Los personajes no nos pertenecen ya que son de J.K. Rowling.
El siguiente fic, es una relación slash (chico/chico), si no te gusta...puedes salir.
Aquí no hay una pareja realmente definida, sólo sabemos que será entre hombres...Aunque Snape será el "eje" de la historia...
Respuestas a los dos review:
Diabolik¡gracias¡gracias! por leernos y dejar rev.
amnis doctus de Asis: bueno...a nosotras tb nos parece un poco extraño un fic tan corto, pero así es la vida. Se agradece el mensaje.
Si te gusta, deja review, Gracias.
Capítulo dos: pérdidas.
— ¡Ron, despiértate inmediatamente! —Harry remecía a su amigo bruscamente intentando ser más fuerte que la resaca que traía el colorín —DESPIÉRTATE AHORA!
— ¡Ayyyy!—se quejó Ron aún medio dormido. Tenía un fuerte dolor de cabeza y los gritos de Harry aumentaban su malestar —deja de gritar —le pidió tomándose la frente con ambas manos en un intento por disminuir el dolor.
— ¡Explícame qué es esto! —El moreno extendió un larguísimo pergamino viejo que acababa de encontrar en la cama del chico. Tenía el título "Apuesta oficial: follarse al profesor Severus Snape" seguido por "Apostadores: Blaise Zabini y Ron Weasley". Y al final de una serie de estipulaciones aparecía su nombre señalado como Participante 4 y abajo de este se leía:
"1º Saeta de fuego"
Harry no había leído nada más, supuso que la herida P4 que se había abierto en su muñeca durante la noche tenía que ver con esto e inmediatamente se lanzó sobre Ron (que había llegado evidentemente borracho hacía unas tres horas) en busca de una explicación.
El colorín, que apenas veía por la resaca, entrecerró los ojos para poder leer y al encontrarse con su firma recordó algunas escenas de la noche anterior.
—Y bien —bufó — ¡DÍ ALGO, QUÉ SIGNIFICA ESTO!... —Harry se levantó la manga y le mostró la marca que llevaba en la muñeca — ¡RESPÓNDEME!
Ron tardó unos minutos en procesar sus recuerdos. Se incorporó débilmente apenas conciente de los ojos verdes que lo taladraban y se miró la muñeca.
"P3" Era la marca que llevaba. Aún le dolía, aunque no tan intensamente como la noche anterior.
—Oh, no... —Ron empezó a atar sus recuerdos.
—Oh, no qué... —Harry lo miraba ansioso.
—Oh, no... Harry —Ron levantó la vista hasta su amigo — déjame ver eso —le quitó el pergamino y leyó.
—Entonces...Harry, tenemos que hablar.
—Blaise...oh Blaise —Draco estaba parado justo al frente de la cama de Zabini y tenía la varita levantada — ¡Blaise¡Despierta animal! —le lanzó un conjuro al moreno y este salió volando de la cama.
—Qué demo... ¡Mierda, mi cabeza! ME DUELE!
— ¿Qué es esto? —Draco blandía peligrosamente un pergamino y lo miraba con odio —Dime qué es esto.
—Un pergamino...
— ¿Y mi nombre?... ¿Por qué Mi nombre está en él?
Blaise se paró y tomó el escrito —Ah...bueno... —dijo aún medio dormido —es una apuesta.
Llevaba horas sin hablarle a su "amigo", su queridísimo amigo que lo había metido en el peor de los problemas. No sabía cómo saldría de esto...los problemas definitivamente me persiguen...
Se sentó junto a una ventana y miró hacia afuera. La "conversación" con Ron había sido corta, el pelirrojo le explicó lo sucedido en la noche y luego le había dicho que no se preocupase y que no debía ser nada importante.
—Vamos a desayunar Harry. De verdad, no creo que haya de qué preocuparse —había dicho descaradamente.
Pero él lo había mandado a la cresta¿como se le ocurría meterlo en algo así¿y qué significaba lo de su Saeta de fuego? Algo andaba mal con esto, algo no terminaba de molestarle.
Eran las seis de la tarde, estaba muy aburrido, Hermione se había ido a la biblioteca y Ron... no tenía idea donde andaba ese idiota. Pensó en hacer sus tareas pero el pergamino no dejaba de rondarle. Lo había estado buscando, pero Ron parecía habérselo llevado. ¿Qué significado tenía el nombre de su escoba bajo "Harry Potter"? Hizo memoria y recordó las cosas escritas en los nombres de los otros "participantes" Ron tenía "chaleco nuevo"; Zabini, "clases" y Malfoy "cabello platino"
Miró su ropero en donde estaba guardada la escoba, se puso de pie y fue a chequearla.
Y ahí estaba, tan reluciente como siempre, aunque una ramita se veía fuera de lugar. Harry sacó su "kit de limpieza" y bajó hasta la sala común con ella. Se sentó en el piso cerca de la chimenea para apalear el frío de diciembre. La hora que faltaba para cenar pasó rápidamente (el tiempo siempre pasaba más rápido cuando se entretenía con su escoba). Dejó la lata de abrillantador en el piso y tomó la Saeta, la apoyó en una mesa y salió rumbo al Gran Comedor.
Ahí estaba sentado Ron, que lo miraba con cara de "por favor perdóname" desde el lado derecho de Hermione.
—Hola Harry —lo saludó cordialmente Granger — ¿dónde estabas? encontré un libro que podría servirnos para el trabajo que nos dio Hagrid acerca...
Pero Harry no la escuchaba, acababa llegar Snape al salón y ahora caminaba rumbo a la mesa de profesores.
¿Cómo se supone que alguien podría follarse a un tipo como ese? Un escalofrío recorrió su cuerpo al pensar en el asunto.
—...Nos vemos más tarde allá entonces —terminó de hablar Hermione que se había tragado la cena y se alejaba apurada rumbo a la biblioteca.
Se produjo un silencio incómodo entre los dos amigos al quedar solos.
—Ehm... —Ron miró a Harry con la cabeza gacha, tratando de verse humilde — He estado pensando... Bueno, no creo que sea necesario competir. No tiene nada de malo dejar que Zabini gane, quiero decir... no perdemos nada realmente si él gana ¿verdad?
Harry lo miraba fríamente, pero poco a poco empezaba a ablandarse, odiaba estar enojado con Ron.
—No estamos locos como para intentar... —dijo Ron acercándose a Harry para hablar más bajo —ligarnos a Snape, o sea, sería asqueroso. Solo quiero que sepas que estaba muy borracho como para pensar realmente lo que hacía, no es que yo sea... o que crea que... tú eres... me entiendes. Si hubiéramos apostado por Trelawney, podría pensarlo, pero no me voy a tirar a un hombre.
—No claro —Se apresuró a decir Harry al escuchar esas declaraciones, no porque se le terminara el enojo, sino porque no deseaba que Ron sospechara de su secreto.
Y es que Harry sí era gay, gay hasta las orejas. Pero sus amigos no lo sabían porque él nunca había tenido una relación pública. ¿qué diría Ron si supiera de eso! Así que se había limitado a juntarse con chicos que como él, tampoco reconocían ante el mundo su orientación sexual. Con ellos se descargaba cuando andaba ganoso, pero siempre se angustiaba por lo que él o Hermione pudieran pensar si llegaban a descubrirlo.
—Solo quería que lo supieras, yo nunca te insultaría de esa manera estando en mis cinco sentidos.
—Si, está bien.
—Tendremos que aguantar a ese par sintiéndose superiores a nosotros cuando lo consigan, pero es un precio bajo por no tener que... —Ron se interrumpió. Ginny se acercaba a ellos y el chico no quería que su inocente hermanita escuchase nada.
—Hola chicos —saludó la menor de los Weasley. Los dos le respondieron el saludo —A que no saben lo que me dijo Luna —ambos negaron —Hoy, en la clase de encantamientos de sexto, Ernie Macmillan le puso el pelo de color rojo vivo a ¡Draco Malfoy!
Harry y Ron se miraron alarmados — ¿Qué! —exclamaron al unísono.
—Sí, resulta que estaban practicando unos hechizos permutadores y, nadie sabe como, Ernie perdió el control de su hechizo y le dio de lleno en la cabeza a Malfoy dejándole el pelo totalmente rojo. Já, se lo tiene merecido por creído.
—No puede ser... —Harry se volteó rápidamente para mirar hacia la mesa de Slytherin, dándole un codazo a Ron, provocando que este derramara la sopa caliente que estaba tomando sobre su suéter, el último suéter que la señora Weasley le había tejido.
— ¡Mierda¡Quema! —Ron se sacó el chaleco y lo miró. La sopa había hecho un gran manchón en la "R" y ahora la lana se estaba deshaciendo.
—Pero que asco —dijo la chica al ver el chaleco — ¿Qué le echan a la sopa los elfos como para que perforen la ropa? Lo puedes creer, Harry. ¿Harry?
Pero el chico ya no se encontraba ahí.
—Paralelepípedos rosas —le gritó a la señora gorda en cuanto llegó hasta ella.
Harry intentó entrar en la sala, pero el humo no le dejaba ver bien. Sacó su varita y lanzó un hechizo para poder ver y no asfixiarse y se internó en la sala. Miró hacia todos lados, gritó por si había alguien, pero nadie le respondió.
—FUEGO, FUEGO. ME QUEMO —La señora gorda, al ver todo el humo que salía desde la torre de Gryffindor, empezó a gritar.
Harry empezó a lanzar agua con su varita en forma de lluvia mientras llegaron otros compañeros que hicieron lo mismo. Finalmente lograron apagar las llamas y el humo dio paso al triste panorama. Los sillones cercanos a la chimenea, de por sí feos y destartalados, ahora se encontraban carbonizados, junto con la alfombra. Al lado de la chimenea, la lata de abrillantador, en la que ya no se podía leer "manténgase alejado del fuego", estaba completamente negra. Harry, temblando aún por la impresión, siguió con la vista el camino que habían seguido las llamas.
—¡NOOOOOOOO! —gritó mientras corría por el suelo carbonizado, hasta llegar a la mesa más cercana al incendio, en donde yacía su Saeta ya no de fuego. Un palo de carbón con algunas mechas negras era todo lo que quedaba —NOOOO ¡ME LA HABÍA REGALADO SIRIUS!
Ron llegó a la sala común junto con otros espectadores curiosos. Entró y vio a Harry arrodillado junto a su ex-escoba.
—Ron... —le dijo el moreno con los ojos casi llorosos.
—Se positivo, tal vez ahora Sirius te regale la nueva escoba.
—Esto es culpa tuya —Lo amenazó con los ojos llenos de rabia y la varita levantada.
—No es cierto —interrumpió Ginny —Al parecer fue tu lata de abrillantador la que inició el fuego, por lo tanto fuiste tú, Harry...
— ¡Tú no entiendes!
En ese momento McGonagall entró a la sala común.
— ¿Qué ocurrió aquí? —preguntó desconcertada.
—Al parecer —Harry había dado un paso al frente, no podía explicarle a McGonagall el asunto de la apuesta o metería en un lío a Ron (aunque se lo merecía) —Provoqué un incendio al dejar el abrillantador cerca del fuego...
—No puede ser posible —McGonagall sonaba muy preocupada —las chimeneas tienen hechizos para que este tipo de cosas no ocurran...
Harry miró a Ron ceñudo.
—Informaré al director de lo ocurrido —giró para salir de la sala —Weasley, vigila que nadie entre, mandaré al señor Filch para que revise si no hay rastros de fuego. ¡Los demás salgan de aquí, vayan al Gran comedor!
Ron se quedó en la puerta haciendo que los alumnos curiosos se fueran. Harry se quedó con él y esperó hasta que los alumnos se fueran para hablar.
—Es ese contrato estúpido que firmaste.
—El hombre no me dijo nada de esto —intentó defenderse Ron.
— ¿Revisaste al menos lo que firmabas?
—Espero que al menos con esto haya acabado todo —dijo Harry tratando de convencerse de ello, pero tenía la impresión de que el asunto no terminaba ahí.
—No puedes haber tenido una conversación tan estúpida —Harry leía el pergamino incrédulo. Las primeras líneas eran un registro de como había sido iniciada la apuesta, o sea, todo lo que había hablado Ron con Blaise estaba anotado en la hoja —Y por esta imbecilidad me has metido en este lío —Harry le golpeó el brazo a Ron reprimiendo lo que en verdad quería hacerle.
Luego aparecía la intervención del "algo" que habían conocido esa noche y terminaba el registro, cuando Ron firmaba.
Más abajo se explicaba que el "segundo" debía participar en la apuesta tal como el participante que lo había inscrito y también señalaba que la apuesta finalizaba cuando un integrante del quipo se "follara a Snape".
Y luego aparecían sus nombres. Pero ahora abajo de "Saeta de Fuego" que estaba marcada con un victo, se leía:
2º secreto.
En la fila de Ron, debajo de "Chaleco nuevo" decía:
2º diente.
Draco tenía "relicario" y Blaise "Amigo"
—No entiendo —dijo Ron — ¿se supone que ahora le ocurrirá algo a esas cosas?
— ¿Qué es eso? —Harry señaló una franja rosa sobre sus nombres — ¿son puntos?
Ron se acercó y entornó los ojos —no sé... espera —puso cara de espanto —no puede ser...
— ¿Qué?
—Parece ser —dijo con un hilo de voz mirando a Harry —la letra chica.
— ¿QUÉ!
Ron tomó el pergamino y con un movimiento de varita, agrandó los puntos. Efectivamente eran letras rojas, que por lo pequeñas, a simple vista solo parecían una franja rosada.
Leyeron rápidamente y entonces se enteraron del por qué de los hechos pasados.
"Cabe destacar que si los participantes no obtienen logros durante el día, perderán las prendas especificadas bajo sus nombres. En el preciso momento en que uno de los participantes gane la apuesta, él y el otro integrante de su grupo serán reembolsados con un equivalente a lo que han perdido. Hasta que la apuesta no sea cumplida por alguna de las partes, de acuerdo a todo lo anterior y sus estipulaciones, el contrato antes visto seguirá vigente, vale decir, sus pertenencias seguirán siendo...confiscadas"
— ¿Esto significa que tendremos que hacerlo?
—Pues...—Ron intentaba evadir la mirada de Harry —probablemente —dijo por lo bajo.
Siguieron leyendo.
"En el caso de que algún participante divulgue la apuesta ya sea de forma oral, escrita, telepática, vía humo, "accidentalmente" intencional, etc; el grupo completo perderá las veinte cosas más preciadas, por lo que se les pide completa discreción"
—En todo caso, yo no planeaba decirle a nadie...—dijo Ron un poco verdoso.
Harry casi sintió pena por él, debía estar sintiéndose como un gusano mal amigo... es un gusano mal amigo.
"Si alguno de los contrincantes lanza un maleficio sobre su competidor, se considerará trampa y será castigado con la misma pena impuesta en el punto anterior"
Ron dejó el pergamino a un lado, lo miraba angustiado, reuniendo fuerzas para mirar a Harry a la cara. Al final levantó tímidamente la vista y encaró al moreno.—Intentaré como sea devolverte todo, Harry —la voz del colorín era casi suplicante —no sé cómo, pero haré todo lo posible, voy a conquistarlo... tú no te preocupes —la voz cada vez más temblorosa del chico hizo que a Harry se le acabara el enojo.
—Está bien, lo haremos juntos. Alguno de los dos tendrá que lograrlo.
Aunque no tenían muchas esperanzas. Snape odiaba a Harry y despreciaba a Ron, en cambio Malfoy era su alumno favorito y Zabini era otro slytherin guapo.
Con suerte alguno de ellos se lo agarra pronto y evitan que perdamos más cosas...
