Una noche agitada
Aquella noche tuvo esa estupida pesadilla a la que ya estaba acostumbrada.
Dos niñas de apenas 4 años corren por un sendero de tierra llevan una flores hacia su casita en una pequeña aldea, son exactamente iguales, el mismo pelo, los mismo ojos, incluso la misma forma exacta de la cara.
La casita se ve en el horizonte, empieza a anochecer, pero las niñas rien y corren sin parar, al llegar al pueblo las gentes las acojen con sonrisas y palmaditas en la cabeza, ellas siguen hasta llegar a la casita mas alta, al llegar al pequeño jardín sus padres las cojen y las abrazan, mientras les dan las flores a su madre.
"Mami "exclama una de ellas" mira, estas flores son tu regalo de cumpleaños".
"Si mami" dice la otra.
La madre las abraza a las dos.
"Mis pequeñas "suspira" sabeis que hoy también es vuestro cumpleaños?"
"Siiiii?" preguntan las dos al unisono.
"Si" prosigue la madre "Hoy hace cuatro años que era mi cupleaños y me hicieron el mejor regalo".
"Cual?" pregunta extrañada una de las gemelas.
"Vosotras".
Las niñas ríen y entran en casa.
"Niñas, sabeis que tengo un regalo para vosotras?"
"Si? Que es! Queremos saberlo" .
"Venid" -dijo el hombre.
Toda la familia salió al jardín y pudo contemplar una losa en el suelo, en ella estaban grabados los nombres de toda la familia.
"Eric (el padre), July (la madre), Gillian (la primera gemela en nacer) y Sakura (la gemela menor)" -citó Sakura en voz alta- "que bonito!"
"Si es precioso" -exclamó July- "entonces, supongo que yo también tendre que entregaros mi regalo."
La madre sacó de su bolsillo un pañuelo y lo desenvolvió, quedaron a la vista un par de colgantes con la forma de dos estrellas negras iguales.
"Son preciosos!" -exclamó Gillian.
"Bueno niñas ya es muy tarde, hay que dormir para mañana poder ir a hacer la compra."
"De acuerdo"-exclamaron las dos.
Esa noche mientras que estaban acostadas juntas...
"Saku" la llamo su hermana.
"que? quiero dormir."
"Ya lo se, pero quiero decirte algo."
"Que quieres ahora, si mama y papa nos pillan hablando tan tarde nos van a castigar."
"Prometeme algo" -dijo la primera hermana- "Prometeme que siempre estaremos juntas."
"A que viene esto?" -pregunta la pequeña preocupada.
"Nada, solo es un sentimiento, prometemelo."
"Te lo prometo hermana."
Aquella noche se intercambiaron los colgantes y durmieron muy juntitas y sonrientes, pero la tranquilidad no duró mucho, Apenas habian pasado 4 horas cuando empezaron a oir gritos y ruidos. Las dos se levantaron de golpe y fueron hacia la escalera, cuando se asomaron a mirar vieron algo horrible, su padre se hallaba muerto al final de la escalera, le habian dado un golpe en la cabeza y se habia desangrado y su madre estaba colgada en la pared con una lanza que le atravesaba en estomago.
Gillian no supo hacer otra cosa y se puso a gritar sin parar, pero Sakura se quedo como en estado catatónico, no se movia, apenas respiraba.
Los hombres que los estaban atacando vestian de una manera muy rara, eran ninjas y vestian todos de negro.
No se dió cuenta ni de cuando la abofetearon hasta casi perder el sentido, ni cuando le clavaron las manos con kunais al suelo, solo veia espectante como su pequeño mundo se desvanecia, era como un sueño, como una pesadilla que parecia no tener fin.
Despues de atacarla con una catana ,Sakura estaba segura que no sobreviviria, se estaba desangrando a pasos agigantados y veia desde lejos que su familia habia muerto hace tiempo.
Estaba tirada en el suelo, rodeada por un charco de sangre y apenas podia moverse, de repente salió el sol y pudo ver que no habia nadie con vida en la aldea,entonces unas pisadas a su lado la hicieron sobresaltarse, vió una figura alta, solo lograba ver su pelo negro y sus ojos rojos.
"Mata...me" -susurro al extraño.
"De verdad lo deseas? "le pregunto el chico- "Apenas tienes edad para entender."
La niña intentó asentir con la cabeza, pero solo pudo escupir sangre penosamente.
"Eres valiente, voy a concederte un deseo que concedo a muy pocos, prefieres mori aqui, o servirme?. Calculo que no te quedan mas de 5 minutos de vida, que elijes?"
"Quiero...hacerme...fuerte" -dijo con un gran esfuerzo- "sea...como...sea..."
El chico sonrió, se quitó la capa y tapó a la niña con ella, despues realizó un jutsu, muy poderoso, Sakura se enfrentó al mayor dolor que habia sentido y gritó sin parar, hasta que se desmayó, a partir de ahi solo pudo ver oscuridad.
Sakura desperto con un grito y agarró su cabeza con ambas manos, hacia tiempo que queria olvidar su pasado, pero lo veia cada noche en sus pesadillas
Sintió como Sasuke se desplazaba rápidamente desde su habitación hasta la de ella.
"Sakura!" -exclamo el chico- "Que a pasado?"
El muchacho se sentó en el borde de la cama junto a ella.
La pelirosa seguia así, en aquella postura fetal, intentando que remitiera la jaqueca.
"Sakura, que ocurre?" -preguntó preocupado.
La chica hizo grandes esfuerzos por apartar las manos de su craneo y poco a poco fue desapareciendo el dolor.
"Nada, solo a sido una jaqueca."
Las lagrimas resbalaron rápidamente hacia su menton y desaparecieron el su camisón.
"Y se te pasa siempre tan rápido?"
"Si, solo es un momento, siento haberte despertado."
"No, no pasa nada, de todas formas no dormia."
"Ah, no?" -ella sonrió- "Pues para no haber dormido vas con el pijama y tienes cara de sueño."
Sasuke la miró con mala cara.
"Vale vale" -exclamó ella con las manos en alto.
"Vuelve a dormir, es muy tarde."
Él salió de la habitación y cerró la puerta.
Maldito demonio
Me dices a mi?
Si, a ti, mi Inner, mi demonio, tu haces que la gente que esté a mi alrededor me abandone
Tu eres la que dejas que hable Sakura ...tu no lo impides...
"Callate..."-susurró la chica mientras se hacia un ovillo en la cama.
Volvió a dormir, pero esta vez sin pesadillas.
