Vivir Sin Aire


Antes de empezar, quiero aclarar que esta historia fué inspirada en "Todo por Pandora", si a alguien le interesa saber en que sigue cuando termine esto, puede buscarlo en esa historia. Repito, esto está basado en "Todo por Pandora", y estoy publicando con permiso de ella.


Como cada día, a la misma hora.

La amazona se mantenía recargada en un árbol observando a aquél ser de largos cabellos negros y ojos cargados de estrellas.

Sonrió mientras alzaba su mano y la deslizaba por el aire, como si lo acariciara de esa forma en la que en realidad jamás se atrevería. Giró la cabeza y recargó su frente en el tronco. Se odiaba a si misma por amarlo de esa manera.

Como quisiera poder vivir sin aire
Como quisiera poder vivir sin agua
Me encantaría quererte un poco menos
Como quisiera poder vivir sin ti

Y a veces se sentía demasiado mal, a sabiendas de que alguien como lo era el santo del dragón no debía de meterse con una pobre amazona la cual no tenía nada que ofrecerle.

Regresó su mirada hacia el caballero dragón y suspiró pesadamente al no encontrarlo, seguramente ya…

- Hola.

- ¡Ahh!

La chica brincó y se giró, encontrándose al chico al que tanto amaba a sus espaldas, aún con el torso descubierto y sudando, su mirada bajó de inmediato y se puso más roja que un tomate, cosa que su máscara pudo ocultar.

- Me ha dado un susto de muerte, Shiryu-sama.

El chico frunció el ceño mientras se ponía la camisa.

- Ya sabes que no me gusta que me hables de usted.

El joven dragón se acercó y acarició los cabellos castaño oscuro de la joven amazona.

- Parece que no nos conociéramos de toda la vida.

La joven amazona se estremeció al contacto y le rehuyó de inmediato. Shiryu lo notó y decidió alejarse un par de pasos de manera sutil, pero ella lo notó y se sintió rechazada.

- Dime, Saori ya te ha invitado a su fiesta?

- ¿Eh?

Ella se giró hacia el dragón, viéndolo iluminado por los rayos de sol que se colaban entre los árboles.

- Ah, si, creo que hemos sido las primeras invitadas.

Susurró ella mientras intentaba sonar natural, y no pudo evitar dejar escapar una risilla.

- Si pues, desde aquella ocasión en la mansión Kido, cuando éramos niños.

- Si, recuerdo que le fracturaste la nariz. ¿Quién hubiera pensado que una niña de cuatro años podría lograr eso?

- Bueno, esque me hizo enojar.

Shiryu sonrió no creyendo que aquella linda chica que se ponía nerviosa ante su presencia fuese la misma que, aún no habiendo obtenido armadura se hubiese presentado en el torneo galáctico, en el cual no pudo participar precisamente por esa razón. Saori se había burlado de ella y por tal razón había resultado con una nariz rota y varios vendajes que fueron cubiertos por unos cuantos kilos de maquillaje.

Suspiró y la miró, tan hermosa y tan oscura. Justo como a él le gustaba.

Pero no puedo, siento que muero
Me estoy ahogando sin tu amor

- Y¿Cómo vas a ir vestida?

Ella parpadeó.

- Pues, como civil. Usted sabe… mi pantalón negro, la blusa negra, los guantes de red sin dedos, un collar y cinturón de picos unas cuantas pulseras de calaveras. Lo usual.

Finalizó ella encogiéndose de hombros, mas la mirada de Shiryu se entristeció.

- Oh, vaya.

La amazona se sintió mal consigo misma. Y esque aquella ropa le gustaba, la hacía sentir ella, pero al parecer el dragón le hubiera gustado algo más.

- Yo, pensé que usarías alguna otra cosa.

El joven dragón se acercó y acarició la máscara plateada, para después deslizar su mano por el cuello, haciendo que la chica diera un paso hacia atrás.

- Tú sabes, un bonito vestido, con algún lindo moño de un lado. De alguna tonalidad marrón, para que resalte el tono de tu piel.

Ella frunció el ceño y vio su piel un poco más oscura que la del dragón.

- Te verías… linda.

Un temblor los recorrió a ambos cuando el juego del gato y el ratón dio inicio.

Como quisiera poder vivir sin aire
Como quisiera calmar mi aflicción
Como quisiera poder vivir sin agua
Me encantaría robar tu corazón

Shiryu se acercó y la tomó en sus brazos. Hacía ya meses que tenían esa "relación" si es que podía llamarse de esa forma. Él la adoraba con locura, y ella huía de él constantemente.

El santo del dragón con su 1.72 de altura y ella de 1.65, lo que le daba el margen perfecto para apoyarse en su cuello. Cosa que ella no hizo.

- ¿Por qué mi niña¿Por qué no te acercas, ni me tocas?

- No puedo.

- ¿Por qué?

El dragón la estrechó firmemente contra su cuerpo mientras acariciaba su espalda.

- Me duele verte tan lejos, yo…

- Shiryu-sama, no…

- Te necesito.

Las manos del santo del dragón se deslizaron por su espalda rumbo al nudo de la pañoleta en la cintura de la amazona.

- No, Shiryu-sama.

Y fue cuando chocaron contra un árbol, y la joven aprendiz quedó acorralada.

- Mi maestra …

- Ella no está aquí.

- No… Por favor, por favor…

Shiryu se agachó a medias para hundir su rostro en el espacio entre el cuello y el hombro de su pareja, haciéndola temblar.

Ella cerró sus ojos con fuerza cuando sintió aquellas manos despojándoles de las protecciones en sus brazos. Fue cuando sintió que su máscara caía de su rostro.

El dragón la miró embelesado, pero su expresión de amor y pasión cayó de golpe al encontrarse con un rostro tembloroso y lleno de miedo que lloraba en silencio.

Como pudiera un pez nadar sin agua
Como pudiera un ave volar sin alas
Como pudiera la flor crecer sin tierra
Como quisiera poder vivir sin ti

Miró su propia posición, prácticamente abusando de aquella joven, le había despojado de su máscara sin permiso de ella, y si Shaina se enteraba de que había estado a punto de abusar de su heredera era seguro que lo despellejaba vivo.

- Yo, lo siento, ay Dios…

El dragón se llevó una mano al pelo y la mantuvo ahí unos cuantos segundos.

- No fue mi intención, en serio, es solo que, tú no te movías, y yo… yo creí que te gustaba.

La amazona bajó la mirada mientras seguía llorando. No por ella, ella no le interesaba a si misma cuando se trataba de Shiryu.

Se acercó hasta el dragón, tomó la pañoleta plateada que usualmente llevaba a la cintura del suelo y tomó las manos del pelinegro entre las suyas.

- No debió ensuciarse de esa manera, Shiryu-sama.

Susurró mientras tallaba las manos de él afanosamente. Deseando quitar todo de ella de la piel de él.

- No debió hacerlo…

- ¿Por qué no?

El dragón le tomó del mentón y la obligó a mirarle a los ojos, y se sintió mal cuando aquellos ojos marrones le observaron aún con lágrimas. Era la primera vez que veía su cara, y había tenido que ser de esta forma.

- Lo siento.

- Fue mi culpa, no debí de estar aquí.

- No, yo…

- Por favor…

Ella presionó la tela contra los labios del dragón, aquellos que nunca había probado y no se sentía digna de probar jamás.

- Creo que…

No pudo seguir hablando por que el dragón la envolvió una vez más en sus brazos. La necesitaba a su lado, quería despertar a su lado cada mañana y embriagarse de sus besos cada noche¿Por qué ella no lo podía comprender?

Pero no puedo, siento que muero
Me estoy ahogando sin tu amor

Fue cuando escucharon una voz a la lejanía.

Shiryu supo de inmediato que tendría que irse y no quiso perder mas el tiempo.

- Si no querías que te tocara¿Por qué no te defendiste?

- Por que… su felicidad está primero que la mía.

- Pero que dices…

El dragón se sintió basura y la soltó, ella tomó su máscara y se la colocó lentamente, regresando a aquella expresión plateada, inexpresiva, con gotas de sangre negra deslizándose por la superficie lisa.

- ¡Shiryu, niño donde te has metido?

La voz de Dokho vino desde el lugar donde el chico entrenara antes.

- ¿Te veré en la fiesta?

- Ahí estaré junto a mi pequeña luz.

Dijo ella sonriendo a medias recordando a su mejor amiga, la luz que contrastaba con su propia oscuridad.

- Debo irme.

- Igual yo.

Shiryu se acercó y besó el dorso de la mano de la joven, para después salir corriendo en dirección a donde le llamaba su maestro, gritando algo sobre una fiesta de bienvenida para alguien y que se bañara rápido.

Mientras se iba, se giró y observó a una jovial chica, la heredera de Marín la cual tomaba del brazo a la joven de negro y se la llevaba echa un mar de alegría.

Como quisiera poder vivir sin aire
Como quisiera calmar mi aflicción
Como quisiera poder vivir sin agua
Me encantaría robar tu corazón
Como quisiera lanzarte al olvido
Como quisiera guardarte en un cajón
Como quisiera borrarte de un soplido
Me encantaría matar esta canción

La amazona suspiró mientras perdía de vista a Shiryu.

- Yo también le deseo, joven dragón, pero…

Ella se mordió los labios angustiada.

- Pero temo que soy demasiado poco para alguien como usted.

Con aquellas reflexiones se fue a paso lento, sintiendo que le faltaba el oxígeno a cada paso que se alejaba de su amado.

Por su parte, mientras Shiryu tomaba un baño dejó que sus lágrimas corrieran libres. Tal vez, y un día, ella lo dejara acercarse lo suficiente para besar esos labios, y decirle lo que más deseaba decirle.

- Tan letal como una cobra… mi preciosa… ni niña.

Shiryu suspiró y cerró la llave, pero sus ojos siguieron llorando, emitiendo un último sollozo.

- Mi Grayson…

Fin


Hola!

Espero que les haya gustado, y para ser sincera, puede que suene extraño pero a pesar de que en varias historias he aparecido como toda una pervertida con Shiryu-sama, esta vez quise escribir algo que reflejara mi verdadera manera de sentir hacia él, la cual guarda un profundo respeto.

Solamente si alguien quiere la continuación, pues le seguiré. Aunque debo admitir que sería siguiendo fielmente la historia Todo Por Pandora, si no es así, pues así se queda.

Atte. Lady Grayson, la oscuridad

¡Gracias a Pandora por darme su permiso!