Ryuichi, entre lágrimas.
Ryuichi la miró sorprendido, preocupado. Kira se veía indefensa, por primera vez, aparentaba su corta edad.
- Yo me encargaré de ella...déjame aquí con ella...no hay nada que puedas hacer por ahora...- La voz de Kira sonaba cascada. Sin fuerza.
- Quiero verla...- Ryuichi habló como adulto. Su mirada pocas veces fue tan seria, tan preocupada.
- Por favor...- Fue todo lo que dijo antes de bajar la mirada.
Entonces sucedió. Sakuma-san tomó la mano de Kira, extendiéndola, colocando a Kumagoro en ella, y cerrándola por último. Sonrió tiernamente, y se retiró de la habitación. Kira quedó pensativa.
Por mi cuenta, el río de lágrimas no había cesado. Pocas veces en mi vida había llorado con tal intensidad. Un leve ruido me sacó de mis pensamientos. Miré hacia la ventana del baño, que daba a un pequeño parque techado, parte de la habitación. Kumagoro se asomaba por ahí. Vi como fugazmente la mano de Kira desaparecía, luego de arrojar a Kumagoro por ahí. Escuché sus pasos descalzos, apurados por volver adentro. Había entregado su encomienda.
Me puse de pié costosamente, y caminando hacia Kumagoro, lo tomé en brazos. Lo miré, larga y pausadamente, aún con lágrimas cayéndome por los ojos. Caí sentada, deslizando mi espalda por la pared, volviendo a la misma posición que hacia momentos tenía. Abracé a Kumagoro con fuerza, sin dejar de llorar.
Sin saber por que, me sentía reconfortada abrazando ese peluche rosado. Como si estuviera abrazando a su dueño. Como si fuera a él a quien realmente quisiera abrazar, refugiarme en él. Pensar y sentir que todo lo que había pasado no era real. Que todo había sido una mala pasada, que mis amigos no habían discutido, que mi vida no se estaba cayendo a pedazos...que mis lagrimas podían ser secadas por sus manos, y reconfortarme tan solo con abrazarme y besarme como lo hizo antes del recital...
Pronto, volví a salir de mis pensamientos. Escuché algo a través de la pared a mis espaldas. La misma voz que la noche anterior había brillado junto a la mía. Cuyo dueño era la persona a la que mis pensamientos recurrían en ese mismo instante.
Ryuichi Sakuma estaba en la habitación de los chicos, cantando de espaldas a la pared en el mismo lugar donde yo estaba. Espalda por espalda, separados tan solo por una liviana pared. Entonando una de sus canciones favoritas, llamada "Tearless"...Estaba consolándome con una canción, pidiéndome que no llorara...
No pude hacer más que sonreír. Tiré mi cabeza hacia atrás, apoyándola contra la pared. Comencé a cantar a su par. Aumentando mi voz a cada segundo, quería que me oyera.
Kira estaba tirada en su cama. Se sorprendió al escucharme. Sonrió entre lágrimas, y volvió a hundir su rostro en la almohada.
No entendía por que él era el único capaz de sacarme de mis penas. El único capaz de hacerme cantar cuando segundos antes lloraba como si mi vida hubiera terminado. Por que era siempre el, con su sonrisa infantil, con su mirada tierna, el que me hacia creer en que todo podía solucionarse. La persona que más me había hecho brillar.
Mis lágrimas se secaban conforme pasaba la canción. Conforme la voz de Ryuichi me calmaba poco a poco. Mi corazón volvía a latir. Mi pecho cesaba su punzante dolor.
No encontré jamás la respuesta a por que Ryuichi Sakuma lograba en mi todas esas sensaciones. Pero le estoy agradecida aún hoy. Agradecida por haberlo conocido, por sentirme su amiga. Por sentir que podía contar con que me protegería y estaría a mi lado.
Y por permitirme comenzar a sentir por él, cosas que jamás había sentido, y que jamás volvería a sentir por nadie.
Agradecida con él, solo por ser Ryuichi Sakuma...
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Hola a todos de nuevo!!!!!. Si les soy sincera, no esperaba escribir este capitulo sino hasta el mes próximo. Pero gracias a mi amiga Alina (Alma Maxwell), me inspiré y lo escribi en una hora y media.
Queria hacer una aclaración que olvide (por tonta XD) de hacer en el capítulo anterior, y es que la canción que dice ser de NeverMind, es en realidad de Nightwish, uno de mis grupos favoritos. Se llama "Swanheart", y se las recomiendo enormemente, asi como todo el material de este MARAVILLOSO grupo metal-sinfónico.
La cancion "Tearless" que esta en este capitulo, no pude conseguir la letra ......(, pero es HERMOSA, asi que quien pueda conseguirla, hagalo, por que es MUY linda!!.
Queria agradecer MUCHISIMO todos los reviews que recibí, Deraka, me alegra mucho enserio que te haya provocado ese sentimiento!!!, la verdad no me esperaba que causara algo como eso. Pero si, te entiendo, el sentimiento que uno tiene antes del recital de algun grupo que le gusta mucho es ALUCINANTE. Y prometo poner mas a Suguru en lo proximos capitulos, por que su aparicion en este fue demasiado fugaz...
Aliiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii mi amiga Aliiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii mil gracias lokiiiiiiiiiiiiissss por todos tus animos, vos sos la responsable de este capitulo!!!!!!!!! ; ). Te re quiero loka!!!!!!.
Bueeeeeeeeeeeeeno....ya me pase de cursi....jeje. Espero que les guste este capitulo también, manden reviews contando que les parecio, y muchas gracias desde ahora!!.
Nos vemos!!!
